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Aire Acondicionado y Salud en Bebés y Niños

Aire Acondicionado y Salud en bebés y niños

¿Es malo el aire acondicionado para la salud de niños y bebés? Esta es una duda en verano, cuando llegamos a 40ºC de día y más de 30ºC de noche.

Lo repito cada verano: ¡Qué feliz soy en invierno!

No es que no me guste un ratito de playa o de piscina. No es que no aprecie una tarde en la que dé tiempo de pasear y que la noche llegue cuando ya tienes sueño.

Pero llevo muy mal el calor. Lo reconozco. Y no soy el único.

El calor extremo es mucho más difícil de compensar que el frío. Uno puede añorar lo confortable que puede resultar un sofá en invierno con una buena mantita por encima.

Cuando llega el verano donde de verdad lo hay, es otra cosa. Yo sabéis que vivo en Andalucía. La tierra del Sol en el sur de España. Y aquí cuando hace calor, es Calor con Mayúsculas. Todos los años superamos los 40º y muchas noches, aunque Granada para eso es más benévola que otras ciudades como Sevilla o Córdoba, las temperaturas no bajan de 28-30º.

Con estas temperaturas de día no se está bien. Pero de noche es desesperante. No hay quien descanse.

Suele decirse que por encima de los 25º nocturnos cuesta dormir, y se despierta cualquiera con más frecuencia.

Surge la pregunta ¿Y si ponemos el aire acondicionado un rato?

La cuestión que muchos se plantean inmediatamente es ¿pero no será malo para el niño?

Pues vamos al tema.

El aire acondicionado ha mejorado mucho en los últimos años. Antes un aire acondicionado era un recurso que aliviaba el calor, pero a costa de poner en riesgo la salud por muchas cuestiones:

– Ionización del aire. Los aires modernos reducen la ionización del aire, que se ha relacionado con sensaciones de malestar y molestias en la vía respiratoria. Los antiguos para esto eran un desastre.

– Aire contaminado de gérmenes, polvo y contaminación. Hoy en día tienen filtros. Pero hay que cambiarlos. Y la mayoría de la gente se olvida del tema hasta que notan una molestia, como por ejemplo un mal olor del aire que sale del aparato. Pero esto es un signo tardío. Mi consejo con niños en casa es que si quieres usar el aire acondicionado debes cambiar los filtros del aire cuando recomiende el fabricante o en su defecto una vez al año, al principio del verano.

– Cambios bruscos de temperatura. Esto es lo que caracterizaba a los aires acondicionados antiguos. Básicamente eran aparatos que disparaban un chorro de aire frío siempre con la misma potencia y regulaban su funcionamiento con un termostato que le hacía apagarse cuando la temperatura bajaba al límite que marcabas en el mando y volvía a funcionar cuando subía de nuevo. Pero generaba oscilaciones de la temperatura. Podías pasar de 40 grados a 20 varias veces en una hora. Eso es malísimo. Los aires acondicionados modernos tienen sistemas capaces de mantener la temperatura mucho más estable.

Nunca podremos decir que un aire que sale de un aparato de aire acondicionado es mejor que el que entra por una ventana (si no vivies en una ciudad con tal contaminación que mejor si no la abres). Pero con un buen aire acondicionado bien usado un bebé no tiene porqué ver afectada su salud.

Y en ciertas circunstancias puede ser necesario para evitar problemas. Algunas casas tienen temperaturas tan altas que pueden favorecer la deshidratación de los bebés, especialmente cuanto más pequeños son. En estos casos es preferible el aire acondicionado a un golpe de calor.

¿Cómo usar bien el aire acondicionado con un bebé en casa?

Hay varias normas para lograrlo:

– Temperatura no muy baja. 23-24º C es una temperatura muy aceptable. No os recomiendo que bajéis mucho más. Especialmente en bebés muy pequeños.

– Temperatura estable. No enciendas y apagues constantemente el aire. Pon una temperatura cómoda y deja el aire acondicionado conectado durante las horas de más calor del día.

– Mantén el aire acondicionado en buenas condiciones. Limpieza y filtros de la maquinaria deben estar al día para poder usarlo sin riesgos añadidos.

¿Dormir con el aire acondicionado encendido?

Si de verdad es un aire acondicionado de buena calidad, ponéis una temperatura no mucho más baja de 24-25º y dirigís el chorro de aire para que no os dé a vosotros ni al niño puede ser aceptable. Especialmente cuando las temperaturas nocturnas están por encima de los 30º C.

¿Y los ventiladores?

De entrada son muchos los que piensan que son mejor que un aire acondicionado. Pero no suelen serlo. La mayoría dirigen el ventilador hacia quien duerme para que le refresque. Lo consigue porque evapora el sudor. Pero eso favorece la deshidratación. Y cuando se ponen sistemas basculantes hace que pases calor cuando no te da el chorro de aire, sudes y te enfríe deshidratándote cuando te da el chorro.

Esto con cambios de temperatura intermitentes, que como os decía es una de las peores opciones.

Pero ¿Qué puede pasar cuando se usa el aire acondicionado con estos cambios bruscos?

La infección típica del verano, las amigdalitis. Son infecciones bacterianas de garganta que suelen causar fiebre alta, dolor y a veces voz gangosa y mal aliento. Las bacterianas precisan tratamiento antibiótico.

Vemos más Amigdalitis en verano que en invierno. Esto ocurre porque aspirar aire frío y caliente de forma intermitente altera el riego de sangre en la mucosa. Esto reduce la llegada de células defensivas y la capacidad de la mucosa para defenderse, lo que favorece que los gérmenes asienten.

Para evitarlo, reduce lo más posible los cambios bruscos de temperatura.