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Quemadura por el Sol en Niños y Bebés

Quemadura por el Sol en Niños y Bebés. Evitarla y tratarla.

Las Quemaduras por el Sol siguen siendo frecuentes en Niños y Bebés. Aprende cómo tratarlas y ante todo cómo exponerlos al Sol con seguridad para evitarlas.

El Sol es una fuente de vida porque genera energía. Pero a veces puede ser excesiva.

Estamos preparados para vivir bajo su luz y la necesitamos. La usamos por ejemplo para producir Vitamina D.

Pero también genera en nuestra piel radicales libres. Son moléculas que reaccionan de forma incontrolada modificando otras como el Colágeno o el ADN. En el primero son responsables del envejecimiento de la piel, ya que los radicales libre hacen que el colágeno pierda elasticidad.

En el ADN pueden generar la muerte de algunas células y la mutación de otras, que pueden transformarse en tumorales.

Nuestra piel tiene capacidad de amortiguar radicales libres hasta un nivel determinado y cuando se agota puede regenerar esa capacidad si la dejamos un tiempo fuera de la exposición al Sol.

Podemos hacer dos cosas frente a las Quemaduras por el Sol: Evitarlas y Tratarlas. Es evidente que lo preferible sería evitarlas. Especialmente en niños pequeños.

Cuando se llega a la quemadura solar es que la capacidad de nuestra piel de inactivar radicales libres se ha agotado por ahora y la radiación ya está provocando daño en el tejido.

Esto significa que cuantas más veces se quema la piel por efecto del sol a lo largo de la vida más envejece y mayores son las probabilidades de que aparezca un tumor en la piel.

Evitar la Quemadura por el Sol

Una serie de sugerencias:

  • Evita la exposición de los niños al sol a las horas de más intensidad.
  • Protege del Sol especialmente a los más pequeños.
  • Si preveemos que un niño se exponga al sol de forma mantenida debemos protegerlo:
    • Con medios físicos siempre que sea posible (ropa adecuada, gorro…)
    • Con un Protector solar adecuado:
      • Que el Fabricante lo recomiende para la edad en la que vamos a usarlo.
      • Factor 50. Que es el máximo.
      • Aplícalo con la antelación suficiente para que se fije bien a la piel antes de exponerse al sol.
      • Vuelve a aplicarlo si algo retira el protector (baño, sudor…)
      • Vuelve a aplicarlo si la exposición al sol se prolonga. Mi recomendación es hacerlo al menos cada 2 horas.
    • Los primeros días que el niño se expone al sol el tiempo debe ser limitado. Podremos aumentarlo poco a poco conforme la piel se vaya poniendo morena.
    • Lo ideal es conseguir el moreno sin que se queme en ningún momento.
  • Si en cualquier momento la piel se enrojece es que ya se está quemando. No sirve volver a aplicar Protector solar. Debemos poner al niño a cubierto y no volver a exponerlo al sol al menos hasta que el enrojecimiento haya cedido por completo.

Tratamiento de las Quemaduras por el Sol

Todavía recuerdo el olor a vinagre de las noches de verano en la playa. Yo me crié en Guadix. Una ciudad del interior a una altura de más de 900 metros. La playa nos quedaba un poco lejos. Eso significa que las ocasiones en las que nos escapábamos era para pasar «el día de playa». Cualquiera mantenía a 7 niños (somos 7 hermanos) alejados del agua. Para empezar ni cabíamos en la sombrilla. Pero además teníamos tantas ganas de playa que sólo buscábamos refugio si estábamos ya achicharrados.

El primer día del verano que íbamos a la playa lo hacíamos para estar allí todo el día. Y eso significaba que esa noche todos nos habíamos quemado.

No recuerdo que cuando yo era pequeño me echasen Protector solar en ningún momento. Y sí recuerdo montones de noches de dolor de espalda por las quemaduras.

Esa noche los dormitorios olían a vinagre, porque es lo que mi madre nos aplicaba en las quemaduras solares para aliviar. Recuerdo el olor y la sensación de alivio cuando tras aplicar el vinagre mi madre soplaba y el vinagre se evaporada. Toda la noche durmiendo boca abajo porque no te atrevías a apoyarte sobre la espalda.

Y días después la piel se levantaba y empezaba a «pelarse». También recuerdo las sesiones de retirada de piel muerta a mis hermanos o a mí mismo.

Evidentemente mis padres permitían que llegásemos a esto porque la información sobre los peligros del sol era muy escasa en esa época.

Cómo podemos tratar las Quemaduras solares hoy en día.

Insisto en que lo mejor es evitar llegar a ellas. Pero cuando ya es tarde, toca tratar.

  1. Lo primero es retirar al niño del Sol. Si la piel se enrojece. El Sol se ha terminado por hoy. La piel necesita regenerar si capacidad de eliminar radicales libres. Mañana lo habrá hecho y podremos disfrutar un rato de nuevo.
  2. Hidrata la piel. Si se ha enrojecido puedes usar una crema hidratante normal.
  3. Pero si ya hay dolor es que necesitamos una que reduzca el efecto inflamatorio. Según la intensidad del dolor podemos recurrir a antiinflamatorios más o menos potentes.

Hay cremas para dermatitis atópica que tienen efecto antiinflamatorio pero no contienen corticoides. Esa sería la primera elección y puede aplicarse varias veces en el día hasta que el enrojecimiento desaparece.

Cuando el dolor es intenso o vemos que el enrojecimiento no cede tras un par de aplicaciones de la anterior podemos recurrir a emulsiones de corticoides. Se extienden con más facilidad que la crema para cubrir zonas extensas, como suelen ser las quemaduras solares.

Pero no todos los corticoides son iguales: Los hay que se inactivan al absorberse. Lo que es bueno cuando, como en las quemaduras del sol, debemos aplicarlo en zonas extensas para evitar efectos secundarios del corticoide.

La última parte del tratamiento es que tras un día en el que la piel se ha quemado, no debemos exponer al niño al sol hasta que la quemadura se haya curado por completo. Y en los primeros días tras la quemadura debemos extremar la limitación de tiempo y se más exhaustivos en la aplicación del  protector solar.

Quemarse una primera vez le ocurre a cualquiera. Quemarse una vez tras otra sólo le pasa a niños cuyos padres no se toman en serio el tema.

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Cómo usar bien un Protector Solar

Cómo usar bien el Protector Solar en niños

En la Playa y en la Piscina los Bebés deben usar protector solar. ¿Sábes cómo usarlo adecuadamente? Te explico cómo hacerlo y los problemas más frecuentes.

Cuando llega el buen tiempo a todos nos apetece hacer actividades fuera de casa. Y si a los adultos nos atraen, para los niños mucho más.

Tras meses de frío, días cortos y poca luz el sol es sinónimo de diversión fuera de casa, de tardes largas en las que da tiempo a disfrutar.

Pero el sol es también una fuente de problemas. Las más importantes son la deshidratación, el golpe de calor y las quemaduras solares.

Conocer porqué ocurren, cómo evitarlas y cómo aliviar sus molestias cuando ocurre es importante.

En este caso nos vamos a centrar en el uso adecuado de las cremas de Protección solar.

Consejos para el uso adecuado del Protector Solar.

Lo primero que debemos considerar es cuándo exponer al sol aunque sea con protección. En ese sentido la clave para evitar las quemaduras es evitar las horas en las que el sol es más intenso. Cuanto más pequeño es un bebé más cuidado debemos tener con esto, de forma que evitemos las horas centrales del día.

También depende de la intensidad que tenga cada día. Para eso hay incluso Aplicaciones Móviles que permiten valorar la intensidad de la luz solar y así considerar el nivel de riesgo. Las más simples te piden simplemente que orientes la cámara de tu móvil al Sol y te dice la intensidad de luz.

Pero las hay que hacen previsiones de intensidad para cada hora del día integrada con sistemas de previsión meteorológica. E incluso que te aconsejan nivel de protección recomendable. Pero debemos tener en cuenta que las indicaciones dependen de cada persona. Y que no es lo mismo para un niño independientemente de su edad. E incluso es diferente entre niños según el tono de su piel y la exposición al sol que haya tenido hasta entonces.

Los primeros días que un niño o bebé se expone al sol su capa de melanina es mínima por lo que tiene más facilidad para quemarse. Pero conforme pasan los días y la piel se pone morena, aguantan más exposición al sol.

Por eso la primera recomendación, por muchas ganas de playa o piscina que tengan los niños es empezar con una exposición corta que podemos ir aumentando conforme la piel se va poniendo morena.

Momento de aplicar la protección solar.

Debemos tener claro que ningún Protector Solar tiene efecto permanente. Lo que hacen es aumentar el tiempo que podemos exponernos al sol antes de que aparezcan problemas. Pero por potente que sea tu piel se quemará si se expone lo suficiente al sol, aún con Protector.

Cuanto antes se aplique el Protector Solar mejor. Lo ideal es que estemos protegidos desde que estemos al sol. Y para eso lo mejor es hacerlo en casa antes de ir a la playa o piscina. Además, cuando dejamos el Protector Solar aplicado un rato antes se fija mejor a la piel, de modo que si es llegar a la playa o piscina y se bañan, no se eliminará con tanta facilidad como si acabamos de aplicarlo.

Cada cuánto aplicamos el Protector Solar

Cuando ya tenemos experiencia y sabemos que un niño se quemó un número determinado de horas tras la última aplicación de Protector Solar, debemos adelantarnos a que ocurra renovando el Protector en períodos cada vez más cortos cuanto más tiempo llevemos al sol, ya que la capacidad del cuerpo de amortiguar estas radiaciones se reduce conforme pasa el tiempo de exposición.

En la mayoría de los casos lo recomendable es aplicar de nuevo el Protector antes de las dos horas.

Momento de dejar de aplicar Protector Solar y ponernos a cubierto.

Si un niño muestra ya irritación en la piel por culpa del sol, ya no es cuestión de aplicar de nuevo protección. Es un signo de que la capacidad de su piel para defenderse se ha agotado y por mucho efecto que haga el Protector Solar es muy fácil que acabe quemado. Por tanto, si ya ves piel irritada es que hace un rato debería haber terminado el Sol por hoy. El cuerpo necesita dejar de ser agredido y reponer su capacidad de defensa. Suele lograrlo con unas horas sin agresión.

Zonas de la piel especialmente vulnerables

Las quemaduras solares no aparecen en cualquier zona del cuerpo. Lo hacen con más frecuencia e intensidad en las zonas superiores en las que el sol da de forma más constante. Frente, nariz, orejas y hombros son las zonas más expuestas. Pero zonas donde habitualmente da poco el sol, como los pliegues de detrás de las rodillas, la zona superior de los muslos o las axilas son muy sensibles.

En todas estas zonas es más importante que nos aseguremos de que la capa de Protector Solar se ha aplicado para cubrir adecuadamente.

Por tanto, disfrutad del sol. El verano con niños pequeños es una de las mejores épocas, pero es importante hacerlo con seguridad para evitar que algo placentero acabe en doloroso.

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Protector Solar para Niños y Bebés

Qué Protector Solar usar en Niños y BebésQué Protector Solar usar en Niños o Bebés. Cuáles son las diferencias entre los distintos tipos que hay disponibles en el mercado y cómo escoger uno.

Desde qué Edad puede usarse el Protector Solar

En realidad no hay ningún Protector Solar recomendado en niños menores de 6 meses.

La mayoría, de hecho son para niños por encima de los 3 años . Aunque ya hay alguno en el mercado recomendable desde los 6 meses.

¿Cuáles son los motivos para esta limitación? La primera razón es que los niños menores de 6 meses no deberían exponerse voluntariamente al sol. Es decir, no es que sean vampiros y si les da el sol se transforman en polvo. Pero su piel es muy sensible a las quemaduras solares y tienen más facilidad para sufrir un golpe de calor. Por eso, la mejor recomendación para niños de menos de 6 meses respecto al sol es que lo evites en la medida de lo posible.

La limitación para usar cremas de protección solar por debajo de los 3 años se debe a que la mayoría de los Protectores Solares contiene sustancias como los Parabenos que en grandes cantidades no son recomendables. Y el propio uso de los Protectores Solares implica su uso abundante para que sean efectivos.

Datos clave a la hora de escoger un buen Protector Solar para Niños

Respeta las limitaciones para Edad del Fabricante

Si no se especifica, los Protectores Solares son para niños mayores de 3 años.

Como os decía hay alguno en el mercado para mayores de 6 meses.

En niños menores de 6 meses pueden usarse. Pero hay que tener claro que no está exento de riesgos. Siendo realista los riesgos no son realmente por la composición. No tendría sentido que algo que es perjudicial a los 5 meses y 15 días ya no lo sea a los 6 meses.

En realidad, hay que poner el límite en algún punto y lo importante es tener claro que un bebé de menos de 6 meses (y con 7, y con 8, pero más cuanto más pequeño) tiene riesgos importantes de que su piel se queme o sufrir una insolación si se expone de forma continuada al sol sin protección. Y por tanto lo único seguro es mantenerlo a cubierto durante las horas en que el sol es más intenso.

Si en algún momento va a estar al sol intenso con menos de 6 meses, porque no podemos evitarlo, hay que reducir esa exposición lo más posible, podemos usar un Protector Solar para mayores de 6 meses, pero añade protección física. Es decir, vestido y con gorro.

Qué Factor de Protección debe usarse en Niños

Lo recomendable es usar el máximo, que es Factor 5o.

Cuanto más alto es el factor de protección más tiempo protege, por lo que va a necesitar menos aplicaciones. Conociendo a los niños, a los que en su mayoría no gusta que les echen el Protector es importante.

Pero aún siendo de factor 50, es recomendable volver a aplicarlos a las 2 horas si sigue expuesto al sol o si se ha bañado, tras secarlo cuando sale del agua.

Qué tipo de Filtro Solar es más seguro

Otro componente de los Protectores solares a tener en cuenta son los Filtros. Los hay físicos y químicos.

Evidentemente todos están testados y aprobados en niños porque se consideran seguros. Pero son más seguros los físicos que los químicos. El problema es que los filtros físicos dan un color blanquecino que algunos padres y muchos niños rechazan. Cuanto más pequeño es un niño mejor es que la protección se a costa de Filtros Físicos, recurriendo a los Químicos lo menos posible.

Precisamente esa desventaja estética de dar un tono blanquecino a la piel es un añadido en seguridad. Ya que cuando se pierde ese tono blanquecino es un indicador de que debes aplicar protección de nuevo o dejar de exponer al niño al sol.

Sin embargo en los filtros químicos la primera muestra de que ya no está protegido es el enrojecimiento de la piel, que ya es una quemadura leve.

Componentes a evitar en la composición del Protector Solar de un niño

Parabenos. Se usan como conservantes. No tienen ninguna función de protección. Pero se ha visto que su uso excesivo puede ser perjudicial. Y precisamente el uso de Protectores implica su abundancia. Debe cubrirse todo el cuerpo y debe aplicarse varias veces en un mismo día si se expone de forma prolongada al sol. Por tanto: Mejor Sin Parabenos.

Perfumes. Los perfumes son innecesarios. Dan buen olor, pero a costa de poder generar alergias en algunos niños, especialmente en los que tengas pieles sensibles. Si tu hijo tiene dermatitis atópica el Protector Solar que use No debe tener Perfumes.

Componentes beneficiosos en la Protección Solar de un niño

Al igual que hay componentes a evitar, algunas marcas añaden componentes que pueden resultar beneficiosos. Así encontramos Protectores Solares con fórmulas similares a cremas especiales para Dermatitis Atópica. Pueden añadir con ese fin Aceites ricos en Omega 3, como la Manteca de Karité.

Como resumen podemos decir que lo más importante para proteger a los bebés y niños del sol es evitarlo en las horas de más intensidad, que en los más pequeños esto es lo esencial, pero que en los mayores de 6 meses que se exponen (y si lo haces con un menor de 6 meses) es aconsejable protegerles con un Protector Solar de calidad. Suelen ser Marcas Reconocidas y de venta en Farmacias. No compres cualquier cosa en un «Todo 100».

 

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Actividades al Aire Libre con Niños

Actividades al Aire Libre con niños

La importancia de realizar Actividades al Aire Libre con Niños, pero con Seguridad. Una de las cosas más importantes para su desarrollo físico y emocional.

Mi hijo ha ido creciendo con este blog. Y yo he ido creciendo como padre con ambos.

Muchas de las cosas que yo aprendí en mi formación como pediatra han cambiado. Pero sobre todo ha cambiado lo que como padre cobra más importancia o menos. Y eso va evolucionando conforme los hijos crecen.

Tocaré madera, pero hace muchos meses que no ha enfermado, come razonablemente bien (es de poco comer, pero variado), duerme bien, y empiezan a ser prioritarias otras cuestiones.

Como todos los niños de su edad (7 años) es muy activo, pero el tipo de ocio al que está acostumbrado es muy sedentario. Le encanta ver sus series favoritas de dibujos animados, o explorar en Youtube, jugar con el iPad o el móvil. Hasta está empezando a pillarle el gusto a la lectura como entretenimiento.

Pero es hijo único y aunque con frecuencia juega con amigos (visitas) y lo hace a diario en el colegio, los padres tenemos demasiada tendencia a planificar el ocio de forma poco activa.

Actividades sin salir de la ciudad, y cuando lo hacemos al campo solemos plantearlo como si nos llevásemos la ciudad con nosotros. Zonas de campo, pero especialmente adaptadas como áreas de recreo… Comer y comer moviéndonos en torno a la comida…

Muchos niños desconocen lo que es una auténtica excursión por el campo. Andar y andar sin más equipaje que una mochila con agua y algo de comer (bocadillo y fruta). Simplemente para disfrutar espacios abiertos y moverse a un ritmo diferente.

Lo normal cuando haces esto por primera vez es que tu hijo se queje: «¡Me aburro!»

Puedes empezar a explorar y rastrear, empezar a explicar detalles sobre la naturaleza que te rodea. Pero seguramente al principio esto, comparado con el aluvión de estímulos al que están acostumbrados, le resulte demasiado lento.

Puede ser buena idea compaginarlo con algo que les llame la atención. Nosotros llevamos unas semanas visitando Castillos de nuestra zona. Hay muchos, la mayoría derruidos casi totalmente, pero están en parajes que con la primavera son auténticas maravillas. Yo estoy descubriendo muchos que no sabía ni que existían.

Castillo de Aldeire, Granada, España

Las ruinas son algo que gusta a la mayoría de los niños. Son como un campo de aventura. Estimulan su imaginación y a explorar.

Y andar hasta llegar a ellas permite algo extraordinario. Tiempo en el que no hacemos nada más que andar y Hablar. Piénsalo un poco. ¿Cuánto hace que no dispones de varias horas seguidas para hablar con tu hijo? Esto, en niños por encima de los 6 años, es una de las mayores carencias que tienen. La oportunidad de Hablar hasta no tener más temas que tocar, desahogarse, vaciarse de preocupaciones, compartir ilusiones… Hablar.

Realizar Actividades al Aire Libre con Seguridad

Lo dicho hasta ahora es todo ventajas, pero conviene tener en cuenta una serie de cosas para que la actividad al aire libre resulte placentera y segura.

Pueden sufrir accidentes.

Pues sí. Y está bien que siempre vayas con un móvil con batería suficiente y compruebes de vez en cuando la cobertura. De modo que si ocurriese algo tengas claro el último punto desde el que podrías hacer una llamada.

También es bueno que escojas al principio Actividades al Aire Libre que no resulten muy arriesgadas, aumentando progresivamente la complejidad. En primavera vemos con frecuencia traumatismos en niños, porque tras meses sin casi salir al Aire Libre, están como locos, pero tienen poca práctica y los reflejos no dan mucho de sí.

El Sol en el campo y la montaña.

Si tu hijo está poco acostumbrado a hacer actividades al aire libre puede quemarse con facilidad o sufrir un golpe de calor. Planifica las actividades teniendo esto en cuenta, de modo que a las horas de más sol estéis en una zona algo más cubierta (edificio o arbolado).

Lleva siempre agua suficiente y un poco más y prepárate para el sol.

Ropa adecuada para evitar las quemaduras solares. La ropa puede ser fresca, pero si es resistente y cubre la mayor parte del cuerpo mejor. Además del sol a la mayoría de los niños no les gusta pasar entre plantas y que le rocen, con lo que suelen agradecer llevar unos pantalones largos.

Otros elementos a recordar son Gafas de sol: Deben ser de buena calidad. No hay mejor forma de tener un accidente que no ver bien. Especial cuidado a que las gafas no estén dañadas. Es mejor no usarlas que usar unas con el cristal rayado.

Otro detalle importante es la crema de protección solar. Lo mejor en cuanto al protector solar es aplicarlo antes de salir de casa si el día es soleado y vamos a estar horas expuestos a él. Solemos pensar en esto cuando vamos a playa o piscina, pero en el campo o la montaña el Sol puede ser incluso más agresivo, porque no vamos a refrescar la piel bañándonos. Llévalo por si a lo largo del día es necesario aplicarlo de nuevo.

El calzado para actividades al Aire Libre

Piensa que la idea es andar mucho y sobre superficies irregulares. Conviene llevar un calzado que:

No escurra con facilidad.

– Sea resistente, con suela gruesa y ancha y cubra si es posible el tobillo. Junto con los pantalones largos evitarán que las plantas le vayan rozando al caminar entre ellas. Pero además puede evitar heridas por accidentes leves que pueden estropear el día.

Calcetines altos y gruesos. Para proteger junto a la bota y los pantalones de «bichos» y «plantas». Pero además son esenciales para evitar la formación de rozaduras y ampollas. Recuerda que tu hijo posiblemente no está acostumbrado a recorrer distancias grandes y hacerlo con un calcetín fino con el que el pie «baila» dentro del zapato es rozadura garantizada.

Hazlo con seguridad, pero hazlo. Tu hijo necesita reducir el ritmo de estímulos y descubrir la realidad que existe fuera de las ciudades y de las pantallas. Aunque de entrada le pueda resultar aburrido, casi todos lo acaban agradeciendo.

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Playa o Piscina con un Bebé: ¿Qué hora es mejor?

Hora para ir a la playa. Atardecer en la Playa de La Barrosa de Chiclana de la Frontera (Cádiz). Mi favorita.

Cuando vamos a ir a la playa con un bebé o un niño no es lo mismo hacerlo a cualquier hora. Los problemas más frecuentes son quemaduras e insolaciones.

Con el buen tiempo aumentan las actividades al aire libre con niños y bebés. Salimos más al campo, a la playa, a la piscina. Especialmente estas dos últimas son actividades que podríamos calificar de «exposición al sol».

Salir al campo a la montaña también suponen exponerse al sol, lo que significa que también para ellas es importante tener en cuenta la protección solar. Pero son actividades que realizamos vestidos y que no necesariamente van asociadas a un día soleado.

Sin embargo para la piscina y la playa buscamos días despejados y hacemos la exposición con el mínimo de ropa. Lo que significa que son las dos actividades de mayor exposición a las radiaciones solares.

Los niños son especialmente vulnerables al sol. Y lo son por varios motivos:

  1. Porque cuando están jugando no se acuerdan de nada, incluido beber agua o ponerse a cubierto a tiempo. Ya que si están entretenidos jugando pueden ignorar molestias leves que se asocian al principio de un golpe de calor o de la aparición de quemaduras solares y pasarnos de las horas que sería recomendable.
  2. Porque su piel es más fina y especialmente en los más pequeños ha tenido tan poca exposición que su capacidad de filtrar luz solar es muy escasa. Lo que hace más fácil que se queme en menos horas.
  3. Porque los niños pequeños tienen menor capacidad de compensar las pérdidas de agua y padecen insolaciones con más facilidad.

Uno de los factores esenciales a la hora de disfrutar del sol con niños y bebés evitando estos problemas es el Horario para estar en Playa o Piscina.

La mejor hora para exponer al sol a niños y bebés.

El típico día de playa o piscina puede acabar mal si nos lo tomamos en plan Maratón (de la mañana al anochecer) con bebés o niños pequeños. Hacer algo así supone un riesgo excesivo de exposición al sol y al calor.

Para evitar los Golpes de Calor y las Quemaduras lo mejor es hacer exposiciones en franjas de no más de 2-3 horas los primeros días que podremos ir aumentando después progresivamente, conforme van estando más morenos.

Pero aún así lo recomendable es no estar más de 5-6 horas continuadas en la playa o la piscina. Lo que enlaza con la primera recomendación importante:

Evita las horas centrales del día.

Mi primera recomendación es clara: Depende de la zona geográfica en la que estés porque en cada una los usos horarios son diferentes. Pero en las 4-6 horas centrales del día (más horas en los días de más calor y más despejados) deberíamos estar a cubierto de las radiaciones solares.

Y a cubierto para un niño pequeño no significa debajo de una sombrilla a las 4 de la tarde. Es frecuentísimo atender bebés con fiebre tras un día de playa intensiva, en la que el bebé «no ha salido de debajo de la sombrilla». Pero es que en verano, debajo de una sombrilla puede haber 45º y eso de forma continuada durante horas deshidrata con facilidad a cualquier bebé.

Una forma de reducir este problema es dando líquido con frecuencia al bebé, pero aún así lo mejor es estar realmente a cubierto en esas horas. Y a cubierto es «bajo techo«.

¿Mejor por la mañana o por la tarde?

Hay mucha gente que va mañana y tarde. Pero en los primeros días de exposición al sol y en bebés lo que suelo recomendar es ir a la playa o a la piscina por la tarde. Y me refiero a una vez que han pasado las 6 horas de más intensidad del medio día.

Debemos entender que la capacidad del cuerpo para amortiguar el efecto de las radiaciones solares es limitada.

Cuando vamos a la playa o la piscina por la mañana la radiación solar se va haciendo cada vez más potente conforme nosotros vamos agotando nuestra capacidad de compensarla. Eso significa que es mucho más fácil quemarse antes de irse.

Por el contrario, cuando vamos por la tarde, nuestro cuerpo va agotando su capacidad de defenderse del sol al mismo tiempo que el sol va reduciendo su intensidad. Lo que hace mucho más fácil que podamos estar más horas en la playa sin quemarnos.

Mejor exponer al sol por la tarde que por la mañana.Además, cuando vas a la playa por la mañana el agua está helada. Si vas por la tarde el agua está en su temperatura máxima, lo que siempre resulta más agradable para bañar a niños y bebés.

Personalmente, para mí uno de los mejores momentos de cada verano son los atardeceres en la Playa de la Barrosa en Chiclana de la Frontera (Cádiz). Si no la conocéis, para ir con niños (o sin ellos) os la recomiendo con la convicción de un «enamorado». Es la imagen de cabecera de este artículo.

 

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Quemaduras en niños y bebés

Las quemaduras en niños y bebés. Lo más importante es evitar que ocurran previniendo las causas más frecuentes. Y si ocurre ¿qué pueden hacer los padres?

Dentro de los accidentes en niños y bebés, por detrás de las caídas y los cortes, el tercer lugar con «honores» lo ocupan las quemaduras.

Lo bueno y lo malo de las quemaduras, es que en la mayoría de los casos son evitables.

Hay pocas cosas en el ambiente que nos rodean capaces de producir quemaduras. Y eso hace que cuando unos padres se conciencian la posibilidad de que un niño sufra una quemadura se reduce muchísimo.

Situaciones calientes

Creo que en esto lo más útil es describir las situaciones que suelen producir quemaduras en niños con más frecuencia. De ese modo cuando en vuestra vida cotidiana estéis en una de ellas vuestro cerebro de forma inmediata se activará y os hará estar alerta para evitar la quemadura a vuestro hijo.

En la cocina:

Estamos preparando la comida. Eso significa en muchos casos calentar alimentos. De las cuatro formas más habituales, hervir, freir, asar, hornear. Cada una de ellas es susceptible de producir quemaduras diferentes:

  1. Quemaduras por agua hirviendo. Lo más habitual es cuando ponemos los cazos con el asa hacia fuera y el niño tira de ella hacia abajo, volcándose el líquido hirviendo encima. Pero también cuando repartimos la comida en los platos y la dejamos para que se enfríe. Es importante si hay un niño cerca que no estén a su alcance, con las asas de los cazos haciendo algo tan simple como girarlos para que no queden hacia el exterior de la encimera. Las quemaduras por agua hirviendo no suelen ser muy profundas, pero sí muy extensas.
  2. Quemaduras por aceite caliente. Cuando freímos sea con sartén o con freidora es importante como en el caso de los cazos poner siempre las asas de forma que el niño no pueda colgarse de ella volcándosela encima. En este caso aún más, porque las quemaduras por aceite son más frecuentes. Sin embargo lo más frecuente no es esto, sino las quemaduras por salpicadura. A todos nos ha pasado que al echar algo a la sartén con el aceite caliente ha saltado. Por eso nunca eches a freir nada con el niño cerca y ten siempre preparada la tapa de la sartén para aplicarla en cuanto eches lo que vas a freir. Lo mismo al retirar la tapa de la sartén. Retira siempre la sartén del fogón antes de abrir la tapa para que la intensidad de ebullición del aceite baje un poco. Como en el caso anterior, también debes mantener los alimentos recién fritos fuera del alcance del niño hasta que se enfríen. Y recuerda que algunos alimentos cuando la superficie ya parece fría pueden mantener mucho el calor en su interior y que te quemes al morder.
  3. Quemaduras al tocar cazos, ollas, planchas de asar, vitrocerámicas, fogones. Son elementos metálicos que calentamos para calentar los alimentos. Siempre hay que mantenerlos fuera del alcance del niño hasta que se enfríen. Suelen producir quemaduras en la yema de los dedos o palma de las manos. Igual que cuando tocan los fogones o la superficie de una vitrocerámica que no se ha enfriado aún.
  4. Hornos. ¿Porqué la mayoría de los hornos están bajo la encimera? Es incómodo para introducir y sacar los alimentos. Es incómodo para limpiarlo. Y está a una altura a la que cualquier niño que ya ande puede llegar… Tocar el frontal del horno cuando está a plena temperatura produce quemaduras como las anteriores, en yemas de los dedos o en palma de las manos. Suelen ser menos intensas que en el caso 3. Pero más frecuentes por ser el horno la mayoría de las veces más accesible.

Fuera de la cocina:

Fuera de la cocina son 4 los elementos que con más frecuencia producen quemaduras:

  1. Comida o bebidas enfriándose: Especialmente la sopa y las infusiones. Son quemaduras por agua hirviendo, extensas y poco profundas habitualmente.
  2. El baño: Evidente. Prueba la temperatura del agua siempre antes de bañar a tu hijo y no lo dejes sólo con alcancen para abrir el agua caliente si no tienes claro que entiende el riesgo.
  3. Sistemas de calefacción: Braseros, Radiadores eléctricos, estufas, chimeneas… Siempre fuera del alcance de los niños.
  4. Cigarros: Esto es sencillo. NO FUMES. Si tienes un hijo, evitar que se queme con un cigarro es la menos importante de las razones para que dejes de fumar. La principal: Que tu hijo quiere que le acompañes muchos años y lo hagas lo más sano posible. ¿Cuánto tiempo de vida compartida con tu hijo estás dispuesto a perderte por culpa del tabaco? Sé que no es fácil. Pero no te engañes diciéndote que puedes dejar de fumar cuando quieras. Si esto no es un motivo suficiente ¿qué lo es?

Fuera de casa:

Aquí la lista es muy amplia: Tubos de escape de motocicletas (muy frecuente), fuego en fiestas que lo incluyen como tal o pirotecnia.

Y un capítulo a parte: Quemaduras solares.

Una explicación a tiempo

Cuando los niños empiezan a entender el lenguaje, un a de las mejores prevenciones que existen es avisar de los peligros.

Podemos alertar a los niños de que hay cosas que hacen daño y de las que debe alejarse. La mayoría de los focos de calor son graduables. Y especialmente en los niños que son tocudos a veces puede ser útil dejarle que toque elementos calientes pero que no lleguen a quemar para que entienda el riesgo.

¿Qué hacer si un niño o bebé se ha quemado?

Lo primero es enfriar y alejar de lo que quema:

Siempre tras una quemadura, lo mejor es agua fría.

Para seguir enfriando y mientras preparamos los siguientes pasos, podemos mantener la quemadura fría aplicando un paño con agua fría que cambiemos a los pocos minutos.

A partir de ahí, depende del grado de quemadura:

La gravedad de una quemadura depende de tres cosas: Profundidad, extensión, zona.

Profundidad:

No es lo mismo que la piel se ponga roja (primer grado) que si forma ampollas (segundo grado) o si la piel ha desaparecido dejando a la vista el tejido que hay debajo (tercer grado).

Extensión:

Una quemadura que afecte más del 30% de la superficie del cuerpo se considera grave, aunque no sea muy profunda ni afecte zonas importantes. Esto es así porque la piel tiene dos funciones que se ven comprometidas cuando una quemadura es grande: Evitar la pérdida de líquidos y evitar la infección.

Habitualmente una quemadura extensa necesita tratamiento antitbiótico, en muchos casos intravenoso para evitar una infección grave a partir de la piel. Y eso significa ingreso hospitalario en muchos casos.

En quemaduras grandes se puede perder mucho líquido, sales y proteínas a través de la piel quemada. Y para controlarlo es necesario a veces realizar analíticas repetidas y aportar esas sustancias por vía intravenosa en los primeros días tras la quemadura. De nuevo es criterio de ingreso hospitalario frecuente.

Zona:

No es lo mismo quemarse la espalda (una zona con poca funcionalidad fina) que la cara, las manos o los genitales. Estas tres son las zonas más graves cuando se queman, por sensibilidad, por estética y porque tienen funciones finas que es fundamental preservar.

Dos opciones por tanto:

  1. Una quemadura profunda (con apollas inmediatamente) extensa (no puedes cubrirla con apósitos normales que tienes en casa) O que afecta manos, cara o genitales debería ser al menos valorada en urgencias lo antes posible. Importante el O. Con que cumpla cualquiera de las tres características, a urgencias. El transporte a urgencias hazlo cubriendo la quemadura con paños húmedos y manipulando lo menos posible las zonas quemadas. Si tienes algún analgésico en casa te recomiendo que se lo des antes de salir para que empiece a calmarle por el camino.
  2. Una quemadura poco profunda (primer grado) poco extensa (se puede cubrir con facilidad con un apósito) y que no afecte a manos, cara ni genitales, puede tratarse en casa en la mayoría de los casos. Y es esto lo que voy a explicar a continuación.

Tratamiento en casa de quemaduras leves

Si como hemos dicho es leve porque no es profunda, no es grande y no afecta manos, cara, genitales, puedes tratar la quemadura en casa siguiendo estos pasos:

  1. Enfriar con agua fría.
  2. Cuando la zona ya se ha enfriado y hemos limpiado con agua lo que le quemaba, yo suelo recomendar una sola aplicación si tienes en casa de una crema de corticoides. Se suele hablar de las típicas soluciones caseras, como la pasta de dientes…. Pero realmente una crema de corticoides es lo más adecuado. ¿Para qué? Muchas quemaduras leves no tienen ampollas (si las tiene desde el principio es una quemadura de segundo grado y como decimos ya no es leve, a urgencias) al principio, pero las forman horas después. Aparecen por la inflamación que ha generado la quemadura. Para eso las enfriamos con agua. Pero si una vez enfriada, aplicamos un corticoide podemos evitar que las ampollas aparezcan. No es bueno aplicar corticoides después en las fases en las que ya el daño está hecho, porque los corticoides disminuyen la capacidad de la piel para regenerarse y defenderse. Por eso es una sola aplicación inmediata, en los primeros minutos tras la quemadura.
  3. Si le duele puedes (debes) darle un analgésico.
  4. Si la piel está integra, ha desaparecido la inflamación y no ha salido ampolla unas horas después de la quemadura, el tratamiento ha terminado.
  5. Si finalmente sale alguna ampolla pero es pequeña y no afecta zonas especialmente sensibles (cara, manos, genitales) lo mejor es:
  6. Aplicar alguna crema antibiótica y cubrir con un apósito. Cambiarlo 1-2 veces al día, o más si se mancha. Puede quitarse el apósito y lavarse la zona normalmente mientras la piel mantenga su superficie conservada.

Respecto a las ampollas

Si una ampolla no produce un dolor intenso, lo mejor es no pincharla. Ya que es la forma natural de curar de una quemadura. Mantiene protegida la zona para que la piel se regenere por dentro a cubierto. Y sigue sirviendo como barrera para las infecciones.

Si está tan a presión que el dolor es muy intenso lo más habitual es que el niño se toque y acabe reventando. En esos casos es mejor pincharla con una aguja previamente desinfectada para permitir que alivie la presión y así se reduzca el dolor. Pero no presiones la ampolla intentando que se vacie totalmente. Va a ir haciéndolo a su ritmo, de modo que el flujo constante de líquido dificulta que los gérmenes entren. Pero además en una ampolla pinchada te recomiendo aplicar una crema antibiótica y cubrir la lesión con un apósito.

Sí te advierto que en quemaduras grandes o de zonas en las que es especialmente importante mantener la movilidad (cara interna de la mano, cara, articulaciones…) a veces los médicos pueden decidir a lo largo de la evolución de una quemadura retirar la superficie de las ampollas.

Pero en quemaduras leves que no afectan esas zonas, lo mejor es dejar que la piel que cubre la ampolla caiga sola a su ritmo una vez que ha cumplido su función y la piel se ha regenerado por debajo.

Es un tema largo, pero espero que os sea útil.

Y lo más importante: Si tienes dudas consulta a tu médico. En estética y funcionalidad tras una quemadura, cuanto antes actuamos más margen tenemos.

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Los bebés y el sol: Peketip 15

Los bebés y el sol:

Evita las horas de calor más intenso (incluso bajo la sombrilla)

La mejor protección contra el sol es la física (ropa protectora, gorro y sombrilla)

Si usas crema protectora aplícala al menos 15 minutos antes de exponer al sol o ir al agua.

El agua del mar es buena para la piel (mejora la dermatitis atópica)

Si la piel se enrojece (quemadura solar) debe retirarse del sol de inmediato y no exponerlo de nuevo hasta que desaparezca.

Llega el verano y con él para muchos niños su primera exposición seria al sol en la playa. El sol tiene muchos efectos positivos para la salud. Pero también tiene sus peligros. Y los bebés son más sensibles a su efecto. Por lo que puede ser útil para los padres saber cómo disfrutar de él sin que el bebé sufra daños.

De los consejos que os doy en este peketip:

Uno de los peligros del sol es la insolación. Un bebé puede sufrir el golpe de calor con más facilidad de en otras edades. Y debajo de una sombrilla a las 4 de la tarde en la playa puede haber 45º. Es fácil que aunque no salga de la sombrilla, esa noche el bebé tenga fiebre. Por eso, entre las 12:00 y las 18:00 es mejor evitar que el bebé esté en el sol. Incluso bajo una sombrilla.

Hoy en día la gente tiene muy asumido el uso de las cremas de foto-protección para los niños. Pero a veces se actúa creyendo que con eso basta. Por desgracia el efecto de las cremas de protección solar es limitado. Ninguna tiene un efecto adecuado más de dos horas después de su exposición al sol. En muchos casos además suele aplicarse justo antes de poner al niño al sol o de bañarlo. Pero para un efecto adecuado, la crema necesita fijarse bien a la piel, y eso quiere decir que hay que dejar al menos unos 15 minutos la crema antes de exponerlo al sol o que se bañe.

En verano la dermatitis atópica puede evolucionar a mejor o a peor. A favor juega que el sol la mejora y que si se baña en agua marina suele irle bien. En contra, que el cloro de las piscinas y el sudor puede empeorarla.

Si finalmente aparece la quemadura solar (la piel se enrojece), es un signo de que el sol está ya dañando la piel. Ha superado la capacidad de la piel de soportar el sol. Ese es el mejor indicador de que debe evitarse más sol. El momento en que esto ocurre varía mucho entre una persona y otra. Hasta que la piel no pierda su irritación no debería volver a exponerse al sol, porque hasta que esto ocurra, es que la piel no ha recuperado su capacidad de defenderse frente al sol.

Peketip 14
Peketip 16

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Los niños, los bebés y el sol

Proteger a los bebés adecuadamente del sol

Cómo exponer a los niños al sol de forma segura, proteger su piel. Aprende a evitar y tratar las quemaduras solares para proteger la piel de tu hijo.

Siempre me gusta recordar este tema al principio del verano, cuando empezamos a plantearnos actividades al aire libre con los niños. Especialmente antes de ir a la playa.

El sol es algo que llevamos esperando todo el invierno, pero en exceso puede resultar peligroso.

No debemos huir de él como si fuésemos vampiros. Pero tampoco exponer a los niños hasta el punto de que se queme la piel.

Siempre que un niño tiene la piel quemada por el sol, es porque ha estado expuesto más tiempo del que su piel puede soportar.

Estamos cuidando bien su piel si nunca se quema. Si lo hace con cierta frecuencia es que debemos actuar mejor.

Eso varía mucho de unos niños a otros. Los hay que no se queman estando horas a pleno sol y otros que con 10 minutos en las horas centrales del día ya se ponen rojos como cangrejos.

Por poca experiencia que tengamos los padres, todos sabemos el tipo de piel de nuestros hijos y según eso la sensibilidad que tienen al sol.

Medidas claras para proteger a los niños del sol

– La mejor protección solar es no estar al sol. Hay que evitar que los niños permanezcan a pleno sol en las horas centrales del día (de 12:00 a 18:00). No solo por las quemaduras solares. También para evitar las insolaciones.

– La segunda mejor protección es la ropa.

Cremas de protección solar. Siempre que tengamos previsto que un niño se exponga al sol más de lo habitual, conviene usar cremas de protección. Yo recomiendo usar en los niños el mayor factor de protección disponible. En la actualidad +50.

Forma adecuada de usar las cremas de protección solar

Debe aplicarse por primera vez en casa. Eso hace que la piel la fije más en profundidad.

Muchos niños llegan a la playa, le aplican la crema, y al agua. Siendo así no permite que se fije y el agua la elimina. Si no se la habéis puesto en casa, tras aplicársela, esperad al menos 15 minutos antes de meter al niño en el agua.

Ninguna crema solar protege más de 2 horas. Por lo que si se prolonga más tiempo la exposición, conviene volver a aplicar la crema de protección.

Quemadura solar y su tratamiento

Las quemaduras solares más leves son un enrojecimiento de la piel. Cuando ya notamos esto es un signo de que debemos quitar al niño del sol. Si la piel está roja, no basta con volver a aplicar crema. Se acabó el sol hasta que desaparezca el enrojecimiento (lo que puede ser cuestión de horas o de días según el daño recibido).

En estas quemaduras leves conviene mojar la piel con agua para refrescarla, quitar al niño del sol y aplicar cremas antiinflamatorias:

– Puede usarse por ejemplo Physiogel AI intensive / 12 horas. Esta crema baja la inflamación, pero no tiene corticoides.

– En casos más intensos que con cedan con la anterior, podemos usar cremas de corticoides como Cutivate o Lexxema emulsión / 24 horas.

Si duele, puede ayudar algún analgésico, como el ibuprofeno o el paracetamol.

Y si pica, algún antihistamínico como la Dexclorfeniramina.

Pero lo primero y principal es quitar al niño del sol.

En algunos casos aparecen incluso ampollas.

Eso quiere decir que debimos quitarlo del sol hace rato. Así que si sigue al sol debes sacarlo inmediatamente.

Y es recomendable que no vuelva a tomar el sol hasta que se curen las quemaduras. Lo que suele tardar en estos casos en torno a una semana.

Como en el caso anterior, lavamos con agua fría y damos analgésicos para el dolor, pero en caso de ampolla prefiero aplicar cremas con corticoides y antibióticos asociados.

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