Categorías
Alimentación del Bebé y el Niño Bebé de 14 meses Blog Crecimiento y Percentiles Cuidados del Bebé y el Niño Diabetes Dieta Sana Enfermedades Crónicas en Bebés y Niños Herramientas de Salud Infantil Higiene del Bebé y del Niño Obesidad Infantil

Obesidad en niños que ya cogen la comida

Guía para tratar la obesidad en niños que ya eligen lo que comen.

Normas claras para tratar la Obesidad en niños que ya cogen la comida o adultos: La forma más complicada de tratar de Obesidad

Cuando ya están en edad de coger ellos mismos la comida, se necesita en primer lugar contar con su interés en corregir la situación. Si no se consigue es labor poco menos que imposible.

Suelen ser adolescentes o preadolescentes, edad en la que empieza a importarles su aspecto por la influencia que tiene en las relaciones con los demás.

En esta edad se inician muchas alteraciones psicológicas relacionadas con el cuerpo y la alimentación, como la bulimia o la anorexia.

Ayudarles a corregir su obesidad es la mejor forma de prevenir esas alteraciones:

  • En primer lugar hay que explicar al adolescente que si tiene más peso del normal es porque tiene unos hábitos que no son los adecuados y que es posible cambiarlos.
  • Además debe tener claro que la razón para corregir su obesidad no es que por tener un aspecto físico u otro sea mejor o peor como persona. Ni debe rechazar a otros por ser obesos ni debe rechazarse a sí mismo. «Si quieres tener otro aspecto, debe ser porque te permitirá vivir mejor, más sano y sin limitarte lo que podrás o no podrás hacer por ti mismo».
  • Otra cosa fundamental es descartar desde el principio las “dietas”. Cualquier obeso de más de 30 años al que se pregunte, afirmará haber hecho una lista interminable de dietas sin ningún resultado. El fallo de raíz de cualquier dieta es estar basada en un régimen fijo que nadie es capaz de cumplir de por vida. Si la solución que se te ofrece no puede ser tu regla de alimentación para siempre, no solucionará el problema. Casi todos los padres que acuden con hijos obesos a la consulta me piden una dieta a la antigua usanza, con gramos de cada cosa que hay que comer en cada comida. No conozco a nadie que cumpla una dieta de ese tipo y esté bien de la cabeza. Lo que hay que hacer es eliminar los alimentos que claramente no tienen función nutricional alguna, establecer un hábito de alimentación correcta y de actividad física regular. Eso si es mantenible de por vida y puede por tanto corregir el problema para siempre.
  • Estas son las normas para el adolescente colaborador y para cualquier adulto que quiera seguirlas para corregir la obesidad:

Comer sólo Comida, no tonterías.

La Comida es todo aquello que comemos porque es necesario para estar bien alimentados, no por su aspecto, ni por la publicidad, ni porque nos gusta su sabor. Para una alimentación completa no se puede prescindir de tomar azúcar, grasas, proteínas, vitaminas, minerales, agua y fibra. Todos estos grupos deben estar incluidos en la alimentación, pero hay formas y formas de tomarlas.

¿Qué es comida y qué tonterías?

Sencillo: “Lo que no comía mi abuela es que no es necesario para la alimentación humana.” Luego son tonterías (con mucho marketing, pero tonterías).

En primer lugar, cuanto menos elaborados mejor, y cuanto más claramente sepamos lo que comemos aún mejor. Por ejemplo si vamos a comer salchichas, mucho mejor las de carnicería que las envasadas, vasta con leer la composición de unas y otras.

Los azúcares en forma de harina y no como azúcar refinado (panadería, no bollería), el pan de panadería es harina con agua, levadura y sal. Punto.

El pan de molde (Bimbo, Panrico…) es bollería porque a lo anterior añade grasas y azucares refinados. Si podemos elegir el mejor es el pan integral de panadería, ya que la fibra que lleva dificulta la absorción excesiva de azúcares y grasas.

Las grasas vegetales, sí, pero no todas son iguales. Los aceites de palma, de aguacate o de coco son mucho peores que el de oliva o girasol. De todos, el mejor es el de oliva. A la hora de comprar algo que lleve grasa, que nos digan que lleva grasas de origen vegetal es como no decir nada, ya que algunas grasas vegetales son peores que las animales (los aceites de palma o coco son mucho peores que la grasa del jamón serrano o del pescado). Si no tienes seguridad de lo que contiene realmente, no lo compres. De hecho si no especifican que es aceite de oliva es porque es una de las grasas vegetales de mala calidad (más baratas).

Las proteínas están sobre todo en la carne, la leche, el pescado y el huevo. Yo no soy vegetariano, pero respeto esa opción. De hecho es infinitamente más sana que la dieta actual. Pero si tuviese que recomendar algo sobre la dieta vegetariana es que durante el crecimiento no se aplique si no es la ovolactovegetariana, es decir, no comer carne ni pescado si se desea, pero si lácteos y huevo. En concreto una dieta infantil que no incluya los lácteos (a no ser que siga con leche materna) es una barbaridad.

Para el resto de los mortales incluido yo y aquellos niños cuyos padres no sean vegetarianos: Hay que tender a la mayor variedad posible. Unos días carne y otros pescado, huevo un par de veces por semana y lácteos.

Los lácteos merecerían un capítulo aparte. Hoy en día hay tal variedad que sin temor a equivocarme puedo decir que muchos niños sobreviven de ellos en exclusiva, aunque más bien tendría que decir que malviven de ellos.

Dentro de los alimentos comodines, es decir aquellos que damos a un niño que no come para tranquilizar nuestra conciencia y no tener que pelear más con él, el primero de la lista son los lácteos.

Los hay con fruta, con huevo, con “defensas”, con grasa de pescado, enriquecidos en calcio, en vitaminas, en aminoácidos… Si hay una comida de astronautas que ha llegado a la vida normal son los lácteos.

¿Y porqué este despliegue de tecnología en torno a un alimento como la leche? Pues porque son cómodos, se les puede dar el sabor dulce que se prefiera y sobre todo son rentables. Nos están metiendo el excedente de producción láctea de los países centroeuropeos con embudo, y nuestros hijos se lo están tragando.

La leche es eso, leche y debemos consumirla como tal. Si nuestro interés es únicamente la nutrición sólo hay tres formas en las que debería consumirse la leche: como leche (sin apellidos), como queso fresco y como yogur natural (sólo o con fruta natural).

Todo lo demás es basura nutricionalmente hablando y marketing.

Vitaminas, minerales y fibra. Nadie que tenga una dieta variada necesita suplementos vitamínicos o de minerales. A no ser que padezca una enfermedad que dificulte su absorción o aumente su consumo. La fuente fundamental de ellas es la fruta y la verdura. Y os recuerdo, cuanto menos procesada mejor. O sea, la fruta a bocados, para eso tenemos los dientes.

Darla en zumo, elimina fibra, que es importantísima. Que os quede claro, el zumo no es un sustituto aceptable de la fruta.

Y la verdura, nada de pasarla por el pasapurés, elimina la fibra.

La fibra regula en movimiento del intestino evitando el estreñimiento y además dificulta la absorción de grasas y azúcares en exceso y protege al intestino de irritantes que a la larga pueden dar problemas graves (como el cáncer de colon, que es el más frecuente hoy día).

Y por último el agua. Es el principal elemento para la vida. Tanto que todos los seres vivos la buscamos y hemos desarrollado un instinto más difícil de aguantar que el hambre: la sed.

A lo largo del día tenemos sed con más frecuencia que hambre y es bueno beber con frecuencia. Pero no hay nada que sustituya al agua de forma adecuada.

Lo único que deberíamos beber para quitarnos la sed es agua. El tapeo, los bares… no son sino un intento de quitar la sed con otras cosas y desorganizan cualquier intento de llevar una dieta sana.

Se anuncian continuamente montones de bebidas estupendas para “quitar la sed” y son de hecho uno de los mejores negocios de la actualidad: dar para quitar la sed (necesidad que todo el mundo tiene) algo que vale mucho más que el agua.

Algún día intentarán convencernos de que hay algo mejor que el aire para respirar, y andaremos por ahí con botellas de gas al hombro, y pagando por ellas, claro.

Cada vez nos intentan convencer antes. De hecho la oferta de publicidad sobre bebidas infantiles es interminable, en horario infantil (cosa que debería prohibirse) y en algún caso dirigido a los padres ofreciéndoles directamente un alimento completo en una forma en la que tu hijo lo pedirá y no tendrás que pelear para que esté bien alimentado.

Esto es MEN-TI-RA y no sé a que esperan las autoridades para tomar cartas en el asunto, y prohibirlo como lo que es: Publicidad engañosa. (¿Tal vez esperan a que las empresas productoras dejen de sobornarles?)

Mientras tanto, que no te engañen, no hay bebida más sana que el agua y dar otras bebidas a un niño porque no come bien no sirve más que para llenar los bolsillos del productor y perpetuar el problema de tu hijo con la comida.

Si se siguieran estas normas en cuanto a la calidad de la comida habría menos obesos, menos diabéticos, menos hipertensos, menos infartos, menos hipercolesterolémicos y la alimentación seguiría siendo igual de buena, agradable para el gusto, variada y sabrosa.

La mitad del mérito de la buena alimentación en una familia se lo lleva quien hace la compra.

Todo aquello que no cumpla las normas anteriores simplemente no lo compres.

Se puede vivir sin esos alimentos. De hecho se vive más y mejor sin ellos y además es más barato.

¿Por qué, sin embargo sigues haciendo lo contrario?

¿Publicidad?

¿Comodidad?

¿Costumbre?

Frecuencia y cantidad.

Comer sólo a las horas de comer:

Hay 4 comidas en el día: Desayuno, comida, merienda y cena.

Esas cuatro comidas hay que hacerlas bien, lo que significa que no puede uno quedarse con hambre tras ellas. Todo lo contrario que la mayoría de las dietas, que dan hambre.

Casi todos fallan en el desayuno. Desayunan mal, por lo que cada vez se extiende más la comida de media mañana, hasta el punto de que muchos los colegios obligan a que los niños lleven comida para media mañana.

Si un colegio pretende aplicar normas en cuanto a la alimentación, lo mínimo que se les puede y debe exigir es que atiendan claramente al bien del niño, sin otras consideraciones. Si esto fuese así debería:

-Prohibirse la existencia de tiendas de chucherías, bebidas azucaradas y bollería en los colegios y si las hay en sus proximidades impedir la salida de los niños para ir a comprar en ellas.

-No aceptar otro alimento en el recreo que la fruta o los bocadillos, ni más bebida que el agua.

-En aquellos centros que disponen de comedor, no dar fritos, no dar otra bebida que el agua ni otro postre que la fruta.

-Y si se asume como inevitable que en casa no desayunan, la primera media hora de colegio debería dedicarse a que desayunen allí, pero un desayuno sano, a base de leche con cereales lo menos edulcorados posibles, panadería (no bollería, y no todos los días) y fruta.

Es simple, ¿verdad? Pues la mayoría de los colegios que conozco cumplen todo esto justo al revés.

Segunda comida: A medio día. Suele ser la más fuerte en nuestro país y generalmente en la que los padres más suelen sentir que sus hijos no comen bien y hay que estar encima de ellos para que coman.

Si tu hijo no come bien en esta comida y está gordo, es que tu hijo casi con seguridad es de los que picotean, se llevan comida de mala calidad de media mañana y cuando sale del colegio, camino de casa no perdona la parada en la tienda de chucherías. Entonces llega a casa y claro, comida de cuchara no le apetece. Ya se tirará luego toda la tarde picando.

Por eso, tras el desayuno, que repito hay que hacer en casa y completo, no se come hasta medio día, o en todo caso se toman una o dos piezas de fruta.

En cuanto a la cantidad, si es comida de calidad, debe comer hasta quedar saciado. Es decir, si hay cocido, si quiere puede tomarse dos platos. Los acompañantes, es decir entrantes y postre deben ser respectivamente ensalada y fruta.

Pero una vez que acabe de comer que tenga claro que hasta la merienda solo entrará por su boca agua.

La merienda: Preferentemente debería ser de fruta, pero de vez en cuando puede tomar bocadillo. Por bocadillo me refiero a pan de panadería con embutido o pescado enlatado (atún, sardinas…). No mantequillas tipo Nocilla («leche, cacao, avellanas y azúcar quiere decir: grasa, más grasa, calorías a mogollón y otras cuantas más en forma de azúcar»), ni mermeladas (a no ser expresamente sin azúcares), ni quesitos, ni pan de molde, ni paté…. «Un bocata».

¿Y de beber? Pues agua.

Otra opción si no toma muchos lácteos es un vaso de leche sola, o con Colacao (no batidos que llevan mucho más azúcar) y algo de panadería no industrial. El chocolate no está prohibido siempre que sea de más del 70% de pureza, ya que con purezas menores lo que añaden es azúcar. Esta opción vale de vez en cuando (1 ó 2 días por semana), no todos los días.

Y finalmente la cena: la norma hoy día suele ser fritos. Hay que intentar que sea variada. Carne o pescado no rebozados, fritos con aceite de oliva o mejor a la plancha y de guarnición ensalada o verdura a la plancha. No pasa nada si algún día son patatas fritas o puré. Pero que no sea la norma (no más de dos días por semana).

La cena es la comida que habría que intentar que fuese más ligera.

Evitar las salsas industriales. El ketchup es salsa de tomate con grasa y muchísimo azúcar. Tiene una cantidad de calorías y azúcar inmensa.

Resumiendo:

-Comer a la hora de las comidas comida de calidad (no industrial) hasta saciar el hambre.

-No picar entre comidas.

-Lo único que quita la sed es el agua.

-Evitar zumos, batidos y demás bebidas edulcoradas, bollería y pastelería industrial y salsas industriales.

-Procurar que la cena sea la comida más ligera del día.

-Y por último, gastar más.

No hay que apuntarlo a 20 actividades extraescolares. Facilitad que se apunte a aquella que le guste. Pero sobre todo favoreced que salga a la calle a jugar con los amigos.

Y como una forma de obligarse a gastar más de forma diaria andar una hora al día (además de lo que hacía hasta entonces). No vale hacerse el cálculo de: «entre el trayecto al colegio, cuando voy a casa de mi amigo Pepito y…. ya ando 1 hora». Con eso estás gordo, si quieres dejar de estarlo es que hay que gastar más.

Algo tan tonto como andar una hora al día, acompañado por un adulto favorece la pérdida de peso del niño, pero además siempre será beneficioso para el adulto que le acompañe, para despejarse y relajarse un rato, para bajar su tensión si es hipertenso, para su sobrepeso si le sobra, para mantenerse en forma.

Y por si fuera poco mejora el desarrollo psicológico del niño, ya que una hora de paseo todos los días crea una relación distendida con la persona que le acompaña que favorece que el niño se abra y comente sus inquietudes.

Incluso en los niños sin una obesidad como excusa sería una práctica recomendable.

Usar más el coche de San Fernando (un ratito a pie y otro andando). Ir en coche para cualquier trayecto que se hace en menos de media hora andando tranquilo o subir en ascensor menos de 3 plantas es una… (Barbaridad, estupidez, ser más vago que una estera…). Estáis consumiendo energía (es decir contaminando), sólo para engordar.

Os recuerdo por último que el niño cuenta con unas ventajas respecto al adulto para adelgazar:

No es necesario que pierda peso, simplemente con no ganar, adelgaza conforme crece.

No es autónomo en el acceso al alimento. Si no le compramos chucherías no las puede comer. Si es él quien las compra es que tiene un dinero que tal vez no debería.

Si quien se las proporciona a pesar de que se le explique todo es alguno de los tíos, abuelos…. Tal vez y por mal que les siente haya que explicarles que por el bien del niño y ante su inmadurez, hay que reducir sus visitas si no cambian de actitud.

Ánimo, si quieres, puedes.