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¿Medicamentos para tratar síntomas en niños? Sí, por favor.

Medicamentos para tratar síntomas en niños, sí por favor

Ahora resulta que no hay que tratar la fiebre, ni los mocos, ni la tos, ni la diarrea, ni los vómitos, ¿ni el dolor? ¿En medicina todo es curar? ¿Ya no aliviamos el sufrimiento? Yo flipo…

He tenido el «honor» en las últimas semanas de leer varios artículos en el mismo sentido:

– Tratar la fiebre dificulta la capacidad del organismo para defenderse de las infecciones. Y lo mismo ocurre con tos, mocos, vómitos, diarrea…

– En esos artículos defienden no usar antitérmicos-analgésicos, antihistamínicos, antitusivos, broncodilatadores… Porque no curan e interfieren con los mecanismos que el propio cuerpo usa para sanarse.

Los mecanismos de defensa del organismo pueden ser contraproducentes en muchos casos

Vamos a ver… Está claro que fiebre, tos, mocos, vómitos, diarrea y dolor son formas del cuerpo de defenderse frente a una agresión. Pero suponer que esas respuestas son siempre adecuadas al agresor es un error. En muchos casos la respuesta del cuerpo llega a generar más problemas de los que soluciona.

Ejemplos:

– Cuando la fiebre alta se mantiene durante varios días agota tanta energía que debilita al organismo y su capacidad de defenderse.

– A veces un niño tiene tal cantidad de moco por un simple catarro, que come mal, duerme mal o la nariz se le irrita tanto que es ver un pañuelo y llora.

– En los niños con hiperreactividad bronquial inespecífica los bronquios responden a cualquier mínima irritación cerrándose hasta el punto de dificultar seriamente la respiración.

– En las laringitis la inflamación puede llegar a ser tan intensa que puede llegar a ahogar al que la sufre.

– En una alergia aparecen reacciones en piel, sistema respiratorio o digestivo ante sustancias que en realidad no dañan al cuerpo.

– Una diarrea puede ser tan intensa en su labor de limpiar el intestino de algo que lo daña que puede deshidratar al enfermo.

….

La lista puede ser muy larga. Los medicamentos, bien usados, nos permiten regular esos mecanismos. Y podemos hacerlo hasta el punto de que sigan activos, pero en un nivel que no sean perjudiciales para el enfermo. Cuando la reacción del cuerpo es adecuada y no empeora la situación no la tocamos. Pero si es contraproducente, tenemos fármacos capaces de modularla, y no hacerlo es renunciar a un arma muy útil.

¿Es todo curar? ¿No aliviamos aunque podamos?

A veces me sorprenden alguna gente. Dicen que ellos creen que sólo habría que tomar medicinas que curen. Y que en los cuadros en los que no hay medicamentos que curen, no habría que tomar nada.

Por ejemplo, en las infecciones virales. Ceden cuando el cuerpo produce anticuerpos y elimina la infección. Y como los síntomas descritos antes son los mecanismos que el cuerpo usa para defenderse, pues «hay que dejarlos actuar.»

¡Ya! O sea que si tú tienes la gripe y te duele la cabeza, no puedes tirar de tu alma y te da un fiebrón de 40º; tienes los ojos y la nariz para perderlos por la congestión; si tienes una tos que no te deja pegar ojo y te llega a provocar el vómito… ¿No te tomas nada, porque tu cuerpo se está defendiendo? Me vas a perdonar, pero eso no te lo crees ni tú. Será una gripe, nada de lo que te tomes te va a curar, pero si un antitérmico o un antihistamínico cae en tus manos, te lo tomas y lo agradeces.

Como siempre, el termino medio y huir de las simplificaciones

En mi opinión, los medicamentos no son ni buenos ni malos. Son herramientas. Bien usados mejoran mucho la existencia humana. Unos curando, otros aliviando.

Afirmaciones categóricas como: «No hay que tratar la fiebre». Son simplificaciones absurdas. Ni hay que tratar una febrícula de 37,1 con buen estado general, ni hay que resignarse a un pésimo estado general o a fiebres altas mantenidas porque son un mecanismo de defensa del cuerpo. Ambas son opciones poco racionales en mi opinión.

Ni hay que dar medicación constantemente a un niño porque el moco no se le quita del todo (de hecho no se le va a quitar del todo), ni tiene sentido no darla cuando la mucosidad le impide seriamente alimentarse o descansar.

¿Porqué somos tan radicales? Más sentido común, más molestarse en diferenciar los casos y usar los medicamentos cuando significan una mejora significativa en la calidad de vida del paciente, individualizando su uso y revisando la indicación según evoluciona, aunque no curen…

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Grietas en el pezón

Grietas en el pezón durante la Lactancia Materna

¿Porqué salen las grietas en el pezón durante las primeras fases de la lactancia materna, cómo evitarlas y cómo curarlas?

En los primeros días o semanas de lactancia pueden aparecer las grietas. En la mayoría de los casos se debe a que el bebé no está consiguiendo agarrar bien el pezón y esto le lleva a hacer movimientos para tomarlo que no son efectivos y producen un rozamiento que no es normal.

En algunos casos pasa de una leve molestia y aparecen grietas que a veces acaban con la lactancia materna porque el dolor se hace insoportable.

¿Cuáles son las causas por las que salen las grietas con más frecuencia?

Las grietas aparecen con más facilidad si el niño no agarra bien el pecho. Y en eso hay 2 causas fundamentales:

1º Posición del niño respecto a la madre:

Conviene que lo coja con la mayor parte posible de la areola y que la postura del niño no le haga tirar del pezón para que no se le salga:

Su ombligo hacia tu cuerpo

y la cabeza hacia el pezón sin que tenga que girar ni doblar el cuello.

Lo ideal sería que el pezón esté dirigido hacia el paladar del niño.

Es decir que el niño tenga la cabeza con el cuello levemente extendido y que estén en una línea recta Pezón-Paladar-Coronilla del bebé.

2º No toma bien el pezón.

  • Cuando el pezón es muy plano a algún niño le cuesta orientarse sobre el lugar en que hacer el agarre. Pero en realidad para mamar el agarre debe hacerse sobre la areola, con lo que si la posición es adecuada, al introducirse en la boca, el pezón adopta su forma normal. Lo esencial es que el niño esté en una buena posición y abra bien la boca. El pezón evidentemente sí que orienta sobre la posición en la que el niño debe coger el pecho, y cuando está plano puede hacerlo desplazado hacia uno de los laterales o hacia arriba. El resultado es que succiona y ya desde el principio la toma resulta muy dolorosa. Si sigue haciéndolo, acaba apareciendo un «chupón» o una zona de roce. Y a partir de esta zona acaba formándose una grieta. Debes orientarte sobre si el agarre es bueno o no por el dolor que produce. Si al ponerle al pecho notas un dolor muy intenso desde el principio, mete el dedo para separarlo (como si quisieras despegar una ventosa) y ponlo otra vez, intentando que abra un poco más la boca y que su labio inferior busque el borde inferior de la areola. Si al cogerse de nuevo no duele tanto, es que esta vez lo ha hecho bien.
  • El frenillo lingual. Hay niños que no pueden tomar bien el pecho porque su lengua no puede moverse bien debido a un frenillo corto. Si la lengua no puede pegarse al paladar es que tiene un frenillo que le impide hacer la presión que extraería adecuadamente la leche. Cuando esto ocurre hace movimientos anómalos para intentar extraer la leche. Esos movimientos producen rozamiento y con frecuencia hacen un ruido de chasquido mientras el niño toma. Cuando esto ocurre debe valorarse la existencia de un frenillo y resolverlo lo antes posible.

Tratar las grietas cuando ya están

Como en cualquier problema, lo esencial es corregir la causa. Y en las grietas más que escoger una crema u otra lo importante es ver cual de las anteriores causas descritas es la causa y modificarla. Cuando lo hacemos, aún sin nada más las grietas mejoran poco a poco.

Para tratar las grietas a muchas mujeres se les dice que lo que mejor se las cura es un poco de su propia leche aplicada en la grieta tras la toma. No es recomendable. Esto puede generar sobreinfección.

Dejarlos al aire el mayor tiempo posible. Esto sirve para evitar la maceración y a muchas madres les va bien.

A veces, mientras corregimos los problemas y curan las grietas, son útiles las cremas le lanolina, vaselina o aceite de oliva directamente aplicado tras la toma o las pezoneras.

Si pueden evitarse las pezoneras es mejor dar el pecho directamente. Pero cuando de otro modo es casi imposible pueden usarse hasta que mejore la adaptación del bebé al pecho. Si las usamos porque hay grietas, una vez curadas es recomendable ofrecer el pecho sin pezonera lo antes posible.

Higiene del Pecho durante la Lactancia

En cuanto a higiene, no laves los pezones más que en la ducha y sin dedicarles una atención especial. El propio pecho produce secreciones para protegerse que eliminas si lo lavas demasiado.

¿Hongos en el pezón?

Hay veces que las grietas no acaban de quitarse pese a que el niño se coge bien.

En algunos de esos casos, además de las grietas de la madre, el bebé tiene manchas blancas en la cara interna de los labios, las mejillas, las encías y la lengua. Intenta retirarlas con suavidad. Si no se quitan, lo que tiene es Muguet (lo que en algunas zonas llaman «arrorre»). Una infección por hongos (candidiasis) muy frecuente en los lactantes.

Que un lactante tenga muguet no quiere decir que la madre tenga hongos en el pezón. Lo que sí suele ocurrir es que si el pezón tiene una infección bacteriana, por estreptococos o estafilococos, esas bacterias generen sustancias que favorecen el crecimiento de hongos en la boca del bebé. Lo que hace que coincidan infección bacteriana en la madre y por hongos en el bebé.

En estos casos el pezón puede verse enrojecido e irritado, y el dolor se hace más intenso durante la toma y después de ella.

La solución suele ser un tratamiento de Probióticos para la madre y un antifúngico oral para el bebé.

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Frenillo lingual corto y lactancia materna

¿Qué es el frenillo sublingual?

Bajo la lengua, tenemos en el centro como un tirante de mucosa. Decimos que tiene frenillo cuando ese tirante no permite que la lengua se mueva de forma normal.

El frenillo tiene poco riego de sangre y poca sensibilidad, por lo que puede cortarse sin muchos problemas.

Importancia del frenillo.

Para que un niño pueda tomar bien el pecho necesita que la lengua actúe en la toma.

No siempre supone un problema. Hay casos en los que a pesar de que nosotros apreciemos que el bebé tiene frenillo las tomas se hacen bien:

–       El niño gana peso y toma el pecho sin problemas.

–       La madre no tiene dolor al dar el pecho.

En esos casos el planteamiento de qué hacer con el frenillo depende de otras cuestiones menos inmediatas, como si la movilidad de la lengua está tan limitada que dificultará el habla en su momento.

Puede afectar también a otras cuestiones como la respiración oral, favoreciendo el síndrome le la lengua plana, en el que la escasa movilidad de la lengua hace que el niño respire con más facilidad por la boca en vez de hacerlo por la nariz. Eso lleva a deformidades de la boca y de los dientes.

Frenillo y lactancia materna.

Cuando el frenillo no permite que la lengua se mueva adecuadamente, al tomar el pecho, el niño hace movimientos de succión para compensar.

En la lactancia materna normal eso no ocurre, el niño saca la leche comprimiendo la areola, no succionando de ella. Cuando succiona, la toma se hace dolorosa para la madre y es más fácil que aparezcan las grietas.

Pueden aparecer los siguientes problemas:

–       El niño no gana peso suficiente. Aunque a veces el niño gana peso.

–       Come con ansiedad y las tomas son muy largas ya que no son efectivas.

–       Como le cuesta sacar la leche no suele vaciar por completo el pecho, lo que hace que tome la parte más rica en lactosa. En algunos niños aparecen los mismos síntomas que en la intolerancia a la lactosa: Dolor de barriga, gases abundantes, cacas verdes, culete irritado y más tendencia al reflujo.

–       En la madre aparecen las grietas y las ingurgitaciones mamarias (que pueden acabar en mastitis).

Diagnóstico del frenillo corto

Se valora la movilidad de la lengua del bebé. En especial 3 movimientos:

–       Elevación. La lengua puede tocar el paladar sin que se pliegue en su centro.

–       Extensión: En cuanto abrimos la boca del bebé tirando del mentón hacia abajo el niño extiende la lengua no dejando que veamos la encía inferior, sin que se deforme en su centro.

–       Lateral: Puede mover la lengua hacia una lado y hacia el otro sin que se deforme.

Tipos de frenillo corto.

Hay dos grupos: Anteriores y posteriores.

Frenillos cortos anteriores:Son evidentes, la lengua no es convexa hacia arriba, sino cóncava y al abrir la boca vemos bajo la lengua un frenillo llamativo. Se arreglan cortándolo (Frenotomía).

Frenillos cortos posteriores:Son menos evidentes. Pero la lengua es cóncava en su parte superior lo que le impide contactar bien con el paladar. Su intervención es más complicada (Z-Plastia).

tipos de frenillo lingual corto

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Vacuna de la hepatitis B en niños

 

La hepatitis B es una enfermedad que se transmite a través de la sangre o de relaciones sexuales y es prevenible con la vacunación.

La hepatitis B es una enfermedad causada por un virus que se transmite a través de sangre o relaciones sexuales. Produce una inflamación del hígado que varía de intensidad según el paciente. Hay muchas personas que son portadores de este virus sin saberlo y sin que afecte a su salud, pudiendo contagiarlo fundamentalmente por contacto con su sangre o por relaciones sexuales. Pero también, si una madre es portadora del virus, puede contagiar a su hijo en el parto.

La pauta para ponerla no es inamovible:

El calendario vacunal que se aplica en España a partir de 2014 incluye 3 dosis: nacimiento, 2 meses y 6 meses.

Cuando una madre es portadora se vacuna al niño al nacimiento, al mes y a los 6 meses de vida. Y al nacimiento se le administra también anticuerpos para protegerlo hasta que la vacuna empieza a actuar.

No debemos vacunar a un niño si está enfermo con una infección. Que acabe primero con la infección que tiene y ya le enseñaremos después a defenderse de las otras. Cuando eso ocurre, retrasamos la dosis hasta que mejora y las demás se retrasan en el mismo tiempo que ha sido necesario.

Si se hincha podemos poner frío los primeros días y dar un analgésico (Apiretal o Dalsy) al niño si duele mucho o tiene fiebre.

La vacuna que se usa en España no es capaz de causar la enfermedad. Antes de que se considerase erradicada la polio de España, se usaba una que se daba por boca, era más potente y podía causar en algunos niños una Poliomielitis.

No hay que dar apiretal ni ningún otro analgésico antes de las vacunas como prevención.

Tres dosis, nacimiento, 2 meses y 6 meses.

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Vacuna de la Poliomielitis en niños

Esta vacuna es uno de los mayores logros en medicina preventiva de la historia, junto a la de la viruela y el tétanos.

La poliomielitis es una enfermedad causada por un virus que ataca el sistema nervioso pudiendo producir la muerte o secuelas graves que reducen la movilidad del paciente de por vida.

En gran parte del mundo se considera ya una enfermedad erradicada. Pero quedan algunas zonas del mundo donde aún persiste precisamente porque no se ha conseguido vacunar adecuadamente a la población.

La pauta para ponerla no es inamovible:

El calendario vacunal que se aplica en España a partir de 2014 incluye 4 dosis: 2, 4, 6 y 18 meses.

No debemos vacunar a un niño si está enfermo con una infección. Que acabe primero con la infección que tiene y ya le enseñaremos después a defenderse de las otras. Cuando eso ocurre, retrasamos la dosis hasta que mejora y las demás se retrasan en el mismo tiempo que ha sido necesario.

Si se hincha podemos poner frío los primeros días y dar un analgésico (Apiretal o Dalsy) al niño si duele mucho o tiene fiebre.

La vacuna que se usa en España no es capaz de causar la enfermedad. Antes de que se considerase erradicada la polio de España, se usaba una que se daba por boca, era más potente y podía causar en algunos niños una Poliomielitis. Pero en los países en los que se considera erradicada la vacuna que usamos no contiene virus vivos y no es por tanto capaz de causar la enfermedad en ningún niño.

No hay que dar apiretal ni ningún otro analgésico antes de las vacunas como prevención.

Respecto a la imagen superior: Tenemos mala memoria. Hoy en día muchos padres se plantean no vacunar a sus hijos. Como si fuese una decisión sabia que puede salvarles de grandes males. La foto superior es de 1955. No hace tanto tiempo, ni un siglo. Es una unidad de atención a pacientes de polio en una epidemia. Decenas de pulmones de acero (hoy sustituidos por los respiradores artificiales) para conseguir que los pacientes no muriesen ahogados. Muchos de esos pacientes siguieron el resto de su vida dependiendo de esos pulmones artificiales. Hoy nos parece algo «irreal» gracias a la vacuna. Aún quedan muchos pacientes que en su día sobrevivieron pero perdiendo la capacidad de andar sin ayuda para el resto de sus vidas.

Y en otros países del mundo donde la Polio no está controlada, sigue ocurriendo.

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Vacuna de Difteria, Tétanos y Tosferina en niños

En una sola vacuna va la inmunización contra 3 gérmenes asesinos: Difteria, tétanos y tosferina.

Difteria: Producida por una bacteria, causa, entre otros síntomas, ardor en la garganta al pasar la comida, dificultad al respirar y shock. Puede ser mortal.

Tétanos: También causado por una bacteria, fue la primer vacuna de la historia, descubierta por Pateur. Supuso un gran avance en medicina preventiva. Esta infección puede causar la muerte, porque el germen produce una toxina que altera el movimiento de los músculos contrayéndolos, lo que entre otras cosas impide que el enfermo respire.

Tosferina: Otra bacteria. Especialmente en los niños más pequeños produce una tos persistente que llega a producir ahogo a los niños. Como consecuencia de ese ahogo pueden llegar a morir o quedar con secuelas cerebrales por la falta de oxígeno.

Sé que la descripción de las enfermedades contra las que esta vacuna protege parecería alarmante. Como si fuese mi intención incentivar la vacunación generando miedo. No es esa mi intención en absoluto. Pero es que estas enfermedades existen, han matado a millones de personas a lo largo de la historia y gracias a la vacunación no las sufrimos. Hasta el punto de que corremos el riesgo de olvidar que sin la vacunación volverán y frivolizar sobre el tema. Las vacunas tienen efectos secundarios. Debería trabajarse para reducirlos, pero sin duda alguna si un día dejamos de vacunar de verdad, no tardaríamos una generación en volver a usarlas. A no ser que descubramos una forma de defendernos de estas enfermedades mejor. Y hasta ahora, esa forma no existe.

La pauta para ponerla no es inamovible:

El calendario vacunal que se aplica en España a partir de 2014 incluye 6 dosis en la infancia: 2,4,6 y 18 meses. 6 y 14 años.

No debemos vacunar a un niño si está enfermo con una infección. Que acabe primero con la infección que tiene y ya le enseñaremos después a defenderse de las otras. Cuando eso ocurre, retrasamos la dosis hasta que mejora y las demás se retrasan en el mismo tiempo que ha sido necesario.

En cuanto a reacciones adversas de esta vacuna, lo más frecuente es que no pase nada o que se inflame un poco el lugar donde se pinchó. De hecho la vacuna del tetanos es la que con más frecuencia causa inflamación local.

Si se hincha podemos poner frío los primeros días y dar un analgésico (Apiretal o Dalsy) al niño si duele mucho o tiene fiebre.

En los niños con problemas neurológicos no se recomendaba administrar esta vacuna porque podía empeorar su cuadro, pero ya se usa la forma «acelular» de la vacuna, precisamente para evitar ese problema.

No hay que dar apiretal ni ningún otro analgésico antes de las vacunas como prevención.

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Vacuna triple vírica en niños: Sarampión, paperas y rubeola

Vacuna triple vírica, sarampión, rubeola, paperas.

La triple vírica (paperas, sarampión y rubeola) es la vacuna más polémica del calendario vacunal por el temor a efectos secundarios.

Esta vacuna protege contra tres virus:

Sarampión: Antes de la aparición de esta vacuna, en Estados Unidos (es donde hay estadísticas fiables) producia decenas de miles de muertes. En la actualidad no llegan a unas decenas. Es una de las enfermedades productoras de erupciones en la piel con fiebres altas, pero que además puede dar como decimos complicaciones graves y muertes.

Rubeola: Es otra enfermedad parecida al sarampión aunque más leve. Su inclusión en el calendario vacunal es más por los riesgos de malformaciones fetales que puede producir si afecta a una mujer embarazada.

Parotiditis: En niños produce una inflamación de las parótidas (glándulas que producen saliva a los lados de la boca). Pero en hombres adultos puede producir una inflamación de los testículos y esterilidad.

El mayor problema era que uno de sus componentes era una sal de mercurio (Thiomersal) que algunos relacionan con la aparición de problemas neurológicos en niños (como el autismo). En EEUU y la Unión Europea se ha eliminado de la composición de la vacuna, ya que se sabe que genera rechazo en muchos padres y al ser dosis individuales no es necesario usarlo como antiséptico.

Hace pocos años en Granada tuvimos un brote de sarampión en una zona en la que el porcentaje de niños no vacunados era más alto de lo normal. Y no estaban vacunados por elección de los padres.

La pauta para ponerla no es inamovible:

En el calendario vacunal unificado de España se pautan dos dosis: al año y a los 3-4 años.

No es por nada, pero puestos a hacer un calendario vacunal único, no les hubiese costado tanto poner una sola fecha. eso de 3-4 años es algo que va a generar confusión y que muchos niños acaben no poniéndose la segunda dosis.

No debemos vacunar a un niño si está enfermo con una infección. Que acabe primero con la infección que tiene y ya le enseñaremos después a defenderse de las otras. Cuando eso ocurre, retrasamos la dosis hasta que mejora y las demás se retrasan en el mismo tiempo que ha sido necesario.

En cuanto a reacciones adversas de esta vacuna, puede causar fiebre en torno a la segunda semana tras la vacunación y a veces aparecen los granitos típicos de rubeola o sarampión, pero leves. Lo más frecuente es que no pase nada o que se inflame un poco el lugar donde se pinchó.

Si se hincha podemos poner frío los primeros días y dar un analgésico (Apiretal o Dalsy) al niño si duele mucho o tiene fiebre.

No hay que dar apiretal ni ningún otro analgésico antes de las vacunas como prevención.

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Vacuna meningococo C en niños

Es una vacuna que ha reducido mucho la frecuencia de Meningitis en España y está incluida en calendario vacunal.

El Meningococo C era uno de los microbios que con más frecuencia causaban meningitis y sepsis antes de que se introdujese la vacuna en el calendario vacunal. Los otros gérmenes causantes de meningitis que tienen vacuna son el neumococo, el hemófilus tipo b y el meningococo B. Algunas de estas infecciones son potencialmente mortales. Desde su introducción en el calendario vacunal su frecuencia ha caido de forma muy importante.

Es por tanto una vacuna en la que la relación entre riesgo y beneficio es clara a favor de la salud de los niños. Y por tanto se la recomiendo a todos los padres, al igual que yo en su día se la puse a mi hijo.

La pauta para ponerla no es inamovible:

En el calendario vacunal unificado del Ministerio aparecen 3 dosis: A los 2 meses, 12 meses y 12 años.

No debemos vacunar a un niño si está enfermo con una infección. Que acabe primero con la infección que tiene y ya le enseñaremos después a defenderse de las otras. Cuando eso ocurre, retrasamos la dosis hasta que mejora. Como la separación entre las dosis es amplia, si se produce un retraso de una dosis en unas cuantas semanas, no afecta a las fechas en las que pondremos las otras dosis.

En cuanto a reacciones adversas de esta vacuna, lo más frecuente es que no pase nada o que se inflame un poco el lugar donde se pinchó.

Si se hincha podemos poner frío los primeros días y dar un analgésico (Apiretal o Dalsy) al niño si duele mucho o tiene fiebre.

No hay que dar apiretal ni ningún otro analgésico antes de las vacunas como prevención.

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La leche de vaca

Leche de vaca en la dieta infantil.

Leche de vaca y salud infantil. Mi opinión sobre las leyendas urbanas que la ensalzan y la hunden.

Cuando uno navega por internet y busca información sobre la leche de vaca, encuentra de todo:

  • Desde opiniones diciendo que es el alimento esencial de los niños durante su crecimiento. Y que podríamos vivir toda la vida sólo tomando leche de vaca.
  • Hasta otras que la consideran poco menos que el principal «culpable de los males de salud de la humanidad».

Como casi todo en esta vida, se tiende a exagerar en todas las direcciones:

Hay gente que dice que podemos alimentarnos sólo de leche. Y otros que una buena mañana descubren que puede generar problemas (lo que es cierto) y acaban construyendo toda una teoría de la conspiración en torno a la leche de vaca acusándola de cualquier cosa… Les falta decir que es un invento alienígena para dominarnos.

La Leche en la dieta de los niños

Los lactantes tienen como base de su alimentación la leche, hasta los 4-6 meses aproximadamente, de forma exclusiva. Pero a partir de esa edad y especialmente a partir del año, necesitan muchos micronutrientes que no están en la leche. A partir de los 4-6 años aproximadamente la mayoría de los seres humanos no necesitan ya tomar leche.

Hasta que apareció la ganadería no fuimos nunca consumidores de otra leche que la materna, y no más allá de estas edades.

Pero también es cierto que la especie humana ha cambiado mucho, y que hay alimentos que contribuyen a una longevidad mayor y unas mejores condiciones en esas edades avanzadas que nunca disfrutamos hasta ahora. Y que la ganadería, como la agricultura han logrado un bienestar que era impensable para nuestros ancestros.

Podemos entender por ejemplo que con una esperanza media de vida de 35 años la osteoporosis no era en absoluto algo que limitase la calidad de vida. Pero que con edades cercanas a los 100 o por encima en la actualidad sí lo son. Sin olvidar, claro está, que la leche es un alimento para crías y que si queremos sus beneficios fuera de esa edad, se acompañará de otros perjuicios que podemos reducir adaptándola a la edad del que la toma.

La leche es Esencial en los primeros años de vida

Durante los años en los que la lactancia es normal, la leche es esencial en la dieta de los niños. Y lo es porque en un alimento fácil de tomar y digerir aporta:

  • Cantidades suficientes y equilibradas de los macronutrientes: Hidratos de carbono, Grasas y Proteínas. En un equilibrio que no tiene ningún otro alimento.
  • Cantidades difíciles de cubrir con otros alimentos de micronutrientes esenciales: Calcio, Vitamina D y Vitaminas del grupo B y algunas grasas y proteínas importantes.

Necesitamos otras cosas que no están en la leche, pero eliminar este alimento de la dieta totalmente genera carencias difíciles de cubrir con otros.

Entendiendo esto, lo mejor es mantener la leche materna como alimento esencial.

Pero cuando no es posible debemos suplirla con los productos más similares que podamos. Y estos son otros lácteos animales, como la leche de vaca, cabra, oveja.

Sin embargo, hay diferencias importantes entre estas leches y la humana. Lo que justifica que las modifiquemos para hacerlas más parecidas al patrón oro: la materna.

Hay controversia sobre si hay que tomar leche para evitar la osteoporosis.

Hay muchas culturas en las que no se consume leche (entre otras cosas porque no son ganaderas o porque no la toleran más allá de la lactancia) y no por ello tienen tasas mayores de osteoporosis. Se puede vivir sin leche fuera de la lactancia.

Pero debemos entender que en esas culturas la base fundamental de su alimentación son fuentes ricas en calcio, como el arroz. Y que estas dietas tan basadas en un sólo producto tampoco están exentas de problemas. Por ejemplo en el Sudeste asiático el nivel de contaminación por arsénico del arroz no es nada despreciable. Esto son en realidad opciones culturales. Y en el mundo occidental la fuente de calcio fundamental durante milenios ha sido la leche.

Las leches especiales para niños. No dar leche de vaca entera antes de los 18 meses.

La introducción de la leche se hace con precauciones. Y es así porque a un porcentaje no despreciable de gente no les sienta bien. Sea por intolerancias (no pueden digerirla bien) o alergias (su sistema defensivo reconoce a algunas proteínas de la leche como extrañas y se defiende contra ellas). Ese es el motivo por el cual, en aquellos niños que no pueden tomar leche materna (la idónea para el ser humano), se sustituye por otras leches adaptadas.

Como ninguna leche natural que no sea la humana es adecuada para alimentar a los lactantes la adaptamos artificialmente. Como materia prima se usa la de vaca simplemente porque es la más accesible. Pero podría hacerse igualmente a partir de otras leches animales (las hay).

La edad en la que un niño puede tomar leche de vaca sin problemas varía. Algunos no lo podrán hacer nunca por intolerancias o alergias. Otros pueden hacerlo sin probolemas importantes con menos de un año. No se puede definir una edad. Lo adecuado a mi parecer, si queremos que nuestro hijo tome leche de vaca, es introducirla gradualmente. Y serían necesarios más pasos (tipos de lacteos más especiales) cuanto antes se haga esa introducción.

Pero mi experiencia me dice que la mayoría de los niños que no han tenido problemas con la leche antes, son capaces de tomar leche entera sin problemas a partir del año o año y medio aproximadamente.

Cuando hablamos de leches adaptadas por encima del año hay un problema. Y es que se mete todo en el mismo saco. Habiendo productos en los que los beneficios que aporta no compensan los riesgos que les acompañan.

Os concreto esto: Hay leches que aportan Hierro, Omega 3, Fibra… Cosas que cuando estudiamos a la población infantil general vemos que es difícil que alcancen con la dieta real que toman. Estas modificaciones son positivas. Como también lo es que reduzcamos la carga de proteínas de la leche de vaca normal. Porque es excesiva para los niños y puede favorecer el problema nutricional por excelencia: Obesidad.

Las leches que claramente son un problema son aquellas que añaden una cantidad injustificada de azúcar. Ya que incrementan el riesgo de esa Obesidad que he comentado. En este sentido me alegra ver que hay empresas lácteas que están haciendo un esfuerzo claro en eliminar este azúcar añadido. O que cada vez dejan más clara la diferencia entre un alimento funcional y uno de placer.

Aclaro esta diferencia: A mí me preocupa el exceso de azúcar que consumimos. Pero lo hacemos porque es placentero. ¿Puede un niño tomarse un trozo de tarta en su cumpleaños? Claro. Y eso no va a dañar su salud. Pasa lo mismo si de vez en cuando toma un batido de chocolate.

Son excepciones que nuestro cuerpo puede gestionar sin problema.

Pero si introducimos ese azúcar en uno de sus alimentos clave, como es la leche que toma a diario hablamos de otra cosa.

Toca por tanto informarse para entender cuales son las marcas que están haciéndolo bien y cuáles no.

Hay una leyenda urbana que dice que la leche provoca mocos en los niños.

Esto es un poco absurdo en niños que no tengan alergia a las proteínas de la leche de vaca.

Si los mocos de los niños fuesen por la leche los tendrían igual en invierno que en verano. Y no es así.

En niños alérgicos a las proteínas de la leche de vaca si es cierto que retirar la leche mejora las patologías respiratorias crónicas. Y que tener una analítica que no muestra alergia no excluye que el niño mejore al retirar la leche en algunos casos. Pero por desgracia no es tan simple y en la mayoría de los niños no influye.

Flora intestinal y alergias. Cómo conservar una flora adecuada que evite las alergias.

Se dice que la leche contiene bacterias, sangre animal, hormonas, antibióticos…

Separemos: La sangre animal está en la carne y el pescado en una proporción mucho mayor. Y la leche de hecho es en parte un filtrado de la sangre. Esto no es un problema en sí mismo.

Hormonas, antibióticos y antifúngicos están de forma natural en todo lo que comemos. Lo que no es justificable es que esté en proporciones artificiales. Y esto está regulado y controlado por ley. Cuando una vaca tiene problemas que deban tratarse su leche no puede ser usada para consumo humano y se elimina.

Y todos los alimentos contienen bacterias. Hasta el aire y el agua los contienen…

De hecho esas bacterias son necesarias para formar una flora intestinal sana que colabore con nosotros. Y la que recibimos en los lácteos, en ese aspecto, es de las mejores.

También aquí hay diferencias. Una cosa son las bacterias patógenas y otra las que pueden y deben formar parte de nuestra flora y resultan beneficiosas.

Cuando se envasa leche en España, por ley debe ser procesada para evitar posibles bacterias patógenas. Para eso se somete a altas temperaturas. Una vez abierto el envase se empiezan a crecer bacterias que se alimentan de la leche. Pero son Bacterias beneficiosas en nuestra flora intestinal como los Lactobacilos. Mientras se consuma en las fechas que se recomienda en el envase no hay riesgo de infección por gérmenes perjudiciales.

¿Hay contaminantes en la Leche de Vaca?

Respecto a la contaminación. Mira tu ciudad de lejos, y si tras ver la nube marrón que la cubre no te preocupas de la contaminación es que eres un inconsciente. Debemos preocuparnos de la contaminación y tomar medidas para corregirlas. Pero la leche no es la vía por la que estamos recibiendo esos contaminantes de forma significativa. La principal es el aire.

Se asocia a muchas enfermedades y alergias.

Es cierto que la alergia a la leche de vaca es una de las más frecuentes y puede asociarse en algunos casos a dermatitis, bronquitis… Pero la clave no está en eliminar la leche, sino en diagnosticar adecuadamente y tratar a quienes muestran estos problemas.

Una de las razones que está haciendo aumentar la alergia a la leche de vaca es precisamente la introducción tardía de ésta. Os recomiendo que leáis mi artículo: Por qué las alergias alimentarias son cada vez más frecuentes.

Evitar los lácteos de vaca durante los primeros meses de vida, puede incrementar la frecuencia de alergias a la leche.

Hay quien piensa que es mejor dar a los niños leches vegetales (soja, arroz, almendras, avena o coco…) que leche de vaca

La leche de soja, de arroz, almendras, avena o coco son aguas blancas con calcio y algunas otras coincidencias con la leche animal.

Pero como alimento similar a la leche humana o sustitutivo de la misma son de risa:

– Tienen un alto contenido en azúcar.

– Pero sobre todo, no tienen unas grasas y proteínas de alta calidad que los niños necesitan, ni más ni menos, que para formar su cerebro.

En niños menores de 4-6 años (más o menos lo que dura la lactancia de forma natural), no recomiendo sustituir la leche humana (es lo mejor). Pero si no puede tomarla, el sustituto adecuado no es una leche vegetal, sino una animal como la de vaca o cabra. La que mejor se tolere en cada caso.

¿La leche estriñe?

Si se toman lácteos en exceso sí. Los minerales que no necesita nuestro organismo, no los absorbe y quedan en la caca endureciéndola. Pero alcanzar este exceso es complicado con leche. Más fácil si se toman lácteos concentrados como el yogur.

Otro factor que afecta al estreñimiento es la grasa. El ácido palmítico de la leche de vaca es más difícil de digerir que el de la leche materna porque es una molécula diferente. Si el niño aún no puede digerir bien esa variante puede generar estreñimiento porque la grasa se combina con el calcio generando jabones que precipitan endureciendo la caca.

En este sentido puede adaptarse la leche reduciendo su carga de esta grasa y mejora el estreñimiento.

¿La leche da diarrea?

En las personas que no la digieren bien sí. En la mayoría de los caucásicos no. En la mayoría de las demás razas salvo alguna excepción, por encima de los 3-4 años sí puede generar diarrea, ardores y gases, por intolerancia a la lactosa.

En resumen:

  1. La leche es esencial en la alimentación de los niños en los primeros años de vida.
  2. La mejor es la leche materna.
  3. Cuando esta opción no está disponible debe sustituirse con un alimento lo más similar posible.
  4. En esta sustitución la leche animal supera claramente a las vegetales.
  5. Pero es recomendable hacer una introducción teniendo en cuenta la edad del niño para hacer modificaciones que son importantes.

 

Para mí, la leche de vaca es un alimento importante en nuestra cultura, que casi todos los niños acaban incorporando a su dieta.

La clave está en que ocupe el lugar que le corresponde en una dieta equilibrada y busquemos aquellas formas de dar leche a nuestros hijos que aportan ventajas claras para su salud.

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Masajes para el bebé con cólicos del lactante

Masajes para el cólico del lactante

La Fisioterapeuta Lorena Gutiérrez Fernández, autora de FisioByM.com nos explica cómo dar masajes a los bebés con cólico del lactante.

Los cólicos del lactante son, sin duda, uno de los procesos más temidos por padres y madres de bebés desde su nacimiento. Lo más frecuente es que aparezcan en los primeros meses de vida del bebé, disminuyendo la probabilidad de padecerlos a partir de los 4 meses. Se caracterizan por el llanto intenso e inconsolable del bebé sobre todo a última hora del día y, diría yo también, por la impotencia y frustración de sus padres al no saber cómo consolarle.

Para entender el cólico del lactante lo primero que necesitamos es una dosis de asertividad, es decir, pongámonos en la piel de nuestros bebés. Los adultos sabemos lo difícil que es definir un dolor. Cualquier sensación subjetiva es muy personal, y el ponerle adjetivos puede ser una tarea ardua. Si nos han preguntado alguna vez “en una escala del 1 al 10, puntúa tu dolor” o “¿qué tipo de dolor sientes?: punzante, quemante, etc.”, sabremos lo difícil que es puntuar o describir una sensación dolorosa. Como Fisioterapeuta, estoy muy familiarizada con el dolor (ajeno en este caso) y con la dificultad que supone para el paciente definir algo tan personal como es el dolor, y para mí llegar a entender lo que la otra persona está sintiendo.

Volvamos a nuestros bebés, y pongámonos en el lugar de un ser que acaba de llegar al mundo (hace días o semanas), con un sistema digestivo inmaduro y que se ve expuesto a una cantidad de estímulos que a veces no es capaz de asimilar. Imaginemos por un momento que sentimos un dolor de tripa intenso, al final del día que es cuando más cansados estamos, y que no pudiésemos comunicar lo que nos está pasando con palabras. ¿Qué haríamos para comunicarnos?: ¡llorar!. Y si a nuestro alrededor percibo que cuando más lloro y más me duele, se genera más nerviosismo y ansiedad ¡llorar aún más!. Lógicamente, un papá o mamá que ve a su bebé llorar no puede quedar impasible, pero sí observar su reacción y tratar de mantener la calma sabiendo que su bebé se está sano y lo que le está pasando es una etapa más de su maduración.

Como papás nos preguntaremos “¿y podemos hacer algo para ayudarle?”. La respuesta es “¡claro que podemos!”. Cómo os decía más arriba, lo primero es la asertividad, ponernos en la piel de nuestro bebé, y trasmitirles que estamos ahí y que les vamos a ayudar. El masaje nos puede ayudar tanto desde el punto de vista físico como desde el punto de vista emocional. Ayudará a nuestros bebés a relajarse, a sentirnos cerca y estar menos irritables. Pero no sólo tiene beneficios para nuestro bebé, sino que también nosotros disfrutaremos de sentir la calidez de nuestros pequeños. Y por supuesto, será muy reconfortante saber que está en nuestras manos poder ayudarle. Mi recomendación personal y profesional es acudir a cursos o talleres específicos de Masaje Infantil, donde un profesional pueda enseñarnos toda la rutina de masaje para todo el cuerpo, no sólo la del abdomen.

El masaje siempre deber realizarse en un momento del día en el que el bebé esté tranquilo (nunca en plena crisis). Siempre empezamos por la maniobra llamada “manos que reposan”, que consiste en simplemente (o no tan simplemente) en colocar nuestras manos sobre el abdomen de nuestro bebé. Muy probablemente, si el bebé ha padecido cólicos recientemente, rechace el contacto o flexione brazos y piernas manifestando su incomodidad. Debemos ser receptivos y saber que el bebé necesita tiempo para relajarse y entender que le vamos a ayudar. Puede ser que durante varios días sólo podamos poner las manos sobre su abdomen y nada más.

El masaje realizado por los papás es un perfecto complemento para el tratamiento de Fisioterapia u Osteopatía que haga el profesional. Los bebés tienen una gran capacidad de recuperación, por lo que suele ser suficiente con 2-3 sesiones de tratamiento. En estas sesiones se identifican las zonas que están en tensión y se aplican maniobras específicas para relajarlas. El terapeuta nos indicará en qué puntos debemos incidir a lo largo de la semana para seguir ayudando a nuestro bebé.

Además del masaje, tenemos más recursos para que nuestro bebé nos sienta cerca, minimizando su estrés o sobrestimulación. El portear a nuestro bebé, en un portabebé ergonómico que respete la posición fisiológica del bebé y reparta el peso adecuadamente en nuestra espalda. De hecho, hay estudios que demuestran los beneficios del piel con piel, y por otra parte se ha sugerido que los bebés porteados sufren menos cólicos del lactante ya que la posición vertical favorece la expulsión de gases, y el calor que les trasmitimos con nuestro cuerpo les calma a nivel digestivo. Al igual que con el masaje, hay que ser observadores y buscar el momento más adecuado ya que, si nunca hemos porteado a nuestro bebé, tendremos que empezar progresivamente y siempre fuera de las crisis de llanto-dolor.