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OMS: “Lactancia Materna Exclusiva durante los 6 primeros meses de vida” ?¿ERROR?

Oms lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses y BLW

Versión 2 de este artículo. No he quitado nada. He añadido. Parece que tenía poca dinamita….

Bienvenidas sean las críticas (llevo años aprendiendo de ellas), pero por favor, tened la decencia de leerlo completo antes. Eso sí, echadle paciencia, que es largo.

Las críticas que se hagan simplemente por sumarse al coro, son parte de la libertad de expresión. Pero no son críticas, son ruido.

La OMS recomienda mantener la Lactancia Materna como único alimento durante los primeros 6 meses de vida de los bebés.

Por favor, perded el tiempo un ratito y para saber de lo que hablamos, leed esa recomendación de la OMS. No os quedéis en el eslogan.

La tienes aquí.:

http://apps.who.int/gb/archive/pdf_files/WHA54/sa54id4.pdf?ua=1&ua=1

1º Consideración: Es del 1 de mayo de 2001. Y como reconocen en la declaración, se basan en datos disponibles hasta esa fecha que creen que deben completarse con investigaciones posteriores. Veréis que hacen referencia constantemente a países en vías de desarrollo y a un estudio realizado en Honduras…. Y plantea dudas sobre si a parte del hierro puede haber otras carencias de micronutrientes que generen problemas de desarrollo. No lo digo yo:

“10. En resumen, la consulta de expertos concluyó que la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses reporta varios beneficios al lactante y a la madre. Sin embargo, este tipo de alimentación puede dar lugar a un déficit de hierro en los niños susceptibles. Además, los datos disponibles no son suficientes para excluir otros riesgos potenciales asociados a la lactancia exclusiva durante seis meses, como las deficiencias del crecimiento y de otros micronutrientes en ciertos niños. Sean cuales sean las circunstancias, habrá que sopesar esos riesgos en función de los beneficios que reportaría la lactancia exclusiva, y más en particular la posible reducción de la morbilidad y de la mortalidad.”

Entra en la página de la OMS y léelo.

2º Consideración: A esta recomendación se sumaron la mayoría de las asociaciones profesionales de pediatría y de defensa de la lactancia. Yo soy pediatra y defensor de la lactancia. No diciendo lo mala que es la leche artificial, sino ayudando cada día a las madres que quieren dar el pecho a resolver los problemas que pueden hacer muy duro ese deseo. Y yo me sumé a esa recomendación.

3º Consideración: En un mundo en el que cada año se duplica el volumen de estudios publicados en cualquier campo científico ya tenemos muchos mas datos que hace 17 años. De hecho son los que había en (2001 x 2)17 veces….

Esta recomendación fue buena mientras no se convirtió en un Sacrosanto Mandamiento a pesar de que se iban acumulando investigaciones que la matizaban más y más.

Pero a ver quién la toca. Valga de ejemplo la respuesta a esta publicación.

La parte buena para mí:

No pretendo convencer a los “expertos”. Pretendo ayudar a los padres. Y aunque eso signifique contradecirme (yo también he recomendado muchos años la Lactancia Materna Exclusiva), me da más miedo acabar siendo uno de esos revolucionarios que derrocaron el régimen anterior al grito de libertad, para acabar siendo más tiranos y dogmáticos que aquellos a los que vencieron, que reconocer mis errores.

Como toda recomendación general, y tras 17 años de estudios, debe entenderse en su contexto o genera problemas indeseables.

Para los que ya conocéis esta web, creo que no hay dudas de que defiendo la Lactancia Materna y el BLW como mejores opciones para alimentar a un bebé. No diciendo que es lo mejor por ….., sino ofreciendo información que te ayude a resolver los problemas que pueden aparecer si quieres dar Lactancia Materna. Y que entiendas cómo hacer BLW.

Para aquellos que no me conocéis aún: Por supuesto que la lactancia materna es el mejor alimento para un bebé.

Pero hay recomendaciones que tienen mucha difusión, que se asocian como pilares inamovibles de la defensa de la Lactancia Materna, y que precisan matices.

Creo que voy a acabar siendo “El Pediatra de los Matices”.

Porque creo que, en la época de los protocolos simplistas y los lemas publicitarios, la “Verdad está en los Matices”.

Evidentemente lo que pongo en discusión no es el mantenimiento de la Lactancia Materna hasta los 6 meses y más allá, sino que sea el único alimento adecuado hasta esa edad.

La Lactancia Materna seguirá siendo la base fundamental de su alimentación mucho tiempo. Pero no en solitario.

No entiendo porqué alguna gente ve en la introducción de la alimentación complementaria antes de los 6 meses una amenaza a la lactancia materna:

– ¿Es no habéis dejado de dar el pecho tras introducir la alimentación complementaria?

– ¿Ha pasado vuestra leche a ser de peor calidad?

– ¿Ha dejado de aportarle una grasa, proteínas, hidratos de carbono, probióticos, minerales y vitaminas a vuestro hijo?

– ¿Habéis dejado de querer a vuestro hijo tras darle otros alimentos?

¿Me podéis explicar por qué …. (y aquí pondría un taco muy gordo)…. empezar antes la alimentación complementaria es un ataque a la sostenibilidad de esa Lactancia Materna?

El problema real, es que, antes de hacerlo yo, ya han atacado ese “Pilar” otros que sí buscaban mermar la validez de la lactancia materna. Entiendo el fuego amigo. Pero es que algunos sois de gatillo muy fácil,… (otro taco cariñoso).

Si os parece suficientemente aclarado que soy tan Prolactancia como el que más y que no me han abducido los extraterrestres ni me han hacheado el blog para hundirme….

Otra aclaración más: Es que me han sobornado…

Tal vez sabréis y si no os lo digo, que desde hace un mes estamos publicando una serie de vídeos en el canal de Youtube en colaboración con una empresa productora de alimentos para niños. ¡Jo, que fuerte, seguro que me han untado de lo lindo!

“Os lo confieso, escribo esto desde mi nueva isla privada en Caribe. Teníais que verla….”

Ya en serio os lo voy a explicar.

Ni yo soy un ángel ni quien me critique es un demonio. Nos gusta simplificar. Es tan bonito un mundo en el que sea evidente quién es bueno y quien es malo…

Hace un par de años me di cuenta de que estaba cada vez más cómodo en mi trinchera.

Muchos de los que me han criticado por este artículo me ponían por las nubes: Un ejemplo de pediatra.

Había pasado de ser un pediatra sin conocimientos de lactancia a decir menos tonterías y tener alternativas suficientes para ayudar a la mayoría de las madres a tener la lactancia efectiva y disfrutada que toda madre desea tener.

De recomendar triturados y papillas a defender con argumentos el BLW.

Cada vez más famoso. 2 millones de seguidores en FB… Ahora es cuestión de no meter la pata.

De repente, empiezo a darme cuenta de que ya casi no ayudaba a las madres en las que había fracasado intentando hacer que tuviesen una lactancia placentera y efectiva. Aquellas en las que todas nuestras respuestas en serie sobre pautas, agarre, estimulación del pecho y demás no habían funcionado.

Para ellas nada…. Fracasamos al ayudarles y encima las dejamos en el silencio, la recriminación… No lo ha intentado lo suficiente, ha sido débil y le ha dado un biberón cuando le dije que no lo hiciera….

Entendí entonces que además de generar información sobre cómo alimentar a sus hijos lo mejor posible sin lactancia materna, la alimentación infantil era claramente mejorable.

Y en eso los actores principales son LA INDUSTRIA ALIMENTARIA 👹. O sea, el diablo personificado….

Pues hice algo muy raro. Llevo 2 años hablando con empresas del sector para explicarles que entre tanto ruido digital, hay tendencias reales, con base científica, que demuestran que muchos problemas de salud infantil son atribuibles a errores de planteamiento mantenidos desde hace décadas (¿os va sonando?).

¿Creéis que me dieron una palmadita en la espalda y me mandaron a casa?

Pues resulta que hay una empresa que no. Que tras más de un año de conversaciones (debéis entender que mucho de lo que yo digo no les deja en muy buen lugar), deciden que mis planteamientos no les parecen descabellados y que su objetivo es ofrecer la mejor alternativa de nutrición que puedan para los niños (teniendo siempre en cuenta que la mejor es siempre la lactancia materna). Y que les interesa empezar un camino en el que mejoren su oferta aprovechando todo lo que se ha aprendido en los últimos años. No es un proceso de hoy para mañana. Pero hay empresas con voluntad de avanzar por ese camino.

Y si mi interés es mejorar la alimentación infantil tengo el deber de apoyar ese cambio. Aunque quede mejor no hablar con el enemigo, creo que en toda guerra pagan los débiles y no estoy yo por esa labor. Ya la hacen otros.

¿Y qué he pactado con esa empresa?

10 vídeos sobre alimentación infantil. Los temas los elijo yo. Los guiones los escribo yo. No me han cambiado ni una coma.

Estos vídeos los produzco en colaboración con MedicinaTV. Una parte es para ellos, por grabar, maquetas y mantener el canal de Youtube.

De lo que me llevo yo, hacienda se queda una buena porción. Y puede que me quede para pagar el servidor de esta página web este año. Es que con más de 1 millón de visitas al més no sale barato.

Es un negocio redondo. Llevo más de 10 años escribiendo artículos y haciendo vídeos para esto… Que hay más de 700 artículos escritos y más de 100 vídeos publicados…. Y puede que este año, no me cueste el dinero.

Creo que la Isla del Caribe no la compro este año….

Aclaradas ya mis motivaciones para escribir esto, o eso espero…

¿Por qué recomiendó la OMS Lactancia Materna Exclusiva hasta los 6 meses de vida en 2001, haciendo referencia constante a reducir mortalidad y morbilidad por malnutrición e infecciones gastrointestinales, y con constantes referencias a países en vías de desarrollo?

Si esto no lo tienes claro, de nuevo, léete la declaración:

http://apps.who.int/gb/archive/pdf_files/WHA54/sa54id4.pdf?ua=1&ua=1

Pensemos en un país con pocos recursos sanitarios en los que el principal problema de salud infantil es la malnutrición. Un país en el que las crisis acaban resolviéndose con medios externos de ayuda internacional. Con poca capacidad para hacer campañas de formación sanitaria.

En ese país, cuando un bebé toma Lactancia Materna con 3-4 meses, y está bien alimentado con ella, ¿es mejor que siga con Lactancia Materna Exclusiva o que inicie Alimentación complementaria?

La respuesta es clara: Mejor que siga con Lactancia Materna Exclusiva hasta los 6 meses o incluso un poco más.

La razón: Mientra siga con Lactancia Materna Exclusiva, con una ración de comida mantenemos a la madre y al bebé. Cuando empiece a tomar alimentación complementaria, lactancia mixta o artificial, va a cubrir una parte cada vez mayor de sus necesidades con un alimento que tal vez no podamos garantizar en unas semanas. Necesitaremos alimento para la madre y para el bebé. Si la comida y el agua que puedo ofrecerle, además no tiene una salubridad garantizada, mejor pecho que otra cosa.

Conclusión: Mantener la Lactancia Materna Exclusiva reduce los problemas por malnutrición en los países en los que no podemos garantizar una alimentación suficiente y de calidad.

Luego es una recomendación muy adecuada.

¿Pero es igual de adecuada en Países donde la comida no falta?

El problema es que las recomendaciones de la OMS a veces alcanzan más difusión en los países a los que no van dirigidas. Países en los que hay sistemas de salud que cubren las necesidades de su población, donde no hay problemas de falta de comida y donde accedemos con más facilidad a formación e información sanitaria.

Y esa recomendación, en estos países puede no ser adecuada.

En España, donde yo vivo, no hay niños muertos por falta de comida desde hace décadas.

Una vez superado ese problema los objetivos en nutrición pasan a ser otros. Los 4 que yo destacaría son:

  1. Reducir la Obesidad.
  2. Evitar las Alergias Alimentarias.
  3. Conseguir Dietas Equilibradas.
  4. Mejorar la Relación de los Niños con la Comida.

¿Cómo influye el mantenimiento de la Lactancia Materna Exclusiva en cada uno de esos objetivos?

Empiezo por los objetivos 1 y 3 juntos: Dieta Variada y Obesidad.

Para que un niño esté bien alimentado necesita Macronutrientes (hidratos de carbono, grasa y proteínas) y Micronutrientes (vitaminas, minerales, oligoelementos, aminoácidos esenciales, ácidos grasos esenciales…).

La leche contiene los Macronutrientes en una proporción perfecta. Por eso un bebé puede crecer sano sólo con leche durante los primeros meses de vida.

Pero es rica sólo en algunos Micronutrientes y eso hace:

– Que siga siendo necesaria para aportar esos micronutrientes cuando la dieta se amplia.

Que no sea suficiente, porque tras meses de Lactancia Materna hay algunos micronutrientes que escasean ya. Cuando nació tenía una reserva de ellos que le llegó a través de la placenta. Pero llega un momento en que se agotan. Es la razón por la que no podemos seguir toda la vida tomando sólo leche.

Los niños muestran tendencia a echárselo todo a la boca a partir de los 3-4 meses. Y una parte de lo que ha hecho que ese instinto se mantenga en ese momento después de miles de generaciones de selección natural, es que hacerlo mejora su nutrición garantizando un aporte adecuado de micronutrientes cuando empiezan a faltar.

Ha habido quien ha comentado a la primera versión de este artículo que ningún niño antes de los 6 meses tiene interés real por la comida. ¿Perdona? Esto podéis comprobarlo cada uno en casa. Ofreced a vuestro hijo con menos de 6 meses vuestra comida. Puede pasar que alguno no muestre interés. Pero más del 90% lo muestran claramente antes, bastante antes de los 6 meses.

Y la segunda: Un día antes de los 6 meses ni una chupada a una manzana. Al día siguiente, viva el BLW, de todo. ¿Tan incautos somos para no darnos cuenta de que el planteamiento del BLW y la recomendación de nada hasta los 6 meses no encaja ni a martillazos?

Contradecir esa tendencia en un país en vías de desarrollo donde no puedo garantizar ni siquiera el aporte de Macronutrientes, es adecuado.

Hacerlo en un país donde no faltan los Macronutrientes, es empobrecer sin justificación la dieta. 

Esto puede favorecer además la Obesidad, porque cuando un individuo tiene falta de micronutrientes, tiende a comer algo más de lo que comería, buscando conseguir esa cantidad de micronutrientes que necesita y no recibe. El resultado es que para llegar a esa dieta variada toma más Macronutrientes de los necesarios, facilitando la obesidad.

Si queréis estudios los hay a espuertas que demuestran que una dieta pobre en variedad genera este efecto.

Evitar Alergias Alimentarias

La Lactancia Materna incluye en su composición trazas de todos los alimentos que la madre toma en su dieta. Este contacto precoz y mantenido durante los meses de Lactancia Materna Exclusiva es una de las razones por las que previene las Alergias Alimentarias.

Pero esas trazas son formas muy básicas de presentación del alimento. Son un primer paso necesario.

El salto a que el bebé lo tome directamente es importante.

Durante mucho tiempo ha habido una recomendación para que se introdujesen tarde aquellos alimentos que producen alergia con más frecuencia. Tras décadas de esa estrategia las Alergias Alimentarias no bajaron, se han disparado.

Hace ya años que disponemos de estudios que demuestran que introducir tarde en la alimentación los alimentos que generan alergia aumentan la frecuencia de alergias. Os recomiendo este vídeo:

La alergia a la leche de vaca aumenta si retrasas su introducción

Para los que piensen que este es un estudio aislado y no se lo crean, aquí tenéis un metaanálisis que lo dejaba claro hace ya casi 2 años.

https://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/2553447?utm_campaign=articlePDF&utm_medium=articlePDFlink&utm_source=articlePDF&utm_content=jama.2016.12715

El motivo es que en los primeros meses de vida el niño está protegido por los anticuerpos que su madre le ha pasado a través de la placenta (Inmunización Pasiva).

Estas defensas le protegen de todos los gérmenes que su madre ha pasado en su vida. Que son la mayoría de los del entorno donde ha nacido el bebé.

Por eso los bebés casi no enferman en los primeros 6 meses de vida.

Cuando esas defensas empiezan a bajar, las infecciones se hacen cada vez más frecuentes.

Una Alergia Alimentaria es un error del sistema inmunitario que ocurre cuando:

  1. Una infección causa un daño en el intestino.
  2. Coincide que el niño toma un alimento con el que no está familiarizado.
  3. El sistema defensivo lo encuentra en el foco del daño, no lo conoce e interpreta erróneamente que es el responsable.
  4. A partir de ese momento, cuando contacta con el alimento lo ataca para evitar que vuelva a dañarle.

Por eso, cuando retrasamos la introducción de alimentos que pueden generar alergia a la edad en las que las infecciones son más frecuentes, se multiplican las alergias.

Las alergias Alimentarias aparecen coincidiendo con el aumento de infecciones tras desparecer la inmunización pasiva

El retraso de esa Introducción de la Alimentación manteniendo la Lactancia Materna Exclusiva hasta los 6 meses que recomienda la OMS puede aumentar por tanto las Alergias Alimentarias en países donde la falta de alimentos no es un problema.

Mejorar la Relación del Niño con la Comida

Otro de los problemas más frecuentes en los países donde la falta de comida no es un problema: La relación de los niños con la comida es mala. 

Y lo es porque no respetamos la forma en la que el instinto del bebé la busca.  Respetar ese instinto mientras no haya un motivo justificado que lo impida, es la base del BLW.

A partir de los 3-4 meses casi todos los bebés tienen tendencia a echarse a la boca todo lo que encuentran a su alcance.

Ese instinto es positivo como decía más arriba para empezar a cubrir la necesidad de micronutrientes que ya no garantiza la leche. Mejora la supervivencia y por eso existe y en la fecha que existe. 

¿Desde el primer día que se echa algo a la boca es que ya tiene carencias de micronutrientes? Pues claro que no. Es un proceso en el que está preparándose para tomar sólidos. Pero ese proceso desde luego no dura meses. Y no tiene una fecha fija para todos los niños. Las fechas exactas no sirven en nada hablando de salud infantil y esto no es una excepción.

Pero cuando llegue al año y poco, y tenga autonomía para desplazarse aparecerá un nuevo instinto, aún más fuerte que lo contradice: No probar nada nuevo que no conozca de la etapa anterior.

Esa selectividad mejora la supervivencia porque evita intoxicaciones: “Si mis padres no lo han puesto a mi alcance mientras controlaban mi entorno, es que no es seguro”.

El problema viene cuando en la etapa de “todo a la boca” limitamos el acceso del niño a la variedad de alimentación que luego será necesaria para tener una dieta sana y variada: Limitación en alimentos, en texturas o en formas de prepararlo.

Si retrasamos 2-3 meses el inicio y luego encima lo hacemos lentamente, estamos perdiendo un tiempo precioso para lograr que la dieta del niño sea suficientemente variada.

Evitar además que un niño pruebe los alimentos cuando quiere hacerlo con 4-5 meses para luego pelear con él para que lo haga 2 años después es un absurdo que va a empeorar su relación con la comida. Y que quiere hacerlo no tengo que demostrarlo. Mira a tu hijo de esa edad cuando comes y está contigo. Y cuando pruebe tu comida verás cómo reacciona….

Por tanto: Si no puedes garantizar comida suficiente y de calidad para un niño y su madre, mantener la lactancia materna exclusiva como recomienda la OMS hasta los 6 meses es positivo.

Pero: Si tienes garantizado el acceso a comida suficiente y de calidad, desde el momento que el bebé muestre interés por la comida es bueno que empiece a tomarla.

Lo que no impide que la Lactancia Materna siga representando un papel de protagonista indiscutible, y no va ha hacer que dejes de dar el pecho, ya que la cantidad de alimentación complementaria que va a tomar los primeros meses es muy escasa.

Pero tiene una gran importancia no retrasarla para evitar alergias, obesidad, cubrir la necesidad de micronutrientes y permitir una adecuada relación del niño con una dieta variada.

Para acabar, dos frases de obras literarias que me encantan. Tal vez muchos las conozcáis:

”Ladran, luego cabalgamos.”

”Sigue con alegría al que busca La Verdad, y huye desesperadamente del que la encuentra.”

Yo aún no la he encontrado y sigo cabalgando. 

Si alguien con conocimientos que puedan matizar esto lo desea, estaré encantado de debatirlos con esa persona en público o en privado, y a seguir aprendiendo.

 

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¿Por qué el puré crea comedores pasivos?

Comedores pasivos y Obesidad infantil. Comer entretenido con los dibujos

Los comedores pasivos son personas que comen mientras tengan comida delante. Es una de las prácticas que favorece más la obesidad. Evita que tu hijo lo sea.

Una imagen puede asociarse con la obesidad fácilmente. Piensa en alguien sentado en el sofá. Delante de la televisión, comiendo sin prestarle atención a la comida. Esa escena típica de las películas americanas es ya algo muy habitual en nuestras casas. Y es uno de los factores que más favorecen la obesidad. Es el icono del sedentarismo.

Esto, que cada vez es más frecuente, como la obesidad en sí misma, es una conducta que tiene sus raíces. Y entenderlas en la etapa en la que empieza a gestarse es la forma de evitar esta conducta en la vida futura de nuestros hijos.

Comedores Pasivos: Todo empieza por un miedo a que coma poco.

Ya he hablado mucho del miedo a que un niño coma poco. Pero no me canso de explicarlo, porque define la conducta en torno a la comida de la mayoría de las familias.

Durante toda la historia de la Humanidad, hasta hace “cuatro días”, el bebé gordo era el que sobrevivía. Una mala cosecha o una epidemia solía matar a los delgados.

Por eso, cuando hay comida disponible, todas las madres y abuelas del mundo intentan alimentar a sus bebés tanto como pueden. Es comprensible. Generación tras generación se ha reforzado esa idea del bebé “hermoso”.

Pero en una sola generación esto ha cambiado. Casi con seguridad, ninguno de los que leéis este artículo habéis visto jamás morir a un niño de malnutrición. Lo que hoy tiene más posibilidades de acabar enfermando y matando a vuestros hijos es lo contrario: La obesidad.

Sin embargo, es un cambio demasiado fuerte en muy poco tiempo. Y la mayoría de las familias siguen con la estrategia que hay usado la Humanidad desde siempre: “Que coma un poquito más”.

Para conseguirlo se hacen dos cosas:

Entretener al bebé mientras come. Con dibujos animados en la tele, el móvil, la tablet o haciendo nosotros una función de circo cada comida. No confiamos en la capacidad del niño de regularse y decidir en cada momento la cantidad de comida que necesita. Cuando esta capacidad la tienen todos los seres vivos. ¿Le has dado de comer alguna vez a tu perro? ¿O basta con que tenga comida accesible para que no se muera?

Facilitando la comida en una forma en la que es más fácil comer cantidades mayores: Es decir Triturándola, para que no pierda el tiempo gestionándola. Esto funciona para engordarlos, porque si comes despacio, llega un momento en que tu nivel de azúcar en sangre sube generando saciedad. Comiendo triturado eres capaz de comer una cantidad mayor antes de que esto ocurra que si vas comiendo cosas sólidas.

Comedores pasivos frente al BLW.

El BLW ya lo he explicado en otros artículos. Es una forma de introducción de la alimentación en la que confiamos en la capacidad del bebé de autorregularse.

Entre otras cosas incluye la comida en su estado original, tal como la comemos nosotros. Es decir, sólida, sin triturar.

Cuando un bebé toma purés le resulta aburrido. La primera cucharada y la 14º son iguales. Eso hace que el niño muestre menos interés por esa comida que si le pones la misma pero sin triturar. Ya que sin triturar hay muchos trozos diferentes, en color, textura, forma y sabor.

Pero es que con BLW comen “muy poco”. Es cierto. Cuando un bebé toma leche y BLW, recibe la gran mayoría de los nutrientes de la leche. En ella tiene todas las Grasas, Proteínas e Hidratos de Carbono que necesita. No hay en la leche carencia de Macronutrientes.

Lo que hace que necesitemos comer cosas distintas a la leche son los micronutrientes. Y estos son cientos, pero “micro”. Para tenerlos en la cantidad adecuada es fácil, basta con probar alimentos que los contengan, ya que son sustancias necesarias, pero en muy poca cantidad.

El problema es que son muy variados, y la mejor forma de tenerlos todos es una dieta lo más variada posible.

Por tanto, una dieta rica, no lo es si comes mucho, sino si comes variado.

Esto hace que los niños que toman purés, que son mucho más repetitivos que nuestra comida y menos variados, tengan más facilidad para ser “obesos malnutridos”. Es decir, personas que tienen un exceso de macronutrientes con carencias de micronutrientes.

Pensamos que la solución es que coman un poco más y los entretenemos para que coman, porque el puré no es un estímulo suficiente para centrar la atención del niño en la comida. Y a la larga lo que estamos haciendo es que la comida se asocie a un momento de ocio en el que nuestra atención está fuera de la comida. Un comedor pasivo.

La próxima vez que tengas la tentación de encenderle la tele, el móvil, la tablet a tu hijo para que coma “un poco más”, imagínatelo con 30 años más sentado frente al televisor, con aspecto de muñeco de Michelin engullendo abstraído hasta reventar….

Hay una alternativa. ¿Verdad que cuando ve tu comida sí le llama la atención? Pues ofrécele precisamente esa y respeta que deje de comer cuando ya no quiera más. Aunque sólo haya jugueteado con ella. Si entiendes todo lo que te he explicado habrás reducido drásticamente las posibilidades de que tu hijo acabe engordando el ejército de obesos que está ocupando muestro planeta.

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Obsesión por los percentiles de niños y bebés y Obesidad

 Entender los percentiles de peso en los bebés para evitar la obesidad

Entendemos mal los percentiles de peso en bebés. Esto hace que usemos «remedios» que están produciendo un aumento de la Obesidad.

Los percentiles de peso se interpretan mal

Casi todos los días veo en la consulta niños y bebés cuyas familias están preocupadas porque tienen un percentil bajo de peso.

El problema en la mayoría de los casos no es que el bebé esté mal, sino que la interpretación de los percentiles es errónea.

Mucha gente, incluidos profesionales, ven los percentiles como una especie de calificación académica. De tal forma que un percentil de peso por debajo de la media es interpretado como un suspenso.

Y claro, los suspensos implican que hay que esforzarzarse por aprobar… 😱 Sea como sea…

El miedo a que un bebé con un percentil bajo de peso muera de desnutrición

Este concepto nace del miedo a la desnutrición heredado de nuestros antepasados inmediatos.

La generación de nuestros padres en España es la de los «niños de la postguerra». Fué una época dura en la que mucha gente pasaba penurias. Había niños que morían de hambre en España.

Para esa generación un bebé gordo era un bebé sano.

En esa época además la mortalidad infantil era muy alta, y su causa principal eran las muertes por «diarreas». En esta categoría entraban algunas infecciones, pero también muchas alergias o intolerancias alimentarias que ni se sabían diagnosticar ni se podían tratar en esa época.

Un bebé delgado en bastantes casos era un bebé que iba a morir en los primeros meses de vida.

Fue esa también la etapa en la que la Pediatría Moderna apareció como especialidad y se definieron sus estrategias iniciales respecto a la alimentación. Se buscó vencer el que en ese momento era el principal problema relacionado con el peso: La Malnutrición. Y se ha vencido. Pero hemos pasado en poco tiempo de esa situación de carencia a una de abundancia de comida.

Con esa herencia, pero en una situación radicalmente opuesta, pasa hoy en día lo que pasa: Ahora, el principal problema en nutrición es la Obesidad.

Los niños sanos con percentil de peso bajo

Cuando hacemos estadísticas de peso para clasificar los percentiles, sólo usamos niños sanos. Tan sano es el que está en el percentil 90 como el que está en el percentil 10 o en el 1….

Pero, estando sanos todos, ¿por qué hay tanta variedad de pesos?

Influyen muchas cosas. No todos los niños sanos se alimentan igual. Unos toman pecho, otros biberón y otros lactancia mixta. Cuando entramos en alimentación complementaria las diferencias son incluso mucho mayores.

Pero otras muchas cosas influyen en el peso, desde el clima a la actividad de la familia con el bebé…

Y por supuesto la genética. Somos todos diferentes. Desde el punto de vista genético, una mezcla única de los genes de nuestros padres.

Epigenética y programación metabólica en niños que les lleva a la Obesidad

En muchos aspectos de nuestro desarrollo somos el resultado de nuestra genética adaptada al ambiente en que crecemos.

Merece la pena explicar esto en detalle.

Tenemos muchos más genes de los que vamos a usar en nuestra vida. Disponemos incluso de genes que dan órdenes contrarias. ¿Cómo elige nuestro cuerpo cuáles usa y cuáles no? Lo hace adaptándose al entorno en el que vivimos.

Tenemos mecanismos muy finos que hacen que captemos cualidades de nuestro entorno que nos permiten escoger los genes más adecuados para sobrevivir en él.

Estos mecanismos son especialmente activos en los primeros 2-3 años de vida de un niño. Permiten una primer adecuación general al entorno en el que nos ha tocado nacer.

Seguiremos teniendo capacidad de bloquear ciertos genes y utilizar otros toda nuestra vida. Pero con la edad será una capacidad cada vez menor.

Podríamos hablar de que en los primeros 2-3 años de vida hacemos una programación genética que va a marcar en gran medida el resto de nuestra vida.

Uno de los aspectos en los que lo hará es el metabolismo. Por lo que suelo hablar de programación metabólica.

Al hacer que un bebé suba su percentil por encima de la media estás favoreciendo la Obesidad en el futuro

Cuando en una valoración del percentil de peso y talla de un bebé decimos que está por debajo de la media, o que está delgado porque su percentil de peso es inferior al de talla, hay que ser muy cuidadosos. Porque estamos abriendo la caja de los truenos.

Ya antes de que les digamos su percentil, muchas familias ven lo evidente: que el bebé es delgado en comparación con otros de su edad.

Pero se pasa por alto la pregunta clave: ¿Está sano?

Porque si está sano siendo delgado, ¿cuál es el problema?

El problema es que con la herencia del hambre de la postguerra cuesta creer que un bebé delgado pueda estar sano.

Cuando esto ocurre se inicia una odisea de pruebas diagnósticas para encontrar la causa. Pruebas en muchos casos agresivas para el niño, que suelen acabar sin un diagnóstico.

Si el niño no tiene signos de enfermedad, está activo y feliz, ¿por qué no lo dejamos en paz?

Pero es que en muchos casos no se le deja en paz ni tras someterlo a las pruebas diagnósticas siendo normales.

Veo montones de bebés en los que se ha descartado que haya una enfermedad y se trata simplemente «la delgadez». Niños con todas sus pruebas normales a los que:

  • Se les obliga a comer más de lo que desean.
  • Modificamos su dieta empobreciéndola en variedad sólo con el objetivo de que coman más en cantidad.
  • Se les dan medicamentos para aumentar el apetito o suplementos nutricionales con el único objetivo de que ganen peso.

Y se interpreta como un éxito cuando se consigue que suban por encima de la media.

Expliquemos en qué ha consistido el éxito… Más Obesidad

Lo que hemos hecho es modificar la epigenética a martillazos. Pero veamos lo que eso implica.

Durante esta etapa en la que la elección de genes es más adaptable hemos suplantado mecanismos metabólicos que había escogido su instinto. Esos que le llevaban a ser un bebé sano y delgado, por otros que le ayudan a ser un bebé por encima de la media en peso.

Superamos la edad en la que escogemos los genes que nos acompañarán en nuestra vida y nos quedamos con aquellos que permiten tener un peso mayor.

Lo que hemos hecho es decirle al instinto del bebé que se ha equivocado. Que la prioridad no es estar sano, sino ganar peso por encima de la media.

¿Estaremos igual de contentos cuando nuestro hijo, ya adulto, tenga un peso superior a la media?

¿O preferiríamos que se hubiese quedado con su elección original y fuese un adulto sano y delgado?

Involuntariamente, y creyendo que hacían lo mejor para sus hijos, pero la generación que superó las hambrunas de la postguerra son los padres de la generación con mayor obesidad de la historia, por ahora….

Sólo podremos evitar que la siguiente generación nos supere si desterramos los esquemas que han llevado a la situación actual. 

Por supuesto influyen otros factores, como lo fácil que es alimentarse mucho y mal en la actualidad, pero ese es otro tema…

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Alimentación tradicional contra sobrepeso en niños

Alimentación Tradicional

Sobrepeso en niños: ¡Vuelve a la alimentación tradicional y no te arrepentirás! Observarás que en los países dónde no ha llegado la civilización occidental, apenas hay niños con sobrepeso. Tampoco los teníamos aquí antes de iniciar la era híper-industrial.

  • ¿Cómo era la alimentación tradicional antes de la era híper-industrial?
  • ¿Disponemos de alimentos adecuados en la actualidad?
  • Cuáles son las características de las «enfermedades de la civilización occidental en los niños»
  • ¿Cómo nos alimentamos en la era híper-industrial?
  • Nutrientes que nos conducen a las «enfermedades de la civilización occidental»
  • ¿Cómo podemos alimentarnos actualmente para controlar el peso y ser fieles a nuestro nicho ecológico?

¿Cómo era la alimentación tradicional antes de la era híper-industrial?

Hace años en nuestro entorno mediterráneo, los alimentos que consumíamos habitualmente tenían una procedencia cercana, de muy pocos kilómetros a la redonda, ya que las comunicaciones eran escasas y lentas.

Los alimentos frescos y perecederos no podían ser trasladados, ya que fermentaban y se estropeaban. Solo los alimentos artesanales, debidamente procesados para su conservación, llegaban a las tiendas que entonces se llamaban de Ultramarinos.

Comprando verduras en el mercado tradiconalPor tanto, la mayoría de los alimentos consumidos en la alimentación tradicional procedían de productores locales y solo durante periodos de «temporada». Cuando se terminaba la temporada de un producto, se iniciaba la temporada de otros productos.

Sobre todo en el invierno y a principios de primavera había escasez de alimentos, debido a la climatología hostil. A menudo era época de ayuno obligado y a veces institucionalizado como la «cuaresma» de los países cristianos.

En esa época, había muchas ocasiones en las que se pasaba hambre y la población estaba desabastecida frecuentemente. La escasa alimentación y la escasa higiene, propiciaba el desarrollo de enfermedades carenciales, deficitarias de determinados nutrientes, que favorecían el desarrollo de las enfermedades infecciosas.

En nuestro país, según la zona podían predominar unos alimentos sobre otros, pero en general, la alimentación estaba basada en el modelo que hemos llamado «Dieta Mediterránea Tradicional», cuyas características principales consistían en el consumo de alimentos frescos y perecederos de origen vegetal, como frutas, verduras, hortalizas y setas.

A los que se sumaban los alimentos vegetales desecados, que permitían su conservación durante un periodo largo de tiempo, pero que se mantenían «vivos», con todas sus propiedades y con la capacidad de germinar, como los granos de cereales, las legumbres, los tubérculos, las semillas, los frutos secos, las frutas desecadas y finalmente las aceitunas, de las que se extraía el aceite de oliva.

Con estos alimentos se elaboraba el pan, las ensaladas, los gazpachos, los potajes y guisos a los que ocasionalmente se añadían pequeñas porciones de alimentos de origen animal a modo de condimento, debido a su alto precio y a la dificultad para conseguirlos.

El consumo de alimentos de origen animal en la alimentación tradicional era escaso y quedaba reservado para celebraciones y agasajos. Únicamente en las comarcas costeras habría un consumo moderado de productos del mar.

Los alimentos artesanales que tenían la propiedad de mantenerse comestibles durante un periodo más largo de tiempo, se reservaban para los periodos invernales.

Es importante que os quedéis con estas tres cualidades de la Alimentación Tradicional Mediterránea:

  • Predominio de alimentos de origen vegetal: Productos vegetales frescos, perecederos, y de temporada.
  • Limitación de alimentos de origen animal, usados ocasionalmente como «condimento» para guisos y cocidos.
  • Reserva de los alimentos artesanales e industriales para los periodos de escasez.

¿Disponemos de alimentos adecuados en la actualidad?

Actualmente no tenemos problemas de abastecimiento en la mayoría de nuestros hogares. No se presentan temporadas de hambruna como sucedía antaño, y los recursos sociales se encargan de proveer alimentos a las familias más necesitadas.

Los medios de transporte nos traen alimentos frescos y perecederos de buena calidad, habiendo aumentado enormemente la variedad de alimentos de los que disponemos y que antaño no se conocían.

Vienen de sitios a veces muy alejados de nuestra residencia y disponemos de ellos no solo durante el periodo de temporada, sino que podemos adquirirlos durante todos los días del año, al ser de procedencia geográfica lejana con otro ciclo climático.

Mercado de Alimentación TradicionalLa lista para elegir  alimentos saludables ha aumentado exponencialmente.  Hace aproximadamente 50-60 años, habría menos de 50 productos en los mercados tradicionales en los mejores momentos de temporada.

El porcentaje de gasto de las familias en alimentarse ha disminuido considerablemente; antes se trabajaba para poder comer cada día, actualmente se pueden hacer muchas más cosas.

Estamos en una situación optima, para que tu familia y tus hijos se alimenten adecuadamente, y para mantenerles en un magnífico estado de salud ….. y sin embargo nos hemos encontrado de repente con un elevado número de enfermedades que antes eran inusuales y que hemos denominado «enfermedades de la civilización occidental».

Cuáles son las características de las «enfermedades de la civilización occidental» en los niños:

  • Hay un acumulo excesivo de grasa corporal en toda la población, que no sabe como desprenderse de ella y que conduce hacia el sobrepeso y la obesidad.
  • Hay un exceso de afecciones y molestias respiratorias que ocasionan dificultad respiratoria, toses irritativas frecuentes y a veces fatiga por broncoespasmo, que van configurando el asma infantil.
  • Hay una tendencia hacia la piel seca, áspera y pruriginosa, que va conformando la dermatitis atópica.
  • Hay cada vez más niños con enfermedades reactivas frente a pólenes, epitelios de animales, hongos, polvo doméstico, etc., que condicionan la rino-conjuntivitis y el asma alérgico.
  • Hay cada vez más problemas con determinados alimentos, que conducen a intolerancias alimenticias.
  • Ha aumentado la reactividad clínica frente a las enfermedades víricas, de modo que los catarros se repiten y aumentan de intensidad, convirtiendo la experiencia de la guardería en un verdadero suplicio para los padres y el niño.
  • Hay una mayor susceptibilidad a las complicaciones bacterianas, repitiéndose procesos como las faringo-amigdalitis, otitis y rino-sinusitis, que a menudo llevan aparejados un excesivo tratamiento con medicamentos.
  • Hay un exceso de formación de tejido linfoide, que origina el agrandamiento de amígdalas y vegetaciones, que finalmente tienen que ser operadas, porque conducen a la obstrucción nasal persistente e incluso a no poder tragar los alimentos.
  • Hay muchas dificultades digestivas frecuentes, que van en aumento, como las regurgitaciones, los vómitos, los dolores de barriga, el estreñimiento, las hemorroides, etc.
  • Es frecuente la inapetencia infantil, con el extraño rechazo de los niños sanos a la comida habitual, que hace pensar en un estado de empacho persistente.
  • El dolor de cabeza recurrente, el dolor de extremidades y otras muchas molestias que podríamos añadir y que debido a su mayor incidencia desde que nos hemos incorporado al desarrollo industrial, van delimitando las patologías que hemos llamado «enfermedades de la civilización occidental».

 ¿Cómo nos alimentamos en la era híper-industrial? ¿Qué está sucediendo? ¿Cuál es el modelo actual?

Hemos modificado el modelo de alimentación tradicional casi sin darnos cuenta. De la noche a la mañana estamos cambiando los hábitos y las conductas en torno a la alimentación

  • Hemos dejado de ir al mercado y a la tienda de la esquina; ahora vamos al híper-mercado.
  • Hemos dejado de tomar alimentos frescos, locales y perecederos; ahora tomamos alimentos procesados.
  • Hemos dejado de comprar alimentos a diario, ahora los compramos una vez a la semana o más.
  • Hemos dejado de cocinar y preparar los alimentos; ahora nos dan las comidas pre-cocinadas.
  • Hemos dejado de comer en familia; ahora se come en el colegio, en el trabajo, en el bar de enfrente.
  • Hemos roto el vínculo social de la comida, con los padres, los hermanos, y los abuelos; ahora comemos solos o con los compañeros de trabajo.

Todos estos cambios van conformando una nueva manera de alimentarse y de nutrirse.

¡No son los mismos nutrientes!

¡Son los nutrientes de la era híper-industrial!

Nutrientes que nos conducen a las «enfermedades de la civilización occidental»

Por si no te has dado cuenta, vamos a repasar cuales son algunas de estas diferencias:

  • Antes se bebía agua fresca, actualmente se consumen multitud de bebidas azucaradas.
  • Antes se tomaba pan «entero» o integral y actualmente se toma pan blanco o refinado.
  • Antes se tomaba fruta como postre, ahora el postre se relaciona con dulces, helados y pasteles.
  • Antes se consumían muchos alimentos de origen vegetal, como frutas, verduras, hortalizas, legumbres, setas, etc. Actualmente se ha reducido enormemente su consumo.

Alimentación industrial

  • Antes se tomaban pocas grasas y proteínas de origen animal. Actualmente se consumen proteínas hasta cuatro veces las recomendaciones de las Agencias de Salud Internacionales.
  • Antes apenas se consumían aditivos y productos conservantes. Ahora se nos acumulan y nos salen por las orejas.
  • Antes se tomaban ocasionalmente productos artesanales o industriales. Actualmente se consumen infinidad de productos elaborados y modificados por la industria.

¿Cómo podemos alimentarnos correctamente para controlar el peso y ser fieles a nuestro nicho ecológico? Alimentación Tradicional

Para que tú y tus hijos os escapéis de las garras industriales, por motivos fundamentalmente economicistas, es necesario que tengáis una fuerte convicción.

¡Tenemos que armarnos ideológicamente!

Somos seres humanos y nuestra alimentación tiene un modelo patrón, está pre-diseñada. No podemos comer de» todo». Tenemos un nicho ecológico, como todos los seres vivientes.

Comer de acuerdo a nuestro nicho ecológico es también respetar el nicho de los demás seres vivientes. Podemos convivir juntos en el Planeta y el conocimiento de nuestras necesidades y la de los demás seres vivientes nos llevará al equilibrio de las especies. La destrucción de los demás nichos ecológicos, es también el inicio de nuestra propia destrucción.

Nuestra alimentación tiene un modelo Patrón. Es el modelo tradicional.

En nuestro entorno estamos hablando de la Alimentación Tradicional Mediterránea.

No debemos dejar que nos confundan, que nos conviertan en clientes, que nos adoctrinen, que nos sometan, que nos engañen, que nos enfermen.

¡Tenemos que ser como arboles enhiestos plantados junto a una fuente!

Tenemos que tener un estandarte, una bandera, un escudo y una misión por la que luchar. Debemos tener claros nuestros principios. Tenemos que resistir a la sociedad del consumo ilimitado y «sinsentido».

En la próxima entrada os presentaremos un estudio de investigación que hemos realizado en niños con sobrepeso y obesidad a los que «únicamente» les hemos propuesto que sigan la Dieta Mediterránea Tradicional.

Alcanzar la Salud a través de Alimentación Tradicional

Sin contaje de calorías, sin modificación de la actividad física, con una dieta familiar e intuitiva.

Los resultados han sido muy satisfactorios.

Solamente ha sido necesario ser tercamente afín a la Dieta Mediterránea Tradicional y resistente a las manipulaciones del mercado.

No es fácil, es muy difícil debido a la presión que ejercen el marketing y la publicidad, pero es muy ilusionante su consecución porque nos conduce a un Estado de Salud, y a lo «Lo que tiene sentido».

Fernando Calatayud, Pediatra Nutricional

Autor: Fernando Calatayud Sáez

Pediatría Nutricional en Ciudad Real.

Trabajo codo con codo con una nutricionista, mi hija: Blanca Calatayud Moscoso del Prado.

Pediatría Nutricional

Estamos estudiando la relación entre las enfermedades infantiles y el abandono de la Dieta Mediterránea Tradicional.

Nunca la Pediatría y la Nutrición estuvieron tan cerca.

Autor de la web y del blog: pediatríanutricional.com,

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El azúcar en la alimentación infantil

El azúcar en la alimentación infantil.

La introducción de azúcar en la alimentación infantil es origen de muchos problemas. Debería prohibirse, pero mientras no lo hagan evítala por su salud.

Si tengo que nombrar a un experto en este tema que me haya influido es alguien que no era médico: Michel Montignac

Su aportación principal fue enfocar el problema del síndrome metabólico (obesidad, exceso de grasa y azúcar en sangre) con el índice glucémico en lugar del recuento de calorías.

Cuando se entiende esta idea se aprecia hasta qué punto el azúcar añadida en nuestra alimentación es la clave para entender muchos problemas. Y porqué es tan importante evitarla en la alimentación infantil.

El índice glucémico frente a las calorías

Todos los alimentos tienen una composición compleja. Prácticamente todos contienen de forma natural azúcar. Cada alimento cuando lo comemos produce una elevación de azúcar en sangre. Lo que mide el índice glucémico es cuánto sube el azúcar en sangre tras tomar una cantidad fija de cada alimento.

Este índice puede cambiar dependiendo de la forma en la que el alimento esté cocinado, de forma que no es igual comer zanahoria cruda que hacerlo con zanahoria cocida. Cocida subirá mucho más el azúcar que cuando está cruda, porque cocida las formas complejas de azúcar se simplifican haciéndose más fáciles de digerir y absorber.

La teoría imperante sobre dietética en las últimas décadas fue la del recuento de calorías:

  • Los hidratos de carbono producen 4 calorías por gramo.
  • Las proteínas 4 calorías por gramo.
  • Las grasas 9 calorías por gramo.

Eso hace que cuando nos basamos en las calorías para el control del peso el producto a evitar sean claramente las grasas.

Pero un kilo de zanahorias cocidas tiene las mismas calorías que un kilo de zanahoria cruda…

Michel Montignac defendía (murió en 2010) que la cuestión no es el recuento de calorías. Es algo levemente más complejo, pero aún así fácil de entender:

Si pensamos por ejemplo en la alimentación que existía hace 50 años nos daremos cuenta de que el consumo de grasas era mayor que ahora. Lo que hacía que en recuento de calorías la dieta fuera más potencial generadora de obesidad que en este momento. Pero sin embargo en la actualidad hay mucha más obesidad. Esto se debe a que la capacidad del cuerpo de absorber grasas es más limitada que la de absorber azúcar y almacenarla en forma de grasa.

Niveles de azúcar importantes en sangre

Cada persona tiene dos niveles de azúcar en sangre que son importantes:

  • Hay un nivel por debajo del cual si baja el azúcar sentimos hambre. Todos, hasta los niños «que no comen», sentimos hambre cuando ese nivel es traspasado. Cuando ocurre buscamos comida y tenemos tendencia a buscar alimentos ricos en azúcar para corregir el desequilibrio.
  • Hay otro nivel por encima del cual nuestro cuerpo interpreta que sobra azúcar y libera insulina, una hormona que hace que el azúcar se introduzca en las células, especialmente, cuando sobra, lo hace en las células del tejido adiposo (el tejido graso de nuestro cuerpo). Cuando más rápida y elevada es la subida de azúcar más insulina se libera y más se almacena ese azúcar transformada en grasa en nuestro cuerpo. En las personas con sobrepeso el origen de la grasa que acumula procede en mucha mayor medida del azúcar que el propio cuerpo ha transformado en grasa que de la grasa absorbida de la dieta.

Otro efecto importante del azúcar. La saciedad

Cuando el nivel de azúcar es bajo en sangre hay zonas de nuestro cerebro que desencadenan la reacción que llamamos hambre. Cuando esas zonas captan azúcar suficiente, desaparece el hambre.

Es importante entender esto para comprender dos efectos frecuentes:

  • Comer rápido engorda. Cuando uno come lentamente, da tiempo a que se vayan absorbiendo azúcares que al alcanzar el nivel adecuado desencadenan la saciedad. Ya no tenemos más hambre. Pero si comemos muy rápido la cantidad que nos da tiempo a tomar antes de haber permitido que se absorban los primeros azúcares es mayor. Y como hemos dicho antes si los azúcares se absorben lentamente el nivel alcanzado es menos alto y se libera menos insulina. Si comemos rápido la misma cantidad de azúcar hace un pico más elevado que estimula una mayor secreción de insulina.
  • Los edulcorantes no son la solución. Hay estudios que muestran que la gente que come con productos light (bebidas light por ejemplo) come más que cuando no lo hace. Al parecer los edulcorantes tienen la capacidad de unirse a las zonas del cerebro que controlan la saciedad, dificultando que lo haga el azúcar, pero no siendo capaces de desencadenar la reacción de que el hambre ha cedido. Eso hace que la cantidad de azúcares que uno acaba comiendo para acabar sintiéndose saciado es mayor si hay edulcorantes en la comida.

¿Qué ocurre cuando comemos azúcar?

Ya he dicho que todos los alimentos contienen azúcares. Y lo que diferencia unos de otros es la facilidad que el cuerpo tiene de absorberlos en mayor o menor proporción, más rápida o más lentamente.

Cuando el nivel de azúcar en mi sangre es bajo, algunas zonas de mi cerebro que controlan este nivel desencadenan una reacción que llamamos hambre.

Empiezo a buscar alimentos ricos en azúcar que corrijan la falta.

Si tomo alimentos ricos en azúcar y pobres en fibra

El azúcar se absorberá rápidamente. Pero lo hará cuando el alimento llegue al intestino, en lo que tardará un rato. Si cómo muy rápido, la cantidad de alimento que he tomado hasta que empiece a subir el azúcar será mayor.

Una absorción rápida de azúcar abundante subirá por encima del nivel en el que mi cuerpo interpreta que sobra, produciendo dos efectos:

Saciedad: Se me quita el hambre. Pero como he dicho será más difícil alcanzar este nivel si he tomado edulcorantes, no lo olvides. Cuando las zonas del cerebro que controlan el hambre y la saciedad reciben cantidad suficiente de azúcar nos «premian» liberando endorfinas (que producen una  sensación placentera).

Secreción de insulina: Cuando más rápido sube el azúcar y más alto llega mayor es la secreción de insulina. Todas las células del cuerpo absorberán parte de ese azúcar, pero sobre todo lo harán las células capaces de transformar ese exceso de azúcar en grasa para almacernarla. Si la subida ha sido muy intensa, la alta dosis de insulina segregada para corregirla hará que baje rápidamente. Hasta el punto de volver a situar el azúcar en sangre por debajo del nivel en el que volvemos a tener hambre.

Este proceso puede durar menos de 2 horas, volviendo a buscar alimentos ricos en azúcar.

Las personas con sobrepeso:

– Sienten hambre con más frecuencia porque este proceso se repite una y otra vez, con lo que comen más y ganan más peso.

– Liberan cantidades mucho mayores de insulina lo que hace que con el tiempo la sensibilidad de las células del cuerpo a su acción vaya siendo menor (es lo que llamamos diabetes tipo 2).

– Producen en su cuerpo cantidades mayores de grasa para almacenar ese exceso de azúcares, haciendo que suban los triglicéridos y el colesterol.

– El sobrepeso reduce la movilidad de estas personas volviéndolas más sedentarias y reduciendo el consumo de azúcar y grasas de almacenamiento.

– El exceso de grasa ayuda a conservar el calor corporal lo que reduce la cantidad de energía necesaria para mantener la temperatura del cuerpo.

– Su aspecto es socialmente rechazado lo que les lleva a tener una vida menos activa en relaciones y a sufrir ansiedad y depresión. Las endorfinas producidas cuando sube el azúcar en sangre alivian tanto la depresión como la ansiedad momentáneamente. Lo que lleva a las personas con problemas psicológicos asociados al sobrepeso a consumir más alimentos ricos en azúcar. Tener cifras de endorfinas altas en sangre con frecuencia hace que respondamos cada vez menos a ellas, no disfrutando de las pequeñas liberaciones de endorfinas que producen otras conductas distintas a la comida.

Todo esto junto es lo que llamamos Síndrome Metabólico. El mayor problema de salud crónico de los países desarrollados.

Y si tomo alimentos pobres en azúcar o ricos en fibra

La fibra dificulta la absorción de azúcares. La fibra en realidad es también azúcar. Pero son azúcares unidos en una estructura tan compleja que al cuerpo le cuesta horas digerirla. Y sólo lo consigue en parte.

Cuando tomamos alimentos compuestos de azúcares complejos (fibra como la de las legumbres, la fruta, las verduras o los cereales integrales que además no están demasiado cocidos) el azúcar sube, pero lo hace lentamente y de forma mantenida durante horas.

Eso hace que alcancemos el nivel en el que hay azúcar suficiente para que no tengamos hambre. Pero ese nivel estimula una secreción de insulina mucho más leve.

El resultado es que:

– Se liberan endorfinas en una dosis menor. Nos sentimos bien, pero estos alimentos no tienen la capacidad de aliviar depresión o ansiedad de los alimentos ricos en azúcar puro. En contrapartida, también ocurre que como los niveles de endorfinas a los que se acostumbra el cuerpo son menores, cualquier liberación más leve es más apreciada por el organismo. Con lo que en realidad acabamos sintiéndonos mejor y apreciando más otros placeres de la vida distintos a comer. Y eso nos impulsa a realizar otras actividades generadoras de endorfinas, como la afectividad, el deporte, la realización personal…

– Pasamos más horas sin hambre, lo que hace que comamos menos y por tanto no ganemos peso.

– La secreción de insulina al ser menor produce una absorción más equilibrada del azúcar por todas las células del organismo y menor por las que acumulan el exceso en forma de grasa.

– Al no tener exceso de grasas de almacenamiento, colesterol y triglicéridos bajan.

Por tanto está claro que para evitar el síndrome metabólico la clave no es la reducción de grasas en la alimentación sino:

– La reducción drástica de azúcares de fácil absorción.

– El aumento de fibra (azúcares de difícil absorción) en la dieta.

– Estimular la realización de actividades generadoras de endorfinas distintas a comer: Deporte, afectividad, realización personal…

Este esquema aplicado a niños

Todo lo explicado hasta aquí es igual independientemente de la edad. Pero ahora voy a centrarme en niños y porqué en ellos es especialmente importante entender esto.

Programación metabólica y de conductas

Para que se entienda, yo suelo decir que un niño es un ordenador con muy poca programación de base. Es como si tuviese el sistema operativo, pero depende de los programas que le carguemos después funcionará de un modo u otro.

En los primeros años de vida se programan cinco aspectos que son esenciales y van a seguir ahí el resto de la vida:

– Metabolismo.

– Conductas relacionadas con la alimentación.

– Conductas relacionadas con la afectividad.

– Conductas relacionadas con el sueño.

– Inmunidad.

Todos son modificables en mayor o menor medida en etapas posteriores, pero en su mayoría no reversibles del todo. Cuanto antes se establece una forma concreta de funcionamiento en uno de esos aspectos y más tiempo persiste, más difícil es de cambiar.

Todo lo hablado antes respecto al síndrome metabólico en niños lleva a que una dieta rica en azúcar:

– Produzca un sobrepeso ya desde la infancia.

– Una alteración del esquema corporal que lleva a ser rechazado por los demás y a rechazarse a sí mismo. Con una menor autoestima y la tendencia a realizar menos actividades productoras de endorfinas alternativas a la comida.

– Un tejido graso sobre-dimensionado que almacena azúcar con más facilidad en forma de grasa.

– Un exceso de secreción de insulina que hace que el organismo se vuelva cada vez menos sensible a su efecto (diabetes tipo 2). Cada vez tenemos mayor número de niños con este tipo de diabetes.

– Un exceso en grasas de almacenamiento que empiezan a acumularse precozmente en sitios donde dan problemas como las arterias o el hígado.

– Tomar productos azucarados distorsiona la dieta infantil, ya que al sentirse saciados rechazan tomar otros alimentos que les resultan menos atractivos, teniendo dietas con cada vez más azúcares y menos fibra.

Reflexión final ¿Prohibición del azúcar en alimentación infantil?

El síndrome metabólico es la enfermedad crónica más frecuente en los países «desarrollados».

El consumo de alcohol y tabaco está prohibido a los niños, porque sabemos que tiene un efecto adictivo y que genera un daño claro para la salud. No podemos controlar el hecho de que alguien privadamente dé alcohol a un niño o fume en su presencia (por tanto ellos fuman). Pero lo que sí hace el Estado es impedir con leyes que haya quien se lucre con ello.

Pues el consumo de azúcar es adictivo y genera problemas de salud claros. No podemos evitar que los padres den alimentos enriquecidos en azúcar a sus hijos. Pero desde luego lo que el Estado sí debería hacer es prohibir la comercialización (y no hablemos de la publicidad en horario infantil) de productos enriquecidos en azúcar dirigidos a niños.

Yo cada vez que veo un anuncio de una bebida azucarada para niños es como si viese un anuncio de tabaco dirigido a ellos: En horario infantil, con un personaje especialmente pensado para resultarles atractivo, con regalos que incentivan su consumo y con una sustancia adictiva en su composición que hace que tienda a tomarse de forma irracional.

¿Qué pensarías si vieses un anuncio similar pero en el que estimulasen a tu hijo a fumar o beber destilados?

Esto no es ninguna exageración.

Hace unos años la OMS publicó un estudio en el que se mostraba que el consumo de una bebida azucarada al día en niños de 10 años podía generar 7 kg de sobrepeso al año. ¿Y sabéis que echan la mayoría de las madres a sus hijos para que tomen en la merienda del colegio como bebida? Zumos, batidos, bebidas para deportistas, yogur líquido… Todos son productos azucarados.

Si en algún momento se decide hacer una legislación que regule esto es importante que no se simplifique a azúcar (sacarosa) y tengamos claro que hay formas camufladas de añadir azúcares a los alimentos (para volverlos más dulces, no es que se pretenda dar azúcar porque sí), como añadir extractos de alimentos ricos en ella (extracto de piña, uva, manzana….) o calentarlos para fraccionar los azúcares complejos y liberar los más simples.

Estos trucos llegan a usarse incluso en alimentación para bebés.

Lo que debería restringirse en alimentos destinados a niños es:

  1. La cantidad total de azúcares en forma de disacáridos y monosacáridos (azúcares simples). De modo que no pueda tener un índice glucémico superior al alimento natural del que proviene.

  2. La presencia de edulcorantes.

Mientras esto no se legisle, si eres padre o madre y has llegado a leer hasta aquí, mi consejo es que no compres estos productos.

Que cuando hagas la compra mires la composición de lo que compras y prescindas de todos aquellos alimentos enriquecidos en azúcar.

Los más frecuentes son:

Zumos, batidos, yogur líquido, bebidas para deportistas, lácteos azucarados, repostería, pastelería, bollería, salsas tipo Ketchup, salsas para ensaladas, pan de molde…

Y que si tu hijo empieza a tener problemas de sobrepeso:

  1. Elimines totalmente estos alimentos de su dieta. No los compres.
  2. Añadas la mayor cantidad posible de fibra a su dieta: Fruta (no zumo, a bocados), verdura cruda (no cocida, especialmente evita arroz, zanahoria y patata cocida), cereales integrales, legumbres.

Me alegraría mucho que alguien con la capacidad política para promover una ley así leyese esto.

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Quinto mes de embarazo (I), hipertensión crónica e hipertensión gestacional

Controlar la tensión en el embarazo es muy importante para la salud de la madre y del bebé.

Semanas 18 a 22 de embarazo.

Una de las pruebas que relacionaba cuando os hablé de las analíticas del primer trimestre, era el control de la tensión arterial, os dije que era fundamental durante el embarazo y que sería habitual que os la midiesen en todas las revisiones prenatales.

La hipertensión se define como el aumento excesivo y persistente de la presión arterial (fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias) por encima de los valores establecidos como normales.

Presión arterial óptima: menor de 120/80 mm  Hg

Presión arterial normal: menor de 130/85 mm Hg

Presión arterial normal-alta: 130-139/85-89 mm Hg

Y uno de sus mayores peligros es que la hipertensión puede no mostrar síntomas, es una “señal de alerta silenciosa” de riesgos cardiovasculares, renales y cerebrales.

En un 90-95% de los casos hablamos de hipertensión primaria o esencial, es aquella para la que no se encuentran causas concretas aunque si que existen factores de riesgo asociados  como son la herencia genética, edad, raza, hábitos de vida, estrés, diabetes y sobrepeso, lo que nos permite tomar algunas medidas preventivas. La hipertensión secundaria es aquella que tiene su origen en una enfermedad oculta que podemos identificar y a veces curar.

La hipertensión tiene una frecuencia que aumenta con la edad, aproximadamente el 20% de los adultos de más de 40 años y el 50% de los de más de 65, pero podemos tenerla a cualquier edad, incluso (en un porcentaje inferior al 3%) en la infancia.

Al hablar de la hipertensión en niños, los límites de la normalidad son variables, dependen además de la edad y del sexo, del tamaño corporal, y van cambiando a lo largo del crecimiento y desarrollo.

Ciertamente hasta hace poco se pensaba que los niños y adolescentes solo presentaban hipertensión arterial secundaria, siendo su causa más frecuente las enfermedades del riñón, pero se ha comprobado que también hay hipertensión primaria en niños y desgraciadamente el porcentaje de afectados va creciendo en la actualidad ¿adivináis la causa?: el preocupante aumento de la obesidad infantil.

Desde aquí os vuelvo a animar a prevenirla, no dejéis de leer mi artículo “Prevención de la obesidad infantil”, os incluyo 6 normas claras para evitar la obesidad en niños y si os preocupa la nutrición de vuestros hijos, creo que encontraréis muchas respuestas en toda la serie de artículos relacionados con los problemas y consecuencias de la alimentación en niños y para los lactantes, la alimentación en bebés.

Junto con la obesidad, los principales factores de riesgo de hipertensión en niños son genéticos (padres hipertensos), alteraciones metabólicas (suelen ser responsables del bajo peso al nacer) y vida sedentaria. Cada vez resulta más rutinario hacer un seguimiento de la tensión arterial en niños, principalmente en las revisiones anuales, pero si tu hijo está incluido en uno de los grupos de factores de riesgo descritos, házselo saber al pediatra, ya que, si existe el problema, no se va a normalizar de forma espontánea.

Resumiendo, la hipertensión afecta a toda la población y es una “señal de alerta” de riesgos que pueden llegar a ser muy graves, resulta por tanto evidente, que su control durante el embarazo es muy importante para la salud de la madre y del futuro bebé, porque la hipertensión en el embarazo lleva riesgos adicionales.

Durante el embarazo se definen los siguientes tipos de hipertensión:

·      Hipertensión crónica.

Se llama así a la hipertensión que ya existía antes del embarazo.

Si eres hipertensa y quieres tener un hijo o te has quedado embarazada debes ponerlo en conocimiento de tu médico, él te dará las directrices oportunas para seguir controlándola de forma adecuada. También suele ser hipertensión crónica la que aparece antes de la semana 20 y no desaparece después del parto.

·      Hipertensión gestacional.

Es la que, salvo raras excepciones, aparece por primera vez a partir de la segunda mitad del embarazo (semana 20) y desaparece unos días después del parto.

Controlada adecuadamente no tiene por qué conllevar complicaciones graves, normalmente cuando aparece casi al final del embarazo (semana 37 o más), su principal riesgo asociado es que haya que inducir el parto o practicar cesárea. Si aparece antes, tener hipertensión gestacional aumenta el riesgo de complicaciones en el embarazo, crecimiento retardado, nacimiento prematuro, etc. y en algunos casos, puede ser el primer síntoma de un trastorno peligroso llamado preeclampsia que puede dañar tanto a la madre como al bebé.

·      Preeclampsia, eclampsia y síndrome de HELLP.

Tanto la hipertensión crónica como la hipertensión gestacional pueden complicarse y aparecer la preeclampsia, la eclampsia y el síndrome de HELLP, siendo la preeclampsia leve la menos grave, y las de mayor gravedad la eclampsia y el síndrome de HELLP. Sus consecuencias pueden llegar a ser fatales, de hecho, les dedico el siguiente artículo para informaros más ampliamente.

Para prevenir la hipertensión lo mejor es evitar fumar, no consumir alcohol, controlar el peso, mantener una alimentación sana, hacer ejercicio adecuado y en general, llevar hábitos de vida saludables. Si además realizas todos los controles del embarazo y sigues las indicaciones de tu ginecólogo, habrás tomado las principales medidas preventivas para minimizar los riesgos asociados con la hipertensión en el embarazo.

 

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La Obesidad: Prevención y Tratamiento

Hoy os presento a una amiga pediatra. Y lo hago a través de una colaboración suya en esta web. Ella ha escogido el tema, en primer lugar porque le gusta, y segundo, porque es, posiblemente, uno de los problemas de salud infantil más importantes en la actualidad: La Obesidad

Blanca Santos Ruiz nació en Valencia en 1978, aunque su familia se trasladó muy pronto a Granada donde creció y cursó sus estudios.
Estudió Medicina y Cirugía en la Universidad de Granada y la especialidad de Pediatría en el Hospital San Cecilio de Granada.
Desde entonces ha trabajado como pediatra en hospitales y, actualmente, en atención primaria.

Con cierta frecuencia llegan a mi consulta padres porque sus hijos tienen problemas de sobre-peso. Muchos de ellos me piden “una dieta”, una analítica (por si es un problema hormonal) o incluso una derivación a Endocrinología Infantil. Aunque es cierto que algunos de estos niños tienen un problema endocrino que justifica una atención especializada y una dieta restrictiva, en la mayor parte de las ocasiones unas simples pautas de vida saludable pueden solucionar el problema. Quiero puntualizar la diferencia entre poner un niño a dieta (creo que todos los que hemos estado alguna vez a dieta sabemos lo difícil que es mantenerla) y enseñar a toda la familia a llevar un estilo de vida más saludable que beneficia a todos (tanto al niño con problema de sobre-peso como a su hermano que está “hecho un fideo” y a sus padres).

Según los libros, se necesitan tres semanas para que una conducta nueva se convierta en un hábito, por lo que los cambios en el estilo de vida deben ser graduales y no debemos pretender cambiarlo todo a la vez, ni que el niño empiece a perder peso enseguida. De hecho, el peso no es lo más importante: aunque no se perdiera ni un gramo, simplemente el hecho de no engordar más hará que el niño adelgace a medida que crece.

Las pautas que yo doy a mis pacientes son:

1.- Limitar el ocio pasivo a menos de dos horas diarias: el ocio pasivo incluye televisión, ordenadores, vídeo-consolas y todas las demás pantallas, pero también la lectura, juegos de mesa, etc (aunque sea raro encontrar un niño que se pase más de dos horas diarias leyendo).

2.- Un desayuno completo: lácteo, cereales y una pieza de fruta.

3.- Tres piezas de fruta al día.

4.- Dos raciones de verdura al día (si puede ser, en forma de ensalada antes de la comida y la cena).

5.- Limitar las chucherías, fritos, salsas y embutidos.

6.- Implicar al niño en la compra y  preparación de las comidas.

7.- Evitar los zumos y refrescos. Si tiene sed, el niño debería beber sólo agua.

Realizando simplemente uno de estos cambios a la semana se puede conseguir que el niño se acostumbre a comer de una forma más equilibrada sin que suponga tener que ponerse a dieta.
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¿Porqué dar pecho a demanda protege contra la obesidad?

Dar comida a un bebé como forma de entretenerlo o tranquilizarlo favorece la obesidad. Pero el pecho a demanda lo evita, ¿Porqué?

Cuando explico la introducción de la alimentación complementaria, advierto a los padres de que la costumbre de dar comida al niño como forma de entretenerlo, favorece la obesidad.

Algunos padres preguntan si haber dado pecho (o biberón) a demanda al bebé, no tendrá el mismo efecto.

Lo que dicen los estudios es que no: Que la lactancia materna a demanda no sólo no aumenta las probabilidades de que el bebé sea obeso en el futuro, sino que le protege contra la obesidad.

Voy a intentar explicar la diferencia que hay entre ambas cosas, y porqué es coherente el pecho (o biberón) a demanda y evitar usar la comida como forma de tranquilizar a un niño.

¿Porqué la comida como entretenimiento produce obesidad?

Durante la primera infancia el bebé actúa de forma inconsciente. Aquellas conductas que se repiten con un resultado «positivo» se repetirán de forma inconsciente el resto de la vida.

Cuando un niño está aburrido, nervioso, tiene miedo o quiere afecto (necesidad afectiva), es frecuente ver a algunos familiares ofrecer al niño alimentos (ricos en azúcar) que el niño puede tomar sólo: Trozo de pan, gusanitos, biberón con zumo, leche o manzanilla…

Cuando el azúcar sube en sangre, se estimula la secreción de endorfinas. Unas sustancias que producen una sensación de placer, calma el dolor y relaja.

El niño pasa de una situación de falta de afecto a una de satisfacción, sin recibir afecto. Ha sustituido el afecto por comida.

Eso trasladado a un adulto, y tras haber repetido en su infancia esa maniobra miles de veces, hace que ante una necesidad afectiva insatisfecha, se active un circuito que le dice: Come y te sentirás mejor.

Eso favorece la obesidad.

¿Y porqué dar pecho a demanda protege contra la obesidad?

Muchos niños que toman pecho a demanda, lo piden cuando tienen hambre, pero también cuando tienen las mismas necesidades afectivas que comentaba antes.

Sería lógico pensar, que dar pecho a demanda es equivalente a lo anterior y por tanto debería predisponer a la obesidad. Sin embargo la experiencia dice lo contrario. ¿Cuál es la diferencia?

Pues es una diferencia sutil, pero muy importante:

  1. Cuando damos el pecho, no solo se alimenta, también se da afecto.
  2. Cuando damos el trozo de pan, los gusanitos, el zumo, las patatas fritas al niño, suele ser dejándolo sólo para que coma y nos deje hacer lo que estemos haciendo. Es comida sustituva del afecto.

Con el pecho, ante una necesidad afectiva, respondemos con afecto. Y al alimentarlo, la subida de endorfinas que explicaba arriba, refuerza la situación placentera. Es decir, una falta de afecto se resuelve con afecto y el alimento que da el pecho, refuerza esa relación.

En el futuro, cuando tenga una necesidad afectiva, buscará afecto como forma de resolverla.

En el segundo caso, sustituimos el afecto por la comida. En el futuro, cuando tenga una necesidad afectiva, buscará la comida como alternativa al afecto. Y eso le hará más fácilmente obeso.

¿Y qué hay de dar biberón a demanda a un bebé?

Como he explicado, la clave no es la composición del alimento, sino si el alimento se da acompañado de afecto o sin él.

Por lo tanto, dar a un bebé el biberón a demanda en los primeros meses (cuando el bebé no puede tomarlo sólo) es equivalente al ejemplo explicado con el pecho. Es dar afecto con comida. Se le da cogiendo al niño en contacto directo.

En el momento que el niño es capaz de tomar el biberón sin ayuda o comer solo, hay que saber distinguir y dar comida sólo cuando lo que en niño tiene es hambre. Y responder siempre a la necesidad de afecto, con afecto.

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La obesidad como factor de discriminación social

Una reflexión personal sobre la importancia social de la Obesidad. La nueva condena a la miseria.

Este es posiblemente uno de los artículos más duros que he escrito. Toca muchas sensibilidades. Y como siempre, lo que expreso no es más que mi opinión, por supuesto discutible. Pero una vez más, es un tema en el que creo que no se habla porque se prefiere no decir cosas que pueden generar rechazo. Se juega uno ser impopular. Pero para mí, las consecuencias son tan importantes que prefiero ser sincero a ser popular. Es uno de los temas en los que por supuesto espero vuestros comentarios para aprender.

Nuestro país, como el resto del mundo desarrollado, ha incrementado en los últimos años el porcentaje de obesos. En España, es especialmente llamativo el aumento de la obesidad infantil. Hay estudios que dan por hecho que la actual generación de niños será la primera que en los últimos 100 años tenga una esperanza de vida menor que la de sus padres. La causa es la obesidad. Este tema tiene muchas ramificaciones importantes.

En este apartado me centraré en un tema que se trata pocas veces:

“La obesidad como factor de discriminación social”.

Me resultaría muy llamativa esta ausencia de protagonismo del tema si no fuese por el alto grado de “corrección política” que inunda nuestra sociedad. Es un tema delicado, que puede levantar muchas ampollas. Pero por eso mismo creo que es necesario el debate. Porque sé hasta que punto esa “corrección política” nos ha contaminado a todos, pido vuestra indulgencia ante cómo suenan algunas de las afirmaciones que voy a hacer, pidiéndoos que no condenéis sin más la frase. Os ruego que con la mente abierta, meditéis si lo que expresan es en realidad cierto o no, disculpando en tono si no os gusta.

Gordo rico, gordo pobre:

En los países subdesarrollados y en otras épocas en el nuestro, la obesidad era un signo de pertenencia a clases sociales altas. Dada la escasez de recursos, para ser gordo había que ser rico, en el sentido de ser una persona sin limitaciones para acceder a la comida. La gran mayoría de la población se mantenía en el nivel de subsistencia, viviendo al día, comiendo lo que conseguía cada día y tendiendo más a la falta (tanto en variedad como en cantidad) que al exceso. Esto generaba en muchos casos situaciones de mal-nutrición generalizada que transformaba a multitud de personas que genéticamente eran normales en individuos con serias deficiencias en el desarrollo mental y físico. Lo que unido a la inexistencia de educación en esta clase social e incluso a leyes que lo impedían, hacía poco menos que imposible que alguien llegara a salir de la miseria en la que se había criado.

En la actualidad en los países desarrollados, la obesidad es mucho más frecuente en clases sociales bajas que en las altas. Casi toda la población de nuestro país dispone de los medios materiales para no morir de hambre o de frío, para vestirse, para un mínimo de higiene, acceso a servicios sanitarios o de asistencia social.

El auténtico lujo hoy día es el tiempo. Es la disponibilidad de tiempo libre sin carecer de recursos materiales lo que realmente establece en la actualidad la separación entre personas que trabajan para VIVIR y las que viven sólo para TRABAJAR. La escasez de tiempo libre en las clases sociales bajas está llevando a un incremento de la obesidad, especialmente en niños. Lo que es en muchos casos una condena hereditaria a la miseria económica.

¿Por qué la obesidad es más frecuente en las clases sociales bajas de los países desarrollados?

Hablemos primero de lo que es la vida (generalizando) de los pobres sin tiempo. Quiero aclarar que yo me crié en una familia de clase social baja y numerosa (7 hermanos, un sueldo escaso), pero en la que mi madre estaba en casa.

El modelo habitual actual es una familia en la que padre y madre trabajan con horarios largos de que suponen un intenso agotamiento físico y con pocos hijos (habitualmente no más de dos). Hay tres grupos de familias en función de como organizan su tiempo y su alimentación:

1. Disponen de poco tiempo libre:

  • Poco tiempo libre para cocinar. En la práctica significa que en la casa se consumen fundamentalmente alimentos pre-cocinados de producción industrial y que hay mucha comida lista para comer. Una característica común en la comida industrial es que para vender más que la competencia, la comida que una empresa fabrica tiene que saber mejor que la del competidor. Y eso es fácil de conseguir, basta con destacar los sabores añadiendo más sal, grasas saturadas o azúcar, en función del alimento concreto, junto con conservantes, colorantes y otros aditivos, sin ninguna función nutricional. Su objetivo es que resulten más apetecibles. La industria alimenticia argumenta, y es cierto, que nadie se muere por tomarse una lasaña pre-cocinada o una bolsa de patatas fritas. Otra cosa es que la dieta de una persona esté compuesta casi en exclusiva de este tipo de productos. Pero las industrias dicen, y es cierto, que ellos no obligan a la gente a que consuma sólo sus productos ni que lo haga a diario.
  • Poco tiempo para educar. En muchos casos estas personas no tienen claro que esa alimentación sea lo perjudicial que es. Y en otros casos simplemente no tienen tiempo para con paciencia «pelear» con sus hijos para que consuman alimentos más sanos (y menos apetitosos).
  • Poco tiempo para actividad física. No disponen de tiempo ni energía para realizar actividades físicas con sus hijos. Además muchas de las que realizan niños de clases sociales más acomodadas cuestan dinero. Y los niños a partir de cierta edad están solos muchas horas en casa mientras sus padres trabajan. No se les permite en muchos casos salir a la calle, porque los barrios en los que viven son especialmente inseguros. Y aquellos que trabajando mucho pueden permitírselo, suelen facilitar a sus hijos medios de diversión sedentaria, como la televisión, los video-juegos…
  • Los niños tienen mucho tiempo para ver Televisión. El número de horas de televisión consumida se incrementa conforme bajamos en la escala social, especialmente en los niños. Aparte de que el consumo de energía del cuerpo es menor viendo televisión que estando simplemente sentado, está la publicidad televisiva. En cualquier canal con programación infantil, durante su emisión, los anuncios de alimentos destinados a los niños, duplican o triplican a los anuncios de alimentación durante el horario para adultos. Es demasiado para ser casualidad. Imaginad el cuadro: un niño que pasa horas en casa aburrido viendo la televisión y al que continuamente le recuerdan que hay comida en la nevera. ¿Cuántas veces creéis que se levantará en la tarde para picar? Y sin el control de sus padres.

2. Los que tienen tiempo pero lo malgastan. Repito que sé que suena duro, pero hay por desgracia muchas familias así:

Estas familias suelen tener adultos en casa ociosos:

  • Aunque tienen tiempo para cocinar, prefieren no hacerlo, consumiendo productos industriales en la medida que sus ingresos se lo permiten. Es paradójico, pero es más barata la comida industrial que los alimentos sin procesar. ¿Cómo puede costar menos un bote de ketchup que un kilo de tomates? Tan sólo con eso deberíamos de sospechar de su calidad.
  • Aunque tienen tiempo para educar a sus hijos, o carecen de los conocimientos para hacerlo o les resulta más cómodo no hacerlo. Ceden a cualquier capricho mientras puedan permitírselo.
  • No dan valor a la actividad física. En algunos casos el niño si es activo, simplemente porque está todo el día tirado en la calle.
  • Consumen horas de televisión acompañados de adultos que también lo hacen picando continuamente alimentos de mala calidad unos y otros.

3. Y finalmente los que a pesar de disponer de poco tiempo, o teniéndolo y a pesar de pertenecer a una clase social sin muchos recursos, han tenido hijos y estos son su prioridad: En estos casos, haciendo malabares con las cuentas se procura tener una dieta adecuada en casa, se «pelea» con los niños para que la coman, se intenta que sean activos y se limita el acceso a la televisión y la comida de mala calidad. Así fueron mis padres. No es fácil, de hecho es muy difícil, pero es posible. Y es uno de los pocos esfuerzos en los que siendo pobre es muy posible alcanzar la recompensa.

Como vemos, dos de las tres opciones llevan a la obesidad.

La obesidad con pobreza como condena social:

Una vez que se es obeso y pobre, se entra en una dinámica perversa:

  • Continuamente nos venden en la televisión lo importante que es la imagen corporal en esta sociedad. No cumplir esos modelos de belleza daña la autoestima del niño obeso (y del adulto, por supuesto).
  • El ascenso profesional y social es más fácil para las personas con un aspecto físico que la sociedad prefiere. Y mucho más difícil siendo obeso.
  • Las enfermedades asociadas a la obesidad (diabetes, hipertensión, enfermedades articulares, respiratorias, cáncer), no sólo acortan sino que empeoran mucho la calidad de vida del obeso, disminuyendo seriamente su productividad. Lo que en el mundo económico significa, más dificultad para obtener un buen trabajo y conservarlo.
  • A lo que sumamos una educación de menor nivel, más probabilidades de haber crecido en familias con problemas serios (droga, maltrato, abandono…)

Soy consciente de lo mal que suena todo esto. De lo injusto que suena. Pero el que sea injusto no lo elimina de un plumazo. No hablar de ello no lo hace menos real para los millones de personas que ven sus vidas aplastadas bajo esta apisonadora. De hecho es una realidad tan dolorosamente real que está convirtiendo a la obesidad en un factor de condena a la miseria  implacable para millones de personas en todo el mundo.

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Consecuencias de la Mala Dieta

CONSECUENCIAS DE UNA MALA DIETA EN NIÑOS

Si tu hijo tiene una dieta mala, pasa factura en su futura salud. Evítalo.

Problemas más frecuentes derivados de una alimentación inadecuada

 

Las consecuencias más frecuentes de una dieta inadecuada en nuestro entorno son cinco:

 

– El síndrome metabólico.
– El cáncer.

– La obesidad.

– El niño que no come

– El estreñimiento.

De ellos me centro en los tres últimos porque sé que una de las características del ser humano es que nos influye más lo evidente y lo inmediato.

Los otros dos, son problemas de salud graves, pero que suelen aparecer a más largo plazo y no resultan tan evidentes.

Por eso cuando se habla de la mala alimentación en los países desarrollados casi todo el mundo piensa de forma inmediata en la obesidad, en su antesala: el niño que come mal y en un asociado a ambos: el estreñimiento.todos_bodegon