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Nacimiento de un hermano y celos

Los celos tras el nacimiento de un hermano son una de las preocupaciones que todos los padres tienen cuando esperan su segundo hijo.

Ante esta situación surgen muchas preguntas, centradas casi siempre en cómo afectará al mayor:

¿Cómo se lo tomará el hermano mayor?

¿Qué podemos hacer para que sea algo lo más positivo posible para él?

¿Le traerá el mayor todos los bichitos habidos y por haber del colegio?

¿Cómo se lo tomará el hermano mayor?

Las estadísticas dicen que la mayoría de los hermanos mayores tienen unos 2-3 años cuando nace el segundo hijo.

Ya de por sí esa edad es complicada: Los terribles dos años. Son muchos cambios: Dejar el pañal, escolarización, en muchos casos destete. Es la edad del «no», las rabietas, el pegar…

Para algunos un nuevo hermanito puede ser la gota que colma el vaso.

Pero en la práctica, depende de cada familia y de la personalidad de cada niño. Nada garantiza que otra edad sea más adecuada para planificar la llegada de un hermano.

¿Qué podemos hacer para que sea algo lo más positivo posible para él?

Especialmente en los niños que tienen un vínculo mucho más fuerte con su madre que con su padre, desde que conocemos que va a venir un hermanito, conviene que el padre empiece a ganar protagonismo. Pensad que el día tiene las horas que tiene, y por fuerza la madre va a tener que dedicar más tiempo al recién nacido. Con los niños de esta edad la mejor forma de que el padre llene ese hueco es darle más juego al niño. Y lo recomendable es que esto empiece mucho antes de la llegada del hermano.

Hablad con los familiares, especialmente con los que mejor se llevan con el hermano mayor, para que cuando vayan a casa tras el nacimiento del nuevo bebé, se centren especialmente en prestar atención al mayor.

Implicad al mayor en el cuidado del pequeño, de forma que cuando tenemos que atenderlo el mayor colabore sintiéndose protagonista de la situación.

Si tiene una edad en la que ya muestra sus preferencias (escoge ropa que ponerse, actividades de ocio…) concedédselas en la medida de lo que sea razonable. Y explicarle que lo hacemos porque él ya es mayor. Que vea las ventajas de su condición.

Es frecuente que niños que ya controlaban el pipí o la caca dejen de hacerlo con la llegada de un hermanito, o que duerman y coman peor…

Si ocurre, intentad actuar de forma calmada y no le deis mucha importancia al tema. Debéis entender que el niño mantendrá esas conductas en la medida que se le premie por hacerlas. Y en esta situación regañar a un niño es prestarle atención, es decir premiarlo.

Está claro que cuando algo de lo anterior ocurre es que el niño se siente desatendido (lo que no siempre está justificado, pero él lo siente así). Lo que debéis hacer es tomar nota: No prestar importancia a esas conductas, pero dedicadle más atención fuera de esos momentos. De forma que se sienta más atendido, pero no piense que lo es por hacer la conducta «mala».

¿Le traerá el mayor todos los bichitos habidos y por haber del colegio?

Sí. La mayoría de los hijos únicos no empiezan a ponerse malitos con frecuencia hasta que se escolarizan. El primer año de escolarización suele ser de pillar una tras otra.

¿Y los segundos? Pues como esa primera racha mala del hermano mayor suele coincidir con el nacimiento del segundo, no es raro que empiecen a enfermar antes. Le traen el trabajo a casa.

Ante eso, muchos padres se agobian e intentan mantener al mayor alejado del pequeño. Os aclaro una cuantas cuestiones:

  1. Los virus tienen más capacidad de contagio que nosotros de alejar al hermano mayor. Si tiene que pillarlo, lo va a pillar, aunque no le tosa en la cara.
  2. Los primeros cuatro meses de vida la mayoría de los niños pequeños no enferman, y no lo hacen porque tienen los anticuerpos que su madre les ha pasado durante el embarazo. Si es un germen contra el que la madre no tiene defensas, seguramente la madre lo va a pillar ella también del hermano mayor y será la madre la que acabe contagiándolo al pequeño. Con lo que separar al mayor del pequeño en enfermedades contra las que la madre tiene defensas es innecesario, y en las que la madre no está inmunizada es inútil.
  3. Que empiece a enfermar antes también significa que cuando empiece la escolarización el niño pequeño estará ya más inmunizado y tendrá menos infecciones.
  4. Alejar al hermano mayor del pequeño, por evitar infecciones o porque no nos fiemos de sus reacciones es la mejor forma de que el mayor vea al pequeño de forma negativa y no lo asimile como algo natural en su vida.
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El mejor juguete de tu hijo. Peketip 19

El mejor juguete de tu hijo,

Ese con el que siempre quiere jugar,

El que más estimula su desarrollo integral,

El que no anuncian en la tele porque no se vende,

El que no gasta pilas, aunque a veces se le agotan,

ERES TÚ

Este peketip tiene poca explicación, si tienes cerca a tu hijo. Si tienes encendido el ordenador y estás leyendo sobre cosas interesantes para su crecimiento, desarrollo y salud. Déjalo. Nada hay más importante que puedas hacer en este momento que apagar el ordenador, tablet o teléfono y ponerte a jugar con él.

El juego es la forma más afín a la naturaleza del ser humano y especialmente del niño, para crecer, aprender, reforzar el afecto y disfrutar.

Pero necesita tiempo. Y «nunca» tenemos tiempo. Crealo, fabrícalo, róbalo si hace falta… Pero encuéntralo para jugar con tu hijo.

Peketip 18
Peketip 20

 

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¿Por qué siempre está con mocos y tos? Las vegetaciones. Pekevídeo 12

Sobre todo al final del curso escolar hay niños de 2 a 5 años que tienen mocos y algo de tos de forma continua.

En muchos casos los padres han probado de todo sin ningún resultado.

En este Pekevídeo os explico una de las causas más frecuentes de esto: Las vegetaciones o hipertrofia adenoide.

Podréis entender por qué aparece cada uno de los síntomas que tiene vuestro hijo, para poder tener claro por vosotros mismos si es lo que tiene.

 

¿Por qué siempre está con mocos y tos? Las vegetaciones.

 

 

Si queréis información por escrito sobre este mismo tema podéis leer también el artículo del mismo nombre: ¿Porqué siempre está con mocos y tos? Las vegetaciones

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El niño delgado, en Mama Contra Corriente

Hay niños que son puro hueso y piel. Tengo experiencia directa en ellos. De hecho mi hijo ha sido siempre así. Ya era larguirucho cuando nació y con 5 años sigue siendo pura fibra.
Sé perfectamente lo que es mirarlo y contar las costillas.
Sin embargo es un niño activo, sano y con un muy buen desarrollo en todo. En todo menos esa capa que suele rellenarlos entre los huesos y la piel.
Hay que entender varias cosas cuando uno tiene un niño así:

Leer más…

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Los seis síntomas del niño enfermo

Niño enfermo
Niño enfermo

Fiebre, tos mocos, vómitos, diarrea y dolor.

Los principales motivos por los que los niños son llevados al pediatra, son en realidad, mecanismos que el cuerpo usa para defenderse.

Puede surgir entonces la idea de: «Si son formas del cuerpo para defenderse, dejémoslas actuar libremente. ¿Para qué interferir con un mecanismo que el cuerpo usa para sanar?»

Lo que sucede, es que cuando aparecen, interpretamos que algo marcha mal y suelen ir relacionados con malestar y sensaciones desagradables.

Cuando las detectamos, son un signo de que hay una causa que está desencadenando el proceso. Y es importante averiguar la causa, para plantearse si hay algo que podamos hacer para mejorar la evolución normal de la enfermedad.

Además, el problema es que la reacción, que en sí misma está diseñada para curar, a veces puede empeorar mucho la evolución de una enfermedad.

En muchos casos es útil combatir esos mecanismos, para evitar el agotamiento que producen y para reducir el sufrimiento que llevan asociado.

He escrito un Ebook llamado «Los seis síntomas del niño enfermo» en el que explico en qué consisten estos mecanismos, porqué están ahí, cómo ayudan al cuerpo a sanar y como funcionan. Es la falta de entendimiento de esto lo que genera inseguridad en muchos padres.

Además, intento explicar cuándo considero que el mecanismo funciona bien y ayuda al cuerpo a curar. En esos casos, posiblemente, no será necesario que hagamos nada.

Pero también aclaro, cuáles son los criterios que me hacen recomendar a los padres que, en ocasiones, tomen medidas para contrarrestar estos síntomas. Detallando los que considero mejores métodos para conseguirlo.

Este manual, «Los seis síntomas del niño enfermo«, es un regalo que puedes conseguir gratis, suscribiéndote a esta web.

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La obesidad infantil

La obesidad y sus consecuencias en niños, un problema importante y difícil de tratar en adultos, pero que es fácil evitar que aparezca.

La obesidad es la epidemia del mundo desarrollado.

Tiene consecuencias devastadoras para la salud de la persona en muchos aspectos:

  • La salud física: El obeso tiene serios problemas de movilidad, que a la larga generan patologías articulares, como la artrosis de rodilla, imposibles de tratar si no pierde peso.

Problemas cardio-vasculares que surgen del sobre-esfuerzo que supone para el corazón bombear sangre a un volumen de tejidos mayor y el esfuerzo necesario para mover ese mayor peso.
Problemas respiratorios. Las patologías respiratorias son mucho más graves si se reduce de forma seria la movilidad del pecho por soportar un peso y una capa de grasa importantes.

  • Afecta a la salud mental: Uno de los factores que influye en la salud mental es la aceptación de nuestro aspecto. Y en ello a su vez es muy importante el rechazo que éste puede suscitar en los demás.

Vivimos en una sociedad que venera el aspecto físico y condena al obeso como “pecador”.
El resultado es que la obesidad genera un rechazo que en no pocos casos acaba provocando ansiedad y depresión. Patologías que empeoran a su vez la obesidad.

  • Este rechazo a nivel personal tiene consecuencias a nivel social.

Los éxitos en el tratamiento de la obesidad en adultos o adolescentes son muy escasos. La clave está en evitar que aparezca.

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Consumismo en la comida de los niños

Problemas con la comida en niños debidos al consumismo de nuestra sociedad.

 

La comida se ha convertido en mucho más de lo que es su función natural de suministro de energía y material para el cuerpo.

Hoy en día es excepcional la reunión social que no se realiza en torno a la comida:

Comidas de negocios, familiares, de navidad, de año nuevo, de noche vieja, bodas, bautizos, comuniones, cumpleaños, despedidas de soltero…

Y cada vez son celebraciones en las que la comida resulta dentro de un ambiente general de exceso, más desproporcionada.

Mis padres no eran ricos, cuando se casaron, invitaron a sus amigos y familiares a chocolate con churros. Pero esa era la norma.

Hoy en día cualquier boda sin una comida con entrantes, dos platos, postre y barra libre es “de muertos de hambre”.

Los Bautizos y las Comuniones han alcanzado el nivel de las bodas.

Los cumpleaños son cada vez más estrambóticos en una especie de competencia por no ser menos que los padres de los amiguitos de nuestro hijo.

Parece imposible quedar simplemente para dar un paseo sin empezar o acabar comiendo. O hacer directamente rutas de tapeo en las que paramos para volver a comer cada 100 metros (especialmente en el sur: vivo en Granada, la ciudad de las tapas gratis).

“Ir de campo” se ha convertido en llegar en coche a un merendero, andar cien metros hasta la barbacoa libre más cercana e hincharnos a comer.

En realidad no puede decirse que no se haga ejercicio: tan sólo acarrear la cantidad de comida, bebida y mobiliario que se lleva a una de estas “excursiones a la naturaleza” es un ejercicio sobrehumano.

En todas estas ocasiones y otras más (cine, centro comercial…), acabamos comiendo comida de mala calidad y en cantidades innecesarias para nuestra nutrición.

Y los niños están dentro de esa forma de hacer las cosas. Les ofrecemos de forma totalmente desordenada esa comida de mala calidad en función, no de sus necesidades, sino de nuestros planes sociales.

¿La consecuencia?

Una obesidad infantil en aumento y una dieta en general difícil de mantener mínimamente sana.

¿La solución?

Actividades de ocio más sanas y activas.

Procurar tener una alimentación en la que cuidemos más de la calidad.

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Problemas concretos del sueño en niños

Los problemas más frecuentes del sueño en niños

Causas más frecuentes de problemas durante el sueño en niños. Cuáles son y cómo resolverlos.

 

Hasta aquí me he centrado en entender como funciona el sueño normal y como iniciar un correcto hábito de sueño desde el principio.

A partir de ahora nos centraremos en los problemas más frecuentes para que sirvan como ejemplo y los entendamos mejor.

 

 

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Neumonía en niños

Neumonía en niños

Neumonía en niños.  Las dudas más frecuentes que explico a los padres de niños con pulmonía. Diagnóstico, Tratamiento y un vídeo que lo aclara todo.

¿Qué es una Neumonía?

La neumonía es una infección que afecta al pulmón.

No es mi intención con este artículo que aprendáis a tratar o diagnosticar una neumonía. Eso es función de los Pediatras, no de los Padres. Mi idea es que si vuestro hijo es diagnosticado de Neumonía tengáis algo más claros algunos conceptos que suelen causar dudas a los padres.

También hay quien la llama pulmonía.
Es una enfermedad entre moderada y grave. En la mayoría de los casos puede tratarse en el domicilio del niño.

Pero en algunos casos puede ser necesario tratarlo en un hospital:

  • Cuando el niño no es capaz de hacer el tratamiento en casa (vomita la medicación…)
  • Si tiene muy mal estado general.
  • Si tiene una dificultad respiratoria importante.
  • Si tras iniciar tratamiento en casa empeora.

¿Cómo empieza una neumonía?

Puede empezar como un resfriado normal (casi siempre empieza con un virus). No es posible saber cuando empieza si acabará en neumonía o no. En algunos niños el catarro empieza a irritar los bronquios, que producen moco. Y si éste no se puede expulsar bien puede empezar a acumularse. Este moco acumulado es a veces aprovechado por una bacteria para empezar a crecer y producir la neumonía.

Evolución habitual de una neumonía

Empieza con un catarro con tos y mocos, que en algunos casos tiene fiebre durante unos días.

Lo más frecuente es que cuando ya empezaba a mejorar, se produzca un empeoramiento repentino con fiebre y tos más intensos. En otros casos el catarro va simplemente a peor (cada vez más tos y fiebre en ascenso con estado general empeorando) o no experimenta mejoría tras 3-4 días de fiebre.

El diagnóstico de la Neumonía

Cuando se produce la evolución descrita antes se debe acudir al pediatra que llega al diagnóstico por medio de:

  • Historia: La evolución descrita.
  • Exploración: Niño con estado general malo (mal color de piel, decaimiento…), dificultad respiratoria (respira más rápido de lo normal y se nota que le cuesta trabajo…) y al escuchar el pecho con el fonendo se oyen crepitantes (ruido como de pisar nieve en alguna zona del pulmón -no siempre se oye-).
  • Radiografía: Hay dos tipos de neumonías según la radiografía:
    • Lobar: Afecta sobretodo a una zona del pulmón que se ve en la placa como una mancha blanca.
Son las más agresivas y que se suelen complicar más.

 

  • Atípica: Se ve como una imagen difusa en todo el pulmon como de vidrio deslustrado.
Suelen tener una buena evolución si se tratan de forma adecuada.
  • Analítica: En algunos casos en los que no está claro el tipo de neumonía o su intensidad la analítica puede ayudar.

Tratamiento de la neumonía

  • En casa: Antibiótico en función del tipo de neumonía, tratamiento para la fiebre y tratamiento que ayude a expulsar el moco del pecho.
  • En el hospital: Antibiótico por vía intravenosa, tratamiento para fiebre y medicación en aerosoles y oxígeno en mascarilla para ayudar a respirar si es necesario.

En la mayoría de los casos el tratamiento dura entre 10 y 14 días.

Radiografías posteriores

Es muy frecuente que tras una neumonía, la familia quiera ver una radiografía normal. Se abusa de ellas.

La radiografía no sirve para valorar la mejoría de las neumonías, ya que la imagen de la placa no mejora rápidamente. En algunos casos, a pesar de estar curado, puede seguir con imagen de neumonía semanas después.

La radiografía mejora lentamente, pero empeora rápidamente.
Está indicado hacer las placas que sea necesario cuando una neumonía empeora, pero no sirven para dar un «certificado de curación».

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