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Tiempo de sueño en niños.

Tiempo de sueños en niños y bebés.

El tiempo que normalmente duerme un niño. Distribución del sueño según la edad.

Tiempo de sueños en niños y bebés.

El tiempo que normalmente duerme un niño. Distribución del sueño según la edad.

 

Un recién nacido durante sus primeros días de vida, si no pasa hambre, puede dormir más de 20 horas sin problema.


Se despiertan para comer con mucha frecuencia (a veces antes de las 2 horas), pero en cuanto lo hacen se duermen de nuevo.


No es raro que se despierten con más frecuencia de noche que de día, especialmente cuando toman sólo pecho y no tienen suficiente.

 

PRIMERAS SEMANAS.

Figura 1. El trazo más oscuro corresponde al tiempo que duerme, el intermedio al tiempo que está despierto durante la noche y el claro al tiempo que está despierto durante el día. Una vez que cogen el ritmo día-noche y están bien alimentados suelen dormir en periodos de unas 2-3 horas de día, se mantienen despiertos el tiempo de comer y poco más. Los períodos de sueño se acortan un poco en las últimas horas de la tarde y primeras de la noche. Y de noche aguantan algún periodo de 4-5 horas y varios más cortos.

 

Los que han pesado poco al nacer o son prematuros suelen despertarse con más frecuencia.

 

Y el que tiene gases suele estar más molesto por la tarde y pidiendo casi continuamente las primeras horas de la noche.

 

Suele decirse que el cólico del lactante (en aquel que lo tiene) cede entre los dos meses y medio y los tres meses. Pero cólico del lactante no es hacer ruiditos por molestias de barriga.

 

El niño con auténtico cólico puede empezar a llorar a las siete de la tarde y no parar hasta la una o las dos de la noche. Horas de llanto que no se calman ni comiendo ni cogiéndolo, ni…

 

3-4 MESES

Figura 2. A partir de ese momento las tomas suelen espaciarse un poco, el tiempo que están despiertos sin comer se alarga y de noche se suelen despertar para comer y dormirse en seguida de nuevo. Suelen hacer entre 5 y 6 tomas diarias.

 

4-9 MESES

Figura 3. Desde el momento en que se introduce la alimentación complementaria (especialmente los cereales) son muchos los niños que ya aguantan toda la noche durmiendo del tirón y de día suelen mantener una siesta matinal y otra por la tarde.

 

La primera en perderse es la siesta matinal, especialmente si van a la guardería, a partir de los 2 años.

 

Si no tienen horario escolar partido (con clases por la tarde) la siesta de medio día después de comer puede mantenerse incluso hasta la edad adulta (aunque se va reduciendo progresivamente su duración).

 

Os recuerdo que todo lo dicho es “normal”, no una regla inmutable del Universo. Hay muchas variantes de esa normalidad. Especialmente respecto al momento en que se van produciendo los cambios.

 

Lo que hace de ciertas variantes que sean consideradas problemas es:

  • Que se altere seriamente el ritmo de descanso de los padres. Bien por los frecuentes despertares o por períodos de vigilia excesivamente largos de noche.
  • Que los despertares se hagan más frecuentes con la edad en lugar de ir reduciéndose, que sería lo normal.

 

Los despertares a los que he hecho referencia en toda la descripción anterior son los de cierta consideración. Es decir aquellos en los que el niño precisa que se haga algo por él (como darle de comer, cogerlo, cambiarlo de pañal…).

 

En realidad a lo largo de la noche los adultos es normal que hagamos uno o dos despertares breves.

 

Pero las personas normales se vuelven a dormir de forma casi inmediata.

 

Cuando se estudian las fases del sueño vemos que a lo largo de la noche, la actividad de nuestro cerebro pasa en los niños por tres fases, en los adultos por cinco, que forman un ciclo de unos 90 minutos en los adultos y más corto en los niños, para iniciar de forma inmediata o tras un pequeño despertar otro nuevo ciclo.

 

Con lo que en realidad lo normal es que pasemos a lo largo de una noche por cinco o seis episodios “entre sueños”, en uno o dos de los cuales nos podemos despertar brevemente.


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