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Mascotas y niños: ¿Afecta a su salud?

Mascotas y niños, con responsabilidad, buena combinación

Cómo puede afectar a la Salud de un niño que haya mascotas en la casa. ¿Puede ser peligroso? ¿Tiene beneficios? Alergias, infecciones, peligro de agresión.

Empecemos por la experiencia propia. Yo me crié sin mascotas en casa. A no ser que considere como tal a alguno de mis seis hermanos…

Entenderéis que con 7 niños, papá y mamá ya éramos bastantes.

Ya de mayor si he tenido un perro, Flemming, que convivió con nosotros durante 13 años, hasta que murió. Los últimos 6 meses de su vida con el bebé recién nacido en casa.

En mi infancia hubo alguna mascota ocasional. Recuerdo por ejemplo que cuando yo tenía unos 8 años jugando con un gato callejero, me mordió y a mi madre le dijeron que debía llevar al gato a casa y vigilarlo durante unas semanas por si aparecían signos de que padeciese la rabia.

Así que tuvimos al gato en la terraza de casa durante un par de semanas. No manifestó síntoma alguno y fue expulsado de su «residencia de lujo» al poco tiempo, para su desgracia, o no, porque apacible su existencia con 7 niños curiosos sobre el visitante, no era.

Centrándonos. Los animales pueden sufrir enfermedades, algunas de las cuales también pueden padecer los seres humanos. Pero hemos convivido durante miles y miles de años sin que fuese una catástrofe.

La relación entre niños y mascotas puede plantearse por dos vías:

  • Ya tenemos mascota cuando llega el bebé.
  • Tenemos niños y nos planteamos si sería bueno para él tener una mascota.

¿Qué hacer con la mascota cuando nace un bebé?

Pues, ¿qué vamos a hacer? ¡Presentarlos!

Voy a hablar de las mascotas más habituales, perros y gatos.

Si una mascota está bien cuidada y es revisada con la periodicidad adecuada por el veterinario no tiene porqué suponer un riesgo para la salud del bebé. Las infecciones que puede transmitir no son graves. Son muy, muy escasos los niños tratados porque el perro o el gato de la casa le ha contagiado algo. Y suelen ser cosas tratables y pasajeras.

Las dudas que suelen plantearse son:

  • Alergia a epitelios animales. En principio cualquier persona puede hacerse alérgica al pelo de perro, de gato… Pero precisamente convivir con animales desde el nacimiento es la mejor prevención frente a esa alergia. El sistema defensivo interpreta que es algo normal en el entorno y no reacciona frente a ellos.
  • ¡Que no lama al niño! Las infecciones y los parásitos. Un bebé tiene capacidad defensiva, y especialmente durante los primeros meses de vida es muy poco habitual que sufra infecciones, porque cuenta con los anticuerpos que su madre le ha pasado a través de la placenta. Esos anticuerpos previenen la infección en el bebé por cualquier germen con el que la madre ha tenido contacto en su vida. Si un perro o gato está en la casa antes de que el bebé naciese quiere decir que el sistema defensivo de la madre tenía fichados a la casi totalidad de gérmenes de la mascota antes del nacimiento del bebé. Y al tener contacto con ellos en estos primeros meses, los gérmenes son detectados por los anticuerpos de la madre y presentados al sistema defensivo del niño. Esa es la mejor prevención posible. Lo más habitual, más que las infecciones, son las parasitosis, lombrices, pulgas, garrapatas… Pero son evitables con un cuidado adecuado del animal.
  • Carácter de la mascota. Agresiones. Muchas mascotas son un miembro más de la familia y tienen reacciones que calificaríamos como humanas o casi. Pueden sufrir celos si por ejemplo se sienten desatendidas tras la llegada del bebé. Y dependiendo de su carácter podemos esperar o no que manifiesten cierto grado de resentimiento o agresividad hacia el niño. Mi experiencia es que en mis años como pediatra, eso que teóricamente podría ocurrir, que la mascota atacase al bebé, no lo he visto nunca. Y cuando pregunto a los padres sobre cómo actúa la mascota respecto al niño suelen decirme que lo cuida como si fuese suyo. La mayoría de las agresiones en mi experiencia ocurren entre el año y los 5 años de vida del niño, y en  muchos casos es porque el niño agobia demasiado al pobre animal. Aunque hay excepciones. A mi parecer hay ciertas mascotas que no deberían estar en casa con un niño, como los llamados «perros de lucha». Razas especialmente agresivas que van a tener muy poca tolerancia a las «agresiones» cariñosas por parte del niño.

¿Tiene beneficios para el niño convivir con una mascota?

Por supuesto. Aunque como todo, depende del planteamiento. Si se hace desde la responsabilidad por parte de los padres puede ser muy bueno.

Después de un hermano, un perro puede ser el mejor educador de convivencia para un niño. Tiene su propio carácter y no es tan proclive como algunos padres a satisfacer porque sí las necesidades y los caprichos del niño.

Actúa de forma muy natural, suele dar afecto a quien se lo da y a tratar de forma adecuada a quien lo maltrata.

Y cuidar de una mascota es una de las primeras responsabilidades serias que puede afrontar un niño, y encima hacerlo por petición propia.

En cuanto a la falta de higiene, puede ser un bien en sí misma. Una de las teorías que explica las alergias es la Higienista, que habla de que hoy en día vivimos en un ambiente tan aséptico que nuestro sistema defensivo genera alergias para no morir de aburrimiento.

Una mascota en casa, y más si el niño tiene un entorno más o menos natural en el que jugar con ella, es un gran evitador de alergias.

Elegir la mascota adecuada para un niño.

Cuando nos planteamos la posibilidad de que un niño tenga una mascota, deberíamos plantearnos varios temas:

  • ¿Qué cuidados necesita? Como parte de la sociedad consumista en la que vivimos, tener mascotas es una de las cosas que uno puede plantearse hacer sin mucha reflexión. Y debemos entender que lo que hacemos es asumir una responsabilidad. Valora en su dimensión esa responsabilidad antes de decidirte a acogerla en casa.
  • Si es la primera vez que el niño asume una responsabilidad así, posiblemente lo adecuado sea una mascota fácil de cuidar, pequeña y con una vida no demasiado larga. Adoptar un perro por ejemplo, que puede vivir 10-15 años o más con facilidad no es algo a decidir a la ligera. Meditar bien antes de hacerlo es la mejor forma de evitar el abandono de mascotas.
  • Nunca, nunca te vayas a lo exótico. La introducción de especies exóticas es un grave problema medioambiental. Para su captura se destrozan ecosistemas, y su liberación o escapada en nuestro entorno puede generar problemas. Tu hijo no necesita nada raro, necesita un amigo. Hay muchos aspirantes locales…
  • Teniendo en cuenta lo anterior, valora las preferencias de tu hijo. 
  • Asume que puede que acabe siendo Tú Mascota y no la de tu hijo. Especialmente si escoges un animal de vida larga, las preferencias de un niño pueden cambiar mucho en poco tiempo. A largo plazo más aún. No decidas adoptar una mascota si no estás dispuesto a ser tú quien se haga cargo de ella en exclusiva.

Por tanto, mascotas y niños, con responsabilidad, buena combinación.