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¿Por qué el puré crea comedores pasivos?

Comedores pasivos y Obesidad infantil. Comer entretenido con los dibujos

Los comedores pasivos son personas que comen mientras tengan comida delante. Es una de las prácticas que favorece más la obesidad. Evita que tu hijo lo sea.

Una imagen puede asociarse con la obesidad fácilmente. Piensa en alguien sentado en el sofá. Delante de la televisión, comiendo sin prestarle atención a la comida. Esa escena típica de las películas americanas es ya algo muy habitual en nuestras casas. Y es uno de los factores que más favorecen la obesidad. Es el icono del sedentarismo.

Esto, que cada vez es más frecuente, como la obesidad en sí misma, es una conducta que tiene sus raíces. Y entenderlas en la etapa en la que empieza a gestarse es la forma de evitar esta conducta en la vida futura de nuestros hijos.

Comedores Pasivos: Todo empieza por un miedo a que coma poco.

Ya he hablado mucho del miedo a que un niño coma poco. Pero no me canso de explicarlo, porque define la conducta en torno a la comida de la mayoría de las familias.

Durante toda la historia de la Humanidad, hasta hace “cuatro días”, el bebé gordo era el que sobrevivía. Una mala cosecha o una epidemia solía matar a los delgados.

Por eso, cuando hay comida disponible, todas las madres y abuelas del mundo intentan alimentar a sus bebés tanto como pueden. Es comprensible. Generación tras generación se ha reforzado esa idea del bebé “hermoso”.

Pero en una sola generación esto ha cambiado. Casi con seguridad, ninguno de los que leéis este artículo habéis visto jamás morir a un niño de malnutrición. Lo que hoy tiene más posibilidades de acabar enfermando y matando a vuestros hijos es lo contrario: La obesidad.

Sin embargo, es un cambio demasiado fuerte en muy poco tiempo. Y la mayoría de las familias siguen con la estrategia que hay usado la Humanidad desde siempre: “Que coma un poquito más”.

Para conseguirlo se hacen dos cosas:

Entretener al bebé mientras come. Con dibujos animados en la tele, el móvil, la tablet o haciendo nosotros una función de circo cada comida. No confiamos en la capacidad del niño de regularse y decidir en cada momento la cantidad de comida que necesita. Cuando esta capacidad la tienen todos los seres vivos. ¿Le has dado de comer alguna vez a tu perro? ¿O basta con que tenga comida accesible para que no se muera?

Facilitando la comida en una forma en la que es más fácil comer cantidades mayores: Es decir Triturándola, para que no pierda el tiempo gestionándola. Esto funciona para engordarlos, porque si comes despacio, llega un momento en que tu nivel de azúcar en sangre sube generando saciedad. Comiendo triturado eres capaz de comer una cantidad mayor antes de que esto ocurra que si vas comiendo cosas sólidas.

Comedores pasivos frente al BLW.

El BLW ya lo he explicado en otros artículos. Es una forma de introducción de la alimentación en la que confiamos en la capacidad del bebé de autorregularse.

Entre otras cosas incluye la comida en su estado original, tal como la comemos nosotros. Es decir, sólida, sin triturar.

Cuando un bebé toma purés le resulta aburrido. La primera cucharada y la 14º son iguales. Eso hace que el niño muestre menos interés por esa comida que si le pones la misma pero sin triturar. Ya que sin triturar hay muchos trozos diferentes, en color, textura, forma y sabor.

Pero es que con BLW comen “muy poco”. Es cierto. Cuando un bebé toma leche y BLW, recibe la gran mayoría de los nutrientes de la leche. En ella tiene todas las Grasas, Proteínas e Hidratos de Carbono que necesita. No hay en la leche carencia de Macronutrientes.

Lo que hace que necesitemos comer cosas distintas a la leche son los micronutrientes. Y estos son cientos, pero “micro”. Para tenerlos en la cantidad adecuada es fácil, basta con probar alimentos que los contengan, ya que son sustancias necesarias, pero en muy poca cantidad.

El problema es que son muy variados, y la mejor forma de tenerlos todos es una dieta lo más variada posible.

Por tanto, una dieta rica, no lo es si comes mucho, sino si comes variado.

Esto hace que los niños que toman purés, que son mucho más repetitivos que nuestra comida y menos variados, tengan más facilidad para ser “obesos malnutridos”. Es decir, personas que tienen un exceso de macronutrientes con carencias de micronutrientes.

Pensamos que la solución es que coman un poco más y los entretenemos para que coman, porque el puré no es un estímulo suficiente para centrar la atención del niño en la comida. Y a la larga lo que estamos haciendo es que la comida se asocie a un momento de ocio en el que nuestra atención está fuera de la comida. Un comedor pasivo.

La próxima vez que tengas la tentación de encenderle la tele, el móvil, la tablet a tu hijo para que coma “un poco más”, imagínatelo con 30 años más sentado frente al televisor, con aspecto de muñeco de Michelin engullendo abstraído hasta reventar….

Hay una alternativa. ¿Verdad que cuando ve tu comida sí le llama la atención? Pues ofrécele precisamente esa y respeta que deje de comer cuando ya no quiera más. Aunque sólo haya jugueteado con ella. Si entiendes todo lo que te he explicado habrás reducido drásticamente las posibilidades de que tu hijo acabe engordando el ejército de obesos que está ocupando muestro planeta.

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¿Es malo que los bebés vean televisión?

¿Es malo que niños y bebés vean la Televisión ?

Respuesta al Peketema propuesto por una madre en Facebook: «¿Es malo que los bebés vean la televisión ?» Y ya de paso, hablamos de móvil y tablet en niños.

La tecnología y los niños. Opiniones para todos los gustos.

Me piden la mía y es lo que voy a dar.

La televisión es parte de la vida cotidiana hoy en día. Pero cada vez menos.

Lo llamativo de esto puede que sea el final de la frase. Pero la realidad es que según los estudios actuales los adolescentes ven menos televisión que hace unos años. No es que hayan descubierto el gusto por las actividades físicas, sino que su ocio se está desplazando de la televisión a otros dispositivos que acceden a internet.

Pero la televisión sigue estando ahí. ¿Se puede vivir sin ella? Pues sí. Yo conozco gente que no la tiene (¡asombroso!) y de hecho yo raramente la enciendo, habitualmente para ver noticias y poco más. Aunque lo normal no es eso.

La televisión sigue siendo el medio de comunicación más consumido en la mayoría de los hogares. Lo que significa que en casi todos los casos es algo con lo que los niños conviven desde su nacimiento. Ya que los padres no dejan de ver la televisión el día que su hijo nace.

La respuesta a «¿es malo que los bebés vean la televisión?» es que no. Siendo realistas, todos los bebés la ven. El hecho de ver una realidad distinta pero a través de una pantalla nada tiene en sí de perjudicial. Otra cosa es cómo, cuánto tiempo y qué vean los bebés o los niños en televisión.

Pueden surgir varias dudas sobre el hecho en sí de ver la televisión:

Radiaciones: Sí. La televisión emite radiaciones. Pero las anteriores de rayos catódicos las emitían más aún y la mayoría de los padres actuales las hemos consumido desde pequeños. Y hoy en día estamos inundados de radiaciones por todas partes. Se supone que son radiaciones «no ionizantes», lo que implicaría no ser capaces de producir alteraciones químicas en nuestros cuerpos, pero… La realidad es que la única forma de estar libre de todo esto sería vivir aislados. Y aún así nos llegarían ondas de radio, televisión y telefonía. Incluso muy aislados llegarían de los satélites de comunicaciones. En la práctica, es algo inherente a nuestra vida actual.

Visión: Hay quien pueden plantearse que el propio hecho de ver la televisión puede ser perjudicial para la vista. La típica frase: «No te acerques tanto a la televisión (todos los niños lo hacen), que te van a tener que poner gafas.» Como todo. Depende de cuanto tiempo vea la televisión al día. Pero haciéndolo razonablemente no hay una base científica para que eso ocurra.

Bebés que ya usan móviles y tabletas.

Los sustitutos actuales de la televisión : Móvil y Tablet

Como decía, el tiempo que los adolescentes dedican a la televisión ha descendido en los últimos años. Está siendo sustituido en parte por el uso de móvil y tablet. Y eso es bueno, en parte.

La televisión es ocio pasivo. Es decir, consiste en encenderla y ver. Ver lo que han programado en ese momento que se vea. Si tienes varios canales del tema que te gusta (dibujos animados) tienes varias elecciones. Pero siguen siendo pocas y una vez escogida tu actividad se reduce a ver.

Móvil y Tablet están desplazando esta opción porque permiten tres cosas:

Una selección infinitamente más amplia de contenidos. Hay vídeo, como la televisión, pero tu campo de elección es muchísimo mayor. Puedes escoger en cualquier momento entre millones de programas.

– Además del ocio totalmente pasivo dispones de programas con los que se interactúa (juegos fundamentalmente en los niños). Y esto es un ocio mucho menos pasivo (aunque sigue sin ser físicamente adecuado) que en algunos casos puede servir incluso para entrenar habilidades útiles. Lo que pasa es que la mayoría no orientan su uso a esto, sino al simple hecho de pasar el rato.

Comunicarse con otras personas. Cosa que no permite la televisión. Parte de la comunicación interpersonal se está desplazando a la vía electrónica. Se puede hablar mucho de los aspectos positivos y negativos de este cambio.

Problemas con la Televisión, los móviles y otros dispositivos electrónicos.

La realidad es que estos dispositivos electrónicos, y en algunos casos las videoconsolas son elementos con los que un número cada vez mayor de niños va a convivir toda su vida. Cuál es el momento idóneo para introducirlos en su vida. Dudo que nadie pueda dar una respuesta motivada que responda a eso en todos los casos.

Pero sí hay problemas que están aumentando debido a su uso. Especialmente a su mal uso:

Sedentarismo. Móvil y Tablet están sustituyendo en parte a la televisión. Pero el efecto sumado es que los niños son más sedentarios que antes de que estos existiesen. Sólo hay una solución a eso y es limitar el número de horas que permitimos a nuestros hijos acceder a ellos, pero ante todo, ofrecer actividades alternativas. No podemos tener a los niños todo el día encerrados en casa y decirles simplemente que no hay televisión ni móvil más de x horas al día. «¡Me aburro!».

Acceso a contenidos no adecuados. Esto es común a televisión y móviles o tabletas. Pero es más difícil de controlar en los últimos ya que la amplitud de contenidos accesibles es mucho mayor y permiten ver ese contenido de forma más difícil de controlar por los padres. Debéis implementar sistemas de restricción de búsqueda en los dispositivos que usan vuestros hijos y aún así controlarlos.

– En el caso de móviles y tabletas está apareciendo un problema nuevo: Contracturas y tendinitis. La sujeción de un dispositivo de este tipo durante mucho tiempo precisa mantener una postura concreta de forma fija. Y estos dispositivos tienen un peso que en algunos casos es capaz de producir molestias a adultos. En niños puede dar lugar a dolores. Los más frecuentes que vemos son: Contracturas cervicales, algunas con dolor de cabeza y tendinitis del pulgar. Especialmente del pulgar de la mano izquierda (ya que la mayoría usan la izquierda para sostener el móvil).

En resumen.

Todas estas tecnologías son propias de nuestra sociedad actual. Una parte del desarrollo y educación de nuestros hijos es que aprendan a regular el uso de cosas que tienen sus aspectos positivos y negativos.

Está claro que nuestros hijos van a necesitar en sus vidas utilizar tecnologías digitales y que aprender desde pequeños a usarlas tiene una utilidad similar a conocer otros idiomas, porque lo es. Es un nuevo idioma.

Pero su mal uso encierra también perjuicios que sólo los padres podemos limitar regulando su utilización hasta que aprendan a emplearlas de forma adecuada.