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Maduración del Sistema Defensivo Infantil

Detrás de muchas infecciones que se cronifican hay un sistema defensivo Hiperreactivo

Si te preocupa el sistema defensivo de tu hijo esta reflexión puede ayudarte a entender si realmente algo va mal y cómo actuar para mejorarlo.

Cuando hablamos de defensas en los niños solemos pensar en las infecciones, en lo recurrentes que son y lo desesperantes que pueden resultar, especialmente entre el año y los 3 años.

Muchos padres durante este periodo ven cómo su hijo no pasa dos semanas sin una nueva infección. Lo que es un desafío para la organización familiar en no pocos casos. Pero además causa preocupación, porque nos da la impresión de que es el nuestro el único que está pasando por eso.

Surgen dudas que podrían resumirse en “¿tiene las defensas bajas”. Y en “¿hay algo que pueda hacer para subir sus defensas?”.

Te propongo una visión diferente.

Maduración del Sistema Defensivo Infantil

El sistema defensivo es una de las piezas clave de nuestra salud. Y como otros muchos elementos del organismo debe madurar hasta estar preparado para cumplir de forma adecuada su función.

Básicamente su trabajo es mantener el orden en el organismo:

  1. Conteniendo a los gérmenes para que no generen daño. Lo cuál no siempre implica destruirlos. Son millones de gérmenes los que conviven en el organismo con nosotros, incluso en zonas que considerábamos estériles, donde cada vez entendemos mejor que están cumpliendo funciones importantes para nuestra salud.
  2. Impidiendo que un tipo de células crezca donde no debe. Constantemente se generan tumores en nuestro cuerpo, pero el sistema defensivo localiza y destruye la gran mayoría de ellos.

Para cumplir esta función los primeros años son claves, porque en ellos se produce una modulación y aprendizaje del sistema defensivo que le permiten realizar bien su trabajo el resto de nuestra vida.

En algunos casos el resultado no es bueno:

  1. Inmunodeficiencias genéticas. Hay personas que nacen con unos genes que pueden producir un mal funcionamiento del sistema defensivo. Cuando falta alguna de las piezas clave para que cumpla su función. Un ejemplo de esto son los defectos del Complemento (unas moléculas que el sistema defensivo usa para destruir gérmenes agresivos).
  2. Inmunodeficiencias por malnutrición. En los casos en los que la genética está bien, puede fallar un aporte insuficiente de algunos nutrientes imprescindibles para el correcto funcionamiento del sistema defensivo, como Hierro, Vitamina C…. Este fue un problema muy extendido en la historia humana. La malnutrición era casi la norma. Por eso cuando vemos que el sistema defensivo de un niño parece no funcionar bien pensamos inmediatamente en darle algún complemento nutricional para subir las defensas.

Cuando un niño tiene inmunodeficiencia, sea genética o por malnutrición se manifiesta como una tendencia clara a complicar las infecciones, necesitando con frecuencia el uso de Antibióticos Intravenosos.

Si un niño necesita ser ingresado con frecuencia en el Hospital para que le administren estos Antibióticos es porque su sistema defensivo ha fracasado en su función principal.

Esto, por suerte, es algo excepcional.

La gran mayoría de los niños que vemos en las consultas de Pediatría en la actualidad no son así. Sino todo lo contrario. Son niños en los que el ajuste del Sistema Defensivo no está fallando por defecto, sino por exceso. Niños que más que Antibióticos consumen de forma repetida corticoides y antihistamínicos. Medicamentos que no ayudan a defenderse contra las infecciones, sino a reducir una respuesta del Sistema Defensivo excesiva frente a esas infecciones.

Cuando esto ocurre, las infecciones normales que cualquier niño sano elimina en cuestión de un par de días pueden cronificarse, tardando semanas en resolverse o entrando en un estado de “siempre malo” en el que cuesta diferenciar cuándo acabó la penúltima infección y ha empezado la última.

Niños que siempre están con mocos y tos, con fiebres intermitentes que no acaban de desaparecer, con bronquitis, otitis, amigdalitis, laringitis constantes. Con diarreas intermitentes y malestar abdominal poco definido pero prolongado.

Llega un momento que el sistema defensivo está tan alterado que acaba respondiendo de forma inadecuada incluso a cosas no agresivas, con manifestaciones alérgicas como dermatitis atópica, alergias alimentarias, a pólenes, ácaros….

Cada vez es más frecuente todo esto, que agrupamos en el nombre de Hiperreactividad.

Al final del camino llega a una situación de tal confusión que puede atacar incluso al propio cuerpo generando Auntoinmunidad: Reacciones en las que el sistema defensivo ataca al propio cuerpo.

Cuando esta modulación ha fracasado generando Alergias y Autoinmunidad, es tal el consumo erróneo de recursos, que empieza a fracasar en la que era su función real. Aparecen infecciones oportunistas y muchos tumores no son detectados y eliminados.

Causas y soluciones de la Hiperreactividad

En este artículo no voy a entrar a fondo, porque quiero hacerlo en otros específicos de cada tema, pero sí voy a hacer una reflexión:

Estamos poniendo parches.

Cada vez que diagnosticamos una alergias y tratamos los síntomas o evitamos al alergeno, pero sin intentar normalizar la Regulación del Sistema Denfensivo, estamos poniendo un parche.

Lo normal es que tras ese problema aparezca otro, y otro, y otro….

En algunos pacientes no hacemos sino vigilar al paciente para ver cuál será la próxima alergia, la próxima reacción Autoinmune, el próximo brote de dermatitis.

Cuando lo que deberíamos hacer ante cualquiera de esas manifestaciones es plantearnos qué está fallando para que la Regulación Inmunológica esté generando estos problemas en serie. Y actuar aliviando los síntomas del problema de turno, pero con una estrategia de fondo que lleve a normalizar el funcionamiento del Sistema Inmunológico.

Apuntaré algunos de los elementos sobre los que podemos actuar para lograr este objetivo:

Nutrición inadecuada. Un exceso de Omega 6 y 9 de origen animal o una carencia de Omega 3 puede generar una mayor tendencia a la inflamación en los tejidos. También una dieta rica en azúcar y pobre en fibra puede ser negativa por favorecer el desarrollo de una flora alterada.

Flora alterada. En el intestino está el 70% de nuestro sistema defensivo. Tener una flora que lo excita constantemente puede generar hiperreactividad. Tener por el contrario una más amigable que no ataca y genera sustancias que calman al sistema defensivo puede reducir la hiperreactividad. Es importante favorecer que la flora intestinal del niño tenga la mayor variedad posible y evitar el uso de antibióticos cuando no sean necesarios, ya que pueden generar desequilibrios importantes que pueden llevar a una flora agresiva. Los gérmenes amigables se alimentan de fibra, los agresivos aprovechan para crecer y desplazarlos cuando hay un exceso de azúcares libres y falta de fibra en la dieta.

– Exposición solar. Una agresión solar que genere quemaduras puede ser perjudicial, pero una falta de exposición solar también es mala, ya que la radiación solar tiene un efecto inmunomodulador fundamental. Deberíamos exponer a los niños al sol tanto como sea posible sin que se quemen.

– Exposición a alergenos pobre. Un exceso de higiene o un entorno demasiado artificial hace que sustancias naturales sean algo extraño contra lo que puede acabar reaccionándose si los contactos son muy esporádicos y coinciden por casualidad con un daño. Exponer de forma regular a los alergenos cuando no hay daño asociado es la mejor forma de generar tolerancia y evitar alergias. Una vez generada la alergia, se puede llegar a eliminar con estrategias de tolerancia progresiva.

Medicación específica. En estos niños vamos a usar mucho antihistamínicos y corticoides para modular la respuesta del sistema defensivo. Pero hay medicamentos que van más allá del alivio de un síntoma y pueden modular al sistema defensivo en su conjunto. Algunos como los inhibidores de leucotrienos pueden ser muy útiles como tratamiento de fondo.

En cada niño, dependiendo de sus antecedentes, de sus síntomas y de sus condiciones de vida tendremos que diseñar una estrategia adecuada. Pero esto es posible, consiguiéndose especialmente en los primeros años de vida normalizar el funcionamiento del Sistema Defensivo. Lo que puede hacer que acabe siendo un Aliado en la salud futura del niño, y no un generador constante de problemas el resto de su vida.

No nos perdamos en una sucesión interminable de síntomas y abordemos el problema de fondo: La maduración adecuada del Sistema Defensivo.

 

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Lunares en niños

Lunares o Melanoma. ABCDE

Los lunares son zonas de la piel que tienen más melanocitos que el resto dándole una coloración oscura. Pueden aparecer en cualquier edad. Te explico cuándo debe verlos el médico.

¿Qué es un lunar?

Un lunar es una zona de la piel que tiene una coloración diferente al resto. Habitualmente de forma redondeada y color marrón más oscuro que el resto de la piel.

Es algo frecuentísimo. Casi todo el mundo tiene algún lunar.

Los niños pueden tenerlos incluso desde el nacimiento. Y pueden ir apareciendo a lo largo de la vida.

Pero es algo que a veces preocupa porque hay un cáncer de piel que parece un lunar: El Melanoma.

¿Qué es un melanoma?

Un melanoma es un cáncer maligno de piel que puede aparecer en cualquier momento de la vida. Aunque en los niños es algo excepcional.

El desencadenante son las quemaduras solares repetidas.

Cuando aparece tiene un aspecto similar a un lunar, pero luego cambia dándonos pistas de que no es normal.

Para diagnosticar lunares desde hace unos años se ha difundido una guía. El ABCDE del melanoma.

Diferenciar un lunar de un melanoma en niños

En cualquier momento puedes encontrar en la piel de tu hijo un lunar que antes no estaba. Y puedes sentir preocupación por si será un lunar “bueno o malo”.

Un Melanoma cumple antes o después las 5 características que ves en la imagen:

Asimétrico. Es decir, que tiene una forma irregular con una mitad diferente a la otra. Un lunar “bueno” suele ser redondeado u ovalado.

Bordes irregulares. Un melanoma tiene bordes irregulares porque invade el tejido que le rodea, mientras un lunar “bueno” tiene unos bordes claramente definidos.

Color. Un Melanoma tiene diferencias de color evidentes en su interior, mientras que un lunar “bueno” tiene una coloración uniforme.

Diámetro de 6 mm. Que mida más de 6 mm no quiere decir en absoluto que tenga que ser un melanoma. De echo ninguno de los anteriores puntos por sí solo nos hace pensar en un melanoma.

Evoluciona. Esto es lo más característico de un melanoma. Que lo vemos cambiar poco a poco. Evidentemente cualquier lunar nuevo cambia. Ha pasado de no estar a estar. Pero la aparición de un lunar “bueno” es tan rápida que lo descubrimos de repente. La diferencia es que el melanoma lo descubrimos y en las semanas o meses posteriores vemos cómo va cambiando de aspecto.

Cualquier lunar que cumpla algunos o varios de los puntos anteriores debe ser valorado por el dermatólogo. No hay ninguna seguridad de que sea un melanoma. Pero debe verlo. Y lo que debes hacer no es agobiarte, sino llevarlo al dermatólogo.

¿Tengo que hacer algo si a mi hijo le salen muchos lunares?

El estímulo para la aparición de lunares es La Luz Solar. Hay quien tiene mucha facilidad para que le salgan y quien no. Que a alguien le salgan muchos es un indicativo de que tiene una piel muy sensible o de que se está exponiendo demasiado al sol.

Sin pasarnos, debemos evitar las quemaduras solares. Pero el sol en realidad es bueno y necesario para la salud.

Como en tantas cosas la virtud está en el término medio. Y respecto al sol el término medio es que:

– Expongas a tu hijo al sol tanto como sea posible sin que se queme.

– Si prevés que puede llegar a quemarse limita la exposición.

– Si no puedes limitar la exposición y sabes que vas a superar lo que aguanta sin quemarse, aplica crema de protección solar. Pero no es lo ideal. Lo ideal es que limitemos la exposición a la que puede tolerar sin quemarse.

– Has una exposición gradual de forma que llegue con un moreno uniforme al verano. Se quemará menos cuanto más moreno esté.

Todas estas medidas son útiles para que no aparezcan lunares nuevos, aunque sean “buenos” y para evitar el melanoma.

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Cosmética Natural para niños y bebés

Qué es la Cosmética Natural y qué aporta en la Salud Infantil

Se habla cada vez más de Cosmética Natural, especialmente cuando hablamos de los más pequeños, ¿aporta realmente algo o es una moda más?

Todo evoluciona, y en los cuidados del bebé no es una excepción. Desde el típico jabón de la abuela hecho con aceite usado y sosa hemos pasado por casi todo lo imaginable.

Hoy voy a hablar de una de las tendencias nuevas, o no tan nueva en realidad: La Cosmética Natural.

¿Es necesaria la Cosmética en Niños y Bebés, sea Natural o no?

Dentro de la propia tendencia naturalista hay quien defiende que la cosmética es simplemente un negocio. Y que el mejor cosmético para los bebés es «ninguno». Que la piel tiene sus propios mecanismos de auto-cuidado y la mayoría de los «potingues» que usamos no hacen sino interferir con ellos generando problemas.

Pero la realidad es, que las condiciones que tiene que soportar nuestra piel en la actualidad, no se parecen en nada a las que la piel del ser humano está preparada gracias a su evolución.

Desde la industrialización estas condiciones han cambiado por completo.

Estoy de acuerdo en que antes de empezar a tratar la piel frente a las agresiones actuales, lo mejor es minimizarlas:

  • Usa fibras naturales en su ropa.
  • Usa para lavar su ropa y al niño productos lo menos agresivos posibles.
  • Trata su piel sólo si aparecen problemas.
  • Usa para ello productos lo más respetuosos que sea posible.

Es en estos dos últimos pasos donde tiene cabida la Cosmética Natural.

Pero, ¿qué es y qué no es Cosmética Natural?

Como está de moda, casi cualquier producto destinado a los más pequeños pretende serlo.

Pero para poder decirlo deben cumplir unas características muy estrictas.

La filosofía de la que nace el concepto de Cosmética Natural es la Terapéutica Naturalista.

Se basa en defender que el ser humano se está alejando de la Naturaleza, pero es parte de ella.

Hemos desarrollado la química hasta el punto de ser capaces de desarrollar sustancias nuevas. Moléculas que no estaban previamente presentes en la naturaleza o en los seres vivos con los que compartimos nuestro carácter biológico.

Para los Naturalistas, introducir esas moléculas en nuestras vidas es un riesgo fruto de nuestra arrogancia. Durante millones de años los seres vivos se han desarrollado en este planeta sin incorporarlas en sus evolución. O tal vez lo hicieron pero supuso un coste tan alto que no se han mantenido.

Pero despreciamos esa sabiduría natural y las usamos porque pensamos que puede apartarnos alguna ventaja sin riesgos.

Los Naturalistas buscan en la propia Naturaleza remedios que durante millones de años ha ido probando y manteniendo. Confiando sólo en ellos como seguros y probados.

Para elaborar Cosmética Natural usan por tanto sólo sustancias que pueden ser encontradas en la naturaleza sin tener que modificarlas. A esto lo llaman Productos Naturales.

Intentan obtenerlas sin modificar la forma en la que se generan en la propia Naturaleza. Porque no están seguros de que una cambio en esa forma de generarse no de lugar a una alteración de sus cualidades, y prefieren ser repetuosos con el proceso. Es lo que se llaman Productos Biológicos.

Y de la propia filosofía Naturalista nace el hecho de obtener estos productos respetando el Ecosistema en el que se generan. Si piensas que la mayor riqueza de este planeta está en su biodiversidad y que son millones las moléculas presentes en los seres vivos que pueden darnos respuestas en el futuro, intentas preservarlo tanto como sea posible en la producción de la Cosmética Natural.

Hay empresas que al crear Cosméticos Naturales se esfuerzan por buscar los mejores Productos presentes en la propia Naturaleza, obtenerlos de un modo que preserve sus cualidades naturales y hacerlo de un modo que respete el ecosistema que nos los ofrece.

Cuando esa empresa hace el esfuerzo de ser auditada, para demostrar que cumple todos esos pasos, aporta un valor que la distingue de la mayoría.

Tú escoges si esta filosofía es más o menos acorde con la tuya y con lo que quieres para tu hijo.

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Protege a tu Hijo del Sol

Protege a tu Hijo del Sol

Recopilatorio Sol Seguro: En esta página web he publicado varios artículos en los que he tratado temas sobre la protección de los niños y bebés en verano.

Ha sido fruto de una colaboración con La Roche Posay.

Una empresa que ofrece el producto de protección Anthelios Baby: Un protector solar para mayores de 6 meses.

Habitualmente los protectores solares están indicados por encima de los 3 años. Porque los niños más pequeños no deberían se expuestos al sol directo en verano. Pero todos sabemos que eso no se cumple.

En Verano, especialmente en las horas centrales del día los niños menores de 3 años deben estar a cubierto. La única protección segura es la física. Es decir, si de verdad quieres proteger a un niño de las radiaciones solares la única solución efectiva es no exponerlos, ni sin protector ni con él. Mantenerlos en la sombra es la única medida de protección realmente efectiva. Más cuanto más pequeño es el niño.

Que aparezca en el mercado un Protector como Anthelios Baby no significa que debamos exponer al Sol intenso a niños pequeños, sino que para proteger del sol indirecto (aunque vaya a cubierto el sol se refleja en todo lo que nos rodea y en la piel sensible de los niños es suficiente para afectarles) disponemos de productos que también son adecuados para pequeños.

Para lograr la aprovación de un producto así han tenido que esmerar la composición. Pensando en evitar todos los componentes innecesarios y en cuidar la piel especialmente delicada de los niños.

Para aquellos que no hayáis visto alguno de los artículos os los enlazo todos aquí a modo de recopilatorio, para que podáis tener una idea lo más completa posible de los problemas asociados al sol en niños y bebés y cómo afrontarlos.:

Los bebés y el sol

Golpe de Calor en Niños y Bebés

Deshidratación en niños

Quemadura por el Sol en Niños y Bebés

Cómo usar bien un Protector Solar

Protector Solar para Niños y Bebés

Actividades al Aire Libre con Niños

Playa o Piscina con un Bebé: ¿Qué hora es mejor?

Los niños, los bebés y el sol

 

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Quemadura por el Sol en Niños y Bebés

Quemadura por el Sol en Niños y Bebés. Evitarla y tratarla.

Las Quemaduras por el Sol siguen siendo frecuentes en Niños y Bebés. Aprende cómo tratarlas y ante todo cómo exponerlos al Sol con seguridad para evitarlas.

El Sol es una fuente de vida porque genera energía. Pero a veces puede ser excesiva.

Estamos preparados para vivir bajo su luz y la necesitamos. La usamos por ejemplo para producir Vitamina D.

Pero también genera en nuestra piel radicales libres. Son moléculas que reaccionan de forma incontrolada modificando otras como el Colágeno o el ADN. En el primero son responsables del envejecimiento de la piel, ya que los radicales libre hacen que el colágeno pierda elasticidad.

En el ADN pueden generar la muerte de algunas células y la mutación de otras, que pueden transformarse en tumorales.

Nuestra piel tiene capacidad de amortiguar radicales libres hasta un nivel determinado y cuando se agota puede regenerar esa capacidad si la dejamos un tiempo fuera de la exposición al Sol.

Podemos hacer dos cosas frente a las Quemaduras por el Sol: Evitarlas y Tratarlas. Es evidente que lo preferible sería evitarlas. Especialmente en niños pequeños.

Cuando se llega a la quemadura solar es que la capacidad de nuestra piel de inactivar radicales libres se ha agotado por ahora y la radiación ya está provocando daño en el tejido.

Esto significa que cuantas más veces se quema la piel por efecto del sol a lo largo de la vida más envejece y mayores son las probabilidades de que aparezca un tumor en la piel.

Evitar la Quemadura por el Sol

Una serie de sugerencias:

  • Evita la exposición de los niños al sol a las horas de más intensidad.
  • Protege del Sol especialmente a los más pequeños.
  • Si preveemos que un niño se exponga al sol de forma mantenida debemos protegerlo:
    • Con medios físicos siempre que sea posible (ropa adecuada, gorro…)
    • Con un Protector solar adecuado:
      • Que el Fabricante lo recomiende para la edad en la que vamos a usarlo.
      • Factor 50. Que es el máximo.
      • Aplícalo con la antelación suficiente para que se fije bien a la piel antes de exponerse al sol.
      • Vuelve a aplicarlo si algo retira el protector (baño, sudor…)
      • Vuelve a aplicarlo si la exposición al sol se prolonga. Mi recomendación es hacerlo al menos cada 2 horas.
    • Los primeros días que el niño se expone al sol el tiempo debe ser limitado. Podremos aumentarlo poco a poco conforme la piel se vaya poniendo morena.
    • Lo ideal es conseguir el moreno sin que se queme en ningún momento.
  • Si en cualquier momento la piel se enrojece es que ya se está quemando. No sirve volver a aplicar Protector solar. Debemos poner al niño a cubierto y no volver a exponerlo al sol al menos hasta que el enrojecimiento haya cedido por completo.

Tratamiento de las Quemaduras por el Sol

Todavía recuerdo el olor a vinagre de las noches de verano en la playa. Yo me crié en Guadix. Una ciudad del interior a una altura de más de 900 metros. La playa nos quedaba un poco lejos. Eso significa que las ocasiones en las que nos escapábamos era para pasar «el día de playa». Cualquiera mantenía a 7 niños (somos 7 hermanos) alejados del agua. Para empezar ni cabíamos en la sombrilla. Pero además teníamos tantas ganas de playa que sólo buscábamos refugio si estábamos ya achicharrados.

El primer día del verano que íbamos a la playa lo hacíamos para estar allí todo el día. Y eso significaba que esa noche todos nos habíamos quemado.

No recuerdo que cuando yo era pequeño me echasen Protector solar en ningún momento. Y sí recuerdo montones de noches de dolor de espalda por las quemaduras.

Esa noche los dormitorios olían a vinagre, porque es lo que mi madre nos aplicaba en las quemaduras solares para aliviar. Recuerdo el olor y la sensación de alivio cuando tras aplicar el vinagre mi madre soplaba y el vinagre se evaporada. Toda la noche durmiendo boca abajo porque no te atrevías a apoyarte sobre la espalda.

Y días después la piel se levantaba y empezaba a «pelarse». También recuerdo las sesiones de retirada de piel muerta a mis hermanos o a mí mismo.

Evidentemente mis padres permitían que llegásemos a esto porque la información sobre los peligros del sol era muy escasa en esa época.

Cómo podemos tratar las Quemaduras solares hoy en día.

Insisto en que lo mejor es evitar llegar a ellas. Pero cuando ya es tarde, toca tratar.

  1. Lo primero es retirar al niño del Sol. Si la piel se enrojece. El Sol se ha terminado por hoy. La piel necesita regenerar si capacidad de eliminar radicales libres. Mañana lo habrá hecho y podremos disfrutar un rato de nuevo.
  2. Hidrata la piel. Si se ha enrojecido puedes usar una crema hidratante normal.
  3. Pero si ya hay dolor es que necesitamos una que reduzca el efecto inflamatorio. Según la intensidad del dolor podemos recurrir a antiinflamatorios más o menos potentes.

Hay cremas para dermatitis atópica que tienen efecto antiinflamatorio pero no contienen corticoides. Esa sería la primera elección y puede aplicarse varias veces en el día hasta que el enrojecimiento desaparece.

Cuando el dolor es intenso o vemos que el enrojecimiento no cede tras un par de aplicaciones de la anterior podemos recurrir a emulsiones de corticoides. Se extienden con más facilidad que la crema para cubrir zonas extensas, como suelen ser las quemaduras solares.

Pero no todos los corticoides son iguales: Los hay que se inactivan al absorberse. Lo que es bueno cuando, como en las quemaduras del sol, debemos aplicarlo en zonas extensas para evitar efectos secundarios del corticoide.

La última parte del tratamiento es que tras un día en el que la piel se ha quemado, no debemos exponer al niño al sol hasta que la quemadura se haya curado por completo. Y en los primeros días tras la quemadura debemos extremar la limitación de tiempo y se más exhaustivos en la aplicación del  protector solar.

Quemarse una primera vez le ocurre a cualquiera. Quemarse una vez tras otra sólo le pasa a niños cuyos padres no se toman en serio el tema.

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Cómo usar bien un Protector Solar

Cómo usar bien el Protector Solar en niños

En la Playa y en la Piscina los Bebés deben usar protector solar. ¿Sábes cómo usarlo adecuadamente? Te explico cómo hacerlo y los problemas más frecuentes.

Cuando llega el buen tiempo a todos nos apetece hacer actividades fuera de casa. Y si a los adultos nos atraen, para los niños mucho más.

Tras meses de frío, días cortos y poca luz el sol es sinónimo de diversión fuera de casa, de tardes largas en las que da tiempo a disfrutar.

Pero el sol es también una fuente de problemas. Las más importantes son la deshidratación, el golpe de calor y las quemaduras solares.

Conocer porqué ocurren, cómo evitarlas y cómo aliviar sus molestias cuando ocurre es importante.

En este caso nos vamos a centrar en el uso adecuado de las cremas de Protección solar.

Consejos para el uso adecuado del Protector Solar.

Lo primero que debemos considerar es cuándo exponer al sol aunque sea con protección. En ese sentido la clave para evitar las quemaduras es evitar las horas en las que el sol es más intenso. Cuanto más pequeño es un bebé más cuidado debemos tener con esto, de forma que evitemos las horas centrales del día.

También depende de la intensidad que tenga cada día. Para eso hay incluso Aplicaciones Móviles que permiten valorar la intensidad de la luz solar y así considerar el nivel de riesgo. Las más simples te piden simplemente que orientes la cámara de tu móvil al Sol y te dice la intensidad de luz.

Pero las hay que hacen previsiones de intensidad para cada hora del día integrada con sistemas de previsión meteorológica. E incluso que te aconsejan nivel de protección recomendable. Pero debemos tener en cuenta que las indicaciones dependen de cada persona. Y que no es lo mismo para un niño independientemente de su edad. E incluso es diferente entre niños según el tono de su piel y la exposición al sol que haya tenido hasta entonces.

Los primeros días que un niño o bebé se expone al sol su capa de melanina es mínima por lo que tiene más facilidad para quemarse. Pero conforme pasan los días y la piel se pone morena, aguantan más exposición al sol.

Por eso la primera recomendación, por muchas ganas de playa o piscina que tengan los niños es empezar con una exposición corta que podemos ir aumentando conforme la piel se va poniendo morena.

Momento de aplicar la protección solar.

Debemos tener claro que ningún Protector Solar tiene efecto permanente. Lo que hacen es aumentar el tiempo que podemos exponernos al sol antes de que aparezcan problemas. Pero por potente que sea tu piel se quemará si se expone lo suficiente al sol, aún con Protector.

Cuanto antes se aplique el Protector Solar mejor. Lo ideal es que estemos protegidos desde que estemos al sol. Y para eso lo mejor es hacerlo en casa antes de ir a la playa o piscina. Además, cuando dejamos el Protector Solar aplicado un rato antes se fija mejor a la piel, de modo que si es llegar a la playa o piscina y se bañan, no se eliminará con tanta facilidad como si acabamos de aplicarlo.

Cada cuánto aplicamos el Protector Solar

Cuando ya tenemos experiencia y sabemos que un niño se quemó un número determinado de horas tras la última aplicación de Protector Solar, debemos adelantarnos a que ocurra renovando el Protector en períodos cada vez más cortos cuanto más tiempo llevemos al sol, ya que la capacidad del cuerpo de amortiguar estas radiaciones se reduce conforme pasa el tiempo de exposición.

En la mayoría de los casos lo recomendable es aplicar de nuevo el Protector antes de las dos horas.

Momento de dejar de aplicar Protector Solar y ponernos a cubierto.

Si un niño muestra ya irritación en la piel por culpa del sol, ya no es cuestión de aplicar de nuevo protección. Es un signo de que la capacidad de su piel para defenderse se ha agotado y por mucho efecto que haga el Protector Solar es muy fácil que acabe quemado. Por tanto, si ya ves piel irritada es que hace un rato debería haber terminado el Sol por hoy. El cuerpo necesita dejar de ser agredido y reponer su capacidad de defensa. Suele lograrlo con unas horas sin agresión.

Zonas de la piel especialmente vulnerables

Las quemaduras solares no aparecen en cualquier zona del cuerpo. Lo hacen con más frecuencia e intensidad en las zonas superiores en las que el sol da de forma más constante. Frente, nariz, orejas y hombros son las zonas más expuestas. Pero zonas donde habitualmente da poco el sol, como los pliegues de detrás de las rodillas, la zona superior de los muslos o las axilas son muy sensibles.

En todas estas zonas es más importante que nos aseguremos de que la capa de Protector Solar se ha aplicado para cubrir adecuadamente.

Por tanto, disfrutad del sol. El verano con niños pequeños es una de las mejores épocas, pero es importante hacerlo con seguridad para evitar que algo placentero acabe en doloroso.

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Protector Solar para Niños y Bebés

Qué Protector Solar usar en Niños y BebésQué Protector Solar usar en Niños o Bebés. Cuáles son las diferencias entre los distintos tipos que hay disponibles en el mercado y cómo escoger uno.

Desde qué Edad puede usarse el Protector Solar

En realidad no hay ningún Protector Solar recomendado en niños menores de 6 meses.

La mayoría, de hecho son para niños por encima de los 3 años . Aunque ya hay alguno en el mercado recomendable desde los 6 meses.

¿Cuáles son los motivos para esta limitación? La primera razón es que los niños menores de 6 meses no deberían exponerse voluntariamente al sol. Es decir, no es que sean vampiros y si les da el sol se transforman en polvo. Pero su piel es muy sensible a las quemaduras solares y tienen más facilidad para sufrir un golpe de calor. Por eso, la mejor recomendación para niños de menos de 6 meses respecto al sol es que lo evites en la medida de lo posible.

La limitación para usar cremas de protección solar por debajo de los 3 años se debe a que la mayoría de los Protectores Solares contiene sustancias como los Parabenos que en grandes cantidades no son recomendables. Y el propio uso de los Protectores Solares implica su uso abundante para que sean efectivos.

Datos clave a la hora de escoger un buen Protector Solar para Niños

Respeta las limitaciones para Edad del Fabricante

Si no se especifica, los Protectores Solares son para niños mayores de 3 años.

Como os decía hay alguno en el mercado para mayores de 6 meses.

En niños menores de 6 meses pueden usarse. Pero hay que tener claro que no está exento de riesgos. Siendo realista los riesgos no son realmente por la composición. No tendría sentido que algo que es perjudicial a los 5 meses y 15 días ya no lo sea a los 6 meses.

En realidad, hay que poner el límite en algún punto y lo importante es tener claro que un bebé de menos de 6 meses (y con 7, y con 8, pero más cuanto más pequeño) tiene riesgos importantes de que su piel se queme o sufrir una insolación si se expone de forma continuada al sol sin protección. Y por tanto lo único seguro es mantenerlo a cubierto durante las horas en que el sol es más intenso.

Si en algún momento va a estar al sol intenso con menos de 6 meses, porque no podemos evitarlo, hay que reducir esa exposición lo más posible, podemos usar un Protector Solar para mayores de 6 meses, pero añade protección física. Es decir, vestido y con gorro.

Qué Factor de Protección debe usarse en Niños

Lo recomendable es usar el máximo, que es Factor 5o.

Cuanto más alto es el factor de protección más tiempo protege, por lo que va a necesitar menos aplicaciones. Conociendo a los niños, a los que en su mayoría no gusta que les echen el Protector es importante.

Pero aún siendo de factor 50, es recomendable volver a aplicarlos a las 2 horas si sigue expuesto al sol o si se ha bañado, tras secarlo cuando sale del agua.

Qué tipo de Filtro Solar es más seguro

Otro componente de los Protectores solares a tener en cuenta son los Filtros. Los hay físicos y químicos.

Evidentemente todos están testados y aprobados en niños porque se consideran seguros. Pero son más seguros los físicos que los químicos. El problema es que los filtros físicos dan un color blanquecino que algunos padres y muchos niños rechazan. Cuanto más pequeño es un niño mejor es que la protección se a costa de Filtros Físicos, recurriendo a los Químicos lo menos posible.

Precisamente esa desventaja estética de dar un tono blanquecino a la piel es un añadido en seguridad. Ya que cuando se pierde ese tono blanquecino es un indicador de que debes aplicar protección de nuevo o dejar de exponer al niño al sol.

Sin embargo en los filtros químicos la primera muestra de que ya no está protegido es el enrojecimiento de la piel, que ya es una quemadura leve.

Componentes a evitar en la composición del Protector Solar de un niño

Parabenos. Se usan como conservantes. No tienen ninguna función de protección. Pero se ha visto que su uso excesivo puede ser perjudicial. Y precisamente el uso de Protectores implica su abundancia. Debe cubrirse todo el cuerpo y debe aplicarse varias veces en un mismo día si se expone de forma prolongada al sol. Por tanto: Mejor Sin Parabenos.

Perfumes. Los perfumes son innecesarios. Dan buen olor, pero a costa de poder generar alergias en algunos niños, especialmente en los que tengas pieles sensibles. Si tu hijo tiene dermatitis atópica el Protector Solar que use No debe tener Perfumes.

Componentes beneficiosos en la Protección Solar de un niño

Al igual que hay componentes a evitar, algunas marcas añaden componentes que pueden resultar beneficiosos. Así encontramos Protectores Solares con fórmulas similares a cremas especiales para Dermatitis Atópica. Pueden añadir con ese fin Aceites ricos en Omega 3, como la Manteca de Karité.

Como resumen podemos decir que lo más importante para proteger a los bebés y niños del sol es evitarlo en las horas de más intensidad, que en los más pequeños esto es lo esencial, pero que en los mayores de 6 meses que se exponen (y si lo haces con un menor de 6 meses) es aconsejable protegerles con un Protector Solar de calidad. Suelen ser Marcas Reconocidas y de venta en Farmacias. No compres cualquier cosa en un «Todo 100».

 

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Actividades al Aire Libre con Niños

Actividades al Aire Libre con niños

La importancia de realizar Actividades al Aire Libre con Niños, pero con Seguridad. Una de las cosas más importantes para su desarrollo físico y emocional.

Mi hijo ha ido creciendo con este blog. Y yo he ido creciendo como padre con ambos.

Muchas de las cosas que yo aprendí en mi formación como pediatra han cambiado. Pero sobre todo ha cambiado lo que como padre cobra más importancia o menos. Y eso va evolucionando conforme los hijos crecen.

Tocaré madera, pero hace muchos meses que no ha enfermado, come razonablemente bien (es de poco comer, pero variado), duerme bien, y empiezan a ser prioritarias otras cuestiones.

Como todos los niños de su edad (7 años) es muy activo, pero el tipo de ocio al que está acostumbrado es muy sedentario. Le encanta ver sus series favoritas de dibujos animados, o explorar en Youtube, jugar con el iPad o el móvil. Hasta está empezando a pillarle el gusto a la lectura como entretenimiento.

Pero es hijo único y aunque con frecuencia juega con amigos (visitas) y lo hace a diario en el colegio, los padres tenemos demasiada tendencia a planificar el ocio de forma poco activa.

Actividades sin salir de la ciudad, y cuando lo hacemos al campo solemos plantearlo como si nos llevásemos la ciudad con nosotros. Zonas de campo, pero especialmente adaptadas como áreas de recreo… Comer y comer moviéndonos en torno a la comida…

Muchos niños desconocen lo que es una auténtica excursión por el campo. Andar y andar sin más equipaje que una mochila con agua y algo de comer (bocadillo y fruta). Simplemente para disfrutar espacios abiertos y moverse a un ritmo diferente.

Lo normal cuando haces esto por primera vez es que tu hijo se queje: «¡Me aburro!»

Puedes empezar a explorar y rastrear, empezar a explicar detalles sobre la naturaleza que te rodea. Pero seguramente al principio esto, comparado con el aluvión de estímulos al que están acostumbrados, le resulte demasiado lento.

Puede ser buena idea compaginarlo con algo que les llame la atención. Nosotros llevamos unas semanas visitando Castillos de nuestra zona. Hay muchos, la mayoría derruidos casi totalmente, pero están en parajes que con la primavera son auténticas maravillas. Yo estoy descubriendo muchos que no sabía ni que existían.

Castillo de Aldeire, Granada, España

Las ruinas son algo que gusta a la mayoría de los niños. Son como un campo de aventura. Estimulan su imaginación y a explorar.

Y andar hasta llegar a ellas permite algo extraordinario. Tiempo en el que no hacemos nada más que andar y Hablar. Piénsalo un poco. ¿Cuánto hace que no dispones de varias horas seguidas para hablar con tu hijo? Esto, en niños por encima de los 6 años, es una de las mayores carencias que tienen. La oportunidad de Hablar hasta no tener más temas que tocar, desahogarse, vaciarse de preocupaciones, compartir ilusiones… Hablar.

Realizar Actividades al Aire Libre con Seguridad

Lo dicho hasta ahora es todo ventajas, pero conviene tener en cuenta una serie de cosas para que la actividad al aire libre resulte placentera y segura.

Pueden sufrir accidentes.

Pues sí. Y está bien que siempre vayas con un móvil con batería suficiente y compruebes de vez en cuando la cobertura. De modo que si ocurriese algo tengas claro el último punto desde el que podrías hacer una llamada.

También es bueno que escojas al principio Actividades al Aire Libre que no resulten muy arriesgadas, aumentando progresivamente la complejidad. En primavera vemos con frecuencia traumatismos en niños, porque tras meses sin casi salir al Aire Libre, están como locos, pero tienen poca práctica y los reflejos no dan mucho de sí.

El Sol en el campo y la montaña.

Si tu hijo está poco acostumbrado a hacer actividades al aire libre puede quemarse con facilidad o sufrir un golpe de calor. Planifica las actividades teniendo esto en cuenta, de modo que a las horas de más sol estéis en una zona algo más cubierta (edificio o arbolado).

Lleva siempre agua suficiente y un poco más y prepárate para el sol.

Ropa adecuada para evitar las quemaduras solares. La ropa puede ser fresca, pero si es resistente y cubre la mayor parte del cuerpo mejor. Además del sol a la mayoría de los niños no les gusta pasar entre plantas y que le rocen, con lo que suelen agradecer llevar unos pantalones largos.

Otros elementos a recordar son Gafas de sol: Deben ser de buena calidad. No hay mejor forma de tener un accidente que no ver bien. Especial cuidado a que las gafas no estén dañadas. Es mejor no usarlas que usar unas con el cristal rayado.

Otro detalle importante es la crema de protección solar. Lo mejor en cuanto al protector solar es aplicarlo antes de salir de casa si el día es soleado y vamos a estar horas expuestos a él. Solemos pensar en esto cuando vamos a playa o piscina, pero en el campo o la montaña el Sol puede ser incluso más agresivo, porque no vamos a refrescar la piel bañándonos. Llévalo por si a lo largo del día es necesario aplicarlo de nuevo.

El calzado para actividades al Aire Libre

Piensa que la idea es andar mucho y sobre superficies irregulares. Conviene llevar un calzado que:

No escurra con facilidad.

– Sea resistente, con suela gruesa y ancha y cubra si es posible el tobillo. Junto con los pantalones largos evitarán que las plantas le vayan rozando al caminar entre ellas. Pero además puede evitar heridas por accidentes leves que pueden estropear el día.

Calcetines altos y gruesos. Para proteger junto a la bota y los pantalones de «bichos» y «plantas». Pero además son esenciales para evitar la formación de rozaduras y ampollas. Recuerda que tu hijo posiblemente no está acostumbrado a recorrer distancias grandes y hacerlo con un calcetín fino con el que el pie «baila» dentro del zapato es rozadura garantizada.

Hazlo con seguridad, pero hazlo. Tu hijo necesita reducir el ritmo de estímulos y descubrir la realidad que existe fuera de las ciudades y de las pantallas. Aunque de entrada le pueda resultar aburrido, casi todos lo acaban agradeciendo.

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Playa o Piscina con un Bebé: ¿Qué hora es mejor?

Hora para ir a la playa. Atardecer en la Playa de La Barrosa de Chiclana de la Frontera (Cádiz). Mi favorita.

Cuando vamos a ir a la playa con un bebé o un niño no es lo mismo hacerlo a cualquier hora. Los problemas más frecuentes son quemaduras e insolaciones.

Con el buen tiempo aumentan las actividades al aire libre con niños y bebés. Salimos más al campo, a la playa, a la piscina. Especialmente estas dos últimas son actividades que podríamos calificar de «exposición al sol».

Salir al campo a la montaña también suponen exponerse al sol, lo que significa que también para ellas es importante tener en cuenta la protección solar. Pero son actividades que realizamos vestidos y que no necesariamente van asociadas a un día soleado.

Sin embargo para la piscina y la playa buscamos días despejados y hacemos la exposición con el mínimo de ropa. Lo que significa que son las dos actividades de mayor exposición a las radiaciones solares.

Los niños son especialmente vulnerables al sol. Y lo son por varios motivos:

  1. Porque cuando están jugando no se acuerdan de nada, incluido beber agua o ponerse a cubierto a tiempo. Ya que si están entretenidos jugando pueden ignorar molestias leves que se asocian al principio de un golpe de calor o de la aparición de quemaduras solares y pasarnos de las horas que sería recomendable.
  2. Porque su piel es más fina y especialmente en los más pequeños ha tenido tan poca exposición que su capacidad de filtrar luz solar es muy escasa. Lo que hace más fácil que se queme en menos horas.
  3. Porque los niños pequeños tienen menor capacidad de compensar las pérdidas de agua y padecen insolaciones con más facilidad.

Uno de los factores esenciales a la hora de disfrutar del sol con niños y bebés evitando estos problemas es el Horario para estar en Playa o Piscina.

La mejor hora para exponer al sol a niños y bebés.

El típico día de playa o piscina puede acabar mal si nos lo tomamos en plan Maratón (de la mañana al anochecer) con bebés o niños pequeños. Hacer algo así supone un riesgo excesivo de exposición al sol y al calor.

Para evitar los Golpes de Calor y las Quemaduras lo mejor es hacer exposiciones en franjas de no más de 2-3 horas los primeros días que podremos ir aumentando después progresivamente, conforme van estando más morenos.

Pero aún así lo recomendable es no estar más de 5-6 horas continuadas en la playa o la piscina. Lo que enlaza con la primera recomendación importante:

Evita las horas centrales del día.

Mi primera recomendación es clara: Depende de la zona geográfica en la que estés porque en cada una los usos horarios son diferentes. Pero en las 4-6 horas centrales del día (más horas en los días de más calor y más despejados) deberíamos estar a cubierto de las radiaciones solares.

Y a cubierto para un niño pequeño no significa debajo de una sombrilla a las 4 de la tarde. Es frecuentísimo atender bebés con fiebre tras un día de playa intensiva, en la que el bebé «no ha salido de debajo de la sombrilla». Pero es que en verano, debajo de una sombrilla puede haber 45º y eso de forma continuada durante horas deshidrata con facilidad a cualquier bebé.

Una forma de reducir este problema es dando líquido con frecuencia al bebé, pero aún así lo mejor es estar realmente a cubierto en esas horas. Y a cubierto es «bajo techo«.

¿Mejor por la mañana o por la tarde?

Hay mucha gente que va mañana y tarde. Pero en los primeros días de exposición al sol y en bebés lo que suelo recomendar es ir a la playa o a la piscina por la tarde. Y me refiero a una vez que han pasado las 6 horas de más intensidad del medio día.

Debemos entender que la capacidad del cuerpo para amortiguar el efecto de las radiaciones solares es limitada.

Cuando vamos a la playa o la piscina por la mañana la radiación solar se va haciendo cada vez más potente conforme nosotros vamos agotando nuestra capacidad de compensarla. Eso significa que es mucho más fácil quemarse antes de irse.

Por el contrario, cuando vamos por la tarde, nuestro cuerpo va agotando su capacidad de defenderse del sol al mismo tiempo que el sol va reduciendo su intensidad. Lo que hace mucho más fácil que podamos estar más horas en la playa sin quemarnos.

Mejor exponer al sol por la tarde que por la mañana.Además, cuando vas a la playa por la mañana el agua está helada. Si vas por la tarde el agua está en su temperatura máxima, lo que siempre resulta más agradable para bañar a niños y bebés.

Personalmente, para mí uno de los mejores momentos de cada verano son los atardeceres en la Playa de la Barrosa en Chiclana de la Frontera (Cádiz). Si no la conocéis, para ir con niños (o sin ellos) os la recomiendo con la convicción de un «enamorado». Es la imagen de cabecera de este artículo.

 

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Quemaduras en niños y bebés

Las quemaduras en niños y bebés. Lo más importante es evitar que ocurran previniendo las causas más frecuentes. Y si ocurre ¿qué pueden hacer los padres?

Dentro de los accidentes en niños y bebés, por detrás de las caídas y los cortes, el tercer lugar con «honores» lo ocupan las quemaduras.

Lo bueno y lo malo de las quemaduras, es que en la mayoría de los casos son evitables.

Hay pocas cosas en el ambiente que nos rodean capaces de producir quemaduras. Y eso hace que cuando unos padres se conciencian la posibilidad de que un niño sufra una quemadura se reduce muchísimo.

Situaciones calientes

Creo que en esto lo más útil es describir las situaciones que suelen producir quemaduras en niños con más frecuencia. De ese modo cuando en vuestra vida cotidiana estéis en una de ellas vuestro cerebro de forma inmediata se activará y os hará estar alerta para evitar la quemadura a vuestro hijo.

En la cocina:

Estamos preparando la comida. Eso significa en muchos casos calentar alimentos. De las cuatro formas más habituales, hervir, freir, asar, hornear. Cada una de ellas es susceptible de producir quemaduras diferentes:

  1. Quemaduras por agua hirviendo. Lo más habitual es cuando ponemos los cazos con el asa hacia fuera y el niño tira de ella hacia abajo, volcándose el líquido hirviendo encima. Pero también cuando repartimos la comida en los platos y la dejamos para que se enfríe. Es importante si hay un niño cerca que no estén a su alcance, con las asas de los cazos haciendo algo tan simple como girarlos para que no queden hacia el exterior de la encimera. Las quemaduras por agua hirviendo no suelen ser muy profundas, pero sí muy extensas.
  2. Quemaduras por aceite caliente. Cuando freímos sea con sartén o con freidora es importante como en el caso de los cazos poner siempre las asas de forma que el niño no pueda colgarse de ella volcándosela encima. En este caso aún más, porque las quemaduras por aceite son más frecuentes. Sin embargo lo más frecuente no es esto, sino las quemaduras por salpicadura. A todos nos ha pasado que al echar algo a la sartén con el aceite caliente ha saltado. Por eso nunca eches a freir nada con el niño cerca y ten siempre preparada la tapa de la sartén para aplicarla en cuanto eches lo que vas a freir. Lo mismo al retirar la tapa de la sartén. Retira siempre la sartén del fogón antes de abrir la tapa para que la intensidad de ebullición del aceite baje un poco. Como en el caso anterior, también debes mantener los alimentos recién fritos fuera del alcance del niño hasta que se enfríen. Y recuerda que algunos alimentos cuando la superficie ya parece fría pueden mantener mucho el calor en su interior y que te quemes al morder.
  3. Quemaduras al tocar cazos, ollas, planchas de asar, vitrocerámicas, fogones. Son elementos metálicos que calentamos para calentar los alimentos. Siempre hay que mantenerlos fuera del alcance del niño hasta que se enfríen. Suelen producir quemaduras en la yema de los dedos o palma de las manos. Igual que cuando tocan los fogones o la superficie de una vitrocerámica que no se ha enfriado aún.
  4. Hornos. ¿Porqué la mayoría de los hornos están bajo la encimera? Es incómodo para introducir y sacar los alimentos. Es incómodo para limpiarlo. Y está a una altura a la que cualquier niño que ya ande puede llegar… Tocar el frontal del horno cuando está a plena temperatura produce quemaduras como las anteriores, en yemas de los dedos o en palma de las manos. Suelen ser menos intensas que en el caso 3. Pero más frecuentes por ser el horno la mayoría de las veces más accesible.

Fuera de la cocina:

Fuera de la cocina son 4 los elementos que con más frecuencia producen quemaduras:

  1. Comida o bebidas enfriándose: Especialmente la sopa y las infusiones. Son quemaduras por agua hirviendo, extensas y poco profundas habitualmente.
  2. El baño: Evidente. Prueba la temperatura del agua siempre antes de bañar a tu hijo y no lo dejes sólo con alcancen para abrir el agua caliente si no tienes claro que entiende el riesgo.
  3. Sistemas de calefacción: Braseros, Radiadores eléctricos, estufas, chimeneas… Siempre fuera del alcance de los niños.
  4. Cigarros: Esto es sencillo. NO FUMES. Si tienes un hijo, evitar que se queme con un cigarro es la menos importante de las razones para que dejes de fumar. La principal: Que tu hijo quiere que le acompañes muchos años y lo hagas lo más sano posible. ¿Cuánto tiempo de vida compartida con tu hijo estás dispuesto a perderte por culpa del tabaco? Sé que no es fácil. Pero no te engañes diciéndote que puedes dejar de fumar cuando quieras. Si esto no es un motivo suficiente ¿qué lo es?

Fuera de casa:

Aquí la lista es muy amplia: Tubos de escape de motocicletas (muy frecuente), fuego en fiestas que lo incluyen como tal o pirotecnia.

Y un capítulo a parte: Quemaduras solares.

Una explicación a tiempo

Cuando los niños empiezan a entender el lenguaje, un a de las mejores prevenciones que existen es avisar de los peligros.

Podemos alertar a los niños de que hay cosas que hacen daño y de las que debe alejarse. La mayoría de los focos de calor son graduables. Y especialmente en los niños que son tocudos a veces puede ser útil dejarle que toque elementos calientes pero que no lleguen a quemar para que entienda el riesgo.

¿Qué hacer si un niño o bebé se ha quemado?

Lo primero es enfriar y alejar de lo que quema:

Siempre tras una quemadura, lo mejor es agua fría.

Para seguir enfriando y mientras preparamos los siguientes pasos, podemos mantener la quemadura fría aplicando un paño con agua fría que cambiemos a los pocos minutos.

A partir de ahí, depende del grado de quemadura:

La gravedad de una quemadura depende de tres cosas: Profundidad, extensión, zona.

Profundidad:

No es lo mismo que la piel se ponga roja (primer grado) que si forma ampollas (segundo grado) o si la piel ha desaparecido dejando a la vista el tejido que hay debajo (tercer grado).

Extensión:

Una quemadura que afecte más del 30% de la superficie del cuerpo se considera grave, aunque no sea muy profunda ni afecte zonas importantes. Esto es así porque la piel tiene dos funciones que se ven comprometidas cuando una quemadura es grande: Evitar la pérdida de líquidos y evitar la infección.

Habitualmente una quemadura extensa necesita tratamiento antitbiótico, en muchos casos intravenoso para evitar una infección grave a partir de la piel. Y eso significa ingreso hospitalario en muchos casos.

En quemaduras grandes se puede perder mucho líquido, sales y proteínas a través de la piel quemada. Y para controlarlo es necesario a veces realizar analíticas repetidas y aportar esas sustancias por vía intravenosa en los primeros días tras la quemadura. De nuevo es criterio de ingreso hospitalario frecuente.

Zona:

No es lo mismo quemarse la espalda (una zona con poca funcionalidad fina) que la cara, las manos o los genitales. Estas tres son las zonas más graves cuando se queman, por sensibilidad, por estética y porque tienen funciones finas que es fundamental preservar.

Dos opciones por tanto:

  1. Una quemadura profunda (con apollas inmediatamente) extensa (no puedes cubrirla con apósitos normales que tienes en casa) O que afecta manos, cara o genitales debería ser al menos valorada en urgencias lo antes posible. Importante el O. Con que cumpla cualquiera de las tres características, a urgencias. El transporte a urgencias hazlo cubriendo la quemadura con paños húmedos y manipulando lo menos posible las zonas quemadas. Si tienes algún analgésico en casa te recomiendo que se lo des antes de salir para que empiece a calmarle por el camino.
  2. Una quemadura poco profunda (primer grado) poco extensa (se puede cubrir con facilidad con un apósito) y que no afecte a manos, cara ni genitales, puede tratarse en casa en la mayoría de los casos. Y es esto lo que voy a explicar a continuación.

Tratamiento en casa de quemaduras leves

Si como hemos dicho es leve porque no es profunda, no es grande y no afecta manos, cara, genitales, puedes tratar la quemadura en casa siguiendo estos pasos:

  1. Enfriar con agua fría.
  2. Cuando la zona ya se ha enfriado y hemos limpiado con agua lo que le quemaba, yo suelo recomendar una sola aplicación si tienes en casa de una crema de corticoides. Se suele hablar de las típicas soluciones caseras, como la pasta de dientes…. Pero realmente una crema de corticoides es lo más adecuado. ¿Para qué? Muchas quemaduras leves no tienen ampollas (si las tiene desde el principio es una quemadura de segundo grado y como decimos ya no es leve, a urgencias) al principio, pero las forman horas después. Aparecen por la inflamación que ha generado la quemadura. Para eso las enfriamos con agua. Pero si una vez enfriada, aplicamos un corticoide podemos evitar que las ampollas aparezcan. No es bueno aplicar corticoides después en las fases en las que ya el daño está hecho, porque los corticoides disminuyen la capacidad de la piel para regenerarse y defenderse. Por eso es una sola aplicación inmediata, en los primeros minutos tras la quemadura.
  3. Si le duele puedes (debes) darle un analgésico.
  4. Si la piel está integra, ha desaparecido la inflamación y no ha salido ampolla unas horas después de la quemadura, el tratamiento ha terminado.
  5. Si finalmente sale alguna ampolla pero es pequeña y no afecta zonas especialmente sensibles (cara, manos, genitales) lo mejor es:
  6. Aplicar alguna crema antibiótica y cubrir con un apósito. Cambiarlo 1-2 veces al día, o más si se mancha. Puede quitarse el apósito y lavarse la zona normalmente mientras la piel mantenga su superficie conservada.

Respecto a las ampollas

Si una ampolla no produce un dolor intenso, lo mejor es no pincharla. Ya que es la forma natural de curar de una quemadura. Mantiene protegida la zona para que la piel se regenere por dentro a cubierto. Y sigue sirviendo como barrera para las infecciones.

Si está tan a presión que el dolor es muy intenso lo más habitual es que el niño se toque y acabe reventando. En esos casos es mejor pincharla con una aguja previamente desinfectada para permitir que alivie la presión y así se reduzca el dolor. Pero no presiones la ampolla intentando que se vacie totalmente. Va a ir haciéndolo a su ritmo, de modo que el flujo constante de líquido dificulta que los gérmenes entren. Pero además en una ampolla pinchada te recomiendo aplicar una crema antibiótica y cubrir la lesión con un apósito.

Sí te advierto que en quemaduras grandes o de zonas en las que es especialmente importante mantener la movilidad (cara interna de la mano, cara, articulaciones…) a veces los médicos pueden decidir a lo largo de la evolución de una quemadura retirar la superficie de las ampollas.

Pero en quemaduras leves que no afectan esas zonas, lo mejor es dejar que la piel que cubre la ampolla caiga sola a su ritmo una vez que ha cumplido su función y la piel se ha regenerado por debajo.

Es un tema largo, pero espero que os sea útil.

Y lo más importante: Si tienes dudas consulta a tu médico. En estética y funcionalidad tras una quemadura, cuanto antes actuamos más margen tenemos.