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Niños con asma

El niño con asma

El Asma es una de las Enfermedades Crónicas más frecuentes en Niños. Objetivo: Conseguir que tengan una Vida Normal con el Mínimo de Medicamentos posible.

Hablar de Bronquitis, Asma o Hiperreactividad bronquial es casi lo mismo. Pero la mayoría de los padres se refieren al asma en niños que tienen una causa definida para las crisis. Las causas más frecuentes son el esfuerzo físico (asma de esfuerzo) o las partículas alérgicas del aire (pólenes, ácaros, hongos o epitelios animales).

Se trata de una enfermedad crónica porque se debe a que la forma en la que el cuerpo del Niño Asmático responde a estos desencadenantes no es la normal. Reacciona de forma exagerada.

Algunos padres de Niños Asmáticos se plantean si pueden dar a su hijo algo que suba las defensas. Pero en realidad el asma es algo que aparece cuando el sistema defensivo responde en exceso ante algo que no debería causar esa reacción.

La clave para mejorar la calidad de vida de estos niños y adolescentes con Asma es el tratamiento de fondo. Pero demasiados niños subsisten a su asma recurriendo sólo a tratamiento para las crisis, que se repiten una y otra vez limitando su calidad de vida.

El objetivo que busco en este artículo es hacer una visión más amplia del Tratamiento de Fondo del Asma con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los niños y adolescentes Asmáticos recurriendo lo menos posible a la medicación.

No es que los corticoides y los broncodilatadores inhalados sean malos. Quitan el ahogo y permiten recuperarse en las crisis. Pero si un Asmático tiene que recurrir constantemente a ellos es posiblemente porque no estamos haciendo gran cosa en el abordaje real de su problema de base.

Quién acaba sufriendo Asma

Se suele decir que hay 3 factores claves para acabar siendo asmático:

  • Atópicos. Si un niño tiene Dermatitis Atópica las posibilidades de que acabe teniendo asma son mayores. Y aumentan cuanto más intensa es la atopia que sufre.
  • Primera Bronquitis muy joven. Cuanto antes se sufre la primera bronquitis y cuanto más intensa y persistente haya sido durante los primeros años de vida, más fácil es que se siga siendo asmático.
  • Antecedentes familiares de Asma. Si en una familia hay asmáticos es más fácil que lo sea. Esto tiene su base en la predisposición genética, pero también en que en una familia se comparten hábitos alimentarios que la favorecen. Hablaremos de ello.

Tratamiento agudo del Asma

Lo que voy a describir a continuación es lo que sabe todo asmático y todo padre o madre de un niño con Asma: Los aerosoles.

Hay algunos más. Pero los dos medicamentos inhalados que se usan con más frecuencia en el Asma son:

  1. Broncodilatadores: Son el medicamento más básico. Consiguen un efecto rápido (15-20 minutos) reduciendo la tos y el ahogo gracias a que abren los bronquios. Los hay de corta duración, cuyo efecto dura 4-8 horas. Y de larga duración, que actúan hasta 12-24 horas.
  2. Corticoides: Muchas veces se «olvida» su uso, porque es muy frecuente la «corticofobia«. Se temen tanto los efectos secundarios de los corticoides que se tiende a usarlos lo menos posible. El resultado es que en muchos casos se usa menos de lo que se debiera. La bronquitis es inflamación, producción de moco y cierre del bronquio. El broncodilatador, pese a su rápido efecto, sólo actúa sobre el último de los 3 mecanismos. Cuando lo usamos sólo es frecuente que necesitemos dosis muy repetidas y durante bastante tiempo. Porque no estamos haciendo nada para resolver los otros dos mecanismos implicados.

No usar los corticoides cuando son necesarios (hay inflamación del bronquio) ocasiona dos problemas:

  • Las crisis duran más tiempo, necesitando un mayor uso de broncodilatadores y siendo más fácil que acabe ocurriendo una complicación por sobre-infección. Pero además, cuanto más duran las crisis más interfiere en la Calidad de Vida del Niño con Asma. 
  • Pero hay un efecto a largo plazo más importante. Cuando no se trata la inflamación del bronquio, y en el Niño con Asma la tiene con frecuencia y durante períodos prolongados, esa inflamación acaba evolucionando a Fibrosis. Esto significa que los bronquios pierden elasticidad y llega un momento en que no son capaces de abrirse ni usando broncodilatadores. Muchos adultos jóvenes que han padecido Asma durante la infancia tienen una disminución de la capacidad de los pulmones que es ya Irrecuperable por culpa de la «corticofobia».

Más allá del tratamiento agudo del Asma

Predisposición genética y personalización

No todos los niños tienen el mismo riesgo de desarrollar Asma. Sabemos que hay familias en las que esto es mucho más frecuente. Esto depende de algunos genes cada vez mejor conocidos que regulan el funcionamiento del sistema defensivo. Especialmente en lo referente a los procesos inflamatorios.

Es fácil saber que en una familia hay antecedentes de este problema. Basta con preguntarlo a los padres. Pero lo que no sabíamos hasta ahora era el porqué. Sobre esto cada vez disponemos de más conocimiento, que nos permite entender qué genes y por qué mecanismos generan este problema.

Esta personalización nos está permitiendo cada vez más actuar de forma mucho más definida en cada caso concreto.

Si quieres tener esta información sobre la genética de tu hijo, que nos permita abordar este problema de forma más certera y mucha más información relevante sobre su salud realizar un test genético muy amplio es ya algo muy asequible. Echa un vistazo a lo que puede ofrecerte DNActive Baby. Si tienes cualquier duda al respecto estarán encantados de aclarártelas.

Medicación de Base en el Asma

Cuando un niño o un adolescente padece Asma y las crisis son frecuentes o muy intensas, no basta con tratar cada una de esas crisis. Hay medicación que a veces es necesario dar a diario durante periodos prolongados para evitar las crisis.

Si tiene crisis con poca frecuencia y que responden bien al tratamiento de la crisis, no merecerá la pena.

Hay varias opciones y a cada niño, en función de las características de sus crisis le va mejor un tratamiento de base. Si sus crisis son frecuentes o intensas comentádselo a su pediatra para que valore cuál es el que mejor puede irle.

En el Asma estacional, es decir el desencadenado por pólenes que sólo están presentes en una fechas concretas del año, merece la pena iniciar el tratamiento preventivo poco antes de que empiece el periodo de polinización.

Vacunación contra el Asma

En algunos casos el desencadenante de las crisis es uno concreto y está identificado. Por ejemplo en Andalucía el más frecuente es el polen del olivo. Cuando es así, una de las opciones para reducir y a veces incluso eliminar el Asma es la vacunación anti-alérgica.

Pero no es útil si están implicados muchos causantes. La diferencia entre los niños a los que la vacuna les resulta útil y los que no, suele estar en si está mejor o peor definido el desencadenante. Si tu hijo da resultados positivos a 5-10 pólenes, epitelios animales, ácaros, hongos… posiblemente la vacunación no le sirva para nada. Pero si tiene sensibilidad en las pruebas a uno o dos alergenos y las crisis aparecen claramente cuando tiene contacto con ellos, la vacuna es posiblemente su arma más efectiva.

Ejercicio en el Asma

Hay padres que evitan que su hijo asmático corra por si se ahoga. No es buena idea. Lo que tenemos que lograr no es que el niño sea un enfermo, sino que tenga una vida lo más normal posible a pesar de su enfermedad.

El ejercicio físico es además positivo para los niños asmáticos. Evidentemente en plena crisis, si el niño hace esfuerzos le va a desencadenar la tos. Pero en cuanto está mejor debemos favorecer que haga el máximo de ejercicio físico.

Entre los deportes que se recomiendan a los asmáticos suele estar la natación. Esto es así porque es el ejercicio que más desarrolla la musculatura que actúa en la respiración. Pero hay que tener un factor en cuenta: El cloro.

La mayoría de las piscinas siguen usando el cloro en la depuración del agua. El problema es que el cloro es uno de los mayores irritantes para los bronquios. Por lo que algunos niños tienen crisis cada vez que visitan la piscina cubierta. Si esto ocurre, en algunos niños las crisis se vuelven incontrolables mientras no eliminemos la exposición al cloro. Se acabó la piscina. O a buscar una que no use depuración con cloro. La alternativa suele ser la depuración con sal.

Incluso en las piscinas cubiertas que no usan cloro algunos niños pueden empeorar cuando van si tienen sensibilidad a los ácaros o a los hongos. Ya que crecen con más facilidad en ambientes húmedos y con temperatura estable (como las piscinas cubiertas).

Tabaco y Asma

Esta es simple y sin embargo sé que a algunas familias les cuesta. El tabaco es un irritante bronquial claro. Tanto que en fumadores, el EPOC o Bronquitis crónica es la norma más tarde o más temprano.

La recomendación es clara: Si tienes un hijo asmático y siempre has pensado que algún día dejarás de fumar… nunca tendrás una excusa más importante. ¡Deja de fumar ya! Tira el que tengas y no compres más. Y cada vez que te dé el mono piensa en tu hijo con crisis de asma.

Evidentemente es mejor no fumar delante de los niños. Pero no basta con eso. El fumador elimina de forma constante nicotina en su sudor y esa sustancia favorece que se cierren los bronquios…

Alimentación en el Asma

Hay familias en las que la Atopia y el Asma pasan de generación en generación.

Evidentemente deben tener factores genéticos que ayudan a ello. Pero algo que muchas veces se olvida y que puede tener aún más importancia es la alimentación. Los hábitos alimentarios se aprenden de generación en generación. 

El Equilibrio Omegas

Uno de los factores clave en la alimentación es el Equilibrio de Omegas. Los ádidos grasos omega 3 y 6 no pueden ser sintetizados por el cuerpo. Así que dependemos de nuestra alimentación para disponer de ellos.

Están los Omega 3 (pescado azul y algunos aceites vegetales) que reducen la tendencia a la inflamación (buenos). Y los Omega 6 de origen animal que favorecen la inflamación (malos). También hay Omega 6 de origen vegetal que son beneficiosos.

El equilibrio entre los Omegas buenos y los malos determina entre otras cosas la tendencia a la inflamación que hay en el cuerpo.

En la dieta occidental hay un claro desequilibrio a favor de los Omega 6 de origen animal. Hay familias en las que esto es más marcado que en otras por sus hábitos alimentarios. Y esto es uno de los factores que determina la aparición de alergias en esa familia.

Una de las medidas de fondo para mejorar el Asma es recuperar el Equilibrio de Omegas. Para ello hay que reducir el consumo de grasas animales y aumentar el de aceites vegetales ricos en Omega 3 y pescado azul.

El problema es que los pescados azules de consumo habitual, como el atún, tienen unos niveles de metales pesados elevados y no es recomendable en niños pequeños y embarazadas o madres que dan el pecho. Y además muchos niños es complicado que tomen pescado azul con regularidad. La forma viable de alcanzar ese equilibrio es a veces el Suplemento de Omega 3. Y si éste se obtiene de pescado azul, conviene que sea de peces pequeños que se crien en aguas frías (con menor concentración de metales pesados) y que se obtengan por un sistema que reduzca la concentración de metales pesados.

La leche de vaca

Hay mucha controversia en torno a la Leche de Vaca. Hay gente que defiende que dar leche de vaca a los niños es como dar «mata-ratas». Mi opinión es que como toda simplificación, necesita matizaciones.

Algunos médicos eliminan la leche de vaca por norma de la dieta de cualquier niño con Asma. Mi opinión es que merece la pena probarlo. En unos influye y en otros no.

Hay dos vías por las que realmente la Leche de Vaca puede favorecer la intensificación del Asma:

  1. Niños alérgicos a las proteínas de la leche de vaca. Lo habitual es que proboque vómitos y dermatitis atópica. Pero algunos alérgicos tienden a manifestarla especialmente con síntomas respiratorios. Cuando se sospecha, hay quien solicita analítica de sangre. Pero en esa analítica lo que buscamos son anticuerpos específicos a las proteínas más grandes y que con mayor frecuencia producen alergia. El problema es que en la leche hay muchas más proteínas de las que se analiza y si el niño tiene alergia a una de las no analizadas, el resultado puede ser negativo pese a que la leche le genere alergia. Es más fiable el prick cutáneno, una prueba en la que vemos la reacción de la piel al contacto con la leche sobre una pequeña erosión. Pero yo prefiero otra prueba, para mí más importante: El test de exposición. Éste consiste en eliminar totalmente la leche de vaca de la alimentación del niño durante un mes y valorar si mejora los síntomas asociados a alergia (irritabilidad, molestias abdominales, dermatitis atópica, reacción excesiva en vías respiratorias). Tras ese mes reintroducimos la leche de vaca. Si notamos un cambio claro, con mejoría durante el periodo sin leche y empeoramiento tras su reintroducción, aconsejo retirar la leche de vaca de la dieta del niño.
  2. Exceso de Omega 6  de origen animal en la dieta. Una de las fuentes más importante de Omega 6 de origen animal en la dieta de los niños es la leche de vaca. Hay muchos niños que «comen mal». Entiendo por «comer mal» que seleccionan la dieta haciéndola cada vez más limitada. Es muy frecuente que ante la preocupación de que» el niño come poco» se complemente con productos lácteos. Raro es el niño de este tipo que toma pescado azul con regularidad. El resultado es un claro desequilibrio de Omegas que favorece la aparición de procesos inflamatorios en piel, intestino y vía respiratoria (asma entre ellas). La solución es la mejora de la alimentación aumentando su diversidad y reduciendo la presencia de los productos lácteos. Os remito ahí a mi artículo sobre el niño que come mal. Pero mientras se logra a veces puede ser beneficioso el uso de Suplementos de Omega 3.

Si te gustaría que valore el caso de tu hijo y te diga cómo abordarlo puedes hacerme una consulta online. Contesto por WhatsApp en menos de 24 horas.

Enlaces de interés:

http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/000990.htm7

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Cómo tratar los mocos en niños y bebés: El Baile del Moco.

Cómo tratar los mocos de los niños que constantemente tienen en invierno

Tratar los mocos en niños y bebés. ¡De verdad imprescindible y comprensible! Este artículo puede evitar muchas visitas al médico y medicinas innecesarias.

Ya he escrito otras veces sobre este tema. Hay muchos artículos en esta web sobre mocos y cómo tratarlos. Pero de verdad creo que os merece la pena leer este. Voy a explicaros lo que llamo el «baile del moco espeso y el moco claro». Si aprendéis a bailarlo podéis ahorraros muchas visitas al pediatra y evitar que vuestro hijo tome muchos medicamentos que no le van a ayudar.

Se trata de entender algo que todos los niños pasan en los primeros inviernos de su vida. Algo que hace que llamemos mocosos a estos niños. Porque siempre tienen moco.

En este artículo trataré que entiendas cómo tratar los mocos de tu hijo, entendiendo:

  • Por qué siempre tiene moco.
  • Las distintas situaciones que hacen que ese moco esté.
  • Cómo tratar los mocos según la fase en la que esté.
  • Qué no sirve y por qué no sirve para tratar el moco.

Si logro que al acabar tengas claros estos puntos, me alegraré de haber ayudado a que entiendas algo que muy pocos comprenden. Y gracias a ello podrás manejar las situaciones más frecuentes que llevan a urgencias a muchas familias.

¿Por qué siempre tiene moco?

Empecemos dibujándolo todo. Mi experiencia me dice que estos dibujos son muy útiles para entender todo el proceso.

Vía respiratoria superior, con las anginas y las vegetaciones
La vía respiratoria en un niño. Destacamos en rojo las vegetaciones y en naranja las anginas.
Moco claro en la nariz con un catarro.
Fase inicial del catarro: La mucosa de la nariz produce moco claro abundante que cae constantemente tanto hacia fuera por la nariz, como hacia dentro por la garganta. La gran mayoría del moco es tragado por el niño y va a su estómago.
Moco espeso en la garganta tras crecer las vegetaciones
Tras ceder el catarro el moco claro de la nariz ha desaparecido. Las vegetaciones (en rojo) y las anginas (en naranja) han crecido para defender contra el catarro. El moco ahora es espeso y cae desde las vegetaciones escurriendo por la garganta cuando está incorporado. Prácticamente no hay moco en la nariz.
Efecto de tumbarse en un niño con las vegetaciones grandes
Cuando en esta fase de vegetaciones grandes el niño se tumba: El moco se acumula llegando a ocupar toda la garganta, lo que le hace despertarse con tos. El paladar cae hacia atrás y choca con las vegetaciones limitando mucho el paso de aire, lo que le obliga a respirar por la boca roncando. El moco puede irse hacia el oído favoreciendo dolores o infecciones de oído.

Primera fase: Moco claro de nariz

Por mucho que nos empeñemos en que no anden descalzos para que no se resfríen, en taparle los riñones o ponerles la bufanda…

En invierno, a partir de los 4-5 meses, germen que pasa por su lado, infección que le toca pasar a todos los niños.

Y los virus y bacterias no entran por los pies ni a través de la piel del cuello o la espalda. Los niños pequeños, siempre que pueden respiran por la nariz. Y esa es la puerta de entrada de la mayoría de las infecciones respiratorias.

Nada más entrar, en cuanto empiezan a proliferar y generan irritación la mucosa de la nariz hace su trabajo: Fabricar moco.

El moco de la nariz es un moco claro, acuoso que cae de forma casi constante. En algún momento puede espesarse si se retiene. Por ejemplo cuando está tumbado. En esos momentos podemos ver el moco más denso o incluso verdoso-amarillento. Sin que eso signifique que la causa de la infección sea una bacteria.

Cuando el niño está incorporado el moco suele fluir claro. Esta fase de moco claro suele durar 2-4 días. El principio del catarro. En esta fase puede haber algo de tos, pero son más llamativos los estornudos.

Son los días que tarda el sistema defensivo en producir defensas contra el germen y empezar a eliminarlo. Se supone que ahí debería acabar la cosa, pero no.

Segunda fase: Moco espeso en la garganta

El sistema defensivo de la garganta tiene una serie de cuarteles que producen defensas:

  • Las vegetaciones o adenoides: Están en la parte superior de la garganta, tras la nariz.
  • Las anginas o amígdalas: Son las «bolas» a cada lado de la garganta.
  • Los ganglios del cuello: A ambos lados del cuello.

Todos crecen cuando hay una infección. Al hacerlo aumentan la capacidad de responder a infecciones nuevas en esa zona.

Como os decía, la mayoría de las infecciones entran por la nariz. Y ahí el encargado son las vegetaciones.

Cuando crecen las vegetaciones notamos varias cosas:

Congestión:

  • Al niño le cuesta más trabajo respirar por la nariz. La tiene taponada. El tapón son las vegetaciones, una masa de carne al fondo de la nariz.
  • Respira peor cuando se tumba y mejor cuando está incorporado. Esto se debe a que tumbado el paladar cae hacia atrás y choca con las vegetaciones bloqueando el paso de aire por la nariz. Cuando está incorporado el paladar cuelga hacia abajo dejando espacio para que pase el aire.

Moco espeso:

  • Tiene moco, pero es espeso y no se ve en la nariz más que en ciertos momentos. El moco es verdoso y lo vemos por la mañana al despertarse, si estornudo o si tose. Puede tener también moco en los ojos del mismo color que el de la nariz.
  • Si haces lavados nasales no mejora, se enfada. El moco realmente está saliendo de las vegetaciones y escurre hacia abajo por la garganta. Sólo sube cuando el niño empuja el moco hacia arriba con tos o estornudos, o cuando escurre hacia fuera al estar tumbado. Quitando esos momentos no hay moco en la nariz. Está en la garganta. Y al hacer lavados nasales no sale nada porque en la nariz no hay moco.
  • Durante el día tiene gestos frecuentes de tragar. Está tragando el moco que escurre por su garganta. La mayoría del moco de los niños acaba en su barriga. Se lo tragan y lo digieren.

Menos ganas de comer:

  • Come peor. El moco está compuesto de azúcar y proteínas. Alimenta bastante y el niño con vegetaciones está constantemente tragándolo. Con lo que es normal que tengan menos hambre.

Tos nocturna y cuando se agita:

  • Tose cuando se agita. Tienen una tos que no mejora con ningún jarabe para la tos. Y cuando tose se nota que mueve moco. A veces esa tos le provoca el vómito. Tose cuando tiene que hacerlo para dejar paso al aire en la vía respiratoria. Durante el día puede ocurrir cuando corre, ríe o llora, porque mueve el moco y si bloquea el paso de aire tose hasta limpiar la garganta. Habitualmente 3-5 golpes de tos hasta que en el último notamos que arranca el moco. A veces para echarlo vomitando. La mayoría de las veces para tragárselo.
  • Tose más cuando está tumbado. Durante el día decía que el moco escurre y se lo tragan. Pero cuando están tumbados, en la siesta o durante la noche, el moco se acumula y llega un momento en que toda la garganta está llena de moco. Entonces el niño se despierta y tose hasta que consigue liberar el paso de aire. Esta tos nocturna es algo más insistente que durante el día, con más agobio para el niño y es más fácil que acabe en un vómito de moco espeso. Suele despertarles varias veces a lo largo de la noche. Y es habitual que justo al levantarse tosa también.

Estos son los dos pasos básicos del baile.

Tras cada catarro aparecen los síntomas de las vegetaciones.

En uno niños es más llamativo que en otros.

Y conforme avanza el invierno es cada vez más evidente.

Este proceso suele ir a menos al final del invierno porque las infecciones empiezan a ser menos agresivas y frecuentes.

En verano hay una mejora clara, porque en cuanto pasan semanas sin sufrir un nuevo catarro las vegetaciones se van reduciendo solas.

Y a partir del 2º o 3º año de escolarización también mejoran porque los niños ya conocen a la mayoría de los gérmenes de su entorno y las infecciones se hacen más esporádicas, lo que permite que las vegetaciones bajen de tamaño.

Cómo tratar los mocos en cada una de estas fases: Lo que sirve y lo que no

Lo primero importante cuando hablamos de tratar los mocos es decidir cuándo merece la pena hacerlo y cuando no.

Hay que entender que siempre tendrán algo de tos y moco. Y que no tiene sentido tenerlos durante los primeros años de vida con medicinas constantemente. Pero que cuando esos mocos o esa tos empeoran claramente su calidad de vida tenemos recursos para que mejoren.

Yo entiendo que un niño debería tomar medicamentos para la tos o los mocos si:

  • No descansa bien por culpa de los mocos o la tos.
  • No se alimenta bien por la cantidad de mocos que toma o vomita con frecuencia por la tos.
  • Tiene dolor por la acumulación de moco en los oídos o por irritación de la nariz de tanto limpiarle.

Pero ¿qué sirve y qué no sirve realmente para tratar los mocos en los niños?

Los principales medicamentos que se usan en los niños con mocos son los siguientes:

  • Mucolíticos. Son medicamentos que hacen que el moco sea menos espeso. Os confieso que llevo más de 10 años sin usarlos y no los echo de menos. A mi parecer no suponen una mejora en ningún caso. Hacen el moco menos espeso, pero aumentan la cantidad de moco, con lo que estorba más. He visto más niños empeorar por tomarlos que mejorar realmente.
  • Antitusivos. Medicamentos para reducir la tos. Sólo debería usarse en toses secas que no son útiles para limpiar la vía respiratoria pero suponen una molestia importante al niño. Es un medicamento que sólo debería usarse con prescripción médica. Y de hecho poco a poco casi todos están pasando a ser medicamentos que se venden sólo con receta.
  • Broncodilatadores. Medicamentos que abren los bronquios para favorecer la expulsión de moco. Son útiles cuando hay una tos frecuente que mueve moco. Pueden ayudar a que se expulse el moco de los bronquios con más facilidad. Pero lo mejor es usarlos por indicación médica.
  • Corticoides. Bajan la inflamación de las mucosas y usados directamente sobre las vegetaciones pueden reducir su tamaño. Es una de las pocas opciones útiles antes de plantear la reducción de las vegetaciones en un quirófano. En el baile de los mocos es muy útil usado adecuadamente. Hablaré un poco más adelante de cómo lo hago habitualmente.
  • Anti-histamínicos. Son medicamentos que reducen la irritación de las mucosas para que produzcan menos  moco. Son muy útiles cuando el la fase inicial de catarro con moco claro abundante el moco es tanto que impide descansar, comer bien, se acumula en el oído o irrita tanto la nariz que limpiarles con un pañuelo se convierte en un suplicio.

De todos estos medicamentos como veis yo salvo sobre todo a los dos últimos en este «baile del moco claro y el moco espeso». En algunos casos pueden ser útiles también broncodilatadores y antitusivos.

Cómo suelo tratar los mocos cuando las vegetaciones empiezan a dar la lata

Cuando atiendo a un niño que lleva semanas o meses con mocos y tos sin padecer bronquitis, en la mayoría de los casos hay unas vegetaciones que están creciendo en respuesta a una sucesión constante de catarros.

Entonces les explico las dos fases básicas y cómo pueden manejar la evolución que les espera el resto del invierno:

Veo muchos niños a los que se receta en estas situaciones un corticoide nasal durante meses. Yo soy más de explicar a los padres y usar los medicamentos cuando es necesario según la situación del niño:

  1. Si el niño no descansa bien, tiene otitis frecuentes o tose tanto que le impide descansar o vomita con facilidad y lo que tiene son las vegetaciones grandes suelo recomendar el corticoide nasal durante una o dos semanas. 
  2. Cuando mejora, suele quedar con algo de moco en la garganta y algo de tos. Pero ya en unos niveles que no le causan molestias importantes. Es imposible eliminar del todo estos mocos y esta tos.
  3. Entonces toca esperar al siguiente catarro. Notaremos que ha llegado cuando empiece a caer de nuevo moco claro de su nariz. En esta fase recomiendo empezar sobre la marcha con un anti-histamínico si el moco es abundante hasta el punto de dificultar el descanso o la alimentación o si genera dolor. El efecto del anti-histamínico es reducir la producción de moco. Y gracias a ello reduce las molestias asociadas al moco. Hay quien dice que esto dificulta también la defensa del niño contra la infección. No es mi experiencia en absoluto. No va a eliminar el moco por completo. Va a reducirlo a una cantidad que no genere tanto malestar. Además hace menos probable que aparezcan complicaciones como la otitis o la bronquitis. Y al tomarlo durante el catarro reduce la tendencia de las vegetaciones a crecer para responder al catarro.
  4. Cuando el flujo de moco se reduce claramente retiramos el anti-histamínico. Si tras hacerlo el niño se queda bien, con algo de moco y tos, pero leves, esperamos al próximo catarro.
  5. Si al desaparecer el moqueo claro abundante el niño queda con mucha tos nocturna, ronquidos, congestión nasal importante y mucho moco en la garganta, podemos repetir la tanda de corticoides nasales. 

El baile del moco claro y moco espeso es acompañado si es intenso de anti-histamínico y corticoide nasal de forma alternativa:

  • Moco claro abundante nasal = anti-histamínico en jarabe.
  • Moco espeso abundante en la garganta = corticoide nasal.

Si en cualquiera de las dos fases las molestias son muy leves y el niño come y duerme bien y no tiene dolor, no usamos ninguno de ellos.

Cuándo debemos pensar en una complicación que se sale de este baile invernal

Os recomiendo que aunque esto os haya quedado claro acudáis para que el pediatra valore a vuestro hijo siempre que:

  • La tos sea persistente y se acompañe de ahogo. Cuando un niño tiene bronquitis la tos no son 2-5 golpes seguidos que cesa en cuanto notamos que arranca el moco de la garganta. Pueden estar tosiendo durante horas sin que en ningún momento nos dé la impresión de que se ha limpiado la vía respiratoria. En la bronquitis además hay ahogo. No se nota que le falte el aire por congestión en la nariz, sino que respira más rápido y como un pez fuera del agua, como intentando atrapar el aire.
  • Fiebre alta o que se acompaña de mal estado general. Las vegetaciones no dan fiebre. En este baile del que hemos hablado puede haber fiebre en los primeros días de moco claro nasal abundante. Coincide con el principio de la infección. Pero si pasado ese moco claro, sigue la fiebre y el niño está más decaído hay que descartar otras infecciones más serias, como anginas, neumonías, otitis…
  • Si dudas o sospechas que tu hijo tiene algo más. Respeto mucho la intuición de los padres. Conocéis mejor que nadie a vuestro hijo. Y cuando algo os dice que vuestro hijo no está bien, haced caso a esa intuición.

Hay quien al leer esto puede pensar que estoy fomentando la auto-medicación.

Pero la realidad es que todos nos automedicamos. Y en la muchos casos lo hacemos bastante mal.

No creo que buscar información sea malo. Sino que en la mayoría de los casos el problema es que no es clara o es insuficiente.

Espero que este artículo os ayude a dejar de usar medicamentos constantemente y que no aportan gran cosa en la mejora de la calidad de vida de los niños con mocos. Y que tengáis una visión algo más clara del proceso en su conjunto.

Otras Referencias:

https://seup.org/pdf_public/hojas_padres/catarro.pdf

https://enfamilia.aeped.es/temas-salud/medicamentos-para-tratar-catarro

No siempre comparto al 100% las indicaciones generales de las Sociedades Científicas. Lo que recomiendo es fruto del conocimiento de los protocolos y la experiencia de ejercicio de la Pediatría durante más de 20 años.

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Virus, virus y más virus. La infección más frecuente en niños.

Infección viral muy frecuente

Las infecciones respiratorias causadas por virus son las más frecuentes que viven todos los niños. Algunas ideas clave cuando te preocupa que esté constantemente sufriendo infecciones virales.

Respuesta al Peketema propuesto por Isabel Díaz en nuestra comunidad de Facebook:

“¿Por qué se dan las infecciones respiratorias constantemente en niños… y cómo eliminar ese virus de sus pulmones?”

¿Es normal que los niños pasen muchas infecciones respiratorias?

Sí. Lo es.

Vivimos en un mundo repleto de vida y ocupamos un espacio muy solicitado. Todos los seres vivos tienden a extenderse tanto como les resulta posible. Los virus no son una excepción.

Cuando nacemos estamos expuestos a que en nosotros empiecen a crecer un montón de seres vivos que quieren ocupar nuestro cuerpo.

Pero estamos preparados para defendernos desde el primer día de vida. 

Con algunos acabamos conviviendo sin problema, como nuestra flora normal. Otros son más agresivos y es cuestión de “ellos o nosotros”. La buena noticia es que las muertes por infecciones son muy poco frecuentes en la actualidad. Con lo que en la práctica, ganamos nosotros casi siempre.

Si te preocupa que tu hijo lleve una sucesión de 30 infecciones en el último año, piensa simplemente que va 30 a 0. Los 30 “bichos” están muertos y tu hijo está vivo. Visto desde esa óptica tal vez agobie menos.

Lo normal con el tiempo es que estas infecciones sean cada vez menos frecuentes hasta que sean ya algo excepcional. Cuando vayas a urgencias con la número “chorrocientos”, mira a tu alrededor. Verás que la mayoría de los niños que hay esperando para ser atendidos son menores de 3 años. 

Los virus con los que convivimos son muchos, pero no infinitos. Y antes o después tenemos fichados a la gran mayoría de los que hay en nuestro ambiente. Es un proceso gradual. El primer invierno con más de 6-8 meses tocan un montón, porque no conoce prácticamente a ninguno.

Al año siguiente la cosa ya mejora algo. Y a partir de los 3 años mejora una barbaridad.

La mayoría de estas infecciones entran en el aire, y por tanto suelen empezar con síntomas respiratorios: Mocos y tos , a veces acompañados de fiebre, a veces sin ella.

Luego hay virus que al entrar en el estómago con el moco pueden generar vómitos y cuando bajan al intestino diarrea.

Pero casi todos empiezan con algunos síntomas respiratorios (moco y/o tos).

¿Tratamiento en las infecciones virales?

Lo primero que debes entender es que las infecciones virales se curan cuando nuestro cuerpo identifica al virus, generamos anticuerpos contra él y lo eliminamos. 

Es decir, que es nuestro cuerpo, con sus propios medios quien nos cura.

El tratamiento en una infección viral no cura. Puede servir para aliviar síntomas o para evitar complicaciones, pero no cura.

Cuando entendemos esto hay gente que prefiere no dar nada. Para algunos, los medicamentos sintomáticos no hacen más que estorbar, porque interfieren en la respuesta del sistema defensivo.

Yo no soy tan extremo. Siempre hay matices. Y para mí el matiz importante es: ¿Están los síntomas empeorando de forma evidente la calidad de vida del niño?

Si la respuesta es sí, disponemos de medicamentos que pueden modular la respuesta de nuestro sistema defensivo, de forma que siga defendiéndose, pero mejorando la calidad de vida del niño mientras la infección pasa.

Los antibióticos matan bacterias, pero no sirven de nada en las infecciones virales. Por lo que, aunque la fiebre sea alta, aunque dure más días, no tiene justificación usar antibióticos en las infecciones virales. Porque no sirven para mejorar la calidad de vida del niño, no acortan la infección, no evita que se complique y no es inocuo dar un antibiótico.

Lo que sí importa en las infecciones virales y no siempre se tiene en cuenta

Cuando hablamos de esto muchos padres me dicen: “Todos tenemos que pasar los virus, pero entonces ¿por qué me da la sensación de que es el mío el que está siempre más malo?

No todos respondemos igual ante el mismo virus. Hay niños que reaccionan con un poco de moco, tos y febrícula y en 2 días han liquidado al virus. Y otros que ante el mismo virus de catarro responden de forma mucho más exagerada, con fiebre alta, mucho moco y a veces una tos que llega a ahogar…

El primero está siendo muy eficiente. El segundo está respondiendo de forma mucho más exagerada.

Si tu hijo tiende a hacer estas respuestas mucho más exageradas, haciendo bronquitis, laringitis, vegetaciones grandes, otitis… con frecuencia su problema no es que tenga las defensas bajas, sino que responde en exceso. Tiene un sistema defensivo hiperexcitado que ante el más tonto de los catarros responde como si fuese la 3ª Guerra Mundial.

Lo importante en estos casos es ver cual suele ser su forma exagerada y repetitiva de enfermar y poner tratamientos preventivos que reducen la respuesta exagerada a un nivel normal. 

Estos niños suelen tomar muchos corticoides y antihistamínicos. Tratamientos cuya función es decir al sistema defensivo que reduzca su reacción.

La clave es, en cada niño, ver cuál es su forma de enfermar y establecer una estrategia adecuada para normalizar el funcionamiento de su Sistema Inmunológico.

Haciéndolo, tu hijo puede llegar a ser como ese compañero suyo de clase que pasa las mismas infecciones que él, pero no falta nunca al colegio y acaba con los virus de forma más eficiente….

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Adenoides o Vegetaciones Grandes, ¿Se operan?

Hipertrofia de Vegataciones o Adenoides. Una forma de hiperreactividad

Cuando decimos a unos padres que su hijo tiene grandes las adenoides o vegetaciones suele salir el tema de la operación. ¿Cuándo nos planteamos esta opción y qué podemos hacer para no llegar a ella?

Este artículo lo hago en respuesta a la pregunta de Katy Rojas en nuestra comunidad de Facebook:

“Adenoides.. amigadalas grandes.. ¿Operar o no? ¿Será esa la mejor solución? Algun tratamiento alternativo…”

¿Qué son las vegetaciones o adenoides?

Son el principal órgano de producción de defensas que se encarga de responder a las infecciones que entran por la nariz.

Están justo detrás de la nariz, en la parte alta de la garganta.

Todos tenemos vegetaciones. Incluso cuando nos las han quitado, porque no se eliminan por completo y tienden a reproducirse.

¿Por qué crecen las vegetaciones?

Como cualquier órgano del cuerpo, las vegetaciones crecen cuando tienen más trabajo y se reducen cuando tienen una etapa de menor ocupación.

Las vegetaciones son rápidas creciendo, pero lentas en reducirse.

Entendiendo esto es normal que las vegetaciones:

Crezcan en invierno y se reduzcan en verano. Durante el invierno, las infecciones respiratorias son mucho más frecuentes. Esto hace que crezcan rápidamente con cada catarro. Cuando acaba esa infección empiezan a reducirse lentamente. Pero antes de volver a su tamaño previo llega el siguiente resfriado. El resultado es un crecimiento con altibajos, pero constante, que lleva a que al final del invierno tengan su mayor tamaño. Cuando en verano las infecciones respiratorias se espacian dan tiempo a que el tamaño de las vegetaciones se reduzca entre catarro y catarro más de lo que crece en cada episodio. Y al final del verano alcanzan su menor tamaño.

Crecen más entre los 2 y 4 años. El crecimiento como hemos dicho es acumulativo. Los niños empiezan a pasar infecciones respiratorias con frecuencia desde el primer invierno con más de 6 meses. Y la máxima frecuencia de catarros llega en los 2 primeros años de escolarización. Para los 4-5 años el niño ha sufrido, vencido y fichado a la gran mayoría de los gérmenes que hay en su entorno, y las infecciones empiezan a ser mucho menos frecuentes. Por lo que a partir de los 5-6 años las vegetaciones tienden a reducirse progresivamente de tamaño.

¿Qué síntomas tiene un niño con las vegetaciones grandes?

Cuando las adenoides crecen demasiado generan un doble problema:

– Dificultad el paso de aire.

– Producen moco espeso.

Dificultad para respirar cuanto las Vegetaciones crecen

En condiciones normales se debe respirar por la nariz. Aprendemos a respirar por la boca en la etapa de 1-2 años habitualmente obligados por las vegetaciones y la mucosidad nasal de los resfriados. Mientras un bebé pueda respirar por la nariz, nunca lo hará por la boca.

Cuando las vegetaciones crecen, pueden llegar a ser tan grandes que bloqueen completamente el paso de aire que entra por la nariz. Vemos que el niño tiene que respirar por la boca aunque no veamos moco en la nariz.

Esa dificultad empeora cuando el niño se tumba. El motivo es el movimiento del paladar. El paladar es como una cortina que cuelga.

Cuando nos tumbamos, cuelga hacia atrás, y si las vegetaciones están grandes choca con ellas y cierra el paso de aire.

Cuando nos levantamos, cuelga hacia abajo, y abren el paso de aire.

Por tanto hay una dificultad para respirar por la nariz que mejora de día y empeora de noche en cuanto se tumba. 

A veces esa dificultad es tan intensa que produce interrupciones en la respiración mientras duerme de varios segundos. Es lo que llamamos Apnea del Sueño. 

Moco espeso en la garganta cuando las Adenoides están grandes

Las vegetaciones producen moco. Es un moco espeso que escurre por la garganta y el niño se va tragando.

Cuando estornuda puede salir el velón de moco verde o amarillento.

Si está tumbado, el moco se va acumulando en la garganta y llega un momento que puede despertar al niño tosiendo hasta que consigue eliminar la flema de la garganta.

Durante el día si ese moco, en lugar de tragárselo se va hacia la vía respiratoria, puede toser. Es lo que suele ocurrir cuando se despierta y se incorpora, cuando se agita, llora, corre, salta, se rie… Pero suele ser más persistente de noche.

Hay niños con las vegetaciones grandes en los que lo más llamativo es la dificultad para respirar y otros en los que lo es el moco espeso de garganta.

Este moco, cuando está tumbado puede irse con facilidad hacia los oídos. Y esto hace que mu nos niños con las vegetaciones grandes tengan tendencia a las otitis de repetición.

Ya tenemos los dos principales motivos para plantearnos la Operación cuando las Adenoides están grandes:

Apnea del sueño. Porque empeora seriamente la calidad de vida impidiendo el descanso.

Otitis de repetición. Porque puede generar una pérdida de audición irrecuperable.

Alternativas para mejorar la Apnea del Sueño y las Otitis sin recurrir a la Operación

Una operación, incluso tan sencilla como la reducción de adenoides, tiene sus riesgos.

Por lo que para nadie es plato de buen gusto meter a su hijo en un quirófano si se puede evitar.

De hecho, hubo un tiempo en el que se operaba de vegetaciones con mucha ligereza. Yo lo fui. Y me lo hicieron sin siquiera hacer un preparatorio. De haberlo hecho habrían descubierto que tengo un defecto de la coagulación… Todavía recuerdo la cantidad de sangre que eché tas la operación….

Hoy en día tenemos alternativas para reducir el tamaño de las Vegetaciones sin recurrir a la cirugía. No siempre funcionan. Pero cuando lo hacen evitan una cirugía más agresiva.

Para ver lo que podemos hacer para que las vegetaciones no crezcan tanto debemos entender primero

¿Por qué a algunos niños les crecen mucho más las Vegetaciones que a otros?

Como hemos dicho antes, las vegetaciones crecen para aumentar las defensas contra las infecciones que entran por la nariz.  adenoides.. amigadalas grandes.. operar o no? será es la mejor solución? algun tratamiento alternativo…

Ante un mismo catarro cada persona responde de un modo diferente. Hay niños que casi sin fiebre y un poco de moco acaban con el virus en 1 día. Y otros que con ese mismo virus tienen fiebres altas y muchísimo moco durante una semana.

La Hipertrofia de Adenoides (vegetaciones grandes) es un síntoma más de la Hiperreactividad.

Se trata de niños cuyo sistema defensivo responde de forma demasiado exagerada ante cualquier agresión. Parte de esa respuesta es un crecimiento mayor de lo normal de las Vegetaciones. 

Por eso los tratamientos que pueden mejorar a estos niños son medicamentos que reducen la respuesta del sistema defensivo. Son medicinas habitualmente usadas en los alérgicos:

Antihistamínicos. Reducen la congestión de la mucosa y la producción de moco nasal.

Corticoides. Bajan la inflamación y pueden reducir el tamaño del tejido linfático (del que se componen las Vegetaciones).

Inhibidores de los Leucotrienos. Reduce la tendencia de los tejidos a desencadenar reacciones defensivas intensas.

Muchos niños que tiene ya Apnea del Sueño o Infecciones de Oído frecuentes mejoran claramente si:

Pautamos un Inhibidor de los Leucotrienos durante todo el invierno. Sirve como tratamiento de base.

Cuando hay moco claro de nariz toman un Antihistamínico. Reduce la mucosidad clara abundante de nariz y hace que durante el catarro crezcan menos las vegetaciones.

Cuando hay moco espeso de garganta reducimos el tamaño de las Vegetaciones con un Spray de Corticoide Nasal. Lo que reduce antes el tamaño de las Vegetaciones a su tamaño normal, reduciendo la producción de moco y la obstrucción nasal.

La gran mayoría de las Hipertrofias de Adenoides pueden resolverse hoy en día así, no precisando operación.

Cuando a pesar del tratamiento las otitis siguen siendo frecuentes o la calidad de sueño es mala, la operación puede ser necesaria.

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Qué hacer si mi hijo tiene tos

Qué hacer si tiene tos mi bebé, mi hijo, un niño

¿Tu bebé tiene Tos? Te explico claramente cómo actuar, si merece la pena o no tratarla y en caso necesario cómo decidimos los pediatras el tratamiento.

¿Qué es la tos?

La tos es un mecanismo de defensa. Sirve para expulsar de la vía respiratoria aquello que la irrita o puede entorpecer el paso de aire.

Cuando lo que se pretende es expulsar algo de la nariz se estornuda.

La tos aparece cuando lo que se quiere expulsar está en la garganta, la tráquea o los pulmones.

Lo que se produce es primero un intento de llenar los pulmones, inspirando con fuerza y después se contraen de forma brusca los músculos que actúan en la espiración. Así actúa un golpe de tos.

A veces ocurre sin que podamos controlarlo. Otras veces lo hacemos de forma voluntaria.

¿Merece la pena tratar a mi bebé cuando tiene tos?

Si entendemos que la tos es un mecanismo de defensa, no deberíamos tratarla nunca. Pero… sabéis que me encantan los peros….

No siempre los mecanismos de defensa actúan de forma adecuada.

Por ejemplo, en una alergia podemos responder tosiendo frente a algo, como el polen, que no es agresivo en absoluto.

Y el propio mecanismo de la tos puede empeorar seriamente la calidad de vida:

  • Candando. Hay toses muy persistentes que llega un momento en que resultan agotadoras. Pueden llegar a generar dolor por el daño que generan en la mucosa o en los músculos que actúan en la tos.
  • Probocando el vómito. Algunos bebés y niños tienen facilidad para vomitar. Pero, incluso en los que no tienen esa tendencia, una tos persistente puede dar lugar al vómito.
  • Impidiendo dormir. Cuando la tos dificulta que un bebé se duerma o le despierta con frecuencia en la noche, puede afectar seriamente al bienestar de una familia.

En estos casos en los que la tos ya empeora claramente la calidad de vida de un bebé, por supuesto que está indicado tratar la tos. 

Pero hay muchos niños que pueden tener siempre algo de tos. Si es poco frecuente o poco intensa y no afecta mucho a la calidad de vida lo mejor sería no tratarla. 

Hay niños que son bastante malos para darles cualquier medicamento. Aquí aplicaremos el sentido común. Si el tratamiento no es necesario para curar la enfermedad, y el bebé está mejor con su tos que con el cabreo que lía para darle la medicación, no se la des.

Causas más frecuentes de tos en un bebé, como se diferencian y cómo se tratan

Podemos distinguir dos tipos de tos principales:

  1. Tos productiva. Es la que consigue expulsar algo que está irritando la vía respiratoria o entorpeciendo el paso de aire por ella. Lo más habitual es que mueva moco. La llamamos también tos húmeda o con moco. En estas toses, si se trata es para reducir la producción de moco o para ayudar a expulsarlo.
  2. Tos improductiva. Es la que sólo expulsa aíre. A ver, toda tos, hasta la más seca del mundo expulsa siempre algo de moco, gérmenes o irritantes. La solemos llamar tos seca. En estas toses, cuando tratamos, lo que buscamos es reducir la irritación que desencadena la tos y la tos en sí misma.

Muchos problemas empiezan con un tipo de tos y luego cambian al otro. Por ejemplo en la Laringitis es frecuentes que aparezca con una tos seca, y que en pocos días pase a ser una tos productiva.

Otras características de la tos:

  1. Horario:
    1. Nocturna:
      1. Laringitis: Lo típico es que empiece durante la noche. El bebé o niño se acostó bien y de repente se despierta con una tos seca característica que suele describirse como de foca. Suele tratarse con corticoides inhalados y/o orales y antitusivos.
      2. Hipertrofia de adenoides o Vegetaciones: Es una tos con moco que aparece a las pocas horas de acostarse en episodios cortos que cesan cuando el bebé o niño elimina el moco de la garganta. Cuando tienen las vegetaciones grandes pueden toser también al despertarse por la mañana o cuando se agitan durante el día. Suele tratarse con corticoides nasales o en los casos más intensos operando para reducir el tamaño de las vegetaciones.
      3. Bronquitis: Cuando un niño con bronquitis se tumba el moco se acumula en los bronquios lo que suele acabar desencadenando una tos más intensa. Es muy parecida a la de la hipertrofia de adenoides, pero mucho más insistente. El motivo es que en las vegetaciones el moco está en la garganta y es más fácil limpiarla que cuando está en los bronquios. Suele tratarse con corticoides y broncodilatadores inhalados.
    2. Diurna:
      1. Tos irritativa: Es también llamada tos nerviosa. Su origen puede ser una alergia o una infección leve que produce una irritación de la mucosa de la garganta o la tráquea. El problema es que una vez que aparece esa irritación la propia tos puede perpetuarla. En muchos casos un simple catarro puede producir esta irritación. El niño nota el picor de garganta y tose para intentar eliminar aquello que le irrita. Pero esa tos puede también irritar la mucosa dando lugar a un círculo vicioso: Cuanto más tose, más pica, más tose…. De forma que puede mantenerse la tos incluso semanas después de que la causa desaparezca. Suelen tratarse con antihistamínicos y antitusivos.
    3. Tos alérgica. Podría considerarse un tipo concreto de tos irritativa y a veces puede llegar a generar bronquitis. Lo que las diferencia de las toses causadas por infección es que las alergias son más intensas cuando se exponen al alergeno. La más frecuente es la tos por alergia a pólenes. En esta es típico que aparezca por la mañana si salimos a la calle temprano, mejore a lo largo de las horas de más calor si no hay viento y empeore mucho en la tarde-noche cuando las temperaturas empiezan a bajar. Este horario corresponde al de concentraciones mayores de polen en el aire. En otras alergias como las causadas por ácaros o epitelios animales es típico que aparezcan tras exponerse a ellos. Suelen tratarse según su intensidad con antihistamínicos, corticoides…

Si quieres más información sobre cualquier cuadro concreto puedes hallarla aquí:

Catarro en niños y bebés.

Vegetaciones en niños y bebés.

Bronquitis en niños y bebés.

Laringitis en niños y bebés.

 

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Infección de Garganta en Niños. ¿Necesita Antibiótico o no?

Es necesario dar antibiótico en las infecciones de garganta de los niños?

¿Es recomendable dar Antibiótico a un niño en una Infección de Garganta? Te explico el criterio que usamos para decidirlo los pediatras.

De todas las infecciones que puede tener un bebé la mayoría entran por la nariz y la boca. Y el punto común al que todas se dirigen es la garganta. Por lo que no es nada raro sufrir infecciones en la garganta que den lugar a dolor, mucosidad e irritación de esa zona o faringitis.

Algunos niños, de hecho, tienen una mayor tendencia a sufrir infecciones en la garganta que en ninguna otra localización.

Fiebre alta con o sin dolor de garganta y sin casi nada más: «Eso va a ser la garganta».

Y en ocasiones acompañado de todo lo que quieras: Tos, mocos, vómitos…

Causantes de infección en la garganta de los niños

La gran mayoría son causadas por virus. 2 de cada 3 son culpa suya.

Pero hay un tercio aproximadamente causadas por bacterias. Aunque son menos frecuentes son las más interesantes. De estas bacterias el Streptococo pyogenes es uno de los más frecuentes y tiene la peculiaridad de que en algunos niños puede asentarse una y otra vez. Cuando ocurre puede generar infecciones de garganta de repetición que precisan tratamiento con antibiótico una y otra vez y que si no se eliminan pueden dar problemas en otras partes del cuerpo.

Mucho menos frecuentes, pueden también asentarse aquí los hongos. Ocurre en personas con el sistema defensivo muy débil: SIDA, prematuros, enfermos de cáncer, trasplantados en tratamiento con inmunosupresores para evitar el rechazo del trasplante….

Cuándo usar el antibiótico y cuándo no en una infección de garganta

La respuesta «oficial» es simple: «Cuando te lo recomiende tu pediatra«.

Pero muchas veces los padres tenéis dudas. Dudas sobre si algunos pediatras mandamos los antibióticos demasiado a la ligera o nos resistimos a hacerlo aún cuando sería necesario.

Creo que lo mejor es que dedique un rato a explicaros cómo decidimos si se debe o no dar un antibiótico a un niño con una infección en la garganta. Ese rato que a veces no tenemos para hacerlo en la consulta con calma.

Distinto tratamiento para distintos tipos de infección de garganta

Los antibióticos sólo funcionan en las infecciones causadas por bacterias. Los virus y los hongos son inmunes a ellos.

Si una infección de garganta está causada por virus, que como he dicho son las más frecuentes, vemos una garganta enrojecida. En ella solemos ver bultitos que llamamos vesículas y puede haber saliva y moco sobre ellas. Pero no suelen tener lo que llamamos placas. En las faringitis virales sólo podemos usar cosas para aliviar, sean medicamentos o remedios caseros. Se curan solos hagas lo que hagas.

Las placas en la garganta se generan sobre la mucosa de la garganta cuando crecen bacterias. Pero no es tan simple.

Ya he dicho que la bacteria que con más frecuencia puede generar infecciones de garganta es el Streptococo Pyogenes. Pues muchas veces no hace placas. 

Y para rizar el rizo: Hay virus como el de Epstein-Barr (mononucleosis), que pueden dar lugar a placas en la garganta. Pero son unas placas de un aspecto característico.

Sin complicarlo más, no es tan simple como algunos lo pintan. Podría decirte: «mira la garganta de tu hijo y si tiene placas dale antibiótico, y si no las tiene no le des». Pero no es así.

Hay una serie de Signos que pueden orientar a que la infección de garganta sea causada por bacterias, y en eso solemos basarnos:

  • Mal aliento. De hecho algunas amigdalitis bacterianas no hay ni que verlas, se huelen. Es cierto que yo en esto soy un poco peculiar. Tengo el olfato bastante desarrollado para algunas cosas y una de ellas es esta.
  • Placas en la garganta, cuando las hay. Hay que descartar las causadas por algunos virus ya mencionados. Y diferenciarlas de los restos de comida que pueden acumularse en los huecos de las anginas que pueden verse como puntos blancos. Pero cuando son realmente placas es indicativo de bacterias.
  • Enantema en el paladar. El enantema es un punteado rojo llamativo en el paladar que aparece a veces en la infección de garganta por Streptococo Pyogenes. Aún sin placas, si vemos el enantema y tiene el olor típico suele ser bacteriana.
  • Lengua aframbuesada. Otra de las formas en las que puede aparecer la amigdalitis por Streptococo Pyogenes es con una lengua en la que las papilas están inflamadas de forma llamativa aparentando una frambuesa.

Cuando hay dudas y especialmente si el niño está muy afectado en su estado general podemos salir de dudas por medio de analíticas:

  • Hemograma: Es un análisis de sangre rápido que puede hacerse en menos de una hora en cualquier hospital. Lo que nos interesa en este caso es cómo están los leucocitos (glóbulos blancos defensivos de la sangre) y dentro de ellos si predominan los neutrófilos (cuando es una infección bacteriana), o los linfocitos y monocitos (cuando es una infección por virus).
  • PCR y Procalcitonina. Son marcadores de reacción rápidos. Suben cuando la infección es por una bacteria y no se alteran casi nada en infecciones por virus.
  • Frotis faríngeo. Sirve para recoger secreción de la garganta y buscar al germen causante. Hay dos formas de identificarlo:
    • Cultivo y antibiograma. Sembramos ese moco y esperamos a ver qué crece. Este sistema tarda días en dar el resultado pero nos da una información muy interesante: los antibióticos a los que el germen es sensible o resistente.
    • Test rápido de detección de Streptococo Pyogenes. Detecta rápidamente si este germen está o no en la secreción. Su resultado es casi inmediato, pero es un test que no está disponible en todas partes.

Cuando los signos son claros o nos lo confirman las pruebas indicando que es una infección de garganta por bacterias, tratamos con antibiótico.

Lo hacemos porque tratando con antibiótico:

  • Curamos antes la infección. 
  • Evitamos complicaciones como la neumonía, las otitis, los abscesos alrededor de la garganta, las sepsis, las meningitis, mastoiditis….
  • Impedimos que se desencadenen reacciones reumáticas, en el riñón, en el corazón… que pueden aparecer si el Streptococo Pyogenes se mantienen en la garganta con frecuencia.

¿Qué pasa si tratamos con antibiótico en las infecciones de garganta que no son bacterianas?

Lo primero, que no va a mejorar en nada su evolución. Los virus pasan de los antibióticos.

Lo segundo, que eliminaremos a gérmenes de nuestra garganta que no son agresivos. Todos tenemos siempre bacterias creciendo sobre nuestras mucosas. Pero habitualmente son bacterias no agresivas que simplemente crecen ahí. En ocasiones incluso son beneficiosas, porque cubren una función de protección frente a otras más perjudiciales.

Cuando tomamos antibiótico matamos bacterias de forma indiscriminada: A las malas, si. Pero también a las buenas. 

Nadie te garantiza que tras usarlo las primeras que colonicen sea buenas de nuevo. Por lo tanto no abras esa caja si no es necesario. Y cuando lo es y tomamos antibiótico, mi recomendación es, tras el tratamiento aportar probióticos para repoblar de gérmenes beneficiosos.

Espero que entiendas ahora mejor cómo tomamos las decisiones en este tema los pediatras.

Verás que no es tan simple como parece y que aunque puedas entenderlo mejor tras leer información como esta, tu pediatra tiene una experiencia que le permite decidir con más base.

Con lo cual, ante la duda, consulta.

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Catarro en Niños y Bebes

Catarro en niños y bebés: principales dudas de los padresCatarro en Niños y Bebés: Cuándo está resfriado. Cómo actuar para mejorar los síntomas, cuándo usar Medicinas, cuándo acudir al médico. ¿Se cura siempre sólo?

Sin duda los catarros o resfriados son las infecciones que los niños sufren con más frecuencia. Si algo creo que puede reducir realmente la dependencia de los padres respecto a su pediatra es entender lo que es un catarro y cómo actuar frente a él.

Si por algo se burlan habitualmente de nosotros los otros especialistas, es porque dicen que somos «mocólogos» y «fiebrólogos». Que la mayoría de lo que atendemos en la consulta son simples catarros. Especialmente en invierno, pero en casi cualquier época del año.

Algunos pensarán que aclarar esto es tirar piedras contra mi propio tejado: Si doy a los padres una herramienta como este artículo que cubra un porcentaje importante de las consultas que atiendo, me voy a quedar sin trabajo. No lo veo así. Es mucho, muchísimo lo que podemos hacer en la consulta por la salud de un niño cuando atravesamos la «frontera de los Catarros». Cuando tenemos tiempo para hablar de otras cosas porque el catarro es algo ya comprendido.

¿Qué es un Catarro o Resfriado?

Es una infección, generalmente causada por virus en la que predominan como síntomas los mocos, la tos y a veces la fiebre.

De estos tres elementos el más llamativo del catarro es el moco. Es abundante y suele ser claro. Pero cambia de características a lo largo del día.

El moco no se produce de forma constante. Hay momentos en los que aumenta mucho la producción, y entonces vemos que sale más fluido y otros en los que se enlentece y puede espesarse. Es típico que durante el día fluya más y de noche se acumule espesándose.

Aquí merece la pena destacar una situación que se confunde mucho con un catarro: La rinitis seca del lactante. 

Cuando un bebé nace, tras 9 meses sumergido en agua, su nariz no está acostumbrada a cambios de humedad y temperatura tan intensos como los que que sufre. Cuando esto ocurre la nariz se congestiona. Pero no cae moco abundante, como en un catarro. Esta es una diferencia importante. Aunque notemos la nariz taponada es más por congestión de la mucosa que por que produzca moco. Esto puede mantenerse durante los primeros meses de vida.

¿Se curan los Catarros siempre solos?

Un catarro es una infección que suele curarse sola.

Empieza cuando nuestro cuerpo tiene contacto con un virus nuevo, frente al que no teníamos defensas porque no lo habíamos pasado aún. Y mejora cuando nuestro sistema defensivo lo identifica y empieza a producir anticuerpos contra él.

Es un proceso que habitualmente dura unos cuantos días. Suele decirse que en torno a una semana. Aunque puede acortarse si nuestro cuerpo reacciona antes, lo que suele ocurrir cuando el virus se parece a otro que ya conocemos. O puede alargarse en virus especialmente agresivos.

De forma general se dice que tiene 2-3 días de empeoramiento y 2-3 días de mejoría.

En los primeros días vemos que la fiebre si la hay produce picos cada vez más frecuentes y más altos y a partir del 3º día suelen empezar a ser menos frecuentes y más bajos. El moco en los primeros días es cada vez más abundante con estornudos frecuentes. Cuando mejora se va espesando y los estornudos suelen dejar paso a la tos.

Un catarro puede complicarse

No es lo habitual. La gran mayoría de los catarros son una muesca más que anotar en nuestra salud. Tan frecuentes que nadie lleva la cuenta exacta tras el primer invierno de un niño.

Pero algunos catarros pueden complicares. Las bronquiolitis por ejemplo empiezan como un simple catarro. Pero son producidas por virus más agresivos o la respuesta del niño es demasiado intensa y solemos decir que se le ha bajado al pecho.

En algunos de los niños que sufren una primera bronquiolitis queda una mayor sensibilidad que puede hacer que en los siguientes años casi cualquier catarro acabe desencadenando la bronquitis.

Otras veces un catarro puede acumular demasiada cantidad de moco en los oídos y dar lugar a una otitis.

¿El Catarro que no se quita?

Otra consecuencia de pasar catarros, uno tras otro, es que para defenderse crecen las vegetaciones. Las vegetaciones son la parte de las defensas que hay en la parte superior de nuestra garganta. Todos las tenemos. Aunque a muchos nos las quitaron. Es mi caso.

Crecen para producir defensas cada vez que hay una infección cerca. Y tras ceder la infección se reducen lentamente de tamaño. Pero crecen mucho más rápido de lo que se reducen. Cuando los catarros son muy frecuentes no da tiempo a que vuelvan a su tamaño normal. Entonces notamos que parece que no desapareciese el catarro del todo.

Ya os dije que en la fase final del catarro los estornudos son sustituidos por la tos y el moco es más espeso. Cuando las vegetaciones han crecido lo que vemos es un niño que queda en esa situación durante semanas: Moco espeso que cuesta que salga, y tos más frecuente cuando está tumbado o cuando se agita. 

¿Cómo podemos mejorar los síntomas de un Catarro?

Ante los catarros suelen adoptarse alguna de las siguientes actitudes:

  1. Medicinas.
  2. Lavados nasales y que tome mucho líquido.
  3. No hacer nada.

Las pongo en este orden porque la mayoría de las familias suelen empezar por la primera de las posturas. Suelen pasar a la segunda progresivamente. Y acaban adoptando la tercera en la mayoría de los casos.

¿Por qué ocurre este cambio de actitud?

Al principio, cuando un bebé no ha pasado nunca un catarro, solemos asustarnos. No estamos acostumbrados a afrontarlos y tememos que evolucione mal. Además en los niños más pequeños las complicaciones en forma de bronquiolitis son más frecuentes. Es normal que ante el temor a esta opción muchos padres pidan alguna herramienta que proteja al bebé.

Pero cuando empieza la primera temporada de catarros de un bebé, al primer catarro lo sigue un segundo y poco después un tercero…. Llega un momento en que la mayoría de los padres empiezan a preocuparse más por la cantidad de medicinas que toma su hijo que por las complicaciones posibles de los catarros. Entonces empiezan a usar la opción 2: Lavados y mucho líquido.

Pero hasta de eso se harta uno. Algunos niños ven llegar a los padres con los artilugios para hacer el lavado nasal y lloran. Con la experiencia acumulada los padres han perdido en muchos casos el temor a las complicaciones y las ganas de hacer pasar un mal rato al bebé con el lavado. Y lo dejan en paz. Hemos llegado a la opción 3: No hacer nada.

Como de costumbre lo adecuado es una mezcla de los tres dependiendo de las circunstancias.

¿Cuándo usar Medicinas y cuáles son útiles en un Catarro?

Como un catarro es una infección que nuestro cuerpo es capaz de vencer en la mayoría de los casos por sí mismo, lo adecuado en muchos casos es no hacer nada.

Aunque como hemos visto un catarro puede complicarse, y hay cosas que pueden hacer más difícil que el catarro se complique.

Hay otro aspecto del que no hemos hablado: Un catarro puede ser bastante molesto. Sin que se complique, puede dificultar el descanso o la alimentación de quien lo sufre.

Y a veces da molestias muy localizadas, pero intensas: La sensación de nariz taponada o la irritación de la piel por el moco en torno a la nariz pueden ser muy molestas.

Cuando aparece cualquiera de estas circunstancias que he marcado en negrita yo veo justificado hacer cosas que alivien estos síntomas. En la mayoría de los casos, aunque no hagamos nada, se curará. Pero es que en medicina no sólo podemos curar, podemos aliviar. Y también es importante para la calidad de vida de nuestro hijo.

Lo más usado para aliviar es:

  • Lavados nasales y mucho líquido. Sólo los recomiendo cuando vemos moco espeso abundante.
  • Medicamentos para reducir la producción de moco. Los anti-histamínicos. Son medicamentos usados en las alergias con frecuencia. Pero igual de efectivos en un catarro. De hecho, una alergia es una reacción similar a un catarro pero frente a un estímulo que no debería generarla. Yo suelo usarlos cuando un exceso de mucosidad está generando las molestias mencionadas.
  • Mucolíticos. Son medicamentos que hacen que el moco sea menos espeso. Pero tienen el efecto secundario de aumentar la cantidad de moco. Yo no los uso desde hace años, y no los he echado de menos.
  • Anti-térmicos. Si hay fiebre que se acompañe de decaimiento o muy alta. Aunque la fiebre sea un mecanismo de activación de las defensas, si es muy elevada puede producir un malestar y un agotamiento evitables. Por evitarlos no impedimos que el cuerpo se defienda.
  • Anti-tusivos. Sólo los uso cuando la tos no mueve mucosidad (tos seca) y hace difícil descansar o alimentarse (hace que vomite). No debemos usarlos cuando hay mucho moco, ya que si no dejamos que la tos expulse ese moco podemos favorecer se complique el catarro.
  • Expectorantes. Son medicamentos que favorecen la expulsión de moco al toser. Son útiles cuando vemos que la tos es frecuente y mueve moco. Y que esa tos es muy persistente, dificultando el descanso, la alimentación, o nos da la sensación de que el moco está empezando a acumularse en el pecho.

Por supuesto no pongo esto para que uses los medicamentos sin indicación del médico. Sino para que entiendas mejor porqué te indica cada uno de ellos si lo hace.

¿Cuándo acudir al pediatra si mi hijo tiene un Catarro?

La respuesta es simple: Cuando no sepas cómo actuar.

Pero especialmente, te recomiendo que acudas al pediatra si tu hijo sufre un catarro y:

  • Tiene mal estado general. Lo notas muy decaído, incluso cuando no tiene fiebre.
  • Tiene dificultad respiratoria. No me refiero a la nariz taponada, sino cuando lo ves que al respirar parece un pez fuera del agua: respira rápidamente como queriendo comerse el aire.
  • Tiene una tos persistente que le impide alimentarse o descansar. 

Estas situaciones son más importantes cuanto menor sea el bebé. Ante la duda, acude.

¿Puede un Catarro dar fiebre alta y no necesitar tratamiento con antibióticos?

Queda un pequeño detalle que por la insistencia con la que surge en la consulta merece que mencione.

Un Catarro, que como hemos dicho es una infección producida generalmente por virus, es insensible a los antibióticos. No es que sea malo darlos en un catarro. Es que es inútil. Y tampoco es inocuo:

  • Usar antibióticos con mucha frecuencia favorece que cuando realmente sean necesarios no sirvan. Si tenemos nuestra flora de la garganta constantemente bombardeada con antibióticos, favorecemos que crezcan en ella aquellos gérmenes que son resistentes. No es buena idea.
  • Destruye la flora intestinal. Lo que no es una tontería. En nuestro intestino tenemos muchos gérmenes beneficiosos que nos ayudan a digerir los alimentos y ocupan un espacio que si dejamos libre pueden ocupar otros más agresivos, como la cándida. La cándida es un hongo (resistente a los antibióticos) que cuando es abundante en nuestro intestino puede dar muchos problemas. Mejor no abrirle la puerta dando antibióticos innecesarios.

Esto no significa que cuando sean necesarios deban evitarse. Sino que no debemos usarlos innecesariamente.

El Catarro con fiebre alta

Cuando surgen las dudas con frecuencia es cuando los síntomas son claramente de un catarro, pero hay fiebre alta. ¿Puede un catarro producir fiebre alta? Pues sí. Solemos llamarlo entonces Gripe. Pero no tiene porqué ser exactamente el virus de la gripe. Hay varios virus que son capaces de dar fiebre alta y que dure más allá de esos 2-3 días de un catarro normal.

Para saber si realmente es un virus o no los pediatras disponemos de herramientas. Por lo que si un catarro no mejora en 2-3 días conviene que el niño sea explorado por el pediatra para ver si hay algo más. Pero si no lo hay, el tratamiento sigue siendo aliviar síntomas sin más y los antibióticos no estarán indicados.

Espero que este artículo te ayude a entender los catarros, esa infección que seguro que tu hijo, como todos va a pasar en muchas ocasiones. Y te permita actuar de forma adecuada sin pasarnos, pero aliviando cuando hace falta.

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Moho y Salud de los Bebés

El Moho en la salud de los niños y bebésEl moho son hongos que se encuentran en cualquier parte, pero especialmente en lugares húmedos y de poca iluminación. ¿Cómo afecta la Salud de un Bebé?

Respuesta a la pregunta de Gualadupe propuesta como Peketema en Facebook: «Cómo afecta la humedad y el moho de las casas a la salud de los niños y bebés»

Qué es el Moho

moho en la frutaEn lo que llamamos moho hay muchos tipos diferentes de hongos. Son seres vivos que no tiene capacidad de movimiento y viven de la fermentación. Los que, como vemos en la foto, pueden hacer que una fruta se pudra si la dejamos el tiempo suficiente.

Pueden sobrevivir en condiciones muy diferentes. Pero lo hacen mejor en lugares húmedos, calurosos y sin mucha luz.

Si esta fruta de la foto estuviese en un frigorífico se hubiese conservado más tiempo, porque el frío y un ambiente seco dificultan su crecimiento.

Pero se reproducen por esporas que están casi en todas partes.

De los distintos tipos de hongos que agrupamos en lo que llamamos moho hay 4 que son especialmente importantes en salud:

  • Alternaria. Es un hongo que suele crecer en habitaciones poco ventiladas o con humedad y poca iluminación. Es uno de los causantes más habituales de alergias respiratorias, junto a pólenes y ácaros.
  • Aspergillus. Muy similar al anterior, pero en algunos pacientes inmunodeprimidos (con las defensas mal) puede dar lugar a infecciones que pueden ser graves.
  • Cándida. Es otro hongo. Este tiene más facilidad para colonizar al ser humano. Crece especialmente en medios ácidos. Podemos encontrarlo habitualmente en la flora del intestino y prolifera mucho en la parte superior e inferior del tubo intestinal. En los bebés podemos verlo causando Muguet (hongos en la boca) o Dermatitis del PañalSi su presencia en el intestino es importante puede dar problemas
  • Penicilium. No todos son tan malos. Este hongo produce una sustancia que a todos nos suena: La Penicilina. El primer antibiótico descubierto.

El Moho y las alergias en niños y bebés

Ya sabemos que una alergia es una reacción innecesaria y exagerada del sistema defensivo frente a algo que no necesariamente es agresivo.

Los hongos del moho están en la frontera. Porque en realidad algunos, como el Aspergillus o la Cándida, sí que pueden resultar dañinos.

 

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Tos Alérgica en Niños

Tos alérgica en niños

Tos Alérgica en Niños causada por pólenes. Cómo identificar si es o no por alergia. Los distintos tipos de tos que puede producir la alergia a pólenes y cómo se trata en cada caso.

En respuesta a una consulta de Noemí a través de nuestra Comunidad de Facebook:

Hola me gustaría que se hablase de la tos alérgica, tos por bronquitis, etc… ¡Cómo tratarla y qué medicamentos ayudan! ¡¡Gracias!!

¿Cuándo hablamos de Tos Alérgica en niños?

La tos es un mecanismo de defensa del cuerpo. Sirve para dejar libre la vía respiratoria y expulsar de ella cosas que la irritan.

Visto así tal vez pueda pensarse que nunca deberíamos evitar la tos. Pero este caso que tratamos hoy es un ejemplo de porqué a veces conviene actuar ante mecanismos defensivos del organismo.

La tos puede aparecer en una infección y actúa para expulsar al germen que la está causando.

Otras veces en el aire puede haber partículas de contaminantes que irritan la vía respiratoria. De nuevo la tos actúa para evitar que generen daño expulsándolas del organismo.

Pero ¿y el polen? ¿Es dañino? Pues no. Todos aquellos que no tienen alergia a él lo respiran sin que les afecte de forma negativa. Pero a veces el cuerpo funciona mal. Reacciona defenciéndose contra algo que no le causa daño alguno y actúa de formas diferentes:

  • Tos, para intentar expulsar al polen de la vía respiratoria.
  • Inflamación de las mucosas respiratorias, para llamar al sistema defensivo al lugar donde detecta al «agresor» que en realidad no agrede en absoluto.
  • Mucosidad segregada por las mucosas para atrapar, bloquear y expulsar al polen.

El problema es que en las alergias a pólenes este sistema no funciona. Si fuese un germen es algo puntual que está en un momento concreto y deja de estar al poco rato. Pero el polen puede estar en cada bocanada de aire que respiramos durante meses. Por mucho que intentemos expulsarlo, bloquearlo vuelve a entrar. Día tras día mientras ese polen siga en el aire.

El resultado es que si la reacción es muy intensa puede poner en riesgo incluso la vida de quien sufre la tos alérgica.

¿Cómo diferenciamos si la tos puede ser por alergia o por otra causa? Y si es alergia, ¿cómo sabemos si es por pólenes?

Pues porque el polen se mantiene muchos días y semanas en el aire, aumenta los días que hay viento o lluvia escasa, baja cuando llueve mucho y tiene horario.

Un catarro dura algunos días, una alergia a pólenes algunos meses.

Cada planta tiene su período de polinización. Esa fase en la que libera polen para fertilizar sus flores y que se genere fruto. En la mayoría de las flores dura entre 2 y 3 meses. Con sus picos de intensidad mayor y fases en las que está algo más calmado. Depende fundamentalmente del clima.

Una infección, sin embargo, suele durar unos pocos días, hasta que el cuerpo detecta al germen causante, activa al sistema defensivo y lo elimina. A veces puede confundirnos, porque cuando las infecciones se suceden una tras otra puede parecer que es un mismo causante que se mantiene activo durante semanas.

También en las infecciones pueden crecer las vegetaciones para producir defensas y si lo hacen más de lo normal dan lugar a una tos que no acaba de eliminarse. Para ver sus características lee el artículo sobre las vegetaciones.

Un polen tiene además un horario definido y aumenta o disminuye en función de ciertas condiciones:

  • A primera hora de la mañana las flores se abren liberando polen. Aumenta un poco su concentración.
  • Al empezar el calor se forman corrientes de aire que suben desde el suelo elevando el polen que liberan las plantas a capas de la atmósfera por encima del suelo en el que vivimos nosotros. Bajan las concentraciones de polen durante las horas de más calor.
  • Cuando se pone el sol el suelo se enfría, desaparecen las corrientes de aire que arrastraban el polen hacia arriba, y todo el polen acumulado durante el día cae. De tal modo que por la tarde es cuando mayor concentración de polen hay en el aire.
  • Si un día hace viento se sacuden las flores y una parte importante de polen que había caído al suelo se moviliza aumentando la concentración en el aire.
  • Si llueve, depende. Si llueve mucho, limpia el aire y acaba atrapando una cantidad importante de polen en la tierra mojada. Pero si llueve poco no tiene capacidad de limpiar y lo que hace es sacudir las flores y levantar polvo del suelo, lo que aumenta la concentración de polen. 

Todas estas cosas que son evidentes en cuanto a las situaciones en las que mejora o empeora la tos alérgica, no se corresponden con la evolución cuando es una tos por infección o incluso por alergia a algo que no sea el polen.

Por ejemplo, si eres alérgico al pelo de gato toserás cuando contactas con él. Si vas a un sitio donde viven gatos, o si tienes contacto con alguien que vive con un gato.

Pero no hay un horario ni influyen las condiciones del clima.

Tipos de tos alérgica en niños.

En la tos alérgica de los niños hay dos modalidades fundamentales:

  • La tos irritativa. El polen entra en la vía respiratoria, el sistema defensivo del alérgico reacciona al encontrarlo en la garganta inflamando su mucosa y se desencadena el reflejo de la tos. Puede ser una tos seca o con mocos, pero tiene la característica de que es difícil no toser porque pica demasiado y resulta imposible aguantarse. El problema en estos casos es que la tos muchas veces empeora la irritación de la garganta, lo que da más tos…
  • La tos de bronquitis. El polen llega más abajo, hasta el árbol bronquial. Y allí hace que la mucosa de los bronquios se inflame, segregue moco y las paredes de los bronquios se contraigan reduciendo el paso de aire. La tos aparece entonces acompañada de ahogo. El niño respira como si fuese un pez fuera del agua. La tos intenta expulsar el moco para que el aire pueda entrar, pero con cada nueva respiración vuelve a entrar el polen que mantiene la reacción… Esto es lo que la mayoría de la gente llama Asma Alérgica.
  • A veces pueden coexistir ambos tipos de tos. O una puede acabar degenerando en la otra.

Cómo se trata la tos irritativa alérgia en niños.

Lo ideal sería eliminar la alergia, es decir, que el cuerpo deje de actuar contra un polen de forma inadecuada. Esto puede lograrse con la vacunación antialérgica o «huyendo del polen». Es muy frecuente que algunos padres adelanten las vacaciones en la playa de los niños porque saben que en la costa las concentraciones de polen son mucho menores.

Pero cuando no es posible podemos recurrir a anti-histamínicos y anti-tusivos. Los primeros a veces son suficiente, ya que si reducimos la reacción alérgica bloqueando la acción de las histaminas (son las sustancias que los «vigilantes» liberan en la mucosa llamando al resto del sistema defensivo), la tos suele ceder, junto con otros síntomas que suelen acompañar, como la mucosidad o la congestión nasal y conjuntival.

Cuando aún con el anti-histamínico la tos persiste siendo muy molesta, hasta el punto de dificultar el sueño, la alimentación o provocar el vómito con frecuencia, usamos los anti-tusivos. Pero antes de usarlos debería valorarlo el pediatra, porque un anti-tusivo en el otro caso de tos alérgica, el de la tos por bronquitis, puede tener un efecto muy negativo: retención de moco y ahogo.

Si tenemos claro que se trata de una tos alérgica irritativa por polen y sabemos o tenemos una sospecha bastante clara de cuál es solemos mantener el Antihistamínico a diario hasta que acabe la polinización concreta. Y usamos el anti-tusivo sólo cuando la tos es muy persistente, pero sin ahogo. 

Cómo se trata la tos alérgica por bronquitis en niños.

En la bronquitis los medicamentos más usados son también dos: Broncodilatadores y corticoides.

Los broncodilatadores actúan relajando los músculos que cierran los bronquios, para que se abran. Si efecto suele ser rápido, pero de corta duración.

Los corticoides bajan la inflamación de la mucosa de los bronquios para que no estrechen el paso de aire y evitar la producción excesiva de moco en ellos. Su efecto no es tan rápido, pero es más duradero que el de los broncodilatadores.

Si hay bronquitis suelen ser necesarios ambos.

Los corticoides se dan como tratamiento durante todo el periodo que el polen está en el aire.

Los broncodilatadores sólo en el momento que hay ahogo (con o sin tos).

A veces podemos notar que sólo con el bronco dilatador el niño parece mejorar, sin que usemos el corticoide, pero el resultado es engañoso, ya que no estamos tratando la inflamación que es la base del problema. Con lo que, en cuanto cede el efecto del broncodilatador, el bronquio vuelve a cerrarse y al final volvemos a necesitar la medicación.

Además, a largo plazo, si no tratamos la inflamación puede degenerar en una fibrosis que acaba reduciendo de forma irreparable la elasticidad de los bronquios.

Ambos medicamentos pueden darse por boca o con inhaladores.

Por boca pasan a sangre y una pequeña porción acaba llegando a los pulmones, donde realmente hacen falta.

Con inhaladores hacemos que la medicación vaya al mismo sitio donde el polen está causando problemas, la mucosa de los bronquios. Por lo que en principio la vía inhalada es mejor que la oral.

Pero en algunos momento la bronquitis puede ser tan intensa que podemos necesitar dar la medicación por varias vías a la vez.

Si tenemos claro que se trata de una tos alérgica bronquítica por polen y sabemos o tenemos una sospecha bastante clara de cuál es solemos mantener el Corticoide inhalado a diario hasta que acabe la polinización concreta. Y usamos el broncodilatador sólo cuando hay ahogo. 

Este artículo es como todos orientativo. Y siendo como es la alergia algo que puede poner a algunos niños en aprietos serios no deberías automedicar a tu hijo. Especialmente si no tienes mucha experiencia con este problema. Acude a tu pediatra, y si el niño tiene ahogo a urgencias.

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Sinusitis en Niños

Sinusitis en NiñosLa Sinusitis en niños puede ser causa de dolor de cabeza, de mucosidad constante y de tos que no acaba de mejorar. Comprende cómo se diagnostica y se trata.

¿Qué es una Sinusitis?

Alrededor de la nariz hay unos huecos que llamamos senos para-nasales. Están comunicados con la nariz y tapizados de una mucosa similar a la suya. Producen moco que va fluyendo hacia la nariz expulsando a los gérmenes que se cuelan en estos huecos:

Senos maxilares: Están en las mejillas, bajo los ojos a ambos lados de la nariz. Son los primeros senos en aparecer, los más grandes y en los que aparecen sinusitis con más frecuencia.

Senos frontales: Están en la frente, sobre la nariz. Los recién nacidos no los tienen. Se desarrollan en unos niños antes y en otros después y suelen ser causa frecuente de dolor de cabeza en niños que empeora al presionar en la frente. Pero es raro que tengan senos frontales antes de los 6-7 años y muy raro que generen sinusitis hasta años después.

Senos etmoidales y esfenoidales: Son los más pequeños. Están en la parte superior de la nariz y suelen dar un dolor de cabeza que empeora cuando movemos los ojos.

A veces esa mucosa puede inflamarse, el moco aumenta y puede no salir con facilidad de forma que produce dolor por la presión. Eso es lo que llamamos sinusitis. La inflamación puede empezar a partir de una alergia o de de una infección. Lo más frecuente es que la causa sea un virus. En algunas ocasiones puede ser generado por hongos (bastante raro). Pero a veces puede anidar alguna bacteria que dé lugar a una Sinusitis bacteriana. Sólo en este último caso es útil tratar con antibióticos.

La mayoría de las sinusitis se pueden resolver por sí mismas gracias al trabajo del sistema defensivo del niño, pero pueden tardar semanas en normalizarse del todo.

Hablamos de sinusitis aguda cuando es una inflamación que tiene su comienzo y su final claro en unas semanas. Cuando se prolonga durante meses o tiene episodios muy frecuentes hablamos de Sinusitis Crónica.

En las agudas suele bastar con tratarla cuando aparece. En las sinusitis crónicas puede ser necesario plantearse tratamientos de prevención.

Cómo se diagnostica una sinusitis en niños

Una Sinusitis es un proceso que dura más de lo normal en cualquier catarro. Por tanto, pensar en sinusitis porque un niño tenga mocos y dolor de cabeza, aún con fiebre, el primer día que esos síntomas empiezan, no es lo adecuado.

Habitualmente la evolución de una sinusitis suele ser un catarro inicial que no acaba de curarse y se mantiene más de 10 días activo. O un cuadro de moco espeso, amarillento o verdoso que se acompaña de fiebre de más de tres días sin que empiece a mejorar. Cuando esto ocurre debemos pensar en sinusitis, aunque hay otras situaciones que pueden dar resultados similares:

  • Fiebre prolongada. La evolución normal de la mayoría de las infecciones benignas que se acompañan de fiebre suele ser de 1 a 3 días de picos febriles cada vez más frecuentes y más altos. Y a partir de ahí suele mejorar haciendo picos de fiebre menos frecuentes y menos altos. Cuando pasan esos 3 días sin que veamos mejoría conviene que el niño sea valorado de nuevo por su pediatra para descartar cuadros distintos de un simple catarro. En muchos casos lo que hay simplemente es el solapamiento de dos infecciones diferentes: Ha empezado una nueva infección antes de acabar la primera. Pero otras veces puede haber infecciones que no se resuelven fácilmente sin tratamiento adecuado: Amigdalitis, neumonías, sinusitis
  • Mucosidad espesa prolongada. Hay otros cuadros diferentes de la sinusitis que pueden generar mucosidad que no cede tras más de 10 días. Lo más habitual es una sucesión de catarros (cosa habitual los primeros inviernos de escolarización), unas vegetaciones grandes (más frecuentes al final del invierno) y las alergias.

Pero ante la duda, si un catarro se prolonga mucho y más si es con fiebre, conviene que lo valore el pediatra para descartar cosas, entre ellas la sinusitis.

Otros síntomas que suelen acompañar a la sinusitis son:

  • Dolor de cabeza que aumenta al presionar sobre el seno inflamado o al inclinar la cabeza.
  • Moqueo purulento y maloliente según la postura, y más intenso del lado al que drena el seno afectado.
  • A veces inflamación de los párpados del ojo cercano al seno inflamado.

Cuando se sospecha de Sinusitis se completa el diagnóstica mediante:

  • Radiografía de Senos o Tomografía Axial Computerizada. En ella podemos ver si los senos están ocupados o no de mucosidad.
  • Cultivo del moco purulento. Puede detectar si hay una bacteria concreta creciendo en él y a qué antibiótico es sensible o resistente. Sus resultados no son inmediatos. Se siembra el moco en un caldo de cultivo y hay que esperar a ver lo que crece, lo que puede tardar unos días.
  • Analítica de Sangre. Nos indica cómo está respondiendo el cuerpo frente a la infección, orienta sobre si es viral o bacteriana y cómo de intensa es.

Tratamiento de la Sinusitis en niños.

En la mayoría de los casos la sinusitis puede ser tratada en casa. Sólo en casos en los que el niño no sea capaz de tomar la medicación o presente signos de complicación se puede necesitar el ingreso hospitalario para completar el tratamiento y vigilar su evolución. Su pediatra valorará la mejor actitud en cada caso.

Cuando una sinusitis no responde al tratamiento o tiene tendencia a repetir con frecuencia, conviene que sea valorado por un Otorrinolaringólogo.