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Problemas respiratorios del recién nacido prematuro

Pediatra Neonatóloga María Blanca Garrido GarcíaEl problema respiratorio más frecuente en prematuros es la enfermedad de la membrana hialina.

¿Por qué los prematuros tienen problemas para respirar bien?

La dificultad para respirar es el problema más frecuente que los prematuros presentan de forma inmediata tras el nacimiento, en mayor o menor medida. En muchos casos es la causa principal por la que muchos niños prematuros “leves” (34-36 semanas) precisan ingresar en las unidades neonatales. Los niños de menos de 34 semanas de gestación suelen tener más problemas, pero éste suele ser el más importante en los primeros días de vida.

Su causa fundamental, aparte de la propia inmadurez del pulmón, es la falta de una sustancia llamada surfactante pulmonar. Se conoce como enfermedad de la membrana hialina por el aspecto que tiene el pulmón afectado por este problema cuando lo miramos al microscopio.

Los pulmones son como un árbol y las hojas serían lo que llamamos alveolos, que son unos “saquitos” en donde entra el aire y se pone en contacto con los vasos sanguíneos, siendo allí donde realmente respiramos, es decir, captamos el oxígeno hacia la sangre y eliminamos otras sustancias hacia el aire.

El surfactante forma una especie de recubrimiento dentro de los alveolos, haciendo que no se queden totalmente vacíos tras cada respiración y sea más fácil que se vuelvan a llenar. Para entenderlo mejor, imaginad que intentáis hinchar un globo. Meter aire al principio cuesta, hay que soplar mucho más fuerte, pero una vez que lo habéis hinchado un poco ya es más fácil seguir introduciendo aire, ¿verdad?

Cuando falta surfactante, los alveolos se quedan totalmente cerrados tras la salida del aire, lo que hace mucho más difícil que se vuelvan a llenar, comprometiendo la función del pulmón, a veces de forma tan importante que puede producir problemas de salud graves en el recién nacido e incluso comprometer su supervivencia.

Los síntomas de la enfermedad de membrana hialina suelen empezar de forma inmediata tras el nacimiento y reflejan la dificultad para respirar y los intentos de compensación que el cuerpo hace para intentar respirar mejor. Los síntomas que vemos son:

  • –  Polipnea, que quiere decir respirar más rápido de lo normal. Lo normal para un recién nacido es hasta 60 respiraciones por minuto (como veís mucho más rápido que un adulto o que un niño mayor). Niños con este problema pueden respirar a más del doble.

  • –  Aleteo nasal, que es una mayor apertura de los orificios de la nariz, para intentar que el aire entre mejor.

  • –  Tiraje. Es la retracción que se produce entre las costillas y por debajo y por encima de ellas debido al sobreesfuerzo de los músculos intercostales.

  • –  Quejido, que es un ruido que produce el recién nacido al final de la respiración, como si se quejara, para intentar aumentar la presión dentro del pulmón.

  • –  Cianosis, es decir, se ponen morados porque los pulmones no funcionan bien y no llega suficiente cantidad de oxígeno a la sangre.

    En los siguiente artículos hablaremos del tratamiento de la enfermedad de membrana hialina y de sus posibles complicaciones.