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Heridas en niños y bebés

Heridas en niños y bebés

Las heridas en niños y bebés. Aprende cómo actuar si un niño se hace una herida. Lo que cualquier padre o madre puede hacer teniéndo unas pocas ideas claras.

Dentro de los posibles percances que pueden subrir los niños las heridas son uno de los que cada vez menos tratan los padres. Y es que cuando hay sangre…

Herida es una ruptura de la piel o las mucosas. La función que hacen de barrera se pierde y quedan al descubierto cosas que suelen estar cubiertas. Y ya se sabe, el cuerpo por dentro es un misterio. Cada vez los padres se muestran más inseguros sobre cómo deben actuar frente a una herida.

Lo que vamos a prenguntar habitualmente cuando atendemos a un niño con una herida es:

  • Cómo se la ha hecho. La idea es saber ante todo si la herida puede esconder un daño interno mayor o menor. No es lo mismo una herida de medio centímetro que se ha hecho cayendo sobre suelo con piedrecitas que sobre suelos sin ellas (puede haber quedado una dentro), o si ha caído sobre un clavo o cualquier otro objeto alargado y punzante (unas tijeras, un cuchillo, la barilla de un paraguas….). Debemos pensar si la forma en la que se ha hecho la herida puede haber producido daños más o menos profundos.
  • Duele mucho o poco. Una herida poco dolorosa y que deja de molestar en un rato no suele ser grave. Pero si el dolor va en aumento conforme pasa el tiempo, especialmente en golpes en el tronco o la cabeza, merece ser valorado.
  • Tiende a abrirse o no. Una herida que no tiende a abrirse no suele necesitar que la cerremos (ni puntos ni similares). Pero si los bordes tienden a abrirse dejando la grasa que hay bajo la piel al aire es necesario cerrarla y no tardar mucho en hacerlo. Si pasan muchas horas desde que se hace la herida corremos el riesgo de que se infecte con más facilidad.
  • El sitio de la herida: Hay sitios que son más delicados como la cercanía a los ojos, el cuello, los genitales, las ingles y las axilas. Estas zonas concentran muchos vasos sanguíneos y nervios importantes y precisan ser valorados para evitar problemas.

Las heridas más habituales en niños y bebés

Rozadura superficial.

La forma típica de hacerse es con una caída y son muy frecuentes en manos, brazos, piernas, rodillas y cara, porque son las zonas de «aterrizaje» más habituales.

Suelen doler más cuando pasa un rato, ya que eliminan la capa de piel más superficial y dejan las terminaciones de los nervios al descubierto con daños superficiales, lo que hace que la zona sea muy sensible.

No tienden a abrirse ya que en realidad no se ha perdido toda la piel, sólo una capa superficial.

Su principal complicación es la infección. Ya que no podemos cerrarlas dejan una zona expuesta a las infecciones que pueden anidar con facilidad. Suelen formarse costras con aspecto de miel (Estreptococos) que se extienden si no se trata. Por lo que hay que tener más cuidado con las que ocurren en zonas que si se infectan permiten la extensión rápida de la infección (alrededor del ojo y los genitales el tejido que hay bajo la piel permite el crecimiento con más facilidad de las infecciones).

Habitualmente basta con lavarlas con agua y tratarlas con antisépticos como la clorhexidina hasta que se curen.

Si forma costras con aspecto de miel seca, se extienden o en zonas más delicadas como alrededor de los ojos o en los genitales, puede ser necesaria una crema antibiótica.

Herida por desprendimiento supeficial de la piel

Suelen producirse cuando la piel se desplaza muy pegada a una superficie que no permite que la piel escurra. Por ejemplo pillándose un dedo con un cajón.

También deja los nervios expuesto lo que hace que el dolor pueda ser mayor al rato de hacérsela. En el momento suele producirse una descarga de adrenalina que hace que se reduzca la sensación dolorosa.

Deja expuesto el tejido que hay bajo la piel y para cicatrizar necesita regenerarse una capa más gruesa de tejido que en el caso anterior por lo que suele tardar más en curarse y las infecciones que pueden aparecer a veces son más graves.

Su tratamiento es de nuevo lavar con agua, usar algún antiséptico, pero además suelen precisar cremas antibióticas y tapar la herida para permitir que cicatrice sin infectarse.

En estas heridas y las quemaduras en las que se pierde la piel es útil usar gasas impregnadas en grasa (Linitul®) entre la herida y el apósito. Evitan que el apósito se quede pegado y que dañemos el tejido de cicatrización cada vez que hacemos una cura.

Herida contusa

Es cuando por un golpe aparece un hematoma y la piel se ha roto en un pequeño punto, sangrando pero sin dejar expuesta una gran superfien en la mayoría de los casos. Es más llamativo el hematoma que la herida y suele para de sangrar si lo presionamos. Es muy frecuente en piernas y cabeza cuando un niño se cae.

Si la herida no es profunda (no llega a la grasa que hay bajo la piel) basta con lavar con agua, aplicar frío (baja el hematoma y ayuda a cortar el sangrado) y antiséptico.

Si es extensa puede ser necesarios crema antibiótica y apósito.

A veces son profundas dejando la grasa bajo la piel al descubierto. Si lo hace sin perder parte de la piel se suelen cerrar cosiendo. Si ha perdido una porción de piel que no permite cerrar los bordes se deja curar abierta, con crema antibiótica y apósito.

Corte

Es lo que ocurre cuando algo afilado (cristal, metal, cerámica…) se desliza sobre la piel abriéndola. Son las heridas que con más frecuencia necesitan ser cosidas. Aunque en algunos casos la herida es muy fina y los bordes no tienden a separarse y pueden cerrarse y mantenerse cerrados con adhesivos (tiras adhesivas o pegamento para heridas).

Si no tienen a abrirse, dejan menos cicatriz pegando los bordes que cosiéndolos. Y en niños el pegado es menos traumático, no precisando aplicar anestesia.

Siempre antes de cerrar la herida hay que lavarla y aplicar antiséptico (Clorhexidina).

Los puntos

Es necesario coser una herida cuando atraviesa la piel completa (se ve la grasa que hay bajo ella) y sus bordes tienden a abrirse y pegar la herida no nos garantiza que no se abra (especialmente en zonas donde la piel se estira más con movimientos normales).

Habitualmente se aplica anestesia local cuando hay que dar varios puntos. Es importante saber si se ha tenido alguna reacción alérgica al usar anestesias locales en otras ocasiones.

Los puntos suelen retirarse en torno a una semana después de ponerlos. Aunque hay puntos (usados especialmente cuando hay que coser los tejidos que hay bajo la piel) que se reabsorben solos y no necesitan ser retirados.

Hasta que se retiran los puntos conviene mantener la herida limpia y seca y aplicar en la superficie un antiséptico 2-3 veces al día (Clorhexidina).

¿Antibióticos por boca?

Es interesante darlos cuando la herida tiene profundidad o afecta zonas que pueden infectarse con más facilidad y que la infección se extienda siendo más grabe (genitales y alrededor de los ojos).

Vacuna antitetánica

El tétanos es una infección que puede complicar heridas con cierta profundidad. Es cada vez menos frecuente gracias a la vacunación.

Es frecuente que los padres pregunten si es necesario poner alguna dosis de vacuna al niño ante una herida fea. Pero en niños no suele ser necesario porque si están correctamente vacunados están cubiertos de Tétanos hasta más allá de los 24 años.

La vacunación se recomienda ante ciertas heridas de riesgo cuando hace más de 10 años que no se ha vacunado. Eso en niños que tienen al día su calendario vacunal no ocurre nunca.

Pruebas para descartar otros daños.

Si pensamos que una herida puede ser profunda en zonas blandas del cuerpo porque se ha hecho con un objeto alargado, podemos valorar daños más profundos usando la ecografía.

Si se ha producido por golpes sobre piel que cubre huesos y el golpe ha sido intenso a veces puede ser necesaria una radiografía.

Si una herida en el tórax se acompaña de dificultad para respirar es recomendable la radiografía para descartar escapes de aire o líquido entre el pulmón y las costillas.

Si una herida en la cabeza produce pérdida de conciencia o alteraciones nerviosas conviene realizar pruebas como la Resonancia o la Tomografía para descartar posibles hemorragias dentro del cráneo.

Al final en la mayoría de los casos se reducen a pensar un poco:

  • ¿Cuando nos hemos hecho una herida similar la hemos tratado en casa con un antiséptico y ha evolucionado bien? Trátala en casa.
  • Pero si son heridas que por experiencia propia nos han dado la lata o que directamente asustan nada más verlas, acude a tu centro médico más cercano para que hagan la primera valoración y actuación y te digan cómo seguir cuidándola después. Si es el caso evita que pasen muchas horas antes de ir porque puede complicar lo que haya que hacerle. Siempre puedes lavar con agua y si sangra mucho comprimir por el camino.

Si tenéis fotografías de heridas de vuestros hijos enviádmelas a mpediatraonline@gmail.com si me permitís que las use para ilustrar este artículo o alguno posterior.