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Condilomas en el embarazo. ¿Debo preocuparme?

Condilomas o verrugas genitales en el embarazo. Es normal que crezcan. ¿Pueden afectar al bebé?

Los condilomas en el embarazo son más frecuentes de lo  que nos creemos y hoy te vamos hablar de ello en este nuevo artículo de Francisco Zorrilla, autor de consultatuginecologo.com.

El virus del papiloma constituye la infección de transmisión sexual más frecuente en la mujer. Prácticamente el 80% de las mujeres (y hombres) tienen contacto con el virus del papiloma a lo largo de su vida.

Pero, no debes de preocuparte pues la gran mayoría de las veces la infección se cura sin que te des cuenta. Es decir, en más del 90% de los casos no detectamos las infección pues es subclínica, no da síntomas.

En el 5-10% de las mujeres, cuando hacemos la citología vaginal (la llamada prueba del cáncer genital o Papanicolau) observamos alteraciones celulares por el virus del papiloma.

El interés que despierta el virus del papiloma es claro: es el causante del cáncer de cuello de útero (uno de los más frecuentes en las mujer).  Pero tener el virus no significa tener cáncer. De hecho, casi todas las mujeres pasan la infección a lo largo de su vida (80%) pero muy muy pocas veces te origina un cáncer de cuello (7 casos cada 100.000 mujeres).

Todo ello significa que el virus se cura con facilidad. No obstante en los casos en los que a la mujer le cuesta más trabajo curar la infección, y aparecen lesiones en la citología (5-10%), procedemos a revisarla con más frecuencia.

¿Cuál es el la frecuencia de los condilomas en el embarazo?

En primer lugar, para comprenderlo todo, te voy a contar que existen más de 100 tipos diferentes de virus del papiloma que afectan a la mujer.

Unos pocos son los principales responsables de las alteraciones células que observamos en la mujer cuando hacemos la citología.

Pero no todos son igual de agresivos. Los clasificamos en alto y bajo riesgo. Obviamente los de alto riesgo, al ser más agresivos, son los más relacionados con el cáncer de cuello de útero. Éstos son los tipos 16 y 18.  Las vacunas actuales actúan precisamente, protegiéndote contra estos dos tipos de virus del papiloma.

Pero además existen otros, sobre todo el 6 y 11, que no atacan el cuello del útero, sino que producen unas verrugas genitales en forma de cresta de gallo, que llamamos condilomas.  De ellos te hablo en el artículo de hoy.

Durante la gestación,  tu cuerpo baja su inmunidad para aceptar a tu bebé.  Esta menor inmunidad hace que la presencia del virus del papiloma sea mayor. De hecho, sobre el 20-25% de las embarazadas tienen el virus del papiloma. Es decir, el doble que en mujeres no embarazadas y, sobre todo, en mujeres jóvenes.

¿Cómo se diagnostican los condilomas en el embarazo?

La forma más común de diagnosticar el virus del papiloma es hacer citología. De hecho hacemos la citología vaginal, a todas las mujeres y de forma periódica, buscando lesiones celulares en el cuello del útero provocadas por el virus.

En el caso de las verrugas genitales, objeto del artículo que te traigo hoy,  basta con observarlas en los genitales. La simple inspección de los genitales nos muestra pequeñas “crestas de gallo” en la zona.

Es frecuente que si tienes condilomas, tengas el virus también en la vagina y en el cuello del útero. La citología vaginal puede estar alterada y sería recomendable hacer una colposcopia (mirar el cuello y la vagina con una especie de lupa de aumento). No es frecuente hacer biopsias durante la gestación, pero en caso de lesiones graves se podrían hacer.

¿Cómo se tratan los condilomas en el embarazo?

Las mujeres que tenéis verrugas genitales (condilomas) al inicio de la gestación observáis que su número y tamaño aumentan. Recuerda que en la gestación existe una “bajada de defensas fisiológica” o una mayor tolerancia inmunológica, para que tu organismo acepte al bebé (la mitad de sus células proceden de otra persona, el padre).

Este mecanismo interfiere en el tratamiento durante la gestación. Es poco eficaz y podemos postponerlo hasta después del parto.

No obstante, si lo deseas, se pueden usar cremas abrasivas tipo imiquimod. La recomendación es hacerlo solo en el segundo y tercer trimestre.

¿Afectan al parto los condilomas en el embarazo?

Obviamente, el parto es una de las mayores preocupaciones de la mujer embarazada. ¿Podré tener a mi bebé si tengo condilomas en los genitales?. La respuesta es sí. Si en la mayoría de los casos.

Si los condilomas genitales proliferan en exceso, y se considera imposible físicamente el parto, pues te hacemos una cesárea. 

En resto de los casos, la gran mayoría, el parto se realiza de forma vaginal sin mayores consecuencias.

La mayoría de las mujeres con condilomas observan como desaparecen tras el parto de forma espontánea. Tras el embarazo, tu inmunidad vuelve a recuperar su nivel habitual y consigue eliminar los condilomas, incluso sin hacer tratamiento.

¿Pueden afectar al recién nacido los condilomas?

Obviamente, si permitimos el parto vaginal es porque la posibilidad de afectación del bebé es muy rara.  De hecho, menos del 3% de los bebes, de madres con condilomas vaginales importantes durante el parto, tienen serologías positivas a los tres años de vida (anticuerpos contra el virus del papiloma).

Ésta es la principal razón, por la que dejamos que tu parto sea vaginal.

¿Qué vacunas existen?

Para terminar, te hablo de las vacunas.  Vacunas contra el virus del papiloma hay dos: Gardasil y Cervarix.

El Gardasil es la única que protege contra los tipos 6 y 11, causantes de los condilomas.

No se administran durante la gestación, aunque no producen malformaciones ni mayores problemas.

La recomendación general es ponerlas sobre los 14 años a todas las adolescentes, antes del inicio de su actividad sexual. No obstante, si ya has iniciado relaciones sexuales, puedes ponerlas en cualquier momento de tu vida, cuanto más joven mejor.

El virus del papiloma, condilomas, citología, colposcopia, vacunas, etc. son temas complejos y es fácil agobiarse. Si deseas más información puedes obtenerla en el ebook que he publicado para tí en AMAZON:  “Como entender el virus del papiloma sin ser médico”.