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Vitamina D en la etapa infantil. Claves para conseguir un nivel adecuado.

Estamos viviendo una etapa excepcional en nuestras vidas. Sin duda la pandemia del COVID-19 ha supuesto un antes y un después en muchos aspectos del día a día. Estamos más preocupados que nunca por mantener un sistema defensivo bien preparado y para lograrlo son imprescindibles ciertos nutrientes. Siempre que pensamos en alimentar suficientemente al sistema defensivo vienen a nuestra cabeza el hierro y la vitamina C. 

Pero no todo el mundo entiende la importancia de la vitamina D en esta labor. El COVID-19 es un virus que no mata por sí mismo, lo hace en realidad una respuesta exagerada del sistema defensivo frente a él. Esto es algo común con otros muchos problemas que aparecen en la infancia. La hiperreactividad bronquial, las alergias, la hipertrofia de adenoides, la dermatitis atópica… son problemas cada vez más comunes en los niños. En todos estos casos él problema no es una incapacidad del sistema defensivo para responder, sino que lo hace de forma demasiado intensa. Aquí es donde cobra especial interés la vitamina D, ya que es un inmundomodulador. Su función es regular la respuesta del sistema defensivo.

Afortunadamente las reacciones graves al COVID-19 no están siendo nada frecuentes en niños. Pero las medidas implementadas para evitar su contagio han supuesto un cambio radical en los hábitos de los niños.

Sabemos que la vitamina D puede adquirirse por ingesta y por producción propia. Para producirla en nuestro cuerpo necesitamos la exposición al sol. Y esto es algo que especialmente en el confinamiento domiciliario de la primera ola se vio muy limitado.

Tampoco podemos olvidar las otras funciones de la vitamina D, que es importante con el Calcio y el Magnesio para la calcificación de los huesos y el crecimiento del esqueleto. Hay múltiples fuentes de estos minerales y de vitamina D en la alimentación, como el huevo, el pescado azul o el marisco, pero sin duda los lácteos destacan en este aspecto. Son productos habitualmente bien aceptados por los niños y que pueden ser enriquecidos en determinados nutrientes, entre ellos en vitamina D. En este sentido las leches infantiles enriquecidas pueden ayudar a incrementar las ingestas de nutrientes deficitarios en la población infantil, y se observa en un estudio reciente realizado en niños españoles (estudio ESNUPI) que los niños que son consumidores de las mismas, aunque no llegaban tampoco a las recomendaciones de vitamina D, sí que presentaban unas ingestas entre 2 y 3 veces mayores que aquéllos que consumían leche sin enriquecer.

En los otros productos como el pescado azul o el marisco tenemos el problema de que tampoco una cantidad excesiva es recomendable por los problemas de acumulación de metales pesados que destaca por ejemplo AESAN.

Nos movemos hoy en día en muchos equilibrios difíciles. En este tema concreto pondré dos ejemplos:

  • El uso de mascarillas como protección frente al COVID-19.
  • Las cremas de protección solar para proteger de la quemadura solar y sus efectos en el envejecimiento celular y el cáncer de piel.

Empecemos con el uso de mascarillas. En nuestro país su uso es obligatorio. Pero no podemos olvidar que en invierno especialmente la exposición al sol ya es escasa, más aún con las medidas de confinamiento. En muchos casos lo poco que nos exponemos al sol en esta estación es en la cara, ya que el resto de la piel se oculta para protegernos del frío. 

Ahora con las mascarillas ocultamos prácticamente la mitad de la piel que antes exponíamos al sol durante el invierno. 

El resultado es que durante el confinamiento hemos visto un aumento claro de problemas como la dermatitis atópica, y llamativamente más en la zona cubierta por la mascarilla. Un problema en el que es clave la falta de vitamina D que actúa como inmunomodulador. Especialmente la producida in situ por la propia exposición al sol. 

En el segundo ejemplo, cada vez estamos más concienciados de los peligros del sol. Las quemaduras solares producen un daño en la piel que reparación tras reparación va produciendo un envejecimiento celular y puede acabar originando cáncer de piel. Por eso es importante hacer una exposición adecuada. Es necesaria para producir vitamina D, pero a la vez debemos evitar la quemadura solar. Centrándonos en evitar la quemadura recomendamos el uso de cremas de protección solar. Pero es cierto que su uso reduce la capacidad de la piel de producir vitamina D, y por tanto en la actualidad esta carencia es más significativa que en otras épocas en las que la población se exponía más al sol sin protección. Sin duda el equilibrio perfecto no se ha logrado aún.

Para que los niños tengan cubierta su necesidad de vitamina D en la actual situación lo recomendable es:

  • Exponerse más al sol. Hacerlo sin protección en las horas en las que el sol no quema, lo que varía según la latitud y la estación del año. Si aumentamos la exposición de forma razonable podemos lograr que aumente la producción endógena de vitamina D y la piel irá incrementando su producción de melanina, que es la mejor protección que existe contra le quemadura solar. Usando por supuesto la protección solar cuando los niños se exponen al sol más tiempo del recomendable o en horas y etapas del año en que la radiación solar puede ser excesiva.
  • Garantizar una ingesta suficiente de vitamina D en nuestra alimentación gracias al consumo de lácteos, huevos, pescado y marisco. En este aspecto, por su aceptación general en los niños y la menor carga de tóxicos frente a otros alimentos de la lista destacan los lácteos y cuando la dieta del niño claramente resulta insuficiente para cubrir esta necesidad, se deberían considerar las leches enriquecidas infantiles con vitamina D que pueden compensar esta carencia.

Bibliografía:

o Ingesta dietética habitual, adecuación nutricional y fuentes alimentarias de calcio, fósforo, magnesio y vitamina D en niños españoles entre uno y <10 años. Resultados del estudio EsNuPI Link: https://www.estudioesnupi.org/datos-y-resultados/ingesta-dietetica-habitual-adecuacion-nutricional-y-fuentes-alimentarias-de-calcio-fosforo-magnesio-y-vitamina-d-en-ninos-espanoles

o Recomendaciones de consumo de pescado por presencia de mercurio https://www.aesan.gob.es/AECOSAN/web/seguridad_alimentaria/ampliacion/mercurio.htm