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Bebé con gases

Los gases en un bebé son una de las típicas preocupaciones de los padres. Una de las cosas que suele decirse es que el niño tiene que echar los gases después de cada toma. Y en cuanto el bebé gruñe un poco, suele achacarse a los gases.

Cuando los padres me dicen que su bebé tiene gases y que no los echa después de cada toma, suelo explicarles lo siguiente:

Mirando al bebé, le digo: «¿Tú has firmado el contrato de echar los gases después de cada toma? ¡Vaya, el pobre no se había enterado de que tenía que hacerlo! Aparte de respirar siempre y comer de vez en cuando, hay pocas cosas que tenga que hacer siempre.»

En cuanto a lo de que tiene muchos gases, mi pregunta es: «¿Llora mucho?» En la mayoría de los casos la respuesta es que no, pero que aprieta mucho la tripa y gruñe con frecuencia tras las tomas. Pero eso es normal. Los bebés tienen un reflejo (gastro-cólico), que hace que cuando comen, empiece a moverse el intestino intentando hacer caca. Suele durar hasta que hace caca, o hasta que se pasa, a los 10 ó 20 minutos.

Los bebés que de verdad tienen problemas de gases, son bebés que lloran con fuerza durante horas. Y además con la barriga hinchada y suelen echar muchos gases.

En algunos que sólo gruñen y en los que tienen gases de verdad, no es raro que a estén tomando algo para echar los gases. Pero en su mayoría, medicamentos, infusiones… son poco efectivos.

Hace algún tiempo me planteé el tema de los gases desde otro punto de vista: ¿Porqué hay bebés que tienen más gases que otros?

La respuesta es triple: O entran más de la cuenta, o se producen en la barriga más de lo normal o se expulsan menos de lo normal.

  1. Entran más de la cuenta. Son bebés que tienen gases porque comen con ansiedad. Es una de las causas más frecuentes. Y la más fácil de solucionar. Hay que dar de comer al bebé con más frecuenta y tanta cantidad como quiera. Cuando hacemos esto, el bebé se sacia y llega un momento que empieza a comer con más tranquilidad. Habitualmente en menos de una semana se nota una clara mejoría. En estos bebés suelo recomendar que les den de comer cada vez que pidan y la cantidad que quieran (sea pecho o bibierón lo que tomen) y que si no piden antes, durante el día le ofrezcan comida al bebé cada dos horas.
  2. Los que producen más gases en su barriga de lo normal pueden hacerlo a su vez por dos motivos: Una mala digestión de la leche o una flora intestinal que produce muchos gases. El primer caso es más frecuente en bebés con lactancia artificial (por intolerancia a la lactosa o por intolerancia a proteínas de la leche de vaca). El segundo es una lotería. Cuando un bebé nace, no hay gérmenes en su intestino. Poco a poco van entrando y lo colonizan. Los que acabe habiendo, dependen del orden en el que entren. Tomar el pecho favorece que los que entran sean los adecuados (lactobacilos). Pero si los que entran y dominan la flora intestinal son otros gérmenes, fermentan produciendo más gases de lo normal. Eso puede cambiarse sembrando lactobacilos (hay muchos preparados de probióticos hoy en día para eso). En los lactantes que toman pecho esto ocurre a veces cuando no se deja al bebé que acabe de vaciar el pecho. Incorrectamente a algunas madres se recomienda limitar la duración de la tetada. Cuando eso se hace y el pecho no se vacía por completo, la leche tomada es más rica en lactosa (el azúcar de la leche) y más pobre en proteínas y grasas. Hay una proteína en la leche (la lactasa) que ayuda al bebé a digerir la lactosa (el azúcar de la leche). Muchos niños la producen en cantidad suficiente en su intestino, pero otros no (son los que tienen intolerancia a la lactosa). En esos niños la lactosa que no pueden digerir es consumida y fermentada por los gérmenes de su intestino, aumentando la cantidad de gases. En esos casos la solución es sencilla e instintiva: deja al bebé al pecho hasta que acabe y no quiera más.
  3. Por último, hay bebés en los que el problema es la expulsión de gases. Hay niños que nunca eructan, pero que echan los gases por abajo con facilidad. Sin embargo, algunos tienen el problema de que están estreñidos. Cuando un lactante está estreñido, suele retener tanto heces como gases. Y además altera la flora intestinal aumentando el número de gérmenes que fermentan haciendo  más gases. En estos bebés, la solución es tratar el estreñimiento.
  4. Otra cosa que influye en la explusión de gases es la postura. Los bebés que pasan muchas horas tumbados tienen más gases. Los bebés que hacen porteo hacen menos gases. Por loq que en bebés que lloran por gases puede ayudar mucho ser portados durante las horas que sea posible.

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