Categorías
Alimentación del Bebé y el Niño Bebé de 2 meses Blog Calculadoras Herramientas de Salud Infantil Lactancia Materna Maternidad Otros temas de Salud Infantil

Para que la Lactancia funcione olvida las cifras.

Tiempo y cantidad en lactancia materna

Uno de los problemas recurrentes en lactancia cuando se hace control del niño sano en la consulta es la contradicción entre las recomendaciones que hago y lo que llega a la madre desde casi todos los demás frentes.

La realidad es que a la mayoría de la gente le resulta extraño que la lactancia se haga realmente a demanda.

Pero empecemos por el principio: ¿Qué es la lactancia a demanda y por qué la recomendamos?

Ya es un consenso hoy en día que la lactancia funciona a demanda o no funciona. Entendamos el porqué.

El pecho tiene un funcionamiento simple: Si lo vacías más, produce más leche. Si lo vacías menos, se reduce la producción.

El bebé no tiene unas necesidades constantes, que nosotros podamos calcular. Son muchísimos los factores que influyen en la cantidad de alimento que precisa en cada toma.

¿Cómo se ajusta lo que el pecho produce a lo que el niño necesita en cada momento? De forma sencilla. Cuando el bebé pide más el pecho se vacía más y eso estimula la producción de leche. Cuando pide menos se retiene la leche y eso reduce la producción.

Si dejamos que la comunicación entre bebé y pecho se haga de forma libre el pecho va a responder a las necesidades del bebé amoldando su volumen de producción.

¿Por qué las abuelas son en su mayoría unas pésimas asesoras de lactancia?

Hay excepciones, y además la culpa no es suya. Es nuestra, es decir, de los pediatras entre los que me incluyo, porque también yo aconsejé mal hasta que aprendí a hacerlo bien.

Para entenderlo, no ha habido ningún complot anti-lactancia. Ha habido un grave error de planteamiento que se ha arrastrado durante años y sigue coleando en la actualidad.

El problema surgió con la Pediatría como especialidad. Como tal es relativamente joven. Y eso hizo que para lograr respetabilidad se hiciese un esfuerzo por transformarla en una disciplina lo más «científica» posible. En la época en la que surgió el Positivismo lo dominaba todo. Y eso significaba que ciencia era igual a matemáticas. Todo lo que podía reducirse a números era ciencia. Así que había que establecer números para todo en lo que la Pediatría como disciplina pudiera actuar.

Sin duda la importancia de la Lactancia no se pasó por alto y se empezaron a hacer estudios sobre ella intentando cuantificarla. Pero se cometió un error de simplificación.

Si lo que hacemos es una estadística de niños sanos que toman el pecho como alimentación exclusiva y empezamos a tomar datos sobre frecuencia y duración de la toma, para obtener una cifra, lo más simple es ver la media. Y eso se hizo. Para que esas cifras fuesen fáciles de recordar se redondearon, de modo que si la media de tiempo entre las tomas era de 2 horas, 51 minutos y 13 segundos se redondeó a 3 horas. Y si la duración media de las tomas era de 17 minutos 24 segundos se redondeó a 15 minutos…

El problema fundamental es que basándose en esa estadística se dijo a los pediatras que debían recomendar a las madres dar el pecho cada 3 horas, 15 minutos en cada pecho.

Para empezar, hacer eso es no entender la estadística. En esos datos sólo había niños sanos alimentados al pecho. Cada uno de ellos en un momento determinado estaba haciendo las tomas con una frecuencia y duración diferente. No había ni un solo niño de esa estadística que tomase siempre las tomas cada 3 horas y estuviese exactamente 15 minutos en cada pecho. La media es solo una cifra que describe al grupo en su conjunto, pero nadie cumple.

Además supone un error muy grave para entender lo que es un ser vivo. ¿Comes tú lo mismo cada día y con una cadencia exacta? ¿Pasa algo si no es así? ¿No hay días que tu cuerpo te dice que necesitas comer más y otros que es preferible comer menos? ¿Conoces todos los factores que pueden influir en eso?

Pues tu hijo es tan raro que es como tú.

Si simplificamos al máximo y sólo contamos calorías, la cantidad que un bebé necesita en cada momento depende de un número de variables casi infinito y que es imposible para nosotros cuantificar. Por poner algunos ejemplos:

  • Cuánto comió la última vez.
  • Cuántas reservas tiene almacenadas.
  • Cómo de llena está la tripa de gases y heces.
  • Si está cursando alguna infección leve.
  • Si necesita dormir más que comer.
  • Si necesita en este momento estímulos más que comer.
  • Qué temperatura hace.
  • Cuánta ropa tiene puesta.
  • Si está sudando más o menos.
  • ….

De nuevo no es algo exclusivo del bebé, todos los seres vivos funcionamos igual.

No hay una fórmula matemática que calcule eso con exactitud, y ni mucho menos puede reducirse a cosas tan simples y absurdas como «150 ml/kg/día».

La mejor calculadora la tiene el bebé

Pero entonces ¿Cómo saber cuánto debe tomar y cada cuanto tiempo? La respuesta está en el bebé. Él sí que tiene en su cerebro un ordenador que integra toda esa información y la reduce a una respuesta muy simple: Tengo hambre/no tengo hambre.

Hasta que no seamos capaces de superar la capacidad de procesamiento de ese ordenador y mientras no tengamos muestras claras de que no está funcionando bien en un niño concreto, llevarle la contraria es sólo un alarde de desconocimiento.

Pues se estuvo haciendo durante mucho tiempo. Los pediatras recomendamos durante años establecer pautas rígidas de alimentación con el pecho.

Se recomendaba erróneamente a las madres:

  • Aguantar al bebé 3 horas entre toma y toma, e ir aumentando ese tiempo de forma progresiva conforme crece.
  • No más de 15 minutos en cada pecho.
  • Pesar antes y después de la toma al bebé para cuantificar lo que toma y si no llegaba a esos 150ml/kg/día, suplementar con biberón.

Cuando se siguen estas indicaciones al pie de la letra la consecuencia es clara: El pecho no funciona.

Por eso cuando una abuela cuestiona que sea correcto dar el pecho a demanda yo suelo decirle: «¿Pudo usted dar a sus hijos pecho durante más de 3 meses?». La respuesta sistemática es: «No, es que no tenía suficiente leche».

Actualmente mi recomendación es:

  • Cada vez que creas que tu hijo tiene hambre o dudes sobre si es hambre u otra cosa: Ofrece el pecho. Si lo toma y se tranquiliza es que es lo que necesitaba.
  • Controlaremos el peso y cómo está el niño. De modo que si la ganancia de peso es escasa, el bebé está poco activo o come con ansiedad debes ofrecerle el pecho con más frecuencia.
  • Si aún haciendo esto el bebé está muy irritable, muy poco activo, la evolución de peso no es buena o rechaza el pecho, valoraremos si hay algo que podamos corregir en la lactancia para que mejore.
  • Si tras repasar todos los problemas que pueden resolverse en la lactancia no logramos que mejore, nos planteamos suplementar. Mientras la madre desee seguir dando el pecho el objetivo de esa suplementación debe ser superar un problema momentáneo o fortalecer al bebé para que con un mejor vaciamiento del pecho logre aumentar la producción para llegar a prescindir del suplemento.

Mis disculpas a aquellas madres a las que recomendé otra cosa antes de entender esto.

Si tienes dudas puedes hacer una

Consulta Online sobre Lactancia Materna

y obtener tu respuesta en menos de 24 horas.

Categorías
Alimentación del Bebé y el Niño Autonomía Blog Conducta del Bebé y el Niño Convivencia Lactancia Artificial Lactancia Materna Primer Mes de vida del Bebé Se Despierta Mucho Sueño del Bebé y Niño

Cómo alargar la tomas nocturnas en un bebé

Espaciar las tomas nocturnas entendiendo y respetando ritmos del bebé

Tomas nocturnas en un bebé: ¿Hay alguna forma sencilla de lograr que espacie las tomas durante los primeros meses de vida para mejorar el descanso?

Este artículo es la respuesta a una solicitud de Peketema en Facebook. C. R. proponía como tema:

«Como alargar las tomas nocturnas. Mi bebé toma desde que nació cada dos horas, no falla, y eso que ya tiene 3 meses… ¿Es malo intentar que coma menos de noche?»

Descansar es necesario. Esta pregunta es muy común. Habrá quien diga que tener un bebé lleva no descansar en el paquete. Y es evidente que menos se descansa.

Pero en muchos casos según mi experiencia lo que ocurre es un simple fallo en el ritmo con el que empezamos. Me ha gustado la pregunta porque al responderla se pueden aclarar dos factores importantes. Ritmos y equilibrios en los bebés.

Cuando los niños nacen, tras el parto, tiene una horas de adaptación en las que están agotados. Tienen que hacerse cargo de muchas funciones que hasta ese momento se les daban hechas: Controlar la temperatura, respirar, alimentarse, digestión, eliminación de residuos…

Los bebés tienen 3 necesidades básicas:

  • Comer.
  • Descansar.
  • Estímulos.

En los primeros días de vida el tema de los estímulos es el menos llamativo, ya que respecto a los que recibía dentro del útero, de forma pasiva en el exterior le llegan muchos más de los que estaba acostumbrado a tener.

Por lo tanto empiezan con un balance en el que se despierta para alimentarse y se duerme casi inmediatamente en cuanto se alimenta.

Tras esas horas de agotamiento inicial el bebé se activa y su necesidad prioritaria es alimentarse.

Si esta activación ocurre durante la noche entramos en el siguiente ritmo:

  • El bebé pide comer con frecuencia durante la noche. Como está activo los padres mantienen la luz encendida para atenderle.
  • Llega la mañana y el bebé está agotado. Ha comido mucho, ha descansado poco. Tiene sueño. Y los padres bajan las persianas, echan las cortinas, y si las visitas les dejan hasta aprovechan para descansar un poco por la mañana.
  • Por la tarde-noche el bebé vuelve a activarse, hambre, comer, luz encendida.

El resultado si seguimos en esa dinámica es que podemos tener un ritmo de actividad y tomas nocturnas.

Lo malo es que cuando esto se prolonga, al bebé le resulta indiferente, pero para los padres es agotador.

Yo soy de la opinión de que es importante respetar los ritmos de los bebés, pero que debemos buscar la forma más respetuosa posible de que esos ritmos sean compatibles con el bienestar de todos los miembros de la familia.

¿Cómo reducir el ritmo de tomas nocturnas?

Pues habría dos opciones:

  • No darle si pide de noche. No es buena opción. Ante una necesidad insatisfecha el bebé va a llorar. Vas a acabar dándole después de un mal rato para él y para vosotros y no vas a conseguir que duerma mejor, sino que tanto él como vosotros os activéis.
  • Ofrecer alimento con más frecuencia de día y cambiar la iluminación. Es la opción que recomiendo. Os la voy a explicar para que la entendáis.

Ofrecer alimento con más frecuencia de día para reducir las tomas nocturnas

No puedes obligar a un bebé a comer. Y no vas a conseguir que lo haga cuando está muerto de sueño. Debemos respetar sus necesidades prioritarias.

Pero a veces no identificamos momentos en los que nos pide alimentarse y los dejamos pasar. Y cuando duerme hay momentos en los que la necesidad de alimento y descanso están sin una prioridad clara y tendemos a hacer cosas que lo llevan a descansar en lugar de alimentarse.

Esto surge de un error común de muchos que consideran excesiva la frecuencia con la que el bebé pide alimentarse en las primeras semanas. Hay que entender que en el útero recibía alimento de forma constante. Lo más parecido a eso es tomar muchas veces, cantidades pequeñas.

Cuando en un bebé, que hace con más frecuencia las tomas nocturnas que la diurnas, notes durante el día cualquier signo de que está activo:

  • No le entretengas con chupe, manzanilla, acunándolo.
  • Ofrécele alimento.

Si pasa muchas horas sin comer durante el día, intenta despertarlo para que coma. Yo suelo decir que debes ir reduciendo progresivamente este tiempo hasta que lo máximo que aguanta durmiendo de noche supere claramente a ese margen.

Por ejemplo, si un bebé pide alimentarse de noche cada hora o menos y de día puede dormir 3-4 horas seguidas sin comer, empieza intentando que no pase más de 3 horas sin comer de día. Si sigue pidiendo de noche con mucha frecuencia, ofrécele no dejando más de 2 horas de día… Hasta que claramente las horas entre tomas nocturnas superen a las que deja de día.

Es cuestión de equilibrio. El bebé está pidiendo de noche con frecuencia porque con lo que toma de día no recibe lo necesario. Al tomar con más frecuencia de día y dormir menos, llega a la noche con más sueño y menos hambre.

Cambiar la iluminación para reducir las tomas nocturnas

Otro factor importante es la iluminación. Los humanos regulamos el ritmo día noche con la Melatonina. Una sustancia que se libera con un ritmo que marca la luz. Se segrega al anochecer para favorecer que durmamos.

Cuando un bebé pide alimentarse de noche con frecuencia suele atenderse con la luz encendida. Eso hace que en el mejor de los casos no haya una diferencia entre el día y la noche.

Pero es que a veces rizamos el rizo manteniendo al bebé a oscuras mientras descansa durante el día.

Si hacemos esto para el bebé el día es noche y la noche es día.

Junto con el ritmo de las tomas es esencial para que cambie que adaptemos la iluminación, de forma que durante el día haya luz, aunque duerma y que de noche haya oscuridad, aunque coma.

Cuando hacemos estas dos simples modificaciones, cualquier bebé que hacía las tomas nocturnas con mucha frecuencia y dormía más de día, cambia.

Entender los mecanismos que rigen la conducta del bebé, puede hacer que la crianza sea una labor más llevadera sin que eso signifique dejar de respetarlos.

Categorías
Alimentación del Bebé y el Niño Bebé de 2 meses Blog Botiquín para atender Bebés y Niños Cuidados del Bebé y el Niño Infecciones en Bebés y Niños Lactancia Materna

Los Probióticos y la Lactancia Materna

Momentos más frecuentes en que puedes tener la duda de si Falta Leche Materna

Los probióticos están de moda. En la Lactancia Materna no es una moda, son la herramienta más útil en prevención y tratamiento de obstrucciones y mastitis.

¿Qué son los probióticos?

No vivimos solos en este mundo. Lo compartimos con muchos otros seres vivos. Entre ellos gérmenes microscópicos que están en todas partes, incluso en nuestro cuerpo. Sobre nuestra piel, en nuestras mucosas y en todo el tubo digestivo hay gérmenes siempre. La mayoría de ellos conviven con nosotros sin producirnos ningún daño. De hecho, algunos de ellos nos ayudan en la digestión o en la defensa de esos espacios evitando que lo ocupen gérmenes más agresivos.

Hablamos de probióticos para referirnos a cualquier forma de aportarnos esos gérmenes beneficiosos. Habitualmente se dan por vía oral, ya que una vez se asientan en el intestino son capaces de extenderse por superficie hasta los lugares más insospechados. Así por ejemplo, hay probióticos que tomados por vía oral se asientan en el intestino, son expulsados por las heces y por la piel se extienden y asientan en las zonas donde tienen un entorno que les resulta más propicio.

Hay probióticos específicos para lactancia materna. Son Lactobacilos que están presentes en la leche materna de madres sin problemas en el pecho. Dar estos probióticos como prevención y como parte del tratamiento de algunos problemas frecuentes en la lactancia es algo que suelo recomendar.

Problemas en los que los probióticos pueden ser útiles en lactancia materna

En el pecho hay también gérmenes. Ocupan la superficie del pezón y los conductos por los que sale la leche. Cuando los gérmenes son los adecuados todo va bien. Pero cuando prolifera un nuevo microbio que irrita la zona los problemas aparecen.

Las alteraciones en las que están implicados son:

  • Infecciones del pezón.
  • Perlas de leche.
  • Obstrucciones del drenaje de una zona del pecho.
  • Mastitis.
  • Abscesos.

Vamos a repasar cada uno de ellos y cuando los probióticos son una parte o la solución esencial.

Infecciones del pezón

En ocasiones durante la lactancia materna la madre presenta un enrojecimiento del pezón con escozor y pinchazos al dar el pecho. Son signos de que está infectado por algún germen que no debería estar ahí y cuya presencia da lugar a las molestias.

Cuando esto ocurre mi recomendación suele ser:

  • Recoger un frotis del pezón y un cultivo de la leche materna para saber cuál es el germen que está dando los problemas. Esto nos sirve para tener esta información si luego aparecen otros problemas (mastitis) en los que puede ser útil para pautar un antibiótico.
  • Higiene normal. Usar un jabón poco agresivo y frotar lo menos posible.
  • Dar un probiótico específico para la lactancia materna que aporte gérmenes buenos que desplacen a los malos.

Obstrucciones del drenaje y perlas de leche

Los agrupo porque van una con la otra. Si esa infección del pezón progresa y afecta a los conductos por los que sale la leche, los bichos malos irritan las paredes de esos conductos. Esa irritación hace que se engruese la pared hasta taponar el paso de leche. El taponamiento va siendo expulsado y acabamos viendo en el pezón un punto blanco denso que llamamos «perla de leche».

Notamos entonces una zona del pecho que presenta un bulto doloroso, pero ni caliente ni enrojecido. Puede aparecer febrícula, pero no fiebre.

Para resolverlo:

  • Recoger un frotis del pezón y un cultivo de la leche materna para saber cuál es el germen que está dando los problemas. Esto nos sirve para tener esta información si luego aparecen otros problemas (mastitis) en los que puede ser útil para pautar un antibiótico.
  • Hay que vaciar el pecho bien en las tomas. E interesa que el bebé succione especialmente la zona obstruida. Esto se logra poniendo al bebé de tal modo que cogido al pecho su barbilla quede apuntando a la zona en la que está la obstrucción. Hay toda una variedad de posturas para cada zona.
  • No aplicar calor, ya que puede favorecer que la zona se inflame y proliferen los gérmenes agresivos.
  • Aplicar masaje en la zona obstruida, en círculos y arrastrando hacia el pezón.
  • Si hay perlas de leche se puede puncionar por el borde para ayudar a que drene.
  • Y de nuevo, dar un probiótico específico para la lactancia materna que aporte gérmenes buenos.

Mastitis durante la lactancia y uso de probióticos

Cuando una zona obstruida retiene la leche hasta que se infecta puede aparecer la mastitis. La diferencia con la obstrucción es que el bulto se vuelve caliente y enrojecido, la fiebre sube habitualmente por encima de los 38,5ºC y aparece malestar general.

En estos casos:

  • Si no lo hemos tomado en etapas anteriores, recoger un frotis del pezón y un cultivo de la leche materna para saber cuál es el germen que está dando los problemas.
  • Por supuesto dar un probiótico específico para lactancia materna.
  • Se pueden dar antitérmicos/antiinflamatorios.
  • Se puede aplicar frío, pero no antes de las tomas, sino después y evitando siempre la zona del pezón y la areola.
  • Hay que vaciar el pecho bien en las tomas. E interesa que el bebé succione especialmente la zona obstruida. Esto se logra poniendo al bebé de tal modo que cogido al pecho su barbilla quede apuntando a la zona en la que está la obstrucción. Hay toda una variedad de posturas para cada zona.
  • Aplicar masaje en la zona obstruida, en círculos y arrastrando hacia el pezón.
  • Si el mal estar general y la fiebre no son muy intensos podemos empezar tratando sólo con probióticos y darle un par de días de oportunidad. Pero si hay mal estado general, fiebre alta o no evoluciona bien sólo con los probióticos debemos dar antibióticos. En caso de dar el antibiótico lo importante es mantener el probiótico tras la resolución.

Absceso mamario durante la lactancia materna y uso de probióticos

Debemos pensar en un absceso siempre que en una mastitis vemos que la fiebre baja pero no desaparece, la inflamación se reduce pero sigue el bulto.

La prueba de elección para diferenciar absceso de mastitis es la ecografía.

Y el tratamiento incluye todo lo indicado en la Mastitis pero con drenaje.

Es importante para no dificultar más la lactancia que la incisión se haga lo más alejada posible del pezón y la areola.

Resumiendo, son muchos los problemas en los que la colonización del pecho por los microbios inadecuados pueden generar problemas. Tanto en la prevención como en el tratamiento los probióticos juegan un papel esencial.

Yo daría dos recomendaciones:

  • Tomar un probiótico específico para lactancia materna en las últimas semanas de gestación para facilitar que cuando empiece a trabajar el pecho los gérmenes presentes sean los adecuados.
  • Si no lo hemos tomado como prevención, mantenerlo tras resolverse cualquiera de los problemas mencionados durante al menos un mes para evitar las recaídas.

Si tienes dudas puedes hacer una

Consulta Online sobre Lactancia Materna

y obtener tu respuesta en menos de 24 horas.

Categorías
Alimentación del Bebé y el Niño Bebé de 5 meses Blog Lactancia Materna

Falta de Leche Materna

Momentos más frecuentes en que puedes tener la duda de si Falta Leche Materna

La Falta de Leche Materna es una de las preocupaciones que aparecen antes o después si das el pecho. ¿Cómo saber si es verdad y cómo actuar si es así?

Ser madre es una situación nueva en la que es fácil que aparezcan inseguridades. Cuando se está dando leche materna, como es algo que no puedes cuantificar aparecen dudas con bastante frecuencia.

Hay muchos planteamientos frente a esas dudas. Hay quien dice que si das a demanda no te preocupes, porque el pecho siempre funciona bien haciéndolo. Pero la experiencia me dice que lo que entienden las madres por dar el pecho a demanda varía de unas a otras. Y además sé que luego el enfoque de las dudas es diferente según la situación en la que surgen. Por eso quiero hacer este artículo desde un enfoque diferente. Quiero hablar de las situaciones en las que suelen aparecer las incertidumbres sobre si el pecho está produciendo la leche que el bebé necesita y cómo suelo responder a las madres en cada una de esas situaciones.

Los momentos más frecuentes en los que cualquier madre se plantea que tal vez le falta leche materna para alimentar a su hijo son:

– En los primeros días.

– En las crisis de crecimiento.

– Si el bebé gana poco peso.

– Cuando el pecho se adapta al efecto de las hormonas que regulan la producción de leche materna.

– Cuando empieza a trabajar y no se puede mantener el pecho a demanda.

– Una vez instaurada la alimentación complementaria.

En los primeros días tras el nacimiento

Esto es casi constante, incluso en las madres con experiencia previa dando el pecho, todas en algún momento se plantean si su pecho está produciendo todo lo que necesita el bebé.

La mayoría dudan de que el pecho haya sufrido los cambios necesarios para pasar de no producir nada a hacerlo en la cantidad necesaria para que el bebé no tenga carencias.

Hay que entender dos cosas:

– En realidad tu pecho lleva produciendo leche materna desde hace muchas semanas antes de que el niño nazca, pero está produciendo calostro. Es una leche muy concentrada en nutrientes y pobre en líquido. Pero esa falta de líquido no es un problema. Ya que cuando nacen a todos los bebés les sobra agua. Han estado sumergidos en agua durante todo el embarazo. La mayoría pierden peso (es normal hasta un 10% del peso que tenían al nacer, si lo supera, consulta a tu pediatra), lo que eliminan es un exceso de agua que era normal cuando estaban sumergidos pero no necesita ni puede retener una vez que vive en un medio seco. Por tanto lo que necesita que se le aporte es nutrientes concentrados. Eso es el calostro.

– Para que funcione y tengas cantidad suficiente de alimento la clave es que vacíe el pecho con frecuencia. Entendemos por frecuencia que le ofrezcas el pecho cada vez que lo veas activo. Y si no se despierta de forma espontánea que hagas por despertarle y ofrecerle no dejando más de 2-3 horas durante el día ni más de 4-5 horas durante la noche. En bebés prematuros puede ser necesario hacerlo aún con más frecuencia, no dejando más de 2 horas ni de día ni de noche.

Pero ¿Y si no funciona? Entendemos que no funciona cuando a pesar de hacer esto el niño no para de llorar ni siquiera cuando le ofrecemos el pecho y cuando la pérdida de peso de los primeros días supera ese 10-12% que consideramos normal.

Esto a veces ocurre a pesar de hacer las cosas bien. Pero es más frecuente porque no las estemos haciendo. En muchos casos es porque no estamos ofreciendo realmente el pecho con frecuencia porque «lo veo dormido y me da pena despertarlo» o «yo le doy a las 3 horas, pero si me pide antes le pongo el chupe, le doy manzanilla, lo acuno y se duerme…», «no hay forma de despertarlo…» En estos casos debes entender que a demanda no significa cuando llore, sino ofrecer y ofrecer y ofrecer cada vez que lo vemos despierto. Debes comprender que si llora a los 5 minutos de darle o en cuanto lo separas de ti, lo que debes hacer es volver a ofrecerle y que si se calla al hacerlo es que necesitaba tomar de nuevo.

Pero a veces lo hacemos todo «bien» y sin embargo pierde más peso de la cuenta y llega un momento en que realmente cuesta que se agarre al pecho. Cuando esto ocurre es importante entender que suplementar a tiempo y de forma adecuada puede ser la mejor forma de conservar la lactancia. Los bebés en los primeros días si no se alimentan se debilitan con mucha facilidad. Si esto ocurre entras en un círculo vicioso en el que como está débil no come bien lo que le debilita más… La forma de romper esto es suplementar. Hacerlo y que el bebé se refuerce, pero manteniendo la lactancia materna es posible. Busca un profesional que te apoye y controle la evolución del proceso. Con la ayuda necesaria se puede recuperar el estado nutricional del bebé y mantener la lactancia materna.

En las crisis de crecimiento

Suele decirse que cuando el pecho se va ajustando a lo que el bebé necesita y él va dominando la técnica de extracción las tomas empiezan a espaciarse poco a poco.

Pero cuando todo iba a ese ritmo, a veces un día el bebé empieza a pedir con mucha más frecuencia y ansiedad. Es lo que llamamos crisis de lactancia. A veces de debe a una reducción momentánea de la producción de leche (porque has espaciado las tomas algo más de lo debido, porque el bebé ha necesitado dormir más o ha estado enfermo y ha comido menos…) y otras a un crecimiento del bebé que hace que necesite más alimento.

Sea un caso u otro lo que notas es que pide el pecho con más frecuencia. Dáselo. Al hacerlo aumentará la producción de leche ajustándola a lo que el niño demande. Si de verdad lo haces lo normal es que tras 2-3 días de tomas más frecuentes vuelva a su ritmo habitual.

Si el bebé gana poco peso

Aquí lo esencial es entender ¿Qué es poco peso?

– Menos de lo que ganaba antes. Eso es normal. Las primeras semanas pueden ganar 150-200 gramos por semanas. Algunos mucho más. Pero después lo normal es que esa ganancia vaya bajando poco a poco. Por eso son «curvas de peso» no «líneas rectas de ganancia de peso». Conforme un bebé crece, cada vez lo hace más lentamente. Lo importante es si esa reducción ocurre en un niño sano que come tranquilo o en un niño irritable, débil o con otros signos de enfermedad.

– Por debajo de la media. La mitad de los niños está por debajo de la media en las gráficas de percentiles de peso y talla. Es una cosa puñetera que tienen las matemáticas. La mitad de los niños sanos (las tablas se hacen con sanos) está por debajo de la media. Pero es que en percentiles mucho más bajos pasa igual. Un 5% de los niños sanos está por debajo del percentil 5. Si el tuyo está sano y está ahí no hay que hacer nada.

Pero hay casos en los que la ganancia de peso se frena y va perdiendo percentiles acompañado de malestar o debilidad en el bebé. ¿Qué hacer en ese caso? Lo primero es buscar causas diferentes a una falta de leche materna. En la mayoría de los casos la falta de leche llega después, cuando el bebé deja de vaciar el pecho porque algo (una infección, una intolerancia, un problema de reflujo o gases…) ha hecho que no pueda comer bien. Y para recuperar la producción de leche ofrece el pecho con más frecuencia. En la mayoría de estos problemas las molestias aparecen interrumpiendo la toma tras unos primeros minutos en los que el hambre es más fuerte que el dolor. La solución para que se alimente bien mientras resolvemos la causa del problema es que tome más veces aunque interrumpa la toma antes.

Cuando el pecho se adapta al efecto de las hormonas que regulan la producción de leche

Al principio el pecho no está acostumbrado al efecto de la Prolactina. Esta aumenta el riego de sangre en el pecho y se inflama. Es un efecto añadido al aumento de producción de leche.

Pero semanas antes o después llega el momento en que la Prolactina ya no genera inflamación y el aumento de riego de sangre no es tan llamativo. Entonces muchas madres notan que el pecho ya no se llena tanto como antes y surgen las dudas sobre si estará reduciéndose la producción de leche.

No es así en la mayoría de los casos, porque junto a ese cambio aparecen otros:

– El bebé tiene ya más fuerza y más experiencia vaciando el pecho. Hasta el punto de que tomas que antes duraban 20-40 minutos se pueden reducir a 2-5 minutos.

– La ausencia de inflamación y el tiempo que lleva ya la leche saliendo por los conductos hace que la salida sea más fácil.

Lo que notamos es que el bebé está bien y que no llora de hambre como sería de esperar si realmente estuvieses produciendo menos leche. Que esas extrañamente cortas tomas no se interrumpen con llanto de desesperación porque no consigue sacar lo que necesita, sino porque una vez sacado (a veces en pocos minutos) está tranquilo y o se duerme o se entretiene con cualquier cosa.

Cuando son circunstancias ajenas al pecho las que reducen la frecuencia de las tomas

No me refiero aquí a situaciones como infecciones ya tratadas arriba. Sino a otros cambios que pueden llegar para quedarse. Los más frecuentes son:

– Incorporación de mamá al trabajo.

– Introducción de la alimentación complementaria.

Es frecuente que vayan ambos de la mano. El resultado es que el pecho pasa a vaciarse menos, sea porque no está cuando el bebé lo busca o porque lo busca menos al recibir otros alimentos que cubren parte de sus necesidades.

Esto son cambios que tenían que llegar. Podemos hablar de lo poco razonable que es la duración de la baja maternal… Cosa que ya hago en otro artículo.

Pero sea como sea la duda de muchas madres es. ¿Podré realmente seguir aportando con mi pecho la cantidad de leche que mi hijo necesita? ¿O necesitaré ofrecer otros lácteos diferentes a la leche materna?

Como hemos dicho en este artículo la leche materna aumenta si se vacía con más frecuencia el pecho y se reduce cuando no es así. Es evidente que una reducción del vaciado va a bajar su producción. Pero no va a eliminarse mientras siga vaciándose, se va a ajustar.

En ese sentido la clave para poder mantener la lactancia como fuente de leche exclusiva depende de la frecuencia y regularidad con la que puede seguir ofreciéndose el pecho y el interés del niño en seguir tomándolo.

Hay madres por ejemplo que tienen trabajos que implican separarse de su hijo durante periodos de muchas horas o varios días (guardias médicas, comerciales que viajan mucho…). En estos casos es en los que se hace más difícil mantener la lactancia. Existe la posibilidad de usar el sacaleches cuando no estás con el bebé y conservarla para que quien cuida del bebé pueda dársela en tu ausencia, pero depende mucho de las circunstancias realistas de cada trabajo que eso sea o no posible.

Si tienes un horario más razonable en el que tu separación del bebé es de 7-8 horas al día como mucho se puede mantener perfectamente la lactancia en las horas en las que sí estás con él y con 3-4 tomas diarias de pecho (de las que varias pueden ser junto con otros alimentos) la mayoría de niños cubre sus necesidades de leche.

Espero haber cubierto la mayoría de situaciones y dudas. Pero como regla esencial si te surgen dudas de si falta leche materna en otra circunstancia:

Mira a tu bebé, ¿él está bien? Seguramente tiene leche suficiente.

¿Parece que no está bien? Intenta ofrecer el pecho con más frecuencia.

Si con eso no mejora, consulta a un asesor de lactancia en quien confíes.

Otros artículos donde puedes encontrar información complementaria:

AlbaLactancia

CrianzaNatural

Categorías
Alimentación del Bebé y el Niño Blog Cuidados del Recién Nacido Lactancia Materna Primer Mes de vida del Bebé Recién Nacido

La Subida de la Leche Materna

Subida de la Lactancia Materna

Cómo es la Subida de la Leche Materna tras el parto. Los problemas más frecuentes en estos primeros días tras el nacimiento del bebé y cómo resolverlos.

¿En qué consiste la Subida de la Leche Materna tras el Parto?

Llamamos Subida de la Leche Materna a los cambios llamativos que ocurren en el pecho en los primeros días tras el parto. También hay quien usa también el término de bajada de la leche.

Una de las preguntas típicas de las madres tras el nacimiento de su hijo: «¿Cuándo me subirá la leche?» Porque muchas madres interpretan erróneamente que hasta que no sean evidentes esos cambios no tendrá leche con la que amamantar a su hijo.

Las mayoría de las madres piensan que ese aumento llamativo del tamaño de los pechos corresponde a una retención de leche. Pero no es así. Hay leche sí. Pero la mayoría del volumen que adquiere el pecho en ese momento corresponde a inflamación y aumento del riego de sangre con acumulación de líquido (edema). Por eso duele, unas veces más y otras menos, dependiendo de la presión.

En realidad durante los últimos meses de embarazo el pecho ya empieza a producir calostro, pero como no se vacía su cantidad es pequeña.

Necesita dos Cambios para que todo empiece a funcionar:

Que desaparezcan las hormonas del embarazo, lo que ocurre al desprenderse la placenta. Estas hormonas han estado frenando a la Prolactina, que es la que estimula la producción de leche materna.

Que el bebé empiece a vaciar el pecho. Ya que en la leche materna hay una sustancia (el Factor de Inhibición de la Lactancia -FIL-) que reduce en las zonas donde se acumula el efecto de la Prolactina.

Cuando ambos frenos desaparecen la Prolactina hace su efecto de forma completa. Parte de ese efecto es un aumento importante del riego sanguíneo de los pechos. Es un efecto que empieza desde el primer día tras el parto y que suele alcanzar su máximo en torno al tercer día. Pero como todo, no son matemáticas. En unas madres será más llamativo y en otras menos. En unas ocurrirá algo antes y en otras un poco después.

¿Cuándo se empieza a producir la Leche Materna?

En realidad en el último trimestre del embarazo el pecho ya produce calostro pero no es visible porque está frenada por los dos puntos que hemos mencionado arriba (hormonas del embarazo y FIL).

Por eso TODAS las madres tienen calostro en su pecho cuando el bebé succiona por primera vez.

El único factor que depende de lo que la madre haga para que la Producción de Leche Aumente es que ponga al bebé a tomar con frecuencia ya que hacerlo:

– Estimula la secreción de Prolactina y Oxitocina.

– Elimina el FIL.

El Dolor por la Subida de la Leche Materna

Habitualmente el aumento de presión momentáneo del pecho en estos primeros días suele ser molesto. Lo es menos cuando el vaciado del pecho es adecuado. Es mucho más intenso cuando no se extrae adecuadamente la leche.

Cuando a la acumulación de líquido se añade una leche en aumento que No Se Vacía es cuando pueden aparecer los problemas:

Dolor. Por la gran presión.

Dificultad para que el bebé se alimente porque el pecho está tan duro que impide que pueda tomar el pezón.

Por eso para evitar entrar en un círculo vicioso es esencial que el bebé tome el pecho lo antes posible y que lo haga con tanta frecuencia como podamos.

Por experiencia muchas familias creen estar dando el pecho a demanda y sin embargo no lo hacen. No son conscientes, pero cuando un bebé está activo y pide el pecho con frecuencia se responde poniendo el chupe, se le acuna o le ofrecen biberón. Suelen hacer esto especialmente cuando consideran que hace poco que ha tomado. Pero a demanda significa que cuando vemos a un bebé activo o inquieto lo primero que debemos ofrecer es el pecho.

Otro aspecto a tener en cuenta es que cuando el bebé pasa demasiado tiempo sin pedir el pecho conviene ofrecérselo. Como referencia, si en los primeros días pasan más de 2-3 horas sin pedir durante el día sin que pida o más de 4-5 horas durante la noche, se le debe ofrecer.

Cuando la madre note el pecho muy lleno debe intentar vaciarlo también, sea dándolo al bebé o cuando no sea posible usando un extractor de leche. Siempre la mejor opción es que el bebé tome directamente.

Cómo aliviar la ingurgitación mamaria en la Subida de la Leche Materna

El problema cuando no se vacía el pecho es que llega un momento en que el edema es tan intenso que pierde su elasticidad, lo que impide que el bebé pueda introducir el pezón en su boca para poder extraer la leche.

Cuando esta inflamación es tan intensa se complica el vaciamiento incluso con sacaleches.

No conviene aplicar calor. Porque el calor dilata los vasos sanguíneos aumentando la presión.

Se puede aplicar frío. Puede aliviar la inflamación, pero mejor después de las tomas y evitando el pezón y la areola. Ya que antes de la toma el frío hace que se contraigan los canales dificultando la salida de la leche y más aún cuando se aplica sobre pezón o areola.

La clave está en vaciar el pecho, pero para lograrlo hay que aliviar la presión en la areola. Esto pude lograrse haciendo presión sobre la areola sin presionar el pezón. Si haces presión mantenida notarás que la areola se ablanda lo que permitirá que pueda amoldarse a la boca del bebé cuando se introduzca en ella. Es lo que puede hacerse cuando al ofrecer el pecho al bebé ves que la areola está tan dura que impide un agarre adecuado.

Antiinflamatorios y remedios naturales

Se pueden usar antiinflamatorios para aliviar la inflamación cuando se acompaña de dolor. A veces se tiene inseguridad para usar medicamentos en una madre que da pecho. Podéis consultar la seguridad de los medicamentos en e-lactancia.org

Otra opción natural que parece ayudar son las hojas de col. Contienen antiinflamatorios naturales. Puede aplicarse una hoja de col sobre el pecho tras la toma y sujetarla con el sostén.

Subida de la Leche Materna tras la Cesárea

Otro de los mitos habituales es que cuando el bebé nace por Cesárea la Lecha tarda más en Subir.

Los problemas tras la cesárea, que puede haberlos, surgen por la separación del niño de su madre. Esto dificulta el vaciado de leche. La solución es reducir esa separación tanto como sea posible. Lo ideal, que el bebé no se separe de la madre. Cuando el bebé tiene acceso a vaciar el pecho desde el principio no hay diferencia en la Subida de la Leche Materna tras un parto o una Cesárea.

¿Mastitis?

Técnicamente podemos decir que en la Subida de la Leche Materna tras el parto hay inflamación en el el Pecho, puede incluso haber febrícula (menos de 38º). Pero no es una Mastitis en el sentido que usamos habitualmente, que es el de infección en el pecho.

La Mastitis real suele cursar con fiebre y lo que la origina es una retención anormal de leche en una zona que se infecta. Es muy rara en los primeros días tras el parto.

Si tienes dudas puedes hacer una

Consulta Online sobre Lactancia Materna

y obtener tu respuesta en menos de 24 horas.

Categorías
Alimentación Complementaria del Bebé Alimentación del Bebé y el Niño Bebé de 4 meses Blog Dieta Sana Embarazo Lactancia Materna

Omega 3 en embarazo y lactancia

Importancia de los Omega 3 en el Embarazo y la Lactancia

Cada vez se habla más sobre las propiedades de los Omega 3 en el desarrollo cerebral infantil. Y se habla cada vez más de aportes en embarazo y lactancia.

Qué son los Omega 3

Los Omega 3 son grasas que el cuerpo no es capaz de producir por sí mismo. Pero que forman parte de él. Son uno de los componentes esenciales del cerebro. Pero también tienen funciones importantes en otros órganos y regulando algunos mecanismos del cuerpo, como la inmunidad, la coagulación de la sangre y el equilibrio de grasas en el cuerpo.

La importancia del Equilibrio de Omegas en la salud

Los Omega 3 actúan en equilibrio con otras grasas, los Omega 6 de origen animal (grasas malas). Y es el equilibrio de ambas en sangre y en la composición de los tejidos lo que determina la aparición o no de muchos problemas en el desarrollo inmunológico y nervioso.

El problema es que la dieta occidental tiene un claro desequilibrio en el aporte de Omega 3/6 de origen animal. Siendo el de los segundos mucho mayor que el de los primeros.

Hay cada vez más estudios que respaldan su importancia de este equilibrio en el desarrollo de funciones cerebrales como:

  • La memoria.
  • La agudeza visual.
  • El control de impulsos.
  • La capacidad de concentración…

Y su papel en la prevención de alergias (alimentarias, respiratorias…) y enfermedades autoinmunes, ya que interviene en la regulación de la inflamación en el cuerpo.

Actúan también manteniendo un equilibrio de grasas en sangre que evita la arteriosclerosis y reducen la tendencia de la sangre a coagular. Ambos combinados reducen la incidencia de infartos y trombosis.

Importancia de los Omegas desde antes de nuestro nacimiento

Cada vez más se destaca la importancia de mantener  este equilibrio a largo plazo y desde etapas lo más precoces posibles.

Se recomienda mantener un aporte suficiente en la dieta de Omega 3 y reducir el de Omega 6 de origen animal desde que una mujer se plantea la posibilidad de buscar un embarazo. Porque cuanto antes se tenga un equilbrio adecuado mejor es el desarrollo del feto y después del niño.

Es típico que hablemos de suplementos de ácido fólico, iodo, hierro… Pero cada vez se están haciendo un hueco más importante en las recomendaciones los suplementos de Omega 3 o tener una dieta rica en pescados azules y vegetales que lo aporten.

Este aporte de Omega 3 es importante en la salud de cualquier individuo, pero garantizarlo desde el inicio del embarazo y durante la lactancia ayuda al desarrollo del niño.

Y una vez el niño alcance una dieta completa es importante mantener ese equilibrio en su propia alimentación.

Por tanto podemos hablar de 4 fases en las que las acciones a realizar son diferentes:

  1. Cualquier adulto se beneficiaría de tener un equibrio adecuado de Omegas. Para ello lo mejor es tener una dieta rica en Omega 3 de origen vegetal y pescado azul y en Omega 6 de origen vegetal y reducir el aporte de Omega 6 de origen animal. Cuando no logramos ese equilibrio en la dieta (que es lo ideal) se puede compensar con aportes de Omega 3 en suplementos.
  2. Si una mujer está planteándose un embarazo conviene tener una dieta lo más variada posible y reforzarla con ciertos suplementos (por si una malabsorción dificulta unos niveles normales a pesar de tener una buena dieta). Entre los elementos clave a tener en cuenta están los Omega 3.
  3. Durante el embarazo sigue siendo esencial una dieta sana y garantizar el aporte de ciertos componentes que son necesarios para un correcto desarrollo y que nuestro cuerpo sólo puede obtener de la alimentación o los suplementos. De nuevo entre ellos no olvides los Omega 3. Pero hay un detalle a tener en cuenta. Los pescados azules grandes de mar tienen tendencia a acumular metales pesados en su grasa. El mercurio por ejemplo tiene efectos perjuciales en desarrollo tanto en el embarazo como tras el nacimiento. Eso hace que mantener un equilibrio de Omegas adecuado en el embarazo se vuelva algo más complicado. Porque para hacerlo deberíamos recurrir a pescado azul pequeño o de río, con menores niveles de mercurio y otros metales pesados. Hay aceites grasos de origen vegetal ricos en Omega 3, pero algunos estudios demuestran mayores beneficios del procedente de pescado azul. Una opción es el aporte de suplementos de Omega 3 que se fabrican teniendo esto en cuenta.
  4. En la lactancia. Estás pasando a tu hijo a través del pecho un alimento que es reflejo de tu dieta. Esta debe seguir siendo variada y equilibrada. Lo hablado sobre los metales pesados en el embarazo es aplicable a la lactancia. Especialmente en los 2 primeros años de vida de los niños en los que su cerebro es más sensible a la intoxicación por metales pesados. Un suplemento en el que se prioriza el aporte de Omega 3 de alta calidad es esencial ante la dificultad de hacerlo por el consumo de pescado azul.

Cuando el niño tiene ya una dieta variada vuelve a estar en la situación 1 en la que todo ser humano debe obtener de la dieta un equilibrio adecuado de Omegas. Pero a veces esto no es fácil o resulta imposible de conseguir a corto plazo y se manifiesta ya en problemas de salud. Los más habituales en niños son:

  • Dermatitis atópica.
  • Alergias respiratorias y alimenticias.
  • Trastorno por déficit de atención.
  • Hiperactividad.
  • Bajo rendimiento escolar.
  • Dificultad para el control de impulsos en la conducta.

En todos estos casos se debe buscar una dieta que equilibre el nivel de Omegas del cuerpo. Pero mientras se logra a medio y largo plazo podemos necesitar un aporte en suplementos de Omega 3 para ayudar en su solución a corto plazo.

Omegafort Premium DHA, Omega 3 para favorecer el desarrollo del bebé durante embarazo y lactancia

Categorías
Alimentación del Bebé y el Niño Bebé de 3 meses Blog Lactancia Materna Maternidad Otros temas de Salud Infantil

Pekemito: La leche materna no alimenta

Grietas en el pezón durante la Lactancia Materna

Uno de los mitos más extendidos: Por encima de los «x» meses la leche materna ya no alimenta y es mejor dejar el pecho y dar biberón si el niño no gana peso.

En los últimos años se está recuperando la «Cultura del Pecho». Esto significa que por desgracia la generación anterior de madres vivió una época en la que paradógicamente la extensión de la Pediatría significó una desinformación en muchos aspectos.

Hay quien opina que fue algo interesado promovido por las empresas productoras de leche artificial. Yo creo que el motivo fue otro.

La Pediatría es una especialidad médica joven. No por los pacientes a los que tratamos, sino porque no tienen la antigüedad de otras. En España hasta hace unos 60 años no existían los pediatras de forma general. Había médicos especialistas en niños. Pero la mayoría de los niños eran atendidos por médicos generales. De hecho fuera de España son muchos los países donde no hay pediatras de atención primaria.

Pero la aparición de la atención primaria en Pediatría ha sido muy positiva. Tenemos una de las tasas de mortalidad infantil más bajas del mundo.

El problema es, y es aquí donde la perjudicada fue la lactancia materna, que se entendió que para ganar credibilidad como especialidad médica había que hacerlo todo muy científico. Y en esa época ser científico era poner cifras a todo.

Cifras que se definían y algunos siguen definiendo en lactancia materna

Tiempo entre las tomas de lactancia materna. Se instauraron pautas rígidas recomendando no dar el pecho antes de «3 horas».

Tiempo en cada pecho. Se decían cosas como que no había que dejar al bebé tomar un pecho más de 10-15 minutos.

– Se llegó incluso a recomendar pesar al bebé antes y después de cada toma para saber lo que comía y suplementar si no se alcanzaba la cantidad «necesaria» según tablas de «aportes necesarios».

Ganancia de peso adecuada. Por debajo de la cual habría que suplementar o sustituir la lactancia materna por artificial.

La realidad respecto a todas estas cifras es que son falsas. Como lo son aplicadas a muchas otras cosas cuando hablamos de seres vivos (horas de sueño, cantidad de comida, capas de ropa…).

Hay que entender que somos seres vivos, y como tales debemos adaptarnos a ambientes y circunstancias cambiantes. Nuestro cuerpo tiene mecanismos de autorregulación para dirigir esos cambios. De modo que independientemente de patrones simplistas unas veces tenemos más hambre, más sueño o más frío y otras menos. Y lo razonable es no oponernos a esos mecanismos de regulación más que cuando tenemos evidencia de que no funcionan bien.

La época en la que se interfirió la lactancia materna con cifras es la época de declive de la lactancia. Simplemente porque se impedía que la lactancia materna adaptase su producción a las necesidades del niño y eso hacía que más pronto que tarde se hiciese insuficiente.

Edad a la que dejar de dar pecho. Que es el tema que nos ocupa hoy.

¿Cuándo deja la lactancia materna de ser un alimento adecuado?

Voy a ser simple. ¿Cuándo deja de alimentar la leche de una vaca lechera? ¿6 meses después de que empiece a producir leche? ¿Un año después? ¿Dos?

¿Sabéis cuanto hace que la produce la vaca cuya leche compras en el supermercado? ¿Te preocupa? ¿O es simplemente leche?

Pues eso.

La composición de la leche materna cambia desde que el niño nace. Al principio es el calostro, con unas características más acordes a la necesidad del Recién nacido. Y luego va evolucionando a lo que llamamos leche madura.

Pero una vez que se alcanza esa «leche madura» se mantiene su composición mientras mantengamos la lactancia materna. Igual que se mantiene de forma estable la composición de la leche de cualquier mamífero (incluida la vaca, la oveja o la cabra que se ordeñan con regularidad).

Pero algunos dicen que llega un momento en que la leche materna va perdiendo propiedades y deja de ser adecuada para alimentar al niño.

No es raro aún (por desgracia) que lleguen madres a la consulta a las que a partir de los 3-6 meses han recomendado dejar el pecho y sustituirlo por leche artificial porque el bebé está ganando menos peso… Y se les ha dicho que el pecho ya con esa edad no les alimenta.

Ideas que no se tienen en cuenta cuando se dice algo así:

Cuando un bebé crece la ganancia de peso de cada semana se va reduciendo, por eso son curvas de peso, no líneas rectas de peso. Esto ocurre sea cual sea la alimentación del bebé.

Por encima de los 4-5 meses algunos bebés ya no suben de peso de forma regular, sino en pequeños saltos. Pueden pasar algunas semanas con una ganancia «muy escasa» y de repente en una sola subir «más de lo normal». De nuevo es algo normal sea cual sea su alimentación.

La recomendación de enriquecer la lactancia materna con alimentación complementaria con otros alimentos por encima de los 6 meses no nace de que el pecho pierda propiedades. Sino de que hay ciertos nutrientes (el más conocido es el hierro) que el bebé adquirió durante el embarazo a través de la placenta y el pecho aporta en cantidad insuficiente para poder mantenerse de por vida. Esto no es un fallo del pecho, está diseñado para alimentar adecuadamente de forma exclusiva al bebé durante los primeros meses de vida. Pero somos omnívoros, no lactantes perpetuos. Eso no significa que la leche materna deje de poder competir por encima de cierta edad con cualquier otra leche y ser la mejor. Sino que necesitamos una dieta más variada. Por eso los preescolares que rechazan la comida y sólo toman leche tienen problemas de nutrición. Pero da igual que sea materna o de otro tipo. Es que por encima de cierta edad tomar sólo leche no es suficiente.

Sustituir la leche materna por leche artificial no soluciona nada y puede generar problemas. Si un bebé tiene problemas tomando pecho por falta de nutrientes podemos plantearnos solucionar los problemas que hacen que el pecho no sea suficiente, si no se resuelve podemos suplementar (si se hace bien, la mayoría de los casos se hace de forma transitoria para reforzar al niño y una vez que toma mejor, podemos potenciar el pecho para prescindir del suplemento). Pero lo que en ningún caso es una solución es suspender el pecho. La composición de la leche artificial no supera a la leche materna, y puede ser origen de alergias o intolerancias. No tiene sentido cambiar un alimento mejor tolerado por otro que no sabemos cómo tolerará.

Resumiendo: Que la leche materna es el mejor alimento para un bebé durante los primeros meses de vida, y una vez que se introduce alimentación complementaria sigue siendo la mejor leche que puede tomar un niño mientras madre e hijo decidan seguir con la lactancia materna.

Categorías
Alimentación del Bebé y el Niño Bebé de 2 meses Blog Cuidados del Bebé y el Niño Lactancia Materna Maternidad Otros temas de Salud Infantil

Pekemitos: «No hacer dando el pecho»

Grietas en el pezón durante la Lactancia MaternaSeguimos debatiendo sobre mitos infundados sobre crianza de bebés: «No bebas agua mientras le das el pecho, que te agua la leche y no le alimenta».

La gente parece tener unas ideas extrañas sobre cómo funciona la lactancia materna, y el cuerpo en general. No se explica de otro modo que se digan ciertas cosas.

Es evidente que todo lo que toma la madre puede influir sobre la composición del pecho. Pero la forma en que lo hace no es tan inmediata ni tan indiscriminada.

Se dice muchas cosas sobre alimentos o conductas de la madre que pueden generar problemas en la lactancia.

Los más frecuentes que suelen comentarme son:

No bebas agua dando el pecho

A lo que se refiere el aviso no es evidentemente a que no se beba mientras dure la lactancia materna, sino a no hacerlo mientras el bebé está mamando.

Y el motivo que suele darse es que si se hace aguará la leche materna haciendo que el bebé no se alimente suficientemente.

Pues no.

Cuando la madre bebe líquido, pasa a su estómago y después a su intestino. Es al final del intestino donde se produce la máxima absorción de líquido, en el colon. Desde que se bebe hasta que se absorbe pasa un buen rato. Y esa absorción es gradual.

Pero es que además la leche materna la produce la glándula mamaria con más o menos cantidad de agua en función de otros muchos factores que nada tiene que ver con lo que se esté absorbiendo en el intestino. Salvo condiciones de deshidratación importante, la leche tiene una composición estable de agua.

Así que no te preocupes, si tienes sed mientras tu hijo está mamando, bebe agua sin problema.

No comas cosas que den gases dando el pecho o el bebé tendrá gases

La razón por la que las legumbres producen gases es la fermentación que sufren en el intestino. La razón por la que lo hacen las bebidas gaseosas es porque contienen directamente gas en la bebida.

No hay manera posible por la que esas burbujas pasen a través de la sangre de la madre hasta el pecho y aparezcan en la leche materna.

Así que puedes comer legumbres y beber gaseosa con la única preocupación del dolor por gases que pueda provocarte a ti. Pero de ningún modo eso producirá gases al bebé. Las causas de los gases en un bebé nada tienen que ver con eso.

No tomes el «alimento x» dando el pecho porque el bebé rechazará tu pecho

Hay alimentos que pueden cambiar el sabor de la leche materna. Del mismo modo que pueden cambiar el olor de la orina. El ejemplo más conocido son los espárragos.

Pero de ahí a que eso genere un rechazo de la leche materna por parte del niño hay un abismo. Las madres tienen que tener una dieta variada. Muchos de los alimentos que tomen pueden afectar a la composición de la leche, e incluso a su sabor, porqué no. Pero no conozco casos de niños que por eso dejen de tomar el pecho.

Estos tres ejemplos que podrían completarse con muchos más son una muestra de las muchas cosas que se dice a las madres y que no sirven más que para generarles inseguridad y estar constantemente agobiadas por detalles absurdos.

Si tienes sed bebe agua, en la comida procura tener una dieta variada y ya se encargará el pecho de fabricar el mejor alimento para tu hijo.

Si tienes dudas puedes hacer una

Consulta Online sobre Lactancia Materna

y obtener tu respuesta en menos de 24 horas.

Categorías
Alimentación del Bebé y el Niño Bebé de 2 meses Blog Cuidados del Bebé y el Niño Lactancia Materna Maternidad Otros temas de Salud Infantil

Sacaleches. Cuándo y cómo en lactancia materna

Grietas en el pezón durante la Lactancia MaternaLos sacaleches en lactancia materna son útiles en algunas ocasiones. Pero ¿Cuándo, cómo se usan o cuál escoger? Son dudas frecuentes que podemos resolver.

Este artículo es fruto de una colaboración que esperamos os resulte interesante: Pediatra (Jesús Garrido de MiPediatraOnline.com) y Farmacéuticos (de lafarmaciadelbebe.eu) vamos a colaborar en los próximos meses en una serie de artículos en los que deseamos aclarar algunos temas en que ambos profesionales solemos aconsejar a los padres. Deseamos que os resulten útiles y que aportéis en redes sociales vuestras experiencias.

Qué es un sacaleches o extractor de leche materna

Básicamente en un aparato que succiona. Los hay de muchos tipos y su utilidad es vaciar el pecho cuando el bebé no puede hacerlo suficiente o de forma adecuada.

Hay muchos tipos y de muchas marcas. Después hablaremos de ellos.

Pero lo primero que debemos aclarar son las situaciones en las que el Sacaleches puede ayudar:

Situaciones en las que suele usarse el sacaleches

Pueden ser más de las que vamos a enumerar, pero hablaremos de las más frecuentes.

Niños prematuros o enfermos

En ocasiones el bebé no puede mamar de forma suficientemente efectiva. Cuando preveamos que esto va a ser una situación transitoria pero que puede durar varios días o semanas tenemos un problema. El pecho funciona de forma que produce más leche cuanto más se vacía. Pero si no lo vaciamos, primero aparecerá la sensación de ingurgitación mamaria, que puede llegar a ser muy desagradable, pero después se iría reduciendo la producción de leche hasta que se retirase.

Para evitar esto podemos usar el sacaleches:

  1. Alivia la ingurgitación.
  2. Nos permite extraer la leche que podemos en algunos casos suministrar al bebé aunque él no sea capaz de tomarlo directamente del pecho o almacenarlo para cuando se recupere.
  3. Mantenemos la producción de leche para que, llegado el momento en que el bebé pueda volver a tomarlo directamente, esté a punto.

De hecho no pensar en el tema cuando un bebé enferma, es motivo de que muchas lactancias se pierdan.

Malformaciones de la boca o paladar

Las más frecuentes son el frenillo y el labio leporino. Especialmente en el segundo se puede dificultar la lactancia de forma importante. Ambos problemas tienen solución con cirugía. En algunos casos de frenillo muy simple. Pero en otros es más compleja (sobre todo en el labio leporino) y eso hace que a veces se retrase. Si hasta que se resuelva el problema no usamos el sacaleches la lactancia se perderá. Como en el caso anterior podemos guardar la leche para suministrársela al bebé por otros medios o almacenarla.

Extracciones temporales por toma de determinados medicamentos

Hay situaciones en que una enfermedad de la madre debe ser tratada con medicamentos que contraindican la lactancia de forma total. Cuando esto ocurre, para mantener el pecho es necesario seguir vaciándolo y ahí de nuevo el sacaleches entra en escena.

Pero aprovecho este artículo para volver a comentar algo importante. Pocos médicos tienen clara el grado de contraindicación de los medicamentos con la lactancia materna y ante la duda en ocasiones se contraindica la lactancia de forma innecesaria. Para resolver ese problema se creó e-lactancia.org

Os la recomiendo. Es una web en la que podéis consultar cualquier medicamento y su acción sobre la lactancia, y si pasa o no a través de la leche materna al bebé. Especifica cuales son los efectos que puede producir en el lactante si los hay. Y según todo eso establece grados de recomendación.

En muchos casos el tratamiento de la madre es posible manteniendo la lactancia o existen medicamentos alternativos que lo permiten.

Pero en los casos en los que no es así podemos usar el sacaleches para seguir extrayendo la leche aunque no podamos darla al bebé hasta que desaparezca el medicamento del organismo.

Incorporación al mundo laboral

En España la baja maternal es ridícula. Partamos de esto para entender que cumplir la recomendación de la OMS sobre mantener el pecho como alimento exclusivo de los lactantes hasta los 6 meses es complicado cuando la baja laboral no llega a esa duración. Cosa que ocurre en este país.

Si la madre quiere mantener esta lactancia como alimentación exclusiva puede usar el sacaleches para extraerse leche en los momentos del día en que sobra y guardarla para que se la den al bebé cuando ella no está, durante su horario laboral.

Es una solución parcial, que en muchos casos es bastante engorrosa, pero que algunas madres llevan bastante bien.

Relactación

Cuando una madre ha dejado de dar el pecho por cualquier motivo pero desea volver a darlo es posible lograrlo con el uso del sacaleches. Si se es constante puede lograrse recuperar la lactancia o incluso inducirla cuando nunca se llegó a instaurar. Se ha usado incluso para producir lactancia en casos de adopción, lo que nos hace ver que esto es posible en muchos más casos de los que creemos.

Existen otras situaciones en las que puede ser útil el sacaleches. Pero en todos los casos lo importante es tener claro que nunca hay mejor sacaleches que el propio bebé.

Muchas madres cuando empiezan a usarlo se desesperan, porque como todo necesita práctica y a veces la cantidad extraída resulta descorazonadora. La clave es persistir, hasta que se «pilla el tranquillo».

Pero recordad, siempre que sea posible, lo mejor es que sea el bebé el que extraiga la mayor cantidad posible de leche y usamos el sacaleches cuando no es posible que lo haga o es necesario para realizar un correcto vaciado del pecho.

Elección del sacaleches

Por: La Farmacia del bebé

Muchas de las consultas de lactancia que recibimos en La Farmacia del Bebé  son acerca de la conveniencia de comprar un sacaleches, y en ese caso, qué tipo es el más adecuado.

La elección de un sacaleches o extractor de leche materna, siempre debería venir determinada por la frecuencia de uso que le vayamos a dar y no por el presupuesto de que dispongamos. No en todos los casos necesitaremos un extractor eléctrico, y en una lactancia normal, en la mayoría de las ocasiones ni siquiera necesitaremos un extractor.

En cualquier caso es un producto que no debemos adquirir hasta que sepamos el uso que vamos a darle.

Tipos de sacaleches

Extractor manual

Se recomienda en casos de separación puntual del bebé o cuando vamos a extraernos una vez al día. También pueden ser útiles para ayudarnos a superar dolencias como pezones irritados y pezones invertidos o planos.

Ideales para un uso ocasional porque son muy fáciles de usar, limpiar, montar y desmontar, además de más económicos que los eléctricos.

Su uso requiere movimientos repetitivos de la mano sobre la palanca del extractor para extraer la leche.

Algunos de los extractores manuales más conocidos son el Harmony de Medela, Simplisse de Dr. Browns, Phillips Avent Scf310/20 y el extractor manual de Tommee Tippee.

Sacaleches manuales

Extractor eléctrico simple

Es el sacaleches que se recomienda en casos de extracciones diarias (1 o 2 al día), ya que permite sacar la leche con mayor rapidez (20-30 minutos) y son los que más se asemejan al patrón de succión de bebé, lo que ayuda a mantener el nivel de producción de leche materna.

En caso de que ya nos vayamos a incorporar al trabajo a media jornada nos puede ser de gran utilidad para generar reservas de leche materna para nuestro bebé. En caso de incorporación a jornada completa nos puede servir, aunque al extraer de un pecho cada vez, la extracción será más lenta que con un extractor eléctrico doble.

Los sacaleches eléctricos son muy fáciles de usar ya que solo se tiene que ajustar la succión y la velocidad de extracción.

Algunos de los extractores eléctricos simples de mejor calidad son el Medela Swing, Phillips Avent SCF292/01 y el Mini Electric de Medela.

Sacaleches eléctricos simples

Extractor eléctrico doble

Es el que normalmente recomendamos en caso de que vayamos a realizar extracciones prolongadas en el tiempo como incorporación al trabajo a jornada completa, bebés prematuros, partos múltiples, bebés con labio leporino, etc.

Son perfectos para compaginar con la lactancia, ya que al extraer de ambos pechos a la vez, recogen un gran volumen de leche en aproximadamente 10 minutos, permitiéndote generar reservas para que el bebé siga tomando tu leche mientras estás en el trabajo.

Normalmente son los extractores más eficientes y duraderos, debido a la capacidad (succiones por minuto) de su motor. Los extractores poco potentes o a pilas realizan menos succiones por minuto y la succión es más fuerte pudiendo causar dolor.

En este caso nuestro extractor de referencia es el modelo de Medela Swing Maxi

Sacaleches eléctrico doble Medela Swing

Sacaleches de descongestión o tipo “pera”

Su función no es extraer leche para almacenar, sino descongestionar el pecho de forma ocasional como por ejemplo cuando el bebé no puede agarrarse al estar demasiado tenso.

También puede servirnos para estimular y extraer un poco de leche antes de iniciar la toma o eliminar la leche residual del pecho tras la misma. Suelen ser muy económicos.

Algunos de los modelos más conocidos son Chicco Descongestión Rápida (R61735) y Suavinex Descongestión Pecho

Sacaleches tipo pera Chicco

En resumen, para elegir el sacaleches adecuado debemos prestar atención a cuánto lo vamos a usar, donde y el tiempo que dispondremos para la extracción.

Resumen para escoger el Sacaleches más adecuado

Accesorio más importante: el embudo

Tan importante es la elección del sacaleches como el diseño y tamaño del embudo o copa que vayamos a utilizar.

El embudo o copa es el accesorio del extractor en el que se introduce el pecho, y del que dependerá en gran parte tanto tu comodidad como la eficacia de la extracción.

Debe elegirse en función del tamaño del pezón, por lo que cada mamá necesita su tamaño adecuado, sobre todo para evitar dolor y grietas o bien una escasa extracción de leche.

Si el embudo es demasiado pequeño, no se introducirá correctamente el pezón o no se acoplará correctamente. Si por el contrario, es demasiado grande, entrará parte de la areola dentro de la copa. En ambos casos la extracción no se realizará correctamente, y además es muy probable que nos haga un poco de daño.

La clave para saber si el tamaño correcto es que el pezón quede en el túnel del embudo, sin que le falte espacio. La areola del pezón no debe introducirse dentro del túnel. También puede ocurrir en algunos casos que se necesiten tallas distintas para cada pecho.

Algunos modelos de extractores como los de Avent y el Sacaleches Manual de Dr. Browns tienen una copa flexible que se adapta al pecho. En estos casos la talla es única.

Por otro lado, en los extractores de Medela debemos tener en cuenta que sí que hay tallas (S, M, L, XL y XXL), aunque el sacaleches, por defecto trae la talla M. Si necesitamos otra talla tendremos que comprarla por separado.

Como usar el sacaleches

Lavado de manos

Lavarse las manos con agua y jabón es una forma barata y eficaz de prevenir enfermedades (gripe, bronquiolitis, neumonía, etc.). Sin embargo a veces olvidamos este paso tras cambiar los pañales al bebé y antes de tocar a bebés lactantes.

Es muy importante lavarse convenientemente las manos antes de empezar a usar el sacaleches y sobre todo cuando manipulemos la leche extraída.

Limpieza y esterilización del sacaleches

El sacaleches es el sitio perfecto para la proliferación de bacterias. No limpiarlo debidamente es un riesgo tanto para la madre como para el bebé.

Lo que realmente garantiza la ausencia de microorganismos es la esterilización. Es conveniente seguir las instrucciones del fabricante pero por norma general la frecuencia de esterilización depende de:
•    Si el bebé es menor de tres meses, prematuro o está enfermo, hay que esterilizar a diario.
•    Si se extrae leche para almacenarla durante bastante tiempo es conveniente esterilizar a menudo.
•    En bebé mayores a tres meses la frecuencia de esterilización puede ser menor.

Por otro lado es importante que no guardemos la piezas del esterilizador encajadas hasta que estén completamente secas, para evitar el crecimiento de nuevas bacterias y  gérmenes.

¿y por qué soy tan pesada con la higiene? Pues por las infecciones. En la leche materna se encuentran bacterias de forma fisiológica. En la microbiota normal se encuentran estafilococos, estreptococos y las bacterias lácticas. En condiciones normales no hay ningún problema, pero si el bebé tiene las defensas disminuidas o es prematuro, o la mamá tiene alguna grieta en el pezón hay que extremar las precauciones porque la concentración bacteriana aumenta en caso de mastitis y enfermedades infecciosas como bronquiolitis, diarreas, gripes, etc. Nunca pasa nada hasta que pasa…

Métodos de esterilización del sacaleches:
•    Método tradicional: sumergir y hervir los utensilios entre 5 y 10 minutos.
•    Esterilizador (por acción vapor).
•    Soluciones desinfectantes al agua: Método Milton o hipoclorito al 1%.
•    Esterilización en microondas.

Cada mamá deberá elegir el método que más se ajuste a sus necesidades y siempre seguir las instrucciones del fabricante.

¿Se recomiendan los sacaleches usados o de segunda mano?

Nuestro consejo es siempre que NO.

Como medida preventiva e higiénica se considera que los sacaleches son de uso personal y no son seguros (bacteriológicamente hablando) para uso compartido.

Algunas partes del sacaleches no se pueden limpiar ni esterilizar pudiendo haber riesgo de contagio de enfermedades.

El aire producido por la succión arrastra las bacterias que existen de forma natural en la leche materna y éstas colonizan todas las superficies del sacaleches, y de ahí van a la leche extraída.

Los sacaleches son un foco de acumulación de bacterias, por eso no se deben utilizar para sacar muestras para cultivo en casos de mastitis e infecciones por hongos, ya que siempre dan resultados falsos (falsos positivos). Por otro lado el citomegalovirus (de la familia de los herpes) es un virus del que el portador puede desconocer su contagio.

El citomegalovirus es el que se transmite con más frecuencia a los bebés durante el embarazo y se puede transmitir también a través de la leche materna.

Es diferente en el caso de sacaleches de uso hospitalario que están diseñados para que la leche materna nunca entre en contacto con las partes del sacaleches que son compartidas (biberones y tubos que se enganchan al motor del extractor). Además tienen un filtro de membrana antibacteriano y un mantenimiento muy estricto para evitar infecciones, al igual que cualquier aparato hospitalario.

En el caso de extractores de uso individual hay partes que no pueden ser esterilizadas, no pudiendo garantizarse la seguridad para que lo utilicen otras madres. El motor está conectado al tubo donde se recoge la leche por lo que tampoco sirve cambiar el kit de accesorios.

Técnicas de extracción

Tan importante es la elección del sacaleches como el uso que hagamos de él, tanto en lo referente al montaje (siguiendo siempre las instrucciones del fabricante), como a la técnica que empleemos para realizar las extracciones.

Siempre recomendamos los siguientes pasos para una extracción correcta:
1.    En primer lugar un masaje de estimulación o bien colocar un paño caliente en el pecho durante unos minutos (el paño caliente se desaconseja en casos de mastitis).
2.    Coloca el embudo en el pecho y sujétalo con la palma de la mano. Es importante no sujetar el sacaleches por el biberón, sino por el embudo.
3.    Hay que comenzar la extracción estimulando el flujo de leche. ¿Cómo se hace? Con movimientos de extracción rápidos y cortos, hasta que empiecen a salir las primeras gotas de leche (aproximadamente 2 minutos). En caso de disponer de sacaleches eléctrico esta estimulación se hace al cambiar el modo de extracción automáticamente.
4.    Una vez finalizada la estimulación comenzamos con una extracción lenta y relajada, para obtener la mayor cantidad de leche posible.

Si lo que queremos es aumentar la producción de leche es conveniente seguir la siguiente técnica cada dos horas:
1.    Estimula un pecho durante 5 minutos (pasos 3 y 4 anteriores) y para. Repetir con el otro pecho.
2.    Volver a estimular el primer pecho (pasos 3 y 4 anteriores) durante 5 minutos y parar. Volver a repetir con el otro pecho.

En total son 20 minutos con los dos pechos con un sacaleches manual. Con uno eléctrico puede reducirse a 10 minutos (2,5 minutos por pecho).

A las dos horas volvemos a realizar el mismo proceso. De esta forma se irán estimulando las glándulas mamarias para conseguir extracciones más abundantes.

En cualquier caso utilizad el sacaleches siempre con cautela, y parar si sentimos algún tipo de molestia o dolor.

Lo último que queremos provocar son problemas de ingurgitación (pechos inflamados y duros por la subida de la leche).

Extractores de leche materna

Si tienes dudas puedes hacer una

Consulta Online sobre Lactancia Materna

y obtener tu respuesta en menos de 24 horas.

Categorías
Alimentación del Bebé y el Niño Apego Autonomía Bebé 12 meses, 1 año Blog Conciliación Conducta del Bebé y el Niño Lactancia Materna Maternidad Otros temas de Salud Infantil

¿Cuándo dejar la lactancia materna?

Cuándo dejar de dar el pecho a un bebé

«¿Cuándo sabemos que deben dejar la lactancia materna?» Respuesta a un Peketema propuesto por una madre en Facebook. Una respuesta con matices para entender.

Hay dos formas de enfocar esta pregunta:

  1. Hablar de hasta qué edad es recomendable mantener la lactancia y si hay una edad a partir de la que debería destetarse.
  2. Hablar de las circunstancias que con más frecuencia suelen usarse como argumento para dejar la lactancia materna.

Hasta qué edad es recomendable la lactancia materna

Esto es algo que ya he tratado en algún otro artículo. A mi modo de ver no hay una respuesta para todos igual. Para entenderlo, la lactancia materna tiene 3 funciones principales:

  • Nutricional. La leche es un alimento. El mejor diseñado para cubrir todas las necesidades del bebé durante los primeros 6 meses de vida. Y a partir de esa edad sigue siendo un elemento fiable y esencial en la dieta del bebé durante los primeros años de vida. Hay quien dice tonterías como que a partir de cierta edad la leche materna deja de tener alimento. Es tan absurdo como decir que una vaca produce leche aguada si la ordeñamos más de 6 meses…
  • Inmunitaria. La leche materna ayuda a modular la maduración del sistema defensivo, tanto para el reconocimiento y adecuada digestión de los alimentos durante la introducción de la alimentación complementaria en los dos primeros años de vida, como para la defensa contra infecciones y la selección de la flora intestinal. Esta maduración es esencial en los 2 primeros años de vida.
  • Emocional. La lactancia materna, cuando es placentera para el niño y la madre (esto es muy importante) refuerza el vínculo afectivo entre ellos y esto es muy importante para el desarrollo afectivo del niño. Aquí quiero hacer una aclaración que creo importante: Ni la lactancia garantiza que la relación afectiva entre madre e hijo va a ser adecuada ni la falta de lactancia imposibilita que lo sea. Pero cuando la lactancia se disfruta por ambos es un elemento de refuerzo muy positivo.

Teniendo en cuenta estos tres elementos, si quisiéramos definir fechas yo recomendaría  mantener la lactancia materna:

Desde el punto de vista inmunitario hasta completar al menos la introducción de la alimentación complementaria y, si es posible, hasta superar al menos el primer invierno de escolarización del niño.

Desde el punto de vista nutricional no tiene límite temporal.

Desde el punto de vista afectivo, para mí el esencial a la hora de decidir el destete de forma adecuada, cuando deje de ser un elemento placentero y buscado para relacionarse por parte de madre e hijo. Y en eso cada pareja madre-hijo tiene una evolución, unas circunstancias y unas características distintas y por tanto una edad diferente.

Lo importante en esta última es que quienes hay en el entorno se abstengan de dar opiniones secundarias.

Y si esto es imposible, que suele serlo porque todos opinan sobre la crianza de los que no son sus hijos, que la madre tenga la suficiente claridad de ideas y fortaleza de personalidad para no dejarse influenciar por ellas, ni para prolongar la lactancia ni para suspenderla.

Circunstancias que con más frecuencia son motivo de destete

  • Aquí voy a empezar por la que muchos defensores de la lactancia excluirían de la lista: Que la madre decida no dar el pecho. Pues sí. Es una causa plenamente justificada para ello. Ni yo ni nadie somos quien para pretender que dar el pecho es una obligación ni para juzgar los motivos por los que una madre decide no hacerlo. Y deberíamos ser capaces de respetarlo sin más. Demasiadas madres que no dan el pecho tienen la «obligación» de justificarse constantemente. ¡Ya vale! ¡Que la teta es lo mejor del mundo mundial! ¡Que sí! Pero que nadie conoce las circunstancias de cada caso y ninguna madre tiene la necesidad de estar constantemente justificando la forma en la que cria a su hijo ni en este tema, ni en ningún otro. Y generar sentimientos de culpa en una madre es fácil pero innecesario. Y si me apuráis, no es más que una muestra de falta de sensibilidad por parte de quien lo critica.
  • Por enfermedad de la madre: Concretamente porque la madre tenga una enfermedad que necesite medicación que sea incompatible con la lactancia. En este sentido hay dos consideraciones:
    • ¿Es imprescindible esa medicación? Mi respuesta es que cuando la enfermedad supone un deterioro importante de la salud de la madre, por supuesto. Pero también cuando produce un malestar que afecta de forma seria, aunque no pueda generar secuelas.
    • ¿No hay medicamentos alternativos para ese problema que sean compatibles con la lactancia? En demasiados casos los médicos no conocemos claramente los efectos de un medicamento sobre la lactancia o sobre un bebé cuya madre lo toma. Yo no lo sé en todos los medicamentos. Pero hay bases de datos donde pueden consultarse en un par de minutos. La mejor en español que conozco es e-lactancia.org
  • Por problemas del bebé. Podemos distinguir dos casos:
    • La lactancia en bebés enfermos: Hay bebés que enferman y eso les impide alimentarse correctamente al pecho. En estos casos, si se quiere dar lactancia materna existen opciones:
      • Si el problema es la incapacidad del bebé para succionar y se está alimentando por sonda, la madre puede extraerse la leche con un saca-leches y se puede dar esa leche por sonda nasogástrica. En la mayoría de los casos esto suele ser una situación transitoria y hacerlo así permite mantener la lactancia una vez superada la enfermedad del bebé.
      • Si el problema es que no tolera ni tan siquiera alimentación por sonda. Suelen ser también situaciones transitorias en las que se aporta lo que el bebé necesita por vena, en forma de suero o alimentación parenteral. De nuevo, si se quiere mantener la lactancia, la madre puede optar por el saca-leches y conservar esa leche para cuando el bebé se recupere. En muchos casos la recuperación del niño es más rápida que la de la producción de leche y puede venir muy bien tener esa leche guardada para complementar la toma directa de pecho hasta que se recupera la producción.
    • La lactancia materna cuando el bebé no gana peso:
      • En bebés sanos que no ganan el peso que dicen las tablas que debería. Hay niños que cuyo peso evoluciona por encima de la media y otros que lo hacen por debajo (mitad y mitad de hecho). Que un niño tenga un peso por debajo de la media no significa que no se alimente bien. La mitad de los niños sanos lo están. Las tablas de peso y talla se elaboran con niños sanos. Y «por narices» la mitad tienen que estar por debajo de la media. Cosas que tiene la estadística… Si un bebé toma pecho y está sano, da igual su percentil. Está sano, luego está suficientemente alimentado y sustituir la lactancia materna por artificial no cambiará eso. Y que suba del percentil 10 al 25 no es un beneficio que supere para nada a los de la lactancia materna.
      • En bebés que no ganan peso pero no están bien. Cuando un bebé no gana peso y es poco activo o llora mucho tomando sólo pecho, es que tenemos que plantearnos que posiblemente el pecho no está supliendo sus necesidades. Pero ante eso la solución no es suspender el pecho. En primer lugar debemos valorar si hay problemas que están haciendo que la lactancia no sea efectiva y se pueden corregir. Los más frecuentes:
        • No se pone al pecho con la frecuencia necesaria. Cuando un bebé no se alimenta lo suficiente llega un momento que por debilidad las tomas son demasiado cortas (se agota) o deja pasar demasiado tiempo entre las tomas (está agotado). En estos casos la solución es ofrecer el pecho con mucha más frecuencia aunque no lo pida. De este modo tomará cantidades pequeñas, pero con más frecuencia, lo que permitirá fortalecer al bebé para que vaya tomando mejor.
        • Frenillo. Muchos niños tienen frenillo. A algunos, a pesar de que lo tienen no les impide alimentarse bien, pero incluso en esos es mejor corregirlo porque al hacerlo solucionamos otros problemas posteriores y la alimentación suele mejorar. En los que lo tienen y se alimentan mal es algo a solucionar lo antes posible. Si la cosa se alarga podemos recurrir de nuevo al saca-leches para mantener la producción de leche.
        • La postura no es adecuada. Esto es un problema frecuente en los primeros días hasta que se explica a la madre o lo corrige ella misma por aprendizaje espontáneo.
        • Otros motivos que hacen que el pecho produzca menos de lo que el niño necesita y a veces no están claros. Hay quien se empeña en que el pecho siempre produce lo que el niño necesita y que el suplemento nunca es necesario. Pues no estoy de acuerdo. Me considero un «aceptable consejero de lactancia» y hay muchos casos en los que puede haber carencias puntuales de leche.
          • Un ejemplo frecuente. Recién nacido en torno a los 4 kg de peso o más. Yo explico a las madres que el pecho debe pasar de no producir nada a producir todo lo que un bebé necesita en cuestión de horas. Pero esto está ya «muy pensado». Los primeros días la mayoría de los niños están agotados tras el parto y empiezan pidiendo cantidades muy pequeñas. Además el calostro de los primeros días es leche muy concentrada en la que lleva mucho alimento y poco líquido (que no necesita porque ha estado empapado en líquido 9 meses). Y lo hacen de forma muy frecuente. Hay que entender que ha pasado de recibir alimento de forma constante a través de la placenta a recibirlo sólo en ciertos momentos. Lo más parecido es tomar muchas veces cantidades pequeñas. Pero es evidente que las necesidades de un bebé de 4 kilos o más no son las mismas que las de uno que ha pesado 2,7 kg. En los más grandes es normal que el pecho tarde algo más en alcanzar la producción necesaria. Y entonces surge la pregunta ¿Podemos suplementar? Pues claro. Y eso no significa perder la lactancia. Se puede hacer de forma que mantengamos la lactancia y acabemos eliminando los suplementos.

De hecho suplementar puede salvar lactancias, y sobre todo niños

Yo he visto casos en los que un bebé con pocas semanas había perdido demasiado pecho con lactancia materna.

Bebés que además no están bien y toman el pecho cada vez con menos fuerza por la debilidad que la malnutrición y la deshidratación conllevan.

Y que seguían sólo con pecho porque se lo estaba recomendando un «asesor de lactancia» desaconsejándole de forma insistente la suplementación.

Lo siento mucho. Siento que haya «consejeros de lactancia» que vean la lactancia como un bien en sí mismo si ser capaces de relativizar y entender que el bien último es el bienestar del niño. Qu recomendamos la lactancia materna exclusiva porque en la mayoría de los casos es lo mejor para el niño.  Pero no sepan entender los límites que traspasados ponen en peligro su salud y teman como si fuese «sacrilegio» usar la lactancia artificial como rescate. Porque bien usada puede ser eso.

Cuando un bebé está en esa situación y suplementamos con lactancia artificial recuperamos al bebé, se fortalece y empieza a tomar el pecho con más fuerza en pocos días lo que hace que aumente la producción de lactancia materna y en poco tiempo llegamos a prescindir totalmente de la leche artificial.

Para conseguirlo basta con insistir en que ofrezca las tomas con mucha frecuencia y que siempre primero dé el pecho, pero que tras el pecho ofrezca el biberón hasta la cantidad que el niño desee.

Si damos el pecho con mucha frecuencia y siempre primero el pecho, lo habitual es que el bebé tenga unos días en los que vaya aumentando la cantidad de biberón que toma. Pero no porque esté rechazando el pecho, sino porque está más fuerte e intenta restablecer la pérdida de peso que tuvo por falta de nutrición. Cuando alcanza el peso normal que hubiese tenido sin la desnutrición, lo habitual es que se vaya reduciendo la cantidad de biberón que el niño toma de forma espontánea hasta llegar a eliminarse del todo.

Entender esto salva la lactancia, porque no entenderlo puede llevar al bebé a una situación en la que por desgracia he visto ya a varios niños. Bebés que han acabado ingresados en el hospital con imposibilidad para alimentarse por boca durante bastantes días y que han dejado de tomar el pecho. Sé que muchos dirán que la madre debería haber usado el saca-leches para mantener la lactancia hasta que el niño pudiese volver a alimentarse por boca.

Pero si lo decís es que no entendéis la situación:

En la mayoría de los casos se trata de madres concienciadas con la importancia de la lactancia materna que la han mantenido frente a la crítica de muchos familiares y conocidos que les han insistido durante semanas en que suplementasen o directamente suprimiesen la lactancia materna. El ingreso hospitalario es la gota que colma el vaso y hace que se desborde. Ante esa situación la madre suele ser atacada de forma encarnizada por quienes en su entorno le insistían en el biberón. Y no hay  madre en esa situación con ánimos para usar el saca-leches de forma regular.

Llegar a esta situación es consecuencia en realidad de una incorrecta asesoría en lactancia. De gente radical que ven en la leche artificial al 5º Jinete del Apocalipsis porque no saben cómo usarla adecuadamente ni cuándo es necesaria. De gente que pretende ayudar con demasiada rigidez y poco sentido común.

Defendamos la lactancia materna con información adecuada, pero ante todo con flexibilidad, sentido común y suficiente conocimiento para aportar soluciones realistas.

Si tienes dudas puedes hacer una

Consulta Online sobre Lactancia Materna

y obtener tu respuesta en menos de 24 horas.