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Nos dan el alta con un recién nacido

Cuando a una familia le dan el alta tras el nacimiento de su bebé su vida ha cambiado para siempre.

Al salir del hospital hay una persona nueva. Alguien a quien no conocíamos antes. Además, no sabe cuidarse sólo, ni expresar claramente sus necesidades. Y somos los únicos responsables de su bienestar en este mundo. ¿Es o no es para agobiar a cualquiera?

Ahora vamos a ver cómo desagobiarnos:

  1. Lo primero que tenemos que pensar es que no debe ser imposible. Lo han hecho miles de millones de padres antes que nosotros.
  2. Lo segundo, que tenemos más información sobre cómo hacer las cosas de la que tuvieron esos miles de millones de padres que nos precedieron.
  3. Por último, que si se tienen dudas hay quien las responda. En mi caso si lo necesitas consulta.

Agenda tras el alta:

  1. Si no le han hecho la prueba del talón o prueba para estudio de metabolopatías, se debe hacer en los primeros días de vida. Eso puede variar dependiendo de dónde vivas. En Andalucía, desde donde te escribo, se realiza entre el 3º y 5º días de vida. Y se hace habitualmente en el Centro de Salud más cercano.
  2. También en Andalucía se hace a todos los recién nacidos la «prueba del oído». Un estudio para ver si el bebé oye bien. Suele hacerse en el propio Hospital antes del alta. Pero si no lo han hecho, debes pedir cita para que se la hagan.
  3. Por último, revisión del Pediatra. Yo suelo recomendar que la primera revisión se haga a los niños entre el 5º y 7º días de vida, siempre que no haya problemas. Si los hay, acudid al problema en cuanto podáis. En esa primera revisión se hacen varias cosas importantes: Pesar al bebé para tener una orientación de si se está alimentando bien, exploración general por si se detecta algún problema que haya surgido tras el alta del hospital o no se detectase en él, valorar si se ha puesto amarillo (frecuente los primeros días) y resolver todas las dudas que hayan surgido a los padres en los primeros días de convivencia con su bebé.
  4. De la frecuencia de las siguientes revisiones y vacunas, te debe informar tu pediatra en esa primera visita.
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Lactancia materna complementada

Lactancia materna complementada ¿En qué casos se acaba recurriendo a algo que no sea pecho y cómo resolver esas situaciones preservando el pecho?

Una duda inevitable para las madres que dan pecho: ¿Cómo sé si mi hijo saca suficiente?

De hecho, los primeros días son muchas las madres que tienen la sensación de que su hijo no tiene suficiente con el pecho. Los motivos que suelen llevarle a pensar eso son tres:

  1. No se nota que salga leche. Frase normal: «Sí, chupa, pero yo creo que no saca nada, porque no me noto que salga». Yo suelo preguntarles «¿lloraba, chupa y se calla? Pues entonces saca. Si llora, porque tenía hambre, chupa y se calla, es porque algo saca.»
  2. El bebé pide con mucha frecuencia. Otra frase habitual: «Creo que no tengo pecho, porque me lo pongo, chupa, parece que se queda tranquilo, pero en seguida pide de nuevo». Otro error: Cuando un niño nace tiene un estómago pequeño y está muy cansado. Con lo que necesita hacer tomas muy frecuentes de poca cantidad. Si cada vez que lo pones al pecho, chupa y se queda tranquilo, es que saca suficiente. Cuando no saca suficiente, lo sabes porque llora, chupa, llora, chupa, se enfada, se enfada, se enfada. Cuando esto último ocurre, podemos estimular el pecho aumentando la frecuencia de las tomas.
  3. Nos ha dado una noche horrible. Una historia que se repite mucho: «Esta noche no paraba de llorar, le daba el pecho casi continuamente, pero se quedaba con hambre y hasta que le hemos dado un biberón no ha parado.» Mi pregunta: «¿Cuánto fue el tiempo más largo que estuvo sin comer durante el día?» Es habitual que la respuesta sea: «Se pasó la tarde durmiendo». Si eso pasa, el problema es que tras pasar muchas horas sin comer se despierta el niño con mucha hambre. El pecho tras pasar demasiadas horas sin vaciarse tienen el pecho muy lleno, el pezón plano. El niño no puede cogerse bien y se desespera. Al no vaciar el pecho, éste interpreta que sobra leche, y en las próximas horas produce menos. Ya la hemos liado. Lo que recomiendo a los padres: Ahora, durante el día debéis ofrecer el pecho al niño con mucha más frecuencia, cada vez que pida. Y si no pide antes, ofrecédselo cada 2 horas. Al darle el pecho con más frecuencia, estimulamos el pecho para que produzca más, le damos antes de que esté desesperado por comer, con lo que come más tranquilo y traga menos gases. Y si come más durante el día, cuando llegue la noche tendrá menos hambre y más sueño.

¿Cuándo puede necesitar entonces hacer lactancia materna complementada ?

Hay varios casos en los que se acaba complementando con leche artificial:

  1. Si toma con frecuencia, se coge bien al pecho, pero aún así no para de llorar. ¿Puede complementarse con leche artificial? Hay situaciones en las que es la única forma de que deje de llorar. Y si esto ocurre es que se estaba quedando con hambre. Pero debemos tener claro que si llegamos a eso es porque algo no estamos haciendo bien. Lo más habitual es que haya pasado demasiadas horas sin comer y lo esté haciendo con ansiedad. También puede ser que el agarre no sea adecuado aunque creamos que sí. Lo importante en estos casos es que modifiquemos lo que falla para que los suplementos sean lo menos necesarios posibles y acabemos prescindiendo de ellos. Para aumentar el pecho, lo recomendable es que siempre tome primero el pecho, consultemos a alguien con experiencia en lactancia que puede ayudarnos a resolver el problema y no dar leche artificial a la ligera mientras podamos evitarlo. Pero si intentándolo todo no para de llorar, le damos biberón y se calma, tampoco es «sacrilegio». Es una solución momentánea que nos da algo de tiempo para resolver los problemas que han llevado a esa situación. .
  2. Si a pesar de que tome el pecho con frecuencia y succiona bien pierde demasiado peso en los primeros días. Suele aceptarse que es normal una pérdida de hasta el 10-12% del peso que tenía al nacer en la primera semana.
  3. Si en los primeros días de vida, a pesar de tomar el pecho con frecuencia el azúcar baja demasiado.

Si necesita algo diferente al pecho, ¿qué debemos darle al niño?

Chupe: No. El chupe no alimenta, sólo entretiene el hambre. Y eso significa que coma con más ansiedad.

Manzanilla: No. La manzanilla no alimenta. De nuevo, sólo entretiene el hambre.

Leche materna en biberón, vasito, jeringuilla o suplementador de lactancia. Puede ser una solución cuando la madre es capaz de sacarse cantidad suficiente o se dispone de leche materna de banco de leche. Pero si la madre se saca la leche, lo mejor es que lo saque el propio bebé. Si esto no es posible suele deberse a un problema de agarre: Los más frecuentes son el frenillo y una mala posición.

Leche artificial en biberón, vasito, jeringuilla o suplementador de lactancia. Cuando no disponemos de las posibilidades anteriores con leche materna. Eso no quiere decir que abandonemos la lactancia materna. Si seguimos estimulando el pecho ofreciéndolo con frecuencia, lo habitual es que poco a poco el pecho aumente, llegando un momento en que podamos abandonar los suplementos.

Si tienes dudas puedes hacer una

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Las uñas del recién nacido

Los recién nacidos tienen uñas, y en ocasiones se arañan con ellas. ¿Hace falta cortarlas? ¿Cuándo? ¿Cómo evitar que se arañen?

Cuando nacen los bebés ya tienen unas buenas uñas. Llevan creciendo durante el embarazo unos meses y evidentemente, nadie se las ha cortado.

Pero las primeras semanas son muy frágiles. Se astillan con facilidad. A algunos padres les preocupa que se arañen. Cosa que hacen con frecuencia, ya que no controlan la movilidad de las manos. Actúan por reflejos y a veces se arañan la cara. Pero no os preocupéis. Cuando las hay, son heridas que curan con facilidad. En la mayoría de los casos arañazos muy superficiales.

Durante las 2 ó 3 primeras semanas las uñas van a seguir rompiéndose con mucha facilidad.

A partir de la 3ª semana, ya suelen crecer más fuertes. Es desde ese momento, en que crecen sin astillarse, cuando ya es necesario empezar a cortarlas.

Para hacerlo, lo más sencillo son unas tijeras de punta redondeada.

Siempre, al cortar las uñas, deben dejarse las esquinas por fuera de la carne. Ya que si apuramos demasiado, luego al crecer, pueden hacerlo hundiéndose en la piel y causando problemas.

Es normal que crezcan más rápidamente las uñas de las manos que las de los pies.

Incluso cuando ya podemos cortar las uñas, es posible que el bebé se arañe. Ya que por mucho que cortes, siempre debes dejarlas que sobresalgan de la piel. Y por tanto, siempre tendrá uña suficiente para arañarse.

Para evitarlo, muchos padres cubren las manos de los recién nacidos con manoplas, dejándoles las mangas largas o con calcetines o patucos.

En realidad, no es necesario, ya que como he dicho antes, las heridas que pueden causar son, por lo general, muy leves.

 

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Dificultad respiratoria en recién nacidos

La dificultad respiratoria es uno de los problemas que pueden aparecer en un recién nacido durante las primeras horas de vida. Voy a explicar cuales son las principales causas y su evolución.

En el momento del nacimiento se producen muchos cambios drásticos para el recién nacido.

Uno de ellos es que pasa de obtener su oxígeno y eliminar su dióxido de carbono (es decir, respirar) a través de la placenta, a hacerlo en los pulmones.

Para eso son necesarios cuatro cambios fundamentales:

  1. El riego de sangre debe dirigirse hacia los pulmones en lugar de hacia la placenta. Eso se consigue cerrando una serie de agujeros que hay en el corazón y entre las dos principales arterias que salen del corazón, al tiempo que unos vasos se comprimen y otros se relajan. Cuando hay un fallo en estos cambios (cardiopatía) el niño no puede oxigenarse bien aunque todo lo demás funcione.
  2. El líquido que hay en las vías respiratorias debe eliminarse. Muchos niños tienen en las primeras horas de vida una dificultad respiratoria que suele evolucionar a mejor en menos de 24-48 horas. Es lo que se llama Distrés transitorio del recién nacido. A veces parte de ese líquido parece que atragantase al niño. Es lo que suelen llamar las flemas, que desaparecen en menos de dos o tres días.
  3. Para que los alveolos (Bolsitas donde se intercambia el aire en los pulmones) puedan abrirse y cerrarse adecuadamente, necesitan que haya una sustancia llamada surfactante. Esta sustancia se produce en las últimas semanas del embarazo. Al ser más escasa cuanto más prematuro es un bebé, es la causa de que la complicación más frecuente de un prematuro sea la dificultad respiratoria.
  4. Por último, para respirar, hace falta que el recién nacido «se acuerde» de hacerlo. La zona del cerebro que se encarga de controlar la respiración, madura también en las últimas semanas del embarazo. Y en prematuros puede «olvidarse» a veces de respirar, haciendo «apneas» (pausas sin respirar).

Cuando aparece la dificultad respiratoria podemos ayudar al recién nacido:

  1. Aportando un aire más rico en oxígeno. Eso puede hacerse con una especie de campana que ponemos sobre la cabeza del recién nacido. También puede hacerse por medio de unas gafas. En ella introducimos la concentración de oxígeno que necesitamos para que el bebé se oxigene bien. Si van bajando la concentración, es que el recién nacido va mejorando.
  2. Dando además presión continua para intentar mantener los alveolos abiertos. Esto es útil cuando hay líquido en los pulmones o falta surfactante por ser prematuro. Esto suele hacerse por medio de unas gafas nasales.
  3. Por último, podemos introducir el aire a presión marcando el ritmo de la respiración. Esto es especialmente útil en niños que no se acuerdan de respirar por sí solo o se cansan de hacerlo. Especialmente suele usarse en prematuros. Para hacer esto es necesario introducir un tubo en la vía respiratoria. Es lo que llamamos «intubar». Es la medida más agresiva, pero a veces imprescindible.

Cuanta menos ayuda necesite y menos tiempo la precise, mejor es la evolución posterior del niño.

Si se va pasando de las formas más agresivas a las menos, es que el bebé va mejorando.

 

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Riesgo de infección en el recién nacido.

La infección en el recién nacido es uno de los peligros que puede correr en los primeros días de vida.

Hay varias situaciones en las que es más frecuente que pueda ocurrir. Como son en su mayoría conocidas, están protocolizadas.

Las situaciones en las que es más habitual que pueda aparecer una infección en un recién nacido son:

  1. Recién nacido prematuro. Los niños que nacen antes de tiempo, tiene varios factores que favorecen la infección: Un sistema inmunitario menos desarrollado y más probabilidades de presentar problemas respiratorios por inmadurez, que pueden complicarse con infección.
  2. Cuando la bolsa se rompe muchas horas antes del parto. Hay protocolos diferentes, pero habitualmente se considera que hay riesgo por encima de las 16-18 horas de bolsa rota antes de la salida del bebé.
  3. Cuando la madre tiene fiebre antes o durante el parto. Es un signo de que la madres sufre una infección. En algunos casos la infección es en la placenta o en el líquido amniótico. También son frecuentes las infecciones de orina de la madre.
  4. Cuando es un parto por vía vaginal (normal) pero la madre tiene en su flora vaginal una bacteria: SGB+. Este germen no produce síntomas en la madre, pero es uno de los causantes más frecuentes de infección en el recién nacido.

En todos estos casos, en cuanto se conocen se inician una serie de acciones que están protocolizadas en casi todos los hospitales:

  1. A veces se administra antibióticos a la madre en las horas previas al parto.
  2. En algunos casos hay que hacer analíticas y administras antibióticos al recién nacido en las primeras horas de vida.

¿Es muy grave el riesgo si diagnostican que mi recién nacido tiene una infección?

En la mayoría de los casos no. Especialmente si se diagnostica por que le han aplicado el protocolo y antes de que el bebé manifestase ningún síntoma. En esos casos, hemos llegado habitualmente antes de que la infección se desarrolle y responden muy bien al tratamiento.

Pero cuando la infección se diagnostica porque el bebé ya está mal, la evolución puede ser a veces muy rápida y tener consecuencias graves. Si es vuestro caso, tened claro que cuantas más horas pasen sin que empeore, mejor es el pronóstico. Cuando las infecciones van mal en niños pequeños, suelen hacerlo muy rápidamente. Si no hay signos de empeoramiento conforme pasan las primeras 12 ó 24 horas, lo habitual es que todo acabe bien.

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¿Se alimenta bien mi bebé recién nacido?

Un bebé recién nacido se alimenta bien si come con frecuencia, no llora por hambre y la evolución de su peso es la normal en los primeros días.

En los primeros días de vida casi todos los padres se preocupan porque no están seguros de si su bebé come suficiente.

En realidad, los primeros días de vida, casi cualquier cosa es causa de preocupación. No conocemos aún a esa «criaturita» que ahora es nuestra responsabilidad.

Para aclarar lo más posible, como decía al principio, está bien alimentado si:

  1. Come con frecuencia. Hay bebés que desde el principio duermen demasiado. El peligro que esto tiene es que si pasa demasiadas horas sin comer, puede bajar el azúcar. Si eso pasa, el recién nacido está más adormilado. Y eso dificulta que se alimente. Para evitarlo, recomiendo a los padres que no dejen sin comer a los recién nacidos sin comer más de 3 horas durante el día ni más de 5 horas durante la noche. En los bebés con peso más bajo (menos de 3 kg) y en los de peso muy alto (cercano o por encima de los 4 kg) conviene darles incluso con más frecuencia (2 horas de día y 4 de noche).
  2. No llora por hambre. Cuando un bebé llega a llorar por hambre y no se sacia al darle, es que lo que le damos está por debajo de lo que necesita. Cuando lo que toma es pecho, la solución suele estar en dar con más frecuencia. Ya que el pecho funciona de forma que cuanto más lo vaciamos más produce, darle con más frecuencia es la forma de aumentar la producción de leche. Cuando lo que toma es biberón, es más simple, prepara un biberón con más cantidad o si al hacerlo echa más bocanadas, dale con más frecuencia.
  3. La evolución de su peso es la normal en los primeros días. Los primeros días de vida de un bebé suelen perder peso. El recién nacido ha estado sumergido en agua durante 9 meses. Es como una esponja recién sacada de un cubo. Chorrea agua. La pérdida de peso no se debe a que no se alimenten bien, sino a la pérdida de agua. Es normal que puedan perder hasta una décima parte de su peso inicial. Es decir, que es normal que en los 5-7 primeros días de vida un niño de 3 kg pierda hasta 300 gramos. Si pierde más del 10% de su peso al nacer, posiblemente no se está alimentando bien.

Resumiendo: Si llora, come y se calla y el peso va normal, en principio el recién nacido está comiendo bien.

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El chupe en recién nacidos

Ese artilugio que todos asociamos con los bebés. Muy criticado por la mayoría de los defensores de la lactancia materna.

La mayoría de los que critican al chupe, lo hacen especialmente en su uso durante las primeras semanas de vida. Yo estoy entre ellos.

Utilidades atribuidas al chupe:

Para entretenerle el hambre: Hay quien defiende que hay que establecer un ritmo de tomas fijo a los recién nacidos. Esas personas recomiendan el uso del chupe cuando el niño parece estar inquieto «antes de que le toque». Para aguantarlo un poco hasta la siguiente toma. Mi pregunta es: ¿Qué ganamos aguantándole el hambre? Si toma pecho, el niño tiene hambre, pero el pecho no se entera, con lo que le costará llegar a producir lo que el niño necesita. Tome pecho o biberón, cuanto más rato espere el bebé a que se sacie su hambre, con más ansiedad comerá, lo que favorece que trague gases, eche bocanadas, le duela la barriga… Dicho sea de paso, es el mismo problema que causa usar biberones de manzanilla para «aguantarlo hasta la próxima toma».

Para calmar la molestia de los dientes cuando salgan: Sí, es útil. Y de hecho los que no tiene chupe, es frecuente que acaben teniendo dedo. Suele decirse (yo lo he dicho) que es más fácil, llegado el momento retirar el chupe que el dedo (y es cierto). Pero desde que nace, hasta que el chupe pueda ser útil para calmar la molestia de los dientes, quedan muchos meses. Y que deje de chuparse el dedo, llegado el momento, no es tan complicado como parece.

Para ayudarle a dormirse: El ritual de sueño de un niño son las cosas que el niño necesita para conciliar el sueño, (sitio, condiciones, objetos, colaboración de una forma concreta de cierta persona). Se evitan muchos problemas de sueño si ese ritual es lo más simple posible. Incluir el chupe en el ritual para dormirse supone un problema hasta la edad en la que el niño es capaz de encontrar el chupe, cogerlo y ponérselo. Ya que si lo necesita y no sabe hacerlo, solicitará tu colaboración cada vez que se despierte y quiera volver a dormirse. Aún así, siempre hay que valorar si usarlo es más útil que otras opciones en cada niño concreto. Pero si conseguís que vuestro hijo se duerma con facilidad sin el chupe, mejor.

En resumen: Que si al final queréis usar el chupe, tiempo habrá. Pero claramente os recomiendo que no esté en las primeras semanas o meses de vida del niño. Hasta que se establezca un buen ritmo de alimentación. Especialmente si toma pecho o el niño tiene tendencia a comer con ansiedad (sea el pecho o el biberón). Cuando un niño come con ansiedad, la mejor opción es darle de comer cada vez que lo necesita (sea pecho o biberón lo que tome).

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Lactancia artificial, las primeras tomas

Consejos para empezar la lactancia artificial en un recién nacido.

Cuando un niño nace, una de las primeras dudas que surge en cuanto sabemos que el niño y la madre está bien es la alimentación.

Si la opción elegida es lactancia artificial, hay algunas ideas que es importante saber:

  1. El recién nacido puede tomar el biberón desde el momento en que nace. Si está bien y no ha necesitado ayuda del pediatra, conviene que el bebé esté en contacto con la madre piel con piel. Disfrutad el momento.
  2. En las primeras horas, madre e hijo necesitan tranquilidad. Es frecuente que haya demasiada gente en la habitación. Es recomendable que cuando se vayan a dar las tomas de biberón haya el menor número de gente posible.
  3. Cada vez que veas activo al bebé, ofrécele el biberón. No esperes a que llore. Y no te desesperes si cuesta que lo coja. Aunque tienen el instinto necesario, a veces, tras el parto, están muy agotados y pueden pasar horas sin reaccionar.
  4. Si durante el primer día pasa más de 2-3 horas sin pedir, intenta despertarlo. No conviene que un recién nacido pase demasiadas horas sin comer. El problema es que si pasa demasiado tiempo, puede bajar el azúcar. Y si eso pasa, cuesta despertarlo.

Dudas que suelen surgir:

  • ¿Cómo sé si toma suficiente? Es simple: Si llora, chupa y se calla, es que toma bastante.
  • ¿Y si le doy demasiado? Puede que eche un poco y que tome menos en las siguientes tomas, pero ya está.
  • ¿Y si le doy poco? Se quedará con hambre, es decir, llorando. En la toma siguiente comerá con más ansiedad, lo que favorece que trague gases. Entonces le dolería la barriga, comería mal y a la siguiente toma a peor. Estaríamos empezando un cólico del lactante. 
  • Me han dicho que le de una cantidad fija y con horario fijo: Pues se siente, no. Cada niño es diferente. No existe una norma fija para todos. Los habrá que no toman esa cantidad fija ni aunque intentemos metérsela con embudo y otros que con esa cantidad se quedan con hambre.
  • Y entonces, ¿Cuánto le doy? Pues la cantidad que quiera. Es decir, prepara los biberones con la cantidad suficiente para que siempre sobre. Que coma hasta que se quede sin hambre, pero sin insistir.
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Lactancia materna, las primeras tomas

Consejos para empezar la lactancia materna en un recién nacido.

Cuando un niño nace, una de las primeras dudas que surge en cuanto sabemos que el niño y la madre está bien es la alimentación.

Si la opción elegida es lactancia materna, hay algunas ideas que es importante saber:

  1. El recién nacido puede tomar el pecho desde el momento en que nace. Si está bien y no ha necesitado ayuda del pediatra, conviene que el bebé esté en contacto con la madre piel con piel. Disfrutad el momento. Si ves que el recién nacido se aproxima al pecho, puedes darle la oportunidad de que empiece a tomarlo. Pero sin agobiarse. No pasa nada si no lo hace en los primeros minutos de vida.
  2. En las primeras horas, madre e hijo necesitan tranquilidad. Es frecuente que haya demasiada gente en la habitación. Eso favorece que la madre se sienta incómoda a la hora de dar el pecho.
  3. Cada vez que veas activo al bebé, ofrécele el pecho. No esperes a que llore. Y no te desesperes si cuesta que lo coja. Aunque tienen el instinto necesario, a veces, tras el parto, están muy agotados y pueden pasar horas sin reaccionar.
  4. Si durante el primer día pasa más de 2-3 horas sin pedir, intenta despertarlo. No conviene que un recién nacido pase demasiadas horas sin comer. El problema es que si pasa demasiado tiempo, puede bajar el azúcar. Y si eso pasa, cuesta despertarlo.

Dudas que suelen surgir:

¿Cuándo me subirá el pecho? Esa no es la pregunta correcta. Las preguntas correctas son:

  • ¿Cómo sé si saca suficiente? Es simple: Si llora, chupa y se calla, es que saca.
  • ¿Qué pasa cuando no saca suficiente? Que llora, chupa, chupa, chupa, se enfada, chupa, se enfada, se enfada, se enfada.
  • ¿Qué tengo que hacer para tener más leche? Que vacíe más el pecho. El pecho funciona de modo que cuanto más lo vaciamos, más leche produce. Si el niño no es capaz de sacar, a veces es necesario usar un saca-leches. Pero siempre es más efectivo vaciando el pecho el niño que cualquier saca-leches.

 

 

 

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Puntos blancos en el paladar del recién nacido

Unos puntitos blancos que los recién nacidos tienen en el paladar. Las perlas de Epstein.

Al nacer, muchos bebés tienen en el paladar (el cielo de la boca) unos puntos blancos.

Es normal que los tengan. No duelen y no tienen mayor importancia.

Habitualmente desaparecen solos en las primeras semanas o meses de vida del bebé.

 

perlas de epstein

 

Como podéis ver en la imagen, son unos puntos pequeños (1-2 milímetros) de color blanco nacarado que aparecen en la parte central del paladar. Suele haber entre uno y tres de estos puntos.

A veces vemos puntos del mismo aspecto en las encias. Son del mismo tipo e igualmente normales.

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