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Dieta para niños con Intolerancia a la fructosa / sorbitol

 Dieta para niños con intolerancia a la Fructosa

Cada vez se diagnostica con más frecuencia en niños la Intolerancia a la Fructosa / Sorbitol. ¿Qué alimentos debo evitar y hay algo más que deba hacer?

¿Qué es la Fructosa?

La Fructosa es el azúcar natural que está presente en a mayoría de las frutas y verduras. También es el azúcar natural de la miel. Pero es además extraído de estas fuentes naturales y usado en muchos productos de alimentación industrial para endulzarlos.

Como casi todo lo que hay en la naturaleza, la Fructosa en sí no es mala. Pero cuando la separamos de la fibra con la que se acompaña de forma natural y se añade en exceso a la dieta, puede dar problemas. Son formas como el jarabe de maíz alto fructosa, muy usado en alimentos elaborados.

¿Qué es el Sorbitol?

El Sorbitol es también conocido como Aditivo E-420.

Es también una sustancia natural, presente en algunas frutas. El problema de nuevo es cuando se separa de su fuente natural y se usa a concentraciones mayores como edulcorante para zumos, caramelos sin azúcar, chicles sin azúcar, medicamentos, productos para celiacos y diabéticos, «pérdida de peso»…

En muchos casos Sorbitol y Fructosa están presentes en estos alimentos. Cuando se asocian los síntomas de intolerancia aparecen con más facilidad.

¿Qué es una intolerancia?

Cuando no somos capaces de digerir una alimento hablamos de intolerancia.

Es diferente a una alergia. En las alergias el cuerpo responde defendiéndose cuando tiene contacto con el alimento que le produce alergia. Lo ataca como si de una infección se tratase.

Para absorberse la Fructosa y el Sorbitol en el intestino delgado necesitamos unas proteínas transportadoras que los absorben.

Muchas intolerancias son transitorias y se deben a un daño en la pared que le hace perder la capacidad de absorber Fructosa y Sorbitol.

Otras son permanentes y se deben a un defecto genético del niño que le hace producir estas proteínas transportadoras en cantidad insuficiente.

Sintomas de la intolerancia a la Fructosa / Sorbitol en niños

En la Intolerancia el problema es que al no ser capaces de digerir la Fructosa o el Sorbitol, quedan para que los consuman los gérmenes que hay en nuestro intestino. Esto produce tres problemas:

  1. Aparecen gérmenes que en condiciones normales no deberían estar ahí, porque no tendrían de qué alimentarse. Algunos de ellos producen toxinas que irritan el intestino. Esa irritación puede hacer que la la pared del intestino siga dañada. Lo que perpetúa la intolerancia.
  2. Fructosa y Sorbitol fermentan en el intestinos generando gases. El resultado son digestiones pesadas, con dolor e hinchazón abdominal y ardores.
  3. Se producen ácidos y algunas sustancias irritantes que dan lugar a una diarrea irritante. 

Diagnóstico de la Intolerancia a la Fructosa / Sorbitol en niños

La forma más sencilla y clara de hacerlo es aplicar una dieta sin Fructosa ni Sorbitol y comprobar qué ocurre. Si al hacerlo durante un par de semanas mejoran los síntomas claramente, volvemos a introducir la Fructosa y el Sorbitol en la dieta y los síntomas reaparecen en menos de 24-48 horas…. Está claro, hay intolerancia a la Fructosa-Sorbitol.

Pero esta puede ser transitoria.

Es lo que ocurre tras algunas infecciones intestinales. Presentan una intolerancia que desaparece tras recuperarse la pared del intestino. Cosa que ocurre habitualmente tras unas semanas de dieta sin Fructosa ni Sorbitol.

Para comprobar si el el caso, podemos probar a reintroducirlos en la dieta a las dos semanas.

Si mejoró al retirarlos pero no hay empeoramiento al reintroducirlos, era una intolerancia transitoria.

Cuando de nuevo aparecen los síntomas, podemos suspender otra vez Fructosa y Sorbitol durante un mes y reintroducimos.

Si vuelven los síntomas prolongamos la dieta un par de meses.

Si sistemáticamente reaparecen la intolerancia posiblemente es definitiva.

Tratamiento de la Intolerancia a la Fructosa / Sorbitol en niños

El tratamiento es hacer una dieta sin Fructosa ni Sorbitol.

En las intolerancias transitorias basta con hacer estas dietas unas semanas.

Si son definitivas la dieta es de por vida.

En principio se hace a rajatabla hasta que ceden los síntomas en unas dos semanas.

Tras esa mejora inicial podemos introducir poco a poco la fructosa hasta ver cuál es la cantidad que tolera. Hay intolerancias más intensas y menos.

Se toleran mejor cuando van acompañados de otros alimentos. Con lo que lo mejor sería introducir estos alimentos como postres y no aislados.

Dieta sin Fructosa / Sorbitol para niños

Especialmente deben evitarse los alimentos que contienen asociados Fructosa y Sorbitol. Ya que tomados juntos potencian la intolerancia:

Primer bloque.

  • Alimentos industriales con Fructosa y Sorbitol en su composición.
  • Miel de abeja. 
  • Frutas que contienen Fructosa y Sorbitol en gran cantidad: Manzana, Pera, Cerezas, Melocotones, Albaricoques, Nectarinas…
  • Mermeladas, Frutas pasas, Frutas escarchadas… Cualquier forma de fruta enriquecida en azúcar o concentrada.
  • Zumos de frutas. Tanto los comerciales como los naturales. Ya que reducimos la fibra conservando y concentrando la Fructosa.
  • Chicles, caramelos y otras chuches «sin azúcar», así como productos para diabéticos y celiacos, o pastas de dientes que contengan sorbitol o E-420 para endulzar.
  • Medicamentos que contengan Fructosa o Sorbitol para endulzar.

Si eliminando estos preductos los síntomas desaparecen se puede tomar todo lo demás. Si no acaba de mejorar hay que eliminar también:

Segundo bloque.

  • Frutas con cantidades importantes de Fructosa, pero sin sorbitol: Uvas, Melón, Sandía, Higos, Granada, Mango…
  • Miel de caña o melaza.

Estos son alimentos ricos en Fructosa, pero menos que los del primer escalón y sin sorbitol en cantidades apreciables.

  • El resto de frutas tienen concentraciones menores de Fructosa y muy pequeñas de Sorbitol y pueden tomarse si se hacen en su forma original, sin eliminar su fibra, sin endulzarlas, ni concentrarlas.

Para hacer el diagnóstico empezamos con una dieta completa y estricta.

Una vez que sabemos que hay intolerancia y queremos ver el nivel de tolerancia, probamos a que tome los alimentos del segundo bloque. Y si los tolera, poco a poco los del primer bloque.

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¿Sabes por qué algunos bebés rechazan la fruta de repente?

Sabes por qué algunos bebés rechazan la fruta de repente cuando antes la tomaban bien?

Hay bebés que tomaban fruta muy bien y de repente la rechazan. ¿Sabes por qué? Te lo explico para que sepas cómo actuar y no empeorar la situación.

La conducta de los niños es un misterio. Especialmente durante la etapa en la que aún no pueden usar el lenguaje para expresar los motivos de lo que hacen.

Pero es un misterio que puede resolverse en muchos casos pensando en cuestiones simples.

En este caso vamos a centrarnos en una situación muy común. Escribo esto porque son muchos los padres que me lo han preguntado y creo que viene bien entenderlo. Es útil en esta situación concreta, bastante frecuente, pero también a modo de ejemplo para entender otras conductas, aparentemente incomprensibles.

Un bebé que ya tomaba fruta sin problema de repente la rechaza

Puede haber niños a los que les gustan más unos alimentos que otros.

Pero lo llamativo en estos casos es que inicialmente han aceptado muy bien la fruta. Puede que incluso lleven varias semanas tomándola.

Y un día de repente la rechazan.

No parece haber un motivo, pero vemos que el bebé es insistente en el tema. Dejamos de insistir, le damos otro alimento, como por ejemplo la leche, y la acepta sin problemas. Volvemos a probar con la fruta y vuelve a rechazarla. Y cada vez con mayor insistencia.

Una modificación de conducta tan brusca nos resulta muy llamativa. No entendemos qué ocurre ni qué es más adecuado hacer:

  • ¿Dejamos de insistir con la fruta y que coma lo que sí acepta?
  • ¿Insistimos en que la coma porque la fruta es un alimento importante?

¿Qué opinas tú?

Debo confesarte que durante muchos años no tenía clara la respuesta o estaba más a favor de la segunda opción. Pero es que en unos años mi visión de los niños ha cambiado.

Los niños no siempre escogen lo que les conviene. Pero en muchos casos tienen motivos más que justificados para hacer ciertas cosas. Si entendemos esos motivos podemos hacer las cosas de forma que superemos los problemas. Si no las entendemos podemos empeorarlos.

Cuando un niño rechaza la fruta de repente suele ser por dolor

Y qué tiene la fruta que pueda producir dolor:

  • De forma inmediata, acidez.
  • A medio plazo, fructosa.

Situaciones en las que un niño rechaza la fruta por su acidez:

  1. Aftas o llagas en la boca. Hay muchas infecciones vírales que pueden originar aftas o llagas en la mucosa de la boca. Algunas se acompañan de erupciones alrededor de los labios. Cuando es así es fácil suponer que pueda haber alguna lesión también en el interior. Pero en muchos casos las lesiones son escasas y sólo están donde no las vemos. Imagina qué le pasa a un niño que tiene un afta y que de repente toma fruta ácida. ¿No es normal que la rechace?
  2. Los dientes. Cuando los dientes salen las encías se están abriendo. Los receptores de dolor están hiperexcitados. Cualquier estímulo en ese momento puede ser más doloroso de lo habitual. Al tomar fruta ácida irrita las heridas de las encías que los dientes están abriendo al salir. ¿Es extraño que rechace la fruta en esta situación?

Situaciones en las que el bebé rechaza la fruta por intolerancia a la fructosa:

  1. En Intolerantes a la Fructosa. Hay personas que tienen un defecto que les impide digerir el azúcar de la fruta. La fructosa es un «azúcar doble» que nuestro intestino debe partir por la mitad para que pueda absorberse. Para eso usamos una enzima. Si no somos capaces de producirla en cantidad suficiente por un defecto genético, no podremos digerir y absorber ese azúcar. El resultado es que se queda en el intestino, es consumido por los gérmenes de nuestra flora intestinal que lo fermentan produciendo gases y ácidos que irritan la pared del intestino. El resultado es que al poco rato de tomar la fruta hay dolor de barriga y diarrea ácida. Si esto te ocurriese cada vez que tomas fruta, ¿no acabarías rechazándola?
  2. Tras algunas gastroenteritis virales se puede originar una intolerancia transitoria a la fructosa. En el punto anterior decía que hay personas que tienen un defecto genético que les impide digerir la fructosa. Pero en otros casos puede ser algo puntual. Si tienes una infección en el intestino y se altera la mucosa, la fructosa es digerida con una encima que se produce en la zona más expuesta, la superficie. Si esta superficie de la mucosa es barrida y perdemos la capacidad de digerir la fructosa (y la lactosa, el azúcar de la leche). Podemos recuperar esa capacidad en cuanto se regenera la mucosa. Pero es que la diarrea producida por la propia intolerancia puede mantener la mucosa dañada. Es la pescadilla que se muerde la cola. Estas diarreas ácidas suelen ceder en cuanto retiramos de la dieta del niño los azúcares que no digiere: Fructosa y Lactosa.

¿Qué hacer cuando un bebé rechaza la fruta de repente?

Una vez que entendemos mejor las razones del niño que rechaza la fruta, pensemos cómo actuar.

Evidentemente nuestro objetivo es que el bebé acabe tomando la fruta de nuevo.

Pero si hay un problema que produce dolor al tomarla, e insistimos, sólo conseguiremos que el rechazo a la fruta se haga cada vez más fuerte y duradero.

Lo adecuado es eliminar la fruta de su dieta mientras dure el problema y ayudar si podemos a que se resuelva la causa del dolor.

En la práctica lo que debes hacer en cada una de las situaciones que generan dolor al tomar fruta es:

  • Rechaza la fruta por dentición. Habitualmente los dientes crecen dando estirones. Suelen estar activos durante unos 3-4 días. Es la fase en la que van rompiendo encía para salir y en la que estará más sensible. Si vemos que un niño rechaza la fruta y tiene dientes saliendo deja de ofrecerle fruta hasta que veas que los dientes detienen su avance y un par de días más para que la encía se repare.
  • Rechaza la fruta por un afta o llaga. Lo normal en las infecciones que las generan es que estén saliendo llagas nuevas durante 2-4 días y tras eso tarden en curar otros 2-3 días. En total una semana más o menos. Para que las llagas molesten menos y se curen antes lo que parece dar mejor resultado son aplicaciones de ácido hialurónico. Lo que hace es formar una capa protectora sobre la lesión.
  • Rechazan la fruta con gases y diarrea ácida. En estas situaciones lo que recomiendo es que elimines la fruta y la lactosa (el pecho no tiene problema, si toma leche, sin lactosa, puede tomar yogur y queso) y le des un probiótico. Hacemos esto hasta que desaparezcan los gases y la diarrea ácida y una semanita más. Cuando pase este periodo vuelve a ofrecerle lactosa y fruta. Si al hacerlo empeora de nuevo elimínalas de su dieta un mes. Si al reintroducírselas en la dieta vuelve a empeorar consulta a su pediatra, porque tal vez, no se trate de una intolerancia pasajera.

Como os decía al principio del artículo, un niño no siempre sabe lo que le conviene. Pero sus reacciones no son por ello injustificadas, absurdas o imcomprensibles.

Insistir a un niño a que coma algo que rechaza no es nunca la solución. Incluir la pelea sólo puede empeorar el problema. Empeorará la relación del niño con la comida y contigo.

Pero ¿Y si el niño simplemente está seleccionando la comida y rechaza la fruta porque prefiere otras cosas?

Esto es bastante frecuente. Pero ocurre porque ofrecemos al niño una dieta inadecuada.

Si tú ofreces a un niño lácteos azucarados es fácil que estos vayan suplantando progresivamente a otros alimentos que resultan menos apetecibles al niño.

La solución en estos casos pasa por 3 consejos simples:

  1. Confía en la capacidad de tu hijo de comer la cantidad necesaria. No hagas nada para que coma más. No suele funcionar y suelen ser soluciones contraproducentes.
  2. Elimina de la dieta del niño esos productos comodín que están suplantando a la comida. No le des más productos azucarados. Son caros, no aportan nada que no tenga una dieta variada y se cargan la dieta sana.
  3. Ofrécele comida variada pero en plato único. Es decir, no pongas primero, segundo y postre. Ofrece plato único. Y hazlo de forma que en conjunto haya variedad. Pero en cada comida ofrecemos un sólo alimento y de eso que coma la cantidad que quiera.

Haciéndolo así conseguirás sin pelear que tu hijo tome una dieta variada. Este es el objetivo, y lo haremos mejorando su relación contigo y con la comida.