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Obsesión por los percentiles de niños y bebés y Obesidad

 Entender los percentiles de peso en los bebés para evitar la obesidad

Entendemos mal los percentiles de peso en bebés. Esto hace que usemos «remedios» que están produciendo un aumento de la Obesidad.

Los percentiles de peso se interpretan mal

Casi todos los días veo en la consulta niños y bebés cuyas familias están preocupadas porque tienen un percentil bajo de peso.

El problema en la mayoría de los casos no es que el bebé esté mal, sino que la interpretación de los percentiles es errónea.

Mucha gente, incluidos profesionales, ven los percentiles como una especie de calificación académica. De tal forma que un percentil de peso por debajo de la media es interpretado como un suspenso.

Y claro, los suspensos implican que hay que esforzarzarse por aprobar… 😱 Sea como sea…

El miedo a que un bebé con un percentil bajo de peso muera de desnutrición

Este concepto nace del miedo a la desnutrición heredado de nuestros antepasados inmediatos.

La generación de nuestros padres en España es la de los «niños de la postguerra». Fué una época dura en la que mucha gente pasaba penurias. Había niños que morían de hambre en España.

Para esa generación un bebé gordo era un bebé sano.

En esa época además la mortalidad infantil era muy alta, y su causa principal eran las muertes por «diarreas». En esta categoría entraban algunas infecciones, pero también muchas alergias o intolerancias alimentarias que ni se sabían diagnosticar ni se podían tratar en esa época.

Un bebé delgado en bastantes casos era un bebé que iba a morir en los primeros meses de vida.

Fue esa también la etapa en la que la Pediatría Moderna apareció como especialidad y se definieron sus estrategias iniciales respecto a la alimentación. Se buscó vencer el que en ese momento era el principal problema relacionado con el peso: La Malnutrición. Y se ha vencido. Pero hemos pasado en poco tiempo de esa situación de carencia a una de abundancia de comida.

Con esa herencia, pero en una situación radicalmente opuesta, pasa hoy en día lo que pasa: Ahora, el principal problema en nutrición es la Obesidad.

Los niños sanos con percentil de peso bajo

Cuando hacemos estadísticas de peso para clasificar los percentiles, sólo usamos niños sanos. Tan sano es el que está en el percentil 90 como el que está en el percentil 10 o en el 1….

Pero, estando sanos todos, ¿por qué hay tanta variedad de pesos?

Influyen muchas cosas. No todos los niños sanos se alimentan igual. Unos toman pecho, otros biberón y otros lactancia mixta. Cuando entramos en alimentación complementaria las diferencias son incluso mucho mayores.

Pero otras muchas cosas influyen en el peso, desde el clima a la actividad de la familia con el bebé…

Y por supuesto la genética. Somos todos diferentes. Desde el punto de vista genético, una mezcla única de los genes de nuestros padres.

Epigenética y programación metabólica en niños que les lleva a la Obesidad

En muchos aspectos de nuestro desarrollo somos el resultado de nuestra genética adaptada al ambiente en que crecemos.

Merece la pena explicar esto en detalle.

Tenemos muchos más genes de los que vamos a usar en nuestra vida. Disponemos incluso de genes que dan órdenes contrarias. ¿Cómo elige nuestro cuerpo cuáles usa y cuáles no? Lo hace adaptándose al entorno en el que vivimos.

Tenemos mecanismos muy finos que hacen que captemos cualidades de nuestro entorno que nos permiten escoger los genes más adecuados para sobrevivir en él.

Estos mecanismos son especialmente activos en los primeros 2-3 años de vida de un niño. Permiten una primer adecuación general al entorno en el que nos ha tocado nacer.

Seguiremos teniendo capacidad de bloquear ciertos genes y utilizar otros toda nuestra vida. Pero con la edad será una capacidad cada vez menor.

Podríamos hablar de que en los primeros 2-3 años de vida hacemos una programación genética que va a marcar en gran medida el resto de nuestra vida.

Uno de los aspectos en los que lo hará es el metabolismo. Por lo que suelo hablar de programación metabólica.

Al hacer que un bebé suba su percentil por encima de la media estás favoreciendo la Obesidad en el futuro

Cuando en una valoración del percentil de peso y talla de un bebé decimos que está por debajo de la media, o que está delgado porque su percentil de peso es inferior al de talla, hay que ser muy cuidadosos. Porque estamos abriendo la caja de los truenos.

Ya antes de que les digamos su percentil, muchas familias ven lo evidente: que el bebé es delgado en comparación con otros de su edad.

Pero se pasa por alto la pregunta clave: ¿Está sano?

Porque si está sano siendo delgado, ¿cuál es el problema?

El problema es que con la herencia del hambre de la postguerra cuesta creer que un bebé delgado pueda estar sano.

Cuando esto ocurre se inicia una odisea de pruebas diagnósticas para encontrar la causa. Pruebas en muchos casos agresivas para el niño, que suelen acabar sin un diagnóstico.

Si el niño no tiene signos de enfermedad, está activo y feliz, ¿por qué no lo dejamos en paz?

Pero es que en muchos casos no se le deja en paz ni tras someterlo a las pruebas diagnósticas siendo normales.

Veo montones de bebés en los que se ha descartado que haya una enfermedad y se trata simplemente «la delgadez». Niños con todas sus pruebas normales a los que:

  • Se les obliga a comer más de lo que desean.
  • Modificamos su dieta empobreciéndola en variedad sólo con el objetivo de que coman más en cantidad.
  • Se les dan medicamentos para aumentar el apetito o suplementos nutricionales con el único objetivo de que ganen peso.

Y se interpreta como un éxito cuando se consigue que suban por encima de la media.

Expliquemos en qué ha consistido el éxito… Más Obesidad

Lo que hemos hecho es modificar la epigenética a martillazos. Pero veamos lo que eso implica.

Durante esta etapa en la que la elección de genes es más adaptable hemos suplantado mecanismos metabólicos que había escogido su instinto. Esos que le llevaban a ser un bebé sano y delgado, por otros que le ayudan a ser un bebé por encima de la media en peso.

Superamos la edad en la que escogemos los genes que nos acompañarán en nuestra vida y nos quedamos con aquellos que permiten tener un peso mayor.

Lo que hemos hecho es decirle al instinto del bebé que se ha equivocado. Que la prioridad no es estar sano, sino ganar peso por encima de la media.

¿Estaremos igual de contentos cuando nuestro hijo, ya adulto, tenga un peso superior a la media?

¿O preferiríamos que se hubiese quedado con su elección original y fuese un adulto sano y delgado?

Involuntariamente, y creyendo que hacían lo mejor para sus hijos, pero la generación que superó las hambrunas de la postguerra son los padres de la generación con mayor obesidad de la historia, por ahora….

Sólo podremos evitar que la siguiente generación nos supere si desterramos los esquemas que han llevado a la situación actual. 

Por supuesto influyen otros factores, como lo fácil que es alimentarse mucho y mal en la actualidad, pero ese es otro tema…

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Flora Intestinal y Alergia cada vez más frecuente

Flora intestinal y alergias. Cómo conservar una flora adecuada que evite las alergias.

El aumento de Alergias es evidente. Uno de los factores que influye es la flora intestinal y cómo nuestro modo de vida la está alterando. Algunos consejos para contrarrestar esta tendencia.

Hay un aumento evidente de alergias en la población infantil durante las últimas décadas.

Se han elaborado muchas teorías para intentar explicarlo.

Y también se han hecho recomendaciones para intentar revertirlo. Por ahora con poco éxito.

Una de las teorías es la higienista de la que ya hablé en algún artículo. Pero en esta ocasión quiero centrarme en tres aspectos concretos que pueden ayudar a tu hijo a tener una flora intestinal más rica que dificulte la aparición de alergias:

  • Cesárea.
  • Antibióticos en los primeros meses de vida.
  • Higiene en los primeros meses de vida.

La flora intestina tiene un papel fundamental en la regulación del sistema defensivo, especialmente en la etapa de lactante

La Cesárea, la Flora Intestinal y el aumento de alergias

En algunos casos el parto es imposible. En otros no es deseable. No todos los partos van bien. Y la Cesárea es una técnica que ha salvado a muchas madres y a muchos bebés. Un parto complicado en el que el bebé ya lo está pasando mal puede llevar a unas secuelas terribles de por vida que son evitables con una cesárea a tiempo.

Pero como todo, la Cesárea no es una solución sin efectos secundarios. Los tiene para la madre y también para el bebé.

Hay cada vez más estudios que muestran un aumento de la frecuencia de alergias en los niños que nacieron por cesárea.

La razón parece ser una flora intestinal pobre en estos niños que no modula adecuadamente al sistema defensivo en los primeros meses de vida. Las bacterias que recibimos al nacer y forman nuestra flora intestinal interactúan con el sistema defensivo regulando su funcionamiento futuro.

Cuando un bebé nace de parto natural, pasa a través de la vagina de su madre. Y obtiene sus primeros gérmenes de esa zona. 

Cuando nace de cesárea, evita ese paso, y obtiene sus primeros gérmenes de la piel de su madre y de los presentes en el hospital.

Ambos casos generan floras intestinales muy diferentes entre sí.

Se ha visto que los gérmenes presentes en la vagina de la madre dan lugar a una flora intestinal más rica y equilibrada. Una flora que modula en los primeros meses de vida la respuesta del sistema defensivo reduciendo la incidencia de alergias.

Algunos expertos sugieren que para evitar esto:

  • Las cesáreas deben estar siempre bien justificadas. Hay zonas en las que más de la mitad de los partos acaban en cesárea. Esto no es razonable. Pero como siempre, dan igual las estadísticas. Cada caso debe ser valorado de forma individual.
  • Tras la cesárea debería «contagiarse» al bebé con las secreciones vaginales de la madre. Para lograr así que el bebé sea colonizado por los gérmenes adecuados. Excepción evidente es cuando la madre presenta algún germen patógeno en su vagina, como el Estreptococo Agalactiae del grupo B (SGB), el VIH o el Tracoma…
  • Administración precoz de probióticos en los bebés que nacen por cesárea y no se ha hecho siembra de gérmenes vaginales de la madre.

Antibióticos en los primeros meses de vida, flora intestinal y alergias

Los antibióticos son medicamentos que matan bacterias.

Algunas de esas bacterias pueden causar infecciones graves, incluso mortales. Por lo que los antibióticos son una de las herramientas que más vidas ha salvado desde su descubrimiento.

Pero como ocurría con las cesáreas, no todo es positivo.

Cuando tratamos a un bebé con antibióticos estamos eliminando gérmenes perjudiciales. Pero también a la flora intestinal del bebé.

Si esto ocurre la flora se irá reconstruyendo con los nuevos gérmenes que vayan entrando en nuestro cuerpo. El problema es que los bebés tienen una flora muy concreta que adquirieron como hemos explicado en el parto. Cuando el antibiótico elimina esa flora será reemplazada por otros gérmenes presentes en nuestro entorno que nada tienen que ver con la flora vaginal de su madre en el parto.

Se ha visto que el uso de antibióticos en etapas precoces se asocia con la aparición de alergias con más frecuencia.

Para evitarlo, se recomienda:

  • Usar antibióticos sólo cuando está justificado. Es decir en infecciones bacterianas que pueden complicarse si no se tratan adecuadamente. No usar antibióticos simplemente porque hay fiebre alta o porque no ha cedido en unos días. Ante la duda hay analíticas que pueden decirnos si una infección está o no producida por bacterias.
  • Siempre que se dan Antibióticos debería acompañarse el tratamiento con Probióticos. Los probióticos son suplementos de gérmenes beneficiosos que podemos tomar para asegurar que tras el efecto del antibiótico el intestino se repuebla con la flora adecuada.

Retraso de la exposición a gérmenes, flora intestinal y alergias

Ya expliqué en otro artículo que las alergias alimentarias han aumentado desde que retrasamos la introducción de alimentos en la dieta.

La asociación perfecta para esto es el retraso de la exposición a gérmenes que tenemos en las «muy limpias» sociedades desarrolladas. Las alergias son muchísimo más frecuentes en Suecia que en Pakistán. Pero hay una clara asociación entre alergias y clase social. Siendo mucho más frecuentes en clases sociales acomodadas en las que las condiciones de higiene son mayores.

El problema es que los niños que se crían en condiciones de higiene tipo «NASA» tienen una flora intestinal menos rica que aquellos que crecen sin tanta antisepsia. Y esto es bueno porque en los primeros meses de vida, cuanto más rica es la flora bacteriana con la que vivimos mejor se modula la actividad del sistema defensivo.

Alergias de piel, respiratorias y alimentarias son menos frecuentes en niños que se han criado en condiciones de higiene «deficientes». Con lo que tal vez deberíamos cambiar de mentalidad y entender que las condiciones de higiene «deficientes» son en realidad las normales y que las que estamos dando a los bebés en sociedades «desarrolladas» son en realidad excesivas.

Recomendaciones concretas para corregir esto:

  • No aísles a tu bebé en una «burbuja» para que nadie pueda tocarlo o respirar cerca de él….
  • No esterilices.
  • Sal a la calle sin el paquete de toallitas. Deja de limpiar compulsivamente sus manos por si se mete gérmenes en la boca.
  • Deja que tu bebé juegue en la tierra y toque a los animales. Los niños que con menos frecuencia desarrollan alergias son aquellos que se crían en una granja con contacto directo con los animales.
  • Báñalo sólo cuando esté sucio. Especialmente evita los jabones cuando no sean imprescindibles.
  • Sal al campo con tu bebé tanto como puedas y déjale que se pringue. Báñalo de Naturaleza.

Como ves hablamos de 3 aspectos que identificamos habitualmente como avances que han salvado vidas.

Pero que si no sabemos manejar generan problemas cada vez más frecuentes.

Espero que entenderlos cambie realmente las posibilidades de que tu hijo acabe desarrollando una alergia.

Hay otros factores que han aumentado la frecuencia de alergias en los niños

Siempre suelen influir varios factores en el desarrollo de un problema.

Los más destacados a los que también se da protagonismo en el aumento de alergias son:

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Pelear con tu hijo para que coma: 5 motivos para NO hacerlo Nunca, Nunca, Nunca…

5 Motivos para no pelear con tu hijo para que coma nunca. Pelear con un niño para que coma es mala idea por muchos motivos. Pero es algo muy frecuente. Ojalá te convenza para que no lo hagas nunca más.

Tal vez sea una guerra perdida, pero quiero seguir luchándola.

Por desgracia, para muchas familias, los peores momentos del día con su hijo son las comidas.

Pero no tendría porqué ser así. Y no depende del niño, sino de ciertas ideas muy extendidas y que son totalmente falsas.

Voy a intentarlo. Voy a ver si soy capaz de convencerte de que nunca más vuelvas a pelear con tu hijo para que coma.

«Si no lo hiciese no comería»

Primera razón que se argumenta para hacerlo. Pero…

De verdad, siendo sinceros… ¿Tú realmente te crees eso? ¿Tú crees que tu hijo es el único ser vivo de este planeta que no trae el hambre de serie? ¿Has probado a no pelear con él, a no ofrecerle comida y ver qué pasa? Porque estoy 100% seguro de que lo que pasaría es que él te pediría la comida. Lloraría por ella, si es necesario.

De verdad, deja de repetirte como argumento algo imposible. Tooooooodos los seres vivos sienten hambre si no comen. Si no fuese su caso y sigue vivo habría que patentarlo. Sería la solución para la sostenibilidad del planeta. Pero es que no existe algo así.

Aunque jamás insistas a un niño para que coma, ninguno se muere de hambre si se le ofrece comida 5 veces al día. Puede morirse de otras cosas, ¡pero de hambre no!

«Pero es que él come poquísimo si yo no le insisto»

El mayor error relacionado con la comida en niños es pensar que él no es capaz de decidir la cantidad de comida que necesita tomar.

La mayoría de problemas que vemos en este sentido son por exceso, no por defecto.

Hay circunstancias que hacen que usemos la comida como sustituto de otras necesidades, lo que favorece la obesidad. Pero son muy pocos los casos contrarios, en los que sustituimos la comida por otros recursos a largo plazo.

Un niño puede renunciar a comer, por ejemplo, si a cambio de eso recibe algo más importante para él, como es la atención. Pero si esto ocurre tal vez deberíamos pensar que:

– Debemos aportarle más atención sin que tenga que forzarnos a ello.

– No debemos hacerlo reforzando conductas negativas para su salud. Es decir, si no come, no debemos dar importancia a ese no comer. O el niño establecerá una relación basada en ese canje: Conseguir la atención que de otro modo no recibe portándose mal, entre otras formas de hacerlo, no comiendo.

Hay que entender además que el crecimiento durante los primeros meses de vida es más rápido de lo que lo será nunca más en su vida y eso consume muchísimos recursos. Por eso, la mayoría de los niños come con 6-8 meses claramente más que con 1 año. Es algo que hace pensar a muchos padres que su hijo come peor conforme crece. Simplemente está reduciendo su alimentación porque ya no la necesita.

La prueba definitiva para saber si un niño come o no la cantidad necesaria es ver cómo está:

Si tu hijo come la cantidad que él quiere, está sano y activo (muy activo, de hecho), no come más porque no lo necesita. ¡De Verdad!

Empeora la relación de tu hijo con la comida

Esto es algo en lo que parece que no se piensa. Nos centramos demasiado en el corto plazo: «Ha comido poco y me preocupa que pueda pasarle algo si se acuesta sin comer»….

¿Sabes cuántos niños se acuestan sin comer en el mundo porque no tienen comida? Pues aguantan, y mucho.

Pero ¿qué pasa a largo plazo con la relación con la comida de un niño con el que peleamos en cada comida para que se alimente «un poco más»?

Pues algo evidente, que la comida se convierte en algo desagradable.

¿Realmente crees que un niño va a comer más a largo plazo si cada vez que ve llegar la comida sabe que toca pelea? Si lo crees, te equivocas. Seguramente si lo haces es porque no te lo has planteado en serio.

Empeora la relación de tu hijo contigo innecesariamente

Si tienes claro todo lo anterior deberías entender ya que pelear con un niño para que coma es innecesario y contraproducente. Pero es que además tiene un efecto negativo que deberíamos evitar siempre que sea posible: Va a empeorar la relación que os une.

Y para mí esa relación es sagrada. Porque es de verdad la única herramienta educativa válida. Habrá otras conductas en el futuro que sí será necesario modificar por el bien de tu hijo. Apelar a una buena relación es mucho más efectivo que cualquier coacción. Y hacerlo así construye, no destruye.

Por eso, empeorar la relación con tu hijo en este tema es algo que puede tener repercusiones importantes en otros muchos aspectos de su conducta en el futuro.

Cuida tu relación con él no forzándole a hacer algo que ya se encarga de conseguir uno de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis: El Hambre.

Favoreces que tu hijo sea obeso en el futuro

A pesar de que nos empeñemos en pensar que nuestro hijo viene escacharrado y no es capaz de regular la cantidad de comida que necesita, es una «máquina bien diseñada».

A lo largo de la historia de la humanidad como especie hemos superado situaciones muy diferentes en cuanto a disponibilidad de comida.

Hemos ido acumulando genes que nos permiten adaptarnos a un amplio repertorio de circunstancias.

Durante los primeros dos años de vida se produce un ajuste en el que el cuerpo va descartando algunos genes y afianzando el uso de otros. Es lo que permite que un ser humano pueda sobrevivir en ambientes tan diferentes como lo hace.

Hoy en día, desde el punto de vista nutricional, si tuviésemos que decidir cuál es el ambiente en el que vivimos y qué lo diferencia de otras épocas de nuestra historia es: La Inmensa Abundancia de AZÚCAR de absorción fácil.

Por desgracia en nuestra sociedad alimento infantil es el mismo que el de los adultos, pero con azúcar añadida.

Durante la mayor parte de la historia de la humanidad el azúcar era algo muy escaso. ¿Sabes la cantidad de comida que debía consumir un hombre hace 100,000 años para conseguir la cantidad de azúcar refinada que consumimos nosotros hoy en día en una sola comida?

Cuando no éramos agricultores ni ganaderos, es decir la mayor parte de la historia humana, había que recorrer grandes distancias y recolectar una cantidad de comida muy superior a la actual para conseguir una cantidad muy pequeña de nutrientes ricos.

Con la agricultura y la ganadería hemos hecho crecer a nuestro alrededor fuentes de nutrientes que hemos seleccionado porque son especialmente ricas.

Para hacerte una idea, vete un día al campo sin comida y come sólo de lo que encuentres. Me refiero a irte al monte, no a unos campos cultivados. Si lo haces prepárate. Incluso si sabes dónde encontrar esos nutrientes, cosa que no sabemos hoy en día la mayoría, vas a pasar HAMBRE, con mayúsculas.

En muchos niños se produce una reducción importante de la cantidad que comen coincidiendo con la introducción de la alimentación complementaria. Lo hacen porque sus genes, al tener acceso a una cantidad importante de azúcares de absorción fácil en la dieta asumen que estamos creciendo en una zona de hiperabundancia. Y se adaptan, de forma correcta reduciendo la cantidad de comida de forma importante.

Pero nosotros nos empeñamos en contradecir esa sabiduría genética y forzamos a los niños a comer más.

Si insistimos estamos haciendo algo con lo que no contamos. Estamos forzando al cuerpo a desechar unos genes que son los escogidos de forma natural para esta situación y a usar otros pensados para gestionar ese exceso de azúcares.

Lo único que puede hacer con ese exceso de azúcar es almacenarlo. Y prepara los almacenes aumentando el número de células grasas. Ahí seguirán toda la vida y harán su trabajo. Estamos sembrando Obesidad.

Para mí está claro que esta es la base fundamental de la epidemia de obesidad infantil que sufrimos. Y la solución:

– Eliminar los azúcares de absorción fácil de la dieta, especialmente en los 2 primeros años de vida.

– Confiar en la capacidad de nuestra genética para escoger los genes adecuados para adaptarnos a nuestra situación actual y respetar su gestión de la cantidad de alimento que consume espontáneamente.

No es algo secundario. Nos estamos jugando el futuro metabolismo de nuestros hijos.

Te puedo asegurar que para mí, entender esto es uno de los temas más importantes de salud infantil.

Si por mí fuese, éste debería ser uno de los Artículos Esenciales de mi blog para todas las familias.

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¿Puede el Sacaleches o Extractor generar problemas?

Problemas por un uso incorrecto del Sacaleches o Extractor de Leche Materna.

El Extractor de Leche Materna o Sacaleches puede ser una herramienta muy útil, pero también puede generar problemas si no entendemos algunos matices.

Con el resurgir de la lactancia materna, cada vez se usan más instrumentos asociados con ella. Si por algo se caracteriza la lactancia materna es por necesitar poco más que a la madre y su hijo para funcionar.

Pero hay situaciones y dificultades en las que pueden ser útiles ciertos elementos.

Uno de ellos es el Extractor de leche materna o Sacaleches.

¿Qué es un Sacaleches o Extractor de Leche Materna?

En algunas ocasiones el bebé no puede vaciar el pecho adecuadamente.

Hay muchas circunstancias que pueden llevar a esto:

  • Separación del niño y la madre por patologías del niño que le impiden alimentarse directamente del pecho por un tiempo. Usamos el sacaleches en estas situaciones para mantener la lactancia materna. Ya que si, hasta que el bebé se recupere, dejamos el pecho sin vaciar se retirará la leche.
  • Separación del niño y la madre por actividades que la madre tenga que hacer separada del bebé. Muchos trabajos, viajes, algunas patologías de la madre.
  • Aliviar la presión por una producción de leche que supera momentáneamente lo que el bebé necesita.
  • Estimular la producción de leche cuando el bebé está débil y no es capaz de hacerlo él sólo.

Hay algo que creo necesario dejar claro aquí:

  • No hay mejor sacaleches que tu bebé. Todos los sacaleches son imitaciones imperfectas. Ningún sacaleches vacía el pecho tan bien como un bebé que no tenga problemas para hacerlo.
  • Usar sistemáticamente el sacaleches en lugar de poner al bebé al pecho es un error. Me refiero a una situación que veo con cierta frecuencia. A algunas madres les agobia pensar que el bebé no come suficiente con el pecho. En ocasiones deciden sacar la leche con el sacaleches para poder medirla y se la dan con biberón. Lo hacen para saber cuánto está tomando el bebé con exactitud. Error importante. Porque saber eso sólo genera nuevas preocupaciones innecesarias. Ya que no existe una cifra correcta de leche que debe tomar.

Retenciones de leche por el uso del sacaleches

Aquí quiero comentar un detalle en el que no suele pensarse y que veo con frecuencia en las mujeres que usan el sacaleches son asiduidad.

Básicamente un sacaleches es una bomba de presión negativa que succiona la leche del pecho.

El problema es cuando lo usamos sin tener claro para qué.

Porque según nuestro objetivo debe utilizarse de una forma diferente:

  1. Puede usarse en momentos de separación de madre y bebé para vaciar la leche que si no es extraída se acumularía haciendo que el pecho reduzca su producción. En estos casos interesa hacer un vaciado completo, como lo haría el bebé, para mantener la misma producción de leche.
  2. También puede usarse para aliviar la presión excesiva cuando hay más cantidad de leche de la que el bebé necesita en ese momento. Cuando esto ocurre debemos vaciar sólo hasta que se alivie la presión. Ya que si persistimos hasta vaciarlo del todo lo que hacemos es aumentar la producción de leche aún más.
  3. Y puede utilizarse para estimular al pecho a producir más leche si es nuestro objetivo. Para aumentar la producción lo que haremos es dejar al bebé que tome cuanto quiera directamente y una vez que no quiere más, vaciar algo más el pecho de forma que aumentamos progresivamente la producción.

Usar el sacaleches más de lo necesario puede dar lugar a un aumento de la producción de leche que además no afecta por igual a todo el pecho. Sino que se concentra en unas zonas concretas.

Os pongo un ejemplo. Este tema lo he tratado varias veces en la consulta, pero hoy me pongo a escribir el artículo por un caso concreto que he atendido en la consulta:

«Una madre con un bebé de 5 meses y medio se ha incorporado al trabajo. El bebé toma sólo lactancia materna. Así que la madre ha decidido seguir dándole el pecho a demanda cuando está con él y en el trabajo se extrae la leche del pecho cuando lo nota lleno. Esa leche la guarda para que el bebé la tome al día siguiente cuando ella está separada de él.

La madre ha notado que los fines de semana tiene una retención en ambos pechos en la zona externa que le resulta muy molesta.

La primera semana pensó que era casualidad, pero tras varias semanas ve que el patrón se repite, y que sábado y especialmente domingo la retención vuelve. Y de forma extraña el lunes se resuelve.»

A ver si alguien supone el motivo….

 

La respuesta

El sacaleches tiene una campana que de adapta al pezón. Esta campana es redonda. Cuando usamos el sacaleches la presión negativa succiona leche por igual de todo el pecho.

Pero un bebé no lo hace así. De hecho dependiendo de la postura en la que ponemos al bebé podemos vaciar mejor una zona concreta del pecho.

Si separamos el pecho en cuñas, el bebé vacía mejor siempre la cuña que va desde el pezón hacia la barbilla del bebé.

Lo habitual es que pongamos al bebé en brazos cruzado sobre nuestro cuerpo de forma que su barbilla suele apuntar hacia la parte inferior interna de cada pecho. Es la zona que vacía más.

Mientras el sacaleches tiende a vaciar todo el pecho con la misma intensidad.

Cuando esta madre se saca la leche en el trabajo está estimulando la producción de leche en zonas que el bebé no suele vaciar tanto. La cara externa del pecho y especialmente la superior externa.

Como el fin de semana está con el bebé todo el día no necesita el sacaleches.

El resultado es que tras estimular 5 días la producción de leche de la zona externa del pecho, pasa dos días en los que casi no la vacía. Es la retención que nota. 

Solución en este caso: Seguir igual, pero en los momentos del fin de semana en que nota retención en la cara externa del pecho, puede usar el sacaleches tras darle la toma al bebé hasta aliviar la presión.

Y es que lo que parece simple, tiene muchos matices….

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¿Cómo mejorar la acidez y ardores del embarazo?

Ardores o acidez en el embarazo.

La acidez y ardores del embarazo son tan frecuentes que casi el 50% de las gestantes los padecen. Te doy consejos.

La acidez y ardores del embarazo son tan frecuentes que casi el 50% de las gestantes los padecen. Te doy consejos útiles para que mejores tu día a día de embarazada y disfrutes tu nuevo estado.

Para ello contamos con este nuevo artículo de Francisco Zorrilla, ginecólogo y autor de consultatuginecologo.com.

Hoy te hablo de un nuevo tema relacionado con las molestias y cambios que sufre tu cuerpo durante la gestación y que provoca síntomas que, si bien no son graves, si llegan a resultar molestos por su frecuencia de aparición en el embarazo.

¿Cómo se manifiestan la acidez y ardores del embarazo?

La forma en la que cada mujer percibe  un mismo problema puede ser diferente y así se manifiesta en el síntoma del que te hablo hoy.

Si comentas con otras embarazadas, veras como unas lo referís como acidez, otras como ardor, quemazón,  e incluso dolor  que desde la boca se irradia al esófago y al estómago (el esófago es el conducto que une la boca con el estómago).

En múltiples ocasiones el problema se agrava por la presencia de náuseas y vómitos, tan frecuentes durante la gestación. Mi consejo es que, además, revises este artículo, pues ambos problemas están muy relacionados.

¿Causa de la acidez y ardores del embarazo?

De lo primero que quiero hablarte, y que comprendas, es de las causas y los factores del embarazo que influyen en la aparición de éste síntoma, tan frecuente cómo molesto.

1. Factor hormonal:

El embarazo supone estar bajo un ambiente hormonal distinto. Desde el momento de la ovulación, tu ovario ya comienza a segregar grandes cantidades de progesterona. Esta hormona junto con la  HCG ( hormona gonadotropina coriónica), sintetizada por la placenta, son las principales hormonas del embarazo.

Pues bien, uno de los efectos de la progesterona es la de relajar la musculatura del aparato digestivo. Relaja los movimientos intestinales (favorece el estreñimiento, malas digestiones, náuseas, gases, etc). Además, no deja que el estómago cierre bien y favorece que el reflujo del ácido del estómago hacia el esófago y la boca.

2. Factor mecánico:

Por otro lado, al aumentar el volumen de útero que contiene a tu bebé, conforme avanza el embarazo, comprime  y desplaza todo el sistema digestivo hacia arriba, agravando el problema.

3. Factor genético:

Obviamente, además influye tu predisposición individual y genética al problema.  No todos tenemos la misma tolerancia hacia determinados problemas de salud.

¿Cuáles son los consejos para evitar la acidez y ardores del embarazo?

A la vista de los factores que ya te he comentado  te puedo dar consejos dietéticos y mecánicos.

1. Consejos dietéticos:

  • Evita las comidas copiosas o abundantes. Se trata de comer lo mismo, pero repartirlo en 5 veces a lo largo del día. En cada comida intenta comer menos para que la distensión abdominal sea menor y se libere menos ácido dentro del estómago.
  • Mastica bien los alimentos. La digestión en la embarazada está enlentecida por el menor movimiento intestinal. Ayúdale, masticando despacio los alimentos.
  • Evita las bebidas carbónicas o con gas. El gas distiende el estómago y aumenta la acidez.
  • Evita el café, alimentos con cafeína o los chocolates, zumos cítricos o de tomate, picantes, fritos, mostazas, etc.
  • No te acuestes antes de dos horas tras haber cenado. Si das un paseo antes de dormir te ayudará.
  • Evita tomar mucho líquido durante las comidas, para no aumentar la distensión del estómago. Lo recomendable es tomar líquidos de forma continuada, a pequeños sorbos durante el día, pero  fuera de las comidas.
  • Evita las comidas muy calientes o muy frías.
  • En algunas embarazadas, puede que le mejore el tomar un vaso de leche o yogur.
  • Evitar el tabaco, por supuesto.

2. Consejos mecánicos

  • Intenta dormir  con la cabeza más elevada. Para ello puedes utilizar un almohadón o mejor elevar el colchón de la cama, metiendo debajo una almohada. Basta con elevar la parte de la cabeza unos 5-10 cm.
  • No utilices ropa ajustada a la cintura, para no comprimir al abdomen.
  • Procura, al agacharte hacia delante  no inclinar el cuerpo, sino doblar las rodillas y bajar con el cuerpo recto.
  • Haz ejercicio diariamente. Nadar o caminar son los mejores, sencillos y al alcance de la mayoría de las embarazadas.

3. Si lo anterior fracasa…

En la gran mayoría de los casos, con las medidas anteriores aplicadas de forma correcta, suele ser suficiente.

No obstante, en casos rebeldes, que amenazan con amargarte el embarazo, puedes usar fármacos antiácidos y/o ranitidina. El consejo es consultar a tu médico o ginecólogo previamente.

¡Te deseo un feliz embarazo¡

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Problemas en la Lactancia Materna ¿Qué hacer?

 Problemas en la lactancia materna y cómo resolverlos.

Lactancia Materna: Lo ideal. Pero la pintamos muy bucólica y en muchos casos hay Problemas. Cuáles son los más frecuentes y dónde encontrar Soluciones.

En la mayoría de los casos el mejor alimento para un bebé durante sus primeros meses de vida es la Lactancia Materna.

Lo ideal es mantenerla al menos hasta que el bebé complete la introducción de la Alimentación Complementaria.

Esto nos lo sabemos ya casi todos muy bien. Pero…

¿Qué pasa cuando hay Problemas en la Lactancia Materna?

¿Dónde encontrar respuestas que ayuden a superarlos para mantener esa deseada Lactancia sin que suponga una carga insoportable?

Aquí es donde falla el tema.

Toda madre debería poder acceder con facilidad a una persona con los conocimientos necesarios para solucionar los Problemas en la Lactancia Materna. Pero por desgracia no siempre es así.

Hablamos de Asesores de Lactancia Materna: Personas que, en distintas ramas de la salud, atienden a las madres durante esta etapa y se han formado para resolver Problemas en la Lactancia Materna.

Hay mucha variedad, tanto en formación como en enfoque. Lo que creo que no debemos de perder de vista si ejercemos esa función es:

  • Que la Lactancia Materna es lo mejor porque suele enriquecer la crianza desde el punto de vista emocional y nutricional.
  • Que debemos ayudar a mantener la Lactancia Materna mientras sea el deseo de la madre.
  • Pero sin olvidar que la Lactancia no es el objetivo final. Es dar lo mejor al bebé. Y si en ciertas situaciones no logramos resolver los problemas la Lactancia Materna puede acabar empeorando tanto la experiencia de crianza, que acabe siendo negativa, para el bebé, para la madre y para su relación.

Cuáles son los Problemas más frecuentes en la Lactancia Materna

La verdad es que son muchos. Y es difícil enumerarlos todos. Así que voy a centrarme en los más destacados.

  1. Mala Información. Sigue habiendo mucha información errónea sobre lactancia. Es increíble la cantidad de queten que bombardea a las madres con esa información inadecuada. Cosas como que «el pecho hay que darlo cada 3 horas y 10 minutos en cada pecho» siguen teniendo defensores. Cuando alguien próximo a la madre dice estas cosas yo suelo preguntarle: «¿Diste pecho a tus bebés?». Lo habitual es que respondan: «Sí, pero sólo un par de meses. Es que yo no tenía…». Entonces le explico que la razón por la que no tuvo es que le recomendaron una forma de dar el pecho condenada al fracaso. Son muchos los falsos mitos en torno a este tema.
  2. Problemas de agarre. Son problemas solucionables en casi todos los casos. Algunos se deben a una mala postura y otros a limitaciones del bebé, como el frenillo lingual, labial…
  3. Falta de leche materna. También solucionable en la mayoría. En muchos casos incluso no es real y el bebé está recibiendo la alimentación que necesita, pero se piensa que no porque no se entiende una evolución del peso por debajo de la media en un niño sano. Aunque hay algunos casos en los que realmente no podemos llegar a hacer una Lactancia Materna exclusiva, o en los que no sería deseable porque es a costa de hacer de la lactancia el único foco de la vida de la madre. En estas situaciones creo que hay que mantener la lactancia que es factible con la mejor situación de madre y bebé.
  4. Problemas transitorios del pecho. Como las ingurgitaciones, las mastitis, las obstrucciones…
  5. Y miles de dudas: Pezoneras, Sacaleches, Probióticos, Antibióticos, Medicamentos….

Si decidiste dar Lactancia Materna a tu hijo. Empezaste con la mayor de las ilusiones y te has encontrado con una realidad que te está haciendo plantearte si realmente es lo mejor para tu hijo, busca la asesoría de alguien que pueda ayudarte.

Si lo deseas puedes consultarme a .

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¿Cuáles son los principales cambios de las mamas en el embarazo?

Cambios del pecho en el embarazo

Al igual que el resto de tu cuerpo, las mamas en el embarazo sufren ciertos cambios para adaptarse a la llegada de tu bebé.

Al igual que el resto de tu cuerpo, las mamas en el embarazo sufren ciertos cambios para adaptarse a la llegada de tu bebé. Hoy, Francisco Zorrilla, de consultatuginecologo.com nos comenta estos cambios, resuelve tus dudas, y aporta consejos.

Las mamas son una parte fundamental en los primeros días tras el parto. La lactancia natural es la mejor forma de alimentar al bebé y deben de estar preparadas para ese cometido desde el mismo momento del parto.

A veces tienes el bebé antes de tiempo, prematuro de 7 y 8 meses,  y tras el parto ya puedes dar de mamar a tú hijo. Quiero con ello decirte que los cambios de adaptación que sufre la mama ocurren desde el comienzo de la gestación y que estarán a punto antes de los 9 meses.

La mama se transforma bajo la acción hormonal. Desde que te quedas embarazada, tu organismo está dominado por la progesterona y la hormona gonadotrofina coriónica. Ambas son las responsables de todos los cambios gestacionales que sufres en tu organismo.

Nada más faltarte la menstruación notas lo que denominamos síntomas iniciales del embarazo, entre ellos está un aumento de la tensión mamaria, aumento de volumen y mayor sensibilidad.

¿Cuáles son los principales cambios de las mamas en el embarazo?

  • Aumento del tamaño.
  • Sensibilidad/Tensión/Dolor
  • Color
  • Vascularización
  • Cambios en la areola y pezones
  • Calostro
  • Estrías

Aumento del tamaño

La acción de la progesterona, aumenta el volumen de las mamas en los días antes de la menstruación. Estos cambios, ya manifiestos en esos días, serán más intensos si finalmente el test de embarazo te resulta positivo.

Es uno de los síntomas más característicos. De hecho algunas mujeres ya presienten que se han quedado embarazadas, incluso antes de que les falte la menstruación, por el aumento del volumen de las mamas.

La acción de la progesterona aumenta la vascularización, el desarrollo de la glándula propiamente dicha y el acúmulo de la grasa en la mama, de forma progresiva a lo largo de toda la gestación. No obstante, estos cambios son muy marcados en los primeros meses con el objetivo de tenerlas preparadas pronto por si el parto se adelanta.

Sensibilidad tensión y dolor 

El aumento de la sensibilidad y tensión es otro de los síntomas más característicos y conocidos de las mamas en el embarazo y también de los más precoces. Cualquier roce te resulta incluso molesto.

En ocasiones llegas a sentir que las mamas se vuelven dolorosas o notas picazón por dentro.

Cambios en el color de mama 

La piel de la mama va cambiando y adquiriendo un tono azulado por el aumento del riego sanguíneo. Este color contrasta con el de la areola y pezón que cada vez son más oscuros y prominentes.

Aumento de la vascularización 

Efectivamente, la mama se vuelve azulada por aumento en la vascularización. Los vasos sanguíneos se hacen tan prominentes, tanto en el interior como en la superficie, que puedes ver muy marcadas y engrosadas las venas de la piel, con su tono azulado característico.

Cambios en los pezones y areolas

Los cambios a este nivel son muy típicos y llamativos, y similares a los del resto de la mama:

  • Aumento de tamaño
  • Pigmentación más oscura del pezón y areola
  • Aumento de la sensibilidad
  • Glándulas de Montgomery más marcadas.

Te preguntarás  ¿qué son las glándulas de Montgomery?. Son unos bultitos, del tamaños de unos granitos de 2-3 mm, muy marcados y visibles en la piel de la areola.

Contienen glándulas que segregan sebo y grasa, muy útiles para mantener hidratada y protegida  la areola durante la lactancia.

Estrías en las mamas durante el embarazo

El rápido crecimiento de las mamas puede hacer que las fibras de la dermis (capa debajo de la piel) se rompan y aparezcan las conocidas estrías. Al inicio son de color más rojizo e intenso. Tras el parto se aclaran y aparecen de color más blanquecino.

El calostro

La producción de calostro y su secreción es normal a partir de la segunda mitad de la gestación.

Al final de la gestación, la mama ya prepara “se ensaya” en la producción de leche y puedes notar la salida de calostro, material cremoso blanquecino que recuerda a la leche y con alto contenido en calorías y proteínas.

De hecho, en los primeros 3- 4 días tras el parto es el alimento de tu hijo, hasta que te sube la leche. Con frecuencia en las primeras horas tras el parto, te agobias por si tendrás suficiente leche. La respuesta es sí. El calostro fluye de la mama en pequeña cantidad, pero al ser muy concentrado es suficiente para alimentar al bebé desde el mismo minuto del parto.

Por tanto, la secreción láctea por el el pezón  de las mamas en el embarazo es normal, sobre todo en la segunda mitad de la gestación.

¿Qué consejos se te pueden dar para cuidar la mama en el embarazo?

  1. Extremar la higiene. No se necesita usar jabones especiales, pero sí tener precaución de sacar bien la piel de areola, sin ser muy estricta. Recuerda que las secreciones de las glándulas de Montgomery son un muy buen hidratante natural.
  1. Utilizar sujetador de talla adecuada, en general 1-2 tallas superiores a las habituales. Generalmente que sean de algodón. Puedes usarlo de noche si te resulta más cómodo.
  1. Usar almohadillas absorbentes, si tienes calostros en las últimas semanas del embarazo.
  1. Para las estrías usa crema hidratantes adecuadas y específicas desde el comienzo de la gestación.

Recuerda que la lactancia natural es el mejor alimento para el recién nacido.

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Condilomas en el embarazo. ¿Debo preocuparme?

Condilomas o verrugas genitales en el embarazo. Es normal que crezcan. ¿Pueden afectar al bebé?

Los condilomas en el embarazo son más frecuentes de lo  que nos creemos y hoy te vamos hablar de ello en este nuevo artículo de Francisco Zorrilla, autor de consultatuginecologo.com.

El virus del papiloma constituye la infección de transmisión sexual más frecuente en la mujer. Prácticamente el 80% de las mujeres (y hombres) tienen contacto con el virus del papiloma a lo largo de su vida.

Pero, no debes de preocuparte pues la gran mayoría de las veces la infección se cura sin que te des cuenta. Es decir, en más del 90% de los casos no detectamos las infección pues es subclínica, no da síntomas.

En el 5-10% de las mujeres, cuando hacemos la citología vaginal (la llamada prueba del cáncer genital o Papanicolau) observamos alteraciones celulares por el virus del papiloma.

El interés que despierta el virus del papiloma es claro: es el causante del cáncer de cuello de útero (uno de los más frecuentes en las mujer).  Pero tener el virus no significa tener cáncer. De hecho, casi todas las mujeres pasan la infección a lo largo de su vida (80%) pero muy muy pocas veces te origina un cáncer de cuello (7 casos cada 100.000 mujeres).

Todo ello significa que el virus se cura con facilidad. No obstante en los casos en los que a la mujer le cuesta más trabajo curar la infección, y aparecen lesiones en la citología (5-10%), procedemos a revisarla con más frecuencia.

¿Cuál es el la frecuencia de los condilomas en el embarazo?

En primer lugar, para comprenderlo todo, te voy a contar que existen más de 100 tipos diferentes de virus del papiloma que afectan a la mujer.

Unos pocos son los principales responsables de las alteraciones células que observamos en la mujer cuando hacemos la citología.

Pero no todos son igual de agresivos. Los clasificamos en alto y bajo riesgo. Obviamente los de alto riesgo, al ser más agresivos, son los más relacionados con el cáncer de cuello de útero. Éstos son los tipos 16 y 18.  Las vacunas actuales actúan precisamente, protegiéndote contra estos dos tipos de virus del papiloma.

Pero además existen otros, sobre todo el 6 y 11, que no atacan el cuello del útero, sino que producen unas verrugas genitales en forma de cresta de gallo, que llamamos condilomas.  De ellos te hablo en el artículo de hoy.

Durante la gestación,  tu cuerpo baja su inmunidad para aceptar a tu bebé.  Esta menor inmunidad hace que la presencia del virus del papiloma sea mayor. De hecho, sobre el 20-25% de las embarazadas tienen el virus del papiloma. Es decir, el doble que en mujeres no embarazadas y, sobre todo, en mujeres jóvenes.

¿Cómo se diagnostican los condilomas en el embarazo?

La forma más común de diagnosticar el virus del papiloma es hacer citología. De hecho hacemos la citología vaginal, a todas las mujeres y de forma periódica, buscando lesiones celulares en el cuello del útero provocadas por el virus.

En el caso de las verrugas genitales, objeto del artículo que te traigo hoy,  basta con observarlas en los genitales. La simple inspección de los genitales nos muestra pequeñas “crestas de gallo” en la zona.

Es frecuente que si tienes condilomas, tengas el virus también en la vagina y en el cuello del útero. La citología vaginal puede estar alterada y sería recomendable hacer una colposcopia (mirar el cuello y la vagina con una especie de lupa de aumento). No es frecuente hacer biopsias durante la gestación, pero en caso de lesiones graves se podrían hacer.

¿Cómo se tratan los condilomas en el embarazo?

Las mujeres que tenéis verrugas genitales (condilomas) al inicio de la gestación observáis que su número y tamaño aumentan. Recuerda que en la gestación existe una “bajada de defensas fisiológica” o una mayor tolerancia inmunológica, para que tu organismo acepte al bebé (la mitad de sus células proceden de otra persona, el padre).

Este mecanismo interfiere en el tratamiento durante la gestación. Es poco eficaz y podemos postponerlo hasta después del parto.

No obstante, si lo deseas, se pueden usar cremas abrasivas tipo imiquimod. La recomendación es hacerlo solo en el segundo y tercer trimestre.

¿Afectan al parto los condilomas en el embarazo?

Obviamente, el parto es una de las mayores preocupaciones de la mujer embarazada. ¿Podré tener a mi bebé si tengo condilomas en los genitales?. La respuesta es sí. Si en la mayoría de los casos.

Si los condilomas genitales proliferan en exceso, y se considera imposible físicamente el parto, pues te hacemos una cesárea. 

En resto de los casos, la gran mayoría, el parto se realiza de forma vaginal sin mayores consecuencias.

La mayoría de las mujeres con condilomas observan como desaparecen tras el parto de forma espontánea. Tras el embarazo, tu inmunidad vuelve a recuperar su nivel habitual y consigue eliminar los condilomas, incluso sin hacer tratamiento.

¿Pueden afectar al recién nacido los condilomas?

Obviamente, si permitimos el parto vaginal es porque la posibilidad de afectación del bebé es muy rara.  De hecho, menos del 3% de los bebes, de madres con condilomas vaginales importantes durante el parto, tienen serologías positivas a los tres años de vida (anticuerpos contra el virus del papiloma).

Ésta es la principal razón, por la que dejamos que tu parto sea vaginal.

¿Qué vacunas existen?

Para terminar, te hablo de las vacunas.  Vacunas contra el virus del papiloma hay dos: Gardasil y Cervarix.

El Gardasil es la única que protege contra los tipos 6 y 11, causantes de los condilomas.

No se administran durante la gestación, aunque no producen malformaciones ni mayores problemas.

La recomendación general es ponerlas sobre los 14 años a todas las adolescentes, antes del inicio de su actividad sexual. No obstante, si ya has iniciado relaciones sexuales, puedes ponerlas en cualquier momento de tu vida, cuanto más joven mejor.

El virus del papiloma, condilomas, citología, colposcopia, vacunas, etc. son temas complejos y es fácil agobiarse. Si deseas más información puedes obtenerla en el ebook que he publicado para tí en AMAZON:  “Como entender el virus del papiloma sin ser médico”.

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Para que la Lactancia funcione olvida las cifras.

Tiempo y cantidad en lactancia materna

Uno de los problemas recurrentes en lactancia cuando se hace control del niño sano en la consulta es la contradicción entre las recomendaciones que hago y lo que llega a la madre desde casi todos los demás frentes.

La realidad es que a la mayoría de la gente le resulta extraño que la lactancia se haga realmente a demanda.

Pero empecemos por el principio: ¿Qué es la lactancia a demanda y por qué la recomendamos?

Ya es un consenso hoy en día que la lactancia funciona a demanda o no funciona. Entendamos el porqué.

El pecho tiene un funcionamiento simple: Si lo vacías más, produce más leche. Si lo vacías menos, se reduce la producción.

El bebé no tiene unas necesidades constantes, que nosotros podamos calcular. Son muchísimos los factores que influyen en la cantidad de alimento que precisa en cada toma.

¿Cómo se ajusta lo que el pecho produce a lo que el niño necesita en cada momento? De forma sencilla. Cuando el bebé pide más el pecho se vacía más y eso estimula la producción de leche. Cuando pide menos se retiene la leche y eso reduce la producción.

Si dejamos que la comunicación entre bebé y pecho se haga de forma libre el pecho va a responder a las necesidades del bebé amoldando su volumen de producción.

¿Por qué las abuelas son en su mayoría unas pésimas asesoras de lactancia?

Hay excepciones, y además la culpa no es suya. Es nuestra, es decir, de los pediatras entre los que me incluyo, porque también yo aconsejé mal hasta que aprendí a hacerlo bien.

Para entenderlo, no ha habido ningún complot anti-lactancia. Ha habido un grave error de planteamiento que se ha arrastrado durante años y sigue coleando en la actualidad.

El problema surgió con la Pediatría como especialidad. Como tal es relativamente joven. Y eso hizo que para lograr respetabilidad se hiciese un esfuerzo por transformarla en una disciplina lo más «científica» posible. En la época en la que surgió el Positivismo lo dominaba todo. Y eso significaba que ciencia era igual a matemáticas. Todo lo que podía reducirse a números era ciencia. Así que había que establecer números para todo en lo que la Pediatría como disciplina pudiera actuar.

Sin duda la importancia de la Lactancia no se pasó por alto y se empezaron a hacer estudios sobre ella intentando cuantificarla. Pero se cometió un error de simplificación.

Si lo que hacemos es una estadística de niños sanos que toman el pecho como alimentación exclusiva y empezamos a tomar datos sobre frecuencia y duración de la toma, para obtener una cifra, lo más simple es ver la media. Y eso se hizo. Para que esas cifras fuesen fáciles de recordar se redondearon, de modo que si la media de tiempo entre las tomas era de 2 horas, 51 minutos y 13 segundos se redondeó a 3 horas. Y si la duración media de las tomas era de 17 minutos 24 segundos se redondeó a 15 minutos…

El problema fundamental es que basándose en esa estadística se dijo a los pediatras que debían recomendar a las madres dar el pecho cada 3 horas, 15 minutos en cada pecho.

Para empezar, hacer eso es no entender la estadística. En esos datos sólo había niños sanos alimentados al pecho. Cada uno de ellos en un momento determinado estaba haciendo las tomas con una frecuencia y duración diferente. No había ni un solo niño de esa estadística que tomase siempre las tomas cada 3 horas y estuviese exactamente 15 minutos en cada pecho. La media es solo una cifra que describe al grupo en su conjunto, pero nadie cumple.

Además supone un error muy grave para entender lo que es un ser vivo. ¿Comes tú lo mismo cada día y con una cadencia exacta? ¿Pasa algo si no es así? ¿No hay días que tu cuerpo te dice que necesitas comer más y otros que es preferible comer menos? ¿Conoces todos los factores que pueden influir en eso?

Pues tu hijo es tan raro que es como tú.

Si simplificamos al máximo y sólo contamos calorías, la cantidad que un bebé necesita en cada momento depende de un número de variables casi infinito y que es imposible para nosotros cuantificar. Por poner algunos ejemplos:

  • Cuánto comió la última vez.
  • Cuántas reservas tiene almacenadas.
  • Cómo de llena está la tripa de gases y heces.
  • Si está cursando alguna infección leve.
  • Si necesita dormir más que comer.
  • Si necesita en este momento estímulos más que comer.
  • Qué temperatura hace.
  • Cuánta ropa tiene puesta.
  • Si está sudando más o menos.
  • ….

De nuevo no es algo exclusivo del bebé, todos los seres vivos funcionamos igual.

No hay una fórmula matemática que calcule eso con exactitud, y ni mucho menos puede reducirse a cosas tan simples y absurdas como «150 ml/kg/día».

La mejor calculadora la tiene el bebé

Pero entonces ¿Cómo saber cuánto debe tomar y cada cuanto tiempo? La respuesta está en el bebé. Él sí que tiene en su cerebro un ordenador que integra toda esa información y la reduce a una respuesta muy simple: Tengo hambre/no tengo hambre.

Hasta que no seamos capaces de superar la capacidad de procesamiento de ese ordenador y mientras no tengamos muestras claras de que no está funcionando bien en un niño concreto, llevarle la contraria es sólo un alarde de desconocimiento.

Pues se estuvo haciendo durante mucho tiempo. Los pediatras recomendamos durante años establecer pautas rígidas de alimentación con el pecho.

Se recomendaba erróneamente a las madres:

  • Aguantar al bebé 3 horas entre toma y toma, e ir aumentando ese tiempo de forma progresiva conforme crece.
  • No más de 15 minutos en cada pecho.
  • Pesar antes y después de la toma al bebé para cuantificar lo que toma y si no llegaba a esos 150ml/kg/día, suplementar con biberón.

Cuando se siguen estas indicaciones al pie de la letra la consecuencia es clara: El pecho no funciona.

Por eso cuando una abuela cuestiona que sea correcto dar el pecho a demanda yo suelo decirle: «¿Pudo usted dar a sus hijos pecho durante más de 3 meses?». La respuesta sistemática es: «No, es que no tenía suficiente leche».

Actualmente mi recomendación es:

  • Cada vez que creas que tu hijo tiene hambre o dudes sobre si es hambre u otra cosa: Ofrece el pecho. Si lo toma y se tranquiliza es que es lo que necesitaba.
  • Controlaremos el peso y cómo está el niño. De modo que si la ganancia de peso es escasa, el bebé está poco activo o come con ansiedad debes ofrecerle el pecho con más frecuencia.
  • Si aún haciendo esto el bebé está muy irritable, muy poco activo, la evolución de peso no es buena o rechaza el pecho, valoraremos si hay algo que podamos corregir en la lactancia para que mejore.
  • Si tras repasar todos los problemas que pueden resolverse en la lactancia no logramos que mejore, nos planteamos suplementar. Mientras la madre desee seguir dando el pecho el objetivo de esa suplementación debe ser superar un problema momentáneo o fortalecer al bebé para que con un mejor vaciamiento del pecho logre aumentar la producción para llegar a prescindir del suplemento.

Mis disculpas a aquellas madres a las que recomendé otra cosa antes de entender esto.

Si tienes dudas puedes hacer una

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Cuándo empieza la educación

Educación con apego

Educación y crianza con apego. Yo soy un pediatra muy afín a la crianza con apego. La principal crítica que se hace a ella es que es criarlos sin límites.

Educar es dar a nuestros hijos pautas, habilidades y conocimientos que les ayuden a vivir en el mundo que nos rodea.

Hay tantas formas de educar como personas a las que se pregunte sobre ellas.

Todos nos hemos educado de forma diferente. Incluso cuando, como yo, se es miembro de una familia de 7 hermanos. Yo no fui educado igual que mi hermano el pequeño o que el mayor.

Las circunstancias que yo he vivido son únicas y diferentes y la respuesta que mis padres dieron a mi conducta no fueron idénticas a las que dieron a mis hermanos. Ni siquiera en situaciones similares actuaron siempre igual conmigo.

Pese a todas esas diferencias, creo que lo hicieron bastante bien. O sea que empecemos por des-dramatizar.

Teorías contrapuestas

Empiezo diciendo todo esto porque creo que la educación es algo mucho menos definido de lo que muchos se empeñan en buscar. Como personas, los padres somos variables en nuestras respuestas ante la conducta del niño aunque pretendamos hacer siempre las cosas de un modo definido.

Aún así, se tiene tendencia a definir patrones educativos. Y se pretende que uno es el correcto frente a los demás.

Hay muchas teorías educativas. En la actualidad son dos las más extendidas y que centran los debates:

  • La Crianza Natural o con Apego.
  • El Conductismo.

Como no puede ser de otro modo, los primero acusan a los segundos de antinaturales e inhumanos.

Los segundos dicen que la Crianza Natural genera niños maleducados y tiranos.

Seguro que si sois lectores asiduos sobre estos temas tenéis vuestra propia opinión al respecto.

Cuál es mi opinión sobre la educación

Empezaré posicionándome. Yo soy pro Crianza Respetuosa.

Lo que significa que respeto las opciones de crianza de cada familia, porque asumo que ahí sólo puedo estar como consejero invitado. Si alguien no me invita, no pinto nada.

Ojalá tuviese todas las respuestas, porque eso garantizaría que voy a ser el mejor padre del mundo para mi hijo. Pero nadie las tiene.

Estoy muy cercano a la Educación con apego, y creo que las críticas que se hacen a ella desde el conductismo es porque no se entiende lo que es realmente la primera.

Que yo críe a mi hijo dándole todo lo que necesite mientras no tenga un motivo claro para pensar que le perjudica durante los primeros meses de vida no significa que no sepa que para él es necesario, positivo y obligado acabar teniendo límites.

Lo que pasa es que los que aplicamos la crianza con apego entendemos que educar no es sólo lograr que un niño asuma límites. Que tiene etapas básicas que empiezan de verdad desde el primer día de vida.

Intentar educar a un recién nacido, en el sentido de ponerle normas, es absurdo. 

En ese momento el niño no guarda memoria, no tiene consciencia, no puede entender ni motivos ni objetivos a medio o largo plazo. Simplemente plantea necesidades biológicas. Y ante ellas (alimento, sueño, estímulos y afecto como uno de los esenciales, higiene, condiciones ambientales), si no se cubren, porque él no puede hacerlo por sí mismo, llora.

Como su cuidador soy yo quien puede y debe suplir esas necesidades. No podemos hablar de caprichos, de malos hábitos o de dominios.

Hay necesidades biológicas que cubres o no cubres.

En los primeros meses el bebé pide y su cuidador atiende. Es simple. Al atenderlo sin embargo le enseñas algo esencial: Confianza y seguridad de que puede contar contigo. Esa es la base de la autoestima y de la autonomía. Saber que cuentas con alguien que te quiere incondicionalmente y que está dispuesto a respaldarte y cuidar de ti. Esto también es educación.

Hasta aquí tengo claro que incluso muchos defensores del conductismo lo entienden. El problema está en cuando cambia la relación. ¿Cuándo empiezo a decir no a mi hijo?

Yo soy de respuestas claras y simple.

Di no a tu hijo cuando tu hijo pida o haga cosas que no le convienen.

No hay una edad para esto. Pero desde luego no es con pocas semanas de vida.

Y por supuesto, cuando pide algo que le perjudica, como alguien que ama a su hijo, con todo el cariño, con toda la tranquilidad, pero con toda la firmeza necesaria, digo no. Y después, si es capaz de entender las razones, se las explico.