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Menú para Bebé de x meses

Menú para Bebés de X meses.

¿No sabes qué preparar en el Menú Para Bebés de una edad determinada? No te puedes perder este artículo. Tras leerlo no necesitarás más menús.

Es un tema que pedís sin parar. Os gustaría que os dé un menú para bebés de cada edad desde que se empieza la alimentación complementaria.

Quisieras tener una especie de dieta organizada con una comida específica para cada toma. El objetivo sería tener la seguridad de que alimentas bien a tu bebé.

Pero ¿y si te digo que es más simple y que en realidad no necesitas un menú para bebés?

Todo depende del planteamiento que hagamos.

No es necesario un Menú para el Bebé

En los primeros meses de vida el menú para el bebé es muy simple: Leche.

Ahí va todo lo que el niño necesita. No le hace falta infusiones ni nada más. La leche le aporta una dieta equilibrada para su edad.

El tema llega con la introducción de la alimentación complementaria.

Pero hay muchas formas de hacer esto. Se han usado durante mucho tiempo listas de introducción de la alimentación complementaria. Pero para mí estas listas son un error. Aunque yo las he usado. Es lo que me enseñaron durante mi formación como pediatra.

En la actualidad lo que recomiendo es una opción que tal vez muchos conozcáis: El Baby Led Weaning o BLW.

Uno de los principios del BLW es precisamente que el bebé no tiene que tener un menú diferente al nuestro. Que son muy pocos los alimentos que no debe tomar antes de una edad concreta.

Básicamente debemos excluir:

  • Antes del año: Verduras de hoja verde (intoxicación por nitritos), miel (intoxicación botulínica).
  • Antes de los dos años: Pescado azúl grande y marisco (metales pesados), huevo crudo (salmonelosis).
  • Mientras te acuerdes de la última vez que se atragantó: Frutos secos (causa más frecuente de muerte por atragantamiento).

Quitando esos alimentos un bebé puede tomar en su menú de todo lo demás que incluiríamos en una dieta sana para nosotros.

Así que vamos al tema fundamental.

El menú para bebé más sano es el mismo menú de sus padres mientras sea una dieta equilibrada

Voy a darte unos consejos concretos:

  • No te preocupes por el menú del bebé, preocupate de tener una dieta equilibrada en casa para todos. Y esto se basa en:
    • Intentar que la dieta incluya todos los grupos alimentarios:

      • Lácteos. Mientras siga tomando pecho no precisa otros, pero puede tomarlos:
        • Leche artificial: Podría tomar leche adaptada hasta el año, a partir del año leche de vaca entera.
        • Yogur: Desde el momento que le llame la atención y haga por probarlo. Yogur natural (azucarado o no, no edulcorado).
        • Queso: Una vez que muestra interés por tomarlo puede hacerlo. Cualquier tipo de queso.
      • Cereales. Los mismos que tomas tú: Arroz cocido, harina de maiz, pastas, pan, galletas, bizcochos, migas, cuscús. Y si pueden ser integrales mejor.
      • Frutas. TODAS.
      • Verduras. Todas menos las de hoja verde antes del año. A partir del año además las de hoja verde.
      • Carnes. TODAS.
      • Pescados. Pescado blanco y pescado azul pequeño todo. Pescado azul grande y marisco a partir de los dos años y en poca cantidad hasta los 6-8 años.
      • Legumbres. Todas desde el momento que muestre interés por probarlas.
    • Si te preocupa la calidad consume todo lo que puedas en Alimentos Ecológicos.

    • Evita Conservantes y Colorantes.

    • Usa para cocinar sal y especias, pero en cantidad moderada.

    • Mejor si cocináis en casa que alimentos precocinados. Si recurres a precocinados mejor si son ecológicos, sin conservantes, sin colorantes y sin azúcar añadida.

    • Hacer que estos grupos estén presentes en el menú del bebé de forma equilibrada:

      • A diario debemos ofrecer: Lácteos, Cereales, Frutas y Verduras.
      • Unos días carne y otros pescado intentando que haya un equilibrio de casi mitad y mitad.
      • Legumbres entre 2 y 4 veces por semana.
      • Huevo y derivados un par de días por semana.
    • Respetar que el niño tome la cantidad que le apetezca y si toma cantidades pequeñas símplemente ofrecer más veces. Nunca pelees con tu hijo para que coma.

    • Plato único. Si ofrecemos de todo en cada comida los niños tienden a escoger siempre los mismos alimentos, los que prefieren. Para evitarlo:

      • Haz 5 comidas al día: Desayuno, media mañana, comida, merienda, cena.
      • En cada una de esas comidas ofrece un plato único. No hagas 1º, 2º y postre. La mayoría cuando haces eso pasan del 1º, picotean el 2º y se toman el postre.
      • Los horarios son flexibles. Si ofreces una toma y muestra poco interés o rechazo, simplemente retírala y ofrece de nuevo la misma comida un rato después. Algunos niños no hacen las 5 tomas, pueden hacer 3, o hacer 10…
    • Evitar en la dieta lo que la distorsiona:

      • Bebidas distintas del agua. Por lo general todas contienen azúcar. El azúcar regula el apetito. Si toman bebidas con azúcar comen menos. Ofrece sólo agua, ni siquiera zumos de frutas naturales.
      • Supuestos alimentos para niños. Por desgracia gran parte de los productos alimentarios que se crean para niños son sólo productos de consumo. Básicamente son productos muy ricos en azúcar, porque se sabe que a los niños les encanta (y a los adultos). Luego se pretende que aportan suplementos de «esto o aquello» para venderlos como «buenos para que el niño esté sano». Pero la realidad es que desplazan de la alimentación de los niños a otros alimentos mejores, empobreciendo la dieta. Mi consejo es claro: Compra comida sana para la familia. No compres nada específico para el niño. Los suplementos están indicados sólo cuando, a pesar de tener una dieta equilibrada, tiene una carencia concreta.
      • Evita lo que sabes que no es sano. No pretendo que tu hijo sea el único que no tome una chuchería, unos gusanitos, un poco de tarta, un helado o un dulce navideño… Pero no los compres. Que sea algo que llega de forma esporádica a su alimentación, no una constante. Si tú no los compras jamás siempre habrá en su entorno quien se lo ofrezca. Mientras sea algo excepcional (con excepcional me refiero a una vez a la semana o menos frecuente) no hay problema. Pero si hay quien entiende la relación con el niño sólo como ofrecerle lo que no debe comer o tú haces un hábito del consumo de estos productos, tenemos un problema.

Si eres capaz de aplicar todo lo que te he recomendado en este artículo, de verdad, no te preocupes por el menú correcto.

Los menús con cantidades exactas son falsos, agobiantes, imposibles de sostener en el tiempo y sobre todo INNECESARIOS.

Si de verdad un niño recibe una Dieta Variada y Equilibrada, ya se encarga su intestino de absorber más de lo que necesita y dejar pasar lo que le sobra en cada momento.

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Baby-led Weaning: Miedo al atragantamiento

Baby-led weaning, miedo al atragantamiento

El BLW es introducir los alimentos dejando que el bebé los pruebe al ritmo que le apetezca. Uno de los mayores miedos que tienen muchos es que se atragante.

BLW o Baby-led weaning es un término inglés que podemos traducir como «Alimentación Dirigida por el Bebé». Es como otras muchas tendencias una vuelta a lo que se hizo siempre abandonando cosas que durante años se han defendido como «lo correcto».

Durante los últimos 60 años se ha enseñado a los pediatras y nosotros hemos recomendado a los padres Listas de Introducción de la Alimentación en los Lactantes. Antes de esas listas cada familia hacía esa introducción de un modo algo diferente. Dependía fundamentalmente de lo que hubiera disponible y del interés que el bebé mostrase por probar.

En el momento que la Pediatría apareció como especialidad Reglada, empezó a Reglarlo todo.

Y ahora algunos estamos en la labor de A-rreglar lo que no debió Reglarse. El Baby-led weaning es parte de este proceso

Me explico. Una Lista del tipo: «A los x meses toca probar X alimento, con y meses toca Y alimento, con z meses toca Z alimento…» es un absurdo que:

  1. Destroza la iniciativa del bebé al querer probar alimentos nuevos. Ya que no se le permite hasta que cumple la norma.
  2. Genera ansiedad a los padres al tener que atenerse a esa norma. Les hace creer que saltársela puede perjudicar a su hijo, cuando no es así.
  3. Hace que padres y niños sigan una pauta que no tiene ninguna base científica. Es imposible que haya una fecha concreta que sea la correcta para introducir cierto alimento en Todos Los Niños.
  4. Empobrece la dieta: Hay mucha variedad de alimentos. Una lista o es breve o es inmanejable, por lo que necesariamente o no hay lista o describe una dieta pobre. Cuando por ejemplo se dice que hay que dejar x días entre la introducción de un alimento y el siguiente estamos enlenteciendo el proceso. Eso limita la variedad de alimentos que el bebé habrá tomado antes de volverse selectivo.

Porque los bebés se vuelve selectivos ¿o no lo sabías?

En la relación de los bebés con la comida podemos definir varias fases:

  1. Una primera en la que el bebé sólo muestra interés por la leche.
  2. Antes o después empieza a mostrar interés por la comida de los mayores. El bebé ya es capaz de tomar objetos en su mano y llevarlos a su boca. En esta fase que dura en torno a un año el niño tiene curiosidad por probar constantemente sabores y texturas diferentes. 
  3. Más tarde o más temprano, la precaución sustituye a la curiosidad. Poco a poco en su afán por experimentar acaba teniendo alguna mala experiencia: Alimentos que le sientan mal, cosas que tienen mal sabor, cosas que queman, pican o amargan… Y el bebé empieza a volverse selectivo rechazando cada vez más aquello que no conoce.
  4. Al final llegamos a una fase en la que se escogen los alimentos de forma consciente. Escogemos lo que nos gusta o sabemos que es mejor para nuestra alimentación. Unos se guían por lo primero y otros por lo segundo.

En este proceso la fase 2 es clave. Esa fase en la que la curiosidad manda.

Podemos comparar la alimentación con un abanico amplio que vamos abriendo en esa fase. Cada vez probamos y aceptamos más sabores y texturas.

Si entorpecemos o enlentecemos innecesariamente la iniciativa del bebé y los padres en esa fase, cuando acabe, tendremos un abanico poco abierto.

Será casi imposible abrir ese abanico más allá, al menos en la fase 3, que puede durar la mayor parte de la infancia.

¿Sabes de niños que ven una mijita de tomate en la comida y se niega a probarla si no eliminas todos los restos de esta verdura?

¿Conoces niños que se niegan a comer alimentos sin triturar hasta los 5-6 años o más?

¿En tu entorno hay niños a los que resulta imposible sacar de una dieta pobre que es lo mismo que tomaba de bebé, años después?

Son muchos los que vemos en la consulta. Acuden porque «comen mal», «están estreñidos», «se provocan el vómito si les das algo fuera de su dieta restringida», «rechazan probar cualquier cosa nueva»…

La causa en la mayoría es no haberles permitido comer lo que querían durante la fase en la que querían probarlo todo.

El miedo a que se atragante haciendo Baby-led weaning

¿Sabes cuál es uno de los mayores enemigos del niño en su desarrollo? El miedo de sus padres. Es inevitable. Nos da miedo la primera vez que come sólido, la primera vez que lo dejamos con alguien, la primera vez que camina… Y seguirá dándonos miedo cuando escoja pareja, cuando se vaya a vivir lejos, cuando decida cuál será su vida…

Ese miedo es nuestro. Y seguirá ahí. Es parte de ser madre o padre. Pero cuando nuestros miedos impiden que nuestro hijo se desarrolle, cuando nuestra precaución acaba siendo perjudicial para nuestro hijo… Es un error.

Hablando del atragantamiento

Desde que un niño tiene capacidad de tomar un objeto en su mano y llevárselo a la boca, existe el riesgo de que se atragante.

No depende de que tú decidas dejarle comer alimentos sin triturar o no. Acabará echándose a la boca cualquier cosa, alimento o no.

Acabará atragantándose. Antes o después.

Pero las posibilidades de que lo resuelva bien aumentan si el niño sabe manejar sólidos en su boca. Y se reducen si no sabe hacerlo.

La solución para que un niño no se ahogue en el mar si vive junto a la playa no es que no lo pise hasta los 25 años, sino que aprenda a nadar cuanto antes.

Del mismo modo, desde que un niño muestra su capacidad e interés por llevárselo todo a la boca, la solución es permitírselo para que aprenda a manejar esos sólidos sin ahogarse.

Premisas para hacer Baby-led weaning de forma segura

Pero igual que no le enseñamos a nadar abandonándolo 10 minutos a ver que pasa, no podemos dejarle sólo comiendo sólidos sin vigilancia.

Y del mismo modo que no le enseñas a nadar en alta mar, tampoco empezamos dándole picatostes o trocitos de ternera a la brasa.

Hay alimentos blando que se deshacen con facilidad y otros que no pueden deshacerse más que masticando un buen rato. Evidentemente hasta que no tenga dientes (más concretamente muelas) con los que masticar, no va a poder triturar alimentos duros. Lo que no quiere decir que no pueda tomarlos:

  1. Alimentos blandos. Si un alimento se deshace con facilidad con dos dedos y no tiene hebras que puedan quedarse a mitad de camino el bebé puede deshacerlos con facilidad con sus encías y lengua. Aunque no tenga dientes podemos dejarle que los tome manejándolos por sí mismo.
  2. Con Alimentos duros. Si un alimento no es fácil de deshacer con dos dedos, sólo puede deshacerse masticando un rato, no podemos ofrecerlo en trocitos hasta que tenga dientes con los que masticar. Pero sí puede ofrecerse en un trozo tan grande que no le quepa en la boca. De modo que podrá chuparlo, pero no comerlo. Poco a poco llegará a trocearlo por sí mismo, lo que significa que ya puede procesarlo en su boca.

¿Y si se atraganta haciendo Baby-led weaning?

Sea porque ha tomado algo que no debía, porque lo haga con el potito, con leche, con su propia mucosidad o haciendo BLW, si un niño se atraganta ponlo boca abajo. 

Me sigue asombrando ver a niños atragantándose, a veces con líquidos fáciles de eliminar, y a los que les rodean mirándoles agobiados sin saber qué hacer. Algunos les soplan, otros les sacuden… Lo que hay que hacer es ayudar al niño a expulsar lo que está ocupando la vía respiratoria. Y ahí la gravedad puede ayudar o entorpecer. Lo más básico es:

  • Si ves lo que le está atragantando y crees que puedes extraerlo de la boca con facilidad inténtalo.
  • Cuando no lo ves o es difícil de extraer ponlo boca abajo (para que la gravedad le ayude a salir) y dale palmadas en la espalda.

Esto es lo básico, básico, básico. Pero un consejo de pasada. ¿Te preocupan estos temas? Mi consejo es que hagas un curso de primeros auxilios y Reanimación Cardio Pulmonar Básica. Es uno de los tiempos «perdidos» que más puedes agradecer en algún momento de tu vida. Ojalá no haga falta. Pero si la hace, saber cómo actuar puede marcar la diferencia.

Preparándonos y usando el sentido común,

podemos acompañar a nuestro hijo en su desarrollo,

sin que nuestros miedos le limiten.

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Listas de Introducción de Alimentos para Bebés: Un Error

Listas de Introducción de Alimentos en bebés, Son un error y te cuento porqué.

Como Pediatra, me enseñaron una Lista de Introducción de Alimentos para Bebés que Ya No Uso. Te explico porqué creo que Es Un Error usarlas.

Cuando hice la especialidad de Pediatría en el Hospital San Cecilio de Granada, me explicaron una Lista de Introducción de Alimentos para Bebés que es la más extendida y recomendada por los pediatras.

En ese momento se decía que la alimentación complementaria comenzaba a los 4 meses con cereales sin gluten, dos semanas después fruta, dos semanas después verdura, dos semanas después carne….

Las Frutas eran Manzana, Naranja, Plátano y Pera.

Las Verduras Patata, Zanahoria, Judías verdes, Puerro y Apio.

Las Carnes Pollo, Ternera, Cordero y Cerdo…

Supuestamente esta Lista de Introducción de Alimentos para Bebés debía ser así para evitar la aparición de alergias e intolerancias alimentarias. Y facilitar el diagnóstico de la causa si aparecen.

Nos decían que los alimentos estaban ordenados de modo que ofrecemos más tarde los alimentos que pueden generar alergias o intolerancias con más frecuencia.

Esta Lista de Introducción de Alimentos para Bebés sigue siendo recomendada mayoritariamente. Pero yo no la uso ya. Soy un «converso».

Tal vez os preguntéis porqué ya no uso la Lista de Introducción de Alimentos para Bebés.

Pues porque genera problemas muy comunes en Alimentación Infantil.

Uno de los principales problemas hoy en día en Alimentación Infantil es Una Dieta Pobre. ¿Y qué tiene esto que ver con la Lista?

El problema es que esta Lista es Pobre. Como podéis ver incluye un número muy limitado de alimentos. 4-5 tipos de fruta o verdura es una muestra ridícula de la variedad real de la alimentación disponible.

Hay dos problemas fundamentales:

  1. No entender que el bebé pasa por fases y no podemos perderlas.
  2. No entender que establecer una pauta fija empeora la relación del niño con la comida.

Fases de Curiosidad y Precaución en Niños respecto a la comida.

Desde el momento en que un niño muestra interés por la comida de sus mayores intenta echar mano y llevarse la comida a su boca. Ante esa iniciativa tenemos dos opciones. Permitirlo o impedirlo.

Cuando establecemos una Lista de Introducción de Alimentos para Bebés y la respetamos negamos constantemente al niño la posibilidad de probar alimentos nuevos. Lo hacemos porque pide alimentos que no coinciden con la Pauta de «La Lista».

Como he comentado arriba, esta lista es pobre, tanto en variedad, como en sabores y texturas. Muy pobre comparada con una dieta completa. Pero además no tiene base científica alguna. No hay una razón para que la edad adecuada para introducir el pescado en la dieta sean los 7 meses, los 8 o los 15 meses y 4 días. Es imposible que exista algo así para todo alimento y válido para todo niño. Es absurdo. Pero actuamos como si no fuese así. Al dar las listas transmitimos a los padres que no atenerse a la cadencia de la Lista puede dañar la Salud de su Hijo. Y esto es totalmente falso.

Introducir alimentos que pueden generar alergia más tarde no sirve para evitar la aparición de alergias o reducir su intensidad. Todos los pediatras conocemos estudios que recomiendan hoy en día no retrasar la introducción del Gluten. Porque no solo no reducen la incidencia de alergia al gluten, sino que cuanto más tarde se introduce, más alergias.

Si unos padres se atienen a esta lista, que como explico no tiene ni pies ni cabeza científicamente hablando sólo pierden un tiempo precioso.

Un tiempo en el que el niño está dominado por la curiosidad. Esta fase suele durar hasta los 18-24 meses.

Es un periodo en el que los bebés quieren probarlo todo.

Tras esa fase llegará otra muy diferente en la que el niño se vuelve muy selectivo.

La Alimentación es un abanico que durante los primeros 18 meses el bebé abre con curiosidad incorporando sabores y texturas nuevas a su dieta conforme le llegan. Si se le permite.

Pero pasada esa fase se llega a una dominada por la precaución.

No es casualidad. Con los 18-24 meses el niño tiene ya capacidad de desplazarse y si sigue probando de todo es fácil que acabe intoxicado con productos venenosos.

Somos los descendientes de aquellos que aprenden a tomar sólo aquello que sus padres les permitieron comer antes de ser autónomos.

Si el abanico se abre mucho en la primera fase el niño tendrá una dieta variada el resto de su vida.

Si abrimos el abanico sólo un poco, el niño tendrá una dieta pobre durante al menos los primeros años de vida.

La Relación del Niño con la comida y La Lista

Pongamos un ejemplo, el pescado. No hay ninguna razón por la que el pescado pueda considerarse una fuente de proteínas peor que la carne. Es cierto que las alergias a pescados son más frecuentes que a la carne y que el pescado azul grande no es recomendable por el exceso de mercurio que contiene. Pero a excepción de los casos en que hay alergia y evitando esta variedad concreta, no hay razón alguna para que un bebé tome pescado a una edad concreta y menos aún para que lo haga antes o después que la carne.

En la lista que a mí me enseñaron cuando estudiaba para Pediatra me dijeron que el pescado blanco se iniciaba a los 9 meses. Un día antes sacrilegio, un día después sin problema….

¿Por qué es absurdo?

La cuestión es que la mayoría de los bebés antes de los 9 meses ven a sus padres comer pescado en muchas ocasiones. Si haces caso a la lista y no le dejas probarlo estás perdiendo ocasiones de que el bebé pruebe un alimento nuevo por iniciativa propia, cuando le apetece.

Esperamos y esperamos y por fin, a los 9 meses le ofrecemos el pescado. Y ese día no le apetece. Los bebés son así. Pero La Lista es «La Lista» y por lo menos tiene que probarlo.

Ahí estás tú, peleando para que pruebe un alimento que le has negado montones de veces en los meses previos. Y todo por atenerte a una lista si base alguna.

Lo que estás haciendo es cargarte la relación de tu hijo con la comida.

¿No hubiese sido mejor que lo hubiese probado cualquiera de esos días que tanto le apetecía? Por supuesto.

¿Qué podía haberle pasado por dárselo antes de los 9 meses? Nada que no pueda ocurrirle a los 9 meses. Si es alérgico le sentará mal, pero lo hará con 5 meses, con 9 meses o con 4 años.

Y esto lo hacemos con cada alimento para atenernos a una Lista totalmente arbitraria.

Luego nos quejaremos de que no hay forma de que tome alimentos nuevos, de que parece que no disfruta comiendo, de que no hay forma de que colabore en las comidas….

La Alternativa

Lo llaman BLW, Baby Led Weaning. O Introducción de la Alimentación Guiada por el Bebé. Es decir, con libertad para probar los alimentos en el momento que le apetezca. Son muy pocos los alimentos que no debemos ofrecer a un bebé antes de cierta edad. A saber:

  • Evita la leche entera, las verduras de hoja verde y la miel en menores de un año.
  • No des el pescado azul grande, el marisco y el huevo crudo en menores de dos años.
  • Huye de los frutos secos mientras te acuerdes de la última vez que se atragantó tu hijo.

Quitando esto el bebé puede probar cualquier alimento en el momento que muestre interés por hacerlo. Esa es tan buena fecha como cualquier otra.

Haciéndolo así es más fácil que el bebé tenga una dieta similar a la nuestra antes de volverse selectivo y la habrá descubierto disfrutando de cada nuevo alimento por iniciativa propia.

Tendrá una dieta variada y una buena relación con la comida.

Lo único que tú debes hacer es:

  • Anotar cuándo toma por primera vez cada alimento. Ya que saber cómo lo ha hecho facilita el diagnóstico de alergias o intolerancias si aparecen.
  • Observar si le sientan bien. Si aparecen erupciones en la piel, vómitos, diarrea, o molestias tras tomar por primera vez un alimento hay que estudiar si tiene alergia o intolerancia a él.
  • Intenta tener en casa una dieta sana y variada. Porque el niño acabará comiendo lo mismo que tú y si tú no comes sano el niño no lo hará.

Escoge la opción que te parezca mejor. Para mí no hay color.

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Mi bebé no quiere comer

Mi bebé no quiere comer más

Las causas más frecuentes por las que un bebe no quiere comer. Cómo saber si come lo suficiente o tiene algún problema.

Como pediatra y como padre sé que una de las principales preocupaciones cuando estás criando un bebé es que se alimente bien. Cuando un bebé no quiere comer suenan todas las alarmas. Sabes que es una necesidad básica y que si no se alimenta bien va a afectar a su salud, a su crecimiento…

En la consulta soléis expresarlo tal cual: «Mi bebé no quiere comer».

Si ya me conocéis sabréis que para mí lo útil son los matices. Que son los detalles que diferencian cada caso los que pueden llevarnos a soluciones concretas y útiles. Así que voy a ir desgranando las variantes que veo en esa frase.

La primera distinción importante es el tiempo. ¿Tienes la sensación de que tu bebé come poco o rechaza la comida desde siempre o es algo nuevo que ocurre hace poco tiempo?

Esta distinción es esencial, porque cuando es desde siempre es el resultado de un problema crónico o parte de su forma de ser, mientras que si ocurre desde hace poco es fruto de un problema nuevo o una variante normal en los seres vivos.

Vamos a tratar cada uno de los casos.

Mi bebé no quiere comer desde nunca

Hay problemas crónicos que pueden hacer que un niño sea mal comedor durante años. Voy a poner un ejemplo que me gusta: El niño que tuvo cólico.

Seguramente sabrás que el Cólico del Lactante es un tema que me encanta. Básicamente hablamos de él en bebés que durante los primeros meses de vida lloran de forma inconsolable sin que haya un problema identificado que lo justifique.

En mi experiencia eso no existe. Todo bebé que llora lo hace para comunicar que no estamos cubriendo adecuadamente sus necesidades o que tiene molestias.

En los primeros meses de vida el bebé debe adaptarse a un montón de cambios. Algunos los lleva mejor y otros peor. Entre los problemas que pueden causar esas molestias que llamamos cólico están alergias e intolerancias alimentarias, reflujo ácido y otras cuantas más.

Primer ejemplo, lo rechaza todo: el Reflujo Ácido

Cuando un bebé nace casi no produce ácido en su estómago. Pero va a ir aumentando esa producción en las primeras semanas de vida.

Esto lo notamos porque cuando al principio echa alguna bocanada de leche, sale tal cual, sin cortar. Pero llega un momento en que si echa sale cortada. Huele a agrio y vemos como líquido transparente con grumitos blancos. Eso es leche cortada por el ácido del estómago.

El problema viene cuando se produce demasiado. Si esto ocurre aparecen las molestias. Lo más típico es que un bebé que antes comía tranquilo empiece a interrumpir las tomas llorando de dolor y arqueándose hacia atrás una y otra vez. Una toma tras otra.

Hay veces en que estos bebés no echan bocanadas y a pesar de todo ganan peso. Si esto ocurre puede que el Reflujo no se diagnostique. Y sin tratamiento este problema puede prolongarse durante meses. Suele acabar revirtiendo por sí solo, pero a veces tras más de un año de molestias en cada comida.

Esto puede marcar la relación del niño con la comida durante años. Que cada vez que comes acabes con dolor es la mejor forma de generarte un rechazo por el alimento. Son niños que por ser catalogados como cólico no resolvieron un problema que ha prolongado su efecto durante mucho más de los «para los 3 meses dicen que se quita».

Segundo ejemplo: Rechaza la leche, acepta queso y yogur

Algo similar puede ocurrir en las intolerancias o alergia alimentarias, en las que la molestia aparece tras tomar el alimento que se tolera mal. El más típico en nuestro medio son los niños que rechazan la leche líquida, pero aceptan el yogur o el queso. ¿Cuál es el motivo? ¿Qué diferencia hay entre una forma y otra de lácteos?

Pues la Lactosa. Yogur y queso son lácteos fermentados. Esto significa que la lactosa ha sido transformada en ácido láctico por los gérmenes que hacen el yogur o el queso. Por tanto son alimentos en los que la lactosa es casi inexistente.

La lactosa es un azúcar que no podemos absorber sin romperla. Para hacerlo producimos un enzima en nuestro intestino, la lactasa.

Pero hay gente que no produce cantidad suficiente. El resultado es que cuando toman cantidades importantes de lactosa (leche líquida) no la absorben. Queda en el intestino, donde algunas bacterias la aprovechan para alimentarse y generan gases y algunas sustancias que irritan el intestino.

Entonces ocurre que cada vez que el niño toma leche líquida tiene molestias al poco rato. Una y otra vez. Acaba relacionando la leche líquida con dolor y llega un momento que la rechaza.

Tercer ejemplo: Poco interés y se enfada si le insisto pero no para

Este grupo es importante. De hecho es el más frecuente en la consulta.

Hay bebés cuyas madres dicen que come mal, pero que no tienen molestias como los casos anteriores. Son bebés que están alegres, sanos y muy activos. Pero llega la comida y la liamos…

Incluso muchas madres me hacen una descripción pormenorizada de las cantidades que toma en el día y objetivamente son escasas comparado con la mayoría de bebés de su edad o peso.

Pero ellos están bien. Son activos, no paran y a excepción de las comidas, en las que el niño se pone a la defensiva y no paramos de pelear, el bebé está contento y sin molestias.

¿Qué ocurre? Pues que hay un problema. Pero no es del bebé, es nuestro. Tenemos unas expectativas sobre la cantidad que debería comer que superan lo que él necesita. Y el problema es nuestro, no suyo. Porque si realmente no estuviese cubriendo sus necesidades sería imposible que estuviese bien, activo y sano.

Yo suelo decir en broma que hay niños «diesel de bajo consumo».

Lo malo es que ante eso hacemos cosas que sí generan problemas reales con la comida.

Los dos errores más frecuentes que cometemos en esta situación son:

  • Pelear con el niño para que coma un poco más. Hacer esto de forma habitual no va a hacer que el niño coma más. En la práctica lo único que logramos es que la comida sea una experiencia desagradable para él. Un día tras otro, durante años.
  • Escoger para ofrecerle al niño aquellos alimentos que sabemos que toma con más facilidad. Cuando lo hacemos estamos empobreciendo la dieta del niño.

Ambas reacciones por nuestra parte empeoran realmente la alimentación del niño y generan problemas reales por no entender que cada niño tiene sus propias necesidades.

Mi bebé no quiere comer desde hace x días

El apetito es algo que puede variar mucho de un día a otro. De hecho es algo que se afecta con facilidad en cuanto un niño no está bien.

Sea porque se sienta triste, porque esté muy entretenido o porque tenga alguna enfermedad, comer es una necesidad que puede evitarse.

Cuando un niño está enfermo es habitual que pierda las ganas de comer momentáneamente. Pero no es ninguna catástrofe. Es normal que en esta situación puedan perder algo de peso. Pero una vez curados se recuperan con mucha facilidad.

Primer ejemplo: Tiene diarrea y mi bebé no quiere comer

Cuando un niño sufre una infección de barriga el intestino intenta expulsarla moviéndose con más rapidez de lo normal. Esto hace que aparezca la diarrea.

Es normal que un niño con diarrea, a pesar de tener hambre no sea capaz de comer la cantidad de comida que suele tomar cuando está bien. Suelen comer más veces, pero cantidades pequeñas. La razón es que el intestino se mueve cuando se llega. Cuando tienen diarrea el movimiento es más intenso aún llenándolo muy poco. Con lo que en cuanto toman una cantidad pequeña aparecen los retortijones. El niño siente molestia y evita comer.

En realidad es lo que tiene que hacer, cuando el intestino está mal pierde capacidad para digerir los alimentos y sólo lo tolera si las cantidades son pequeñas.

Por lo que cuando hay diarrea lo recomendable es ofrecer alimentos y bebidas fraccionando las tomas. Muchas veces, cantidades pequeñas. El niño hace de forma instintiva lo adecuado.

Si en esa situación le forzamos a comer más a pesar de los retortijones suele acabar en expulsión en forma de vómito o diarrea.

Segundo ejemplo: Mi bebé no quiere comer cuando toma antibióticos

Esto suele hacerme gracia. Tengo otro artículo en el que hablo de cuándo es adecuado dar antibióticos y cuándo no a un niño.

Hay madres que suelen decirme que no les gusta darle el antibiótico al niño aunque sea necesario porque cuando lo toman no comen nada.

Algunos de estos medicamentos pueden afectar al apetito. Pero en la mayoría de los casos no es el antibiótico el causante de la falta de hambre: La razón real es que siempre que lo toma es porque está enfermo. Y es la propia enfermedad la que le hace comer menos.

Como en el caso anterior no te preocupes. En cuanto ceda la infección, lo que hará antes gracias al antibiótico, el niño volverá a comer más y recuperara lo perdido.

Tercer ejemplo: Mi bebé no quiere comer cuando tiene mocos

Otro comentario muy normal: «Desde que está con moco come poco.»

El moco está compuesto principalmente de glucoproteínas y mucopolisacáridos. Es decir, básicamente, azúcar y proteínas. ¡Alimenta mucho!

Si un niño tiene abundantes mocos y los está tragando todo el día es normal que tenga menos hambre. Alimentan mucho, Aunque como son reciclaje de recursos no podemos esperar que engorde precisamente tomando mocos. Pero como lo anterior, es pasajero.

En todos estos casos en los que un niño reduce claramente la cantidad de comida que toma la clave es buscar la causa que lo provoca y tratarlo. Para ello, acude a tu pediatra.

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Sal y especias en la comida de niños y bebés

Sal y especias en la comida de niños y bebés. Usarlas de forma sana.Sal y especias: Una de las razones por las que muchas familias hacen comida especial para sus bebés en lugar de darles la misma que comen todos.

Hasta yo lo he escrito: Sin especias y sin sal.

Pero….

Efectos perjudiciales de la sal y las especias en la salud de los bebés y niños

La sal en una dieta sana.

La sal es parte de todos nosotros. Es Cloruro Sódico. Cloro y sodio son junto al potasio los elementos salinos más importantes de nuestro organismo. Están en todos los líquidos de nuestro cuerpo. Así que los necesitamos.

Pueden perderse a través del sudor, la orina, las heces y las mucosidades que segregamos. Por lo que tenemos que reponer esa pérdida.

Pero no sólo están en nuestro cuerpo, sino en el de todos los seres vivos que constituyen nuestra alimentación. De modo que si no hay pérdidas importantes podemos obtener el sodio, el potasio y el cloro que necesitamos de los alimentos. Sin necesidad de añadirles sal.

Pero la sal nos gusta. De los sabores básicos, el dulce y el salado son los dos más llamativos y que más nos atraen. Lo que hace que mucha gente ingiera cantidades de sal añadida a la comida muy superiores a lo recomendable.

Cuando esto ocurre, el exceso de sal retiene líquido, especialmente fuera de las células, produciendo:
  • Deshidratación intracelular. La sal fundamental de las células es el potasio, la de los tejidos que las rodean el sodio. Cuando hay demasiado sodio atrae agua al exterior de las células dejándolas más secas de lo recomendable. Lo que dificulta su funcionamiento correcto.
  • Hipertensión. Uno de los sitios donde el sodio es la sal predominante es la sangre. Si hay mucho sodio aumenta el volumen de sangre que hay circulando lo que aumenta la tensión arterial. La hipertensión es llamada «asesino silencioso». Porque puede no dar síntomas llamativos, pero va deteriorando nuestro cuerpo hasta ser capaz de producir la muerte por infarto, hemorragia interna…
  • Sobrecarga de los riñones. Nuestros riñones son los encargados de mantener entre otras cosas un nivel de sales adecuado. Cuando hay mucha sal (sodio), tienen que eliminarla, lo que arrastra agua. Hacer esto de forma mantenida hace que tenga que trabajar a un ritmo muy superior al normal.

Así que está claro, mucha sal no es buena. Pero ni para el niño ni para nosotros. Lo primero que deberíamos pensar es «no añadir sal en la comida del bebé».

Pero lo ideal no es esto, sino usar la sal de forma razonable en la alimentación de toda la familia

Si en una familia cocinan con mucha sal, aunque al bebé no le añadan sal en su comida, acabará comiendo lo que los demás. Y al final tendrá una dieta con exceso de sal sufriendo sus consecuencias. Lo ideal no es que el bebé no la tenga en su comida, sino que la familia cocine con poca sal para siempre.

El problema añadido es que la restricción para evitar que salemos la comida del bebé hace que muchas familias cocinen a parte para él. Lo que no sólo es innecesario, sino contraproducente.

Uno de los objetivos en introducción de la alimentación complementaria es que acabe teniendo una dieta variada cuanto antes. Para lograrlo, lo mejor y más efectivo es que ofrezcamos al bebé nuestra misma comida al ritmo que le vaya apeteciendo. Con las únicas restricciones que estén realmente justificadas.

En el tema de la sal la clave buscando su salud no es que no la pruebe, sino que esté presente en su alimentación de forma razonable. Ahora y en el futuro. Es decir, que si en casa cocinamos de forma sana el bebé puede comer nuestra comida.

Especias y condimentos en la dieta del bebé

Pensemos en la típica carne con verduras para el bebé.

Muchos dirían que esto se prepara así:

Añades verduras (patata, zanahoria, calabaza, calabacín, judías verdes…) y carne.

Lo cueces todo al vapor.

Y ya cocido le añades un chorrito de aceite de oliva y lo trituras todo. ¡Ummmm!

¡Insulso!

No digo que no sea sanísimo.

Pero nosotros no comemos eso. Nosotros lo haríamos así:

Haces un sofrito con pimiento, tomate, ajo/cebolla.

Añades la carne parra que se sofría un poco.

Luego añadimos vino y unas hojitas de laurel, pimienta, tomillo… Dejamos que se rehogue hasta que el vino se consume.

Entonces añadimos agua y la verdura y lo dejamos cocer un buen rato.

¡Un estofado riquísimo!

Y no deja de ser sano.

En torno al año, uno de los problemas que muchos bebés tienen con la comida es que rechazan «su comida». Quieren comer «la nuestra». ¡Pues claro! ¡Tampoco tú quieres «su comida»!

Hacer una comida sin especias, cocinada de forma especial, mientras nosotros comemos diferente, es absurdo.

Las consecuencias son:
  • Doble trabajo. Tenemos que cocinar sin especias ni sal para él y condimentado para nosotros.
  • Peor relación del niño con la comida. Tiene una dieta menos variada, más pobre en texturas y sabores. Lo que puede hacer que en poco tiempo, cuando el bebé se vuelva selectivo, rechace cualquier novedad en la comida. Esto condena a muchos niños a tener una dieta pobre durante los 5-6 años siguientes.
  • Empeora nuestra relación con el niño. Tenemos que pelear con él para que no coma «lo nuestro» y coma «lo suyo».
  • Acabamos introduciendo alimentos peores que los que pretendíamos evitar. Por no darle de nuestra comida cocinada acabamos dándole muchos productos industriales «para niños». Estos productos en su mayoría incluyen colorantes, aditivos químicos y azúcar. Sustancias mucho más perjudiciales en la dieta del niño que unas especias o sal en cantidades razonables que podamos añadir a nuestra comida. Llegamos a esto porque el niño se aburre de una comida tan poco variada. Y ante su negativa a comer de nuevo el puré de verduras con carne al vapor, en lugar de darle nuestra comida de olla, mucho más sana. Y es que nadie hace publicidad de las bondades de un buen potaje o estofado y sí de los productos industriales hiperazucarados «para niños». Nos venden que estos productos aportan cosas importantes para su salud. Y naturalmente se olvidan de mencionar que para que al niño le guste añaden azúcar.

Si durante los primeros dos años no das al niño tu comida es fácil que acabe haciendo su paladar a comer otros alimentos mucho peores para su salud.

La clave no es evitar la sal y las especias en la dieta del bebé. Es usarlas de forma razonable en la dieta de toda la familia. Y si se hace así, no hay comida de mejor calidad para tu hijo que la tuya:

  1. Hecha de productos frescos que tú seleccionas por su calidad.
  2. Cocinada de forma que resulte sana, hoy con 6 meses y cuando tenga 16 años. Con una cantidad razonable de especias y sal.
  3. Más variada. Y en alimentación dieta sana = dieta variada.
  4. Sin elementos añadidos sin ninguna justificación nutricional (azúcar, colorantes, conservantes…).
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Alimentación tradicional contra sobrepeso en niños

Alimentación Tradicional

Sobrepeso en niños: ¡Vuelve a la alimentación tradicional y no te arrepentirás! Observarás que en los países dónde no ha llegado la civilización occidental, apenas hay niños con sobrepeso. Tampoco los teníamos aquí antes de iniciar la era híper-industrial.

  • ¿Cómo era la alimentación tradicional antes de la era híper-industrial?
  • ¿Disponemos de alimentos adecuados en la actualidad?
  • Cuáles son las características de las «enfermedades de la civilización occidental en los niños»
  • ¿Cómo nos alimentamos en la era híper-industrial?
  • Nutrientes que nos conducen a las «enfermedades de la civilización occidental»
  • ¿Cómo podemos alimentarnos actualmente para controlar el peso y ser fieles a nuestro nicho ecológico?

¿Cómo era la alimentación tradicional antes de la era híper-industrial?

Hace años en nuestro entorno mediterráneo, los alimentos que consumíamos habitualmente tenían una procedencia cercana, de muy pocos kilómetros a la redonda, ya que las comunicaciones eran escasas y lentas.

Los alimentos frescos y perecederos no podían ser trasladados, ya que fermentaban y se estropeaban. Solo los alimentos artesanales, debidamente procesados para su conservación, llegaban a las tiendas que entonces se llamaban de Ultramarinos.

Comprando verduras en el mercado tradiconalPor tanto, la mayoría de los alimentos consumidos en la alimentación tradicional procedían de productores locales y solo durante periodos de «temporada». Cuando se terminaba la temporada de un producto, se iniciaba la temporada de otros productos.

Sobre todo en el invierno y a principios de primavera había escasez de alimentos, debido a la climatología hostil. A menudo era época de ayuno obligado y a veces institucionalizado como la «cuaresma» de los países cristianos.

En esa época, había muchas ocasiones en las que se pasaba hambre y la población estaba desabastecida frecuentemente. La escasa alimentación y la escasa higiene, propiciaba el desarrollo de enfermedades carenciales, deficitarias de determinados nutrientes, que favorecían el desarrollo de las enfermedades infecciosas.

En nuestro país, según la zona podían predominar unos alimentos sobre otros, pero en general, la alimentación estaba basada en el modelo que hemos llamado «Dieta Mediterránea Tradicional», cuyas características principales consistían en el consumo de alimentos frescos y perecederos de origen vegetal, como frutas, verduras, hortalizas y setas.

A los que se sumaban los alimentos vegetales desecados, que permitían su conservación durante un periodo largo de tiempo, pero que se mantenían «vivos», con todas sus propiedades y con la capacidad de germinar, como los granos de cereales, las legumbres, los tubérculos, las semillas, los frutos secos, las frutas desecadas y finalmente las aceitunas, de las que se extraía el aceite de oliva.

Con estos alimentos se elaboraba el pan, las ensaladas, los gazpachos, los potajes y guisos a los que ocasionalmente se añadían pequeñas porciones de alimentos de origen animal a modo de condimento, debido a su alto precio y a la dificultad para conseguirlos.

El consumo de alimentos de origen animal en la alimentación tradicional era escaso y quedaba reservado para celebraciones y agasajos. Únicamente en las comarcas costeras habría un consumo moderado de productos del mar.

Los alimentos artesanales que tenían la propiedad de mantenerse comestibles durante un periodo más largo de tiempo, se reservaban para los periodos invernales.

Es importante que os quedéis con estas tres cualidades de la Alimentación Tradicional Mediterránea:

  • Predominio de alimentos de origen vegetal: Productos vegetales frescos, perecederos, y de temporada.
  • Limitación de alimentos de origen animal, usados ocasionalmente como «condimento» para guisos y cocidos.
  • Reserva de los alimentos artesanales e industriales para los periodos de escasez.

¿Disponemos de alimentos adecuados en la actualidad?

Actualmente no tenemos problemas de abastecimiento en la mayoría de nuestros hogares. No se presentan temporadas de hambruna como sucedía antaño, y los recursos sociales se encargan de proveer alimentos a las familias más necesitadas.

Los medios de transporte nos traen alimentos frescos y perecederos de buena calidad, habiendo aumentado enormemente la variedad de alimentos de los que disponemos y que antaño no se conocían.

Vienen de sitios a veces muy alejados de nuestra residencia y disponemos de ellos no solo durante el periodo de temporada, sino que podemos adquirirlos durante todos los días del año, al ser de procedencia geográfica lejana con otro ciclo climático.

Mercado de Alimentación TradicionalLa lista para elegir  alimentos saludables ha aumentado exponencialmente.  Hace aproximadamente 50-60 años, habría menos de 50 productos en los mercados tradicionales en los mejores momentos de temporada.

El porcentaje de gasto de las familias en alimentarse ha disminuido considerablemente; antes se trabajaba para poder comer cada día, actualmente se pueden hacer muchas más cosas.

Estamos en una situación optima, para que tu familia y tus hijos se alimenten adecuadamente, y para mantenerles en un magnífico estado de salud ….. y sin embargo nos hemos encontrado de repente con un elevado número de enfermedades que antes eran inusuales y que hemos denominado «enfermedades de la civilización occidental».

Cuáles son las características de las «enfermedades de la civilización occidental» en los niños:

  • Hay un acumulo excesivo de grasa corporal en toda la población, que no sabe como desprenderse de ella y que conduce hacia el sobrepeso y la obesidad.
  • Hay un exceso de afecciones y molestias respiratorias que ocasionan dificultad respiratoria, toses irritativas frecuentes y a veces fatiga por broncoespasmo, que van configurando el asma infantil.
  • Hay una tendencia hacia la piel seca, áspera y pruriginosa, que va conformando la dermatitis atópica.
  • Hay cada vez más niños con enfermedades reactivas frente a pólenes, epitelios de animales, hongos, polvo doméstico, etc., que condicionan la rino-conjuntivitis y el asma alérgico.
  • Hay cada vez más problemas con determinados alimentos, que conducen a intolerancias alimenticias.
  • Ha aumentado la reactividad clínica frente a las enfermedades víricas, de modo que los catarros se repiten y aumentan de intensidad, convirtiendo la experiencia de la guardería en un verdadero suplicio para los padres y el niño.
  • Hay una mayor susceptibilidad a las complicaciones bacterianas, repitiéndose procesos como las faringo-amigdalitis, otitis y rino-sinusitis, que a menudo llevan aparejados un excesivo tratamiento con medicamentos.
  • Hay un exceso de formación de tejido linfoide, que origina el agrandamiento de amígdalas y vegetaciones, que finalmente tienen que ser operadas, porque conducen a la obstrucción nasal persistente e incluso a no poder tragar los alimentos.
  • Hay muchas dificultades digestivas frecuentes, que van en aumento, como las regurgitaciones, los vómitos, los dolores de barriga, el estreñimiento, las hemorroides, etc.
  • Es frecuente la inapetencia infantil, con el extraño rechazo de los niños sanos a la comida habitual, que hace pensar en un estado de empacho persistente.
  • El dolor de cabeza recurrente, el dolor de extremidades y otras muchas molestias que podríamos añadir y que debido a su mayor incidencia desde que nos hemos incorporado al desarrollo industrial, van delimitando las patologías que hemos llamado «enfermedades de la civilización occidental».

 ¿Cómo nos alimentamos en la era híper-industrial? ¿Qué está sucediendo? ¿Cuál es el modelo actual?

Hemos modificado el modelo de alimentación tradicional casi sin darnos cuenta. De la noche a la mañana estamos cambiando los hábitos y las conductas en torno a la alimentación

  • Hemos dejado de ir al mercado y a la tienda de la esquina; ahora vamos al híper-mercado.
  • Hemos dejado de tomar alimentos frescos, locales y perecederos; ahora tomamos alimentos procesados.
  • Hemos dejado de comprar alimentos a diario, ahora los compramos una vez a la semana o más.
  • Hemos dejado de cocinar y preparar los alimentos; ahora nos dan las comidas pre-cocinadas.
  • Hemos dejado de comer en familia; ahora se come en el colegio, en el trabajo, en el bar de enfrente.
  • Hemos roto el vínculo social de la comida, con los padres, los hermanos, y los abuelos; ahora comemos solos o con los compañeros de trabajo.

Todos estos cambios van conformando una nueva manera de alimentarse y de nutrirse.

¡No son los mismos nutrientes!

¡Son los nutrientes de la era híper-industrial!

Nutrientes que nos conducen a las «enfermedades de la civilización occidental»

Por si no te has dado cuenta, vamos a repasar cuales son algunas de estas diferencias:

  • Antes se bebía agua fresca, actualmente se consumen multitud de bebidas azucaradas.
  • Antes se tomaba pan «entero» o integral y actualmente se toma pan blanco o refinado.
  • Antes se tomaba fruta como postre, ahora el postre se relaciona con dulces, helados y pasteles.
  • Antes se consumían muchos alimentos de origen vegetal, como frutas, verduras, hortalizas, legumbres, setas, etc. Actualmente se ha reducido enormemente su consumo.

Alimentación industrial

  • Antes se tomaban pocas grasas y proteínas de origen animal. Actualmente se consumen proteínas hasta cuatro veces las recomendaciones de las Agencias de Salud Internacionales.
  • Antes apenas se consumían aditivos y productos conservantes. Ahora se nos acumulan y nos salen por las orejas.
  • Antes se tomaban ocasionalmente productos artesanales o industriales. Actualmente se consumen infinidad de productos elaborados y modificados por la industria.

¿Cómo podemos alimentarnos correctamente para controlar el peso y ser fieles a nuestro nicho ecológico? Alimentación Tradicional

Para que tú y tus hijos os escapéis de las garras industriales, por motivos fundamentalmente economicistas, es necesario que tengáis una fuerte convicción.

¡Tenemos que armarnos ideológicamente!

Somos seres humanos y nuestra alimentación tiene un modelo patrón, está pre-diseñada. No podemos comer de» todo». Tenemos un nicho ecológico, como todos los seres vivientes.

Comer de acuerdo a nuestro nicho ecológico es también respetar el nicho de los demás seres vivientes. Podemos convivir juntos en el Planeta y el conocimiento de nuestras necesidades y la de los demás seres vivientes nos llevará al equilibrio de las especies. La destrucción de los demás nichos ecológicos, es también el inicio de nuestra propia destrucción.

Nuestra alimentación tiene un modelo Patrón. Es el modelo tradicional.

En nuestro entorno estamos hablando de la Alimentación Tradicional Mediterránea.

No debemos dejar que nos confundan, que nos conviertan en clientes, que nos adoctrinen, que nos sometan, que nos engañen, que nos enfermen.

¡Tenemos que ser como arboles enhiestos plantados junto a una fuente!

Tenemos que tener un estandarte, una bandera, un escudo y una misión por la que luchar. Debemos tener claros nuestros principios. Tenemos que resistir a la sociedad del consumo ilimitado y «sinsentido».

En la próxima entrada os presentaremos un estudio de investigación que hemos realizado en niños con sobrepeso y obesidad a los que «únicamente» les hemos propuesto que sigan la Dieta Mediterránea Tradicional.

Alcanzar la Salud a través de Alimentación Tradicional

Sin contaje de calorías, sin modificación de la actividad física, con una dieta familiar e intuitiva.

Los resultados han sido muy satisfactorios.

Solamente ha sido necesario ser tercamente afín a la Dieta Mediterránea Tradicional y resistente a las manipulaciones del mercado.

No es fácil, es muy difícil debido a la presión que ejercen el marketing y la publicidad, pero es muy ilusionante su consecución porque nos conduce a un Estado de Salud, y a lo «Lo que tiene sentido».

Fernando Calatayud, Pediatra Nutricional

Autor: Fernando Calatayud Sáez

Pediatría Nutricional en Ciudad Real.

Trabajo codo con codo con una nutricionista, mi hija: Blanca Calatayud Moscoso del Prado.

Pediatría Nutricional

Estamos estudiando la relación entre las enfermedades infantiles y el abandono de la Dieta Mediterránea Tradicional.

Nunca la Pediatría y la Nutrición estuvieron tan cerca.

Autor de la web y del blog: pediatríanutricional.com,

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Crianza Respetuosa no es lo mismo que Crianza Natural

Crianza Respetuosa

Crianza Respetuosa y Crianza Natural o con Apego se usan muchas veces como términos equivalentes. Te explico una diferencia que puede marcar vuestra vida.

Se acerca el día de la Madre y voy a centrarme en Vosotras en este artículo. Permitídmelo desde la limitación de ser hombre y ver vuestra esencia desde fuera. Pero quisiera hacerlo porque en mi día a día como pediatra trabajo con vosotras y cuando no disfrutáis de la Crianza me contáis vuestras razones, cómo estáis viviendo esta experiencia que todo el mundo describe de forma bucólica, pero puede ser muy dura en el día a día.

En los últimos años han surgido formas diferentes de explicar la Crianza. ¡Menos mal! Porque estábamos haciendo demasiadas cosas absurdas.

Aquí permitidme un poco de Historia para contextualizar la situación actual de la Crianza.

Hace unos 100 años la mayoría de las mujeres no había estudiado. Se formaron en sus casas aprendiendo a hacer las labores domésticas. Se las preparaba para ser amas de casa y se hacía en la escuela más práctica posible…. La propia casa.

Aquella mujer que mostraba interés por hacer algo más allá de ese campo lo tenía crudo… Salvo contadas excepciones que habían tenido la suerte de nacer en familias con mentalidades algo más abiertas la vida de cualquier mujer era:

Nacer. Crecer hasta el momento en que podía empezar a ayudar en las tareas de la casa. Iba haciendo cada vez más de esas tareas hasta el día que contraía matrimonio. Pasaba entonces a ser ama de «su propia casa» y a tener sus propios hijos y se ocupa del hogar, marido e hijos el resto de su vida.

Ojo, no desprecio en absoluto a estas mujeres. Mi madre es una de ellas y es UNA GRAN MUJER. En nada la considero inferior a otras que hayan tenido relevancia en Política, Arte, Ciencia o cualquier campo profesional. Pero… No era justo. Mi madre quiso estudiar y no le dejaron. Estaba capacitada para haber hecho muchas más cosas de las que le permitieron hacer.

Que el sexo determine lo que puede o no puede ser tu vida no es justo. Que el sexo determine tu puesto en la sociedad no es justo. Que nacer hombre o mujer limite lo que puedes hacer como persona NO ES JUSTO.

Hay cosas inevitables. Los hombres no podemos gestar, «no podemos hacer dos cosas a la vez», «no podemos…» Entrecomillo porque es broma.

Pero más allá de lo que implica la propia biología, durante milenios ha habido limitaciones culturales a lo que se permitía hacer o no hacer a la mujer por el simple hecho de serlo.

Hace poco más de 100 años comenzó el movimiento de Emancipación de la Mujer. Un movimiento que reclama simple y llanamente que el sexo no determine limitaciones sociales.

Este movimiento ha ido tomando fuerza en la mayoría de los países siendo de hecho uno de los pilares de su desarrollo.

Parte de ese desarrollo ha sido la especialización. Han ido surgiendo especialistas en cada vez más campos. Uno fue la Pediatría.

Cuando la Pediatría apareció como Especialidad Médica tuvo que ganarse su prestigio. En esa época el prestigio Científico consistía en aplicar Matemáticas a todo. Conste que no tengo nada en contra de las Matemáticas. Fueron mi asignatura preferida durante muchos años.

Pero no conocemos todavía lo suficiente de los seres vivos para reducirlos a cifras.

Empezó entonces una etapa en la que la Crianza se protocolizó. Se establecieron formas «correctas» de hacer las cosas y se criticaba de forma muy activa a quien no las aplicaba. Hasta el punto de considerar padres y madres incompetentes a quienes no cumplieran esas normas de crianza.

Lo primero que se empezó a enseñar a las mujeres es a ser madres «de la forma correcta».

Como todo, esa forma «correcta» de crianza tenía mucho de trasfondo político y de decisiones de base nada científica. Pero se revestían de un halo de ciencia fácil de sostener en una sociedad en la que la mayoría de la población era analfabeta o casi. El «Experto» hablaba desde su púlpito y los demás sólo podían escuchar. La crítica era «arrogancia desde la ignorancia».

Surge la Crianza con Apego o Crianza Natural

Tras esa etapa en la que los niños se criaban en una lucha constante para que:

  • Coma una cantidad determinada cada ciertas horas.
  • Duerma unas horas determinadas al día con un patrón fijo.
  • Y hasta haga las caquitas en color, cantidad, frecuencia y consistencia predeterminada….

Porque lo demás se toma como signo de que no estás haciendo algo bien…

Hace unos 50 años alguna gente empieza a revelarse contra la simplificación matemática. Empezamos a darnos cuenta de que los seres vivos somos demasiado complejos para reducirnos a matemáticas simples. Tal vez un día conozcamos tanto de los seres vivos y tengamos una capacidad de cálculo tal que seamos capaces de entendernos realmente y hacer modelos matemáticos que funcionen. Pero no hemos llegado a eso ni de lejos. Y las reglas simplistas que se han usado durante décadas en Crianza no son más que simplificaciones absurdas.

No surgían de la ignorancia ni muchos menos. Tenían su intencionalidad. No buena para quienes la sufrían precisamente. Pero no entraré en eso ahora por no perdernos.

La cuestión es que aparecieron tendencias nuevas que buscaban recuperar algo que se estaba perdiendo:

  • La comprensión de que los seres vivos tenemos nuestros mecanismos adaptativos porque nos desarrollamos en ambientes cambiantes. Y que esos mecanismos son muy eficientes. Tanto que permitieron durante millones de años sobrevivir a esos seres vivos antes de que nadie definiese «pautas correctas». La Crianza Natural busca entender esos mecanismos adaptativos para que comprendamos mejor a nuestros hijos y sepamos porqué actúan como lo hacen y cómo ayudarles en su adaptación en lugar de entorpecerla.
  • La recuperación de algo esencial: El Vínculo Afectivo entre el niño y sus padres. Con la Crianza «protocolizada» se había transformado a los padres en una especie de obreros de una cadena de producción en la que su hijo era el producto. Y uno no se vincula afectivamente con el producto. Pero los seres humanos tenemos un plano esencial que es nuestra afectividad, que estaba siendo ignorado. Para responder a eso surge la Crianza con Apego. La defensa de que vincularte afectivamente con tu hijo no le perjudica como decía la Crianza Protocolizada porque lo hacía más débil y dependiente, sino que forma unos cimientos sólidos para su personalidad que son imprescindibles.

Las comparto ambas. Plenamente. Y de hecho la mayoría de mis artículos van dirigidos a respaldar ambas teorías, a que conozcas mejor a tu hijo y sus necesidades y a que refuerces el vínculo afectivo con él.

Cuando escribo un artículo me planteo siempre:

  • Cómo ver este problema desde la óptica del niño.
  • Cómo responde él a este cambio desde sus mecanismos de adaptación.
  • Qué hacemos nosotros que ayude o que entorpezca a estos mecanismos.
  • Cómo influyen nuestras acciones en este caso al Vínculo Afectivo con nuestro hijo.

¿Y qué es entonces la Crianza Respetuosa?

Pues muchos dirían que es otra forma de llamar a la Crianza Natural o con Apego. Yo no.

Como toda teoría, cuando se va desarrollando, van apareciendo situaciones reales que desde el planteamiento teórico no se veían y surgen entonces los matices.

¿Qué es lo que me hace pensar a mí que algo falla en la forma en la que hemos defendido la Crianza con Apego o Natural y hace necesarias matizaciones importantes?

  • Que veo a diario mujeres convencidas de la Crianza con Apego o Natural y no disfrutan de su Maternidad.
  • Mujeres que se sienten frustradas y además no se atreven ni a confesarlo porque se sienten culpables de hacerlo.
  • Mujeres físicamente destrozadas por hacer la Crianza de un modo que están convencidas que es lo mejor para su hijo.
  • Que en los grupos de crianza, cuando una mujer deja de dar el pecho o vuelve a trabajar y escolariza a su hijo deje de acudir por sentirse juzgada y excluida.
  • Que hagamos un planteamiento de la Crianza que entra en conflicto directo con la realización personal de muchas mujeres.
  • Que no hablemos de todo esto por miedo a ser criticados….

¿Cuál es la razón que justifica a mi entender todo esto?

Que hemos dejado de lado a la otra parte esencial de la ecuación: La Madre.

No hay Crianza Natural sin la Madre.

No hay Crianza con Apego sin la Madre.

Pero hemos centrado tanto la atención en las necesidades del bebé que hemos olvidado que la Madre por serlo no deja de ser una Persona con sus Legítimas Necesidades también.

Olvidar o no respetar esas necesidades rompe el equilibrio en el que se se basa la Crianza.

Es imposible que un bebé, con el que formamos un fuerte Vínculo Afectivo, esté bien si su Madre no lo está.

Y es difícil que su madre esté bien si se le plantea que ser Madre significa:

  • No descansar. 
  • No tener un segundo para ella.
  • No tener aspiraciones de realización personal o profesional más allá de la maternidad.

El problema es que hemos simplificado la Crianza Natural y hemos mitificado ciertos elementos como si fuesen lo esencial:

  • Lactancia materna.
  • Colecho.
  • Escolarización tardía.

Uno por uno:

Lactancia Materna en Crianza

  1. Es la mejor opción de alimentación para un bebé en composición. Previene alergias,mejora la capacidad defensiva del bebé, reduce la incidencia de obesidad, diabetes….
  2. Refuerza el Vínculo Afectivo.
  3. Es la opción más cómoda, barata y placentera para el niño y para la madre… Cuando funciona.

Pero ¿Y cuando no funciona? ¿Qué pasa cuando pese a corregir los errores más comunes que dificultan una lactancia efectiva no funciona?

No entiendo por no funcionar sólo que el bebé no esté bien alimentado. Sino también cuando cuando lo hace a costa de que la Madre esté en unas condiciones deplorables.

Hay situaciones en las que la lactancia va tan mal que supone que toda la experiencia de Maternidad se focalice única y exclusivamente en el Pecho.

Esto afecta al Vínculo Afectivo de forma muy negativa. Son muchas las Madres que consiguen mantener la lactancia exclusiva, pero a costa de un agotamiento extremo o de acercarse al pecho a su hijo con más miedo y dolor que placer.

Sé que en muchos casos esto se debe a problemas solucionables: a un frenillo o un mal agarre que son corregibles; a una colonización por gérmenes inadecuados; a una mala pauta de alimentación del bebé…

Pero en ocasiones, arreglando todo lo que se puede arreglar es lo que hay, aunque sea de forma transitoria.

En esta situación ser flexibles y aceptar que puede ser necesaria una sumplementación transitoria o incluso la eliminación de la lactancia, puede marcar la diferencia en la vida de toda la familia. Y a veces somos demasiado radicales. Nos centramos en el mantenimiento de la lactancia materna exclusiva como objetivo en si mismo.

Siendo importante, la lactancia materna es un instrumento. Es posible la Crianza Natural y con Apego sin Lactancia Materna. Y una Crianza sin Lactancia Materna no es un fracaso, es una opción. Respetemos las circunstancias de cada familia y no hagamos sentir culpable a ninguna Madre por no dar el Pecho. Un signo de que lo hemos logrado es que siga compartiendo su experiencia en un grupo de Crianza sin sentirse juzgada.

El Colecho en la Crianza

Desde la Crianza Natural y con Apego se defienden las virtudes del Colecho.

Llamamos Colecho a la práctica de que los niños duerman con los padres en la misma cama.

Se defiende porque es lo que siempre se ha hecho. Porque cubre una necesidad biológica del bebé. La de sentirse seguro. Esa seguridad es un cimiento firme para la personalidad en el futuro.

Simplificando: Los bebés que permitían que su padres se alejasen de ellos eran devorados por los depredadores. Somos los descendientes de los bebés que lloraban cuando sus padres se alejaban de ellos. Son muchos millones de años de evolución para cambiarlo así porque sí.

Pero…. Y volvemos a los «peros». ¿Qué ocurre cuando haciendo Colecho los padres no descansan bien? Habrá quien diga que es lo que toca. Que para el bebé es una necesidad biológica y que los padres son adultos y deben sacrificarse…

Pero eso es no entender el resultado real.

Claro que tener un bebé implica pasar más de una mala noche. Pero si los padres no descansan sistemáticamente su humor se acaba resintiendo.

Por mucha buena voluntad que se le quiera echar, una Madre también es un ser vivo que necesita descansar.

Y su bienestar es esencial para un bebé que tiene un Vínculo Afectivo fuerte con su Madre.

A veces el bienestar del bebé pasa por que aprenda a dormir de forma que permita el descanso de su Madre.

Evidentemente esto puede conseguirse de formas más respetuosas para el bebé que dejarlo llorar en la cuna (que dicho sea de paso no es una opción aceptable para el Vínculo Afectivo y es una opción muy poco imaginativa).

Pero es que hay opciones para lograrlo de forma respetuosa. Volvemos a la necesidad de forzar nuestra imaginación para alcanzar equilibrios que respeten a todos los implicados y sus necesidades legítimas.

Escolarización tardía en la Crianza

Desde la Crianza Natural o con Apego se defiende que en los primeros 3 años de vida el niño es muy dependiente de la seguridad que le confiere el contacto constante con una figura de referencia que le da seguridad: La Madre.

Algunos plantean la escolarización antes de esa edad como una especie de crimen. Se habla de conciliación familiar. De lo corta que es la baja maternal y lo incompatible que es con una Crianza decente. Y es cierto, 16 semanas es penoso, patético. Pero…

Pongámonos en contexto. ¿Qué significa para una Madre dedicarse en exclusiva a la Crianza durante esos 3 primeros años de vida en el mundo real?

Hay Madres para las que el planteamiento de nuestras abuelas puede ser válido: Dedicar su vida a la crianza de sus hijos sin una proyección profesional fuera de ese aspecto.

Pero no es lo normal. Lo normal hoy en día es que una mujer sea una persona con muchos planos de desarrollo. Uno de los cuales es el profesional. Y seamos realistas, no es sencillo. El mundo es muy competitivo y en la práctica muchas mujeres ven la maternidad como una disyuntiva. Es difícil escoger el momento adecuado.

¿Qué significa para una mujer que ha luchado durante muchos años para alcanzar un determinado nivel profesional dejarlo todo durante 3 años?

¿Y si no es un sólo hijo, sino 2 ó 3? ¿5-6 años fuera del mundo laboral? A la velocidad que evolucionan hoy en día las cosas esto significa quedar excluida del mundo laboral. A veces definitivamente.

Algunas personas tienen una situación económica desahogada o una profesión que puede ejercerse desde casa sin horarios fijos. Pero esto es un porcentaje mínimo de la población.

¿De verdad creemos que lo mejor para un bebé es que su madre sacrifique toda motivación profesional a una presencia constante?

Incluso en el caso de mi madre que sí lo hizo… Yo soy el 3º de 7 hermanos. Jamás disfrute de ese supuesto contacto constante y acceso ilimitado a mi madre. Ni lo necesité.

No convirtamos a los niños en una especie de altar de los sacrificios donde debes inmolarlo todo. Porque tu hijo no lo necesita y si lo haces estarás haciéndole soportar una carga que no ha pedido y empobreciendo la Persona que puedes ofrecerle.

Date a él. No te sacrifiques a él. Lo importante no es la cantidad de tiempo que pasas con tu hijo. Sino lo que puedes ofrecerle en él. Y eso depende de que como Persona no te mutiles sin sentido.

Una escuela infantil no es una especie de campo de concentración para bebés en el que se le deja llorar sin atenderlo. Son centros en su mayoría preparados para aportar cosas positivas a los niños. Incluso muchas que tú no puedes o sabes darle.

Si para hacer compatibles dos planos de tu vida, el Profesional y la Maternidad tu hijo debe ir a la guardería, no es una catástrofe insalvable, sino una forma de buscar un equilibrio necesario.

En un mundo ideal tendríamos muchas vidas para que hubiese tiempo para todo. Pero el día tiene 24 horas y hay que repartirlas.

Quien lo plantea como una disyuntiva en plan: «Tú sabrás si para ti lo importante es tu hijo o tu trabajo» sólo tiene a mi entender dos interpretaciones:

  • Es un ignorante y no entiende que mutilar tu desarrollo profesional va a dañar el bienestar de tu hijo.
  • Es un manipulador cuyo mensaje real es «el sitio de la mujer está en la casa con los hijos». Pero no tiene el valor de decirlo tal cual y aprovecha para atacarte en lo que sabe que te hace más vulnerable.

El primero es un ignorante, el segundo un miserable.

Crianza Respetuosa

Los niños son seres vivos, con sus necesidades y sus propios mecanismos de adaptación. La Crianza puede hacerse respetando lo que el bebé es y necesita.

Pero los padres también tienen sus necesidades legítimas y sus limitaciones. Como el niño vamos creciendo con él y nos enfrentamos a situaciones nuevas a las que respondemos según lo que somos.

Tu hijo no necesita que lo sacrifiques todo para su bienestar. Porque si lo sacrificas todo ¿qué le puedes ofrecer?

Para tu hijo, más importante que si das pecho, mucho más que dónde duerme, más que tenerte constantemente a su lado, lo es que estés bien con él.

Lo esencial en la Crianza es el Vínculo que une a Padres e Hijo.

La Crianza Respetuosa se basa en entender al bebé y sus necesidades. Conocer cuáles son las mejores opciones innatas, lactancia, colecho, contacto… Y buscar un equilibrio que permita cubrir esas necesidades que aúne el bienestar de todos. Esas opciones existen, y se basan en matices que son esenciales, en opciones que dependen de las circunstancias. Y sobre todo en dejar de crear sentimientos de culpa en las madres porque no se adapten a una versión «perfecta» y «bucólica» de la Maternidad imposible de alcanzar en el mundo real.

Entender esto puede marcar tu vida y la de su hijo.

Es lo que intento transmitirte en mi libro:

Compra el libro Crianza Respetuosa de Jesús Garrido

Espero que os ayude.

 

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Cantidad de comida en niños

Cantidad de comida que debe tomar un bebé

¿Qué cantidad de comida debe comer un niño para estar seguros de que se alimenta adecuadamente? Ideas claras para evitar problemas con la comida.

La relación de los niños con la comida es un quebradero de cabeza importante en multitud de familias.

Pero tengo que decir que en muchos casos es más problema de los padres que de los niños. Y porqué no decirlo, de la forma en que los pediatras hemos explicado este tema.

La inseguridad en crianza es algo que nos juega malas pasadas. Nos sentimos inseguros de si alimentamos adecuadamente a nuestro bebé y para tranquilizarnos pedimos referencias sencillas. Pedimos cifras: ¿Cuál es la cantidad de comida que debería tomar?

Son muchas las familias que tanto en la consulta física como Online me hacen una descripción pormenorizada de lo que come su bebé con la esperanza de que les indique si es la cantidad adecuada. Si deberían darle más o menos.

Ante esa insistencia se acaban a veces dando respuestas. Aún a sabiendas de que ninguna cantidad de comida es «la Correcta».

Yo hace ya años que, también hay que admitirlo, porque dispongo del tiempo para hacerlo en la consulta que no siempre tuve, dedicó un rato a aclararles este tema a los padres en lugar de darles una cantidad de comida exacta y que sé falsa.

Somos seres Vivos en un mundo cambiante. La cantidad de comida que necesitamos también va variando.

Pese a que todo sería más sencillo en este tema si pudiésemos reducirlo a un cálculo simple como el que muestran algunas latas de leche artificial o los «150 ml / kg / día»… La realidad es más compleja y a su vez más sencilla.

Nuestro hijo es como nosotros. Y ninguno de nosotros come siempre lo mismo.

Los factores que influyen en la cantidad de co ida que necesitamos comer son innumerables y muchos desconocidos.

Incluso en la situación más simple, mientras un bebé se alimenta sólo de leche hay tal número de variables que hacen imposible el cálculo. Por nombrar algunas evidentes:

  • La temperatura del ambiente en el que está, cambia a lo largo del día. Y con temperaturas extremas (tanto con el frío como con el calor excesivos) el gasto de energía se dispara para mantener la temperatura normal del cuerpo.
  • La ropa del bebé, que puede cambiar y ajustarse mejor o peor a los cambios de ambiente a los que le sometemos.
  • Su capacidad de digerir mejor o peor el alimento.
  • Si está o no luchando con una infección.
  • Si está vaciando el intestino a un ritmo mayor o menor.
  • Si está más o menos activo.

Y además todos y cada uno de estos factores no corresponden a una necesidad concreta igual en todos los bebés.

Para complicarlo, la leche no siempre tiene la misma composición. Cambia incluso a lo largo de una misma toma si hablamos de lactancia materna.

Por eso, cuando alguien dice convencido «mi bebé come poco» no puedo evitar preguntar: «¿Cómo sabes que lo que come es poco?»

Una vez que tenemos claro que no hay un horario y una cantidad correcta ni forma de calcularla, ¿qué tal si cambiamos el enfoque?

La respuesta a la cantidad de comida viene de serie.

Aceptado que no tenemos una calculadora capaz de darnos la cantidad y ritmo adecuado para alimentar a un bebé. Asumido que cosas como «Cada 3 horas y 10 minutos en cada pecho» o «150 ml / kg / día» no responden a la realidad. Observamos al bebé y nos encontramos con que la respuesta la tiene él.

Antes de que supiésemos una palabra de fisiología o nutrición. Antes de que se inventase la Pediatría o la propia Medicina. Desde que el primer bebé humano estuvo sobre la tierra, algo debió permitir que sobreviviese alimentándose en función de sus necesidades.

Ese algo es el cerebro del propio bebé y algo asombroso. En su interior trae de serie una calculadora que aún no entendemos por completo. Una calculadora que integra todos los factores que influyen en la cantidad de alimento que el bebé necesita y que incluso evalúa la calidad de lo que ingiere para determinar cuándo es suficiente y lo reduce a una indicación clara:

  • Cuando el resultado es que no se cubren las necesidades el bebé llora. Tiene hambre.
  • Cuando ya están cubierta pero intentamos alimentarlo el bebé rechaza comer. Ya no tiene hambre.

¡A que es simple! Y mira que lo complicamos. Este sistema ha permitido a la especie humana y a todas las demás especies de mamíferos sobrevivir durante millones de años. Pero parece que no nos vale.

Sea haciendo una estimación subjetiva o tomando una cifra mágica, pretendemos que el bebé se ajuste a algo fijo. Cosa que no hace ningún ser vivo. Y desestimamos un mecanismo que ha demostrado su utilidad sobradamente.

No siempre funciona bien su calculadora.

Esto no significa que siempre funcione a la perfección. Hay situaciones en las que un bebé puede tomar menos de lo que debería porque su autorregulación no funciona bien.

Pero cuando esto ocurre tenemos pistas claras de que algo va mal:

  • Pierde demasiado peso tras nacer. En los primeros días de vida el equilibrio nutricional es más frágil. Si un bebé pierde demasiado peso (más de un 10-12% de su peso al nacer) puede llegar a una situación en la que está tan débil que le cuesta alimentarse. Y ello lo lleva a un círculo vicioso en el que cuanto más débil, menos come, más débil… En estos casos lo primero que recomiendo a los padres es que ofrezcan al bebé alimento con más frecuencia. Incluso despertándolo para comer.
  • En algunas enfermedades puede perder el apetito hasta el punto de hacer que se debilite o se deshidrate lo que reduce su capacidad de recuperación.

Igualmente hay pistas que nos dicen que un bebé no necesita comer más por poco que nos parezca. Si un bebé está activo, contento, no enferma con frecuencia y la evolución de su peso sigue su línea habitual es porque come lo que necesita.

Si en esa situación le ofrecemos y lo rechaza sin mostrar signos de enfermedad, razón de más para pensar que no come más porque no le hace falta.

Lo que no tiene sentido en ningún caso es pelear con un bebé para que coma. Si no está en una situación grave que ponga en peligro su bienestar pelar para que coma sólo empeora su relación contigo y con la comida.

Y si de verdad está desnutrido y rechaza el alimento la forma de aportarle ese alimento no es peleando con él sino por medios especiales como la alimentación por sonda o la parenteral.

 

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Orden de introducción de alimentos y alergias en bebés

Alergias a alimentos en Bebés

¿Debemos establecer el orden en que introducimos los alimentos en la dieta de un bebé en función de su capacidad de generar alergias? ¿Cuándo puedo dar…?

Yo soy de cerebro inquieto. A lo que me refiero es que si día a día tengo que explicar a los padres un mismo tema, conforme me plantean dudas nuevas voy matizando. Y cada vez lo que recomiendo se parece menos a lo que me dieron como pauta en la Especialidad de Pediatría hace ya más de 15 años.

Lo que a mí me dijeron para justificar la lista de introducción de la alimentación complementaria que me dieron (como si me hubiesen entregado las Tablas de los Diez Mandamientos en el Monte Sinaí) es que había algunos alimentos que generaban alergias con más frecuencia que otros y que se ordenaban para evitar esas alergias.

Desde entonces no he visto nada más que argumentos que siguiendo ese mismo planteamiento desmontarían la lista que me dieron.

Según esa lista, se empieza sólo con Leche: Pecho y/o biberón.

Baste decir para empezar, que los que toman biberón toman leche elaborada en su mayoría a partir de Leche de vaca. Y que este es el alimento al que con más frecuencia se detectan alergias con diferencia. O sea que de hay en adelante teoría desmontada.

Cualquiera de nosotros puede desarrollar una alergia a las fresas, el marisco, el melocotón… con la edad que sea al tomarlos por primera vez.

Entre introducir las berenjenas a los 8 meses o a los 14 no hay diferencia.

Objetivos en el proceso de introducción de la alimentación complementaria

Desde hace ya un tiempo la forma en la que explico a los padres la introducción de la alimentación complementaria es muy diferente a una lista.

El objetivo es:

  • Descargar a los padres de la preocupación innecesaria de atenerse a algo que es totalmente arbitrario.
  • Convertir la introducción de la alimentación complementaria en algo más normalizado. Un proceso en el que el protagonista sea la curiosidad del bebé que le lleve a descubrir nuevos sabores y texturas de la forma más natural para él.
  • Llegar a los dos años con una alimentación igual a la del resto de la familia. Lo más variada posible. Y si no lo era, que en ese proceso la dieta de la familia se transforme en sana.
  • Que todo este proceso se haga conservando una buena relación del bebé con la comida en la que sea un placer comer y algo en lo que el protagonista es el propio niño.

Para que esto sea así es mejor introducir los alimentos siguiendo la curiosidad del niño que una lista arbitraria. Las únicas excepciones justificadas son ciertos alimentos que tienen un riesgo real de producir problemas si se toman con frecuencia antes de cierta edad.

Alimentos que en la actualidad recomiendo dejar para más tarde: «La lista negra».

Entre los alimentos a los que pongo «límite» no hay ninguno que lo sea por su capacidad de generar alergia.

Lo son por ser difícil de digerir : La leche entera no antes del año.

Por ser foco de infecciones graves: Miel Cruda no antes del año (intoxicación botulínica) y Huevo crudo no antes de los dos años (salmonelosis).

Por ser origen de intoxicaciones: Verduras de hoja verde no antes del año (Nitritos), pescado azul grande y marisco no  antes de los dos años(Metales pesados).

Por ser causa de accidentes:  Frutos secos en niños que aún se atragantan con facilidad, suelo decir que no antes de los 3-4 años. Los frutos secos son la causa más frecuente de muerte por atragantamiento.

¿Cómo aparecen las Alergias en los bebés cuando introducimos alimentos nuevos?

Como decía al principio algunos de los alimentos que introducimos antes son precisamente de los que generan alergias con más frecuencia. ¿Quiere eso decir que deberían introducirse más tarde? Pues parece que no.

Un ejemplo es el gluten. La alergia al gluten o Celiaquía no aparece en cualquier persona. Son personas predispuestas genéticamente. En las que si se dan ciertas condiciones la alergia puede aparecer. No está aún totalmente definido cómo.

Pero para poder entenderse sería algo así:

La tendencia a generar alergias es algo que se hereda en nuestros genes. Por tanto lo primero es tener la predisposición.

Un día, un bebé que la tiene sufre una infección intestinal. En realidad nuestro intestino está constantemente sufriéndolas. Lo que ocurre es que la mayoría son abortadas antes de que generen problemas llamativos. Pero el intento de los gérmenes por entrar en el organismo atravesando la pared del intestino es constante.

Cuando se detecta una agresión se activa el sistema defensivo y empieza a buscar al culpable. Cuando cree encontrarlo lo procesa y busca cuál de sus moléculas es más fácil de diferenciar para generar anticuerpos contra él que le permitan reconocerlo y destruirlo.

El problema es que a veces el sistema defensivo se equivoca y piensa que el causante es quien no lo es.

En el caso del gluten. Si tiene la predisposición a ser celiaco y da la casualidad de que en una de esas agresiones aparece el gluten por primera vez por ahí, es una proteína grande y que el sistema defensivo reconoce como extraña con facilidad, lo que lo convierte en sospechoso automático.

En la actualidad, y digo en la actualidad porque en los últimos 15 años he visto ya muchas recomendaciones contradictorias en este tema, se recomienda no empezar con el gluten antes de los 6 meses, pero tampoco mucho más tarde. Porque a partir de los 4-6 meses y especialmente si un bebé se escolariza pronto las infecciones se hacen más frecuentes. Si ya toma le gluten de forma habitual para entonces, el cuerpo cuando busque culpables lo ignorará. Pero si hasta ese momento no lo había tomado las probabilidades de que lo reconozca como extraño y culpable de la agresión aumentan.

¿Cómo identificar una alergia a un alimento?

Lo malo de las alergias es que hay muchos grados. Hay bebés que la primera vez que toman leche de vaca la vomitan de forma inmediata y el cuerpo se les llena de erupciones muy intensas.

Diagnosticar que es alérgico a la leche en casos así es, digamos, para que no te presentes al premio Nobel.

Si al tomar cualquier alimento nuevo aparecen claramente vómitos, diarrea o erupciones en la piel, lo prudente es retirar ese alimento de su dieta y consultar.

Pero hay alergias que no son tan evidentes. Muchos alérgicos lo que sufren tras desencadenarse una alergia es una leve inflamación de la piel o las mucosas que puede verse como una Dermatitis atópica leve, como molestias intestinales intermitentes o como un estancamiento en la ganancia de peso. Muchas veces es tan leve y tarda en ser detectada que identificar el causante es mucho menos evidente.

Para evitar las alergias no hay una lista, pero deberías tener «la lista de tu hijo» para poder detectarlas.

En introduccion de la alimentación complementaria, cuando pensamos en alergias hay una única lista que me resulta útil. Y es la que registra cuándo le has empezado a dar cada alimento en su dieta.

No hay una lista correcta que ordene cuándo debería darse por primera vez el tomate, el huevo, el pescado… Pero saber cuando lo has hecho de verdad en cada niño puede ayudar mucho a detectar alergias. Especialmente en esos casos en los que no son evidentes.

Cuando un bebé presenta signos crónicos de alergia en forma de dermatitis, dolor abdominal o escasa ganacia de peso, la pregunta inmediata es:

¿Desde cuándo?

Y la segunda es ¿Tienes una lista del orden en el que has introducido los alimentos en su dieta?

Lo que hacemos cuando disponemos de esos dos datos es ver la lista, cuáles son los alimentos que se introdujeron poco antes de que apareciesen los síntomas, y entre ellos ver si hay alguno de los sospechosos habituales.

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Omega 3 en embarazo y lactancia

Importancia de los Omega 3 en el Embarazo y la Lactancia

Cada vez se habla más sobre las propiedades de los Omega 3 en el desarrollo cerebral infantil. Y se habla cada vez más de aportes en embarazo y lactancia.

Qué son los Omega 3

Los Omega 3 son grasas que el cuerpo no es capaz de producir por sí mismo. Pero que forman parte de él. Son uno de los componentes esenciales del cerebro. Pero también tienen funciones importantes en otros órganos y regulando algunos mecanismos del cuerpo, como la inmunidad, la coagulación de la sangre y el equilibrio de grasas en el cuerpo.

La importancia del Equilibrio de Omegas en la salud

Los Omega 3 actúan en equilibrio con otras grasas, los Omega 6 de origen animal (grasas malas). Y es el equilibrio de ambas en sangre y en la composición de los tejidos lo que determina la aparición o no de muchos problemas en el desarrollo inmunológico y nervioso.

El problema es que la dieta occidental tiene un claro desequilibrio en el aporte de Omega 3/6 de origen animal. Siendo el de los segundos mucho mayor que el de los primeros.

Hay cada vez más estudios que respaldan su importancia de este equilibrio en el desarrollo de funciones cerebrales como:

  • La memoria.
  • La agudeza visual.
  • El control de impulsos.
  • La capacidad de concentración…

Y su papel en la prevención de alergias (alimentarias, respiratorias…) y enfermedades autoinmunes, ya que interviene en la regulación de la inflamación en el cuerpo.

Actúan también manteniendo un equilibrio de grasas en sangre que evita la arteriosclerosis y reducen la tendencia de la sangre a coagular. Ambos combinados reducen la incidencia de infartos y trombosis.

Importancia de los Omegas desde antes de nuestro nacimiento

Cada vez más se destaca la importancia de mantener  este equilibrio a largo plazo y desde etapas lo más precoces posibles.

Se recomienda mantener un aporte suficiente en la dieta de Omega 3 y reducir el de Omega 6 de origen animal desde que una mujer se plantea la posibilidad de buscar un embarazo. Porque cuanto antes se tenga un equilbrio adecuado mejor es el desarrollo del feto y después del niño.

Es típico que hablemos de suplementos de ácido fólico, iodo, hierro… Pero cada vez se están haciendo un hueco más importante en las recomendaciones los suplementos de Omega 3 o tener una dieta rica en pescados azules y vegetales que lo aporten.

Este aporte de Omega 3 es importante en la salud de cualquier individuo, pero garantizarlo desde el inicio del embarazo y durante la lactancia ayuda al desarrollo del niño.

Y una vez el niño alcance una dieta completa es importante mantener ese equilibrio en su propia alimentación.

Por tanto podemos hablar de 4 fases en las que las acciones a realizar son diferentes:

  1. Cualquier adulto se beneficiaría de tener un equibrio adecuado de Omegas. Para ello lo mejor es tener una dieta rica en Omega 3 de origen vegetal y pescado azul y en Omega 6 de origen vegetal y reducir el aporte de Omega 6 de origen animal. Cuando no logramos ese equilibrio en la dieta (que es lo ideal) se puede compensar con aportes de Omega 3 en suplementos.
  2. Si una mujer está planteándose un embarazo conviene tener una dieta lo más variada posible y reforzarla con ciertos suplementos (por si una malabsorción dificulta unos niveles normales a pesar de tener una buena dieta). Entre los elementos clave a tener en cuenta están los Omega 3.
  3. Durante el embarazo sigue siendo esencial una dieta sana y garantizar el aporte de ciertos componentes que son necesarios para un correcto desarrollo y que nuestro cuerpo sólo puede obtener de la alimentación o los suplementos. De nuevo entre ellos no olvides los Omega 3. Pero hay un detalle a tener en cuenta. Los pescados azules grandes de mar tienen tendencia a acumular metales pesados en su grasa. El mercurio por ejemplo tiene efectos perjuciales en desarrollo tanto en el embarazo como tras el nacimiento. Eso hace que mantener un equilibrio de Omegas adecuado en el embarazo se vuelva algo más complicado. Porque para hacerlo deberíamos recurrir a pescado azul pequeño o de río, con menores niveles de mercurio y otros metales pesados. Hay aceites grasos de origen vegetal ricos en Omega 3, pero algunos estudios demuestran mayores beneficios del procedente de pescado azul. Una opción es el aporte de suplementos de Omega 3 que se fabrican teniendo esto en cuenta.
  4. En la lactancia. Estás pasando a tu hijo a través del pecho un alimento que es reflejo de tu dieta. Esta debe seguir siendo variada y equilibrada. Lo hablado sobre los metales pesados en el embarazo es aplicable a la lactancia. Especialmente en los 2 primeros años de vida de los niños en los que su cerebro es más sensible a la intoxicación por metales pesados. Un suplemento en el que se prioriza el aporte de Omega 3 de alta calidad es esencial ante la dificultad de hacerlo por el consumo de pescado azul.

Cuando el niño tiene ya una dieta variada vuelve a estar en la situación 1 en la que todo ser humano debe obtener de la dieta un equilibrio adecuado de Omegas. Pero a veces esto no es fácil o resulta imposible de conseguir a corto plazo y se manifiesta ya en problemas de salud. Los más habituales en niños son:

  • Dermatitis atópica.
  • Alergias respiratorias y alimenticias.
  • Trastorno por déficit de atención.
  • Hiperactividad.
  • Bajo rendimiento escolar.
  • Dificultad para el control de impulsos en la conducta.

En todos estos casos se debe buscar una dieta que equilibre el nivel de Omegas del cuerpo. Pero mientras se logra a medio y largo plazo podemos necesitar un aporte en suplementos de Omega 3 para ayudar en su solución a corto plazo.

Omegafort Premium DHA, Omega 3 para favorecer el desarrollo del bebé durante embarazo y lactancia