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Le ha entrado algo en el ojo

¿Qué pueden hacer los padres cuando a su hijo le entra algo en el ojo? ¿Cuándo deben acudir al médico?

Los ojos son una de las partes delicadas más expuestas del cuerpo. Si pensamos cuál es el sitio en el que más nos preocupa que pueda sufrir un golpe nuestro hijo, independientemente de la intensidad, seguro que son los ojos.

Por eso tenemos algo que los protege, los párpados, y un reflejo que hace que se cierren cuando las pestañas notan cualquier contacto.

Es tan efectivo que incluso cuando queremos limpiarnos el ojo nos resulta difícil mantener los párpados abiertos.

Aún así, a veces algo puede entrar en el ojo.

Lo primero que nos planteamos ¿Cómo limpiar el ojo cuando entra algo?

Lo más básico, no «¡te frotes!» Creo que esto lo tienen claro todos los padres, pero por si acaso. Si lo que haya entrado en el ojo es duro, al frotarnos puede arañar el ojo.

Si conseguimos que no se frote, vemos lo que ha entrado y creemos que puede sacarse con cuidado, podemos intentarlo con la esquina de un papel o tela blandos (la típica esquina del pañuelo). Otra cosa es que el niño nos deje. Porque la molestia que genera tener algo en el ojo hace que sea complicado conseguir la colaboración de un niño. Especialmente cuanto más pequeño o más nervioso es el niño.

Cuando no vemos lo que ha entrado en el ojo o no podemos sacarlo, pero el niño sigue quejándose de que nota que tiene algo en el ojo, lo recomendable es lavar el ojo.

Para hacerlo tumbamos al niño y echamos líquido (si esposible suero fisiológico o agua hervida, si no tenemos a mano agua potable) abundante si sin demasiada presión para que no resulte más desagradable de lo que es.

Se puede repetir el lavado 2-3 veces si el niño sigue con la sensación de tener algo en el ojo o no tenemos seguridad de que haya salido.

¿Cuándo debemos llevar a un niño al médico tras entrarle algo en el ojo?

Como decíamos, el ojo es muy delicado. Y la parte externa más sensible que puede dañarse por entrar algo en el ojo es la córnea. Es la parte transparente del centro del ojo, a travé de la que la luz entra.

Si se hace una herida en cualqueir parte del «blanco del ojo» en la mayoría de los casos es sólo cuestión de evitar que se infecte.

Pero si la herida está en la córnea nos preocupa además que cicatrice lo más perfecta posible, porque si no puede deformarla y eso haría que el niño después no vea bien.

La córnea es además muy sensible, y cuando se daña suele provocar un dolor intenso.

Por tanto, si tras entrarle algo en el ojo a un niño sigue quejándose de dolor intenso o de que no ve bien, debería valorarlo el médico.

Habitualmente lo que hacemos cuando llega un niño así es explorar el ojo para cercionarnos de ya no está lo que hubiese entrado.

Y valorar si ha causado heridas.

A veces se pueden encontrar a simple vista. Pero usamos normalmente un colirio de Fluoresceína. Es un tinte que se fija a las heridas dándoles una coloración fosforescente que facilita que se localicen.

En función de lo que encontremos puede ser necesario desde no hacer nada, hasta que tenga que valorarlo el oftalmólogo con urgencia.