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El colecho en niños

El colecho consiste en dormir con vuestro hijo. Una opción con sus ventajas y sus condicionantes.

Explicado de forma sencilla, el colecho consiste en dormir con los niños en la misma cama.

Desde que nacen hasta que el niño decide que quiere dormir sólo.

Es algo que defiende una corriente de opinión en Puericultura llamada «Crianza Natural».

Como explico en otros muchos artículos hay opciones diferentes para cada tipo de familia. No hay una correcta y otra incorrecta.

Yo he tenido la experiencia de explicar el colecho a algunos padres que te miran con cara de: «Pero ¿qué dice? Qué barbaridad. ¿Cómo voy a meter al niño en mi cama?»

A otros que lo hacen y temen decírtelo por si les «regañas».

Y otros que te dicen «orgullosos» que ellos hacen colecho como si pertenecieran a un grupo «antisistema».

A los del primer grupo les digo:

«Es simplemente una opción, que por lo que veo no es la vuestra, vamos entonces a hablar de como descansar todos bien, durmiendo el bebé en su cuna.»

A los de los otros dos grupos, les digo:

«Es una opción que habéis elegido. Si descansáis vosotros y lo hace el niño. Estupendo. Si queréis os aclaro algunas cuestiones sobre el colecho que tal vez no tengáis claras.»

A continuación les explico el contenido de este artículo, si así lo desean:

Colecho y muerte súbita del lactante

No hay estudios concluyentes al respecto.

Algunos estudios dicen que si los padres tienen un claro sobrepeso no es recomendable hacer colecho.

Y que no es aconsejable el colecho si alguno de los padres es fumador. Pero en este caso no os aconsejo que no hagáis colecho, sino que dejéis de fumar.

Se recomienda para evitar la muerte súbita del lactante usar un colchón firme (que no se hunda con facilidad) y no usar mantas pesadas ni demasiada ropa de cama.

Elegir el colecho implica cierto grado de compromiso

Los niños se adaptan con facilidad a los cambios en general. Pero a veces, en cosas que afectan a sueño, alimentacion o afecto es más difícil.

En el aspecto del sueño, como en cualquier otro, es responsabilidad de los padres hacer las elecciones pensando a largo plazo. No tenemos derecho a someter a los niños a nuestro continuo cambio de humor.

Si elegimos el colecho, sobre todo si decidimos mantenerlo por encima de los 6 meses, tenemos que plantearnos que estamos adquiriendo un compromiso al que debemos responder todas las noches. Si unas noches permitimos al niño que duerma con nosotros y otras no, el niño no lo va a entender, y van a aparecer los problemas.

Pensad varias cosas:

– Si no descansáis bien con vuestro hijo en la cama, a la larga el agotamiento pasa factura. Una factura que también paga el niño al convivir con unos padres agotados y de mal humor. Si dormís bien con él esto no es un problema. Pero no «os sacrifiquéis» metíendolo en la cama. Cuando ese es el planteamiento, el sacrificio acaba afectando siempre al niño.

– Evidentemente tener un niño en la cama limita la capacidad de tener relaciones de pareja. Pero como dicen algunos defensores del colecho: «¿Dónde esta escrito que sólo se pueda hacer el amor de noche y en la cama?» Aún así, es algo a tener en cuenta y que sea consensuado por los dos miembros de la pareja, para evitar que luego sea una fuente de conflicto.

– Si no estáis dispuestos a mantener esa situación hasta que el niño decida dormir sólo por sí mismo, al final vais a tener «que enseñarle a dormir sólo«. Y es más fácil y menos traumático para el niño cuanto antes se hace. Si preferís o no os importa que el niño siga durmiendo con vosotros hasta que lo decida, de nuevo esto no es un problema.

Como veréis dedico menos artículos al colecho que a aprender a dormir sólo. Lo hago porque para aquellos padres que ven como natural compartir la cama con el niño y descansan bien con él, hacen falta muy pocos conocimientos. Es muy intuitivo.

Aunque tampoco es todo tan bucólico como lo pintan algunos.

«Aprender a dormir sólo» es más complicado. Por eso la parte dedicada a esa opción es más larga.

No considero mejor una opción u otra. Esa elección no es mía, sino vuestra.