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Pérdida de Peso por una Infección

Pérdida de peso de un niño cuando sufre una infección.

Pérdida de peso por una Infección: A qué se debe. Qué es normal y qué no. Cómo podemos ayudar el niño durante y tras la infección.

Este artículo es en respuesta al tema pedido por Ana Moya en nuestra comunidad de Facebook:

Estos días nos encontramos con muchos niños enfermos en casa por la Gripe. Una semana en casa con poco animo de alimentarse, como resultado de ello encontramos una bajada de peso considerable. Me gustaría que comentaras que bebida y comida podemos darles mientras se encuentran mal y como recuperar defensas después o con que alimentos o medicinales podemos ayudar a aumentar sus defensas.
Gracias

¿Por qué hay Pérdida de peso por una Infección?

Toda infección supone una agresión al cuerpo.

Y para contrarrestarla necesitamos dedicar recursos que no gastamos en eso cuando estamos sanos.

Lo más evidente es la fiebre.

Si con las gripes que estamos pasando hay muchos niños que pueden estar con fiebre de más de 39º entre 5 y7 días, se gasta muchísima energía.

La fiebre aparece como un mecanismo del cuerpo para activar las defensas y combatir la infección. Es un mecanismo defensivo. Pero a veces lo tratamos. Y lo hacemos precisamente porque puede agotar demasiado al niño.

Para mantener la temperatura normal del cuerpo gastamos continuamente energía. Pero cuando hay fiebre ese gasto se multiplica.

Por lo tanto, la primera medida para evitar que un niño pierda mucho peso con una infección es ayudarle a controlar la fiebre. Esto puede hacerse:

– Con medios físicos.

– Con medicamentos.

– Manteniendo al niño bien hidratado. Aunque un niño no tenga vómitos ni diarrea, con el sudor de la fiebre se pierde más agua que en condiciones normales.

Pero también porque la propia infección puede hacer que no se alimente bien

Hay infecciones que cursan con vómitos o diarrea. Cuando esto ocurre es evidente que va a haber pérdida de peso.

Si vomita con facilidad pierde la posibilidad de alimentarse de una parte importante de lo que toma. Merece la pena dar medicamentos para reducir los vómitos si son frecuentes. Con ello buscamos que no se deshidrate, que no pierda mucho peso y evitar la molestia del propio vómito, que es mucha.

Si tiene mucha diarrea pasa lo mismo.

Tanto los vómitos como la diarrea se desencadenan con más facilidad cuando tomamos cantidades grandes de alimento o bebida. Por lo que podemos mejorarlos dando muchas veces cantidades pequeñas. 

Pero no solemos pensar en que el simple hecho de tener mucho moco también puede tener el mismo resultado.

La gran mayoría de los mocos que genera un niño no van fuera de su cuerpo por la nariz o escupiéndolos por la boca. Van al intestino. El niño se los traga.

Esto tiene un doble efecto negativo sobre su capacidad de alimentarse:

  1. En primer lugar, el moco es azúcar y proteínas. Con lo que si traga moco constantemente el niño no tendrá hambre. El problema es que son azúcar y proteínas generadas por el propio cuerpo, por lo que es reciclaje. El niño produce moco y digiere y absorbe parte de él. Pero es más lo que se pierde.
  2. Aun comiendo, con el estómago y el intestino llenos de moco la digestión es mucho menos efectiva, con lo que de lo que come gran parte se desaprovecha.

Lo único que puede ayudar aquí es eliminar mocos de otra forma que no sea tragarlos.

Por eso mucha gente recomienda los lavados nasales. Pueden ayudar si lo que tiene el niño son muchos mocos espesos de nariz. Cuando el moco es claro o es moco espeso de garganta los lavados sirven de poco.

En el moco claro de nariz van mejor los antihistamínicos.

En el moco espeso de garganta van mejor los corticoides nasales.

Otras veces es el dolor al alimentarse lo que les hace perder peso

Infecciones como una amigdalitis, una faringitis, una estomatitis herpética… pueden dar un dolor tan intenso al tragar que hacen que el niño rechace la comida aunque tenga hambre.

Aquí la clave es calmar el dolor con antiinflamatorios.

¿Qué pérdida de peso es normal y cuál no?

Cuando un niño que tiene una infección come mal no es raro que los padres acudan preocupados a la consulta porque ha perdido mucho. A veces son exagerados: “¡Ha perdido al menos 2 kilos!”

Como he explicado es normal que pierdan algo de peso. Pero no más de un 5-10% del peso que tenía antes de la infección. 

Conviene pesarlos y ver la evolución. Una pérdida de más del 10 % del peso puede hacernos pensar que es necesario rehidratarlo y alimentarlo de formas que no puedes realizar en casa… A veces precisan ingreso hospitalario.

¿Cómo podemos ayudar el niño durante la infección?

Ya he comentado algunas de las formas:

  1. Ayudarle a controlar la fiebre con medicamentos o medios físicos.
  2. Ofrecer líquido y comida con frecuencia, pero en cantidades pequeñas.
  3. No ser muy estrictos con el tema de las dietas para la diarrea o los vómitos. Permite que el niño tome cantidades pequeñas de lo que le apetezca mientras no le sienten claramente mal.
  4. Tratar el dolor si le impide alimentarse.
  5. Reducir los mocos si le hacen no comer.
  6. Medicamentos para la tos si le provoca el vómito.
  7. Cortar los vómitos con medicación si son frecuentes.

¿Y hay algo que pueda ayudarle después para recuperarse antes?

Los suplementos vitamínicos no son necesarios si el niño come poco, pero variado. Porque siendo así no hay carencias importantes.

En niños que tienen de base un poco de anemia sí puede ser útil dar un suplemento de hierro si no conseguimos que tome alimentos ricos en él como carnes, legumbres, moluscos…

La clave es no caer en el error de reducir la variedad de la dieta con tal de que coma algo. Cuando un niño supera una infección en la que ha perdido peso, habitualmente come como una lima y se repone en pocas semanas. Dale su tiempo, pero que lo haga con una dieta sana y variada. Siendo así son innecesarios los suplementos.

La mayoría pierden peso y en menos de dos semanas lo han recuperado.

¿Y para ayudar a subir sus defensas?

Si tiene muchas infecciónes, pero las supera todas sin ayudas extraordinarias (ingreso hospitalario), son los bichos los que deberían tomar algo que les ayude a atacar a tu hijo. Que tenga muchas infecciones es normal. Si las vence todas él, es un asesino en serie de bichos temible. No necesita mucha ayuda. Una dieta variada y descanso suelen bastar.

 

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Dermatitis peribucal por la saliva en niños

Dermatitis Perioral por Saliva en Niños y Bebés

La saliva puede «quemar» la piel alrededor de la boca. Es la causa de un enrojecimiento muy típico de algunos preescolares. Veamos cómo solucionarla.

Como podéis apreciar en la fotografía que encabeza el artículo, este niño presenta un enrojecimiento de la piel bajo el labio inferior.

Para los que puedan suponer que es por el chupe, este niño ni tiene chupe ni se chupa el dedo.

La erupción llega hasta un límite muy claro, donde él es capaz de extender la saliva con su lengua o con los dientes superiores.

Este niño hace con frecuencia un movimiento que parece un tic. Es como si mordiese su labio inferior una y otra vez y frota continuamente la zona con la lengua. El resultado final es que aplica saliva constantemente sobre la piel de esa zona. Hasta donde llega con la lengua o los dientes.

La saliva tiene componentes que están ahí para ayudar a digerir los alimentos. Las mucosas del interior de la boca y los labios (aunque algo menos) están preparados para resistir su efecto. Pero la piel no. Es como si sobre ella aplicásemos un ácido suave, pero de forma repetitiva.

Esto empeora en invierno, porque la piel con el frío reduce su riego sanguíneo y con ello su capacidad de repararse y resistir las agresiones.

La pregunta del millón: ¿Qué crema le echo para que se cure?

Las hay, y bastante efectivas. El problema es que echas la crema, se cura. Dejas de echar la crema, él sigue con la costumbre de aplicar saliva sobre la zona y la irritación vuelve a aparecer.

Y además es la pescadilla que se muerde la cola, porque la razón por la que se aplica la saliva una y otra vez es que nota la piel irritada y aplicar saliva, en el momento alivia.

Para que se entienda suelo explicarlo así:

Imagina que te aplicas todos los días una gota de ácido sulfúrico sobre el dorso de la mano y me preguntas qué crema aplicarte para que se cure. Evidentemente lo esencial no es la crema, puede ayudar, pero lo más importante es que dejes de echarte el ácido sulfúrico.

Por eso resolver la dermatitis por saliva tiene dos actuaciones que deben hacerse a la vez y son igualmente importantes:

  • Insistir al niño en que no se aplique constantemente saliva. 
  • Aplicar una crema que tenga las siguientes funciones:
    • Calmante. Para aliviar la irritación y que así el niño no sienta la necesidad de aplicarse continuamente la saliva.
    • Regeneradora de la piel: Para facilitar que la piel dañada se recupere lo antes posible.
    • Reconstrucción del manto graso de la piel. Aquí son útiles las grasas ricas en Omegas como la Manteca de Karité. 
    • Antiirritante o antiinflamatorio. Para esto lo típico son los corticoides. Pero en zonas de piel delicadas como la de alrededor de la boca es mejor evitarlos y hoy en día hay sustancias de origen vegetal, menos agresivas, que pueden lograr efectos similares.

Yo suelo recomendar que a parte de insistir «una y otra vez» en que no se dé con saliva se apliquen una crema de este tipo antes de dormir cada día y en los niños un poco mayores, tengan algo que aplicarse del mismo tipo cuando se noten labios o piel irritada. Para eso hay productos similares en forma de Stick (protector labial) o Bálsamo como los botecitos de vaselina de toda la vida.

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Viajar con Bebés

Viajar con Bebés es posible, pero se realista y hazlo con seguridad.

¿Qué debería tener en cuenta a la hora de viajar con un bebé? ¿A partir de que edad puede hacerlo en avión, barco, autobús..? ¿Se marean ya desde pequeños?

Viajar, lo que se dice viajar, es algo que todos los bebés hacen desde que salen del Hospital. Todos tiene que hacer un trayecto mayor o menor desde el Hospital en el que nacen hasta la que va a ser su casa. En algunos casos podrán llegar incluso a pie. Pero la mayoría deben usar el coche.

Pero hay casos en los que son necesarios otros medios. El autobús, un barco o un avión. Hay zonas que tiene peor comunicación.

Viajar seguros con un Bebé en el Coche

Ya desde ese primer viaje  que hacen los bebes al salir del Hospital debemos tener previsto su desplazamiento seguro. El capazo con cinturón de sujeción de velcro no es una solución. Para que una sujeción en el coche se considere segura debe ser de 5 puntos de fijación. Ya que una fijación de velcro no es segura y con sólo dos puntos de sujeción es fácil que en un accidente el bebé salga despedido.

Fijación de 5 puntos en la silla de un bebéDesde luego NO es apropiado llevar a los niños simplemente en brazos. Ante un accidente evitar que el niño escape de nuestros brazos es casi imposible.

TAMPOCO poniendo el cinturón de seguridad de quien le lleva en brazos por encima del bebé. Ten en cuenta que ante un choque frontal tu cuerpo debe ser retenido por el cinturón. Y la fuerza con la que lo hace es a veces suficiente para provocar lo que llamamos hematoma del cinturón. Imagina a tu hijo aplastado por tu propio peso. Cuando va en su propia silla con su sujeción de 5 puntos la fuerza que debe soportar es la proporcional a su propio peso. Eso es lo adecuado para reducir riesgos.

Yo sé que muchos bebés lloran cuando los pones en una silla para auto. Pero es una de las situaciones en las que el llanto del bebé está justificado.

Para reducir el llanto de los bebés en el coche:

Evita desplazamientos en coche cuando sea posible.

– Aprovecha para hacerlos en los momentos en los que el bebé está dormido.

– Que un acompañante (el que mejor lo haga) se siente en el asiento contiguo para ir entreteniendo al bebé.

– Que esa persona, siempre que sea posible, sea otra distinta al conductor. El conductor debe centrarse en la conducción.

Que la persona que atiende al bebé tenga a mano lo necesario para asistirle durante el viaje. Es frecuente la distribución papá-conductor, trastos del bebé en el asiento del copiloto, mamá y bebé atrás. Cuando hacemos esto y el bebé se pone nervioso, por propia experiencia sé que la madre empieza a pedir cosas que están en un lugar donde sólo llega el conductor. ¿Habéis probado a mandar al padre a buscar unos pañales? ¿A que en muchos casos vuelve sin ellos porque no los encuentra? Pues imaginad su capacidad de hacerlo cuando está concentrado en conducir. Hay que preparar lo de verdad necesario para atender al bebé en el coche en una bolsa que pueda ponerse a los pies del bebé, para que quien le atienda pueda hacerlo sin distraer al conductor.

– Por supuesto, cuando el bebé llora de forma intensa, si puedes parar el coche, cogerlo en brazos, alimentarlo, cambiarle el pañal… mejor. Un viaje de varias horas sin bebé puede ser de muchas horas cuando lo haces con un bebé.

Viajar con un bebé en Autobús

No añado ni siquiera la palabra Seguro en este subtítulo. Porque no es posible. No conozco ningún autobús preparado para viajar con bebés. Y sin embargo sé que hay situaciones en las que es imprescindible hacerlo. Mis padres no tenían coche y 4 de mis hermanos nacieron en una ciudad a 60 km del Hospital. El medio de transporte para llegar a casa tras el parto fue el autobús. Pero si puedes evitarlo, mejor.

Viajar con un Bebé en Barco

Esto es algo mucho menos frecuente. Hay muchas personas que no han viajado nunca en barco. Para muchos es más un vehículo de recreo que de transporte. Tanto si lo usas para recreo como si es para transporte, un bebé que no sabe nadar es el viajero más indefenso del barco. Ante un hundimiento o una caída al agua no puede sobrevivir sin ayuda. Siempre que sea posible un niño debe evitar las embarcaciones hasta que sepa nadar. Me han venido a la cabeza las pateras en las que llegan bebés a las costas de Europa….

Viajar con un Bebé en Avión

Esto es bastante más frecuente. Y suele haber varias dudas asociadas a ello:

¿Desde qué edad puede viajar en avión? Pues desde el nacimiento. En los niños que no pueden ir solos en un asiento, como es el caso de los bebés se usa un cinturón para el bebé que se enlaza al de quien lo lleva.

Presión. Los aviones vuelan a unas alturas que necesitan de presurización y despresurización de la zona en la que van los pasajeros. Esos cambios de presión pueden ser molestos incluso para los adultos, pero en niños pequeños la trompa de Eustaquio, que sirve para equilibrar presión en el oído medio puede ser estrecha o taponarse con moco fácilmente. Para evitarlo es bueno que mientras se produce el ascenso y el descenso del avión el bebé chupe. El movimiento de chupeteo ayuda a mantener abierta esta comunicación y que la presión se equilibre.

Aguantar a un bebé inmovilizado en un espacio reducido. Este es el mayor problema cuando estamos hablando de viajes largos. En bebés muy pequeños es poco problemático. Puede haber situaciones violentas, como los cambios de pañal, o que el bebé llore mucho e incomode a los otros viajeros. Pero en ese sentido, por poco comprensivos que puedan ser algunos, les toca aguantarse, porque todos hemos sido bebés y hemos sometido a los demás a situaciones así. Con toda la educación y tranquilidad del mundo la respuesta a cualquier comentario debería ser ¿Es que usted no ha sido bebé? La peor edad suelen ser entre los 6 meses y 2-3 años. Una edad en la que el son mucho más activos y llevan peor la inmovilización y en la que además cambiar un pañal puede ser para nota.

Por tanto: Tener un bebé no es motivo para no viajar, pero hay que ser realistas, y ante todo pensar en la Seguridad del Bebé durante el Viaje.

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Golpe de Calor en Niños y Bebés

Golpe de Calor en Niños y Bebés.

Cuando llega el Calor y empezamos a disfrutar del Sol con Niños y Bebés hay que tener cuidado con los Golpes de Calor. No basta con evitar las quemaduras.

Al pensar en disfrutar del buen tiempo con niños, si nos preocupa la seguridad, tenemos asumido que es necesario prevenir las quemaduras solares.

Pero muchas veces olvidamos que ese no es el único peligro. Para evitar los problemas no basta con aplicar protector solar y hacerlo adecuadamente. Los niños y especialmente los bebés cuanto más pequeños son más fácil es que sufran un golpe de calor.

Qué es un golpe de calor

Nuestro cuerpo tiene la capacidad de mantener una temperatura estable en condiciones diferentes. Puede calentarse cuando el ambiente es frío y enfriarse cuando hace calor. Decimos que somos Homeotermos.

Pero la capacidad del organismo para amortiguar los cambios en el ambiente no es infinita. Si alguien se queda a la intemperie en condiciones de temperatura muy baja, puede morir de hipotermia. Y cuando es sometido a temperaturas demasiado altas puede sufrir un golpe de calor.

Si estás en un ambiente excesivamente caluroso, el principal mecanismo del que dispones para eliminar calor es la sudoración. Cuando el sudor cubre nuestra piel y ésta está caliente, se evapora. Esa evaporación hace que eliminemos calor.

La limitación es que no disponemos en nuestro cuerpo de agua infinita para perderla en forma de calor. Y tampoco de las sales en las que el sudor es rico. El resultado es que cuando estamos expuestos de forma prolongada o intensa a un calor excesivo, llega un momento en que nuestro cuerpo agota su capacidad de eliminar calor por esa vía. Empieza entonces a no funcionar bien:

– La tensión arterial baja, porque disponemos de poco líquido y con un volumen menor de sangre es difícil llevar suficiente riego a todos los órganos. Si falta en el cerebro aparece dolor de cabeza, puede surgir después el mareo, la alteración de la conciencia…

– La temperatura sube. Es decir, sin tener ninguna infección que lo ocasione aparece la fiebre.

Fiebre por golpe de calor

Es muy frecuente que los padres de bebés pequeños cuando deciden ir a la playa lo hagan pertrechados con sombrillas y cremas de protección solar para cubrir a su bebé. Pero en ocasiones no tienen en cuenta que en la playa, en la piscina o en el campo, en verano, no solo el sol quema, también calienta. Y si un niño o bebé es expuesto a los 40-45º que con facilidad pueden alcanzarse en verano, teníendolo bajo la sombrilla y con crema solar, tal vez evitemos las quemaduras. Pero es muy fácil que esa noche el bebé tenga fiebre.

El golpe de calor y la fiebre que causa es más fácil que aparezcan cuanto más pequeño es el bebé. No es raro ver alguno los fines de semana por las noches en urgencias.

Consejos para evitar el golpe de calor en niños y bebés

  1. Evita ambientes calurosos las horas del día en que el calor es más intenso. Este es el esencial. Hagamos lo que hagamos si un bebé está a 45º durante horas es muy probable que sufra un golpe de calor.
  2. Evita dejar al bebé en sitios donde la temperatura sube aún más. Por ejemplo dentro de un coche a pleno sol con las ventanillas cerradas y sólo.
  3. Hidrata bien a tu hijo en los días calurosos. Es bueno que tome líquido abundante y que reponga también las sales que se pierden. En el lactante puede ayudar la propia leche, en niños mayores pueden ayudar frutas, verduras, agua y en casos extremos, sueros de rehidratación oral.
  4. Refresca la piel del niño con frecuencia para eliminar calor sin perder agua ni sales por el sudor.

Acuérdate del Protector Solar, lleva la sombrilla, el gorro y ropa que proteja su piel del sol, pero no olvides evitar los horarios de más calor, hidratar a tu hijo y refrescarlo con frecuencia. Y si lo notas irritable, decaído o caliente y con la piel seca, llévalo a un sitio fresco lo antes posible.

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Mi hijo se destapa por la noche

Qué hacer si tu hijo se destapa cada noche

Qué recomiendo ante esta pregunta de una madre en Facebook:

«Estoy harta, es que es echarle la sabana encima y liarse a pegar patadas hasta que se destapa.»

¿Qué padre o madre no se ha preocupado de que su hijo se destape de noche y pase frío de noche?

Es natural. Sabemos que conforme pasan las horas baja la temperatura y que de madrugada, especialmente en ciertas épocas del año, hasta nosotros pasamos frío y entonces nos tapamos o hasta añadimos una capa más de ropa de cama. ¿Pero y nuestro hijo? ¿No se resfriará si duerme destapado?

Sin embargo, por razones que los padres no consiguen entender, sus hijos se destapan una y otra vez. Hay quien dirá que es porque están demasiado abrigados y les sobra ropa de cama. Que en realidad el niño tiene calor con razón.

Pero casi todos estos padres saben que cuando van a mirar a su hijo al rato de estar dormido, no es raro encontrarlo con un sudor frío. ¡Una explicación! ¿Alguna solución?

Voy a intentar dar la explicación de porqué se destapa

Empecemos por aclarar algunas ideas:

  • Los niños tienen un sueño muy activo. Basta con observarlos. Si hicieses una grabación del sueño de tu hijo durante una noche y la pasases a cámara rápida seguramente te daría la impresión de que hace cualquier cosa menos descansar. Incluso algunos adultos se mueven muchísimo. Pero en los niños, que pueden moverse con más libertad porque pesan poco y caben en su cuna o cama casi en cualquier orientación, es mucho más llamativo. Pretender que acaben durmiendo sobre una almohada (la mejor es ninguna) y tapados por una ropa de cama fija, es labor casi imposible. Lo raro sería que no se destape.
  • Justo en el principio del sueño muchos niños sudan de forma llamativa. Y no es porque haga calor. Lo explico en otro artículo: Porqué sudan al dormirse. La cuestión es que este fenómeno le hace sentirse también acalorado y de nuevo se destapa.
  • Realmente a veces pretendemos que duerman más abrigados de lo que necesitan. Como en tantas otras cosas, a veces la idea que los padres tenemos sobre lo que nuestro hijo necesita no se corresponde con la realidad. Una cucharada más, una manga más, una manta más… ¡Más vale que sobre…! Y al final da igual que pongas una más, porque se destapa.

La cuestión es que se destapa. Y cuando los padres van a ver cómo está, pues está helado. Así que lo tapan y añaden una capa más de ropa de cama por si acaso. El niño pasa calor, suda, se mueve inquieto y vuelve a destaparse. El sudor se enfría, baja su temperatura. Sus padres vuelve a verlo helado y vuelta a empezar…

Precisamente lo que nos preocupa, que nuestro hijo se resfríe es más fácil que ocurra cuando pasa la noche sometido a cambios llamativos de temperatura. Porque cuando alguien pasa frío, para ahorrar calor, reduce el riego de sangre en su piel y mucosas. Y el resultado es que disminuye la capacidad de defenderse.

Os propongo una solución para que no se destape poco usual

¿Y si no lo tapas? Sé que suena raro. Pero entendiendo que los niños se mueven mucho y es normal que acabe destapado, para evitar los cambios bruscos de temperatura, que es lo que le perjudica, lo mejor es prescindir de ropa de cama.

Pon a tu hijo la ropa suficiente para dormir de modo que durmiendo destapado no pase frío. Eso depende de la temperatura que haga y de cada niño. Así que tendréis que hacer pruebas hasta dar con la necesaria para él e ir cambiando con los cambios de estación.

Es decir, que mi sugerencia si tu hijo se destapa constantemente es que duerma sobre el colchón con una sábana y nada más. Y a él ponle los pijamas necesarios para que no pase frío. Pero que tampoco pase toda la noche sudando (no apliques de nuevo el «más vale que sobre»).

Observarás que posiblemente sude un poco al dormirse. Pero si el resto de la noche no suda ya de forma llamativa y tampoco está demasiado frío, es que tiene la ropa adecuada.

Cuéntanos tu experiencia en nuestra comunidad de Facebook.

Todos podemos aprender juntos.

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Picaduras de mosquitos en niños

Las picaduras de mosquitos en niños pueden ser una preocupación especialmente durante las vacaciones.

Hemos tratado en otros artículos las picaduras por abeja y por avispa, que suelen ser mucho más agresivas. Pero sin duda, la picadura más frecuente en niños es la de mosquitos o zancudos.

A diferencia de la avispa y la abeja, los mosquitos no inyectan veneno cuando nos pican. La abeja y la avispa pican para defenderse, por eso el veneno es una ventaja. Pero en el mosquito, es su forma de alimentarse. Le encantaría picar sin que nos diésemos cuenta y poder alimentarse a gusto.

Cuando nuestro cuerpo sufre una agresión activa algunos mecanismos de defensa. La picadura de mosquito no es una excepción.

Lo primero que notamos cuando nos pica un mosquito es el pinchazo. De eso nos avisan nuestros nervios de la piel. Igual que nos avisarían si nos estuviésemos clavando una astilla.

Pero el mosquito cuando pica y llega al vaso sanguíneo del que nos chupa la sangre inyecta su saliva. Lo hace porque ha perforado el vaso. Y cuando eso pasa se activa nuestra coagulación.

Al mosquito no le interesa que «le cierren la tubería» y en su saliva tiene sustancias que inactivan la coagulación. Su efecto es muy localizado, pero es algo que el cuerpo reconoce como extraño y reacciona contra esa saliva del mosquito. Es la defensa a los componentes de la propia trompa del mosquito y de sus saliva lo que desencadena el picor y la inflamación en las picaduras.

Lo que ocurres a veces es que la reacción no es tan local. Como esas sustancias pasan a sangre, a veces se distribuyen por el organismo y pueden aparecer reacciones alejadas de la picadura. Dependiendo de lo sensible que sea cada persona a estas sustancias inyectadas por el mosquito la reacción puede ser mucho más o mucho menos intensa:

  • Hay quien sólo tiene una leve irritación en el sitio del pinchazo y que pasa en pocas horas. Lo habitual.
  • Y quien puede hacer a partir de una sola picadura una reacción que afecte a todo el cuerpo de forma intensa. Por suerte, raro.

picadura de mosquito, ojo hinchado

Un caso concreto, picaduras de mosquito cerca de los ojos

Los párpados son una piel muy flexible. Eso hace que puedan hincharse con facilidad. Cuando hay una picadura cerca de los ojos es frecuente que los párpados del ojo más cercano se inflamen de forma llamativa. Es un motivo frecuente de consulta que un niño se haya despertado con los párpados de un ojo hinchado.

La diferencia con una conjuntivitis, es que el blanco del ojo (la conjuntiva) no está inflamada.

Suele ser más visible por las mañanas porque las picaduras son frecuentes de noche durante el sueño, pero además porque cuando se está tumbado es más fácil acumular líquido en los párpados.

Mejoran a lo largo del día y suelen estar de nuevo un poco peor a la mañana siguiente. Pero no os preocupéis. Hay que distinguir esto de una Celulitis periorbitaria, que sí es algo más serio. La principal diferencia entre picadura y celulitis es que en esta última hay dolor y habitualmente fiebre.

Cómo evitar las picaduras de mosquito en niños

Lo primero a aclarar es que a todos, antes o después nos pican. Y sólo hay dos casos en los que esto es preocupante:

Personas alérgicas. Me refiero a muy alérgicas.

Zonas tropicales. En las que algunos mosquitos pueden transmitir enfermedades como el Paludismo o la fiebre amarilla.

Existen muchos métodos para ahuyentar a los mosquitos o zancudos:

– Esencias de plantas: En el mediterráneo se han puesto siempre macetas de geranios en los balcones porque alguna de sus esencias no les gustan a los mosquitos.

– Ultrasonidos. Los mosquitos tienen unas antenas que captan frecuencias diferentes a las de nuestro oído. Son ruidos mucho más agudos de los que nosotros podemos escuchar. Pero al mosquito le resulta tan molesto como a nosotros el sonido de un claxon de camión en el oído. El problema es que no todos los mosquitos escuchan las mismas frecuencias. Con lo que puede haber mosquitos «sordos» para la frecuencia de nuestro ahuyentador, y que por tanto pasan de él.

Ningún método es efectivo al 100%. Otro método son las mosquiteras. Pero hay que usarlas bien, evitando «atrapar» al mosquito dentro.

¿Qué hacer si a un niño le pica un mosquito o zancudo?

En los casos en los que conocemos que su alergia a la picadura es muy intensa, conviene tener medicación especial para estos casos (te la indicará tu médico en función de la gravedad de su caso).

En niños normales suele bastar con:

Cremas locales: Hay cremas de anti-histamínicos y de corticoides. Yo prefiero las segundas. Algunas cremas de anti-histamínicos en algunas personas pueden provocar quemaduras con el sol.

Anti-histamínicos orales: En jarabe. No tienen el problema de las cremas y son efectivos reduciendo la reacción alérgica y especialmente calmando el picor. Yo suelo recomendar los más antiguos, porque tienen un efecto secundario muy útil: dan sueños. Todos sabemos que de noche el picor es una auténtica tortura para dormir. Estos anti-histamínicos más antiguos aumentando un poco la dosis, calman el picor y dan sueño.

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¿Medicamentos para tratar síntomas en niños? Sí, por favor.

Medicamentos para tratar síntomas en niños, sí por favor

Ahora resulta que no hay que tratar la fiebre, ni los mocos, ni la tos, ni la diarrea, ni los vómitos, ¿ni el dolor? ¿En medicina todo es curar? ¿Ya no aliviamos el sufrimiento? Yo flipo…

He tenido el «honor» en las últimas semanas de leer varios artículos en el mismo sentido:

– Tratar la fiebre dificulta la capacidad del organismo para defenderse de las infecciones. Y lo mismo ocurre con tos, mocos, vómitos, diarrea…

– En esos artículos defienden no usar antitérmicos-analgésicos, antihistamínicos, antitusivos, broncodilatadores… Porque no curan e interfieren con los mecanismos que el propio cuerpo usa para sanarse.

Los mecanismos de defensa del organismo pueden ser contraproducentes en muchos casos

Vamos a ver… Está claro que fiebre, tos, mocos, vómitos, diarrea y dolor son formas del cuerpo de defenderse frente a una agresión. Pero suponer que esas respuestas son siempre adecuadas al agresor es un error. En muchos casos la respuesta del cuerpo llega a generar más problemas de los que soluciona.

Ejemplos:

– Cuando la fiebre alta se mantiene durante varios días agota tanta energía que debilita al organismo y su capacidad de defenderse.

– A veces un niño tiene tal cantidad de moco por un simple catarro, que come mal, duerme mal o la nariz se le irrita tanto que es ver un pañuelo y llora.

– En los niños con hiperreactividad bronquial inespecífica los bronquios responden a cualquier mínima irritación cerrándose hasta el punto de dificultar seriamente la respiración.

– En las laringitis la inflamación puede llegar a ser tan intensa que puede llegar a ahogar al que la sufre.

– En una alergia aparecen reacciones en piel, sistema respiratorio o digestivo ante sustancias que en realidad no dañan al cuerpo.

– Una diarrea puede ser tan intensa en su labor de limpiar el intestino de algo que lo daña que puede deshidratar al enfermo.

….

La lista puede ser muy larga. Los medicamentos, bien usados, nos permiten regular esos mecanismos. Y podemos hacerlo hasta el punto de que sigan activos, pero en un nivel que no sean perjudiciales para el enfermo. Cuando la reacción del cuerpo es adecuada y no empeora la situación no la tocamos. Pero si es contraproducente, tenemos fármacos capaces de modularla, y no hacerlo es renunciar a un arma muy útil.

¿Es todo curar? ¿No aliviamos aunque podamos?

A veces me sorprenden alguna gente. Dicen que ellos creen que sólo habría que tomar medicinas que curen. Y que en los cuadros en los que no hay medicamentos que curen, no habría que tomar nada.

Por ejemplo, en las infecciones virales. Ceden cuando el cuerpo produce anticuerpos y elimina la infección. Y como los síntomas descritos antes son los mecanismos que el cuerpo usa para defenderse, pues «hay que dejarlos actuar.»

¡Ya! O sea que si tú tienes la gripe y te duele la cabeza, no puedes tirar de tu alma y te da un fiebrón de 40º; tienes los ojos y la nariz para perderlos por la congestión; si tienes una tos que no te deja pegar ojo y te llega a provocar el vómito… ¿No te tomas nada, porque tu cuerpo se está defendiendo? Me vas a perdonar, pero eso no te lo crees ni tú. Será una gripe, nada de lo que te tomes te va a curar, pero si un antitérmico o un antihistamínico cae en tus manos, te lo tomas y lo agradeces.

Como siempre, el termino medio y huir de las simplificaciones

En mi opinión, los medicamentos no son ni buenos ni malos. Son herramientas. Bien usados mejoran mucho la existencia humana. Unos curando, otros aliviando.

Afirmaciones categóricas como: «No hay que tratar la fiebre». Son simplificaciones absurdas. Ni hay que tratar una febrícula de 37,1 con buen estado general, ni hay que resignarse a un pésimo estado general o a fiebres altas mantenidas porque son un mecanismo de defensa del cuerpo. Ambas son opciones poco racionales en mi opinión.

Ni hay que dar medicación constantemente a un niño porque el moco no se le quita del todo (de hecho no se le va a quitar del todo), ni tiene sentido no darla cuando la mucosidad le impide seriamente alimentarse o descansar.

¿Porqué somos tan radicales? Más sentido común, más molestarse en diferenciar los casos y usar los medicamentos cuando significan una mejora significativa en la calidad de vida del paciente, individualizando su uso y revisando la indicación según evoluciona, aunque no curen…

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¿Es alérgico al antibiótico?

Las alergias a los antibióticos pueden ocurrir en los niños. Pero en mi experiencia la gran mayoría de las reacciones que suelen atribuirse a ello no lo son. ¿Quieres aprender a diferenciarlo?

Los antibióticos son uno de los medicamentos usados con frecuencia en niños. No hay que abusar de ellos. Sólo deben usarse por indicación del médico.

A veces aparecen reacciones en niños que están tomando antibiótico. Y una de las dudas que surgen es ¿Será una alergia al medicamento?

¿Cuál es la principal causa de reacciones en la piel durante una infección?

Cuando en una infección el cuerpo se defiende, produce anticuerpos que buscan al germen causante para eliminarlo. Muchos virus tienen afinidad por la piel (especialmente los de la familia herpes). En el momento que el cuerpo genera anticuerpos para defenderse, buscan al virus y activan las defensas donde lo encuentran. Produce pequeñas reacciones inflamatorias. En donde es visible (la piel), lo que vemos son puntitos rojos.

¿Cómo diferenciar la verdadera alergia a antibióticos?

Hay varias características que diferencian la reacción alérgica a un antibiótico de una reacción del cuerpo al defenderse de una infección:

  1. ¿Cuándo? La reacción al antibiótico suele aparecer el primer día que lo toma. La reacción del cuerpo a la infección suele aparecer cuando empieza a remitir (con la bajada de la fiebre, por ejemplo).
  2. Localización: La alergia puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, y además aparecer y desaparecer de forma totalmente anárquica. Las reacciones a infección suelen empezar en una punto (lo más frecuente es la parte superior del tronco) y se extienden desde ese punto por el resto del cuerpo. Y luego desaparecen en el mismo orden que aparecieron.
  3. Picor: Las reacciones alérgicas suelen picar. Las reacciones que son parte de una infección no pican en muchos casos.
  4. Aspecto: Los antibióticos suelen desencadenar una reacción similar a una urticaria (grandes habones como la primera imagen). Mientras que la reacción a la infección son muchos puntos pequeños (segunda imagen).

Reacción a antibiótico, urticaria

reacción infección

Las auténticas alergias a antibióticos.

En los casos en los que pica, aparece el mismo día que empieza a tomar el antibiótico y la reacción tiende a evolucionar de forma anárquica puede tratarse de alergia al antibiótico. En estos casos:

  • Conviene retirar el antibiótico. Y si el médico lo considera oportuno será sustituido por otro, según la evolución de la infección.
  • En la mayoría de los casos la reacción desaparece a los pocos días de quitar el medicamento sin necesidad de hacer nada.
  • Si la reacción es muy intensa puede precisar medicamentos para reducir la reacción alérgica, que indicará el médico.
  • Sólo podemos confirmar si es alérgico o no a ese antibiótico haciendo más tarde pruebas de alergia.

En la mayoría de las ocasiones las reacciones alérgicas a los antibióticos no son graves, pero si aparece dificultad respiratoria, vómitos intensos, la reacción de la piel es muy extensa o hay mal estado general es motivo para acudir a urgencias.

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Pekevídeo 14: Cosas que suben las defensas de los niños

Ya en el pekevídeo 11 hablamos de la preocupación de los padres por las defensas de sus hijos frente a las infecciones. Muchos son los padres que se plantean si hay algo que suba las defensas de sus hijos.

En este pekevídeo intento explicar cual es la forma real de mejorar las defensas de nuestros hijos sin recurrir a productos «milagrosos» que es difícil que puedan cumplir lo que prometen.

Cosas que suben las defensas en niños

Tal vez te interese también este artículo sobre el sistema defensivo de los niños, o busques información sobre un tipo concreto de infección en niños.

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4 Errores que hacen comer peor a algunos niños en verano: Peketip 18

4 Errores por los que algunos niños comen peor en verano

1 Al pasar más tiempo con los niños (no hay colegio) les ofrecemos comida con más frecuencia.

2 Si se aburre en casa le damos comida fuera de hora.

3 Usamos más Zumos y otras bebidas ricas en azúcar para quitar la sed (y eso quita el hambre).

4 Salimos más, picamos en las salidas y luego pretendemos que coman igual.

Algunos niños, en verano, come peor. Eso hace que acudan al pediatra a veces. Y cuando los examinamos, el niño está bien.

Pero, si preguntamos a los padres, es frecuente que hayan cambiado ciertos hábitos que dificultan que su hijo siga comiendo al ritmo que lo hacía antes del verano:

No hay colegio. Eso quiere decir que los niños pasan muchas más horas al día con nosotros de lo acostumbrado. Muchos niños, cuando se aburren, buscan la comida como forma de pasar el rato. El resultado es que pican. Pero cuando por fin llega la comida, ya no tienen hambre. Con lo que se puede tener la sensación de que el niño come peor. Especialmente si el picoteo lo coge él solo sin que lo veamos.

También en verano, con el calor, se tiene más sed. Si lo que usamos para quitar la sed son bebidas ricas en azúcar, y se las damos con frecuencia durante el día, el nivel de azúcar en sangre se mantendrá alto, lo que quita el hambre.

Por último, salimos más. Es frecuente que tras un paseo en el que al niño le ha apetecido un helado a las 8 de la tarde, pretendamos que cene bien a las 9. Va a ser complicado.

Pero tras todo esto hay dos consuelos:

Uno es un refrán: «No comer por haber comido…»

El otro es que como en verano son más activos, a pesar de todo esto, algunos niños tienen más hambre que en invierno, cuando no salían de casa.

Peketip 17
Peketip 19

 

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