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Caca verde en niños y bebés

Caca Verde: ¿Sabes el motivo de que tu hijo la haga de este color? ¿Cuándo es normal y cuándo puede ser signo de problemas? Te lo explico claramente.

El color de la caca puede cambiar cuando lo hacen las bacterias que forman parte de la flora intestinal del bebé. Podemos ver colores muy variados: Desde el verde al mostaza, el amarillo o el marrón.

El color y la consistencia pueden variar. Pero no es raro ver una caca verde en los bebés. La mayoría de las veces no es signo de que haya un problema.

La primera cuestión es diferenciar la caca verde con y sin diarrea. Explico cómo diferenciar la diarrea en un lactante de lo que no lo es en este «Peketip».

Peketip 2 Diarrea o no diarrea

Deposiciones verdes sin diarrea

En algunas ocasiones la caca del bebé puede tener color verde, sin que sea diarrea.

Es fácil de entender. Cuando un bebé nace, el color del popó es negro verdoso. Se debe a la bilis, que es de ese color. Si mezclamos eso con el blanco de la leche, sale una caca verde más clara. Pero la mayoría de las veces no vemos ese color. Pasa directamente del negro verdoso a un amarillo con grumos blancos.

La razón es que en cuanto el bebé sale a este mundo, empiezan a entrar bichitos por su boca, que van a colonizar su intestino. La mayoría de esos gérmenes digieren la bilis, transformándola en urobilinógeno (amarilla) o coprobilinógeno (marrón), dando su color habitual al popó. Pero en algunas ocasiones hay cambios en esa flora, y los bichos que hay, no digieren la bilis, saliendo de su color original: Caca verde, sin que sea diarrea.

Esto es bastante frecuente en las primeras fases de introducción de la alimentación, o durante la dentición.

Cuando esto ocurre sin diarrea, pero con molestias en el bebé, puede ayudar si damos probióticos (Lactobacilos) al bebé. Nos indicaría que la flora nueva no es buena, pudiendo generar más gases o irritar más el culete.

Caca verde en bebé sin diarrea
Esta caca es verde, pero tiene una consistencia normal. No es diarrea. Simplemente la bilis no ha sido digerida.

Cacas de color verde en bebés por cambios en la alimentación

Cuando un bebe toma una alimentación todos los días, como ocurre al principio con la leche, los gérmenes que hay en su intestino son aquellos que están mejor adaptados a la composición de esa leche. Si un bebé por ejemplo toma leche artificial y la cambiamos de marca, cambiará su flora intestinal. Las pequeñas diferencias de composición de la leche harán que unos gérmenes mueran al perder aquello de lo que se alimentaban. Al tiempo que otros que no tenían recursos los encuentre y crezcan.

Es como si cada vez que cambiamos la alimentación abriésemos las puertas y aceptásemos bichitos nuevos. El problema es que a veces serán buenos y otras no tanto. Por eso yo aconsejo que no cambies de leche sin motivo. Sea la que sea, si le sienta bien, no cambies. Si mantenemos la misma durante tiempo hacemos que la flora intestinal que no está dando problemas se asiente más firmemente.

No te extrañes porque cambie el color de la caca al hacer estos cambios. Es lo normal. Sea cual sea el color, incluso si la caca es verde, no hagas nada si el bebé no tiene molestias. Si al cambiar el color aparecen más gases, dolor de barriga o irritación de la piel en torno al ano entonces es que los bichitos nuevos no son buenos. En este caso puedes dar un probiótico para introducir gérmenes buenos que les hagan la competencia. Y si este cambio ha coincidido con un cambio de leche, vuelve a la que tomaba antes.

Cambios del color, consistencia y acidez de la caca con la dentición

Empezaré aclarando un pequeño detalle. Todos los bebés por encima de los 2 meses suelen meterse con frecuencia las manos en la boca, sin que tengan dientes a punto de salir. Simplemente es una forma de entretenerse. Busca estímulos, y algo que les entretiene mucho es meterse cosas en la boca para explorar. Lo que tienen más a mano: Las manos.

Pero es verdad que cuando los dientes están abriendo camino para salir, molestan. Entonces el bebé se mete las manos o cualquier otro objeto que pueda morder con mucha más frecuencia. Tanto las manos como esos objetos tienen gérmenes en su superficie. Gérmenes que van entrando hacia el intestino. Algunos no pueden vivir ahí. Pero otros sí. Cuando alguno de esos gérmenes se hace un hueco importante puede cambiar las características de la caca en color, consistencia o acidez. El resultado puede causar molestias o no. Si no las causa no haremos nada. Si aparecen molestias podremos tirar de nuestro amigo el probiótico.

No te agobies con la limpieza para evitar la entrada de gérmenes. Un exceso de higiene es contraproducente.

Caca verde con diarrea

En otros casos el bebé o el niño pueden hacer heces vedes y además con diarrea.

Recapitulamos lo que era diarrea:

Muchas veces, mucha cantidad, líquida, con dolor de barriga, come peor y con irritación de la piel al salir.

La causa en estas ocasiones es, que con la diarrea, se acelera tanto el paso por el intestino, que no da tiempo a que la bilis se transforme, con lo que la caca del bebé conserva su color verde.

Esto es muy frecuente, por ejemplo, en las diarreas del lactante producidas por Rotavirus.

Puede aparecer también cuando un niño tiene intolerancia a algún alimento. El más frecuente en causar esto es la Lactosa.

La intolerancia a la lactosa aparece en forma de: Diarrea ácida verdosa.

caca verde en bebé
A diferencia de la anterior esta es una caca verde muy líquida. Si va acompañada de irritación de la piel alrededor del ano es una diarrea. En este caso es verde porque el paso por el intestino ha sido tan rápido que no ha dado tiempo a digerirse la bilis.

Las cacas verdes del bebé pueden desencadenarse a partir de:

  • Cuando pasamos de lactancia materna a artificial en un bebé que no produce cantidad suficiente de lactasa. La lactasa es el enzima que usa nuestro intestino para digerir la lactosa. Algunos bebés producen poca lactasa y eso hace que no puedan digerir la Lactosa. Entonces los gérmenes del intestino la aprovechan, la fermentan y producen ácido láctico. Éste irrita la pared del intestino haciendo que se mueva más de lo normal. Aparece así la diarrea ácida.
  • Puede pasar también en bebés que toman leche materna si no se les deja vaciar el pecho por completo. Por ejemplo cuando se da el pecho y en todas las tomas después se saca con un sacaleches para hacer un banco de leche. Al hacer esto el bebé toma directamente la primera parte de la tetada que es rica en lactosa y se almacena la segunda parte que es rica en proteínas (entre las que está la lactasa) y grasas. O si hay alguna molestia que les impide hacer las tomas completas. Cuando esto ocurre la lactasa que el pecho contiene, y que está concentrada en la parte final de la tetada no sale. El bebé toma una leche muy rica en lactosa, pero sin la lactasa que le ayude a digerirla. Si el bebé en esto casos no tiene lactasa suficiente producida en su intestino aparecen los síntomas de intolerancia a la lactosa.
  • A veces un bebé que digería bien la lactosa pierde esa capacidad de hacerlo. Las causas más frecuentes son:
    • Otra intolerancia o alergia digestiva que dañe la mucosa e impida la regeneración de la pared del intestino. Con lo que pierde la capa superficial, donde están las células que que fabrican la lactasa.
    • Una infección que ataque la pared del intestino y destruya la capa superficial donde se produce la lactasa.
    • Una falta de hierro, necesario para regenerar la pared del intestino. Cuando los bebés van creciendo agotan el hierro que recibieron durante el embarazo. Su alimento esencial, la leche, aporta poco de este mineral. Y con el paso de los meses muchos bebés tienen una carencia. Una de las cosas en las que se nota es en la dificultad para regenerar la pared del intestino y con ella pueden aparecer algunas intolerancias. Estas intolerancias se corrigen dando al bebé un suplemento de hierro.

Puedes ver como tratarlo en el tema de la diarrea.

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Cómo saber si mi hijo tiene Intolerancia a la lactosa

Intolerancia a la Lactosa: Comprende fácilmente en qué consiste este problema para digerir el azúcar de la leche y cómo puede resolverse en tu bebé.

¿Qué es la Intolerancia a la Lactosa?

Es la incapacidad para digerir la Lactosa.

¿Qué es la Lactosa?

La lactosa es el azúcar de la leche. Es lo que llamamos un disacárido. Es decir, que su molécula está formada en realidad por dos azúcares unidos: Una molécula de glucosa y otra de galactosa.

El intestino no puede absorber la molécula completa. Debemos partirla para que puedan entrar por separado glucosa y galactosa.

¿Qué es la Lactasa?

El encargado de romper la lactosa para que pueda ser asimilada es un enzima llamado Lactasa. 

Es algo que todas las crías de mamíferos deben tener capacidad de producir en su intestino.

Cuando no se produce suficiente Lactasa y tomamos Lactosa, aparece la intolerancia. 

En realidad la intolerancia a la Lactosa es la norma y no la excepción. Pero depende de la Genética.

En condiciones normales, llegada cierta edad, los mamíferos pierden la capacidad de producir lactasa. Esa edad en los seres humanos estaba entre los dos y los seis años.

Antes de que existiese la ganadería, los niños dejaban de consumir leche en ese rango de edad y por tanto dejaba de tener sentido la presencia de ese enzima en el intestino. La capacidad de seguir produciendo Lactasa tras la edad natural de lactancia es algo que apareció hace unos 10.000 años en las zonas donde los humanos realizaban ganadería de especies cuya leche era rica en lactosa. Por eso en las zonas de tradicional ganadería de vaca, como el norte de Europa o algunas razas ganaderas de vaca en África la intolerancia a la lactosa es algo muy raro. 

Sin embargo, la intolerancia a la lactosa es uno de los trastornos alimentarios más frecuentes, fuera de las zonas tradicionalmente ganaderas de vaca. En la zona mediterránea de Europa, donde está España, la leche consumida tradicionalmente fue de cabra y oveja, dos especies que liberan lactasa en su leche, por lo que aunque la persona no produzca lactasa suelen ser bien toleradas. Por eso en esta zona la intolerancia a la Lactosa puede llegar al 20-25 %. De hecho, yo mismo soy intolerante a la lactosa.

Hay razas en las que es raro y otras en las que es casi la norma.

Es casi normal por encima de los 4-6 años. Pero a veces ocurre incluso en bebés.

Si quieres saber si tú o tu bebé tenéis estos genes que predisponen a la intolerancia a la lactosa junto a otros muchos de otras patologías tienes a tu disposición análisis genéticos.

Síntomas de la Intolerancia a la Lactosa

Cuando alguien pierde la capacidad de digerir la lactosa y la toma aparecen una serie de reacciones poco agradables:

       Al no poder absorber la lactosa esta queda en el intestino sirviendo para que demasiadas bacterias se alimenten. Aumenta su número, lo que produce irritación en el intestino. Es lo que llamamos una Disbacteriosis.

       Estas bacterias fermentan la lactosa produciendo muchos gases. Lo que da a su vez más dolor abdominal.

       La fermentación de la lactosa produce ácido láctico, que vuelve las heces más irritantes al salir.

       Acaba produciendo una diarrea verdosa con dolor intenso e irritación de la piel en torno al ano.

Nada agradable. Cuando los mamíferos dejan de producir lactasa acaban rechazando la leche porque les sienta fatal.

Hace miles de años algunos seres humanos sufrieron mutaciones que les hicieron que siguieran produciendo lactasa más allá de la edad normal. En las razas ganaderas esto era una ventaja y la mutación fue extendiéndose hasta ser mayoría los adultos que toleran la lactosa en esas civilizaciones ganaderas.

Intolerancia a la Lactosa y Cólico del Lactante

Esta intolerancia es uno de los problemas que puede originar Cólico del Lactante en algunos bebés. Si deseas conocer los demás te recomiendo que visites nuestro Proyecto «Bebé sin Cólico».

Intolerancia Secundaria a la Lactosa

No todas las intolerancias a la lactosa son genéticas y definitivas.

La Lactasa se produce en la parte más superficial de la mucosa del intestino.

Si esta zona se pierde, la capacidad de digerir la lactosa puede alterarse de forma temporal. Cuando la pared intestinal se regenera recuperamos esa capacidad.

Las causas que con más frecuencia pueden llevar a una Intolerancia Secundaria a la Lactosa son:

  • Una infección del intestino. Cuando una gastroenteritis produce una diarrea intensa puede deteriorar la pared intestinal tanto que nos volvamos intolerantes a la lactosa. Una vez que incluso la infección ha cedido, la diarrea puede seguir porque si tomamos leche esta no pueda ser digerida y la intolerancia haga un círculo vicioso: Intolerancia-diarrea-intolerancia…
  • Otra intolerancia o alergia alimentaria. Cualquier intolerancia o alergia que afecte al intestino puede hacer que se pierda la capacidad de digerir la lactosa. Ya que al inflamar la pared puede causar que la zona donde se produce lactasa se pierda. Debemos sospechar que esto ocurre cuando tras retirar la lactosa hay una mejoría, pero sólo parcial. Suele significar que hay otro problema de base que no hemos resuelto.
  • Falta de hierro. Muchos bebés en torno a los 4-6 meses presentan una carencia de hierro. El hierro es necesario para regenerar la pared del intestino. Cuando éste falta podemos tener dificultades para que la zona más superficial, donde se produce la Lactasa se regenere adecuadamente. Puede aparecer una Intolerancia que mejora no eliminando la lactosa, sino aportando un suplemento de hierro.
  • Alteraciones de la Flora Intestinal. Ciertos gérmenes, como la Cándida Albicans pueden asentar en nuestro intestino y producen sustancias que irritan y dificultan el bienestar de la mucosa intestinal. Como consecuencia podemos desarrollar una intolerancia secundaria. Esto es fácil que ocurra tras una gastroenteritis agresiva, en la que la Flora intestinal se ha dañado mucho o tras tomar antibióticos, ya que los antibióticos eliminan la mayoría de los gérmenes del intestino, pero no a la Candida que es un hongo y resiste al efecto del antibiótico.

Si tienes alguna duda puedo resolvértela por WhatsApp en menos de 24 horas.

Qué hacer si sospechas que tu hijo tiene intolerancia a la lactosa

Depende de la edad y de qué se alimenta:

Lactancia Materna exclusiva.

En los niños que toman lactancia materna exclusiva sólo puede haber signos de intolerancia a la lactosa si el pecho se vacía mal.

En la leche que sale al principio hay mucha lactosa y poca lactasa.

Por lo que si se interrumpen las tomas, habitualmente por una indicación errónea de que la toma de cada pecho debe tener una duración limitada, puede haber una carencia de lactasa.

La solución es dejar que vacíe cada pecho hasta que no quiera más.

Cuando toma ya Lactancia artificial o Leche de vaca entera

Si toma leche artificial, ésta tiene lactosa. Pero no Lactasa.

Si el niño no la produce aparece la Intolerancia a la Lactosa.

La solución es darle una leche sin lactosa adecuada para su edad:

– Leche adaptada de inicio sin lactosa en los 6 primeros meses de vida.

– Leche adaptada de continuación sin lactosa entre los 6 meses y el año de vida.

– Leche entera de vaca sin lactosa por encima del año de vida.

Puede tomar yogur normal o queso normal. Debe evitar aquellos con lactosa añadida tras acabar la fermentación.

Además de retirar la Lactosa es importante…

Cuando retiramos la lactosa, si hay una clara mejora de los síntomas es que el niño tenía intolerancia a la lactosa.

Pero muchas de estas intolerancias son transitorias.

Por eso, yo recomiendo durante la fase sin lactosa (unas 2 semanas) ofrecer al niño:

– Un suplemento de hierro. Es necesario para reparar la pared del intestino.

Probióticos: Cuando eliminamos el recurso extra de lactosa que está manteniendo a una población excesiva e inadecuada de gérmenes en el intestino, debemos restablecer el equilibrio de la flora intestinal. Debemos añadir dos tipos de probióticos diferentes:

– Levaduras.

– Bifidobacterias y Lactobacilos.

Tras esas dos semanas sin lactosa y tomando hierro y probióticos, la mayoría de las intolerancias transitorias a la lactosa se han corregido y al reintroducir la lactosa ya es bien tolerada.

Estas intolerancias transitorias son más frecuentes en algunas personas. Por lo que siempre que veamos aparecer los síntomas típicos (diarrea ácida con gases y dolor abdominal) podemos repetir esta pauta para recuperar la tolerancia.

Intolerancia a la lactosa en niños y bebés

Diagnóstico de la intolerancia a la Lactosa.

La intolerancia a la lactosa, tanto si es definitiva como en las transitorias tiene una base genética que puede estudiarse mediante análisis.

Hay también analíticas como el test del hidrógeno espirado que pueden decirnos si en este momento el niño digiere o no la lactosa. Pero no diferencia entre la intolerancia transitoria y la definitiva.

También podemos retirar y reintroducir la lactosa cada vez que el niño tiene síntomas sugerentes (gases, ardores, diarrea ácida…).

Hay muchos casos en los que niños que han sufrido intolerancia transitoria tienen una limitación en su dieta que era innecesaria. Otros en los que arrastran los síntomas durante años, porque son leves o moderados, pero empeoran la calidad de vida del niño.

Lo único capaz de darnos un diagnóstico definitivo que nos dice si el bebé debe o no eliminar la lactosa de su dieta de forma definitiva es el test genético. Estamos en el siglo XXI y este recurso está disponible.

Por tanto, si tu hijo tiene síntomas sugerentes de intolerancia a la lactosa te recomiendo que pruebes a retirarla de su dieta. Si mejora claramente es que en este momento tiene esa intolerancia, puedes intentar recuperar la tolerancia con un suplemento de hierro y probióticos durante las dos semanas de dieta sin lactosa. Pero si quieres una respuesta definitiva sobre si la lactosa puede estar en su dieta sin problema o debes retirarla de por vida, la genética puede dártela.

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Calendario Vacunal 2020 en España

Recomendaciones de vacunación en España de la Asociación Española de Pediatría en 2019

El Calendario Vacunal 2020 es el aplicable en toda España a los nacidos a partir del 1 de Enero de 2020. Te lo explicamos con sus novedades.

El Calendario Vacunal 2020 es común a todas las comunidades autónomas

Hace ya unos años que se llegó al acuerdo de que los calendarios vacunales de las distintas comunidades autónomas fuesen similares en toda España. Esto fue un paso importante ya que hasta entonces cada Comunidad establecía un calendario según sus propios criterios. Esta unificación facilita el cumplimiento especialmente en aquellos pacientes que se desplazan con frecuencia. Ya que antes de esta unificación era un poco desquiciante.

De hecho este calendario es ya muy similar en la mayoría de países desarrollados. Ya que el consenso científico es ya global.

Los cambios más llamativos para los nacidos a partir del 1 de Enero de 2019 en el Calendario Vacunal:

Este año no hay muchos cambios. Para los que no se enterasen en los años previos:

  • Aparece una vacuna nueva ya incluida en calendario con el Nombre de MenACWY. Es la vacuna del Meningococo para 4 serotipos diferentes: A, C, W, Y. Esta vacuna se comercializa en España con el nombre de Nimenrix y el objetivo es sustituir a una que ya estaba en el calendario y cubría sólo contra el Meningococo C. Al no tratarse de una vacuna más a añadir, sino de una más completa que sustituye a una ya incluida, es fácil que la sustitución se vaya haciendo en poco tiempo en todas las Comunidades Autónomas. Muchas comunidades la han incorporado ya a los 12 meses y 12 años.

En la práctica y reduciendo, a un niño normal le corresponden vacunas a los:

2 meses, 4 meses, 11 meses, 12 meses, 15 meses, 3 años, 6 años, 12 años y 14 años.

Basta con que acudas al Centro de Salud más cercano a casa y pidas cita para que lo vacunen. El personal sanitario encargado del programa de vacunación sabrá qué corresponde ponerle en cada una de esas edades. No te preocupes por eso.

El Calendario Vacunal 2020 es gratuito para todos los niños que residen en España. Da igual si tu cobertura sanitaria es Pública o te la da un Seguro Privado.

Estas vacunas no pueden ser compradas por particulares. Se distribuyen gratuitamente y en exclusiva por las Consejerías de Salud.

Sólo quedan fuera del Calendario Vacunal 2020 tres vacunas que puedes poner a tu hijo:

Pulsa sobre el enlace de cada una y te llevará a un artículo específico en el que te hablo de ellas si deseas más información.

Consideraciones sobre las vacunas de Meningitis en niños

Como habréis notado en los últimos años han ido saliendo varias vacunas nuevas para la Meningitis.

La Meningitis es una de las infecciones más graves que pueden sufrirse. Aún hoy en día con tratamientos potentes y medios modernos el 10-20% de los pacientes que tienen una meningitis bacteriana mueren y en torno a un 30% quedan con secuelas.

Pero durante las últimas dos décadas su frecuencia ha bajado claramente. Cuando yo empecé la especialidad de Pediatría hace ya más de 20 años, veíamos meningitis con frecuencia. Había épocas en las que en nuestro hospital había ingresadas varias meningitis a la vez.

Ahora se pasan los meses sin ver ninguna.

Y esto es gracias a las vacunas.

Son varios los gérmenes que pueden causar meningitis. Pero poco a poco han ido saliendo vacunas que cubrían a cada tipo (hemófilus, neumococo, Meningococo C, Meningococo B, Meningococos ACWY).

Sigue habiendo casos. Pero ya se reducen a pocos cientos al año, cuando antes eran miles.

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¿Por qué mi ??Bebé hace el ?popó verde??

Explicación de por qué mi bebé hace la caca verde

Te explico brevemente porqué hace un 👶🏻bebé la 💩Caca Verde a veces. Si implica algún problema y cómo actuar. El popó puede cambiar mucho de color.

Este artículo es parte de una serie en la que quiero desterrar mitos.

Por eso voy a centrarme en:

  • Porqué los bebés hacen cosas llamativas.
  • A qué suele atribuirlo erróneamente la gente.
  • Qué te suelen recomendar sin razón que hagas.
  • Lo que realmente hace que esto suceda.
  • Qué deberías hacer.

Los Bebes con frecuencia hacen popó verde

caca verde en bebé

Pues sí. La caca de un bebé que toma sólo leche puede ser blanquecina, amarillenta, anaranjada, distintas tonalidades de marrón, negruzca y verde.

El verde puede ir desde un verde limón casi amarillento hasta un verde aceituna oscuro, casi negro.

Caca verde en bebé sin diarrea
Esta caca es verde, pero tiene una consistencia normal. No es diarrea. Simplemente la bilis no ha sido digerida.

A qué suele atribuir la gente el color verde del popó

Es muy frecuente que te digan que es diarrea o que tiene intolerancia a la lactosa. Te aclaro al final que no tiene porqué ser así.

Qué suelen recomendar que hagas si la caca de tu bebé es verde

No es raro que te alarmen diciendo que debe estar enfermo y tienes que llevarlo al pediatra.

Otros directamente te recomiendan que le des algún probiótico para la diarrea.

En algún caso hay quien dice que debes cambiar la leche por una sin lactosa, si toma biberón o que la madre debe dejar de tomar lactosa.

De nuevo son recomendaciones que hay que matizar.

Lo que realmente hace que tu bebé tenga verde el popó

El color de la Caca depende de qué ocurre con las sales biliares. Esta secreción del hígado se vacía sobre el alimento en el intestino delgado para ayudar a la digestión de las grasas.

El color de la bilis es verde oscuro, casi negro.

Los gérmenes que hay en el intestino pueden romper las sales biliares. Y dependiendo de cómo lo hagan pueden cambiar su color a amarillo o marrón.

Si el paso de la caca es rápido y no da tiempo a que las sales biliares se rompan el popó es verde. Pero en los bebés este paso es bastante rápido sin que haya problemas.

Si los gérmenes que hay en el intestino no rompen la bilis, la caca es verde. Sean esos gérmenes buenos o malos, agresivos o no, pueden romper o no la bilis.

Qué deberías hacer si la caca de tu bebé es verde

Pues depende:

  • Si tu hijo hace de repente la caca verde, pero no tiene ninguna molestia, sigue comiendo bien y la piel alrededor de su ano no está irritada, no es necesario que hagas nada. Ha cambiado la flora de su intestino. Los gérmenes nuevos pasan de la bilis. Pero no son malos y al bebé le da igual.
  • Si con el cambio de color has notado que claramente tiene molestias, come peor o tiene dermatitis del pañal porque la caca se ha vuelto ácida, sí que es signo de que los gérmenes que hay en la tripa son más agresivos y hay que cambiarlos:
    • Dale un probiótico hasta que se revierta la situación. Es decir hasta que desaparezcan las molestias, aunque la caca siga siendo verde.
    • Si toma leche artificial debes cambiarla unos días por leche sin lactosa. Es típico en la intolerancia a la lactosa que el bebé tenga diarrea ácida verdosa con muchos gases y dolor de barriga.
    • Si toma pecho puedes seguir tomando lactosa sin problema. La lactosa que toma la madre se digiere para absorberse. La que hay en la leche materna la ha producido el propio pecho y va acompañada de lactasa, que la digiere, con lo que quitar la lactosa de la dieta materna no influye para nada.

Como ves lo que dice la gente y la realidad tiene algunos puntos en común, pero es porque la mayoría de la gente no tiene las ideas claras o recuerdan algo de información parcial en el mejor de los casos.

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Alimentación complementaria en bebés

Los objetivos en la alimentación complementaria del bebé

Cómo pasar en los bebés de la leche como único alimento a una alimentación completa. ¿Cuáles son los límites reales a tener en cuenta?

Posiblemente si sois unos padres de un bebé de 4-6 meses estéis un poco perdidos. Lleváis unos meses en los que habréis lidiado a lo mejor con algunos problemas con la alimentación. ¿Cuándo tenía que comer y qué cantidad eran vuestras dudas esenciales desde que nació vuestro hijo.

Pero a estas alturas posiblemente os estén «bombardeando»: ¿Cuándo vas a empezar a darle otras cosas? Yo con su edad ya le daba… La leche ya no le alimenta…

La cuestión es que cuando os decidís a buscar información encuentras muchas contradictorias.

De hecho, en esta misma web hay mucha información sobre el tema, y ahora me he decidido a añadir esto porque pienso que ni siquiera yo he sido lo bastante claro hasta ahora.

Intentaré que este artículo lo sea. Y sobre todo desterrar mitos y centrarnos en lo que de verdad está justificado.

Ideas claras para empezar la alimentación complementaria:

  1. Se llama complementaria porque hasta el año la leche sigue siendo lo esencial. De hecho hay niños que siguen tomando sólo leche hasta casi el año y sin problemas. Eso significa que es importante que lo toméis con naturalidad. Si un bebé con menos de un año no acepta muy bien una toma de comida, le ofrecemos leche y «santaspascuas». Para que un niño esté bien alimentado necesita Macronutrientes (hidratos de carbono, grasas y proteínas), que en la leche están en cantidad y proporción suficiente. Por eso un bebé puede estar meses tomando sólo leche. Pero también están los Micronutrientes (vitaminas, minerales, oligoelementos, aminoácidos y ácidos grasos esenciales…. son cientos diferentes). Aquí lo más difícil es tener una dieta lo suficientemente variada para tenerlos todos. La cantidad es muy pequeña y es fácil de alcanzar, pero para tenerlos todos tiene que tener una dieta muy variada. Si logramos una dieta tan variada que aporte todos los Macronutrientes (leche a demanda) y Micronutrientes (de todo lo demás aunque sea en cantidades muy pequeñas), el niño estará Bien Nutrido.
  2. Otro objetivo es evitar las Alergias Alimentarias. Claramente hemos fallado en esto con la estrategia clásica. Se pensó que retrasar la introducción de los alimentos más difíciles de digerir y alergénicos hasta que el intestino madurase era la estrategia adecuada. Pero ha fallado estrepitosamente. No sólo no han bajado, sino que se han disparado las alergias. Puedes leer aquí el porqué.
  3. El otro objetivo es que la relación del bebé con la comida sea buena. La forma en la que el bebé empieza a relacionarse con la comida en estos primeros años puede marcar mucho tiempo su actitud ante la alimentación. Pelear, por ejemplo, para que «se acabe la comida» es la mejor forma de que la próxima vez que te vea aparecer con ella te ponga mala cara antes de empezar. Entretenerlo para que coma más es hacerlo un comedor pasivo, y luego te quejarás de que tienes que darle de comer con 5-6 años. Cuando el niño está preparado desde que muestra interés por la comida para alimentarse por sí solo.

Cuándo empezar con la alimentación complementaria

Las recomendaciones en las que hay consenso decían (y yo también) que si no hay una causa real para hacerlo en otro momento, se consigue reducir la incidencia de alergias alimentarias si hasta los 6 meses toma sólo leche y desde esa edad no tardamos en introducir una alimentación completa.

Cada vez está más claro que en realidad introducir los alimentos tarde favorece la aparición de alergias alimentarias.

Motivos NO JUSTIFICADOS pero muy frecuentes para iniciar pronto la Alimentación Complementaria:

  • Empezar con zumos de fruta porque está estreñido. Para empezar, la mayoría de los casos de estreñimiento en lactantes no lo son. Son lo que se llama pseudo-estreñimiento del lactante. Y en el estreñimiento, el zumo no es solución, sino la fruta completa con su fibra. Además de que los zumos no me gustan un pelo.
  • Darle cereales en la cena para que duerma mejor. Es muy frecuente que empiecen a plantearse esto los padres cuando entre los 5 y 7 meses cambia el patrón de sueño de los niños. Pero el hecho de que empiecen a despertarse más no tiene nada que ver con el hambre. Si fuese cuestión de eso bastaría con darle más cantidad de leche.
  • Porque a los familiares se les ocurre que ya toca. Pues eso. Que entre las múltiples formas que algunos tienen de inmiscuirse en la forma en la que criáis a vuestro hijo está el decirte cuándo hacer qué. Ya te darás cuenta de que hay quien siempre te dirá que lo hacéis mal. Si lo haces porque no debías y si no lo haces porque ya es hora…

Motivos JUSTIFICADOS para no demorar el inicio de la Alimentación Complementaria:

  • Confianza en los Instintos del bebé. Soy un convencido del método BLW. Este método surgió tras décadas de normas en la introducción de la alimentación que complicaban mucho el proceso y al final se ha demostrado que generaban problemas. Se planteó entonces un ejercicio de humildad: Esto lleva miles de generaciones funcionando si que haya expertos que definan cómo hacerlo. Y lo ha hecho porque el desarrollo normal de los bebés incluye una serie de habilidades y conductas instintivas que van sucediéndose de forma espontánea y funcionan. La clave es que los bebés, en general hacen lo que hacen, “Cuando lo necesitan y están preparados para hacerlo”.  La mejor opción es permitir el desarrollo del bebé tal como manifiesta sus instintos a no ser que tengamos un motivo justificado para interferir.
  • Alergias Alimentarias. Ya se ha demostrado que retrasar la introducción de alimentos no previene las alergias, sino que hace coincidir con más facilidad esa introducción con infecciones en las que el sistema defensivo está activado, buscando al culpable, y es más fácil que cometa un error y culpe al alimento del daño generado por la infección. Así aparecen las Alergias Alimentarias. Cualquier retraso de la introducción de alimentos debe estar muy justificado, porque tiene un coste en forma de aumento de las Alergias Alimentarias. 
  • Complementar con Micronutrientes su dieta. Cuando un niño nace ha recibido durante el embarazo una reserva de micronutrientes (minerales, vitaminas, aminoácidos y ácidos grasos esenciales…) que va a usar durante los primeros meses de vida. Muchos de estos micronutrientes son escasos en la Leche. Los Macronutrientes no son un problema. Proteínas, grasas e hidratos de carbono están en la leche en cantidad y proporción más que adecuadas. Pero antes o después (influyen muchos factores, como la prematuridad, la eficiencia de la placenta, la situación nutricional de la madre durante el embarazo) empieza a tener una carencia de algunos de esos micronutrientes. Surge entonces el instinto de echárselo todo a la boca. Recuerda, el bebé hace las cosas cuando está preparado y lo necesita. Pero a pesar de que lo prueba todo, comer come muy poco. Lo que está buscando ese instinto no es cubrir los Macronutrientes, sino una cantidad muy pequeña pero de una gran variedad de micronutrientes. Para eso sirve que se lo eche todo a la boca, a pesar de que lo expulsa con el reflejo extrusivo. Está coleccionando micronutrientes: Cantidades pequeñas de todo lo que pilla.

El momento que ahora recomiendo para introducir la alimentación complementaria es aquel en que al bebé le llama claramente la atención nuestra comida.

Eso hay niños en los que ocurre a los 4 meses y otros en los que a los 7…

Poner una fecha exacta (6 meses) para el BLW es absurdo: “Hasta los 6 meses menos un día no puede probar nada ¿y al día siguiente puede probar de todo?”.

Algunos lo hacen porque dicen que haciéndolo se defiende la Lactancia Materna Exclusiva. 

Si introduces purés y en un mes tu bebé está tomando 4 papillas al día, claro que te has cargado la lactancia materna. De repente has cubierto el 80% de las necesidades de comida de tu hijo con Alimentación Complementaria. La producción de leche va a bajar en picado. 

Pero si lo haces con BLW, va a probar de todo, pero la cantidad de comida que va a tomar no cubrirá ni el 10% de sus necesidades. Tardará muchos meses, en un proceso gradual, en cubrir una parte significativa de sus necesidades. 

¿En qué orden introducir los alimentos en la dieta de un bebé? Otra alternativa.

Hay tantas guías como pediatras. A modo de ejemplo, para los que prefieran tener una de esas guías en esta web tenéis dos: Una para los niños que hacen lactancia materna y otra para los que hacen lactancia artificial.

Pero os aclaro que aunque presentan un orden «justificado», en realidad hay muy pocos límites reales a lo que debe y cuándo debe introducirse en la alimentación.

Ya no uso listas, porque son un error que genera problemas frecuentes.

Así que os voy a exponer un planteamiento alternativo a esas dos listas para los que escojáis que va más con vuestra forma de ser y especialmente con la del bebé.

Teniendo claro que el objetivo es que nuestro hijo acabe teniendo una alimentación lo más variada posible y que su relación con la comida sea buena, ¿te gustaría que…?

  • ¿…Descubrir alimentos nuevos no sea una lucha sino algo incentivado por su propia curiosidad?
  • ¿…Respetar el ritmo al que él mismo se interesa por los alimentos mientras no haya una causa real para hacer otra cosa?
  • ¿…Que acabe comiendo de forma autónoma y al mismo tiempo tenga una dieta variada y disfrute de las comidas?

Eso es lo que pretende una forma de alimentación llamada Baby Led Weaning. El problema es que la mayoría lo asocia simplemente con la «excentricidad» de alimentar a los bebés sin purés dejando que jueguen con la comida y lo pongan todo pringado para acabar por no comer casi nada.

En realidad consiste en hacer del niño el principal actor de la introducción de la alimentación, aprovechando dos cualidades propias de su edad: La curiosidad y la imitación.

Casi todos los padres que dan sus tomas regladas descubren antes o después que su hijo, que antes tomaba genial los potitos, pasa cada vez más de ellos y sin embargo empieza a pirrarse por nuestra comida. El Baby Led Weaning lo que propone es: ¿Qué problema hay si empezamos por ahí, que es en realidad a donde queremos llegar? Pues eso, no parece muy absurdo. Especialmente cuando no hay un motivo para no hacerlo.

Para que esto funcione es esencial entender que mientras no tengamos un motivo claro para hacerlo de otro modo:

  • La cantidad de comida la marca el niño.
  • En cuanto a la variedad, nosotros ofrecemos variedad y el niño por curiosidad empieza a probar. La única forma en la que inducimos que pruebe alimentos nuevos es ofreciéndolos con más frecuencia.

Los únicos límites temporales en cuanto a variedad realmente justificados son:

  1. No dar antes del año:
    1. Leche de vaca entera. Se suele asumir que a partir del año es cuando la mayoría de los bebés tienen un intestino suficientemente maduro para tomar leche entera. Darla antes puede generar intolerancias con más facilidad. Sí pueden tomar leche adaptada, yogur o queso desde el momento que muestre interés por probarlos.
    2. Miel cruda. En la miel hay con frecuencia esporas de Clostridium botulini. Un germen que en niños pequeños es capaz de producir una intoxicación grave. Es más fácil cuando la flora intestinal no está aún muy madura y cualquier germen como éste tiene más facilidad de crecer. Y mientras la barrera que filtra todo lo que entra en el cerebro es más inmadura. Se considera que el límite a partir del que es seguro darla es en torno al año.
    3. Verduras de hoja verde. Son muy ricas en nitritos y pueden producir una intoxicación. También se recomienda que no tomen mucha cantidad ni con mucha frecuencia durante el primer año de vida..
  2. No dar antes de los dos años:
    1. Cantidades Importantes ni frecuentes de Pescado azul grande y marisco. Son animales que filtran mucha agua y su cuerpo es muy rico en grasa. En esa grasa se acumulan impurezas que por culpa de la contaminación de los mares pueden ser peligrosas. Especialmente los metales pesados son más peligrosos en los niños durante la primera fase del desarrollo cerebral. Se considera seguro darlos por encima de los 2 años. Pueden tomar cantidades esporádicas y pequeñas.
    2. Nada de Huevo crudo. En el huevo puede haber salmonela. Pero en la mayoría de los casos está en escasa cantidad para producir una infección. Nuestro estómago es capaz de destruirla con su secreción ácida mientras no sean muchas las bacterias. Pero los niños pequeños producen menos ácido en su estómago, por lo que una cantidad menor de germen es capaz de producir la infección. De nuevo se habla de los 2 años como la edad segura para tomar merengue, pan mojado en la yema de un huevo frito, o en un huevo semi-cocido (pasado por agua), mayonesa, crema pastelera…
  3. No antes de los 4 años:
    1. Frutos secos si no están triturados y humedecidos. Triturados y humedecidos no hay problema. Aquí el peligro es el atragantamiento. Los frutos secos son la causa más frecuente de muerte por atragantamiento en niños. Y lo son porque cuando nos atragantamos con otras cosas, como pan, galleta, patata frita (otros objetos sólidos que se trituran en fragmentos y pueden aspirarse hacia la vía respiratoria)… son alimentos que en medio húmedo se deshacen. Mientras que los fragmentos de frutos secos se hinchan, de modo que un trocito de 1 mm en el bronquio puede multiplicar su tamaño por 5 y hacer que el niño se ahogue. Pero en cuanto a las alergias, se ha visto que tomar los frutos secos tarde favorece la aparición de alergias. ¿Cómo combinar ambas realidades? Podemos dar frutos secos triturados y humedecidos. Es decir, un bizcocho que en la masa lleve almendra, nuez, cacahuete, avellana… muy molidas no tiene ese problema de atragantamiento. Porque esos frutos secos en la masa han cocido y se han humedecido dilatándose ya. Pasa igual con las salsas que lleven esos frutos secos muy picados y cuezan un buen rato. En estas formas sí es bueno dar frutos secos y cuanto antes.

Quitando estos alimentos, no hay ninguna justificación real para que cualquiera de los demás alimentos no pueda tomarlos un niño de más de 6 meses. Y de hecho se recomienda que para evitar alergias el huevo, o los frutos secos se introduzcan pronto.

Lo que sí es recomendable es que aunque el orden sea marcado por las preferencias del niño, anotemos en algún lugar cuando empezó a tomar cada alimento nuevo. Porque estos datos pueden ayudarnos a identificar alergias si aparecen.

Sólido o puré en la alimentación complementaria

Una de las bases del BLW es dar al bebé alimentos no triturados. 

Lo que el niño muestra interés por hacer es coger todos los objetos (comida incluida) y llevárselos a la boca. 

Siempre cuando sale este tema se plantea el riesgo de atragantamiento. 

Tal como lo explico a los padres:

Antes o después tu hijo gateará y caminará. Dejarás de poder controlarlo constantemente. Y tendrá dientes. 

Si llega a esa situación sin saber manejar los sólidos en su boca el riesgo de ahogamiento sube y mucho.

La pregunta clave es: ¿Prefieres que tu hijo aprenda a manejar los sólidos en la boca contigo delante, o sin ti?

Yo claramente preferiría que fuese con un adulto presente.

Por tanto debemos hacer esa tarea cuando el niño aún no tiene autonomía para desplaces sin control. 

Si queremos además reducir el riesgo de ahogamiento mientras aprende establecemos 3 grupos de alimentos:

  1. Tan duro que no puede partirlo y tan grande que no le cabe en la boca. Con estos alimentos, no teniendo dientes el riesgo de ahogamiento es 0, ya que no puede introducirlos realmente en la boca. Sólo puede chuparlos. Ejemplos: Una manzana pelada entera, una pera pelada entera, Melocotón pelado entero, Ciruela pelada entera…. Trozo grande de pan duro. Filete grande y grueso de carne…. Media naranja cortada y sin pepitas….
  2. Alimentos tan blandos que se deshacen con sólo frotarlos suavemente. Son alimentos que no pueden llegar a la garganta formando un bloque sólido que la bloquee. Puedes atragantarte con ellos como puedes hacerlo con leche, pero no puedes ahogarte. Ejemplos: Sopa de fideos finos bien cocidos, arroz blando bien cocinado, patata cocida muy blanda, zanahoria cocida muy blanda, lentejas tan cocidas que se deshacen fácilmente….
  3. Por último, a evitar al principio: Alimentos que pueda partir, pero cuesta deshacer. Cuando veo como imagen típica de BLW los “fingers de manzana” (tira de manzana en forma de dedo), la verdad. Una tira de manzana puede partirse. Y si ese trozo está duro y se va hacia la garganta puede ahogar a un niño. De hecho la manzana es el alimento con el que hay más atragantamiento haciendo BLW. 

Lo normal es empezar con los alimentos del grupo 1 y 2. Y dejar los del grupo 3 para cuando el bebé lleva ya semanas practicando con los dos anteriores. El grupo 1 y 2 pueden iniciarse cuando aún tiene reflejo extrusivo. El 3º grupo sí tiene sentido que se haga cuando desparezca ese reflejo extrusivo, ya que su desparación indica que el bebé se considera preparado para tragar sólidos.

Lo mejor es que sea capaz de manejar todos los sólidos antes de que tenga dientes y autonomía para explorar por su cuenta.

Evitar malos hábitos alimenticios

  • Evita los alimentos «de consumo». Llamo así a aquellos alimentos que no existían hace 100 años y todos ricos en azúcar: Zumos con leche, yogur de sabores, bios, petit, yogures líquidos para subir las defensas, chuches en general, gusanitos en particular, ketchup….
  • No entretener a los niños (televisión, móvil, tablet…) para que coman. Que coma si tiene hambre, y si no, lo hará en la comida siguiente. Pero no lo conviertas en un comedor pasivo: Zombi embobado que engulle porque le das mientas está distraído en otra cosa.
  • No uses la comida como forma de entretenerlo. No le des el trozo de pan o la galleta cuando está aburrido, no quiere ir en el carro o llora sin más. Las necesidades afectivas se alivian con afecto, no con comida. Si sustituyes afecto por comida acabará teniendo un circuito inconsciente que le dirá: «La ansiedad se quita comiendo» = Obesidad.
  • No pelees con tu hijo para que coma un poco más. Sólo conseguirás hacer desagradable la comida y transformar la comida en lo que no es: Un elemento de juego, disputa o pieza de cambio para otros problemas.

Con esto creo que podéis abordar esta aventura. Todo lo demás que suele decirse es complicar lo que no tiene más ciencia. Hay mucho de tradición pasada de persona a persona en cuanto a cómo hacerlo que no tiene ninguna justificación. Os animo a que en nuestra comunidad de Facebook comentéis vuestra experiencia y las recomendaciones que os han hecho en vuestro caso.

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Virus, virus y más virus. La infección más frecuente en niños.

Infección viral muy frecuente

Las infecciones respiratorias causadas por virus son las más frecuentes que viven todos los niños. Algunas ideas clave cuando te preocupa que esté constantemente sufriendo infecciones virales.

Respuesta al Peketema propuesto por Isabel Díaz en nuestra comunidad de Facebook:

“¿Por qué se dan las infecciones respiratorias constantemente en niños… y cómo eliminar ese virus de sus pulmones?”

¿Es normal que los niños pasen muchas infecciones respiratorias?

Sí. Lo es.

Vivimos en un mundo repleto de vida y ocupamos un espacio muy solicitado. Todos los seres vivos tienden a extenderse tanto como les resulta posible. Los virus no son una excepción.

Cuando nacemos estamos expuestos a que en nosotros empiecen a crecer un montón de seres vivos que quieren ocupar nuestro cuerpo.

Pero estamos preparados para defendernos desde el primer día de vida. 

Con algunos acabamos conviviendo sin problema, como nuestra flora normal. Otros son más agresivos y es cuestión de “ellos o nosotros”. La buena noticia es que las muertes por infecciones son muy poco frecuentes en la actualidad. Con lo que en la práctica, ganamos nosotros casi siempre.

Si te preocupa que tu hijo lleve una sucesión de 30 infecciones en el último año, piensa simplemente que va 30 a 0. Los 30 “bichos” están muertos y tu hijo está vivo. Visto desde esa óptica tal vez agobie menos.

Lo normal con el tiempo es que estas infecciones sean cada vez menos frecuentes hasta que sean ya algo excepcional. Cuando vayas a urgencias con la número “chorrocientos”, mira a tu alrededor. Verás que la mayoría de los niños que hay esperando para ser atendidos son menores de 3 años. 

Los virus con los que convivimos son muchos, pero no infinitos. Y antes o después tenemos fichados a la gran mayoría de los que hay en nuestro ambiente. Es un proceso gradual. El primer invierno con más de 6-8 meses tocan un montón, porque no conoce prácticamente a ninguno.

Al año siguiente la cosa ya mejora algo. Y a partir de los 3 años mejora una barbaridad.

La mayoría de estas infecciones entran en el aire, y por tanto suelen empezar con síntomas respiratorios: Mocos y tos , a veces acompañados de fiebre, a veces sin ella.

Luego hay virus que al entrar en el estómago con el moco pueden generar vómitos y cuando bajan al intestino diarrea.

Pero casi todos empiezan con algunos síntomas respiratorios (moco y/o tos).

¿Tratamiento en las infecciones virales?

Lo primero que debes entender es que las infecciones virales se curan cuando nuestro cuerpo identifica al virus, generamos anticuerpos contra él y lo eliminamos. 

Es decir, que es nuestro cuerpo, con sus propios medios quien nos cura.

El tratamiento en una infección viral no cura. Puede servir para aliviar síntomas o para evitar complicaciones, pero no cura.

Cuando entendemos esto hay gente que prefiere no dar nada. Para algunos, los medicamentos sintomáticos no hacen más que estorbar, porque interfieren en la respuesta del sistema defensivo.

Yo no soy tan extremo. Siempre hay matices. Y para mí el matiz importante es: ¿Están los síntomas empeorando de forma evidente la calidad de vida del niño?

Si la respuesta es sí, disponemos de medicamentos que pueden modular la respuesta de nuestro sistema defensivo, de forma que siga defendiéndose, pero mejorando la calidad de vida del niño mientras la infección pasa.

Los antibióticos matan bacterias, pero no sirven de nada en las infecciones virales. Por lo que, aunque la fiebre sea alta, aunque dure más días, no tiene justificación usar antibióticos en las infecciones virales. Porque no sirven para mejorar la calidad de vida del niño, no acortan la infección, no evita que se complique y no es inocuo dar un antibiótico.

Lo que sí importa en las infecciones virales y no siempre se tiene en cuenta

Cuando hablamos de esto muchos padres me dicen: “Todos tenemos que pasar los virus, pero entonces ¿por qué me da la sensación de que es el mío el que está siempre más malo?

No todos respondemos igual ante el mismo virus. Hay niños que reaccionan con un poco de moco, tos y febrícula y en 2 días han liquidado al virus. Y otros que ante el mismo virus de catarro responden de forma mucho más exagerada, con fiebre alta, mucho moco y a veces una tos que llega a ahogar…

El primero está siendo muy eficiente. El segundo está respondiendo de forma mucho más exagerada.

Si tu hijo tiende a hacer estas respuestas mucho más exageradas, haciendo bronquitis, laringitis, vegetaciones grandes, otitis… con frecuencia su problema no es que tenga las defensas bajas, sino que responde en exceso. Tiene un sistema defensivo hiperexcitado que ante el más tonto de los catarros responde como si fuese la 3ª Guerra Mundial.

Lo importante en estos casos es ver cual suele ser su forma exagerada y repetitiva de enfermar y poner tratamientos preventivos que reducen la respuesta exagerada a un nivel normal. 

Estos niños suelen tomar muchos corticoides y antihistamínicos. Tratamientos cuya función es decir al sistema defensivo que reduzca su reacción.

La clave es, en cada niño, ver cuál es su forma de enfermar y establecer una estrategia adecuada para normalizar el funcionamiento de su Sistema Inmunológico.

Haciéndolo, tu hijo puede llegar a ser como ese compañero suyo de clase que pasa las mismas infecciones que él, pero no falta nunca al colegio y acaba con los virus de forma más eficiente….

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¿Dar pecho en una Gastroenteritis o sustituirlo por un Suero?

El pecho es el mejor suero de rehidratación si está disponible.

Dar leche materna o no en una gastroenteritis… Una duda frecuente porque muchos dicen que para rehidratar hace falta suero de farmacia. Te lo aclaro.

Este artículo es en respuesta de una duda de Sandra en nuestra comunidad de Facebook: “Me acaba de surgir una duda, si es posible hablar la próxima vez sobre gastroenteritis y vómitos si es bueno darle pecho… en algunos sitios me dice pediatra que ni se me ocurra, y en otros que es lo más sano que hay…”

Pero además es algo que me encuentro con frecuencia. Los vómitos y la diarrea son algo muy frecuente en niños. Cuando son muy intensos hay dos problemas:

  1. Los niños no toleran bien líquido y alimentos, de forma que es tomar y, por arriba o por abajo, salen enseguida.
  2. A fuerza de perder líquido, y con la difiductad que hay en reponerlo porque lo echan todo, pueden deshidratarse. Por lo que necesitamos dar algo que reponga la pérdida de agua y sales y sea bien tolerado.

En condiciones normales lo que recomendamos cuando los vómitos o la diarrea son muy frecuentes es que pasen un rato sin tomar nada (1-2 horas tras el último vómito o caca diarreica) para que estómago e intestino se tranquilicen. Y tras ese periodo, que empiece tomando cantidades pequeñas y frecuentes de Sueros de Rehidratación Oral.

Si los vómitos o la diarrea son muy intensos no nos vale con agua, porque no repone la pérdida de sales.

Y tampoco nos vale con Bebidas para Deportistas, como Aquarius, porque están pensadas para reponer las sales que se pierden en el sudor. Y son muy diferentes a las que se pierden en los vómitos o la diarrea.

Por eso se suele insistir en que sea con Sueros de Rehidratación Oral para niños.

Pero ¿esto es igual si el niño en cuestión toma lactancia materna?

Pues no. Si un niño sigue tomando pecho, la mejor bebida de rehidratación oral que puede tomar es ésta:

  • La leche materna tiene agua y sales, en una proporción perfecta para reponer en caso de deshidratación.
  • El pecho contiene además nutrientes bien tolerados.
  • Es mucho mejor aceptado que los Sueros de Rehidratación Oral. Han mejorado, pero aún así los niños que toman pecho está claro que aceptan mucho mejor éste que los Sueros.
  • Ayuda a vencer la infección mucho antes.

Os explico esto último.

Cuando un niño tienen una infección que le desencadena una gastroenteritis, ¿quién lo limpia cada vez que vomita o tiene diarrea? Exacto… Su madre.

Luego esa madre tiene contacto con el germen causante de la infección de su hijo. Puede que se contagie o puede que no. Pero en ambos casos va a producir anticuerpos contra el bicho causante de la gastroenteritis.

Esos anticuerpos van a pasar a través de la leche materna al intestino del niño. Con lo que ayudan a eliminar la infección.

Esto no lo hace ningún suero de rehidratación oral.

A esto puedes sumar que la lactancia materna es portadora de Probióticos (gérmenes buenos) y Prebióticos (lo que esos gérmenes buenos necesitan para crecer) para competir con los malos y curar antes al niño.

Por tanto, porque el niño lo busca y lo acepta mejor, porque su composición es perfecta para rehidratar, porque aporta nutrientes fáciles de absorber y porque ayuda a vencer antes la infección, no hay mejor suero de rehidratación en una Gastroenteritis que la Leche Materna.

Cuando no sólo no se recomienda, sino que se aconseja a las madres suprimir el pecho hasta que mejore la gastroenteritis…. No tengo palabras…

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Dieta para niños con Intolerancia a la fructosa / sorbitol

 Dieta para niños con intolerancia a la Fructosa

Cada vez se diagnostica con más frecuencia en niños la Intolerancia a la Fructosa / Sorbitol. ¿Qué alimentos debo evitar y hay algo más que deba hacer?

¿Qué es la Fructosa?

La Fructosa es el azúcar natural que está presente en a mayoría de las frutas y verduras. También es el azúcar natural de la miel. Pero es además extraído de estas fuentes naturales y usado en muchos productos de alimentación industrial para endulzarlos.

Como casi todo lo que hay en la naturaleza, la Fructosa en sí no es mala. Pero cuando la separamos de la fibra con la que se acompaña de forma natural y se añade en exceso a la dieta, puede dar problemas. Son formas como el jarabe de maíz alto fructosa, muy usado en alimentos elaborados.

¿Qué es el Sorbitol?

El Sorbitol es también conocido como Aditivo E-420.

Es también una sustancia natural, presente en algunas frutas. El problema de nuevo es cuando se separa de su fuente natural y se usa a concentraciones mayores como edulcorante para zumos, caramelos sin azúcar, chicles sin azúcar, medicamentos, productos para celiacos y diabéticos, «pérdida de peso»…

En muchos casos Sorbitol y Fructosa están presentes en estos alimentos. Cuando se asocian los síntomas de intolerancia aparecen con más facilidad.

¿Qué es una intolerancia?

Cuando no somos capaces de digerir una alimento hablamos de intolerancia.

Es diferente a una alergia. En las alergias el cuerpo responde defendiéndose cuando tiene contacto con el alimento que le produce alergia. Lo ataca como si de una infección se tratase.

Para absorberse la Fructosa y el Sorbitol en el intestino delgado necesitamos unas proteínas transportadoras que los absorben.

Muchas intolerancias son transitorias y se deben a un daño en la pared que le hace perder la capacidad de absorber Fructosa y Sorbitol.

Otras son permanentes y se deben a un defecto genético del niño que le hace producir estas proteínas transportadoras en cantidad insuficiente.

Sintomas de la intolerancia a la Fructosa / Sorbitol en niños

En la Intolerancia el problema es que al no ser capaces de digerir la Fructosa o el Sorbitol, quedan para que los consuman los gérmenes que hay en nuestro intestino. Esto produce tres problemas:

  1. Aparecen gérmenes que en condiciones normales no deberían estar ahí, porque no tendrían de qué alimentarse. Algunos de ellos producen toxinas que irritan el intestino. Esa irritación puede hacer que la la pared del intestino siga dañada. Lo que perpetúa la intolerancia.
  2. Fructosa y Sorbitol fermentan en el intestinos generando gases. El resultado son digestiones pesadas, con dolor e hinchazón abdominal y ardores.
  3. Se producen ácidos y algunas sustancias irritantes que dan lugar a una diarrea irritante. 

Diagnóstico de la Intolerancia a la Fructosa / Sorbitol en niños

La forma más sencilla y clara de hacerlo es aplicar una dieta sin Fructosa ni Sorbitol y comprobar qué ocurre. Si al hacerlo durante un par de semanas mejoran los síntomas claramente, volvemos a introducir la Fructosa y el Sorbitol en la dieta y los síntomas reaparecen en menos de 24-48 horas…. Está claro, hay intolerancia a la Fructosa-Sorbitol.

Pero esta puede ser transitoria.

Es lo que ocurre tras algunas infecciones intestinales. Presentan una intolerancia que desaparece tras recuperarse la pared del intestino. Cosa que ocurre habitualmente tras unas semanas de dieta sin Fructosa ni Sorbitol.

Para comprobar si el el caso, podemos probar a reintroducirlos en la dieta a las dos semanas.

Si mejoró al retirarlos pero no hay empeoramiento al reintroducirlos, era una intolerancia transitoria.

Cuando de nuevo aparecen los síntomas, podemos suspender otra vez Fructosa y Sorbitol durante un mes y reintroducimos.

Si vuelven los síntomas prolongamos la dieta un par de meses.

Si sistemáticamente reaparecen la intolerancia posiblemente es definitiva.

Tratamiento de la Intolerancia a la Fructosa / Sorbitol en niños

El tratamiento es hacer una dieta sin Fructosa ni Sorbitol.

En las intolerancias transitorias basta con hacer estas dietas unas semanas.

Si son definitivas la dieta es de por vida.

En principio se hace a rajatabla hasta que ceden los síntomas en unas dos semanas.

Tras esa mejora inicial podemos introducir poco a poco la fructosa hasta ver cuál es la cantidad que tolera. Hay intolerancias más intensas y menos.

Se toleran mejor cuando van acompañados de otros alimentos. Con lo que lo mejor sería introducir estos alimentos como postres y no aislados.

Dieta sin Fructosa / Sorbitol para niños

Especialmente deben evitarse los alimentos que contienen asociados Fructosa y Sorbitol. Ya que tomados juntos potencian la intolerancia:

Primer bloque.

  • Alimentos industriales con Fructosa y Sorbitol en su composición.
  • Miel de abeja. 
  • Frutas que contienen Fructosa y Sorbitol en gran cantidad: Manzana, Pera, Cerezas, Melocotones, Albaricoques, Nectarinas…
  • Mermeladas, Frutas pasas, Frutas escarchadas… Cualquier forma de fruta enriquecida en azúcar o concentrada.
  • Zumos de frutas. Tanto los comerciales como los naturales. Ya que reducimos la fibra conservando y concentrando la Fructosa.
  • Chicles, caramelos y otras chuches «sin azúcar», así como productos para diabéticos y celiacos, o pastas de dientes que contengan sorbitol o E-420 para endulzar.
  • Medicamentos que contengan Fructosa o Sorbitol para endulzar.

Si eliminando estos preductos los síntomas desaparecen se puede tomar todo lo demás. Si no acaba de mejorar hay que eliminar también:

Segundo bloque.

  • Frutas con cantidades importantes de Fructosa, pero sin sorbitol: Uvas, Melón, Sandía, Higos, Granada, Mango…
  • Miel de caña o melaza.

Estos son alimentos ricos en Fructosa, pero menos que los del primer escalón y sin sorbitol en cantidades apreciables.

  • El resto de frutas tienen concentraciones menores de Fructosa y muy pequeñas de Sorbitol y pueden tomarse si se hacen en su forma original, sin eliminar su fibra, sin endulzarlas, ni concentrarlas.

Para hacer el diagnóstico empezamos con una dieta completa y estricta.

Una vez que sabemos que hay intolerancia y queremos ver el nivel de tolerancia, probamos a que tome los alimentos del segundo bloque. Y si los tolera, poco a poco los del primer bloque.

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¿Sabes por qué algunos bebés rechazan la fruta de repente?

Sabes por qué algunos bebés rechazan la fruta de repente cuando antes la tomaban bien?

Hay bebés que tomaban fruta muy bien y de repente la rechazan. ¿Sabes por qué? Te lo explico para que sepas cómo actuar y no empeorar la situación.

La conducta de los niños es un misterio. Especialmente durante la etapa en la que aún no pueden usar el lenguaje para expresar los motivos de lo que hacen.

Pero es un misterio que puede resolverse en muchos casos pensando en cuestiones simples.

En este caso vamos a centrarnos en una situación muy común. Escribo esto porque son muchos los padres que me lo han preguntado y creo que viene bien entenderlo. Es útil en esta situación concreta, bastante frecuente, pero también a modo de ejemplo para entender otras conductas, aparentemente incomprensibles.

Un bebé que ya tomaba fruta sin problema de repente la rechaza

Puede haber niños a los que les gustan más unos alimentos que otros.

Pero lo llamativo en estos casos es que inicialmente han aceptado muy bien la fruta. Puede que incluso lleven varias semanas tomándola.

Y un día de repente la rechazan.

No parece haber un motivo, pero vemos que el bebé es insistente en el tema. Dejamos de insistir, le damos otro alimento, como por ejemplo la leche, y la acepta sin problemas. Volvemos a probar con la fruta y vuelve a rechazarla. Y cada vez con mayor insistencia.

Una modificación de conducta tan brusca nos resulta muy llamativa. No entendemos qué ocurre ni qué es más adecuado hacer:

  • ¿Dejamos de insistir con la fruta y que coma lo que sí acepta?
  • ¿Insistimos en que la coma porque la fruta es un alimento importante?

¿Qué opinas tú?

Debo confesarte que durante muchos años no tenía clara la respuesta o estaba más a favor de la segunda opción. Pero es que en unos años mi visión de los niños ha cambiado.

Los niños no siempre escogen lo que les conviene. Pero en muchos casos tienen motivos más que justificados para hacer ciertas cosas. Si entendemos esos motivos podemos hacer las cosas de forma que superemos los problemas. Si no las entendemos podemos empeorarlos.

Cuando un niño rechaza la fruta de repente suele ser por dolor

Y qué tiene la fruta que pueda producir dolor:

  • De forma inmediata, acidez.
  • A medio plazo, fructosa.

Situaciones en las que un niño rechaza la fruta por su acidez:

  1. Aftas o llagas en la boca. Hay muchas infecciones vírales que pueden originar aftas o llagas en la mucosa de la boca. Algunas se acompañan de erupciones alrededor de los labios. Cuando es así es fácil suponer que pueda haber alguna lesión también en el interior. Pero en muchos casos las lesiones son escasas y sólo están donde no las vemos. Imagina qué le pasa a un niño que tiene un afta y que de repente toma fruta ácida. ¿No es normal que la rechace?
  2. Los dientes. Cuando los dientes salen las encías se están abriendo. Los receptores de dolor están hiperexcitados. Cualquier estímulo en ese momento puede ser más doloroso de lo habitual. Al tomar fruta ácida irrita las heridas de las encías que los dientes están abriendo al salir. ¿Es extraño que rechace la fruta en esta situación?

Situaciones en las que el bebé rechaza la fruta por intolerancia a la fructosa:

  1. En Intolerantes a la Fructosa. Hay personas que tienen un defecto que les impide digerir el azúcar de la fruta. La fructosa es un «azúcar doble» que nuestro intestino debe partir por la mitad para que pueda absorberse. Para eso usamos una enzima. Si no somos capaces de producirla en cantidad suficiente por un defecto genético, no podremos digerir y absorber ese azúcar. El resultado es que se queda en el intestino, es consumido por los gérmenes de nuestra flora intestinal que lo fermentan produciendo gases y ácidos que irritan la pared del intestino. El resultado es que al poco rato de tomar la fruta hay dolor de barriga y diarrea ácida. Si esto te ocurriese cada vez que tomas fruta, ¿no acabarías rechazándola?
  2. Tras algunas gastroenteritis virales se puede originar una intolerancia transitoria a la fructosa. En el punto anterior decía que hay personas que tienen un defecto genético que les impide digerir la fructosa. Pero en otros casos puede ser algo puntual. Si tienes una infección en el intestino y se altera la mucosa, la fructosa es digerida con una encima que se produce en la zona más expuesta, la superficie. Si esta superficie de la mucosa es barrida y perdemos la capacidad de digerir la fructosa (y la lactosa, el azúcar de la leche). Podemos recuperar esa capacidad en cuanto se regenera la mucosa. Pero es que la diarrea producida por la propia intolerancia puede mantener la mucosa dañada. Es la pescadilla que se muerde la cola. Estas diarreas ácidas suelen ceder en cuanto retiramos de la dieta del niño los azúcares que no digiere: Fructosa y Lactosa.

¿Qué hacer cuando un bebé rechaza la fruta de repente?

Una vez que entendemos mejor las razones del niño que rechaza la fruta, pensemos cómo actuar.

Evidentemente nuestro objetivo es que el bebé acabe tomando la fruta de nuevo.

Pero si hay un problema que produce dolor al tomarla, e insistimos, sólo conseguiremos que el rechazo a la fruta se haga cada vez más fuerte y duradero.

Lo adecuado es eliminar la fruta de su dieta mientras dure el problema y ayudar si podemos a que se resuelva la causa del dolor.

En la práctica lo que debes hacer en cada una de las situaciones que generan dolor al tomar fruta es:

  • Rechaza la fruta por dentición. Habitualmente los dientes crecen dando estirones. Suelen estar activos durante unos 3-4 días. Es la fase en la que van rompiendo encía para salir y en la que estará más sensible. Si vemos que un niño rechaza la fruta y tiene dientes saliendo deja de ofrecerle fruta hasta que veas que los dientes detienen su avance y un par de días más para que la encía se repare.
  • Rechaza la fruta por un afta o llaga. Lo normal en las infecciones que las generan es que estén saliendo llagas nuevas durante 2-4 días y tras eso tarden en curar otros 2-3 días. En total una semana más o menos. Para que las llagas molesten menos y se curen antes lo que parece dar mejor resultado son aplicaciones de ácido hialurónico. Lo que hace es formar una capa protectora sobre la lesión.
  • Rechazan la fruta con gases y diarrea ácida. En estas situaciones lo que recomiendo es que elimines la fruta y la lactosa (el pecho no tiene problema, si toma leche, sin lactosa, puede tomar yogur y queso) y le des un probiótico. Hacemos esto hasta que desaparezcan los gases y la diarrea ácida y una semanita más. Cuando pase este periodo vuelve a ofrecerle lactosa y fruta. Si al hacerlo empeora de nuevo elimínalas de su dieta un mes. Si al reintroducírselas en la dieta vuelve a empeorar consulta a su pediatra, porque tal vez, no se trate de una intolerancia pasajera.

Como os decía al principio del artículo, un niño no siempre sabe lo que le conviene. Pero sus reacciones no son por ello injustificadas, absurdas o imcomprensibles.

Insistir a un niño a que coma algo que rechaza no es nunca la solución. Incluir la pelea sólo puede empeorar el problema. Empeorará la relación del niño con la comida y contigo.

Pero ¿Y si el niño simplemente está seleccionando la comida y rechaza la fruta porque prefiere otras cosas?

Esto es bastante frecuente. Pero ocurre porque ofrecemos al niño una dieta inadecuada.

Si tú ofreces a un niño lácteos azucarados es fácil que estos vayan suplantando progresivamente a otros alimentos que resultan menos apetecibles al niño.

La solución en estos casos pasa por 3 consejos simples:

  1. Confía en la capacidad de tu hijo de comer la cantidad necesaria. No hagas nada para que coma más. No suele funcionar y suelen ser soluciones contraproducentes.
  2. Elimina de la dieta del niño esos productos comodín que están suplantando a la comida. No le des más productos azucarados. Son caros, no aportan nada que no tenga una dieta variada y se cargan la dieta sana.
  3. Ofrécele comida variada pero en plato único. Es decir, no pongas primero, segundo y postre. Ofrece plato único. Y hazlo de forma que en conjunto haya variedad. Pero en cada comida ofrecemos un sólo alimento y de eso que coma la cantidad que quiera.

Haciéndolo así conseguirás sin pelear que tu hijo tome una dieta variada. Este es el objetivo, y lo haremos mejorando su relación contigo y con la comida.

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El recorrido del agua en el cuerpo de un niño o bebé

El agua es el principal componente del cuerpo del bebé. Es importante mantenerlo hidratado y hacerlo con agua de buena calidad.

El agua es el principal nutriente del organismo. Este vídeo explica fácilmente el camino que sigue en el organismo de un niño o bebé.

El agua es el nutriente más importante de los seres vivos. Para los seres humanos no es una excepción.

Y los niños tienen una mayor proporción de su cuerpo en forma de agua.

El vídeo nos muestra de forma esquemática algunos detalles importantes:

  • El agua entra en forma de líquido o con los alimentos.
  • En el intestino la absorbemos y pasa a la sangre.
  • La circulación la lleva a todos los puntos del organismo. Sirve de base de transporte, pasa a los tejidos ocupando espacio entre las células y en su interior.
  • Arrastra además los desechos del organismo que son purificados en el riñón y expulsados en la orina.
  • Pero no todo el agua que ingerimos es absorbida. Una parte debe quedar en las heces. Cuando esa cantidad es muy baja nos estreñimos. Cuando es demasiada aparece la diarrea.
  • La perdemos además a través de la respiración, en la mucosidad y con el sudor…

El cuerpo debe mantener una cantidad casi constante de este elemento. Y está muy bien preparado para hacerlo. Pero cuando hay pérdidas extraordinarias puede necesitar un aporte de agua por encima de lo normal.

Las situaciones que pueden hacer perder agua con más facilidad a un bebé o un niño son:

  • Diarrea. Cuando hay una irritación en el intestino que impide que absorba el agua que el cuerpo necesita. Aunque estemos tomándola en cantidad adecuada, se pierde.
  • Vómitos. Una irritación del estómago hace que lo que entra en él no pase hacia el intestino, sino que se retenga y sea expulsado por arriba. Suele ocurrir cuando el estómago detecta algo que le daña y se activan mecanismos para expulsarlo en lugar de permitir que pase hacia el intestino y lo dañe.
  • Fiebre. Cuando el cuerpo sube su temperatura puede perder agua por dos vías: Sudando y con la respiración, ya que cuanto más sube la fiebre más se acelera la respiración y más agua sale en ella.
  • Exceso de calor en el ambiente. Por ejemplo si dejamos a un bebé en la playa en las horas centrales del día. Aunque esté bajo una sombrilla puede estar a temperaturas muy superiores a 40º C. Y en esas condiciones la única vía para mantener la temperatura del cuerpo es sudar.

Aporte adecuado de agua

En todas estas situaciones es especialmente importante aportar cantidad suficiente a niños y bebés para evitar la deshidratación. Y será mucho más acuciante cuanto menor sea la edad del bebé. Ya que en los más pequeños la capacidad de adaptación es menor.

Cuando falta en el organismo hablamos de deshidratación. En un bebé suele notarse porque la boca está seca, la piel pálida y las ojeras marcadas.

Lo ideal para evitarlo es aportar cantidades pequeñas pero frecuentemente. Así suele ser mejor tolerada que si damos mucha cantidad de golpe. Especialmente será recomendable fraccionar las tomas cuando el bebé presente vómitos o diarrea. Porque cuando toma cantidades más pequeñas es más fácil que se retenga y asimile. Cuando toma cantidades mayores es más probable que se desencadene el vómito o el retortijón que acabe en diarrea.

En el cuerpo hay un equilibrio importante entre minerales y agua. Cuando aportamos un exceso de minerales deben ser eliminados por el riñón. Es parte de su trabajo. Entre las cualidades a destacar de un agua buena para niños y bebés está el hecho de que tenga una mineralización baja. Ya que si no es así, para el riñón supone una sobrecarga tener que eliminar constantemente una cantidad mayor de minerales que el cuerpo no necesita.