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Frutos Secos en la Alimentación del Bebé: Cómo y cuándo introducirlos

 Frutos secos en alimentación infantil, cuándo y cómo para evitar alergia y atragantamiento

Frutos Secos: la primera causa de muerte por atragantamiento en niños y causa frecuente de alergia. ¿Cómo introducirlos para reducir ambos riesgos?

Los frutos secos suelen aparecer al final de la “lista clásica” cuando hablamos de introducción de alimentación complementaria.

Les tenemos respeto porque son:

  1. La primera causa de muerte por atragantamiento en niños.
  2. Uno de los grupos de alimentos que con más frecuencia producen alergias alimentarias.

Para reducir el riesgo de que aparezcan ambos problemas durante mucho tiempo se ha recomendado retrasar su introducción cuanto sea posible. Yo mismo decía «no le des frutos secos a tu hijo mientras te acuerdes de la última vez que se atragantó».

El problema surge porque está cada vez más claro que introducir tarde los frutos secos puede duplicar las posibilidades de que un niño acabe desarrollando sensibilidad a ellos. No es algo exclusivo de los frutos secos. Como explico en otro artículo, introducir tarde los alimentos favorece que aparezcan alergias alimentarias.

Para conjugar ambos problemas, lo que recomiendo desde hace un tiempo es:

Evita los frutos secos, SECOS.

Pero puedes dárselos Triturados y Humedecidos.

Te explico el porqué.

El peligro de atragantamiento en los frutos secos es porque no se deshacen cuando lo pones en un ambiente húmedo. Lo que hace es hincharse pudiendo aumentar su tamaño por 5.

Imagina el proceso:

Un niño está comiendo por ejemplo cacahuetes mientras juega por ahí.

Se cae.

Cualquiera al caer hace una aspiración. Como cuando te asustas por cualquier otro motivo.

Si tienen trocitos de cacahuete masticados en su boca y algunos son arrastrados a los bronquios por esa aspiración, se depositan ahí.

La diferencia con cualquier otra cosa que pueda llegar al bronquio es que los frutos secos, en el ambiente húmedo del bronquio, empiezan a absorber humedad y se hinchan.

El resultado es un tapón que bloquea al bronquio y que al hincharse se queda atascado ahí sin posibilidad de ser expulsado con el moco o la tos.

Las posibilidades de que esto ocurra dependen mucho de cada niño. Hay niños que casi nunca se atragantan con menos de 2 años y otros que lo hacen con facilidad con más de 4-5 años.

Para evitar el atragantamiento lo mejor sería que no tomasen frutos secos hasta esa edad. Pero….

El riesgo de alergia aumenta si no toman los frutos secos en los primeros 12 meses

Hay estudios que demuestran que lo niños que toman pronto los frutos secos tienen la mitad de posibilidades de desarrollar alergia a ellos que quienes los toman tarde.

La razón es que en los primeros meses de vida los niños casi no tienen infecciones porque cuentan con las defensas que su madre le pasó a través de la placenta. Conforme pierde esas defensas de la madre empiezan a tener infecciones cada vez con más frecuencia y entre el año y los 3 años pillan todo lo que se cruce en su camino.

Una alergia no es más que una confusión del sistema defensivo en la que el sistema defensivo se había activado por una infección y buscando al culpable se encuentra por primera vez algo que no conoce (un alimento nuevo que pasaba por allí). Le echa la culpa y a partir de ese momento, cada vez que lo detecta lo ataca. Las posibilidades de que se produzca esa coincidencia de tomar el fruto seco las primeras veces y coincida con un sistema defensivo activado por infecciones aumenta claramente entre el año y los 3 años, cuando no paran de pillar de todo.

Desde el punto de vista de la alergia lo recomendable sería que tomen frutos secos de forma habitual antes del año de vida.

La respuesta para encajar ambos problemas

Si en la masa de repostería añades frutos secos picados, estos van a humedecerse y a cocer con la masa. Ejemplos en España: Mazapán, Torta de Santiago…

Si haces una salsa en la que uses frutos secos picados, van a cocinarse humedeciéndose. Ejemplo: Salsa de ajillo. En mi tierra se hace con Pimiento rojo seco, pan frito picado, almendras fritas picadas, ajo crudo y vinagre. Todo esto picado se añade a una carne frita y se deja cocer un rato hasta que la carne se impregna bien del sabor de la salsa.

De este modo, antes de tomarlos, los frutos secos han dejado de ser «secos». Lo que impide que se hinchen en los bronquios si son aspirados. Un atragantamiento con frutos secos picados y humedecidos es como atragantarse con cualquier otra cosa. 

Pero en esta forma puede darse a niños menores de un año, desde que iniciamos la alimentación complementaria sin limitación, y hacerlo reduce el riesgo de alergia a los frutos secos.

Pero no le des frutos secos si tiene diarrea, vómitos, fiebre o vas a vacunarlo. Porque son situaciones en las que se activa el sistema defensivo y puede generar la lergia.

Por tanto, la mejor opción para evitar atragantamiento y alergia por frutos secos es ofrecérselos picados y humedecidos en salsas, masas de repostería…

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¿Por qué es bueno que los bebés tomen alimentos sólidos sin dientes?

¿Es bueno o peligroso dar a un bebé sin dientes alimentos sólidos?

Durante muchos años dije a los padres «¿Cómo iba a tomar un bebé alimentos sólidos  sin dientes?». Ahora entiendo que es bueno que lo hagan.

Soy Pediatra desde el año 2001. Si al tiempo pasado desde entonces sumamos los 4 años de Residencia para hacerme especialista. Son ya muchos años asesorando a los padres.

Como buen alumno, aprendí de mis maestros. Y durante muchos años repetí a los padres lo que había aprendido de ellos.

Agradezco a mis maestros lo que me enseñaron. Pero no son la única fuente de conocimiento, y cuando trabajas dando consejos, te arriesgas a recibirlos también.

Hace años que escucho opciones alternativas, desde algunos padres y profesionales. Lo que algunos llaman con desprecio «cosas modernas». Poco a poco fui profundizando en ellas con una mezcla entre curiosidad y escepticismo.

Y pasa lo que con frecuencia al juguetear con fuego… Me quemé.

«Me he pasado al lado oscuro»

Argumentos que antes daba en contra de dar alimentos sólidos a los bebés antes de que tuviesen dientes

Durante muchos años, ante la sugerencia de dar alimentos sólidos a los niños decía cosas como:

  1. Antes de que un niño tenga dientes no puede tomar alimentos sólidos, porque no puede procesarlos sin dientes. Lo más probable es que acabe ahogándose con ellos.
  2. El intestino del bebé no está preparado para tomar alimentos sólidos y si se los damos va a expulsarlos en las heces sin digerir.
  3. Con los alimentos sólidos el bebé tomará menos cantidad que con los purés y estará peor alimentado.

Los conozco y no los he olvidado. Han sido muchos años defendiéndolos.

Por qué ahora defiendo que es bueno dejar a los bebés tomar alimentos sólidos antes de que tengan dientes

Tras años de decir lo contrario, ahora recomiendo a los padres:

  1. Cuando tu hijo muestre interés por tu comida, déjale que la pruebe. 
  2. Sólo debes evitar antes del año las verduras de hoja verde (intoxicación por nitritos), la miel (botulismo). Y antes de los 2 años evita Marisco y Pescado azul grande (mercurio) y huevo crudo (salmonelosis). Los frutos secos puede tomarlos muy picados y humedecidos para reducir el riesgo de atragantamiento. Pero evita que mastique frutos secos, que no estén triturados y humedecidos mientras te acuerdes de la última vez que se atragantó.
  3. Puede tomar los sólidos que se deshacen con mucha facilidad de forma libre. Sin tener que procesarlos de ninguna manera. Puede tomar los sólidos difíciles de deshacer en trozos tan grandes que no le quepan en la boca de forma que puede chuparlos y mascarlos, pero no tragarlos.
  4. Es mejor empezar a ofrecer los sólidos de esta forma antes de que tenga dientes. 

Ahora voy a explicaros porqué este cambio de planteamiento tan radical. El motivo es una mejor comprensión del desarrollo de los niños.

Cada vez hay más estudios que demuestran que retrasar la introducción de alimentos es una de las causas más importantes del claro aumento de alergias alimentarias que vivimos desde hace años.

Muchos padres y madres están preocupados porque su hijo come poco. Darle la comida triturada es una forma de que coman cantidades mayores. Pero es un error que está favoreciendo el desarrollo de obesidad.

Y muchos tienen miedo a que si le dan alimentos sólidos puedan atragantarse. Aunque he tratado este tema en otro artículo, voy a explicarlo aquí entendiendo el desarrollo de los niños:

Dar alimentos sólidos a un bebé sin dientes para que evitemos el riesgo de atragantamiento

Antes de que los Pediatras explicásemos a los padres cómo debían introducir la alimentación complementaria, antes de que existiesen la batidoras… la especie humana sobrevivió.

Para hacerlo hay una serie de instintos, reflejos y capacidades que el bebé desarrolla de forma innata y en secuencia.

El proceso por el que el niño come sólidos es el siguiente si no interferimos:

  1. Empieza siendo lactante. Pero los movimientos de chupeteo hacen que se desarrolle la musculatura de la lengua, de la deglución y de la masticación.
  2. Tras meses de refuerzo de esos músculos y de los mecanismos necesarios para tragar leche y respirar simultáneamente:
    1. Ya hace arcadas si algo se va hacia la vía respiratoria. Este reflejo, que suele asustar a los padres porque da la impresión de que se está ahogando es precisamente para evitar que ocurra. Lo que hace es generar la arcada cuando detecta que algo que no es aire quiere irse hacia la vía respiratoria en lugar de ir por su camino hacia el estómago. Lo hacen incluso con la leche, el moco… Y lo harán con los sólidos cuando llegue el momento.
    2. El bebé empieza a manipular. Primero observa sus manos desarrollando la coordinación óculo-manual. Con unos dos meses más o menos, el bebé se mete las manos en la boca con frecuencia, lo que estimula la salivación. Muchos lo atribuyen erróneamente a los dientes.
    3. Algo después el bebé llega a hacer la pinza, toma objetos en su mano y tiende a llevarlos a la boca. 
    4. Aparece el reflejo extrusivo. Cuando mete algún objeto sólido en su boca suele moverlo y acaba expulsándolo. Es necesario hacer esto. Para no atragantarse por error es bueno que el bebé tenga claro cómo expulsar lo que tiene en la boca si genera problemas. Y no hay que hacer nada. Este reflejo aparece sólo. Cuando empiezan a tomar alimentos sólidos los padres se desesperan porque tras un rato jugueteando con la comida en la boca es muy poco lo que se comen realmente. Pero debe empezarse así.
  3. Si dejamos que el bebé tome alimentos sólidos que se deshacen con facilidad va reforzando su habilidad para manejar mejor esos sólidos. Ejemplo: Una patata cocida blanda.
  4. Si damos alimentos que no se deshacen con facilidad en trozos tan grandes que no le caben en la boca mejora también los músculos que actúan en la masticación. Ejemplo: Un filete de ternera.
  5. Si un niño se atraganta en esta etapa suele ser por tomar un sólido de dureza intermedia, que puede trocear con las encías y no se deshace luego en la boca con facilidad pudiendo llegar un tapón a la garganta. Ejemplo: Un plátano que no esté maduro. Puede partir un trozo sin dientes, con las encías, pero luego cuesta deshacerlo del todo con la lengua.
  6. Aparecen los dientes: Si por miedo al atragantamiento no hemos dado alimentos sólidos antes, tenemos un problema: El niño ya es capaz con esos dientes de cortar trozos duros que no se deshacen y no ha aprendido a manejarlos. Si ha tomado alimentos sólidos con las limitaciones que he explicado, cuando aparezcan los dientes el niño estará capacitado para tomar sólidos de cualquier tipo y gestionarlos con menos riesgo de atragantarse.

Cosas sorprendentes que ocurren cuando confiamos en la capacidad de los niños

Hace ya un tiempo que recomiendo el BLW.

Lo que veo desde entonces es una maravilla:

Niños con dietas variadas y completas, con menos alergias alimentarias y con menor riesgo de atragantarse que muchos niños, mayores que ellos, que han seguido pautas de introducción que frenan el proceso natural de introducción de la alimentación innecesariamente.

Antes veía niños con 2-3 años que se atragantan si encuentran un tropezón en su puré.

Ahora veo bebés de 7 meses capaces de tomar en su mano una tripa de fuet, cortar y masticar un trozo con sus 4 dientes, y sin atragantarse….

Ninguna estrategia elimina por completo el riesgo de atragantamiento, pero en mi opinión, ésta lo reduce claramente. Es mucho menor el tiempo que el niño tarda en manejar adecuadamente los sólidos.

Entender el proceso de desarrollo de los niños y apoyarlo es mejor que interferir por miedos injustificados, creando problemas que no existían antes.

Me he pasado al lado oscuro, soy uno de esos «pediatras que hacen cosas modernas»….

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Se ha tragado una moneda

Que un niño se trague una moneda o los padres piensen que lo ha hecho es algo muy frecuente. Puede pasar con cualquier otro objeto, pero las monedas son algo muy frecuente.

La primera duda que surge es: ¿Qué puede pasarle?

La respuesta es que cuando una moneda entra en la boca y no sale por la boca, tiene 3 posibilidades:

  1. Que la moneda se quede en la garganta. Pero en la garganta tenemos muchísima sensibilidad y que una moneda se quede ahí sin dar síntomas claros (náuseas o tos muy persistente) es imposible.
  2. Que la moneda se vaya a la vía respiratoria. Esto es poco frecuente y desencadenaría un ahogo inmediato intenso y muy evidente. No notarás que tose un poco o tiene moco, sino que claramente se ahoga.
  3. Lo más frecuente, que se trague la moneda.

Cuando se tragan una moneda, lo importante es en primer lugar que pase el esófago (el canal que lleva la comida de la garganta al estómago) sin atascarse. Si esto ocurriese, produce un espasmo del esófago que es muy doloroso, con lo que el niño que tiene una moneda (o cualquier otro objeto) en el esófago presenta un dolor evidente y constante mientras la moneda siga ahí.

Si pasa del esófago y llega al estómago, puede no haber dado ninguna sensación de dolor y ya en el estómago puede permanecer un tiempo que varía mucho de un caso a otro. Pero no suele dar problemas ahí, más que en los niños que son alérgicos al alguno de los metales que forma la aleación de la moneda, en los que puede aparecer dolor abdominal, náuseas, o incluso erupciones en la piel.

En la salida del estómago está el último obstáculo. Si la moneda se atascase ahí da también síntomas evidentes: Dolor y vómitos. Tampoco es muy habitual.

Hasta aquí, si hay síntomas de obstrucción en cualquiera de esas alturas, como la moneda es un objeto metálico, es sencillo localizarla con una radiografía. Y si hay efectivamente obstrucción, se extrae por endoscopio (anestesiando al niño para introducir un tubo por la boca hasta donde esté la moneda y extraerla.

Si la moneda llega sin problemas al intestino ya es muy difícil que dé complicaciones, ya que de ahí en adelante no hay estrechamientos. Puede tardar más o menos en salir, pero acabará saliendo. La mayoría de las veces en pocos días.

¿Qué suele recomendarse cuando un niño se traga una moneda?

Muchas veces no tenemos la seguridad de si un niño se ha tragado o no la moneda, y en ocasiones se recomienda hacer una radiografía para cercionarnos de si es así y localizarla.
Si el niño está bien, yo no suelo recomendarlo, porque como hemos explicado cuando da problemas los síntomas son evidentes y si no los hay, de todos modos no hay que hacer nada especial.
Y aunque se haga una radiografía, si 2 horas después aparecen síntomas de obstrucción va a ser necesario repetirla, porque si han aparecido signos que no había antes es que la moneda está en otro lugar ahora.

Menos sentido aún le veo a hacer radiografías sucesivas porque los días van pasando y no hemos visto la moneda en las heces.

Mi recomendación es simplemente dar una dieta más rica en fibra (fruta y verdura) de lo habitual, para ayudar a que la moneda salga siguiendo su camino normal y observar si aparecen síntomas de obstrucción evidentes (dolor y vómitos o náuseas persistentes).

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Ahogamiento secundario en niños

El ahogamiento secundario en niños es muy raro, pero puede ser grave. ¿Qué es?

Este tema ha sido pedido porque se publicó hace unos días un artículo sobre la historia de un bebé que había muerto por él.

Esto no es nada frecuente. Puedo decir, como muestra, que en los 18 años que llevo trabajando como pediatra no he visto ni un sólo caso. Pero os explico en lo que consiste.

Lo primero que tenéis que tener claro es cuando pensar en esto y cuando no:

¿Le puede pasar a un niño por tragar agua de la piscina? NO.

¿Le puede pasar si su amiguito le hace una ahogadilla y tose un poco? NO.

¿Le puede pasar si lo han tenido que sacar inconsciente de la piscina porque se estaba ahogando? SI.

La razón se entiende explicando lo que es el ahogamiento secundario:

Para depurar el agua de las piscinas usamos sustancias químicas. De ella la más habitual es el cloro o derivados suyos.

El cloro es uno de los mayores irritantes químicos para los bronquios.

Si un niño traga agua de piscina, el cloro va a su barriga, no a los bronquios.

Si su «amiguito» le hace una ahogadilla y tose un poco la cantidad que entra de agua es mínima y la expulsa de forma casi inmediata llegando en la mayoría de los casos sólo a la tráquea. Incapaz de hacer un daño significativo.

Pero si un niño queda inconsciente bajo el agua sus pulmones se llenan de agua de la piscina, y aunque reanimándolo podemos expulsar la mayoría, algo queda y permanece haciendo un daño ante el que los bronquios se defienden produciendo inflamación. Y más al fondo en los alveolos, edema (acumulación de líquido en las bolsitas en las que nuestros pulmones intercambian el aire con los gases que hay que eliminar de la sangre).

El problema es que esto no es inmediato. Suele aparecer horas después en una persona que parecía haberse recuperado perfectamente de un «casi ahogamiento».

Eso quiere decir que tras sufrir un episodio de «casi ahogamiento» habría que mantener a los niños en observación al menos durante unas horas, controlando si aparecen signos de dificultad respiratoria, y actuando lo más precozmente posible si aparecen.

Es de hecho lo normal cuando se atiende un «casi ahogamiento» y lo que se recomienda en los protocolos de emergencias.

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Cómo Introducir la Comida Sin Triturar

Cómo introducir la Comida sin Triturar en la alimentación del bebé.

Cómo introducir la Comida Sin Triturar en la Alimentación de un Bebé es una duda de los padres y madres. Te doy mi opinión sobre cómo hacerlo y porqué.

Al principio los bebés toman sólo leche. Ésta va a ser su única alimentación durante los primeros meses de vida. Pero todo evoluciona y somos omnívoros, no lactantes perpetuos.

Se habla mucho sobre el orden en el que deben introducirse los alimentos y a partir de qué edad. La mayoría de los pediatras suele recomendar que se inicie el proceso entre los 4 y 6 meses. Yo, cuando un bebé evoluciona normalmente y no tenemos circunstancias especiales suelo recomendar que se empiece a partir de los 6 meses.

Desde ese momento hay quien establece una pauta estándar de introducción en la que se ordenan los alimentos de una forma concreta y hay quien defiende que quitando ciertos alimentos que tienen una limitación justificada para no ser introducidos antes de cierta edad, el orden se deje a la iniciativa del bebé (Baby Led Weaning).

Pero a parte del orden de introducción hay un aspecto del que se habla menos: La textura.

Comida triturada o Sin Triturar

Es evidente que aspiramos a que todo niño, más tarde o más temprano, acabe comiendo como nosotros. Lo que significa que acabe aceptando la variedad de texturas que hay en la alimentación completa. Desde el líquido al sólido pasando por alimentos cremosos y grumosos o a mezclas de ellos.

De hecho, en algunos niños de 3-6 años esto puede ser un problema. Porque algunos de ellos sólo aceptan comer triturados, rechazando la mayoría de los alimentos que se le ofrecen con otras texturas.

Ante eso algunos defienden que esto ocurre por hacer un paso intermedio (el de los purés) del que podríamos prescindir. Y que cuando se mantiene demasiado tiempo y en exclusiva acaba generando este problema.

Como en todo, a veces se adoptan posturas extremas:

  • Hay quien defiende que no podemos dar alimentos sólidos a un niño hasta que tenga muelas con las que masticarlo y que incluso cuando esto ocurra la masticación será poco efectiva mientras no tenga la arcada dentaria completa. Con lo que hablarían de no introducir alimentos sin triturar hasta el segundo año de vida.
  • Y en el otro extremo están quienes dicen que los purés son una aberración, que por culpa de los purés la relación de muchos niños con la comida está distorsionada y que hay que evitarlos totalmente.

Yo, tras haber conocido ambas posturas en épocas distintas de mi ejercicio como profesional, pero ante todo tras observar lo que realmente hacen los padres en el día a día y ver las consecuencias opino que hay que ser flexible e individualizar.

Que un niño llegue a los 5-6 años sin tomar sólidos es algo poco frecuente. Habitualmente todos toman algunos sólidos que les gustan. No conozco muchos niños de esa edad que rechacen las chucherías sólidas o las galletas, las patatas fritas….

Pero cuando hablamos de comer, no de picotear, sí que hay muchos niños de esa edad que no toman jamás la fruta o la verdura si no es triturada (a veces tampoco otros alimentos).

Y esto es un problema por varios motivos:

  • Como defienden los enemigos de los purés, esto distorsiona la relación del niño con la comida. Ya que si con esta edad rechazan sistemáticamente la fruta y la verdura en sus estados naturales es muy probable que tengan tendencia a evitarlos el resto de su vida. Y si esto ocurre estamos favoreciendo una alimentación pobre que lleva por orden a: Estreñimiento, sobrepeso, colesterol alto, azúcar alta, cáncer de colon
  • No masticar o hacerlo mucho menos de lo normal hace que la mandíbula no crezca lo suficiente y cuando salen los dientes definitivos tengan poco espacio, montándose y haciendo necesaria una ortodoncia.
  • Los movimientos de la lengua durante la masticación le dan una movilidad necesaria para articular bien el lenguaje. Tomar sólo purés favorece el desarrollo de problemas de pronunciación.
  • El rechazo a la alimentación sin triturar por encima de cierta edad supone una sobrecarga de trabajo para muchas familias que sería evitable. Ya que lo normal sería que por encima de los dos años cualquier niño comiese lo mismo que sus padres, sin necesitar que se le prepare una comida especial.

La opción mixta: Sin Triturar y Triturado

Pensemos en los niños. La mayoría entre los 6 y los 24 meses de vida son curiosos y se lo llevan todo a la boca. Incluidas cosas mucho peores que la comida…

Cuando nosotros establecemos un orden rígido de introducción de los alimentos y las texturas estamos creando un problema innecesario a los padres.

Está claro que pueden ignorarnos, y de hecho la mayoría lo hacen. Y sin no lo hacen ellos lo hacen los familiares…

Pero al establecer unas normas rígidas de introducción de la alimentación estamos generando a muchos padres que se sienten inseguros y se fían plenamente de nuestro criterio una ansiedad por cumplirlas que no tiene sentido.

En cuanto a la variedad de los alimentos, si un bebé ve comer a sus padres por ejemplo fresas y le llaman la atención, hará por probarlas. Ante ello, si los padres tienen una lista exhaustiva en la que indicamos que las fresas no corresponde introducirlas hasta dentro de un mes, posiblemente no se lo permitan. Un mes más tarde los padres prueban a darle fresas a su hijo (ya toca según la lista) y ese día al niño pueden no apetecerle. ¿Cuál es el resultado? Que hemos perdido una oportunidad para introducir ese alimento de forma natural, siguiendo el instinto del niño y ahora nos vemos ante el desafío de hacerlo contra ese instinto…

Aplicado a un alimento tras otro es sumar puntos para que la relación del niño con la comida sea un desastre, cuando pudo ser todo lo contrario. La comida pudo ser algo placentero que fue descubriendo guiado por su curiosidad.

Pasa algo similar en cuanto a las texturas, que es el tema de este artículo. El problema es que nos da miedo que se atragante. Y es una posibilidad real. Pero no hay una fecha a partir de la cual esa posibilidad desaparece. Lo que me parece razonable es que gestionemos ese riesgo.

Ocurre como con aprender a nadar. Si yo evito totalmente que un niño se meta en agua que le cubra hasta los 15 años está claro que es muy difícil que se ahogue. Pero es que es algo que no puedo controlar al 100%. Por lo que si pensamos de verdad en la seguridad, lo recomendable es que aprenda a nadar cuanto antes. Y que desde que tienen la autonomía suficiente para llegar al agua sea capaz de no ahogarse en ella.

Lo mismo pasa con el atragantamiento. Yo puedo pretender que no tome nada sólido hasta que tenga una edad en la que se supone que el riesgo de atragantarse sea mínimo. Pero la realidad es que tocan en todas partes y se meten de todo en la boca desde una edad muy temprana. Que un niño tome alimentos sólidos hace que desarrolle la habilidad para manejarlos en su boca sin atragantarse. Y cuanto antes ocurre esto menor es el riesgo de atragantamiento.

Como en el caso de la variedad de alimentos, hay quien define una edad antes de la cual deben evitarse los alimentos sin triturar. Antes de alcanzar esa edad la mayoría de los niños los probaría por curiosidad. Pero si se concreta esa fecha y se defiende, serán muchos los padres que eviten a sus hijos probarlos antes.

¿Qué pasará cuando llegue la edad en la que «debe tomar sólidos»? Pues es muy posible que ante el escaso desarrollo de la musculatura de su boca para tratar esos sólidos el niño se canse con dos trocitos y rechace tomar más. O directamente rechace unas texturas para él desconocidas y que en ese momento no le apetece tomar, acabando por darle el puré que ha aprendido a usar como alimentación única.

Por suerte esto no es la norma porque la mayoría de los pediatras no son tan inflexibles y ante todo porque la gran mayoría de las familias ignoran una indicación así aunque se le haga.

Mi recomendación, y es lo que hacen la mayoría de las familias, es introducir simultáneamente la comida Triturada y Sin Triturar.

Está claro que esto tiene limitaciones. Pero son individuales. Hay niños que se manejan mejor y otros peor. Vemos niños que se atragantan hasta con el puré. Y otros que sin dientes se las apañan hasta con alimentos complicados antes de tener un solo diente en su boca.

Hay alimentos que es imposible deshacer sin masticar. Un filete de ternera al punto es complicado que por mucho que el niño lo maree y machaque con sus encías o la lengua pueda ser reducido a algo manejable si no tiene muelas con las que masticar de forma efectiva. Pero incluso esos en trozos grandes (para que no quepan en su boca) pueden chuparlos para familiarizarse con sabores nuevos.

Hay montones de alimentos que podemos deshacer con facilidad y que cualquier bebé mínimamente hábil puede desmontar con sus encías y su lengua para tragar sin problema: Verduras cocidas, frutas blandas, carnes o pescados cocidos, legumbres cocidas, pasta, arroz cocido, cuscús, tortilla, quesos blandos…

Para hacer una introducción de los alimentos guiados por la curiosidad del niño tanto en variedad como en textura, mi recomendación es sentar al niño con nosotros a comer y que ofrezcamos cualquier alimento que despierte su curiosidad, mientras no tengamos una justificación clara para no darlo.

En cuanto a variedad esas limitaciones os las explico en el artículo sobre introducción de la alimentación complementaria.

Respecto a la textura mis recomendaciones son:

  • Seguridad: No dejes a tu hijo sólo si tiene a su alcance alimentos sólidos. Un bebé que está tomando alimentos sólidos debe estar siempre acompañado por un adulto.
  • Si te pide un alimento y no tiene dientes: ¿Puede deshacerse ese alimento con dos dedos? Si es que sí, puede deshacerlo con sus encías y su lengua. Puede probarlo. Valora cómo se defiende con él y según eso si está preparado para tomar otros similares. Pero prueba.
  • Si te pide un alimento y tiene ya muelas: Puede probar a tomar los mismos alimentos que tú en cuanto a textura.

¿Cómo le doy los alimentos sin triturar?

Redecilla de plástico con alimentos dentro: Para mi gusto una guarrada. Puede ser útil para que se familiarice con sabores nuevos, pero distorsiona la textura y eso de comer chupando constantemente plástico… No me convence nada.

Alimento machacado. Es cuestión de probar. A algunos niños les gusta y a otros no.

Triturado con tropezones. La mayoría los rechazan. Cuando un niño ve triturado tiende a tragar sin más. Si ve sólido tiende a  manejarlo en su boca. Si ve triturado y va a tragar pero nota un trozo en su garganta, tiende a vomitarlo.

Trozos de comida sin triturar. Es lo que mejor suelen manejar la mayoría por raro que parezca. El niño puede cogerlos con más facilidad para llevarlos a su boca y eso favorece también que se alimente de forma activa. Dudas frecuentes de esta opción:

  • Tamaño de los trozos: ¿Es mejor que sean trozos grandes o pequeños? Pues en alimentos más duros mejor que sean tan grandes que no le quepan en la boca, de forma que el niño lo que hará es chuparlos o roerlos con sus dientes. Mientras que en alimentos blandos es indistinto, como los prefiera y se maneje mejor.
  • ¿Con cubiertos o con las manos? Si de verdad queremos hacer una introducción precoz lo normal es que sea con las manos. Estamos hablando de que sea el niño el que coma, no que le demos nosotros de comer. Tiempo habrá después para enseñarle a manejar los cubiertos como el mejor sibarita…

¿Y los purés?

Muchos niños quieren probar los alimentos sin triturar, pero comen mejor con alimentos triturados.

El objetivo no es que el niño coma más, sino que coma bien (variedad y con placer). Los purés pueden ser útiles para que el niño que se cansa pronto con alimento sin triturar complete su toma (la que él acepte sin forzar) y para que acepte el sabor de algunos alimentos cuya textura no le agrada especialmente al probarlos sin triturar.

Lo que la mayoría de los padres hacen y que me  parece lo más razonable es usar ambos. Porque el puré es también una textura a usar en la alimentación completa y que por tanto tampoco queremos que el niño rechace.

Lo esencial a modo de resumen creo que es que observéis a vuestro hijo y seáis favorables a que dé pasos hacia una alimentación completa en variedad y texturas siguiendo su ritmo mientras no tengáis un motivo claro para modificarlo. Hacerlo así convierte la introducción de la alimentación en algo natural y placentero para él y no en un foco de conflictos para todos.

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Atragantamiento en niños

Como pueden actuar los padres en caso de ahogo o atragantamiento en un niño.

¿Con qué edad y con qué objetos se suelen atragantar los niños? Lo primero prevenir.

Aunque en principio uno puede atragantarse en cualquier momento y con cualquier cosa, la realidad nos dice que lo más frecuente tiende a repetirse muchísimo.

Se distinguen dos grupos de edad más frecuentes en los atragantamientos: los lactantes y los preescolares.

  • En los lactantes el causante es siempre un objeto que cabe en su boca y que ha quedado a su alcance por descuido. Por tanto, no se debe dejar al alcance de un lactante ningún objeto que quepa en su boca. Otra causa frecuente es con una bocanada, especialmente en los niños con reflujo gastro-esofágico.
  • En los preescolares suele ser comida, frecuentemente por comer mientras juega.

Respecto a los objetos causantes, los más frecuentes son los frutos secos, un trozo de un globo o una pieza de un juguete. Vamos a hablar un poco de cada uno de ellos.

Los frutos secos son, con diferencia los causantes de atragantamiento más frecuentes en preescolares y en lactantes.

¿Cual es la diferencia entre los frutos secos y el resto de comida? Casi cualquier trozo de comida, cuando lo metes en un medio húmedo se hincha. El pan por ejemplo puede doblar su tamaño. Pero también se deshace en ese medio húmedo. Los frutos secos pueden multiplicar su tamaño por 5 si están en un medio húmedo como los bronquios de un niño y encima no se deshacen. Y eso quiere decir que un trozo de fruto seco de 1 ó 2 milímetros puede hincharse hasta un centímetro (suficiente para bloquear un pulmón).

El segundo objeto responsable de atragantamientos según las estadísticas son los fragmentos de globo. Esto se refiere a los globos de toda la vida, los redondos o alargados de goma. No a los que cada vez se ven más de plástico rígido con formas de caballito, personajes de dibujos animados… Los modernos cuando se pinchan se desinflan sin romperse ya que son más globos rellenos que hinchados. Los antiguos al pincharse revientan, ya que son globos hinchados a presión. Al reventar la mayoría se rompen en varios trocitos de goma. Es con esos trocitos con los que se atragantan por el siguiente mecanismo:

El niño está jugando con su globo. ¿Cómo juega un lactante con un globo? Le da palmadas (generalmente con ambas manos a la vez), lo chupa y lo muerde. En todos los casos el globo está justo delante de su cara. Si explota, ¿qué hace el niño? Pues lo que hacemos todos cuando se nos da un susto. Aspira con fuerza hacia dentro. Luego llorará, pero de entrada aspira con fuerza y retiene la respiración un momento. Si al reventar el globo un fragmento salió disparado cerca de su boca, al aspirar lo arrastra hacia el interior de la vía respiratoria de modo que después, cuando vaya a romper a llorar, no puede, se está ahogando. Esto que puede parecer complicado, es después de los frutos secos el principal causante de atragantamiento en lactantes. Por tanto o no hay globos o son de los modernos que no revientan.

El tercero en frecuencia son distintos fragmentos de juguetes que no cumplen la normativa europea o que se le ha comprado por debajo de la edad recomendada. Aunque parezca una tontería, los juguetes de una edad pueden ser peligrosos para otra. El ejemplo más claro para entenderlo son los juegos de construcción:

Las piezas de los juegos de construcción son más grandes cuanto menor es el niño al que va destinado. De modo que un lactante juega con dados cuadrados de 3 centímetros o más, un niño de entre 5 y 8 años lo hace con piezas de un centímetro o más, y un mayor de 8 años lo hace con piezas más pequeñas porque puede explicársele y que entienda que es peligroso que se las introduzca en la boca.

Incluso en estos casos la normativa obliga a que si son pequeñas tengan al menos un agujero en su centro, de modo que si se atragantan no taponen por completo el paso de aire. Muchas piezas de juguetes presentan algún orificio que parece no tener ninguna función. La función no es otra que evitar el taponamiento total de la vía aérea en caso de atragantamiento. Son este tipo de “tonterías” las responsables de que los juguetes fabricados en los países desarrollados sean más caros. Estas y otras, como que no estén pintados con productos tóxicos, que sean ignífugos…
Los juguetes fabricados sin estas normas se venden por su precio competitivo y no pueden permitirse el lujo de entretenerse en esas “minucias”. Lo cual, lo siento por las tiendas de todo a cien, pero esto va por ellas de lleno.

Hasta aquí la prevención. Ahora vamos a ver cómo actuar cuando un niño se atraganta.

Primera cuestión: ¿Sólido o líquido?

Si el atragantamiento es con líquido, lo que debemos hacer es poner al niño boca abajo. El mismo va a toser para expulsar lo que le atraganta. Pero si está boca arriba, la gravedad empuja de nuevo al líquido hacia la garganta. Mientras que si lo ponemos boca abajo la gravedad ayuda a expulsarlo. Parece una tontería, pero especialmente en los lactantes, vemos muchas veces niños que están tumbados en la cuna, atragantándose y que todo el mundo se agobia, pero nadie hace nada: Cógelo, ponlo boca abajo y dale palmaditas en la espalda.

Cuando se atragantan con sólidos lo primero, si se puede es intentar extraerlo. Y para eso es verlo: Mira la boca. Si ves el objeto que le atraganta y puedes sacarlo, hazlo.

Si no puedes sacarlo, pon boca abajo al niño y dale palmadas en la espalda. Tras las palmadas (suele decirse que se hagan en tandas de 5 palmadas), vuelve a mirar la boca por si ya puedes sacar el objeto.

Si tras las palmadas no sale el objeto presiona de golpe en la barriga. La idea es que eso empuje el aire de los pulmones hacia fuera intentando que expulse el objeto. Se suele hacer 5 compresiones seguidas del abdomen (esto no es hace en niños menores de 2 años, en estos de hace presión sobre el centro del pecho en lugar de hacerlo sobre el abdomen). Tras las cuales si el objeto no ha salido volvemos a mirar la boca por si vemos el objeto y podemos extraerlo. Hay veces que con las compresiones lo expulsa vomitando. En ese caso lo ponemos boca abajo y le damos palmadas en la espalda hasta que se le pasa la tos.

Se repiten las pautas de 5 palmadas, 5 compresiones en la barriga (en lactantes compresiones en el pecho, no en la barriga) mirando entre tanda y tanda la boca por si vemos que el objeto está en la boca y podemos sacarlo hasta que lo conseguimos.

En los niños más pequeños que podemos sostener sobre un brazo las palmadas y las compresiones las hacemos dando la vuelta al niño sobre nuestro brazo (y no se comprime la barriga).

En los niños más grandes las compresiones abdominales se hacen como muestra el dibujo siguiente.

Heimlich en niños

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Baby Led Weaning

BLW, Intrucucción de la alimentación guiada por el bebé, Baby Led Weaning

Hay niños que no toman purés. Pasan del pecho al sólido. Lo llaman «Baby Led Weaning» (BLW) y te explico en lo que consiste.

Básicamente puede definirse como alimentar a los bebés sin puré. Es una de las corrientes actuales en introducción de la alimentación complementaria.

Como todo tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Hay quien lo defiende a capa y espada, porque para ellos ha sido una gran solución. Y hay quien no le ve el sentido. Como siempre, lo que escribiré a continuación no es más que mi opinión, que espero enriquecer con la vuestra.

Las principales dudas que aparecen por mi experiencia cuando se habla sobre este tema son:

¿Cuándo puede un niño empezar a tomar sólidos?

Y la respuesta, como no puede ser de otro modo, es que en cada niño es diferente. En los defensores del Baby Led Weaning suele plantearse en torno a los 6 meses. La mayoría de los padres que escogen este método, eligieron también el pecho como alimentación única de su bebé hasta esta edad. Es el momento en el que se suele recomendar que se inicie la introducción de la alimentación complementaria al pecho. Pero también puede ser la forma escogida en niños que han tomado leche artificial hasta ese momento.

Pero si no tiene dientes, ¿cómo va el niño a masticar la comida?

De hecho, los purés no son ni tan siquiera un invento humano. Hay muchos animales que mastican la comida antes de dársela a sus crías. Masticar es algo que hacemos con las muelas. Con los dientes se corta, con las muelas se muele o mastica. Y de hecho masticar es un paso importante en el proceso de la digestión.

Por eso, cuando se escoge el BLW, yo no recomiendo dar cualquier cosa al bebé. Mientras no tenga dientes con los que masticar debemos ofrecerle sólo alimentos que puedan desacerse con facilidad. Yo suelo decir a los padres que si puedes deshacerlo con dos dedos sin esfuerzo, tu hijo puede «masticarlo» con la encía.

No deberíamos darle alimentos que precisen de masticación (no puedes deshacerlos con facilidad con dos dedos), hasta que no tenga muelas con las que hacerlo. Y en la mayoría de los niños esto ocurre entre los 6 y los 15 meses.

Pero en la práctica, ¿cómo se hace el Baby Led Weaning?

Se empieza en algunas tomas del día a ofrecer al niño alimentos que puedan «masticarse» con la encía o deshacerse con la lengua, antes o después del pecho. Cuando mejor lo acepte el niño. Si lo hacemos antes del pecho, siempre después podemos ofrecerlo (y es lo mejor si queremos mantener el pecho). Las tomas en las que empecemos a ofrecerlo serán en las que veamos que el bebé lo acepta mejor. Siempre que sea posible es preferible que sea coincidiendo con nuestra comida. De modo que sentemos al niño a comer con nosotros y pongamos la comida que hemos escogido para él a su alcance.

La idea es dejarlo que juegue con ella. La habremos preparado en trozos que el niño pueda manejar con facilidad. Pero es evidente que mucha de la comida acabará en sitios diferentes a su boca. Limpio, lo que se dice limpio este método no es al principio.

La curiosidad innata de los niños hace que tiendan a llevárselo todo a la boca. Vernos comer a nosotros (si es posible, alimentos similares) hace por imitación otra parte del trabajo.

¿Qué alimentos ofrecer en cada edad con el Baby Led Weaning?

Igual que con otras formas de introducción de la alimentación complementaria aquí no hay una norma universal con una pauta fija indiscutible. Yo mismo aconsejo a veces a los padres pautas para introducir la alimentación complementaria en plan «esta semana fruta, en dos semanas verdura, dos semanas después la carne…». Pero esta claro que son arbitrarias y simplificaciones no necesariamente ideales.

Lo que me parece más interesante es:

Tener claro cuando hemos introducido por primera vez cada alimento o familia de alimentos. Eso facilita que se detecten alergias o intolerancias si las hay.

Saber qué alimentos no deberían darse antes de qué edad. Simplificando, prefiero decirlo en orden inverso:

A partir de los 4 años puede comer de todo.

Frutos secos no antes de los cuatro años (peligro de atragantamiento).

Desde los 2 años pescado azul grande (atún, bonito, caballa). Antes no por su contenido en metales pesados.

Desde los 2 años Chocolate: Rico en histaminas, favorece la aparición de alergias y la mayoría cuando lo prueban les gusta y pasan a tomarlo con frecuencia.

También desde los dos años Marisco: Puede causar alergias intensas.

Desde el año: Verduras de hoja verde (acelgas y espinacas son ricas en nitratos y en menores de un año pueden producir intoxicaciones).

Desde el año: Miel (antes del año es causa a veces de intoxicación botulínica).

Desde el año: Pescado azul pequeño como el boquerón o la sardina (más alergénico que el blanco y más difícil de digerir).

Desde el año: Leche de vaca entera si previamente ha tomado otros lácteos procedentes de la vaca sin problemas.

El resto de alimentos pueden empezar a darse prácticamente desde los 6 meses. Habría posibles matizaciones sobre cómo hacerlo, si antes uno u otro en concreto. Pero en realidad no hay un motivo para no darlos a priori.

¿Cuál es el objetivo del Baby Led Weaning?

El objetivo y gran ventaja de este método es conseguir que el niño sea un comedor activo: Que desde muy pequeño sea capaz de comer por sí mismo. Y que su relación con la comida sea de curiosidad e integración en la conducta de los demás.

Muchos padres se quejan de que su hijo puede estar una hora con el plato delante sin comer. Que si no le dieran el niño se moriría de hambre. Y eso es frecuente en niños muy mayores. Iniciar de forma precoz esta forma de alimentación evita muchos de estos problemas. Especialmente si lo hacemos bien.

Y bien significa entendiendo desde el principio que la cantidad de comida que el niño debe comer es variable y que si le dejamos escogerla se auto-regula mejor de lo que lo haríamos nosotros calculando.

Que no debemos pelear con el niño ni presionarlo para que coma más. Y que la variedad es la que nosotros debemos controlar para escoger los alimentos que le ofrecemos y los que no, buscando que tenga una dieta sana y cada vez más variada.

¿Os recomiendo escoger el Baby Led Weaning o la pauta clásica?

Pues depende del niño. Son dos vías posibles. Y del puré se puede pasar al BLW en cualquier momento. Del mismo modo que si van pasando los meses sin que el niño vaya aumentando la variedad de la alimentación con el BLG, podemos probar los purés. La mayoría de niños diría que hacen un sistema mixto en el que damos purés y ofrecemos trozos. Como en otras muchas cosas, depende de las circunstancias de cada familia, de la preferencia de los padres, y de lo que el niño acepte mejor.