Categorías
Alimentación Complementaria del Bebé Alimentación del Bebé y el Niño Bebé de 15 meses Blog Cuidados del Bebé y el Niño Diarrea Dieta Sana Digestivas fiebre Higiene del Bebé y del Niño Infecciones en Bebés y Niños Síntomas del Bebé y el Niño Enfermos Vómitos

La importancia de una correcta hidratación en los niños

Hidratación en Bebés y Niños.

Hidratación adecuada en niños. Calidad del agua. Una de las bases de una dieta sana, porque el agua es en porcentaje nuestro nutriente más abundante.

El agua es el componente más abundante del ser humano. Supone una parte importante de nuestro peso.

En los niños más que en los adultos. Conforme crecemos y envejecemos aumenta poco a poco la proporción de grasas y calcio, por ejemplo, reduciéndose la de agua.

Mantenerse bien hidratado es fundamental en todas las etapas de la vida, y se habla mucho de los beneficios que un consumo suficiente de agua aporta para la salud y las funciones vitales del organismo.

Aparte de ser una parte fundamental de nuestro cuerpo, gastamos agua con la respiración, con el sudor y debemos eliminar agua en las heces y en la orina. Por lo tanto hay una parte importante de agua que sale cada día de nuestro cuerpo y debemos reponer.

Lo que entra en el cuerpo con el agua

Disponer de un agua de calidad es importante. Es una de las partes esenciales de una dieta sana.

Un agua contaminada puede contener cantidades importantes de sustancias tóxicas para el organismo.

Por ejemplo en las Islas Canarias hay una alta concentración de metales pesados que hace desaconsejado el uso del agua del grifo para consumo humano.

Y muchas zonas del mundo no reúnen las condiciones mínimas de salubridad para evitar que el agua corriente sea una vía de contagio de infecciones.

¿Cuánta agua debe beber un bebé para mantener su correcta hidratación?

Sabéis que yo soy de pocas cifras exactas. Establecer una cantidad concreta de agua a beber es irreal. Ya que cada día es diferente y cada niño también:

  • Un día de calor, sudando puede necesitarse más agua. Un día de frío puede necesitarse menos.
  • Una diarrea, vómitos o fiebre pueden aumentar la pérdida de agua necesitando aumentar su aporte.

En este sentido, las recomendaciones generales en adultos aconsejan un consumo mínimo de 2 litros de líquidos diarios (unos 8-10 vasos), de los cuales, un 80 % deben ser de agua y el 20 % restante se puede completar con alimentos u otras bebidas como infusiones, frutas, caldos, verduras, etc.

Además, se debe prestar especial atención a aquellos colectivos en los que el riesgo de deshidratación es mayor. Entre ellos, se encuentran los lactantes, los bebés y los niños por el contenido en agua en relación a su peso.

Debemos tener en cuenta que los bebés menores de 6 meses toman sólo líquido (leche). Y que esta leche aporta una cantidad de líquido suficiente. Un bebé bien alimentado con leche a demanda no se deshidrata.

Aunque en esta edad tampoco podamos decir que darles agua sea perjudicial, es innecesario.

Es a partir de la introducción de la alimentación complementarias cuando debemos plantearnos qué va a beber nuestro hijo.

Y en esto soy muy claro: Bebida sana para quitar la sed, sólo una, el agua.

Calidad del agua que toma tu hijo

Por otro lado, no sólo hay que tener en cuenta la cantidad sino también la calidad del agua de bebida. Aguas aptas para el consumo humano hay muchas, desde la del grifo, según localización, tal y como explico más detalladamente en este artículo: http://www.mipediatraonline.com/agua-de-grifo-embotellada/, hasta infinidad de aguas minerales embotelladas.

La diferencia entre la gran oferta de estas últimas depende, principalmente, de su contenido en minerales. La mayor o menor concentración de estos en el agua embotellada varía en función del origen, y queda reflejado en el etiquetado de las botellas bajo el nombre de residuo seco.

En este sentido, las aguas de mineralización muy débil son las que menor contenido en minerales tienen ya que su residuo seco es menor de 50 mg/l. Un exceso de sales en el agua puede causar una sobrecarga de los riñones. Por lo que es recomendable especialmente en niño dar aguas con una mineralización débil o muy débil.

Además, son una buena opción para preparar biberones y alimentos infantiles ya que su baja mineralización ayuda a preservar el sabor original de los alimentos.

Por todo esto, elegir un agua que se adapte a las necesidades y permita facilitar el alcance de las cantidades recomendadas para cada etapa es de vital importancia en la edad infantil.

Crear unos buenos hábitos de hidratación, junto a una dieta variada y equilibrada, un buen descanso, bienestar emocional y la práctica de ejercicio físico regular son los pilares que marcarán una vida saludable en un futuro.

Pistas que pueden hacerte pensar que tu hijo necesita tomar más agua por falta de hidratación

Más que contar la cantidad de agua que un niño toma para intentar que se ajuste a una cifra, lo que os recomiendo es que estéis atentos a algunos signos de falta de agua:

  • Boca seca.
  • Orina oscura.
  • Heces duras.
  • Facilidad para que le suba la fiebre, o dificultad para que baje.
  • Pérdidas extraordinarias como sudor abundante, vómitos o diarrea.

En todos estos casos ofrece agua a tu hijo con más frecuencia de lo habitual.

No puedes pelear con él para que la tome. Pero ofrécela con frecuencia.