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Berrinches a la hora de comer a los 2-3-4 años

Rabietas o berrinches con la comida 2 3 4 años

Si cada comida es una pelea con tu hijo preescolar (2, 3, 4 años) te explico lo que está fallando y cómo solucionarlo sin que vuelvas a pelear y mejorando la alimentación de tu hijo.

Respuesta a la petición de Peketema de esta semana de Gandy en nuestra comunidad de Facebook: “Cómo lidiar con los berrinches de nuestros “adolescentes” de dos años a la hora del almuerzo.”

Los terribles dos años, la época de los berrinches, las rabietas… es un gran desafío para las familias. De repente descubres que tu bebé tiene carácter. Y ¡vaya si lo tiene!

Cuando un bebé es pequeño y se habla de educación, suelo decir a los padres que:

Al bebé se le atiende, al niño se le educa además de atenderlo.

Os lo explico:

Los bebés tienen un cerebro muy básico con capacidad de expresar necesidades biológicas. Si está incómodo, tiene hambre, frío, dolor, falta de estímulos, afecto…. Llora. Y en cuanto suples su necesidad o alivias su molestia deja de llorar.

Un niño ha desarrollado su cerebro y es más complicado. Se parece más a nosotros: Tiene preferencias, deseos y herramientas más elaboradas para lograrlos.

Cuando un niño que ya tiene capacidad para pensar, prever y elegir quiere algo, lo pide. Y si se encuentra una negativa, pone en marcha una serie de estrategias para alcanzar su objetivo.

Empieza haciéndolo con lenguaje, a veces hablado y a veces con gestos.

Pero si hay una negativa reiterada se frustra y manifiesta esa frustración mediante lo que llamamos rabieta, berrinche…

Es cuando empieza esta etapa cuando tiene sentido plantearse la educación de nuestro hijo.

Educar es:

Evitar que tenga acceso a aquello que le perjudica.

Promover conductas que le permitan adaptarse mejor a la sociedad, evitando aquellas que dificultan la adaptación.

Que un niño haga rabietas con estas edades no es un signo de que esté mal educado.

Simplemente está probando conductas innatas para ver las que le permiten adaptarse mejor a su entorno.

La rabieta y la violencia son conductas innatas. Hubo épocas en las que mejoraban la supervivencia de los niños:

El niño violento o que hacía rabietas sobrevivía frente a que no lo era si había 10 niños y comida para 4….

Pero hoy en día preferimos que usen herramientas diferentes, como la inventiva, la oratoria, la colaboración, el pacto, ser zalamero… Son conductas mejor aceptadas y que permiten conseguir los objetivos de forma “correcta” en nuestra sociedad.

Desde esta idea, ahora vamos con la comida.

Hay una serie de ideas erróneas que suelen generar peleas con la comida:

– Come poco.

– Si no le insisto no come.

– Tiene que sentarse a comer.

Voy comentarlas una por una.

Mi hijo come poco

¿Tiene tu hijo actividad para agotarte a ti y todo el vecindario?

Si es así, ¿de dónde crees que saca tanta energía?

La etapa preescolar, comparada con la de lactante es una fase de crecimiento lento, tanto en peso como en talla:

En el primer año de vida se sube alrededor de un 50% la talla y un 200% de peso.

En los 3 años siguientes se gana en torno a un 10% de talla y un 25% de peso cada año.

Como veis hay una diferencia muy evidente. Esto significa muchos menos recursos necesarios para crecer. Por lo que muchos preescolares comen menos que cuando eran bebés.

Si esto no se entiende empezamos a hacer cosas para aumentar a costa de lo que sea la cantidad de lo que come.

Pueden pasar dos cosas:

Que el niño pelee para no comer más y lo consiga, en cuyo caso tu sigues con la pelea, generando una relación cada vez peor con la comida.

Haciendo berrinches cada vez que toca comer.

O que ganes tú y generes sobrepeso.

Ambas opciones son malas.

Pasamos entonces a la segunda, ¿nos creemos de verdad “Es que…?

“…Si no le insisto, no come.”

Yo suelo poner un ejemplo aquí: ¿Habéis tenido mascota alguna vez?

Yo perro durante 13 años. Y no murió de hambre, a pesar de que nunca le di de comer. Mi labor respecto a su comida consistía en ponerle comida en su cuenco. Él venía a comer cuando quería y cuando no le apetecía no lo hacía.

Tengo claro que mi niño no es menos inteligente que mi perro… No tiene estropeado el instinto de supervivencia, y cuando tiene hambre, teniendo comida a su alcance, no va a pasar hambre pudiendo evitarlo.

Luego, si está sano, no hay niño que pase hambre teniendo acceso a la comida, a no ser……

A no ser que haya cosas que distorsionen su conducta alimentaria. 

Si un niño hace un berrinche con la comida es porque:

– Le estás obligando a comer cuando no tiene hambre.

– Le estás obligando a comer cuando tiene más interés en jugar o lograr estímulos para desarrollar su cerebro.

– Le estás obligando a comer cuando tiene sueño.

– Le estás obligando a comer cuando tiene una molestia que le impide comer.

– Le estás ofreciendo un alimento que no le gusta, y aunque tiene hambre, prefiere comer otra cosa.

En los 3 primeros casos, no pasa nada por que no coma si tiene otra necesidad en este momento. Simplemente, ya comerá más adelante. La próxima comida no va a ser en una semana… No se va a morir de hambre antes de que llegue.

Si hay una molestia es evidente que no es cuestión de insistirle en comer, sino de buscar la causa y tratarla.

Y por último, si es que no le gusta la comida, una comida que antes sí tomaba,  la cuestión es si estamos distorsionando la alimentación ofreciendo cosas ricas en azúcar. Cuando lo hacemos, además de producir obesidad, estamos haciendo que poco a poco rechace aquellos alimentos cuyos sabores son menos atractivos en comparación. En este caso la solución no es pelear para que coma lo que debe. Sino para no darle aquello que no debe.

Recuerda que educar era evitar aquello que perjudica al niño. 

El origen de la disputa otras veces no es sobre si come o no, es la forma en la que come…

No hay forma de que se quede sentado comiendo y voy persiguiéndole con la comida

Para los niños de estas edades, comer es una necesidad que se cubre con facilidad. Con lo que comen un poco y en seguida muestran interés por volver al juego.

Muchos adultos pretenden que un niño de 2-3 años se quede sentado mientras todos comemos y hacemos la sobremesa…. Pero para el niño eso no es un estímulo en el que pueda participar. Así que se aburre y quiere levantarse de la mesa en cuanto se siente saciado. Si es que habíamos logrado sentarle….

Tiempo habrá de que acabe portándose como un “caballerito” o una “dama” en unos años. Pero en esta edad es absurdo.

Asegurado el acceso a comida y a una dieta variada, el principal problema en esta edad con la comida son las conductas a las que llegamos para lograr algo que se consigue sólo: Que coma.

Cuando cada comida es un berrinche, quiere decir que estamos distorsionando tanto la relación del niño con ese momento que no le dejamos otra alternativa.

La solución, especialmente en los peores casos pasa por cambios drásticos. Debemos desvincular de la comida todos esos aspectos emocionales.

Para eso, en niños con autonomía para desplazarse y cuyo interés por la comida es secundario lo mejor es ponerles de comer, no darles de comer. Y nunca pelear por ellos para que coman.

Os lo concreto.

Si a partir de ahora en cada una de las 5 comidas del día (desayuno, media mañana, comida, merienda y cena) tu pones el plato de comida para el niño en una mesa baja a la que pueda llegar cuando el quiera.

El plato del desayuno está a su alcance para que venga y coma cuando quiera. A media mañana lo cambias por lo que tú vayas a comer a media mañana. A medio día lo cambias por los que vayas a comer a medio día…

Y te olvidas de la comida.

Cuando él quiera que se acerque, coma y se vaya a jugar. Al ritmo que se lo marque el hambre.

No le ofreces otra comida alternativa. Hay lo que tú vayas a comer. No hay zumos, batidos, galletas, pan…. Hay comida en el plato.

No le entretienes para que coma, no le das de comer, no peleas con él para que coma.

Es lo que hacemos con las mascotas y funciona.

¿Sabes qué ocurre en el 100% de los casos cuando haces esto?

Ninguno se muere de hambre. 

Alguno pelea para que le des aquellos alimentos ricos en azúcar que tanto le gustan en vez de lo que comes tú y debería comer él. Ante lo que debes simplemente negárselos. Y si hace una rabieta debes tener claro que eran tan malos para él que le generaban adicción. Está desenganchándose.

Haciendo esto la comida deja de ser un momento desagradable en el que me impiden jugar y me obligan a comer sin hambre. Pasa a ser algo a su alcance que busca cuando necesita y come sin tanto teatro.

Deja de ser una negociación en la que regateo un poco de buena comida para conseguir la comida de mala calidad.

Pero sé que hay familias para las que hacer esto es “superior a sus fuerzas”. Estás pensando a corto plazo, en que hoy “no se acueste sin cenar”, y empeorando su relación con la comida. No es eso lo que conviene al niño….

Pasar un mal rato y hacérselo pasar a un niño por no cubrirle una necesidad es absurdo.

Perjudicarle a él y su nutrición por no pasar un mal rato, es malo. Y lo paga el niño con su salud futura.

 

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Alergias Modernas

Alergias. El precio por una sobreprotección de nuestros hijos.

Las enfermedades originadas por un funcionamiento incorrecto de nuestro sistema defensivo son cada vez más frecuentes. Hablemos del porqué y entenderemos qué medidas tienen sentido para reducir y a veces resolver esos problemas.

Nos referimos a enfermedades como:

  1. Alergias.

  2. Enfermedades autoinmunes.

  3. Cáncer.

Podríamos considerarlas las epidemias de nuestro tiempo.

La principal diferencia con las epidemias clásicas es que no se transmiten por gérmenes, sino por unos cambios en nuestras condiciones de vida, que en muchos casos buscaban acabar con esas epidemias infecciosas de épocas anteriores, y han alterado el funcionamiento del sistema inmunitario.

El ser humano ha cambiado mucho su forma de vida en muy poco tiempo.

Algunos de los problemas de salud más importantes en la actualidad son causados porque esos cambios han sido demasiado rápidos, en comparación con el ritmo de adaptación de nuestra biología.

Hoy vamos a hablar de los cambios que afectan al sistema inmunitario y de las enfermedades relacionadas con él, que son cada vez más frecuentes.

Nuestro sistema defensivo es casi idéntico al de cualquier primate. Lleva funcionando sin grandes cambios desde hace cientos de miles de años.

Pero en pocos milenios hemos pasado de ser:

Nómadas a Agricultores Sedentarios. Esto ha significado por ejemplo que la eliminación de deshechos se convierte en un problema. Problema que aumentó al pasar de:

Agricultores Sedentarios a Urbanos. Lo que implica que al aumentar la concentración de seres humanos las infecciones se propagan con más facilidad. Tanto por el contacto directo con un número mayor de seres humanos, como porque los deshechos (orina, heces) son también vías de contagio. Más aún cuando las ciudades empezaron a proliferar y se empezaron a relacionar de forma regular mediante comercio. Un paso más en la modificación del entorno llegó con:

La Industrialización. Una mayor concentración de personas y con una contaminación del entorno con humos, metales y otros productos químicos tóxicos. Muchos de ellos capaces de irritar al sistema defensivo o de alterar su funcionamiento.

Todos estos cambios favorecieron un aumento de la población que hubiese sido imposible si el ser humano hubiese seguido con su forma de vida nómada.

Pero todos y cada uno de esos pasos han tenido costes para la salud del ser humano. El balance global puede considerarse positivo si tenemos en cuenta el número de habitantes y la esperanza de vida actual. Pero sin duda muchos de los problemas de salud de sufrimos en la actualidad son herencia de cambios a los que aún no nos hemos adaptado biológicamente ni en nuestros hábitos de vida.

Lo que en cada época se ha considerado como hábitos saludables ha ido evolucionando:

Sedentarismo: 

Establecerse como agricultor en un suelo fértil, cercano a una fuente de agua estable, fue sin duda un paso para reducir la actividad que un nómada tenía que realizar buscando recursos. Poco a poco, cuando la sociedad fue haciéndose más compleja y aparecieron las clases sociales, se llega a considerar una vida acomodada aquella que permite reducir al mínimo la actividad física. En la actualidad la actividad física que realizamos es claramente insuficiente para mantener nuestra salud. 

Higiene:

Cuando el nómada se asentó en una zona concreta y se hizo agricultor hubo cambios significativos:

  • Acceso al agua: El acceso a una fuente de agua estable era una de las condiciones buscadas por el agricultor. Este acceso al agua mejoraba la posibilidad de limpiarse a si mismo y a su entorno.
  • Acumulación de residuos: Pero vivir de forma permanente en un sitio genera un problema que no tenía el nómada, especialmente cuando fue aumentando la concentración de personas: Que esas personas generan excrementos y basura. Y que en esos residuos hay gérmenes que son muy raros en la naturaleza y transmiten enfermedades infecciosas con facilidad.
  • Empeora con la concentración urbana: Suministrar agua suficiente y eliminar los residuos sigue siendo uno de los principales problemas de cualquier ciudad. La falta de cantidad o calidad del agua y la eliminación inadecuada de residuos es una de las diferencias fundamentales entre los países desarrollados y los que están en vías de desarrollo.
  • Aparecen los Antisépticos y Antibióticos: Con el descubrimiento de que muchas enfermedades eran generadas por gérmenes y que había productos como los antisépticos, los detergentes y los antibióticos para combatirlos, hubo un cambio importantísimo. Ha sido uno de los responsables más significativos de la disminución de la mortalidad. Especialmente en la infantil.
  • Pero ha supuesto un empobrecimiento de nuestra flora bacteriana: Nuestro sistema defensivo vive en una relación constante con los gérmenes con los que convivimos. Entre ellos hay muchos que no son perjudiciales, sino inclusos beneficiosos. Todos los cambios de nuestros hábitos de vida han influido de forma clara en esa relación. En muchos casos hemos perdido a colaboradores importantes junto con los enemigos que pretendíamos erradicar. El resultado es que hay una alteración evidente del funcionamiento del sistema defensivo. Al eliminar Bacterias, Hongos y Parásitos de nuestro entorno el sistema defensivo concentra su actividad de forma muy llamativa en los Virus. Y muchas de las enfermedades modernas son una reacción excesiva frente a las infecciones virales.

Exposición Solar:

El sol no sólo no es perjudicial, es imprescindible para los seres vivos de este planeta. Claro que puede generar agresiones. Cuando uno se quema con el sol una vez tras otra está generando un daño que pude producir envejecimiento y cáncer de piel. Pero:

  • Durante la casi totalidad de la evolución de la especie humana hemos sido animales que vivíamos al sol y estamos preparados para ello: 
    • Nuestro sistema defensivo cuenta por ejemplo con que parte de las defensas de la piel van a ser neutralizadas por la radiación solar. Y cuando esta exposición no existe aparecen patologías como la dermatitis atópica, la psoriasis… Enfermedades en las que un exceso de actividad del sistema defensivo genera problemas.
    • Nuestro metabolismo necesita el sol para generar moléculas esenciales como la vitamina D o la Melatonina, que tienen un efecto directo sobre el funcionamiento del sistema inmunitario. Cuando hay una carencia de ellas no se regula de forma adecuada y genera tanto inmunodeficiencias como reacciones excesivas inadecuadas.

Contaminación:

Nuestra intervención sobre el entorno ha producido cambios buscados por el ser humano, pero con efectos siempre que alteran el entorno. Por ejemplo cuando usamos plaguicidas para proteger nuestras cosechas buscamos aumentar los alimentos disponibles. Pero esos plaguicidas no son inocuos para la salud del ser humano. Tras cubrir las necesidades de alimentación para toda la población empezamos a preocuparnos por mejorar la calidad. Y uno de sus puntos fundamentales es lograr los recursos que necesitamos generando la menor alteración posible del entorno natural en el que vivimos. Son las tendencias Ecológico-Biológico-Orgánico.

Exposición:

No sólo han cambiado las cosas con las que nuestro sistema inmunonológico se relacióna, también lo ha hecho la forma y el momento en que se produce muestra exposición a ellas:

  • Exposición tardía a infecciones: Tendemos a esterilizar el entorno de los bebé y podemos hacerlo, porque disponemos de herramientas para hacerlo que nunca existieron. Tenemos miedo a las infecciones y hemos confundido:
    • Salubridad: Condiciones de higiene que evitan el contagio de enfermedades infecciosas. Básicamente eliminación efectiva de los excrementos para evitar el contagio por contacto con los de personas infectadas.
    • Esterilidad: Eliminación indiscriminada de gérmenes en nuestro entorno. Tan intensa que hemos llegado a aburrir a nuestro sistema defensivo y a empobrecer de forma alarmante nuestra flora.
    • Paradoja del limpio: Los gérmenes no agresivos son menos resistentes, lo que hace que acabemos teniendo un entorno de gérmenes menos variado, pero más agresivo.
  • Exposición tardía a alimentos: Hemos retrasado la introducción de la alimentación hasta solaparla con la de debut antiinfeccioso generando una coincidencia que favorece las alergias.
  • Exposición tardía a pólenes, epitelios animales, ácaros: Elementos naturales con los que hemos convivido siempre se han eliminado de nuestro entorno. Nacíamos y crecíamos desde el principio en contacto con ellos. En la actualidad los niños de las ciudades suelen criarse en entornos en los que son la excepción. Suelen empezar a exponerse a ellos, de nuevo, cuando salen de la burbuja inicial en la que los mantenemos los primeros meses, y coincidiendo con las infecciones.

Exposición tardía a alergenos y aparición de alergias

Todo esto dibuja un panorama con los cambios radicales que han afectado a la interacción de nuestro hipermodificado entorno y nuestro Sistema Inmunitario, que casi no ha evolucionado.

En otro artículo explicaré las medidas que hoy en día creo que podemos tomar en la crianza para amortiguar este conflicto.

 

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Niños y bebés con la piel amarilla

 Piel amarilla en bebés. Será ictericia, problemas de hígado, bilirrubina o simplemente carotenos.

¿Sabes por qué muchos niños y bebés tienen la piel amarilla? ¿Será por un problema de hígado? ¿O tiene una razón más benigna? Te lo explico…

Este artículo responde a la duda de Cynthia en nuestra comunidad de Facebook:

«¿Puede afectar el consumo frecuente de zanahoria a una bebé de menos de un año? Mi hija tiene las manos y plantas de los pies en un tono no común si no como amarillento llegando poco al naranja.»

La respuesta es sencilla: Sí, la causa más frecuente de piel amarilla en niños y bebés una vez que pasan los primeros meses de vida es el exceso de carotenos en la dieta. Y lo más frecuente es que sea por exceso de zanahoria y calabaza.

Con frecuencia cuando veo bebés en la consulta con menos de dos años que ya están con alimentación complementaria se ve la piel amarillenta. A veces los padres no lo han notado. En otras ocasiones sí. Y de hecho algunos vienen preocupados por si ese color amarillento es por tener un problema en el hígado.

Bebés con la piel amarilla: ¿Ictericia del recién nacido, problemas de hígado o exceso de carotenos en la dieta?

Para que un bebé tenga la piel amarilla hay 3 causas fundamentales:

Ictericia del recién nacido

Cuando un bebé nace rompe su sangre (especial para el embarazo) y forma sangre nueva. Algunos acumulan mucha bilirrubina y se ponen amarillentos. Pero no sólo en la piel, también se pone amarillo el blanco de los ojos.

Este color amarillo no suele seguir más allá del mes de vida. Si lo hace conviene que lo valore el pediatra.

Problemas de hígado o de sangre

La bilirrubina de la que hablábamos en el bebé recién nacido puede tardar más de un mes en bajar o puede subir de nuevo pasado ese primer mes de vida si hay un problema en el hígado o se rompen mucha sangre.

La bilirrubina se elimina a través del hígado, que la segrega en la bilis. Constantemente en nuestro cuerpo se rompen glóbulos rojos, liberando bilirrubina. Pero es en cifras que no llegan a producir una piel amarilla.

Si la sangre se destruye más rápido de lo normal (hay personas con problemas genéticos como la talasemia o el fabismo que pueden hacerlo con frecuencia), o se elimina mal a través del hígado, puede subir la bilirrubina y acumularse en los tejidos.

El primer sitio donde se aprecia de forma clara un aumento de bilirrubina es la conjuntiva (blanco del ojo). Para que sea visible en la piel tiene que subir bastante más.

Por lo tanto si la piel está amarilla por una subida de bilirrubina, la conjuntiva debe estar claramente amarilla.

Si hay piel amarilla y conjuntiva blanca es por la causa siguiente:

Exceso de carotenos en la dieta

Cuando los bebés empiezan con alimentación complementaria y empiezan a tomar verdura, llegan a la dieta la zanahoria y la calabaza.

Son dos verduras muy usadas porque endulzan las comidas y su color suele gustar a los bebés.

Se usan tanto que no es raro ver bebés con la piel amarillenta en los primeros años de vida.

Los betacarotenos son un pigmento natural presente en muchas frutas y verduras de color amarillento, naranja o rojo. Se les conoce especialmente por ser muy buenos para la vista.

Pero en exceso pueden ser también perjudiciales. Aunque si os soy sincero no es esto lo que me preocupa cuando veo un niño con la piel amarilla por exceso de carotenos en la dieta. Porque la realidad es que nunca he visto un niño con intoxicación por carotenos.

Lo que me preocupa es que es un signo de que el bebé tiene una dieta pobre.

Significa que está tomando con mucha frecuencia lo mismo. Suelo preguntar por esto y la respuesta habitual es que:

– Toma potitos y los que le gustan son todos naranjas.

– Le preparan la comida en casa y añaden casi siempre zanahoria o calabaza porque le gusta más así.

En ambos casos son una señal de dieta pobre. Y el motivo que hay detrás es una preocupación por que el bebé coma más. Lo que considero siempre un error en una sociedad que tiene tendencia a la obesidad, como la nuestra.

Donde más se nota la piel amarilla por exceso de carotenos es en las palmas de las manos y las plantas de los pies. Y no se nota nada en el blanco de los ojos. Lo que lo diferencia claramente de los otros casos que he nombrado antes.

Mi consejo si tu hijo tiene la piel amarillenta por exceso de carotenos es que reduzcas la cantidad de zanahoria y calabaza de su dieta.

¿Y cuánto sería lo razonable?

Es sencillo, ¿tú tienes la piel amarilla?

Si la respuesta es que no, dale a tu hijo zanahoria o calabaza cuando tú tomes zanahoria o calabaza.

Y es que, si tienes una dieta sana y variada, éste es un ejemplo de que al ofrecerle a tu hijo comida especial para él, sólo estás dándole una dieta más pobre que la tuya.

 

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Menú para Bebé de x meses

Menú para Bebés de X meses.

¿No sabes qué preparar en el Menú Para Bebés de una edad determinada? No te puedes perder este artículo. Tras leerlo no necesitarás más menús.

Es un tema que pedís sin parar. Os gustaría que os dé un menú para bebés de cada edad desde que se empieza la alimentación complementaria.

Quisieras tener una especie de dieta organizada con una comida específica para cada toma. El objetivo sería tener la seguridad de que alimentas bien a tu bebé.

Pero ¿y si te digo que es más simple y que en realidad no necesitas un menú para bebés?

Todo depende del planteamiento que hagamos.

No es necesario un Menú para el Bebé

En los primeros meses de vida el menú para el bebé es muy simple: Leche.

Ahí va todo lo que el niño necesita. No le hace falta infusiones ni nada más. La leche le aporta una dieta equilibrada para su edad.

El tema llega con la introducción de la alimentación complementaria.

Pero hay muchas formas de hacer esto. Se han usado durante mucho tiempo listas de introducción de la alimentación complementaria. Pero para mí estas listas son un error. Aunque yo las he usado. Es lo que me enseñaron durante mi formación como pediatra.

En la actualidad lo que recomiendo es una opción que tal vez muchos conozcáis: El Baby Led Weaning o BLW.

Uno de los principios del BLW es precisamente que el bebé no tiene que tener un menú diferente al nuestro. Que son muy pocos los alimentos que no debe tomar antes de una edad concreta.

Básicamente debemos excluir:

  • Antes del año: Verduras de hoja verde (intoxicación por nitritos), miel (intoxicación botulínica).
  • Antes de los dos años: Pescado azúl grande y marisco (metales pesados), huevo crudo (salmonelosis).
  • Mientras te acuerdes de la última vez que se atragantó: Frutos secos (causa más frecuente de muerte por atragantamiento).

Quitando esos alimentos un bebé puede tomar en su menú de todo lo demás que incluiríamos en una dieta sana para nosotros.

Así que vamos al tema fundamental.

El menú para bebé más sano es el mismo menú de sus padres mientras sea una dieta equilibrada

Voy a darte unos consejos concretos:

  • No te preocupes por el menú del bebé, preocupate de tener una dieta equilibrada en casa para todos. Y esto se basa en:
    • Intentar que la dieta incluya todos los grupos alimentarios:

      • Lácteos. Mientras siga tomando pecho no precisa otros, pero puede tomarlos:
        • Leche artificial: Podría tomar leche adaptada hasta el año, a partir del año leche de vaca entera.
        • Yogur: Desde el momento que le llame la atención y haga por probarlo. Yogur natural (azucarado o no, no edulcorado).
        • Queso: Una vez que muestra interés por tomarlo puede hacerlo. Cualquier tipo de queso.
      • Cereales. Los mismos que tomas tú: Arroz cocido, harina de maiz, pastas, pan, galletas, bizcochos, migas, cuscús. Y si pueden ser integrales mejor.
      • Frutas. TODAS.
      • Verduras. Todas menos las de hoja verde antes del año. A partir del año además las de hoja verde.
      • Carnes. TODAS.
      • Pescados. Pescado blanco y pescado azul pequeño todo. Pescado azul grande y marisco a partir de los dos años y en poca cantidad hasta los 6-8 años.
      • Legumbres. Todas desde el momento que muestre interés por probarlas.
    • Si te preocupa la calidad consume todo lo que puedas en Alimentos Ecológicos.

    • Evita Conservantes y Colorantes.

    • Usa para cocinar sal y especias, pero en cantidad moderada.

    • Mejor si cocináis en casa que alimentos precocinados. Si recurres a precocinados mejor si son ecológicos, sin conservantes, sin colorantes y sin azúcar añadida.

    • Hacer que estos grupos estén presentes en el menú del bebé de forma equilibrada:

      • A diario debemos ofrecer: Lácteos, Cereales, Frutas y Verduras.
      • Unos días carne y otros pescado intentando que haya un equilibrio de casi mitad y mitad.
      • Legumbres entre 2 y 4 veces por semana.
      • Huevo y derivados un par de días por semana.
    • Respetar que el niño tome la cantidad que le apetezca y si toma cantidades pequeñas símplemente ofrecer más veces. Nunca pelees con tu hijo para que coma.

    • Plato único. Si ofrecemos de todo en cada comida los niños tienden a escoger siempre los mismos alimentos, los que prefieren. Para evitarlo:

      • Haz 5 comidas al día: Desayuno, media mañana, comida, merienda, cena.
      • En cada una de esas comidas ofrece un plato único. No hagas 1º, 2º y postre. La mayoría cuando haces eso pasan del 1º, picotean el 2º y se toman el postre.
      • Los horarios son flexibles. Si ofreces una toma y muestra poco interés o rechazo, simplemente retírala y ofrece de nuevo la misma comida un rato después. Algunos niños no hacen las 5 tomas, pueden hacer 3, o hacer 10…
    • Evitar en la dieta lo que la distorsiona:

      • Bebidas distintas del agua. Por lo general todas contienen azúcar. El azúcar regula el apetito. Si toman bebidas con azúcar comen menos. Ofrece sólo agua, ni siquiera zumos de frutas naturales.
      • Supuestos alimentos para niños. Por desgracia gran parte de los productos alimentarios que se crean para niños son sólo productos de consumo. Básicamente son productos muy ricos en azúcar, porque se sabe que a los niños les encanta (y a los adultos). Luego se pretende que aportan suplementos de «esto o aquello» para venderlos como «buenos para que el niño esté sano». Pero la realidad es que desplazan de la alimentación de los niños a otros alimentos mejores, empobreciendo la dieta. Mi consejo es claro: Compra comida sana para la familia. No compres nada específico para el niño. Los suplementos están indicados sólo cuando, a pesar de tener una dieta equilibrada, tiene una carencia concreta.
      • Evita lo que sabes que no es sano. No pretendo que tu hijo sea el único que no tome una chuchería, unos gusanitos, un poco de tarta, un helado o un dulce navideño… Pero no los compres. Que sea algo que llega de forma esporádica a su alimentación, no una constante. Si tú no los compras jamás siempre habrá en su entorno quien se lo ofrezca. Mientras sea algo excepcional (con excepcional me refiero a una vez a la semana o menos frecuente) no hay problema. Pero si hay quien entiende la relación con el niño sólo como ofrecerle lo que no debe comer o tú haces un hábito del consumo de estos productos, tenemos un problema.

Si eres capaz de aplicar todo lo que te he recomendado en este artículo, de verdad, no te preocupes por el menú correcto.

Los menús con cantidades exactas son falsos, agobiantes, imposibles de sostener en el tiempo y sobre todo INNECESARIOS.

Si de verdad un niño recibe una Dieta Variada y Equilibrada, ya se encarga su intestino de absorber más de lo que necesita y dejar pasar lo que le sobra en cada momento.

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Alimentación tradicional contra sobrepeso en niños

Alimentación Tradicional

Sobrepeso en niños: ¡Vuelve a la alimentación tradicional y no te arrepentirás! Observarás que en los países dónde no ha llegado la civilización occidental, apenas hay niños con sobrepeso. Tampoco los teníamos aquí antes de iniciar la era híper-industrial.

  • ¿Cómo era la alimentación tradicional antes de la era híper-industrial?
  • ¿Disponemos de alimentos adecuados en la actualidad?
  • Cuáles son las características de las «enfermedades de la civilización occidental en los niños»
  • ¿Cómo nos alimentamos en la era híper-industrial?
  • Nutrientes que nos conducen a las «enfermedades de la civilización occidental»
  • ¿Cómo podemos alimentarnos actualmente para controlar el peso y ser fieles a nuestro nicho ecológico?

¿Cómo era la alimentación tradicional antes de la era híper-industrial?

Hace años en nuestro entorno mediterráneo, los alimentos que consumíamos habitualmente tenían una procedencia cercana, de muy pocos kilómetros a la redonda, ya que las comunicaciones eran escasas y lentas.

Los alimentos frescos y perecederos no podían ser trasladados, ya que fermentaban y se estropeaban. Solo los alimentos artesanales, debidamente procesados para su conservación, llegaban a las tiendas que entonces se llamaban de Ultramarinos.

Comprando verduras en el mercado tradiconalPor tanto, la mayoría de los alimentos consumidos en la alimentación tradicional procedían de productores locales y solo durante periodos de «temporada». Cuando se terminaba la temporada de un producto, se iniciaba la temporada de otros productos.

Sobre todo en el invierno y a principios de primavera había escasez de alimentos, debido a la climatología hostil. A menudo era época de ayuno obligado y a veces institucionalizado como la «cuaresma» de los países cristianos.

En esa época, había muchas ocasiones en las que se pasaba hambre y la población estaba desabastecida frecuentemente. La escasa alimentación y la escasa higiene, propiciaba el desarrollo de enfermedades carenciales, deficitarias de determinados nutrientes, que favorecían el desarrollo de las enfermedades infecciosas.

En nuestro país, según la zona podían predominar unos alimentos sobre otros, pero en general, la alimentación estaba basada en el modelo que hemos llamado «Dieta Mediterránea Tradicional», cuyas características principales consistían en el consumo de alimentos frescos y perecederos de origen vegetal, como frutas, verduras, hortalizas y setas.

A los que se sumaban los alimentos vegetales desecados, que permitían su conservación durante un periodo largo de tiempo, pero que se mantenían «vivos», con todas sus propiedades y con la capacidad de germinar, como los granos de cereales, las legumbres, los tubérculos, las semillas, los frutos secos, las frutas desecadas y finalmente las aceitunas, de las que se extraía el aceite de oliva.

Con estos alimentos se elaboraba el pan, las ensaladas, los gazpachos, los potajes y guisos a los que ocasionalmente se añadían pequeñas porciones de alimentos de origen animal a modo de condimento, debido a su alto precio y a la dificultad para conseguirlos.

El consumo de alimentos de origen animal en la alimentación tradicional era escaso y quedaba reservado para celebraciones y agasajos. Únicamente en las comarcas costeras habría un consumo moderado de productos del mar.

Los alimentos artesanales que tenían la propiedad de mantenerse comestibles durante un periodo más largo de tiempo, se reservaban para los periodos invernales.

Es importante que os quedéis con estas tres cualidades de la Alimentación Tradicional Mediterránea:

  • Predominio de alimentos de origen vegetal: Productos vegetales frescos, perecederos, y de temporada.
  • Limitación de alimentos de origen animal, usados ocasionalmente como «condimento» para guisos y cocidos.
  • Reserva de los alimentos artesanales e industriales para los periodos de escasez.

¿Disponemos de alimentos adecuados en la actualidad?

Actualmente no tenemos problemas de abastecimiento en la mayoría de nuestros hogares. No se presentan temporadas de hambruna como sucedía antaño, y los recursos sociales se encargan de proveer alimentos a las familias más necesitadas.

Los medios de transporte nos traen alimentos frescos y perecederos de buena calidad, habiendo aumentado enormemente la variedad de alimentos de los que disponemos y que antaño no se conocían.

Vienen de sitios a veces muy alejados de nuestra residencia y disponemos de ellos no solo durante el periodo de temporada, sino que podemos adquirirlos durante todos los días del año, al ser de procedencia geográfica lejana con otro ciclo climático.

Mercado de Alimentación TradicionalLa lista para elegir  alimentos saludables ha aumentado exponencialmente.  Hace aproximadamente 50-60 años, habría menos de 50 productos en los mercados tradicionales en los mejores momentos de temporada.

El porcentaje de gasto de las familias en alimentarse ha disminuido considerablemente; antes se trabajaba para poder comer cada día, actualmente se pueden hacer muchas más cosas.

Estamos en una situación optima, para que tu familia y tus hijos se alimenten adecuadamente, y para mantenerles en un magnífico estado de salud ….. y sin embargo nos hemos encontrado de repente con un elevado número de enfermedades que antes eran inusuales y que hemos denominado «enfermedades de la civilización occidental».

Cuáles son las características de las «enfermedades de la civilización occidental» en los niños:

  • Hay un acumulo excesivo de grasa corporal en toda la población, que no sabe como desprenderse de ella y que conduce hacia el sobrepeso y la obesidad.
  • Hay un exceso de afecciones y molestias respiratorias que ocasionan dificultad respiratoria, toses irritativas frecuentes y a veces fatiga por broncoespasmo, que van configurando el asma infantil.
  • Hay una tendencia hacia la piel seca, áspera y pruriginosa, que va conformando la dermatitis atópica.
  • Hay cada vez más niños con enfermedades reactivas frente a pólenes, epitelios de animales, hongos, polvo doméstico, etc., que condicionan la rino-conjuntivitis y el asma alérgico.
  • Hay cada vez más problemas con determinados alimentos, que conducen a intolerancias alimenticias.
  • Ha aumentado la reactividad clínica frente a las enfermedades víricas, de modo que los catarros se repiten y aumentan de intensidad, convirtiendo la experiencia de la guardería en un verdadero suplicio para los padres y el niño.
  • Hay una mayor susceptibilidad a las complicaciones bacterianas, repitiéndose procesos como las faringo-amigdalitis, otitis y rino-sinusitis, que a menudo llevan aparejados un excesivo tratamiento con medicamentos.
  • Hay un exceso de formación de tejido linfoide, que origina el agrandamiento de amígdalas y vegetaciones, que finalmente tienen que ser operadas, porque conducen a la obstrucción nasal persistente e incluso a no poder tragar los alimentos.
  • Hay muchas dificultades digestivas frecuentes, que van en aumento, como las regurgitaciones, los vómitos, los dolores de barriga, el estreñimiento, las hemorroides, etc.
  • Es frecuente la inapetencia infantil, con el extraño rechazo de los niños sanos a la comida habitual, que hace pensar en un estado de empacho persistente.
  • El dolor de cabeza recurrente, el dolor de extremidades y otras muchas molestias que podríamos añadir y que debido a su mayor incidencia desde que nos hemos incorporado al desarrollo industrial, van delimitando las patologías que hemos llamado «enfermedades de la civilización occidental».

 ¿Cómo nos alimentamos en la era híper-industrial? ¿Qué está sucediendo? ¿Cuál es el modelo actual?

Hemos modificado el modelo de alimentación tradicional casi sin darnos cuenta. De la noche a la mañana estamos cambiando los hábitos y las conductas en torno a la alimentación

  • Hemos dejado de ir al mercado y a la tienda de la esquina; ahora vamos al híper-mercado.
  • Hemos dejado de tomar alimentos frescos, locales y perecederos; ahora tomamos alimentos procesados.
  • Hemos dejado de comprar alimentos a diario, ahora los compramos una vez a la semana o más.
  • Hemos dejado de cocinar y preparar los alimentos; ahora nos dan las comidas pre-cocinadas.
  • Hemos dejado de comer en familia; ahora se come en el colegio, en el trabajo, en el bar de enfrente.
  • Hemos roto el vínculo social de la comida, con los padres, los hermanos, y los abuelos; ahora comemos solos o con los compañeros de trabajo.

Todos estos cambios van conformando una nueva manera de alimentarse y de nutrirse.

¡No son los mismos nutrientes!

¡Son los nutrientes de la era híper-industrial!

Nutrientes que nos conducen a las «enfermedades de la civilización occidental»

Por si no te has dado cuenta, vamos a repasar cuales son algunas de estas diferencias:

  • Antes se bebía agua fresca, actualmente se consumen multitud de bebidas azucaradas.
  • Antes se tomaba pan «entero» o integral y actualmente se toma pan blanco o refinado.
  • Antes se tomaba fruta como postre, ahora el postre se relaciona con dulces, helados y pasteles.
  • Antes se consumían muchos alimentos de origen vegetal, como frutas, verduras, hortalizas, legumbres, setas, etc. Actualmente se ha reducido enormemente su consumo.

Alimentación industrial

  • Antes se tomaban pocas grasas y proteínas de origen animal. Actualmente se consumen proteínas hasta cuatro veces las recomendaciones de las Agencias de Salud Internacionales.
  • Antes apenas se consumían aditivos y productos conservantes. Ahora se nos acumulan y nos salen por las orejas.
  • Antes se tomaban ocasionalmente productos artesanales o industriales. Actualmente se consumen infinidad de productos elaborados y modificados por la industria.

¿Cómo podemos alimentarnos correctamente para controlar el peso y ser fieles a nuestro nicho ecológico? Alimentación Tradicional

Para que tú y tus hijos os escapéis de las garras industriales, por motivos fundamentalmente economicistas, es necesario que tengáis una fuerte convicción.

¡Tenemos que armarnos ideológicamente!

Somos seres humanos y nuestra alimentación tiene un modelo patrón, está pre-diseñada. No podemos comer de» todo». Tenemos un nicho ecológico, como todos los seres vivientes.

Comer de acuerdo a nuestro nicho ecológico es también respetar el nicho de los demás seres vivientes. Podemos convivir juntos en el Planeta y el conocimiento de nuestras necesidades y la de los demás seres vivientes nos llevará al equilibrio de las especies. La destrucción de los demás nichos ecológicos, es también el inicio de nuestra propia destrucción.

Nuestra alimentación tiene un modelo Patrón. Es el modelo tradicional.

En nuestro entorno estamos hablando de la Alimentación Tradicional Mediterránea.

No debemos dejar que nos confundan, que nos conviertan en clientes, que nos adoctrinen, que nos sometan, que nos engañen, que nos enfermen.

¡Tenemos que ser como arboles enhiestos plantados junto a una fuente!

Tenemos que tener un estandarte, una bandera, un escudo y una misión por la que luchar. Debemos tener claros nuestros principios. Tenemos que resistir a la sociedad del consumo ilimitado y «sinsentido».

En la próxima entrada os presentaremos un estudio de investigación que hemos realizado en niños con sobrepeso y obesidad a los que «únicamente» les hemos propuesto que sigan la Dieta Mediterránea Tradicional.

Alcanzar la Salud a través de Alimentación Tradicional

Sin contaje de calorías, sin modificación de la actividad física, con una dieta familiar e intuitiva.

Los resultados han sido muy satisfactorios.

Solamente ha sido necesario ser tercamente afín a la Dieta Mediterránea Tradicional y resistente a las manipulaciones del mercado.

No es fácil, es muy difícil debido a la presión que ejercen el marketing y la publicidad, pero es muy ilusionante su consecución porque nos conduce a un Estado de Salud, y a lo «Lo que tiene sentido».

Fernando Calatayud, Pediatra Nutricional

Autor: Fernando Calatayud Sáez

Pediatría Nutricional en Ciudad Real.

Trabajo codo con codo con una nutricionista, mi hija: Blanca Calatayud Moscoso del Prado.

Pediatría Nutricional

Estamos estudiando la relación entre las enfermedades infantiles y el abandono de la Dieta Mediterránea Tradicional.

Nunca la Pediatría y la Nutrición estuvieron tan cerca.

Autor de la web y del blog: pediatríanutricional.com,

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Importancia del los Omega 3 en los niños

La importancia de los Omega 3 en la Salud de los niños

Los Omega 3 son grasas que el cuerpo no puede producir y que son importantes en la salud de niños y bebés. Su carencia es importante en problemas frecuentes

Qué son los Omega 3

De todos los componentes de nuestro cuerpo, cuando pensamos en la grasa, automáticamente nuestra mente viaja a los «michelines».

Pero la realidad es que la grasa forma parte de todas y cada una de las células de nuestro cuerpo. Forma la membrana que separa cada una de esas células del resto.

En zonas como el cerebro o la piel su presencia es también especialmente importante.

Pero no todas las grasas son iguales. Hay algunas que nuestro cuerpo no puede sintetizar por sí mismo y debe obtener de los alimentos. Una de ellas son los Ácidos Grasos Omega 3.

Y cuando hay carencia de ellos se ha relacionado con problemas en el desarrollo del cerebro, de la inmunidad y de la piel. Y también ayuda a limpiar otras formas de grasa perjudiciales de nuestro organismo. Por eso tener una dieta que aporte esta «grasa beneficiosa» en cantidad suficiente es importante. Y cuando no es posible hacerlo a través de la dieta puede ser necesario asegurarlo con suplementos.

Existen otros Ácidos grasos esenciales, los Omega 6 que también son necesarios. Los hay de origen vegetal que son también beneficios.

Pero los Omega 6 de origen animal son perjudiciales tomados en gran cantidad. Cuando la proporción de estos Omega 6 de origen animal supera en mucho a los Omega 3 puede generar problemas de salud. Por tanto es importante reducir el consumo de Omega 6 de origen animal  y aumentar el de Omega 3 (animal o vegetal) y 6 de origen vegetal.

Cuáles son las principales funciones de los Omega 3

  1. Son un componente esencial de las neuronas. Por eso su carencia se ha asociado a alteraciones de memoria, de conducta y falta de concentración. El trastorno asociado a ello más frecuente es el TDAH (Déficit de Atención, Hiperactividad).
  2. El la piel forman parte de la secreción grasa que protege la piel con efecto anti inflamatorio, lo que reduce la sensibilidad de la piel a irritantes. Su carencia se asocia con la aparición o empeoramiento de la Dermatitis atópica.
  3. En la sangre son parte de las «grasas buenas» que limpian el «colesterol malo» de las arterias, evitando la formación de arteriosclerosis que es el origen de infartos y embolias en la edad adulta. Pero se ha visto que es un proceso muy largo que empieza ya en la infancia
  4. Aumenta el tiempo de coagulación. Esto significa que hace que la sangre tenga menos tendencia a formar trombos (obstrucciones) que pueden ser graves. Las culturas que toman más Omega 3 en su dieta tienen una cifra de infartos mucho menor.
  5. Reducir la tendencia a la inflamación de las vías respiratorias. Cuando hay una carencia de Omega 3 o un exceso de Omega 6 las vías respiratorias tienen una mayor tendencia a inflamarse produciendo patologías como el Asma.

Cuáles son los alimentos más ricos en Omega 3

La forma ideal de cubrir las necesidades de Omega 3 de nuestro cuerpo es tener una dieta que los incluya en cantidad suficiente.

Los alimentos más ricos en Omega 3 son:

  • Aceites vegetales: Son muchos los aceites de origen vegetal ricos en Omega 3. De ellos los más ricos y conocidos son:
    • La más rica conocida es la Chía o Salvia Hispánica.
    • El más conocido es el Aceite de Oliva.
    • Otros ricos son el de Onagra, Lino, Pipas de Calabaza….
  • Pescado azul: Salmón, sardina… Tienen la desventaja en niños pequeños de que los pescados azúles marinos tienen, debido a la contaminación un alto aporte de mercurio y otros metales pesados. Se puede subsanar sometiendo a esta grasa a un proceso de eliminación de metales pesados o usando peces no marinos (salmón) de ríos con bajos niveles de contaminación.

Cuáles son los alimentos ricos en Omega 6

Los omega 6 son como decimos necesarios  también para el funcionamiento del cuerpo.

Pero hay dos tipos con características diferentes: Los de origen animal y vegetal.

Los de origen vegetal son beneficiosos y reducen los procesos inflamatorios del cuerpo y la coagulación de la sangre.

Pero los de origen animal (grasa y piel animales) tienen un efecto perjudicial aumentando los procesos inflamatorios y al coagulación de la sangre.

Alimentos ricos en Omega 6 buenos: Aceites vegetales como el de nuez o el de oliva.

Alimentos ricos en Omega 6 malos: Carnes grasas y piel (pollo frito… con lo bueno que está, buaaaa).

Lo importante no es solo el aporte en cantidad suficiente de estos «Omegas», sino la proporción entre Omega 6 malos y Omega 3-6 buenos.

Se recomienda que esa relación sea inferior a 4:1. Pero la dieta occidental puede llegar a niveles de 30:1 en los casos más exagerados.

Hay dos formas para equilibrar ese balance: Reducir la presencia de Omega 6 de origen animal en nuestra dieta y aumentar la de Omega 3 y 6 buena (grasas vegetales y pescado azul).

Suplementos de Omega 3 en niños

Todos sabemos que conseguir que un niño coma lo que debería para estar sano es a veces complicado. Y esto se hace más difícil conforme crece y empieza a tener cierta autonomía para acceder a la comida que le gusta y evitar la que no.

Problemas como el Asma, la dermatitis atópica, las alergias alimentarias y el TDAH son importantes en estas edades y tienen como uno de sus orígenes el desequilibrio de «Omegas». No podemos reducirlo sólo a un desequilibrio de «Omegas», pero es un factor importante.

En algunos casos, en la práctica resulta casi imposible lograr que durante periodos prolongados de tiempo los niños mantengan dietas adecuadas.

Yo no soy muy partidario de reducir la solución a dar suplementos. El objetivo debe ser siempre alcanzar una dieta sana y equilibrada. Para eso el principal agente es quien hace la compra en casa. Porque al final, aunque el niño puede rechazar ciertos alimentos y buscar sustituirlos por otros que le gustan más, la realidad es que si no tiene alternativas que elegir el Hambre hará su papel.

Pero hasta que conseguimos esto en algunos casos, cuando aparecen problemas relacionados con una carencia de Omega 3 y 6 buenos, es razonable aportarlos en forma de suplemento. Y de ellos los más difíciles de incluir en la dieta son los Omega 3 ya que aparecen en aceites vegetales menos habituales y en pescados azules que muchos niños no admiten.

¿Son iguales todos los Omega 3 para niños? Pues no.

El factor más importante en seguridad es la concentración de metales pesados.

Dar a un niño Omega 3 para mejorar su salud y que estén contaminados con Mercurio tiene poco sentido.

Las dos fuentes más importantes de Omega 3 son el pescado azul y algunos aceites vegetales. En teoría la forma más sencilla de evitar los metales pesados sería consumir los de origen vegetal. Pero parece ser que los de pescado azul contienen menos colesterol que los aceites vegetales y hay estudios que destacan que los mejores efectos a largo plazo de los omega 3 en la dieta aparecen en regiones en las que se consume más pescado azul. 

Como los niveles de metales pesados en el pescado azul (especialmente en peces grandes) es algo conocido, algunos laboratorios usan técnicas para eliminarlos:

  1. La fuente. No es lo mismo extraer el Omega 3 de peces grandes que hacerlo de pequeños. Peces como la «anchoveta del pacífico» son ricos en Omega 3, pero tienen un ciclo vital corto, lo que reduce su capacidad de acumular metales pesados y esta especie concreta vive sólo en aguas frías (con bajos niveles de metales pesados). Otra opción es el salmón criado en ríos limpios.
  2. El modo de extracción. Hay sistemas que extraen el Omega 3 con calor o con disolventes. Pero en la actualidad hay métodos, como la Concentración Supercrítica que logran extraer Omega 3 de alta pureza eliminando metales pesados (si los hubiese) sin recurrir a disolventes ni a calor (que degradaría el Omega 3).

Por tanto a la hora de escoger un suplemento de Omega 3 para un niño es importante que tenga niveles bajos de metales pesados y que se extraiga de forma que no lo degrade. 

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Alimentación de la madre durante la lactancia

Claves para que una madre tenga una buena alimentación mientras da lactancia materna.

Como parece que en cuanto se es madre todo tienen que ser preocupaciones, y siempre tiene que haber motivos para interferir en la conducta de las madres novatas, no faltan los comentarios sobre este tema.

Desde el famoso «tienes que comer por dos» que se aplica durante el embarazo a «ahora tienes que recuperar tu peso anterior, porque lo que no pierdas cuando hayas dejado el pecho ya es pa´ti pa´siempre». Pasando por no comas de eso que le da gusto a la leche y te va a rechazar el pecho, o no tomes de aquello que le da gases al niño… En su mayoría afirmaciones sin fundamentos que son ni más ni menos que comentarios por hablar.

Ya sabéis que el deporte nacional es calentarle la cabeza a las madres novatas.

Así que voy a intentar que estéis vacunadas contra estos comentarios.

Evolución del peso tras el embarazo.

Cuando se da lactancia materna exclusiva, ayuda a la pérdida de peso tras el parto. Lo normal es que durante el embarazo se gane peso. Suele ser entre 6 y 9 kg. De los que parte se pierden en el parto (algo pesan el niño, la placenta y el líquido amniótico).

Es normal que al principio, tras el parto se haya producido una retención de líquido importante, especialmente en las piernas si has permanecido en cama varios días por una cesárea.

El resto es razonable que se vaya perdiendo entre 6 meses y un año después del parto.

Para hacerlo suele bastar con volver a comer al ritmo habitual antes del embarazo (sin dietas, estamos hablando de tener una alimentación sana y equilibrada), y volver a las actividades anteriores más las nuevas que implica ser madre.

¿Se puede hacer ejercicio dando el pecho? Pues claro. No os recomiendo que corráis una maratón, pero hacer ejercicio de forma regular es sano. Especialmente si lo hacías antes del embarazo de forma regular, mi consejo es que vuelvas a retomarlo de forma gradual en cuanto sientas que tu estado físico te lo permite.

¿Qué evitar durante la lactancia materna?

Durante el embarazo se suele recomendar no tomar alcohol, no fumar, evidentemente evitar otras drogas más perjudiciales… Esto sigue siendo aplicable durante la lactancia. Pero en el alcohol, siendo realista a un niño no le va a pasar absolutamente nada si su madre se toma una cerveza o un poco de vino de vez en cuando. Aunque eso de que es muy buena para aumentar el pecho no es tampoco cierto. El pecho es más simple: Si la madre tiene una alimentación equilibrada, está bien hidratada y su bebé lo vacía con frecuencia, el pecho suele funcionar.

Especialmente en las primeras semanas os recomiendo no tomar alimentos con demasiadas especias. Es frecuente que tras el parto muchas madres tengan hemorroides. Si es vuestro caso las especias picantes y las bebidas con alcohol suelen pagarse caras.

Alimentos que producen gases al bebé

Este apartado es corto: Ninguno.

Los bebés con gases pueden tenerlos por distintas causas. Pero la única que tiene que ver con la madre es si el bebé tiene intolerancia a las proteínas de la leche de vaca y la madre la toma.

Todo lo demás que suele decirse no tiene base. Los alimentos que nos dan gases lo hacen porque fermentan en nuestro intestino produciéndolos. Pero esos gases no pueden llegar a la leche materna de ninguna forma. Es materialmente imposible.

Alimentos que dan gusto a la leche materna

Esto sí es posible. La leche es un filtrado de la sangre. Igual que la orina. Y todos sabemos que tras tomar por ejemplo espárragos, la orina desprende un olor llamativo de forma casi inmediata. Pero el tema es que aunque ciertos alimentos que se tomen pueden modificar el sabor de la leche materna, no tiene porqué producir rechazo alguno por parte del niño. Por un lado, la mayoría de los bebés tienen más interés en saciar su hambre que en el sabor en sí del producto. Pero por otro, hay gustos para todo, y esos sabores variantes habrá niños a los que les gusten y otros a los que pueda disgustar algo.

No te guíes por una «lista de alimentos que dan mal sabor», observa a tu hijo. Si parece tomar peor el pecho cuando tomas un alimento concreto, evítalo unos días y vuelve a probarlo para ver si fue una coincidencia o de verdad influye.

Embutidos curados y carnes «crudas»

Muchas madres durante el embarazo no toman carnes crudas o embutidos curados por el riesgo de toxoplasmosis. En cuanto el niño nace se acaba ese riesgo. Con lo que si son de tu gusto, a partir del parto puedes tomarlos.

Suplementos vitamínicos y minerales

Tras el parto y durante la lactancia suele recomendarse a las madres tomar suplementos de hierro y vitaminas. El parto supone a veces una pérdida importante de sangre y un sobre esfuerzo. Es razonable tomar un suplemento de hierro. Porque ese hierro puede ayudar también al bebé.

En cuanto a los demás suplementos, yo tengo que reconocer que soy poco «vitaminoso». Cuando hablamos de este mismo tema en niños ya os expliqué que una dieta variada tiene las cantidades necesarias de vitaminas y minerales. Y si la dieta no es sana no se resuelve con un complemento vitamínico.

Con lo que mi consejo es similar a las madres que a sus hijos: Procura tener una dieta variada.

Fibra

Uno de los problemas más frecuentes tras el parto es el estreñimiento:

– El estreñimiento, ya de por sí, es más frecuente en mujeres que en hombres.

– Tras el parto, las molestias del suelo pélvico hacen que muchas madres teman ir al baño por el dolor. Lo que lo acaba empeorando. Porque si encima cuando salen las heces son duras o voluminosas, mucho peor.

– Tras dejar un espacio importante desocupado en el abdomen, los intestinos tienen tendencia a moverse menos.

La solución a toda esta coincidencia de causas que pueden llevar al estreñimiento es más fibra en la dieta y regularidad en ir al baño.

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Cómo Introducir la Comida Sin Triturar

Cómo introducir la Comida sin Triturar en la alimentación del bebé.

Cómo introducir la Comida Sin Triturar en la Alimentación de un Bebé es una duda de los padres y madres. Te doy mi opinión sobre cómo hacerlo y porqué.

Al principio los bebés toman sólo leche. Ésta va a ser su única alimentación durante los primeros meses de vida. Pero todo evoluciona y somos omnívoros, no lactantes perpetuos.

Se habla mucho sobre el orden en el que deben introducirse los alimentos y a partir de qué edad. La mayoría de los pediatras suele recomendar que se inicie el proceso entre los 4 y 6 meses. Yo, cuando un bebé evoluciona normalmente y no tenemos circunstancias especiales suelo recomendar que se empiece a partir de los 6 meses.

Desde ese momento hay quien establece una pauta estándar de introducción en la que se ordenan los alimentos de una forma concreta y hay quien defiende que quitando ciertos alimentos que tienen una limitación justificada para no ser introducidos antes de cierta edad, el orden se deje a la iniciativa del bebé (Baby Led Weaning).

Pero a parte del orden de introducción hay un aspecto del que se habla menos: La textura.

Comida triturada o Sin Triturar

Es evidente que aspiramos a que todo niño, más tarde o más temprano, acabe comiendo como nosotros. Lo que significa que acabe aceptando la variedad de texturas que hay en la alimentación completa. Desde el líquido al sólido pasando por alimentos cremosos y grumosos o a mezclas de ellos.

De hecho, en algunos niños de 3-6 años esto puede ser un problema. Porque algunos de ellos sólo aceptan comer triturados, rechazando la mayoría de los alimentos que se le ofrecen con otras texturas.

Ante eso algunos defienden que esto ocurre por hacer un paso intermedio (el de los purés) del que podríamos prescindir. Y que cuando se mantiene demasiado tiempo y en exclusiva acaba generando este problema.

Como en todo, a veces se adoptan posturas extremas:

  • Hay quien defiende que no podemos dar alimentos sólidos a un niño hasta que tenga muelas con las que masticarlo y que incluso cuando esto ocurra la masticación será poco efectiva mientras no tenga la arcada dentaria completa. Con lo que hablarían de no introducir alimentos sin triturar hasta el segundo año de vida.
  • Y en el otro extremo están quienes dicen que los purés son una aberración, que por culpa de los purés la relación de muchos niños con la comida está distorsionada y que hay que evitarlos totalmente.

Yo, tras haber conocido ambas posturas en épocas distintas de mi ejercicio como profesional, pero ante todo tras observar lo que realmente hacen los padres en el día a día y ver las consecuencias opino que hay que ser flexible e individualizar.

Que un niño llegue a los 5-6 años sin tomar sólidos es algo poco frecuente. Habitualmente todos toman algunos sólidos que les gustan. No conozco muchos niños de esa edad que rechacen las chucherías sólidas o las galletas, las patatas fritas….

Pero cuando hablamos de comer, no de picotear, sí que hay muchos niños de esa edad que no toman jamás la fruta o la verdura si no es triturada (a veces tampoco otros alimentos).

Y esto es un problema por varios motivos:

  • Como defienden los enemigos de los purés, esto distorsiona la relación del niño con la comida. Ya que si con esta edad rechazan sistemáticamente la fruta y la verdura en sus estados naturales es muy probable que tengan tendencia a evitarlos el resto de su vida. Y si esto ocurre estamos favoreciendo una alimentación pobre que lleva por orden a: Estreñimiento, sobrepeso, colesterol alto, azúcar alta, cáncer de colon
  • No masticar o hacerlo mucho menos de lo normal hace que la mandíbula no crezca lo suficiente y cuando salen los dientes definitivos tengan poco espacio, montándose y haciendo necesaria una ortodoncia.
  • Los movimientos de la lengua durante la masticación le dan una movilidad necesaria para articular bien el lenguaje. Tomar sólo purés favorece el desarrollo de problemas de pronunciación.
  • El rechazo a la alimentación sin triturar por encima de cierta edad supone una sobrecarga de trabajo para muchas familias que sería evitable. Ya que lo normal sería que por encima de los dos años cualquier niño comiese lo mismo que sus padres, sin necesitar que se le prepare una comida especial.

La opción mixta: Sin Triturar y Triturado

Pensemos en los niños. La mayoría entre los 6 y los 24 meses de vida son curiosos y se lo llevan todo a la boca. Incluidas cosas mucho peores que la comida…

Cuando nosotros establecemos un orden rígido de introducción de los alimentos y las texturas estamos creando un problema innecesario a los padres.

Está claro que pueden ignorarnos, y de hecho la mayoría lo hacen. Y sin no lo hacen ellos lo hacen los familiares…

Pero al establecer unas normas rígidas de introducción de la alimentación estamos generando a muchos padres que se sienten inseguros y se fían plenamente de nuestro criterio una ansiedad por cumplirlas que no tiene sentido.

En cuanto a la variedad de los alimentos, si un bebé ve comer a sus padres por ejemplo fresas y le llaman la atención, hará por probarlas. Ante ello, si los padres tienen una lista exhaustiva en la que indicamos que las fresas no corresponde introducirlas hasta dentro de un mes, posiblemente no se lo permitan. Un mes más tarde los padres prueban a darle fresas a su hijo (ya toca según la lista) y ese día al niño pueden no apetecerle. ¿Cuál es el resultado? Que hemos perdido una oportunidad para introducir ese alimento de forma natural, siguiendo el instinto del niño y ahora nos vemos ante el desafío de hacerlo contra ese instinto…

Aplicado a un alimento tras otro es sumar puntos para que la relación del niño con la comida sea un desastre, cuando pudo ser todo lo contrario. La comida pudo ser algo placentero que fue descubriendo guiado por su curiosidad.

Pasa algo similar en cuanto a las texturas, que es el tema de este artículo. El problema es que nos da miedo que se atragante. Y es una posibilidad real. Pero no hay una fecha a partir de la cual esa posibilidad desaparece. Lo que me parece razonable es que gestionemos ese riesgo.

Ocurre como con aprender a nadar. Si yo evito totalmente que un niño se meta en agua que le cubra hasta los 15 años está claro que es muy difícil que se ahogue. Pero es que es algo que no puedo controlar al 100%. Por lo que si pensamos de verdad en la seguridad, lo recomendable es que aprenda a nadar cuanto antes. Y que desde que tienen la autonomía suficiente para llegar al agua sea capaz de no ahogarse en ella.

Lo mismo pasa con el atragantamiento. Yo puedo pretender que no tome nada sólido hasta que tenga una edad en la que se supone que el riesgo de atragantarse sea mínimo. Pero la realidad es que tocan en todas partes y se meten de todo en la boca desde una edad muy temprana. Que un niño tome alimentos sólidos hace que desarrolle la habilidad para manejarlos en su boca sin atragantarse. Y cuanto antes ocurre esto menor es el riesgo de atragantamiento.

Como en el caso de la variedad de alimentos, hay quien define una edad antes de la cual deben evitarse los alimentos sin triturar. Antes de alcanzar esa edad la mayoría de los niños los probaría por curiosidad. Pero si se concreta esa fecha y se defiende, serán muchos los padres que eviten a sus hijos probarlos antes.

¿Qué pasará cuando llegue la edad en la que «debe tomar sólidos»? Pues es muy posible que ante el escaso desarrollo de la musculatura de su boca para tratar esos sólidos el niño se canse con dos trocitos y rechace tomar más. O directamente rechace unas texturas para él desconocidas y que en ese momento no le apetece tomar, acabando por darle el puré que ha aprendido a usar como alimentación única.

Por suerte esto no es la norma porque la mayoría de los pediatras no son tan inflexibles y ante todo porque la gran mayoría de las familias ignoran una indicación así aunque se le haga.

Mi recomendación, y es lo que hacen la mayoría de las familias, es introducir simultáneamente la comida Triturada y Sin Triturar.

Está claro que esto tiene limitaciones. Pero son individuales. Hay niños que se manejan mejor y otros peor. Vemos niños que se atragantan hasta con el puré. Y otros que sin dientes se las apañan hasta con alimentos complicados antes de tener un solo diente en su boca.

Hay alimentos que es imposible deshacer sin masticar. Un filete de ternera al punto es complicado que por mucho que el niño lo maree y machaque con sus encías o la lengua pueda ser reducido a algo manejable si no tiene muelas con las que masticar de forma efectiva. Pero incluso esos en trozos grandes (para que no quepan en su boca) pueden chuparlos para familiarizarse con sabores nuevos.

Hay montones de alimentos que podemos deshacer con facilidad y que cualquier bebé mínimamente hábil puede desmontar con sus encías y su lengua para tragar sin problema: Verduras cocidas, frutas blandas, carnes o pescados cocidos, legumbres cocidas, pasta, arroz cocido, cuscús, tortilla, quesos blandos…

Para hacer una introducción de los alimentos guiados por la curiosidad del niño tanto en variedad como en textura, mi recomendación es sentar al niño con nosotros a comer y que ofrezcamos cualquier alimento que despierte su curiosidad, mientras no tengamos una justificación clara para no darlo.

En cuanto a variedad esas limitaciones os las explico en el artículo sobre introducción de la alimentación complementaria.

Respecto a la textura mis recomendaciones son:

  • Seguridad: No dejes a tu hijo sólo si tiene a su alcance alimentos sólidos. Un bebé que está tomando alimentos sólidos debe estar siempre acompañado por un adulto.
  • Si te pide un alimento y no tiene dientes: ¿Puede deshacerse ese alimento con dos dedos? Si es que sí, puede deshacerlo con sus encías y su lengua. Puede probarlo. Valora cómo se defiende con él y según eso si está preparado para tomar otros similares. Pero prueba.
  • Si te pide un alimento y tiene ya muelas: Puede probar a tomar los mismos alimentos que tú en cuanto a textura.

¿Cómo le doy los alimentos sin triturar?

Redecilla de plástico con alimentos dentro: Para mi gusto una guarrada. Puede ser útil para que se familiarice con sabores nuevos, pero distorsiona la textura y eso de comer chupando constantemente plástico… No me convence nada.

Alimento machacado. Es cuestión de probar. A algunos niños les gusta y a otros no.

Triturado con tropezones. La mayoría los rechazan. Cuando un niño ve triturado tiende a tragar sin más. Si ve sólido tiende a  manejarlo en su boca. Si ve triturado y va a tragar pero nota un trozo en su garganta, tiende a vomitarlo.

Trozos de comida sin triturar. Es lo que mejor suelen manejar la mayoría por raro que parezca. El niño puede cogerlos con más facilidad para llevarlos a su boca y eso favorece también que se alimente de forma activa. Dudas frecuentes de esta opción:

  • Tamaño de los trozos: ¿Es mejor que sean trozos grandes o pequeños? Pues en alimentos más duros mejor que sean tan grandes que no le quepan en la boca, de forma que el niño lo que hará es chuparlos o roerlos con sus dientes. Mientras que en alimentos blandos es indistinto, como los prefiera y se maneje mejor.
  • ¿Con cubiertos o con las manos? Si de verdad queremos hacer una introducción precoz lo normal es que sea con las manos. Estamos hablando de que sea el niño el que coma, no que le demos nosotros de comer. Tiempo habrá después para enseñarle a manejar los cubiertos como el mejor sibarita…

¿Y los purés?

Muchos niños quieren probar los alimentos sin triturar, pero comen mejor con alimentos triturados.

El objetivo no es que el niño coma más, sino que coma bien (variedad y con placer). Los purés pueden ser útiles para que el niño que se cansa pronto con alimento sin triturar complete su toma (la que él acepte sin forzar) y para que acepte el sabor de algunos alimentos cuya textura no le agrada especialmente al probarlos sin triturar.

Lo que la mayoría de los padres hacen y que me  parece lo más razonable es usar ambos. Porque el puré es también una textura a usar en la alimentación completa y que por tanto tampoco queremos que el niño rechace.

Lo esencial a modo de resumen creo que es que observéis a vuestro hijo y seáis favorables a que dé pasos hacia una alimentación completa en variedad y texturas siguiendo su ritmo mientras no tengáis un motivo claro para modificarlo. Hacerlo así convierte la introducción de la alimentación en algo natural y placentero para él y no en un foco de conflictos para todos.

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Alimentación complementaria del bebé: PekeTip 8

La alimentación complementaria se llama así porque complementa a la lactancia.

Adáptate a su ritmo y haz de la comida algo agradable.

Mejor dos bocados con gusto que cuatro peleando.

Si peleas con él para que coma, a la larga comerá peor.

Hay muchos padres que se agobian con la comida. Dudan si su bebé come suficiente. Les preocupa si sabrán darle de comer bien. Si su dieta es lo variada que debería ser para que esté sano. El problema es que cuando eso ocurre, algunos padres intentan que sus hijos coman más. Y a veces se hace de todo para conseguirlo. Desde ofrecer continuamente comida, hasta hacer una función de circo o una sesión de lucha libre de cada comida.

Es un error. Cuando hacemos esto solemos empeorar el problema.

Para evitarlo conviene tener claras una ideas sencillas:

– Si un niño está sano y crece bien no te preocupes demasiado sobre la cantidad de lo que come.

– En el primer año de vida la base fundamental de su alimentación es la leche. Por eso se llaman lactantes. Algunos incluso podrian estar bien no tomando otra cosa que la leche. A partir de los 6 meses vamos iniciando la introducción de la alimentación complementaria, pero sin prisas y con flexibilidad. Es en torno a los dos años cuando el niño suele tener ya una dieta como la del adulto. Tenemos margen.

– Uno de los objetivos fundamentales al acabar ese proceso, es que el niño tenga una buena relación con la comida. Y eso es difícil si convertimos cada comida en una batalla campal. Si peleamos sistemáticamente con un niño para que coma, será acercarse la comida y el niño se pondrá en tensión, relacionándola con algo desagradable. A la larga, comerá peor si hacemos eso.

Peketip 7
Peketip 9

 

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Contenidos del Manual de Pediatría para Padres y Abuelos

 

Esta web es una guía gratuita de Puericultura y Pediatría para Padres y Abuelos.
Encontrarás temas sobre salud infantil, cuidados del bebé, consultas más frecuentes al pediatra, problemas con la comida, el sueño, la educación.
Todo su contenido es discutible. Porque en lo que a unos funciona es para otros imposible de aplicar.
Ofrezco consejos basados en mi experiencia.
Vosotros decidiréis si os son útiles.
Espero vuestros comentarios para seguir mejorando y aprendiendo.
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