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Crisis del Sueño entre los 4 y 7 meses.

Cuando acabamos haciendo colecho pero peleamos para no hacerlo

Muchos bebés que ya estaban durmiendo con 0-2 tomas nocturnas empiezan a despertarse con mucha más frecuencia a partir de los 4-7 meses. Te explico porqué y las opciones que puedes escoger.

En la evolución del Sueño durante los primeros meses de vida hay cambios muy llamativos.

Hoy nos centraremos en el que se produce entre los 4 y 7 meses, dependiendo de cada niño.

Cuando un bebé nace tiene tendencia a dormir mucho durante los primeros días de vida. Está agotado y saturado de estímulos y tareas nuevas.

Pero entonces aparece una necesidad nueva que cubrir con urgencia. ¡Hay que comer!

Vemos que habitualmente a partir del 2º-3º día de vida busca alimentarse con mucha frecuencia, tanto de noche como de día se despierta y alimenta casi al mismo ritmo.

Cuando esta necesidad de alimento va siendo cubierta las tomas suelen espaciarse, más en la noche que en el día. La influencia de La Luz diurna y la oscuridad nocturna hace que la melatonina empiece a regular el ciclo circadiano y tenga más interés por alimentarse y buscar estímulos de día y más por descansar de noche.

Algunos bebés llegan a echar alguna noche completa o con 1-2 tomas como mucho antes de los 3-4 meses.

En lo que llamamos crisis de crecimiento, puede tener alguna noche suelta de tomas constantes, pero con una tendencia clara a espaciarse.

Y entonces cuando creíamos que esto iba genial, cambia de forma llamativa.

De repente el número de despertares se multiplica. Pasan a tener un ciclo de sueño largo (3-5 horas habitualmente) en la primera mitad de la noche, y luego ciclos cortos de en torno a una hora en la segunda mitad. A veces incluso más cortos.

Cada vez que se despierta pide que le ayudemos a dormirse de nuevo con el ritual de sueño que solemos hacer.

Os explico a qué se debe este cambio en el sueño

En la mayoría de los niños su ritual de sueño hace que se duerma en brazos de quien le cuida:

Alimentándolo. Tomando su leche.

Dándole estímulos. Meciéndolo, paseándolo…

Para entender cómo llegamos a esto:

Al principio el cerebro del bebé es bastante básico. Tiene 3 necesidades: Comer, Estímulos y Dormir.

Para que un bebé se duerma tiene que tener cubiertas sus necesidades de Comer y Estímulos.

Cada una de esas necesidades está regida por una zona del Cerebro. Y luchan entre sí buscando un equilibrio.

Cuando un bebé está cansado y tiene sueño, no es raro verlo irritado, y no consigue dormirse hasta que lo alimentamos o le damos estímulos meciéndolo o paseándolo. Depende de cual sea su necesidad más deficitaria en cada momento. Es muy frecuente que la maniobra que cubre ambas necesidades (tomarlo en brazos y alimentarlo) sea el ritual de sueño por excelencia. 

Esto hace que desde muy pequeño la forma en la que acaba durmiéndose sea casi siempre en brazos de quien le alimenta o da estímulos.

Van pasando los meses, el cerebro madura, y la costumbre se hace ley. Las redes neuronales van definiéndose y el camino para llegar a dormirse se concreta. El bebé hace un ritual para dormirse que realiza mientras come y/o recibe estímulos.

La mayoría de los bebés tienen varias vías, varios rituales, que les permiten dormirse.

Algunos incluso han desarrollado caminos que le sirven para dormirse sin ayuda, de forma espontánea. Esos niños no suelen tener el cambio de ritmo de sueño del que hablamos. Y siguen durmiendo de noche con 1-2 despertares como mucho.

Pero aquellos en los que todos los rituales que tienen precisan la ayuda de sus cuidadores, la piden cada vez que salen de un ciclo de sueño y quieren entrar en el siguiente.

Mucha gente interpreta que es por hambre. Pero alimentarlo no le duerme porque tenga hambre, sino porque es parte de uno de los rituales de sueño que lleva utilizando desde hace meses. De hecho, aunque se les alimente más antes de acostarlos, siguen despertándose con el mismo ritmo.

¿Cuáles son las opciones para que todos volvamos a dormir?

Os aclaro para empezar que cuando esto ocurre, el bebé descansa. El problema es que la forma de hacerlo impide descansar a sus cuidadores. Especialmente a la madre cuando el bebé toma pecho. Hasta el punto de que en mi experiencia es una de las razones más frecuentes por las que muchas madres se plantean abandonar la lactancia.

Defender la lactancia en ese momento pasa por ofrecer a la madre una opción viable para que sea sostenible.

Nosotros, igual que el bebé, tenemos ciclos de Sueño:

– Un ciclo largo en la primera parte de la noche. Es el más profundo y reparador. Pero solemos acostarnos más tarde que el bebé, lo que hace que él esté acabando su ciclo largo cuando nosotros no hemos hecho el nuestro. Entonces pide ayuda, nos despertamos interrumpiendo nuestro ciclo profundo y eso hace que nos sintamos agotados.

– En los ciclos cortos y más superficiales, el problema es que tampoco estamos acoplados por completo. De modo que el bebé nos los interrumpe una y otra vez. 

Por supuesto, criar hijos supone sacrificios. Que te vas a perder tu serie favorita de televisión por tu hijo es algo que se da por hecho. Pero que puedas pasar meses y meses sin una noche de sueño decente…. Por mucha buena voluntad que le eches te afecta de forma negativa. Hay pocas cosas que puedan afectar tanto la salud como esto.

Y es imposible que tú estés de mal humor y con agotamiento crónico sin que eso afecte negativamente a tu bebé.

Por tanto, cuando esto ocurre no es cuestión de buena voluntad o capacidad de sacrificio. Hay que ser realistas y buscar opciones que os permitan descansar a todos mínimamente bien.

Mucha gente ve un conflicto irresoluble entre las opciones más habituales:

Colecho. La opción más evidente. Si el bebé necesita mi ayuda para dormirse, cuanto más cerca antes acabamos. Que duerma con nosotros en nuestra cama.

Que aprenda a dormir sólo, fuera del dormitorio de los padres.

Yo las veo simplemente como dos opciones diferentes entre las que elegir la que mejor nos permita descansar.

¿Qué hace falta para que el Colecho funcione?

Entiendo por funcionar, que la calidad de sueño de todos sea razonablemente buena. Para que esto ocurra es necesario:

Que los padres quieran hacer Colecho. Hay gente que directamente no quiere. Por mucho que les insistamos en que es una opción totalmente segura y la más natural, hay gente que es incapaz de descansar con su bebé en la cama.

Aprovecho para recordar que el Colecho no aumenta, sino que reduce las probabilidades de Muerte Súbita siempre que el colchón sea firme, no padezcamos obesidad, no seamos adictos a drogas, no fumemos y no usemos ropa de cama pesada.

Que los padres tengan un sueño fácil. Hay gente que es capaz de dormir encima de un camión de bomberos con la sirena a toda potencia. Y que cuando se despiertan tienden a dormirse de nuevo con facilidad. Pero no todos somos así. Hay mucha gente que se despierta con cualquier ruido o movimiento y a los que luego cuesta mucho volver a dormirse. Cuando esto es así, se hace muy complicado dormir junto a un bebé que se mueve y hace ruidos mientras duerme.

En aquellos que Queréis hacer Colecho y descansáis razonablemente bien haciéndolo, la opción es clara: Colecho. Tanto tiempo como sigáis reuniendo ambas condiciones.

Todos los niños, antes o después acaban durmiendo en otro dormitorio. Pero descansando, nos da igual cuándo llegue eso. Podemos esperar y disfrutarlo mientras.

Y cuando el Colecho no funciona ¿Cuál es la Opción?

Hay gente que piensa que la única opción es el Colecho, porque durante mucho tiempo en España la única alternativa que se planteaba era enseñar a dormir al bebé dejándolo llorar en la cuna. Es lo que en España se ha llamado durante mucho tiempo “Duérmete Niño” o “Método Estivill”. Yo claramente no recomiendo este método.

Pero, ¿y si te dijera que tu hijo puede aprender a dormir sólo sin dejarlo llorar? Que podéis pasar de 6-8-10 despertares en la noche a ninguno, o como mucho un par de ellos.

Habrá quien diga que enseñar a dormir a un bebé es absurdo, que no necesitas enseñarle a respirar ni a dormir. Como chiste tiene su gracia. Pero cuando pasas noche tras noche sin descansar, deja de ser gracioso.

Quienes defienden el Colecho, funcione o no, lo hacen dentro de un esquema de Crianza con Apego que comparto al 99%.

El 1% que no comparto es cuando no ven más que una opción y la siguen defendiendo aunque afecte negativamente a toda la familia.

Cuando hablamos de Crianza con Apego hay que entender que la relación que une a un bebé con sus padres es tan importante que si los padres están agotados, necesariamente el bebé está peor que sus padres descansan de forma decente.

Por no hablar de los problemas de pareja que se generan cuando el sueño es malo. Y que por supuesto afectan al bienestar del niño.

Si quieres saber cómo enseñar a tu hijo a dormir sin dejarlo llorar puede leer este artículo.

http://www.mipediatraonline.com/como-ensenar-a-dormir-a-un-bebe-sin-dejarlo-llorar-peketema-2/

 

Del mismo modo que hay familias en las que el Colecho no funciona, puede haber otras en las que esta alternativa tampoco lo haga.

En ellas, aunque a priori no quisierais hacer Colecho, ¿lo habéis probado? Porque como os digo, en este tema creo que hay que ser muy pragmático. Y si lo pruebas y el resultado es que mejora la calidad de descanso de todos ¿Por qué no?

Resumiendo: 

Si todos dormís bien, no hay necesidad de cambiar, sea la que sea la forma en la que lo hagáis.

Pero si no descansáis con un mínimo decente de calidad, ¡Hay Alternativas! 

Pierde el miedo a probarlas, porque siempre puedes volver a lo que tienes ahora.