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¿Vitaminas en niños sanos con dieta adecuada?

Vitaminas en niños, dieta variada o suplementos

Las vitaminas son imprescindibles para nuestro cuerpo. ¿Necesita tu hijo un suplemento aunque esté sano? ¿Aunque tenga una dieta variada?

Este artículo está escrito en respuesta a una de nuestras mamás (Marytza) en la Página de Facebook: “Es conveniente Dar vitaminas a niños, 3 años en adelante aunque estén sanos para un mejor crecimiento.”

¿Qué son las vitaminas?

Nuestro cuerpo recibe todo su alimento de lo que comemos. Todas las moléculas que nos forman han salido de alguna parte. Unas las fabrica el propio organismo a partir de otras.

Por ejemplo, las proteínas son cadenas de aminoácidos. Disponiendo de todas las piezas básicas que llamamos aminoácidos podemos construir todas las proteínas que necesitamos. Algunos de esos aminoácidos podemos también construirlos, otros son los que llamamos “esenciales”, porque sólo podemos obtenerlos de nuestra comida. Somos incapaces de producirlos si nos faltan.

Las vitaminas son moléculas esenciales que necesitamos, pero más que para formar parte de nuestra estructura son imprescindibles para el funcionamiento de nuestro metabolismo.

El metabolismo son todas las reacciones químicas que permiten funcionar a los seres vivos. Son reacciones muy completas en las que intervienen muchos ingredientes.

Las vitaminas son imprescindibles para realizar algunas de esas reacciones y en otras simplemente actúan mejorando su eficiencia.

Algunas vitaminas puede producirlas el propio cuerpo y otras tienen que venir de fuera. Estas últimas son las que llamamos esenciales.

Enfermedades por falta de vitaminas.

Cuando hay una falta mantenida de alguna vitamina en el cuerpo pueden aparecer enfermedades.

Algunos de los ejemplos más conocidos:

– Escorbuto: Falta de vitamina C que se caracteriza entre otros síntomas por una debilidad de las mucosas son sangrado difícil de reparar.

– Raquitismo: Falta de vitamina D que se traduce en una falta de calcificación de los huesos y otros problemas.

– Anemia: La falta de Vitamina B12 por ejemplo puede dar una anemia con falta de hemoglobina y glóbulos rojos grandes…

La enfermedad surge porque cierta reacción química que necesita esas vitaminas para producirse de forma adecuada está fallando por su carencia.

Estas enfermedades por falta de vitaminas han sido muy comunes en la historia de la Humanidad. Especialmente en regiones donde la malnutrición era importante ha habido épocas en las que casi toda la población tenía carencias de este tipo.

Descubrir qué vitamina evitaba qué enfermedad permitió resolver muchas de estas dolencias cuando no era posible facilitar una dieta suficientemente rica y abundante para todos.

Eran parches, pero parches que permitían sobrevivir.

Dieta variada y suplementos nutricionales.

En una dieta suficientemente abundante y variada no hay carencias de vitaminas.

Hoy en día la falta de cantidad de comida ya no es un problema en la mayoría de nuestras sociedades. De hecho hay muchos más obesos que famélicos en nuestro planeta. Que siga habiendo hambre con el grave problema de obesidad al mismo tiempo es una muestra clara de injusticia en el reparto de recursos.

Pero si estás leyendo esto es que tienes acceso a internet. Y eso casi garantiza que hambre no debes estar pasando. Si no tienes para comer, menos aún tendrás un dispositivo electrónico con una línea de datos (digo yo).

Centrados en la pregunta: En una dieta variada están todas las vitaminas en cantidades más que de sobra.

Y tener más vitaminas de las necesarias no solo no sirve para nada, sin que algunas en dosis más altas de lo necesario pueden ser perjudiciales.

Por tanto ¿tiene sentido dar un suplemento de vitaminas para que un niño sano crezca mejor?

La respuesta es simple: Dale una dieta variada. 

Si la tiene las vitaminas en suplemento sobran. No son positivas y pueden ser negativas (intoxicaciones por exceso especialmente en las liposolubles).

Si la dieta no es variada, el complemento de vitaminas es un parche. Un parte que en sociedades con falta de comida podía estar justificado. Pero que en una sociedad en la que no falta comida significa resignarse a perder una de las luchas más importantes para la salud de tu hijo.

Puede tener sentido dar suplementos de vitaminas concretas para problemas definidos mientras logramos que la dieta se las aporte. Pero la indicación de esa vitamina por el médico debe ir acompañada de una lista de alimentos ricos en ella y una estrategia clara para lograr que acabe recibiéndola de la alimentación.

Recurrir a complejos vitamínicos generales porque come mal yo lo equiparo a una rendición general. No hagas esto. No te rindas.

Y si te preguntas cómo lograr que tu hijo coma variado lee este artículo.

Pero y si come bien, al darle vitaminas ¿crecerá mejor?

¿Qué entendemos por crecer mejor? ¿Más grande? ¿Más gordo?

¿Es un objetivo que sea más alto o más gordo?

Cada persona tiene una genética. Hay quien tiene padres bajos y será bajo seguramente aunque se alimente bien y por muchas vitaminas que tome. Pero yo, que no lo soy (188 cm) os digo que no es una ventaja se alto.

Sé que todos ansiamos lo que no tenemos. Que el bajo querría ser más alto, y el alto no querría los dolores de espalda y articulaciones como las rodillas que van con su altura.

Sea la que sea la genética de tu hijo, no la vas a cambiar. Ni falta que hace. Es perfecto siendo como es. Todos los seres lo somos. No hay una versión mejorada de nosotros. Hay versión enferma y versión sana. Debemos buscar la sana y para esto tienen sentido buenos hábitos de salud, entre los que una buena calidad de sueño, el ejercicio físico y una dieta variada y de cantidad adecuada (ni escasa ni excesiva) son pilares esenciales.

Si se tienen, un suplemento de vitaminas más allá de lo que el cuerpo ya recibe en una dieta que cubre sus necesidades no aporta nada.

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Está muy feo….”Que sigas dando el pecho a un niño tan grande”

Prejuicios de algunos profesionales contra las madres que siguen dando el pecho.

Está muy feo que algunos profesionales sigan haciendo comentarios basados en prejuicios que generan malestar sin justificación alguna.

Sabéis que gran parte de lo que os transmito se basa en experiencia propia.

Así que voy a contar algo que me pasó hace unos días en la consulta.

Una madre de uno de mis pacientes habituales acudió al control del niño sano con un niño de 2 años. Venía disgustada. El motivo era que sigue dando pecho a su hijo. Algo que él pide y ella está encantada de hacer. Pero que le hace recibir críticas constantes de su entorno.

La gota que colmó el baso fue cuando acudió a urgencias por una infección de su hijo unos días antes.

Tras explorar al niño, éste lloraba. Cosa muy frecuente con su edad. Y el niño buscó el pecho de su madre como una forma de calmarse en ese momento de angustia.

Ella con total naturalidad permitió al niño tomarlo y calmarse así.

El pediatra que atendía a su hijo se paró en seco, la miró y le dijo: “Está muy feo que le des el pecho todavía a un niño tan grande”.

La madre me contaba que se sintió ofendida, ridiculizada, avergonzada… Pero sobre todo con una indignación hacia el “profesional” que no supo expresar. La realidad es que su motivo fundamental de consulta cuando acudió a verme era contarme lo ocurrido y saber mi opinión.

Yo me sentí tan avergonzado e indignado como ella. Me sentí avergonzado de compartir profesión con gente que actúa así. E indignado contra un compañero que actúa de tal modo que nos desprestigia a todos los demás pediatras.

¿Cómo es posible en pleno siglo XXI una actitud tan…. absurda?

Podría dar otros calificativos. Pero no es mi intención descalificar a un compañero. Sino generar una reflexión que resumiré en lo que recomendé a la madre que dijese si volvía a recibir un trato similar:

”Lo que está muy feo es que un Profesional haga un comentario así, sin ninguna base científica y que genera malestar en quien lo recibe, para nada…”

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La importancia de una correcta hidratación en los niños

Hidratación en Bebés y Niños.

Hidratación adecuada en niños. Calidad del agua. Una de las bases de una dieta sana, porque el agua es en porcentaje nuestro nutriente más abundante.

El agua es el componente más abundante del ser humano. Supone una parte importante de nuestro peso.

En los niños más que en los adultos. Conforme crecemos y envejecemos aumenta poco a poco la proporción de grasas y calcio, por ejemplo, reduciéndose la de agua.

Mantenerse bien hidratado es fundamental en todas las etapas de la vida, y se habla mucho de los beneficios que un consumo suficiente de agua aporta para la salud y las funciones vitales del organismo.

Aparte de ser una parte fundamental de nuestro cuerpo, gastamos agua con la respiración, con el sudor y debemos eliminar agua en las heces y en la orina. Por lo tanto hay una parte importante de agua que sale cada día de nuestro cuerpo y debemos reponer.

Lo que entra en el cuerpo con el agua

Disponer de un agua de calidad es importante. Es una de las partes esenciales de una dieta sana.

Un agua contaminada puede contener cantidades importantes de sustancias tóxicas para el organismo.

Por ejemplo en las Islas Canarias hay una alta concentración de metales pesados que hace desaconsejado el uso del agua del grifo para consumo humano.

Y muchas zonas del mundo no reúnen las condiciones mínimas de salubridad para evitar que el agua corriente sea una vía de contagio de infecciones.

¿Cuánta agua debe beber un bebé para mantener su correcta hidratación?

Sabéis que yo soy de pocas cifras exactas. Establecer una cantidad concreta de agua a beber es irreal. Ya que cada día es diferente y cada niño también:

  • Un día de calor, sudando puede necesitarse más agua. Un día de frío puede necesitarse menos.
  • Una diarrea, vómitos o fiebre pueden aumentar la pérdida de agua necesitando aumentar su aporte.

En este sentido, las recomendaciones generales en adultos aconsejan un consumo mínimo de 2 litros de líquidos diarios (unos 8-10 vasos), de los cuales, un 80 % deben ser de agua y el 20 % restante se puede completar con alimentos u otras bebidas como infusiones, frutas, caldos, verduras, etc.

Además, se debe prestar especial atención a aquellos colectivos en los que el riesgo de deshidratación es mayor. Entre ellos, se encuentran los lactantes, los bebés y los niños por el contenido en agua en relación a su peso.

Debemos tener en cuenta que los bebés menores de 6 meses toman sólo líquido (leche). Y que esta leche aporta una cantidad de líquido suficiente. Un bebé bien alimentado con leche a demanda no se deshidrata.

Aunque en esta edad tampoco podamos decir que darles agua sea perjudicial, es innecesario.

Es a partir de la introducción de la alimentación complementarias cuando debemos plantearnos qué va a beber nuestro hijo.

Y en esto soy muy claro: Bebida sana para quitar la sed, sólo una, el agua.

Calidad del agua que toma tu hijo

Por otro lado, no sólo hay que tener en cuenta la cantidad sino también la calidad del agua de bebida. Aguas aptas para el consumo humano hay muchas, desde la del grifo, según localización, tal y como explico más detalladamente en este artículo: http://www.mipediatraonline.com/agua-de-grifo-embotellada/, hasta infinidad de aguas minerales embotelladas.

La diferencia entre la gran oferta de estas últimas depende, principalmente, de su contenido en minerales. La mayor o menor concentración de estos en el agua embotellada varía en función del origen, y queda reflejado en el etiquetado de las botellas bajo el nombre de residuo seco.

En este sentido, las aguas de mineralización muy débil son las que menor contenido en minerales tienen ya que su residuo seco es menor de 50 mg/l. Un exceso de sales en el agua puede causar una sobrecarga de los riñones. Por lo que es recomendable especialmente en niño dar aguas con una mineralización débil o muy débil.

Además, son una buena opción para preparar biberones y alimentos infantiles ya que su baja mineralización ayuda a preservar el sabor original de los alimentos.

Por todo esto, elegir un agua que se adapte a las necesidades y permita facilitar el alcance de las cantidades recomendadas para cada etapa es de vital importancia en la edad infantil.

Crear unos buenos hábitos de hidratación, junto a una dieta variada y equilibrada, un buen descanso, bienestar emocional y la práctica de ejercicio físico regular son los pilares que marcarán una vida saludable en un futuro.

Pistas que pueden hacerte pensar que tu hijo necesita tomar más agua por falta de hidratación

Más que contar la cantidad de agua que un niño toma para intentar que se ajuste a una cifra, lo que os recomiendo es que estéis atentos a algunos signos de falta de agua:

  • Boca seca.
  • Orina oscura.
  • Heces duras.
  • Facilidad para que le suba la fiebre, o dificultad para que baje.
  • Pérdidas extraordinarias como sudor abundante, vómitos o diarrea.

En todos estos casos ofrece agua a tu hijo con más frecuencia de lo habitual.

No puedes pelear con él para que la tome. Pero ofrécela con frecuencia.

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Menú para Bebé de x meses

Menú para Bebés de X meses.

¿No sabes qué preparar en el Menú Para Bebés de una edad determinada? No te puedes perder este artículo. Tras leerlo no necesitarás más menús.

Es un tema que pedís sin parar. Os gustaría que os dé un menú para bebés de cada edad desde que se empieza la alimentación complementaria.

Quisieras tener una especie de dieta organizada con una comida específica para cada toma. El objetivo sería tener la seguridad de que alimentas bien a tu bebé.

Pero ¿y si te digo que es más simple y que en realidad no necesitas un menú para bebés?

Todo depende del planteamiento que hagamos.

No es necesario un Menú para el Bebé

En los primeros meses de vida el menú para el bebé es muy simple: Leche.

Ahí va todo lo que el niño necesita. No le hace falta infusiones ni nada más. La leche le aporta una dieta equilibrada para su edad.

El tema llega con la introducción de la alimentación complementaria.

Pero hay muchas formas de hacer esto. Se han usado durante mucho tiempo listas de introducción de la alimentación complementaria. Pero para mí estas listas son un error. Aunque yo las he usado. Es lo que me enseñaron durante mi formación como pediatra.

En la actualidad lo que recomiendo es una opción que tal vez muchos conozcáis: El Baby Led Weaning o BLW.

Uno de los principios del BLW es precisamente que el bebé no tiene que tener un menú diferente al nuestro. Que son muy pocos los alimentos que no debe tomar antes de una edad concreta.

Básicamente debemos excluir:

  • Antes del año: Verduras de hoja verde (intoxicación por nitritos), miel (intoxicación botulínica).
  • Antes de los dos años: Pescado azúl grande y marisco (metales pesados), huevo crudo (salmonelosis).
  • Mientras te acuerdes de la última vez que se atragantó: Frutos secos (causa más frecuente de muerte por atragantamiento).

Quitando esos alimentos un bebé puede tomar en su menú de todo lo demás que incluiríamos en una dieta sana para nosotros.

Así que vamos al tema fundamental.

El menú para bebé más sano es el mismo menú de sus padres mientras sea una dieta equilibrada

Voy a darte unos consejos concretos:

  • No te preocupes por el menú del bebé, preocupate de tener una dieta equilibrada en casa para todos. Y esto se basa en:
    • Intentar que la dieta incluya todos los grupos alimentarios:

      • Lácteos. Mientras siga tomando pecho no precisa otros, pero puede tomarlos:
        • Leche artificial: Podría tomar leche adaptada hasta el año, a partir del año leche de vaca entera.
        • Yogur: Desde el momento que le llame la atención y haga por probarlo. Yogur natural (azucarado o no, no edulcorado).
        • Queso: Una vez que muestra interés por tomarlo puede hacerlo. Cualquier tipo de queso.
      • Cereales. Los mismos que tomas tú: Arroz cocido, harina de maiz, pastas, pan, galletas, bizcochos, migas, cuscús. Y si pueden ser integrales mejor.
      • Frutas. TODAS.
      • Verduras. Todas menos las de hoja verde antes del año. A partir del año además las de hoja verde.
      • Carnes. TODAS.
      • Pescados. Pescado blanco y pescado azul pequeño todo. Pescado azul grande y marisco a partir de los dos años y en poca cantidad hasta los 6-8 años.
      • Legumbres. Todas desde el momento que muestre interés por probarlas.
    • Si te preocupa la calidad consume todo lo que puedas en Alimentos Ecológicos.

    • Evita Conservantes y Colorantes.

    • Usa para cocinar sal y especias, pero en cantidad moderada.

    • Mejor si cocináis en casa que alimentos precocinados. Si recurres a precocinados mejor si son ecológicos, sin conservantes, sin colorantes y sin azúcar añadida.

    • Hacer que estos grupos estén presentes en el menú del bebé de forma equilibrada:

      • A diario debemos ofrecer: Lácteos, Cereales, Frutas y Verduras.
      • Unos días carne y otros pescado intentando que haya un equilibrio de casi mitad y mitad.
      • Legumbres entre 2 y 4 veces por semana.
      • Huevo y derivados un par de días por semana.
    • Respetar que el niño tome la cantidad que le apetezca y si toma cantidades pequeñas símplemente ofrecer más veces. Nunca pelees con tu hijo para que coma.

    • Plato único. Si ofrecemos de todo en cada comida los niños tienden a escoger siempre los mismos alimentos, los que prefieren. Para evitarlo:

      • Haz 5 comidas al día: Desayuno, media mañana, comida, merienda, cena.
      • En cada una de esas comidas ofrece un plato único. No hagas 1º, 2º y postre. La mayoría cuando haces eso pasan del 1º, picotean el 2º y se toman el postre.
      • Los horarios son flexibles. Si ofreces una toma y muestra poco interés o rechazo, simplemente retírala y ofrece de nuevo la misma comida un rato después. Algunos niños no hacen las 5 tomas, pueden hacer 3, o hacer 10…
    • Evitar en la dieta lo que la distorsiona:

      • Bebidas distintas del agua. Por lo general todas contienen azúcar. El azúcar regula el apetito. Si toman bebidas con azúcar comen menos. Ofrece sólo agua, ni siquiera zumos de frutas naturales.
      • Supuestos alimentos para niños. Por desgracia gran parte de los productos alimentarios que se crean para niños son sólo productos de consumo. Básicamente son productos muy ricos en azúcar, porque se sabe que a los niños les encanta (y a los adultos). Luego se pretende que aportan suplementos de «esto o aquello» para venderlos como «buenos para que el niño esté sano». Pero la realidad es que desplazan de la alimentación de los niños a otros alimentos mejores, empobreciendo la dieta. Mi consejo es claro: Compra comida sana para la familia. No compres nada específico para el niño. Los suplementos están indicados sólo cuando, a pesar de tener una dieta equilibrada, tiene una carencia concreta.
      • Evita lo que sabes que no es sano. No pretendo que tu hijo sea el único que no tome una chuchería, unos gusanitos, un poco de tarta, un helado o un dulce navideño… Pero no los compres. Que sea algo que llega de forma esporádica a su alimentación, no una constante. Si tú no los compras jamás siempre habrá en su entorno quien se lo ofrezca. Mientras sea algo excepcional (con excepcional me refiero a una vez a la semana o menos frecuente) no hay problema. Pero si hay quien entiende la relación con el niño sólo como ofrecerle lo que no debe comer o tú haces un hábito del consumo de estos productos, tenemos un problema.

Si eres capaz de aplicar todo lo que te he recomendado en este artículo, de verdad, no te preocupes por el menú correcto.

Los menús con cantidades exactas son falsos, agobiantes, imposibles de sostener en el tiempo y sobre todo INNECESARIOS.

Si de verdad un niño recibe una Dieta Variada y Equilibrada, ya se encarga su intestino de absorber más de lo que necesita y dejar pasar lo que le sobra en cada momento.

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Sal y especias en la comida de niños y bebés

Sal y especias en la comida de niños y bebés. Usarlas de forma sana.Sal y especias: Una de las razones por las que muchas familias hacen comida especial para sus bebés en lugar de darles la misma que comen todos.

Hasta yo lo he escrito: Sin especias y sin sal.

Pero….

Efectos perjudiciales de la sal y las especias en la salud de los bebés y niños

La sal en una dieta sana.

La sal es parte de todos nosotros. Es Cloruro Sódico. Cloro y sodio son junto al potasio los elementos salinos más importantes de nuestro organismo. Están en todos los líquidos de nuestro cuerpo. Así que los necesitamos.

Pueden perderse a través del sudor, la orina, las heces y las mucosidades que segregamos. Por lo que tenemos que reponer esa pérdida.

Pero no sólo están en nuestro cuerpo, sino en el de todos los seres vivos que constituyen nuestra alimentación. De modo que si no hay pérdidas importantes podemos obtener el sodio, el potasio y el cloro que necesitamos de los alimentos. Sin necesidad de añadirles sal.

Pero la sal nos gusta. De los sabores básicos, el dulce y el salado son los dos más llamativos y que más nos atraen. Lo que hace que mucha gente ingiera cantidades de sal añadida a la comida muy superiores a lo recomendable.

Cuando esto ocurre, el exceso de sal retiene líquido, especialmente fuera de las células, produciendo:
  • Deshidratación intracelular. La sal fundamental de las células es el potasio, la de los tejidos que las rodean el sodio. Cuando hay demasiado sodio atrae agua al exterior de las células dejándolas más secas de lo recomendable. Lo que dificulta su funcionamiento correcto.
  • Hipertensión. Uno de los sitios donde el sodio es la sal predominante es la sangre. Si hay mucho sodio aumenta el volumen de sangre que hay circulando lo que aumenta la tensión arterial. La hipertensión es llamada «asesino silencioso». Porque puede no dar síntomas llamativos, pero va deteriorando nuestro cuerpo hasta ser capaz de producir la muerte por infarto, hemorragia interna…
  • Sobrecarga de los riñones. Nuestros riñones son los encargados de mantener entre otras cosas un nivel de sales adecuado. Cuando hay mucha sal (sodio), tienen que eliminarla, lo que arrastra agua. Hacer esto de forma mantenida hace que tenga que trabajar a un ritmo muy superior al normal.

Así que está claro, mucha sal no es buena. Pero ni para el niño ni para nosotros. Lo primero que deberíamos pensar es «no añadir sal en la comida del bebé».

Pero lo ideal no es esto, sino usar la sal de forma razonable en la alimentación de toda la familia

Si en una familia cocinan con mucha sal, aunque al bebé no le añadan sal en su comida, acabará comiendo lo que los demás. Y al final tendrá una dieta con exceso de sal sufriendo sus consecuencias. Lo ideal no es que el bebé no la tenga en su comida, sino que la familia cocine con poca sal para siempre.

El problema añadido es que la restricción para evitar que salemos la comida del bebé hace que muchas familias cocinen a parte para él. Lo que no sólo es innecesario, sino contraproducente.

Uno de los objetivos en introducción de la alimentación complementaria es que acabe teniendo una dieta variada cuanto antes. Para lograrlo, lo mejor y más efectivo es que ofrezcamos al bebé nuestra misma comida al ritmo que le vaya apeteciendo. Con las únicas restricciones que estén realmente justificadas.

En el tema de la sal la clave buscando su salud no es que no la pruebe, sino que esté presente en su alimentación de forma razonable. Ahora y en el futuro. Es decir, que si en casa cocinamos de forma sana el bebé puede comer nuestra comida.

Especias y condimentos en la dieta del bebé

Pensemos en la típica carne con verduras para el bebé.

Muchos dirían que esto se prepara así:

Añades verduras (patata, zanahoria, calabaza, calabacín, judías verdes…) y carne.

Lo cueces todo al vapor.

Y ya cocido le añades un chorrito de aceite de oliva y lo trituras todo. ¡Ummmm!

¡Insulso!

No digo que no sea sanísimo.

Pero nosotros no comemos eso. Nosotros lo haríamos así:

Haces un sofrito con pimiento, tomate, ajo/cebolla.

Añades la carne parra que se sofría un poco.

Luego añadimos vino y unas hojitas de laurel, pimienta, tomillo… Dejamos que se rehogue hasta que el vino se consume.

Entonces añadimos agua y la verdura y lo dejamos cocer un buen rato.

¡Un estofado riquísimo!

Y no deja de ser sano.

En torno al año, uno de los problemas que muchos bebés tienen con la comida es que rechazan «su comida». Quieren comer «la nuestra». ¡Pues claro! ¡Tampoco tú quieres «su comida»!

Hacer una comida sin especias, cocinada de forma especial, mientras nosotros comemos diferente, es absurdo.

Las consecuencias son:
  • Doble trabajo. Tenemos que cocinar sin especias ni sal para él y condimentado para nosotros.
  • Peor relación del niño con la comida. Tiene una dieta menos variada, más pobre en texturas y sabores. Lo que puede hacer que en poco tiempo, cuando el bebé se vuelva selectivo, rechace cualquier novedad en la comida. Esto condena a muchos niños a tener una dieta pobre durante los 5-6 años siguientes.
  • Empeora nuestra relación con el niño. Tenemos que pelear con él para que no coma «lo nuestro» y coma «lo suyo».
  • Acabamos introduciendo alimentos peores que los que pretendíamos evitar. Por no darle de nuestra comida cocinada acabamos dándole muchos productos industriales «para niños». Estos productos en su mayoría incluyen colorantes, aditivos químicos y azúcar. Sustancias mucho más perjudiciales en la dieta del niño que unas especias o sal en cantidades razonables que podamos añadir a nuestra comida. Llegamos a esto porque el niño se aburre de una comida tan poco variada. Y ante su negativa a comer de nuevo el puré de verduras con carne al vapor, en lugar de darle nuestra comida de olla, mucho más sana. Y es que nadie hace publicidad de las bondades de un buen potaje o estofado y sí de los productos industriales hiperazucarados «para niños». Nos venden que estos productos aportan cosas importantes para su salud. Y naturalmente se olvidan de mencionar que para que al niño le guste añaden azúcar.

Si durante los primeros dos años no das al niño tu comida es fácil que acabe haciendo su paladar a comer otros alimentos mucho peores para su salud.

La clave no es evitar la sal y las especias en la dieta del bebé. Es usarlas de forma razonable en la dieta de toda la familia. Y si se hace así, no hay comida de mejor calidad para tu hijo que la tuya:

  1. Hecha de productos frescos que tú seleccionas por su calidad.
  2. Cocinada de forma que resulte sana, hoy con 6 meses y cuando tenga 16 años. Con una cantidad razonable de especias y sal.
  3. Más variada. Y en alimentación dieta sana = dieta variada.
  4. Sin elementos añadidos sin ninguna justificación nutricional (azúcar, colorantes, conservantes…).
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Alimentación tradicional contra sobrepeso en niños

Alimentación Tradicional

Sobrepeso en niños: ¡Vuelve a la alimentación tradicional y no te arrepentirás! Observarás que en los países dónde no ha llegado la civilización occidental, apenas hay niños con sobrepeso. Tampoco los teníamos aquí antes de iniciar la era híper-industrial.

  • ¿Cómo era la alimentación tradicional antes de la era híper-industrial?
  • ¿Disponemos de alimentos adecuados en la actualidad?
  • Cuáles son las características de las «enfermedades de la civilización occidental en los niños»
  • ¿Cómo nos alimentamos en la era híper-industrial?
  • Nutrientes que nos conducen a las «enfermedades de la civilización occidental»
  • ¿Cómo podemos alimentarnos actualmente para controlar el peso y ser fieles a nuestro nicho ecológico?

¿Cómo era la alimentación tradicional antes de la era híper-industrial?

Hace años en nuestro entorno mediterráneo, los alimentos que consumíamos habitualmente tenían una procedencia cercana, de muy pocos kilómetros a la redonda, ya que las comunicaciones eran escasas y lentas.

Los alimentos frescos y perecederos no podían ser trasladados, ya que fermentaban y se estropeaban. Solo los alimentos artesanales, debidamente procesados para su conservación, llegaban a las tiendas que entonces se llamaban de Ultramarinos.

Comprando verduras en el mercado tradiconalPor tanto, la mayoría de los alimentos consumidos en la alimentación tradicional procedían de productores locales y solo durante periodos de «temporada». Cuando se terminaba la temporada de un producto, se iniciaba la temporada de otros productos.

Sobre todo en el invierno y a principios de primavera había escasez de alimentos, debido a la climatología hostil. A menudo era época de ayuno obligado y a veces institucionalizado como la «cuaresma» de los países cristianos.

En esa época, había muchas ocasiones en las que se pasaba hambre y la población estaba desabastecida frecuentemente. La escasa alimentación y la escasa higiene, propiciaba el desarrollo de enfermedades carenciales, deficitarias de determinados nutrientes, que favorecían el desarrollo de las enfermedades infecciosas.

En nuestro país, según la zona podían predominar unos alimentos sobre otros, pero en general, la alimentación estaba basada en el modelo que hemos llamado «Dieta Mediterránea Tradicional», cuyas características principales consistían en el consumo de alimentos frescos y perecederos de origen vegetal, como frutas, verduras, hortalizas y setas.

A los que se sumaban los alimentos vegetales desecados, que permitían su conservación durante un periodo largo de tiempo, pero que se mantenían «vivos», con todas sus propiedades y con la capacidad de germinar, como los granos de cereales, las legumbres, los tubérculos, las semillas, los frutos secos, las frutas desecadas y finalmente las aceitunas, de las que se extraía el aceite de oliva.

Con estos alimentos se elaboraba el pan, las ensaladas, los gazpachos, los potajes y guisos a los que ocasionalmente se añadían pequeñas porciones de alimentos de origen animal a modo de condimento, debido a su alto precio y a la dificultad para conseguirlos.

El consumo de alimentos de origen animal en la alimentación tradicional era escaso y quedaba reservado para celebraciones y agasajos. Únicamente en las comarcas costeras habría un consumo moderado de productos del mar.

Los alimentos artesanales que tenían la propiedad de mantenerse comestibles durante un periodo más largo de tiempo, se reservaban para los periodos invernales.

Es importante que os quedéis con estas tres cualidades de la Alimentación Tradicional Mediterránea:

  • Predominio de alimentos de origen vegetal: Productos vegetales frescos, perecederos, y de temporada.
  • Limitación de alimentos de origen animal, usados ocasionalmente como «condimento» para guisos y cocidos.
  • Reserva de los alimentos artesanales e industriales para los periodos de escasez.

¿Disponemos de alimentos adecuados en la actualidad?

Actualmente no tenemos problemas de abastecimiento en la mayoría de nuestros hogares. No se presentan temporadas de hambruna como sucedía antaño, y los recursos sociales se encargan de proveer alimentos a las familias más necesitadas.

Los medios de transporte nos traen alimentos frescos y perecederos de buena calidad, habiendo aumentado enormemente la variedad de alimentos de los que disponemos y que antaño no se conocían.

Vienen de sitios a veces muy alejados de nuestra residencia y disponemos de ellos no solo durante el periodo de temporada, sino que podemos adquirirlos durante todos los días del año, al ser de procedencia geográfica lejana con otro ciclo climático.

Mercado de Alimentación TradicionalLa lista para elegir  alimentos saludables ha aumentado exponencialmente.  Hace aproximadamente 50-60 años, habría menos de 50 productos en los mercados tradicionales en los mejores momentos de temporada.

El porcentaje de gasto de las familias en alimentarse ha disminuido considerablemente; antes se trabajaba para poder comer cada día, actualmente se pueden hacer muchas más cosas.

Estamos en una situación optima, para que tu familia y tus hijos se alimenten adecuadamente, y para mantenerles en un magnífico estado de salud ….. y sin embargo nos hemos encontrado de repente con un elevado número de enfermedades que antes eran inusuales y que hemos denominado «enfermedades de la civilización occidental».

Cuáles son las características de las «enfermedades de la civilización occidental» en los niños:

  • Hay un acumulo excesivo de grasa corporal en toda la población, que no sabe como desprenderse de ella y que conduce hacia el sobrepeso y la obesidad.
  • Hay un exceso de afecciones y molestias respiratorias que ocasionan dificultad respiratoria, toses irritativas frecuentes y a veces fatiga por broncoespasmo, que van configurando el asma infantil.
  • Hay una tendencia hacia la piel seca, áspera y pruriginosa, que va conformando la dermatitis atópica.
  • Hay cada vez más niños con enfermedades reactivas frente a pólenes, epitelios de animales, hongos, polvo doméstico, etc., que condicionan la rino-conjuntivitis y el asma alérgico.
  • Hay cada vez más problemas con determinados alimentos, que conducen a intolerancias alimenticias.
  • Ha aumentado la reactividad clínica frente a las enfermedades víricas, de modo que los catarros se repiten y aumentan de intensidad, convirtiendo la experiencia de la guardería en un verdadero suplicio para los padres y el niño.
  • Hay una mayor susceptibilidad a las complicaciones bacterianas, repitiéndose procesos como las faringo-amigdalitis, otitis y rino-sinusitis, que a menudo llevan aparejados un excesivo tratamiento con medicamentos.
  • Hay un exceso de formación de tejido linfoide, que origina el agrandamiento de amígdalas y vegetaciones, que finalmente tienen que ser operadas, porque conducen a la obstrucción nasal persistente e incluso a no poder tragar los alimentos.
  • Hay muchas dificultades digestivas frecuentes, que van en aumento, como las regurgitaciones, los vómitos, los dolores de barriga, el estreñimiento, las hemorroides, etc.
  • Es frecuente la inapetencia infantil, con el extraño rechazo de los niños sanos a la comida habitual, que hace pensar en un estado de empacho persistente.
  • El dolor de cabeza recurrente, el dolor de extremidades y otras muchas molestias que podríamos añadir y que debido a su mayor incidencia desde que nos hemos incorporado al desarrollo industrial, van delimitando las patologías que hemos llamado «enfermedades de la civilización occidental».

 ¿Cómo nos alimentamos en la era híper-industrial? ¿Qué está sucediendo? ¿Cuál es el modelo actual?

Hemos modificado el modelo de alimentación tradicional casi sin darnos cuenta. De la noche a la mañana estamos cambiando los hábitos y las conductas en torno a la alimentación

  • Hemos dejado de ir al mercado y a la tienda de la esquina; ahora vamos al híper-mercado.
  • Hemos dejado de tomar alimentos frescos, locales y perecederos; ahora tomamos alimentos procesados.
  • Hemos dejado de comprar alimentos a diario, ahora los compramos una vez a la semana o más.
  • Hemos dejado de cocinar y preparar los alimentos; ahora nos dan las comidas pre-cocinadas.
  • Hemos dejado de comer en familia; ahora se come en el colegio, en el trabajo, en el bar de enfrente.
  • Hemos roto el vínculo social de la comida, con los padres, los hermanos, y los abuelos; ahora comemos solos o con los compañeros de trabajo.

Todos estos cambios van conformando una nueva manera de alimentarse y de nutrirse.

¡No son los mismos nutrientes!

¡Son los nutrientes de la era híper-industrial!

Nutrientes que nos conducen a las «enfermedades de la civilización occidental»

Por si no te has dado cuenta, vamos a repasar cuales son algunas de estas diferencias:

  • Antes se bebía agua fresca, actualmente se consumen multitud de bebidas azucaradas.
  • Antes se tomaba pan «entero» o integral y actualmente se toma pan blanco o refinado.
  • Antes se tomaba fruta como postre, ahora el postre se relaciona con dulces, helados y pasteles.
  • Antes se consumían muchos alimentos de origen vegetal, como frutas, verduras, hortalizas, legumbres, setas, etc. Actualmente se ha reducido enormemente su consumo.

Alimentación industrial

  • Antes se tomaban pocas grasas y proteínas de origen animal. Actualmente se consumen proteínas hasta cuatro veces las recomendaciones de las Agencias de Salud Internacionales.
  • Antes apenas se consumían aditivos y productos conservantes. Ahora se nos acumulan y nos salen por las orejas.
  • Antes se tomaban ocasionalmente productos artesanales o industriales. Actualmente se consumen infinidad de productos elaborados y modificados por la industria.

¿Cómo podemos alimentarnos correctamente para controlar el peso y ser fieles a nuestro nicho ecológico? Alimentación Tradicional

Para que tú y tus hijos os escapéis de las garras industriales, por motivos fundamentalmente economicistas, es necesario que tengáis una fuerte convicción.

¡Tenemos que armarnos ideológicamente!

Somos seres humanos y nuestra alimentación tiene un modelo patrón, está pre-diseñada. No podemos comer de» todo». Tenemos un nicho ecológico, como todos los seres vivientes.

Comer de acuerdo a nuestro nicho ecológico es también respetar el nicho de los demás seres vivientes. Podemos convivir juntos en el Planeta y el conocimiento de nuestras necesidades y la de los demás seres vivientes nos llevará al equilibrio de las especies. La destrucción de los demás nichos ecológicos, es también el inicio de nuestra propia destrucción.

Nuestra alimentación tiene un modelo Patrón. Es el modelo tradicional.

En nuestro entorno estamos hablando de la Alimentación Tradicional Mediterránea.

No debemos dejar que nos confundan, que nos conviertan en clientes, que nos adoctrinen, que nos sometan, que nos engañen, que nos enfermen.

¡Tenemos que ser como arboles enhiestos plantados junto a una fuente!

Tenemos que tener un estandarte, una bandera, un escudo y una misión por la que luchar. Debemos tener claros nuestros principios. Tenemos que resistir a la sociedad del consumo ilimitado y «sinsentido».

En la próxima entrada os presentaremos un estudio de investigación que hemos realizado en niños con sobrepeso y obesidad a los que «únicamente» les hemos propuesto que sigan la Dieta Mediterránea Tradicional.

Alcanzar la Salud a través de Alimentación Tradicional

Sin contaje de calorías, sin modificación de la actividad física, con una dieta familiar e intuitiva.

Los resultados han sido muy satisfactorios.

Solamente ha sido necesario ser tercamente afín a la Dieta Mediterránea Tradicional y resistente a las manipulaciones del mercado.

No es fácil, es muy difícil debido a la presión que ejercen el marketing y la publicidad, pero es muy ilusionante su consecución porque nos conduce a un Estado de Salud, y a lo «Lo que tiene sentido».

Fernando Calatayud, Pediatra Nutricional

Autor: Fernando Calatayud Sáez

Pediatría Nutricional en Ciudad Real.

Trabajo codo con codo con una nutricionista, mi hija: Blanca Calatayud Moscoso del Prado.

Pediatría Nutricional

Estamos estudiando la relación entre las enfermedades infantiles y el abandono de la Dieta Mediterránea Tradicional.

Nunca la Pediatría y la Nutrición estuvieron tan cerca.

Autor de la web y del blog: pediatríanutricional.com,

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Nutrición y Asma Infantil

La Dieta Mediterránea en el tratamiento del Asma

Fernando Calatayud, Pediatra autor de pediatrianutricional.com colabora por primera vez en esta web con un tema que espero os atraiga tanto como a mí.

¿Qué es el asma infantil?

No se conoce la causa por la que se inflaman los bronquios de los niños. ¡Y si modificamos los hábitos alimenticios! ¡Y si comemos como lo hacían nuestros abuelos!

  • ¡Cada vez hay más niños con Asma infantil!
  • ¡Que son las enfermedades de la civilización occidental!
  • ¡La característica principal del asma infantil, es la inflamación bronquial!
  • ¿Por qué se inflaman los bronquios de nuestros niños, en esta sociedad híper-industrial? ¿Que estamos haciendo mal?
  • ¡Y si modificamos los hábitos alimenticios!
  • ¡Estáis dispuestos a comer como lo hacían nuestros abuelos! 

El asma infantil es una de las patologías más frecuentes y más angustiosas de la infancia. En los últimos años ha ido aumentando su incidencia hasta alcanzar a uno de cada tres niños españoles.

¡Cada vez hay más niños con Asma infantil!

  • De la misma manera que cada vez tenemos más niños con sobrepeso, obesidad y otras patologías metabólicas.
  • De la misma manera que cada vez hay más niños con alergia, dermatitis atópica, rino-conjuntivitis e intolerancias digestivas.
  • De la misma manera que cada vez hay más niños con diabetes juvenil, hipotiroidismo, artritis reumatoide y otras afecciones de origen inmunitario.

Son las enfermedades de la civilización occidental

Esto no siempre ha sido así. En el área mediterránea y en particular en nuestro país, antes de que llegara la industrialización, estas enfermedades eran casi desconocidas.

En la actualidad en los países del tercer mundo, donde no han llegado las garras de la sociedad híper-industrial, son enfermedades muy poco frecuentes. Tienen otras enfermedades, sobre todo las infecciosas, y las deficitarias de alimentos, pero las «enfermedades de la civilización occidental» no son frecuentes.

Se ha dicho que son enfermedades de causa genética, ya que hay una mayor incidencia en determinadas familias. No parece lógico que pueda atribuirse a este motivo, ya que aparecen justo cuando se incorporan a los hábitos de la sociedad occidental. Es probable que determinadas familias tengan déficits enzimáticos que dificulten la asimilación de los nuevos alimentos, no conocidos anteriormente por sus ancestros.

El asma infantil es una enfermedad que ocasiona muchos problemas importantes a tu familia:

  • Dificultades para asistir a la escuela y no perder días de escolarización
  • Dificultades para participar en las disciplinas deportivas, sin que aparezcan toses y «ahogos»
  • Dificultades para obtener permisos en el trabajo, para poder asistirlos por su enfermedad
  • Sobrecarga económica para pagar la asistencia médica y el tratamiento farmacológico.
  • Permanente agobio de estar pendientes de quién puede hacerse cargo del chiquillo o del sobresalto de tener que acudir al servicio de urgencias con alguna frecuencia.

La característica principal del asma infantil, es la inflamación bronquial

El asma infantil se caracteriza por la inflamación de las vías aéreas, por la híper-respuesta de éstas a una gran variedad de estímulos y por la obstrucción bronquial reversible.

Al estar los bronquios inflamados aumentan las secreciones bronquiales, con abundantes flemas y secreciones mucosas.

Aumenta la tos, en ocasiones productiva y saludable, para expulsar las flemas del aparato respiratorio.

Y a veces seca, irritativa, violenta, espasmódica, que parece que se le van a saltar los ojos a los muchachos, amén de vómitos y noches de insomnio.

A causa de la inflamación de la mucosa, los bronquios se contraen por bronco-espasmo, y entonces aparecen síntomas de dificultad respiratoria con fatiga, pitos y ahogos.

El diagnóstico en la infancia es fundamentalmente clínico, y no es sencillo, ya que está basado en síntomas subjetivos, a veces difíciles de evaluar por los padres.

No existe una prueba universal o dato complementario que determine con exactitud el diagnóstico.

Los factores desencadenantes del asma infantil pueden ser muy dispares, como los catarros de vías respiratorias, la polución atmosférica, el humo de tabaco, el ejercicio físico, la calefacción central, la polinización estacional, y la obesidad.

El tratamiento actual está basado en la utilización de fármacos bronco-dilatadores como el salbutamol que disminuye la espasticidad de la musculatura bronquial,  y anti-inflamatorios como los corticoides y los anti-leucotrienos, que reducen la híper-reactividad bronquial y la sintomatología clínica.

Todos ellos son muy eficaces en el tratamiento del asma infantil pero no exentos de efectos secundarios, como producir un estado de excitación (a veces se ponen como una moto) y el hecho de que pueden afectar al crecimiento infantil aunque levemente.

En este artículo de Jesús Garrido, podéis complementar más datos sobre el tratamiento del asma, y en este otro artículo sobre los omega-3.

¿Por qué se inflaman los bronquios de nuestros niños, en esta sociedad híper-industrial? ¿Que estamos haciendo mal?

Acabamos de publicar en Agosto del 2015 en la revista Allergología et Inmunología un artículo titulado: Mediterranean Diet and childhood asthma en la que relacionamos el asma infantil con el abandono de la dieta tradicional.

Hemos obtenido unos magníficos resultados en niños que padecían de asma infantil, a los que propusimos un cambio en la dieta alimenticia, basada en la Dieta Mediterránea Tradicional.

¡Y si modificamos los hábitos alimenticios!

Nuestra propuesta es sencilla, volvamos a la dieta tradicional, a la dieta que seguían nuestros abuelos y que aún todavía se sigue en algún rincón del mediterráneo donde todavía no ha llegado la industria.

Nuestra propuesta está basada en la Dieta Mediterránea, que ha sido proclamada por la UNESCO como «patrimonio cultural  inmaterial de la humanidad» en el año 2010.

Algunos os preguntareis con estupefacción: ¿qué diferencia hay entre la alimentación tradicional de nuestros abuelos y la dieta continental que se practica hoy en día?

Incluso pensaréis que la dieta actual es muy superior a la dieta tradicional, en la que había poca variedad de alimentos, y muchas veces había escasez y hambre.

También os preguntaréis: ¿Que tiene que ver la dieta alimenticia con el asma infantil? ¿O con las enfermedades de la civilización occidental?

Vamos a intentar contestar a estas preguntas:

¿Cuáles son las características de la Dieta Mediterránea Tradicional?

Está caracterizada por un alto consumo de alimentos frescos de origen vegetal como frutas, hortalizas y verduras, preferentemente de huertas próximas y mercados locales; cereales no refinados e integrales, es decir procedentes de la molienda de granos enteros y frescos no manipulados, legumbres, aceite de oliva extra virgen y frutos secos.

Un consumo de bajo a moderado de alimentos de origen animal como lácteos fermentados, preferiblemente de cabra y oveja; carnes magras, principalmente de aves y conejos; pescados, mariscos, crustáceos y huevos.

En el mediterráneo siempre han estado limitadas las carnes rojas y los derivados cárnicos procesados, debido a su escasez y a su alto precio. Ha resultado que esta limitación está plenamente acorde con las consideraciones que nos ha notificado recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Un consumo de bajo a muy bajo de alimentos de origen industrial o sea de alimentos que han sido manipulados y transformados en alimentos «momíficados» o «indestructibles». Alimentos que han sido desprovistos de fermentos y pueden resistir el paso del tiempo sin estropearse, como el azúcar, las harinas refinadas, la bollería industrial, las conservas y los alimentos precocinados.

Ver el Decálogo de la dieta mediterránea que recomienda la Fundación de la Dieta Mediterránea.

dieta mediterránea

¡Estáis dispuestos a comer como lo hacían nuestros abuelos!

  • Eliminaremos todos los alimentos que no son de nuestro estilo. No nos van a sentar bien y vamos a «ensuciar» a nuestro organismo, que tendrá que deshacerse de ellos.
  • Tendremos que acudir al mercado de abastos, al mercadillo local, a la tienda de la esquina y a las grandes superficies en las que primen los alimentos frescos de alta calidad.
  • Tendremos que aprender a cocinar como los abuelos. Volver a pedirles sus recetas, y comentar nuestros progresos. No es nada complicado, y todavía nos resultará muy familiar.
  • Tendremos que establecer normas precisas para comer. No habrá posibilidad de comer a la carta. Cada día se podrá comer o desechar lo que se haya establecido, pero no se dará una segunda opción.
  • Los alimentos sanos no producen empachos ni atascos encimáticos, se digieren bien, por lo que el apetito reaparecerá enseguida. Si hoy se come poco, seguro que mañana se tendrá hambre.
  • Toda la familia comerá a la vez, y se utilizará como punto de reunión en donde se comentarán las anécdotas y los quehaceres de cada día.
  • Habrá silencio tecnológico programado. Nada de televisión ni de móviles a la hora de comer.

¿Que tiene que ver la dieta alimenticia con el asma infantil?

Fundamentalmente tiene que ver con los nutrientes que intervienen en los mecanismos inmunitarios e inflamatorios del organismo humano.

Hay una desproporción acusada de la relación omega-3 /omega-6. Las grasas de origen animal, son precursores de hormonas pro-inflamatorias. Esta descompensación origina una grave alteración en los mecanismos inflamatorios.

Los alimentos inadecuados alteran estos mecanismos. Están defectuosos e híper-excitables. Originan un estado permanente de inflamación bronquial. Lo explicamos con más detalle en el artículo antes reseñado.

¡Tendréis que arremangaros para luchar contra las fuerzas híper-industriales!

¡No va a ser fácil, os lo advierto!

Estamos sometidos a un lavado de cerebro intensivo, y no nos podremos escapar de sus garras fácilmente.

  • Primero empezaran los familiares a llamarnos «puristas» y exagerados, y querrán que claudiquemos como ya lo han hecho ellos.
  • Después vendrán los cumpleaños, las fiestas familiares y las comidas en casa de los amigos, donde será casi imposible comer adecuadamente.
  • Por último, nuestros propios hijos se quejarán de que sus amigos toman comida basura y sus padres nunca les dicen nada.
  • Además los anuncios de los medios de comunicación y sobre todo de la televisión promocionan productos poco saludables que recomiendan sus héroes favoritos.

¡Os pido un poco de paciencia!

No penséis qué vais a tener resultados positivos en unos pocos días.

Nuestro organismo está en un permanente estado de renovación, y todos los días renacen millones de nuevas células que reemplazan a las que han terminado de realizar sus funciones.

Las nuevas generaciones celulares se pueden aprovechar de los nuevos materiales y micronutrientes que les vamos a proporcionar.

¡Vamos a traer materiales de primera!

  • Os sorprenderá la manera de defenderse frente a infecciones banales, que antes producían síntomas de gran intensidad y ahora apenas les inquietarán.
  • Os sorprenderá que no les bajen los catarros de vías altas al pecho, que sus síntomas catarrales sean más leves, que sus toses sean más productivas y que vaya desapareciendo su dificultad para respirar y su fatiga.
  • Os sorprenderá su alegría y su vitalidad. Su manera de desenvolverse y de correr.

¡Estamos utilizando el combustible para el que hemos sido preparados!

¡Estamos de enhorabuena!

¿Os resulta  extraño? 

Esto no es un fármaco, lleva un tiempo equilibrar los sistemas inflamatorio y auto-inmune.

Poco a poco los mecanismos auto-inmunes e inflamatorios van a alcanzar su equilibrio y las mucosas respiratorias van a dejar de estar inflamadas e híper-reactivas.

Pero necesitamos unas semanas para alcanzar este equilibrio.

Como podéis imaginar, el cambio alimenticio no es el tratamiento de elección en una crisis aguda de asma. No es una medicina que actúa a los pocos minutos de haberla tomado.

¡Seguiremos utilizando las medicinas anti-asmáticas mientras sean precisas!

Pero nuestro objetivo ha sido marcado y vamos a intentar alcanzar la salud dando a nuestro organismo lo que necesita para que resuelva sus problemas mediante la Vis medicatrix naturae o fuerzas auto-curativas de la naturaleza.

En nuestro trabajo de investigación, hemos utilizado un programa de educación alimenticia, al que hemos llamado «Aprendiendo a comer del Mediterráneo».

Ha sido preciso establecer en primer lugar un Informe Nutricional que nos indique los alimentos está tomando tu hijo y cuales son los no adecuados. Tu puedes establecer, con los datos que te estamos dando, que alimentos han de tomar y cuáles han de desechar.

Una vez establecido el Informe nutricional, iniciaremos la Terapia Nutricional, que no es otra cosa que seguir la Dieta Mediterránea Tradicional.

En nuestro estudio estuvimos monitorizando a los niños durante un año, pero bastan cuatro meses para establecer una dieta de calidad. ¡Y para notar los resultados de manera positiva!

No solo vamos a corregir el asma infantil. ¡Lo notará toda la familia!

El establecimiento de la Dieta Mediterránea Tradicional está dirigido a toda la familia. No es una dieta especial para los asmáticos.

Pronto lo notarán en el resto de la familia.

  • Aquellos que tienen sobrepeso, bajarán de peso.
  • Los que tienen síntomas digestivos, mejorarán sus molestias.
  • Los que tienen catarros de repetición mejorarán su resistencia a ellos y disminuirán su frecuencia.
  • También los abuelos mejorarán de sus achaques.

Tenemos que validar nuestros estudios de investigación

Los estudios que hemos realizado necesitan validación, ya que no son ensayos clínicos, que precisan de muchos recursos económicos de los que nosotros no disponemos.

Son estudios antes-después, cuasi-experimentales, que tienen un aceptable grado de evidencia.

Queremos pediros que valoréis con vuestras incursiones en la Dieta Mediterránea Tradicional, los resultados de estas experiencias.

Si obtenéis los resultados que nosotros hemos obtenido, lo digáis en los foros y lo comuniquéis a vuestros pediatras.

¡Entre todos podemos llegar a desentrañar los misterios de las «enfermedades de la civilización occidental» y en particular del asma infantil!

¡Al fin y al cabo solo os pedimos que comáis bien, como manda la madre naturaleza!

Autor: Fernando Calatayud Sáez

Pediatría Nutricional en Ciudad Real.

Pediatra Fernando Calatayud

Trabajo codo a codo con una nutricionista, mi hija: Blanca Calatayud Moscoso del Prado.

Estamos estudiando la relación entre las enfermedades infantiles y el abandono de la Dieta Mediterránea Tradicional.

Nunca la Pediatría y la Nutrición estuvieron tan cerca.

Autor de la web y del blog: pediatríanutricional.com,

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