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Granos del bebé recién nacido

El exantema toxoalérgico.

Muchos bebés tienen granitos los primeros días de vida. Descubre la causa más frecuente.

 

Cuando un bebé nace, todo lo que le rodea es nuevo para él.

Su sistema defensivo tiene que actuar contra cualquier cosa que intente dañarle.

Pero no nace enseñado.

Al tener contacto con sustancias nuevas, tiene que empezar a clasificarlas:

¿Esto es bueno, es malo, tengo que defenderme?

El resultado es que en la piel suelen aparecer como granitos. Parece como si le hubiesen picado los mosquitos.

Es lo que llamamos Exantema Toxoalérgico.

 

exantema toxoalérgico

 

Aparecen granos por todo el cuerpo, pero a veces se concentran mucho en alguna zona concreta: Un sólo lado de la cara, una de las nalgas…

Los granos pueden salir y desaparecer rápidamente y van cambiando de sitio.

No tienen tratamiento, y habitualmente no vemos al bebé molesto por tener más o menos de esos granos.

Lo normal es que estén saliendo y quitándose hasta hacerse mucho menos intensos y desaparecer en torno a los 7 ó 10 días de vida.

 

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La piel seca del recién nacido

La piel del recién nacido se reseca y se descama los primeros días tras el parto.

La piel del recién nacido acaba salir de un medio en el que siempre estaba sumergida en agua a un ambiente seco.

Tiene que adaptarse.

La capa más superficial de la piel, que estaba acostumbrada a un ambiente humedo se seca y se descama, mientras por debajo va formándose una capa nueva de piel más resistente al ambiente seco en el que vivirá a partir de ahora.

 

piel seca recien nacido

 

Esta descamación es a veces evidente en todo el cuerpo. Pero suele ser más intensa en las zonas en las que la piel tiene más movilidad (articulaciones de tobillos, rodillas, hombros, muñecas) y las que están sometidas a cambios de humedad más frecuentes (zona del pañal).

piel seca bebe

Habitualmente esta descamación dura unos pocos días, y a partir de los 7-10 días se ha completado la regeneración de la piel normal.

Durante los días que dura este cambio podemos proteger la piel aplicando cremas hidratantes un par de veces al día o más si es necesario.

Es especialmente importante aplicar crema con frecuencia en la zona de los tobillos y muñecas. Ya que ahí a veces aparecen grietas que pueden ser molestas para el bebé.

La descamación de la piel seca muerta se realiza por sí sola. No es necesario ni recomendable intentar desprender las «tiras de piel» que descaman.

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Para transportar un bebé

Para transportar un bebé de forma segura

Consejos para transportar un bebé: Cuándo usar y cómo hacerlo de forma segura el capazo, el Grupo 0, el Carrito, la Mochila, el Fular Portabebé.

Hoy en día, uno de los gastos más importantes que los padres afrontan antes del nacimiento de su hijo es el «Kit de transporte». Los modelos más habituales son un armazón con ruedas al que se puede anclar 3 tipos diferentes de contenedor:

El Capazo. Es una cuna portátil. Pensado para que el niño sea transportado tumbado.

El Grupo 0. Prima la seguridad en la sujeción y la interacción del niño con el entorno.

La Silla de Paseo. Para niños más grandes que no caben ya en los anteriores. Permite que se recline como el Capazo o se incorpore como el Grupo 0.

El Grupo 0

Son estas silletas balancín que van preparadas también para usarse como silla de seguridad para el coche. El bebé queda sentado como envuelto por la silla.

Tiene varias ventajas:

– Respecto al capazo, para el trasporte en el coche es más seguro, ya que en el Grupo 0 tienen mejor sujeción. Han mejorado los capazos y ya los hay con anclaje de 5 puntos que son casi tan seguros como el Grupo 0.

– En la casa, para aquellos ratos que el bebé está despierto (mientras duerme, tumbado es preferible), es mejor el Grupo 0 porque en el capazo el niño está todo el tiempo mirando hacia arriba. Y el techo no es de lo más entretenido de este mundo. Sin embargo en el Grupo 0 está incorporado y puede ver todo el movimiento que hay a su alrededor. Lo que en muchas ocasiones basta para entretenerlos y favorece respecto al capazo el desarrollo neurológico del bebé (aunque para eso hay opciones mejores).

– Se estimula la coordinación entre manos y ojos, que es uno de los pasos fundamentales para el desarrollo de las habilidades manuales. En el capazo y tumbado boca arriba, el bebé no tiene fuerza para mantener los brazos levantados. Por lo que quedan a los lados de la cabeza y el bebé no ve sus manos. Cuando está sentado en el Grupo 0, los brazos quedan hacia el centro y las manos quedan en el campo visual del bebé. De ese modo, cuando mueve sus manos de forma involuntaria, lo ve. Y reconocerá antes que es él quien produce los impulsos que mueven las manos, aprendiendo a controlarlas.

En ese caso ¿por qué no sentarlo simplemente en el carro o en una silleta normal?

Los primeros meses de vida no es aconsejable mantener sentados a los bebés mucho rato, porque cargaríamos el peso del cuerpo sobre la parte baja de la espalda cuando todavía tienen poco tono en los músculos, lo que hace que se adopten posturas forzadas. El respaldo del Grupo 0, sin embargo no es recto, forma un arco. Esta forma hace que el peso de la espalda se distribuya gradualmente con lo que la protege.

El principal problema del Grupo 0 a mi modo de ver es el mismo que tiene el capazo y es lo poco que dura.

Generalmente a partir de los 4-6 meses el bebé ya no cabe. Algunos incluso antes.

La Silla de paseo

Se usa más reclinada cuanto menor sea el bebé.

A la hora de comprarla pensad si vais a usarla mucho:

  1. Robusta. Pero al mismo tiempo que sea ligera. Hoy día estas dos cosas suelen equivaler a armazón de aluminio.
  2. Que se pueda dirigir bien con una sola mano.
  3. Pueda plegarse y extenderse con facilidad y sin tener que aprenderse un manual de instrucciones mayor que el de un avión de combate.

En cuanto a las ruedas:

  1. Cuando el uso es fundamentalmente en terreno llano con aceras amplias, pasos de peatones con acera rebajada y va a entrar y salir mucho del coche, 3 ruedas finas y que se pliegue con facilidad ocupando poco espacio en el maletero.
  2. Si el terreno es muy irregular (pueblos o casco antiguo con aceras estrechas y con obstáculos), es más estable con cuatro ruedas y éstas más gruesas para que amortigüen un poco.

Mochila y Fular portabebés

Para aquellos que defienden La Crianza Natural, lo anteriormente descrito puede no ser necesario. Esta opción defiende el contacto directo y continuo del bebé con personas que lo transporten sin romper esa relación. Para facilitar ese transporte se han usado en muchas culturas formas diferentes. Como el Fular portabebés o una versión diferente de la misma idea, la Mochila portabebés. Como opción que favorezca el desarrollo neurológico del bebé el porteo (llevar al bebé en brazos con mochila o fular) es la elección superior.

Si escogemos una mochila es importante que sea ergonómica. Esto significa que mantenga las piernas abiertas abrazando a quien lo lleva y con la espalda arqueada hacia el porteador:

  • Cuando la mochila deja las piernas colgando es malo para las caderas, ya que favorece que las piernas se separen de la cadera (luxación).
  • Si una mochila mantiene al niño en una postura en la que la cabeza cae hacia atrás alejándole de quien le lleva favorece la hipertonía dorsal que es origen de algunos problemas de desarrollo.

Si lo que usas es un fular, para que sea seguro es importante que la cabeza del bebé quede siempre visible.

Pero también existen opciones mixtas. Es lo que más hace al final casi todo el mundo en las que a veces usan sistemas de transporte donde el bebé va separado del cuidador y a veces es llevado en brazos con o sin mochila o fular.

Silla para el coche

Para los primeros meses sirve el Grupo 0, a partir de ahí hay que usar sillas específicas según la edad. Son los grupos 1, 2 y 3. Los hay que permiten adaptarse en cierto margen (grupos 0-1, 1-2-3) dependiendo del fabricante.

Uséis la que uséis, nunca dejéis que el niño vaya en el coche sin sujeción. En los accidentes de tráfico, cuando en un coche va un niño suelto, suele ser el que se lleva la peor parte, pese a que va en el asiento de atrás. La mayoría de las veces por salir despedido.

En un coche un niño no puede ir seguro simplemente en brazos. En una colisión la inercia multiplica hasta tal punto el peso que ni la mejor madre del mundo podría evitar que su hijo saliera despedido de sus brazos. Por desgracia en mi experiencia he conocido accidentes en el que el único fallecido fue el bebé por no tener medios de sujeción adecuados.

Si llora y no queréis que lo haga, haced paradas frecuentes en las que saquéis al niño de su silla y le déis de comer, juguéis un rato con él… Pero no lo saques para darle el pecho, acunarlo o cambiarle un pañal en marcha, por favor.

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El Nacimiento

EL NACIMIENTO

Una descripción de los cambios que sufre un bebé en el momento del nacimiento.


Si eres impresionable no leas esto hasta después de que nazca tu hijo.

 

El nacimiento es uno de los momentos de más estrés de nuestra vida.

El cambio que un recién nacido sufre es radical.

Para poneros en su lugar piensa un momento que fueras él:

“Dentro del útero de tu madre, estás en un ambiente con una temperatura de treinta y tantos grados de forma continua. Aún suponiendo que tu madre tuviese fiebre no variaría más de 3 ó 4 grados arriba o abajo en los 9 meses de embarazo. No tienes que hacer nada para mantener la temperatura de tu cuerpo, puesto que es la misma del ambiente que te rodea.

Tienes una humedad del 100%, es decir, estás sumergido en líquido, un líquido que además de tener esa misma temperatura continua, amortigua los sonidos y los movimientos. Ahí dentro todo es suave, fluido y oleaginoso.

No necesitas respirar. El oxigeno que precisas y el dióxido de carbono que te sobra entran y salen respectivamente por los vasos sanguíneos de tu cordón y la placenta se encarga de hacer el intercambio al tiempo que elimina las impurezas de tu sangre y te aporta todos los nutrientes necesarios, por lo que tampoco comes ni sientes hambre.

No hay nada extraño, todo lo que tiene contacto contigo es parte de ti mismo (las células de la placenta y la bolsa que te rodea son genéticamente parte de ti).

Ni hay alergias ni infecciones.

Tu único entretenimiento es crecer y desarrollarte. Es el paraíso.

Un día, algo que te rodea, que ni siquiera sabías que existiese, empieza a comprimirte.

Al principio es algo incómodo y ocasional, sólo has notado que cada vez tienes menos espacio para moverte y de vez en cuando una pequeña sacudida.

Pero poco a poco el líquido que te rodeaba es cada vez más escaso y sientes que esa fuerza que te empuja te va encajando en un hueco aún más estrecho.

Llevabas un tiempo ya notando otra cosa extraña, una incomodidad rara, como si ya no te llegase todo el alimento que necesitas.

Y de repente esas contracciones empiezan a ser mucho más continuas, te van empujando no sabes hacia donde y no puedes hacer nada para resistirte.

Por si no fuese suficiente con los empujones parece haber otro espabilado que al lado contrario tira y tira de ti, más fuerte aún que los empujones. A veces tan fuerte que te rompe una clavícula.

Pasas por un hueco tan estrecho que nunca hubieses pensado que fuese posible. De hecho te han dado una paliza descomunal, y si no lo creen que te miren la cara, la traes hinchada y en muchos casos con morados por todas partes.

Tú no sabes lo que pasa, pero estás fuera.

El cambio es TAN intenso y TAN brusco que vas a tardar meses en llegar a ser totalmente consciente de ello.

Cuando estabas dentro del útero eras todo el universo.

Todo lo que tocabas a tu alrededor eras tú y aunque a veces notabas movimiento o sonidos estos estaban tan amortiguados y te afectaban tan poco que podías ignorarlos.

Durante los primeros meses fuera del útero seguirás pensando que todo lo que te rodea es parte de ti.

De hecho cuando algo de lo que te rodea no reaccione como esperas no entenderás porqué y te enfadarás y llorarás con frecuencia por tu frustración.

Pero eso será en los próximos meses, en este momento tienes problemas más inmediatos.

Para empezar hace un frío horrible. Luego dirán que se han esforzado en que haya buena temperatura, pero es que eso para los que viven fuera son 25 o como mucho 30º. Dicen que más de eso es un calor que no hay quien lo aguante.

¿Cómo que no? Si tú llevas nueve meses en los que cuando hacia fresquito a lo mejor estabas a 37º y eso muy de vez en cuando.

Serán hijos de…. Hechas de menos no saber tacos aún.

Pero encima notas una necesidad imperiosa de hacer algo que no habías hecho nunca: respirar.

No sabes que está pasando, pero te estás ahogando.

De nuevo echas de menos los tacos. ¡Pues no te han sacado a un sitio en el que encima no te llega aire por el cordón como siempre¡

¡Y encima ése¡ ¿Qué hace? ¿No será capaz de poner una pinza en el cordón? Pues no, no poco, y por si intento quitarme la pinza va a cortarlo. Será… (Censurado, porque aún siendo educado y el más tímido de los bebés a estas alturas se está literalmente cagando en todos los de fuera y en su perra suerte como mínimo).

Total, que afortunadamente dentro de tu desgracia parece que hay algo que es tu instinto que te dice que a lo mejor si lloras te dejan en paz.

Así que eso, lloras, porque si no, siempre hay algún otro que se ofrece a espabilarte como sea.

Y tú: “oye que la paliza ya me la han dado antes”.

Sea antes o después de la nueva sesión lloras y ves que se te pasa la necesidad tan acuciante que tenías de oxígeno.

Pues va a resultar que aquí fuera también te las apañas, y sin cordón.

Pero es más incómodo porque tienes que hacerlo tú y si dejas de hacerlo un rato te ahogas otra vez.

¿No te ahogarás cuando te duermas? Después de un rato empiezas a respirar ya sin darte cuenta, como automáticamente. Menos mal.

Menos mal también porque al parecer tu cuerpo sabe qué hacer y una serie de agujeros de tu corazón por los que pasaba la sangre dirigiéndose hacia la placenta a coger aire y comida y luego distribuían la sangre por todo el cuerpo se están cerrando y como por arte de magia, mira tú, justo los que se quedan abiertos son los que necesitas para que la sangre vaya a los pulmones a coger el aire, al intestino y el hígado a coger el alimento y de allí se repartan por todo el cuerpo.

Es que pareces listo con lo canijo que eres.

Pero sigue haciendo frío. Tanto que tienes la piel morada. Conforme vayas respirando y acostumbrándote a la temperatura la piel se pondrá más colorada.

Lo último en pillar color serán los labios, las manos y los pies. Pero si baja la temperatura se te amoratarán enseguida.

Como estabas en líquido, al respirar al principio hay secreciones (flemas) que no te dejan que entre bien el aire. Alguien te mete  entonces una cosa por la nariz y la boca. Es muy desagradable y casi vomitas pero parece que ha quitado las secreciones y puedes respirar mejor.

La luz es fortísima y no consigues ver nada.

Los ruidos son fuertes como nunca hubieras imaginado y todo es áspero.

Te han puesto bajo un foco y parece que da calor. Ya tienes un color normal y le vas pillando el tranquillo a eso de respirar.

Estás agotado.

Te quedas dormido.

Ha pasado un rato y empiezas a notarte incómodo, te falta algo. Haces repaso: frío parece que no hace tanto, respirar estás respirando, ¿que será?

Como no das con lo que es, te enfadas y vuelves a llorar al comprobar que tu universo ha cambiado y que ya no lo controlas todo. Antes nada te alteraba.

Si te faltaba algo, no sabías como pero se resolvía. Ahora notas incomodidades para todo y no sabes como resolverlas, así que haces lo que haría cualquiera. Lloras de impotencia.

Y entonces alguien te coge. No sabes porqué pero te resulta familiar. Será el olor, el ruido de los latidos de su corazón, tal vez su voz. El caso es que por alguna extraña razón te recuerda un mundo en el que estabas hace poco y te sientes seguro.

Algo te toca en la cara, cerca de la boca. Invita a ser tomado. Huele bien, es húmedo y suave y al probarlo sabe bien.

Entra en tu boca, no sabes si eres tú quien la busca o entra por iniciativa propia, el tema es que tu boca, por puro reflejo, la chupa y alucinas.

Suelta algo, no sabes lo que es. Un líquido con el que casi te atragantas, pero parece que sabe seguir su camino de forma que puedes respirar y por alguna razón su sabor te gusta y te resulta agradable seguir chupando.

Esa sensación desagradable que tenías va desapareciendo. Además está calentito. No sabes qué o quién será pero sientes que te vas a llevar bien con Ella”.

Hagamos un repaso.

En pocas horas un recién nacido pasa de estar en una situación en la que tiene todas sus necesidades cubiertas, en un ambiente totalmente estabilizado, sin contacto con sustancias ni seres extraños a tener que respirar o se ahoga, cambia el circuito de la circulación sanguínea, tener que comer o sufrir hambre y un ambiente de lo más agresivo en el que pierdes calor, pierdes humedad, todo es áspero, son materiales extraños y empiezan a colonizarte millones de seres microscópicos, algunos de los cuales intentarán producir una infección.

De cada una de las adaptaciones anteriores surgen los problemas que un recién nacido puede tener en las primeras horas de vida:

La respiración supone que en cuestión de segundos un órgano que hasta entonces no había servido para prácticamente nada, empiece a funcionar a plena capacidad.

Los pulmones estaban colapsados, eran como un racimo de globos cerrados, y en segundos tienes que abrirlos todos. Al hacerlo arrastran hacia su interior parte del líquido que estaba ocupando las vías respiratorias.

Si es poca cantidad y va limpio se irá reabsorbiendo en las primeras horas de vida sin problemas.

Pero a veces es demasiado, o los pulmones no consiguen abrirse del todo, o antes del parto, por un exceso de estrés el niño ha hecho caca en el líquido antes de salir y lo ha manchado con meconio (las heces que hace los primeros días de color negro verdoso).

Lo primero, el exceso de secreciones en el árbol respiratorio suele ceder en cuestión de horas o pocos días en los que suele necesitar un mayor aporte de oxígeno y alguna que otra medida de apoyo.

El caso de los pulmones que no consiguen abrirse del todo es más frecuente cuanto más prematuro es el recién nacido, debido a que en las últimas etapas del embarazo los pulmones producen una sustancia llamada surfactante que facilita que las paredes de los pequeños sacos (alvéolos) en los que se produce el intercambio de gases no se queden pegadas.

Si un niño nace antes de que haya la cantidad necesaria de esa sustancia muchos de los alvéolos quedarán colapsados.

En algunos casos se usa un sustituto de esa sustancia para paliar el problema.

En otros puede suponer un esfuerzo tan importante el abrir esos alvéolos colapsados en cada respiración que será necesario mantener al recién nacido con respiración mecánica para evitar que se agote.

El último caso da lugar a lo que llamamos síndrome de aspiración meconial.

Generalmente tras el parto, el estrés sufrido hace que el recién nacido efectúe su primera defecación.

Esta primera y las siguientes serán de un color negro verdoso.

Son deposiciones compuestas casi exclusivamente por secreciones intestinales de las que el principal componente son las secreciones biliares, que dan el color a estas heces.

Mientras las deposiciones tienen esas características reciben el nombre de meconio.

A veces si el estrés que el feto sufre es excesivo antes de salir, puede hacer una primera deposición en el interior del útero.

El meconio se mezclará con el líquido que envuelve al niño (líquido amniótico) y puede ser aspirado en el momento del nacimiento hacia el interior de los pulmones.

Este meconio es una sustancia muy agresiva en las vías respiratorias, inflamándolas, lo que dificulta la respiración y favoreciendo las infecciones.

Cuando esto sucede suelen precisar ayuda respiratoria (respiración mecánica), tratamiento antibiótico para evitar las infecciones y a veces control en una unidad de cuidados intensivos durante los primeros días de vida.

La oxigenación por medio de los pulmones, la alimentación por vía digestiva y la desaparición de la placenta que realizaba ambas funciones determinan que el circuito de circulación sanguínea cambie por completo.

Antes del nacimiento el corazón debía enviar la sangre a la placenta para recibir el oxígeno y los nutrientes y eliminar el dióxido de carbono y las demás impurezas resultantes del metabolismo.

El pulmón era un órgano más a mantener vivo y en desarrollo pero no el responsable de oxigenar toda la sangre del organismo.

Las arterias pulmonares que le llevan la sangre antes del nacimiento, son las mismas que lo tendrán que hacer después con un volumen mucho mayor, con la diferencia de que antes del nacimiento es esta sangre la que debe llevar el oxígeno que necesita el pulmón.

Para ello lo recibe por mezcla con la sangre que procede de la placenta a través de unos orificios abiertos en las separaciones internas del corazón y por un cortocircuito entre las dos arterias que salen del corazón (la aorta y la pulmonar).

Si estas conexiones permanecen abiertas tras el nacimiento, se oyen unos ruidos anormales en los latidos (soplos), que nos están diciendo que esta adaptación no se ha producido del modo adecuado.

Algunos de ellos no tienen repercusión en el riego y oxigenación correcto del organismo (soplos sin repercusión hemodinámica) pero otros pueden dificultarlos seriamente (soplos con repercusión hemodinámica).

El cierre de estas conexiones se produce a veces de modo gradual durante los primeros días de vida por lo que durante este período es posible que se detecten soplos que desaparecen en poco tiempo, no teniendo repercusiones serias.

En otros casos existen malformaciones graves en el corazón o los principales vasos sanguíneos que no impidieron el correcto desarrollo del organismo mientras funcionaba la placenta y estaban abiertas las conexiones fetales pero que hacen incompatible el correcto riego sanguíneo del organismo una vez se cierran éstas.

Cuando sucede el cierre de las conexiones, a veces días después del nacimiento, se produce un empeoramiento claro del niño en cuestión de minutos con palidez de piel que puede llegar a ponerse azulada y un marcado decaimiento. Si esto ocurre debe ser visto por un pediatra de forma inmediata.

En cuanto al hambre. Mientras el niño se alimentó en el interior de su madre a través de la placenta era como si tuviese un suero cogido al ombligo y por él le fuésemos pasando toda la alimentación necesaria.

En el momento que nace, se cierra el grifo.

A partir de ese momento su cuerpo tiene que acostumbrarse a abastecerse a partir de sus reservas y cuando estas empiezan a agotarse pedir comida y asimilarla.

Es un cambio radical. Tan radical que los primeros días tras el nacimiento tiene mucha facilidad para que los niveles de azúcar en sangre bajen.

Por ello, estos primeros días, no debe dejarse a un niño sin comer demasiadas horas. De hecho la mayoría de ellos se encargan de que sea así, exigiendo con el llanto que se les dé de comer cada 2 ó 3 horas como mucho.

Son como un coche con el depósito de combustible pequeño. Pide pequeñas cantidades de forma continua.

Poco a poco su estómago aumentará de tamaño y su hígado regulará cada vez mejor los niveles de nutrientes en sangre hasta que en torno a las 2 semanas de vida ya los controle perfectamente.

Desde ese momento veremos que las tomas van espaciándose en el tiempo al ritmo que aumenta la cantidad que come en cada toma y si una noche por fin duerme del tirón 6 ó 7 horas, habrá que agradecerlo y descansar.

Otro aspecto es el mantenimiento de la temperatura corporal.

Los seres humanos para el buen funcionamiento de nuestro metabolismo precisamos una temperatura estable entre los 35 y los 37º.

Una disminución por debajo de esas cifras enlentece nuestra actividad vital y dificulta el normal funcionamiento del organismo. Es lo que llamamos una hipotermia.

Los recién nacidos que son abandonados de cuando en cuando en cubos de basura y similares mueren de hipotermia al agotar sus reservas de energía si no son rescatados antes. Son especialmente proclives a sufrirlas por su escasa capa de grasa y porque su superficie corporal es mayor en relación a su peso de lo que lo será en cualquier otra edad.

Para reducir el esfuerzo que debe realizar el recién nacido para mantener su temperatura al principio se recomienda abrigar bien a los niños y mantenerlos en un ambiente cálido y con cambios de temperatura lo más suaves posibles.

Abrigarlos bien quiere decir, durante los primeros días de vida 2 capas de ropa más que los adultos que haya a su alrededor.

A partir del mes y hasta los 3 meses de edad una capa de ropa más.

Y a partir de los 3 meses las mismas capas de ropa que los adultos que le rodean.

Al nacer la propia naturaleza ha previsto un sistema para proteger al cuerpo contra la pérdida de calor. Es una grasa blanquecina que cubre el cuerpo del niño cuando nace (vérmix) que es más abundante cuanto más prematuro sea el niño, protegiendo mejor así cuanto más fina es su piel.

En la reanimación se seca al niño pero intentando no retirar esa grasa que le protege del frío, pero también de las infecciones.

Al igual que pierden calor, pierden mucho líquido a través de una piel y unas mucosas que hasta entonces habían estado permanentemente hidratadas (sumergidas en líquido amniótico).

El efecto en la piel es la descamación durante los primeros días, que en algunos niños llega a ser de todo el cuerpo y muy llamativa. Conviene hidratarles la piel con lociones corporales (Sebamed, Leti-AT-4, Mustela…).

Lo mismo que se seca la piel se secan las mucosas (nariz, garganta) dando como resultado una congestión nasal con estornudos y poca tos, pero sin moqueo, que a veces los padres confunden con un resfriado.

Mejora con hidratar un poco la mucosa echando un par de gotas de suero fisiológico en los orificios nasales y aspirándolo después. A veces mejoran también poniendo una fuente de humedad en la habitación.

Por último, otra gran novedad para el organismo, es descubrir que el mundo está lleno de seres y sustancias extrañas.

Algunas de ellas agresivas, capaces de producir alergias e infecciones.

Hasta el nacimiento el sistema inmunitario de la madre había establecido un cerco en torno al feto que hacía casi innecesario que actuase él, pero desde que nació, a excepción de los anticuerpos heredados de la madre, que no es poco, todo aquello con lo que tiene contacto (y son miles de microbios y sustancias) tienen que ser sobre la marcha catalogados como algo inocuo o algo peligroso y activar el sistema inmunitario en su contra o ignorarlo.

De ello puede depender su supervivencia. Tan perjudicial resultaría desencadenar una reacción contra algo que nos rodea por todas partes produciendo una alergia como no reaccionar ante un microorganismo capaz de producir una infección grave.

El resultado es que en los primeros días aparece una reacción alérgica más o menos intensa en muchos niños (exantema toxoalérgico) por reacción a ropa, colorantes, detergentes… con los que nunca había tenido contacto su piel, que suele ceder antes de los 10-15 días de vida sin necesidad de tratamiento.

En el extremo contrario están las infecciones neonatales.

Infecciones generalizadas (sepsis) y meningitis son más frecuentes y más graves en las primeras semanas de vida.

Por lo que en algunos casos es preciso analizar y mantener en observación o incluso tratar preventivamente a los niños ante ciertas situaciones de riesgo que pueden favorecer estas infecciones, como por ejemplo una rotura de aguas de la madre más de 24 horas antes del parto, fiebre de la madre durante el parto o la presencia de un microorganismo en la flora vaginal de la madre (el estreptococo beta galactiae) que es el causante de infecciones neonatales más frecuentes.

Todos estos cambios y la adaptación a su nuevo ambiente se van completando en las primeras semanas, considerándose período neonatal el primer mes de vida.

Es el período en el que suelen dar la cara la mayoría de los problemas congénitos: infecciones, malformaciones, alteraciones metabólicas, tumores neonatales… responsables de la mayor parte de las muertes infantiles.

Superando ese primer mes de vida sin que aparezcan estas patologías la esperanza de vida del niño aumenta de forma vertiginosa conforme va pasando el tiempo.

Una vez explicado todo este proceso es más fácil entender todo lo que habitualmente el pediatra que atienda a su hijo va a hacerle para ayudar en su adaptación a este mundo:

Nada más nacer aspira las secreciones que quedan en su vía respiratoria tras lo cual si no ha empezado a respirar, le estimula para que lo haga.

Interesa que llore para que abra la mayor parte posible de los pulmones al paso de aire.

En aquellos casos en los que por sufrimiento durante el parto el niño halla hecho caca en el líquido que le rodeaba se aspira todo lo posible antes de estimular el llanto para evitar así que este líquido sucio (que es muy irritante para los pulmones) entre más.

En algunas ocasiones se aporta además oxígeno si le cuesta recuperarse.

Todo esto se realiza en una cuna con un foco de calor sobre ella para evitar que se enfríe demasiado, al tiempo que se va secando sin quitar en lo posible la grasa que protege su piel.

A veces, si lo ha pasado mal durante la salida se necesitan otras medidas para conseguir reanimarlo.

Una vez que ya se ha reanimado, se le suelen poner dos pinchazos en los muslos.

Son inyecciones intramusculares, por lo que se ponen en el muslo por ser el músculo más voluminoso tras el nacimiento.

Una es la primera dosis de la Vacuna de Hepatitis B. Una infección que si sufre la madre puede transmitir a su hijo al nacer.

La otra es vitamina K que sirve para evitar los primeros días de vida hemorragias que pueden ser frecuentes en los recién nacidos por su falta de esta vitamina.

Además se aplican unas gotas o una pomada en los ojos del recién nacido.

Es una prevención para evitar una infección que los niños pueden sufrir en los ojos al pasar por la vagina de la madre.

En cuanto el niño haya abierto suficientemente sus pulmones y eliminado las secreciones de la vía respiratoria podrá empezar a comer.

En algunos casos en los que haya un mayor riesgo de padecer infección (por ejemplo si la madre tuvo fiebre durante el parto o rompió aguas mucho antes del parto) habrá que realizar analíticas que nos indiquen si se ha infectado o no.

También pueden ser necesarias las analíticas si a los pocos días del nacimiento el niño adquiere un color amarillento excesivo.

Este color es debido a que mientras el niño está dentro de la madre tiene unos glóbulos rojos que tienen que robar oxígeno a los de la madre, pero estos glóbulos rojos no son los idóneos una vez que tiene que obtener el oxígeno del aire de modo que durante los primeros días romperá todos los que tiene al nacer y producirá una sangre nueva.

Al romperse la vieja se libera una sustancia, la bilirrubina que se deposita en la piel dando un color amarillento a la misma. Este pigmento se elimina por la orina.

Para que la parte de pigmento que se ha depositado en la piel se desprenda pasando a la sangre y pueda ser eliminado por la orina se pueden hacer dos cosas: exponer la piel del niño a luz natural (no al sol directamente) lo que hace que la bilirrubina de la piel pase a la sangre, y tomar líquido abundante (lo que favorece al orinar más que se expulse el pigmento).

La analítica nos dice cómo de alta está la bilirrubina, y las medidas que debemos aplicar según su nivel para evitar que suba en exceso, ya que a concentraciones demasiado altas puede depositarse en el cerebro del niño causando problemas.

Otra prueba que se realiza en todos los niños poco después del nacimiento es “la prueba del talón”.

Esta prueba descarta la existencia de algunas enfermedades congénitas metabólicas, es decir en las que hay una incapacidad para regular alguna hormona (hipotiroidismo) o para asimilar ciertos componentes de la alimentación (fenilcetonuria).

Si estas enfermedades son diagnostican pronto podemos evitar que se desarrollen.

Tratándolas adecuadamente son niños totalmente normales, pero antes, cuando no se detectaban eran causa frecuente de deficiencia mental irreversible.

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Reanimación del Recién Nacido

Reanimación del Recién Nacido tras el parto.

Una explicación para padres de lo que hace el pediatra en la reanimación tras el parto, cuando nace el bebé.

Es recomendable que esté presente un pediatra en los partos.

El parto es una situación de riesgo para el recién nacido. Tiene que adaptarse a muchas cosas nuevas.

Para eso su cuerpo tiene que hacer algunos cambios en pocos minutos que son importantes.

Es, a pesar de todo algo tan natural, como que todos hemos pasado por ahí.

En la mayoría de los casos el pediatra no tiene que hacer nada, porque todo funciona según lo previsto por la naturaleza.

Cuando eso no es así, interviene el pediatra.

Se suelen establecer 5 grados en la reanimación:

– Tipo 0: El pediatra mira al niño sobre su madre y no hace nada porque todo va bien. El recién nacido tiene buena vitalidad y va cogiendo el color poco a poco. No os asustéis porque al principio esté morado, es normal. Conforme va llorando, pasará a pálido y después a sonrosado unos minutos después.

– Tipo I: Aspiración de secreciones. Esto es necesario cuando se ve al recién nacido que respira con dificultad como si tuviese muchos mocos en la garganta. Lo que se hace es introducir una sonda que aspira los restos de líquido y sangre que hallan quedado en la boca y la garganta. Es especialmente importante hacerlo en los casos en los que el líquido amniótico sale manchado de verde.

– Tipo II: Además de aspirar las secreciones se ayuda a llenar los pulmones de aire con una mascarilla. Esto se hace en aquellos bebés que tras la aspiración de las flemas tardan más de lo normal en coger el color.

– Tipo III: Cuando el recién nacido no es capaz de respirar bien sin la ayuda de la mascarilla, necesita un tubo por el que meter aire en sus pulmones. Decimos que necesita intubación.

– Tipo IV: Cuando además es necesario poner una vía de suero para meter medicación al niño.

Deja al Pediatra trabajar

Esto no lo explico con la intención de que hagáis de maestrillos en el paritorio, enseñando al pediatra a hacer su trabajo.

De hecho el peor favor que puedes hacer a tu hijo en un momento así es interferir en el trabajo del pediatra.

Si veis algo distinto al Tipo 0, lo que tenéis que entender es que el pediatra está haciendo lo necesario por el bien de vuestro bebé.

Al final de la reanimación, suele pesarse y medirse al niño y se da una puntuación según la vitalidad del recién nacido llamada Test de Apgar.

Y si todo está bien el niño sale del paritorio sobre su madre.

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Contenidos del Manual de Pediatría para Padres y Abuelos

 

Esta web es una guía gratuita de Puericultura y Pediatría para Padres y Abuelos.
Encontrarás temas sobre salud infantil, cuidados del bebé, consultas más frecuentes al pediatra, problemas con la comida, el sueño, la educación.
Todo su contenido es discutible. Porque en lo que a unos funciona es para otros imposible de aplicar.
Ofrezco consejos basados en mi experiencia.
Vosotros decidiréis si os son útiles.
Espero vuestros comentarios para seguir mejorando y aprendiendo.
Recién Nacido Consultas Más Frecuentes Educación Sueño Alimentación

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Apego Autonomía Blog Colecho Primer Mes de vida del Bebé Sueño del Bebé y Niño

Un sitio para dormir el bebé

Preparar el sitio para dormir un bebé. La cuna o el colecho. Es una Elección de los padres que puede modificarse según el bebé.

Este es uno de los temas en los que los padres tienen que hacer su elección: Que el niño duerma en la cama con los padres, o en su propia cuna.

Pese a lo que podáis leer por ahí, mi opinión (y es sólo eso, mi opinión) es que no hay «lo mejor…» en este tema. Lo que para unas familias es lo mejor, puede ser mala opción para otras.

Sois vosotros los que debéis plantearos el tipo de crianza que deseáis hacer y ver cuál de las dos opciones es mejor en vuestro caso.

Para mí las prioridades a la hora de tomar esta decisión serían:

  • Que escojáis la que escojáis el resultado sea que todos descanséis bien. Hay familias que eligen una de las dos opciones y a pesar de que no consiguen descansar tienen un rechazo frontal a la otra opción. Está bien que tengamos nuestras preferencias. Pero luego cada niño es diferente. Y en el día a día, lo que decidimos hacer en un principio, puede no funcionar. Es bueno ser realistas y flexibles teniendo claro que cualquier decisión puede ser modificada si no da los resultados que buscamos. Y que no tenemos porqué cumplir con un esquema concreto de crianza al 100%.
  • Tened claro que no hay una de las dos opciones que sea la «correcta», científicamente hablando, para todos.

Para los que eligen la cuna como sitio para dormir del bebé

Debe permitir que veamos al bebé con facilidad, para lo cual debe tener unas paredes que no pueden ser un panel opaco.

Lo mejor es que sean barras o material plástico transparente.

La cuna del bebé

Las barras deben ser verticales, nunca horizontales para que no escale el bebé y con una separación que no permita que la cabeza pueda introducirse entre los barrotes.

Es bueno que la altura de la barandilla sea ajustable de modo que cuando el bebé vaya creciendo podamos ir subiéndola para que no pueda salirse de la cuna.

No es necesaria la almohada. Los bebés no la necesitan para nada.

Y procurad que haya la cantidad mínima de objetos en la cuna: peluches por ejemplo o artilugios anti-vuelco que no sirven para nada en la mayoría de los bebés porque lo recomendable de entrada es que duerman boca arriba.

La ropa de cuna, especialmente lo que tenga contacto directo con el bebé es preferible que sea algodón 100% y sin colorantes.

En los bebés muy pequeños, mantas que no pesen demasiado.

En los más grandes que se mueven mucho, yo prefiero poner los pijamas necesarios y no usar sábanas (bebés que se despiertan por frío o calor).

Cuando el sitio para dormir todos es una sola cama

Vuelvo a hacer mención a una opción para la que la cuna sobra: El colecho. La eleción es vuestra.

Consiste en que el bebé duerma con los padres en la misma cama hasta que decida por sí mismo que prefiere su propia cama.

Esta opción tiene tantos defensores a ultranza como detractores. Ni es mala como dicen algunos ni es lo único bueno como dicen otros. Es una posibilidad que os animo a usar si lo deseáis y a seguir usando si haciéndolo descansáis mejor.

 

El colecho

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Blog Complicaciones del Parto Recién Nacido

Test de Apgar

Test de Apgar. La valoración de la vitalidad de un recién nacido

El test de Apgar es la puntuación que mide la vitalidad de un recién nacido en sus primeros minutos de vida. Explicación para que los padres lo entiendan.

En el informe de alta suele aparecer el Test de Apgar del recién nacido.

Es una puntuación seguida de 2 ó 3 cifras.

Corresponde a la puntuación que el pediatra da al niño al minuto, los 5 minutos y 10 minutos de vida.

Cuando sólo hay 2 de esas puntuaciones corresponden al minuto y 5 minutos. Y la segunda es de 9 ó 10.
Para dar esas puntuaciones el pediatra observa al recién nacido en 5 aspectos diferentes que nos hablan de su vitalidad y lo bien que se adapta fuera de su madre en los primeros minutos.

Esta puntuación ayuda al pediatra a decidir la ayuda que debe prestar al recién nacido.

Los 5 puntos que lo componen son: velocidad de latidos del corazón, coloración, tono, respiración y respuesta a estímulos.

Cada uno de esos aspectos puede tener un valor entre 0 y 2. Y por tanto el valor total puede estar entre 0 y 10 puntos:

  • En un parto normal y con Apgar 9-10 ya desde el principio, el niño puede permanecer sobre la madre y no precisa más reanimación que secarlo.
  • Con cifras menores puede precisar que le aspiren las “flemas” para dejar libre el paso de aire.
  • Si está peor puede necesitar que le ayudemos a respirar con una mascarilla.
  • Si es aún peor puede ser necesario colocar un tubo por el que meter aire en sus pulmones y que le pongan un suero por el que pasarle medicación.

Muchos niños con un Apgar bajo pueden necesitar alguna de estas cosas. Pero lo que de verdad tiene importancia es si se recupera con rapidez o tarda.

Un Apgar bajo (por debajo de 5) el primer minuto nos dice que debemos actuar, pero si a los 5 minutos ya es normal (9-10), no es muy problemático. Posiblemente se mantenga en observación las primeras horas de vida, pero es muy raro que produzca secuelas.

Un Apgar que sigue por debajo de 5 a los 5 minutos nos dice que el niño está en una situación grave que puede dejar secuelas a largo plazo. Con seguridad será ingresado en una unidad especializada los primeros días de vida.

La intención de este artículo es facilitar la comprensión a los padres de lo que pasa a su hijo. En ningún caso animar a los padres a interferir en la labor del pediatra. Tened en cuenta que cuanta mayor atención dedica el pediatra a los padres en ese momento, menos está dedicando al bebé.

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Bebé de 2 meses Blog Recién Nacido

Hernias en el Bebé Recién Nacido

Hernia umbilical en bebés

Una explicación clara con imágenes para que los padres puedan diferenciar en los bebés las hernias de lo que no lo son. Cómo actuar si tu hijo la tiene.

La pared del abdomen está formada por músculos. Hay varios distintos y se unen entre sí por zonas más débiles.

A veces, alguna de esas zonas puede ceder y abultar hacia fuera.

Especialmente cuando el bebé hace fuerza y aprieta la barriga: Al llorar, toser o cuando aprieta para hacer caca.

Tipos de hernias en bebés

Los dos tipos de hernias más frecuentes son la umbilical y la inguinal:

Hernia umbilical aparece justo donde está el ombligo.

– La otra es la hernia inguinal. Aparece en la ingle y es mucho más frecuente en niños que en niñas.

La hernia umbilical en bebés

Hernia Umbilical en un Bebé

En este artículo nos centraremos en la más frecuente de todas: La hernia umbilical del bebé que aparece ya recién nacido o poco después.

Lo primero, voy a mostrar lo que es una hernia umbilical de verdad. Las hay más o menos abultadas. Y pueden aumentar o reducirse con según el niño hace más o menos presión.

Estas hernias se reducen con facilidad. Es decir, que cuando la apretamos se mete fácilmente hacia la barriga. No hay riesgo por hacer esto. Aunque conviene no hacer barbaridades, es una piel bastante resistente y que no suele provocar dolor al niño.

Suelen aumentar durante los primeros meses de vida. Especialmente en niños llorones, con gases o con estreñimiento.

Pero muchas veces, poco a poco se van reduciendo hasta desaparecer.

Tratamiento de la hernia umbilical en bebés. Lo que funciona y lo que no.

En los casos llamativos o cuando no desaparecen antes de que el niño empiece a andar, conviene que sea valorado por un Cirujano infantil, por si tiene que operarse.

Es una operación muy sencilla y que da muy buenos resultados.

Cosas que NO sirven con las hernias umbilicales:

Fajas. Se usaban mucho en el pasado. El problema es que está tan floja que no hace nada o si se aprieta, dificulta la respiración del bebé.

Esparadrapo. Tampoco. Suelen hacer reacciones en la piel que pueden ser importantes y al final, el que tenía que operarse, se opera igualmente.

Lo que no son hernias pero algunos padres confunden con ellas

Os añado dos fotografías más que no son hernias, pero muchos padres suelen confundir.

La primera corresponde a un ombligo normal, justo tras la caída del cordón. Como veis el ombligo sobresale de la barriga, pero eso es normal.

 

ombligo cutaneo bebe

 

La segunda corresponde a un bulto que aparece justo en el centro del borde de las costillas. En el centro exacto de la foto. Es el bulto que produce en algunos niños la parte final del esternón (el hueso al que se unen las costillas en el centro del pecho).

 

apendice xifoides bebe

 

En algunos bebés abulta un poco hacia fuera. Pero si lo tocáis, es duro. Mientras que las hernias suelen ser blandas.

¿Hay que hacer algo de urgencia con las hernias?

A veces las hernias crecen de golpe. Si eso coincide con un dolor intenso en el bebé o con vómitos, debe ser valorado en Urgencias. En pocos casos puede ser necesario operarlo sobre la marcha. Pero en esos pocos casos es importante hacerlo pronto.

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Cosas de bebés

Preparar la llegada de un recién nacido. Lo más importante que necesita un recién nacido. Tiempo para criarlo. Una lista de las cosas que necesitará el bebé.

Cuando vamos a comprar un electrodoméstico nuevo, preparamos el espacio que ocupará, el enchufe…

Con la llegada de un bebé recién nacido, sobre todo si es el primero, son muchos los detalles que si no hemos solucionado antes de que llegue, después echaremos de menos.

Lo primero que hay que preparar para cuando llegue el bebé, lo más importante y más difícil de conseguir es:

Tiempo.

 Nada sustituye en importancia al tiempo que puedas dedicar a tu bebé cuando esté aquí.

 

Tiempo para tu hijo

 

Hoy día siguen siendo muchos los hogares en los que cuando llegue un recién nacido no tendrán las condiciones de higiene y todos los utensilios necesarios para su desarrollo y cuidado.

Pero independientemente del nivel socioeconómico, cada vez es menor el tiempo disponible de los padres para el futuro bebé.

Con la evolución de la sociedad actual, que va unida al parecer a un número de hijos cada vez menor comparado con nuestros padres o abuelos, va aumentando la preocupación de los padres por ofrecer a su muy frecuentemente único hijo todos los medios para que alcance el desarrollo máximo de sus capacidades. 

No hay método o instrumento

que a mi parecer pueda influir tan decisivamente

en el crecimiento de las capacidades de un bebé,

como el tiempo que sus padres le dediquen.

Tiempo para cogerlo, para jugar con él, para acariciarlo o simplemente para que duerma sobre tu pecho.

Nada sustituye esto para él ni para ti.

 

¿Y qué pasa entonces con los hijos de familias numerosas?

Yo me crié en una (7 hermanos). Muchos hoy día acusan de irresponsables a los que deciden tener una familia así.

A mi parecer, ni mucho menos. Cuando es el resultado de una decisión meditada, no hay regalo mejor para un niño que sus hermanos. El tiempo que los hermanos se dedican entre ellos JAMÁS puede ser superado por el que le dediquen los padres más comprometidos del mundo.

TODO PARA MI BEBÉ