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Embarazo

Séptimo mes de embarazo, prematuro y factores de riesgo

Los bebés prematuros necesitan tecnología para sobrevivir, pero la mejor ayuda que pueden tener son sus padres, su voz, su calidez, su piel…

Semanas 28 a 31 de embarazo.

El título de este artículo generaliza “prematuro y factores de riesgo”, ha sido intencionado omitir “parto” y “bebés” ya que ambos, aunque estrechamente relacionados, tienen sus propios factores de riesgo asociados a ser prematuros.

Parto prematuro

Hay algunos factores que aumentan el riesgo de tener un parto prematuro, pero quiero dejar claro que también hay muchos partos prematuros sin causa conocida o problemas asociados.

Algunas de las principales circunstancias que favorecen el parto prematuro, pero que no siempre lo condicionan, son: los embarazos múltiples, antecedente de parto prematuro previo, edad materna menor de 18-20 años, edad materna mayor de 38-40 años, raza, estrés, alcoholismo, tabaquismo, drogadicción, malnutrición, malformaciones del útero, enfermedades maternas (diabetes, hipertensión crónica, etc.) enfermedades o problemas en el embarazo (infecciones, preeclampsia, placenta previa, ruptura de membranas, etc.), anomalías congénitas, traumas y falta de control prenatal.

Los síntomas de parto prematuro no son los mismos que los de un parto a término, podemos destacar de entre ellos, cuando antes de la fecha se tienen: contracciones uterinas regulares (con o sin dolor), sensación de presión pelviana (el niño empuja hacia abajo), hemorragia y secreción vaginal amarronada o sanguinolenta, pero mas allá de estos u otros síntomas, la mejor reflexión es:

“Ante molestia o dolor inusual, acudir a vuestro médico”

Y esta máxima debemos aplicarla durante todo el embarazo, porque pueden aparecer situaciones aparentemente similares, pero no debemos olvidar que cada cuerpo es diferente y cada persona tiene (o debería tener) su historia clínica y quien mejor conoce ambas es vuestro equipo médico. Probablemente muchas serán normales, pero debe ser el ginecólogo quien valore la situación, no tengáis dudas, ante la posibilidad de un parto prematuro, es lo mejor tanto para la madre como para el bebé.

Es un hecho que la tasa de supervivencia de los bebés prematuros ha aumentado, pero la prematuridad sigue siendo un factor de alto riesgo de discapacidades y la mayor responsable de la morbilidad infantil en el mundo.

Así pues, debemos potenciar el tratamiento de los riesgos identificados que favorecen el parto prematuro y la prevención del parto prematuro espontáneo.

Bebés prematuros

A pesar de todos los avances médicos de los últimos tiempos, los nacimientos prematuros son uno de los principales desafíos en la salud mundial.

Un recién nacido es prematuro cuando nace antes de las 37 semanas de gestación y los riesgos de complicaciones en un bebé prematuro serán mucho mayores cuanto más prematuro sea.

Siempre digo que cada niño es único y cuando hablamos de bebés prematuros, son muchos los factores que interactúan y que pueden dar lugar a muy diversos problemas, por esto, a cada bebé prematuro se le debe realizar una valoración especializada que permita determinar su tratamiento y seguimiento individual.

Si bien, en lógica consecuencia, los riesgos y problemas más graves los suelen presentar los prematuros más inmaduros, ya que la edad gestacional determina la madurez de sus órganos y sistemas. María Blanca Garrido García, Pediatra Neonatóloga y colaboradora de mipediatraonline.com,  en sus artículos “Recién nacido prematuro” y “Ser padres de un bebé prematuro” nos explica con mayor detalle el concepto prematuro, los límites de viabilidad para el recién nacido prematuro y lo que implica la paternidad en estos casos.

Los riesgos potenciales de los bebés prematuros están asociados con su inmadurez pulmonar, cardiovascular, del SCN, gastrointestinal, hematológica, hepática, renal, sus dificultades para controlar la temperatura corporal, su déficit inmunológico y todas aquellas derivadas de una internación hospitalaria prolongada y una mayor manipulación.

Las complicaciones perinatales más frecuentes derivadas de estos riesgos son: EMH, hipotermia , trastornos cardiovasculares, hipo e hiperglucemia, hemorragias, infecciones, ictericia, acidosis, toxicidad, retinopatía del prematuro y displasia broncopulmonar.

Inicialmente es difícil diagnosticar las posibles secuelas, pero durante los primeros años pueden desarrollar afecciones relacionadas, éstas pueden ser de leves (mayor riesgo de padecer otitis) a muy graves (parálisis cerebral severa).

También pueden presentarse secuelas tardías en años posteriores, generalmente estarán asociadas con alteraciones de aprendizaje y conducta, es importante realizar el adecuado seguimiento neuro-pediátrico ya que pueden evitarse o mejorarse, tomando las medidas adecuadas.

Si, los bebés prematuros necesitan la tecnología para sobrevivir, han llegado antes de tiempo, son muy “pequeñitos” y adaptarse a esta nueva realidad fuera del útero materno, les supone una mayor dificultad que a los nacidos a término. La mejor ayuda que pueden tener son sus padres, su voz, su calidez, su piel y unir el latido de sus corazones.

El Método Canguro, es tan sencillo como eficaz en bebés prematuros estabilizados.

El alcance de sus beneficios ha superado las expectativas iniciales, el contacto “piel con piel” de un prematuro estabilizado con sus padres, favorece y mejora su lactancia materna, el calor, el vínculo afectivo y la estimulación que le aportan el contacto con sus padres, reduce muchas complicaciones de salud y acorta la estancia hospitalaria, indudablemente eso es maravilloso.

Los bebés prematuros necesitan la suma de esfuerzos, la suma de “ciencia y padres” es la más beneficiosa para ellos. De hecho la OMS, en un plan aún vigente,  propone 3 acciones básicas para revolucionar a la baja (en más del 50%)  la tasa de mortalidad en prematuros a nivel mundial: Inyecciones de esteroides (para evitar problemas respiratorios) + Método Canguro + Antibióticos para prevenir y combatir infecciones.

Además de la necesaria ayuda de profesionales especializados, me gustaría compartiros la que aporta el APREM (Asociación de Padres de Niños Prematuros), me sumo a su “regla de las 3 Ps”, preguntad, pedid y perseverad.